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COMO PECAS, PAGAS. por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Gracias por los comentarios a favor de este fics, lamento nuevamente entregarles un dramon pero bueno se sube lo que llega, ¿cierto?

 

En palacio la consternación por la desaparición del hijo del maou continuaba, los diez nobles le daban el apoyo necesario ofreciendo sus propios recursos para encontrarle, pero todos sus esfuerzos eran inútiles, el tiempo pasaba y el niño en cuestión no aparecía, haciendo pensar a todos lo peor, lo mas raro era que ni siquiera habían pedido un rescate por este, claro que no les cabía duda que el temor infundido por su monarca tras la desaparición de su hijo había sido suficiente para que los secuestrados dieran marcha atrás en sus planes. 

 

Con gran dolor la reina se apostaba en el cuarto de su hijo abrazando sus ropas que aun conservaban su aroma, por un momento el mismo Heika pensó que la perdería al igual que a su hijo, pero que a diferencia de este, a ella la perdería por siempre.

 

 

 

 

Siempre deseo tener un hermano menor, quizás por eso se encariño con tanto con Greta, quien cuidara y amara como hija propia hasta que se marchara a gobernar su propio reino, pero ahora lo tenia a él, y a diferencia de la niña que criara, este no le llamaría padre por mera obligación cuando se viera obligado por protocolo o por simple lastima.

 

Su niño intentaba levantarse pero siempre terminaba cayendo sentado, le causaba tanta gracia ver su expresión molesta al no conseguir su objetivo, como refunfuñaba cuando el reía, como le abrazaba dándole un cariñoso beso y como le llenaba de felicidad al  llamarle papa.

 

 

 

 

 

Claro que estaba molesto, pero no por los motivos que pensara, para todos el se encontraba de viaje, encargándose de ciertos asuntos de sus teirras, para nadie era novedad que entre mazokus en ocasiones no se vieran en años, después de todo tenían una vida extremadamente longeva en comparación a los humanos, pero claro, al parecer su rey se había olvidado de eso y como siempre ponía sus intereses ante los de los otros.

 

-Pensé que éramos amigos, que apenas te enteraras regresarías- decía ya más calmado el moreno al darse cuenta que se había desecho de sus frustraciones con la persona incorrecta.

 

-Perdóname, donde me encontraba no llegan muchas noticias- dijo el rubio agachando la cabeza.

 

-Acaso no estabas en Shin Makoku-

 

-No exactamente-

 

-¿Cómo?-

 

-Me encontraba de excursión mejorando mi mayoku- dijo con tono orgulloso.

 

-No sabia de eso-

 

 

Claro que no sabia, aun estando tantos años en aquel mundo Yuri seguía ignorando muchas cosas, se avergonzó en el acto por eso.

 

La reina apenas le vio se acerco a saludarle, aun siendo mazoku podía notar como los años le habían caído de golpe, igual como si se tratara de una simple humana, y es que tras la desaparición de su hijo ya no había vuelto a ser la misma, peor aun, se rumoreaba que se negaba a quedar embarazada nuevamente, por temor que con un nuevo heredero al trono, el reino se olvidara de continuar la búsqueda de su amado hijo.

 

Mezquina, fue lo único en que pensaba el demonio de fuego al enterarse mas tarde por la misma boca de su ex prometido, cuanto  le suplicaba a su esposa para que le diera más hijos y como esta se negaba acusándolo de desnaturalizado. 

 

Deseaba tanto poder hablarle acerca de cómo su hijo aprendía a sostener la espada y como le emocionaban las historias de cuando el era soldado, pero no, como podía contarle aquello sabiendo que le haría sufrir. 

 

 

“No Yuri, jamás sabrás de la exigencia de nuestro hijo, tu lo decidiste así al abandonarme” pensaba al marcharse del castillo del moreno.

 

 

 

 

 

No le agradaba viajar tan a menudo, sabia bien que eso no era bueno para su hijo, solo de recordar su soledad en la niñez hacia que un nudo se le formara en la garganta cada vez que debia marcharse por asuntos de sus tierras, le juraba volver lo mas pronto posible acurrucándolo en su pecho hasta que se quedar dormido, de la misma forma que hacia a su retorno.

 

 

 

 

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-Mami, porque papi no viene a verme- pregunto un pequeño rubio a una mujer que no paraba de ver los nuevos vestidos que había llevado la modista aquella mañana.

 

-Wolfram no crees que mama se ve bien con este, que te parece- preguntaba la rubia ignorando por completo las preguntas del niño.

 

 

-Es lindo…Mami, porque papa no vive con nosotros-

 

Nuevamente la mujer tomaba un vestido para modelarla a su hijo.

 

-Mami porque…-

 

-Wolf no debes preocuparte por ese tipo de cosas, ahora dile a mama si se ve bien-

 

-¡Pero yo quiero ver a papa!- gritaba molesto el pequeño al no tener contestación de su madre.

 

-Su majestad aquí esta su te- dijo una muchacha que depositaba una bandeja sobre una mesita.

 

-Gracias Rowina- dijo la Heika, a quien antes de marcharse le hizo otra petición que no tan solo puso triste a un rubio, si  no que también molesto a la joven que veía como nuevamente su maou ignoraba por completo las necesidades del menor de sus hijo.

 

-Llévate a Wolfram, ya es hora de su siesta-

 

-Pero mami- dijo lastimeramente el niño a punto de echarse a llorar.

 

 Su madre apenas había llegado hacia dos días de un viaje de meses y tan solo esa mañana le había podido ver, como siempre en su mente infantil se hizo ilusiones de pasar el resto del día con ella pero como era habitual, terminaba en brazos de una de las criadas de palacio para no volverla a ver en días.

 

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Cada vez sus abrazos eran más fuertes, su niño crecía tan rápido, debía ser a causa de su mitad humana, de eso no había duda alguna.

 

-Papa, como era mama- desde pequeño le hacia la misma pregunta y el con el dolor de su alma debia mentirle.

 

-Era hermosa-

 

Su sonrisa iluminaba su vida, tal como lo hiciera desde su nacimiento.

 

-Papa, algún día me llevaras en uno de tus viajes-

 

-No lo se, aun eres muy pequeño- le dijo alborotando sus negros cabellos.

 

-Y cuando sea grande-

 

 

El rubio se quedo pensativo, no seria mala idea que su hijo conociera lo que seria suyo en el futuro, pero entonces la poca cordura que le quedaba le advertía que por ningún motivo debía cometer tal acto o lo perdería para siempre.

 

-Quizás, deja que lo piense-

 

-Jajaja- río el niño creyéndose seguro de acompañarlo al cumplir su mayoría de edad, que aunque sabia faltaba mucho para ello, no le importaba, ya que su padre al fin estaría más tiempo junto a él.

 

 

 

 

 

 

El tiempo pasa y como es debido todo cambia, un joven ha dejado la infancia, con ansias de abrirse al mundo, pero la continua sobre protección de su padre lo obligan a quedarse en el hogar esperando que regrese de sus viajes.

 

Le hubiese gustado estudiar en la misma escuela militar de su progenitor, pero no se pudo, por alguna razón su padre no deseaba que siguiera sus pasos y se negaba a pagar por aquello, le hubiese insistido pero al ver su semblante triste, se sintió pésimo por hacerle pasar tal angustia, así que decidió seguir estudiando en el pueblo, recibir preparación de profesores privados y a mejorar con la espada cuando su padre practicara con él. 

 

 

 

No importaba cuanto le insistiera en aquella promesa hecha en la niñez, no la cumplía, esto realmente le molestaba, diablos, si era mas alto que él, pero no por eso aquel hombre infundía menos respeto.

 

 

 

Creyó que le descubriría pero no fue así, todo el trayecto de su viaje sintió una gran angustia al verle en mal estado, al parecer no soportaba bien los viajes en barco.

 

-Pobre- dijo al verle vomitar lo poco que le vio probar antes de zarpar.

 

Intento acompañarlo temiendo que fuera algo mas grave, pero al escuchar a un hombre que al parecer lo conocía, decir, que a comparación de la ultima vez en esta oportunidad la había pasado mejor, se sintió mejor, por ello tenia que hacer tripas corazón si deseaba demostrarle a su padre que ya no era un niño y darle a si la sorpresa al llegar a su destino.

 

Molesto, sabía que así se pondría cuando le viera, por ello tiñó su cabello castaño, no deseaba llamar la atención, tenia pleno conocimiento  que su color actual era raro en su pueblo natal y que donde fuera su padre solo llamaría la atención de los curiosos atrayendo sus miradas y eso era lo que menos deseaba.

 

Quizás su padre tenia razón y aun era un niño, no podía creerlo, se había perdido, le extravío, tendría que seguir su rastro y de no encontrarlo regresar a su hogar rendido, callando para siempre su fracaso, en su primera expedición.

 

Las historias que escucho en su búsqueda le llamaban la atención, sobre todo la de aquel rey de los demonios, su rey, se dijo, debia serlo, después de todo el era mitad mazoku, tal como se lo dijera su padre, por algo este venia constantemente por negocios a este reino.

 

Su cabeza no le daba tregua, miles de preguntas se formaban en ella llenándole de angustia, recuerdos bellos se asomaban, sin poder creer lo que había descubierto, no aquello no podía ser cierto, su padre jamás haría algo como eso.

 

¡El no!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONTINUARA.......................................

Notas finales:

Quizas el episodio de hoy fue lento, pero mas adelante se pondra mas rapido, espero que les haya gustado, por cierto, si no se dieron cuenta, la ultima parte es la vision del bebe ya crecido.


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