Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

COMO PECAS, PAGAS. por DRAGIOLA

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por fin el reencuentro padre, hijo se dara a cabo y un joven iniciara su venganza.

 

Definitivamente aquella frase ni siquiera se le hubiese pasado por la mente al mazoku, su hijo, aquel hermoso bebe que criara, el mismo que lloraba si no le daba el beso de buenas noches, ese que insistía en acompañarle en sus viajes, acababa de decir una atrocidad, tan grande como las que escuchara de la mayor cortesana del reino.

 

Atrajo su frágil cuerpo hacia si, dándole un beso casto en los labios, ya que el rubio así los tenia, temblaba, pero eso no lo detendría, lo sujetaba con fuerzas llevándolo en dirección a la cama, este se dio cuenta de a donde le llevaban sus pasos.  Le dio un rodillazo en el estomago provocando que lo soltara, viendo como caía al suelo afirmando su estomago con dolor.

 

-¡Eres mi hijo, mi hijo!, ¡como demonios se te ocurre hacer eso!-

 

Gritaba furioso saliendo de su propio cuarto para no regresar ni a el, ni a su hogar hasta la mañana siguiente.

 

 

 

 

Que se suponía que pasaba, ¿acaso había sido solo un mal sueño?, creía que con actuar como habitualmente lo hacia, lo olvidaría todo.

 

Sonreía como todas las mañana preparando su tan bien conocido omelet, junto a unas tostadas, invitando a su hijo que recién aparecía a que tomara asiento para desayunar, brindándole un calido sentimiento de sosiego, que este se negaba a aceptar.  Como hacerlo, si solo recordar lo mal que se sentía al espiarle tras la puerta del baño, mientras este reía invitándole inocentemente, a lo cual debia negarse porque temía tener algún accidente con su parte baja.  Podía recordar perfectamente la ultima vez que durmieran abrazados, su aroma, ese que lo hacia sentir extraño, esa piel suave, esos rosas labios que en mas de una ocasión beso inocentemente en su niñez y que en ese momento deseaba volver a saborear pero de otra forma, entonces, su pierna paso a rozar la suya, por primera vez sintió algo extraño en su interior, algo no estaba bien, definitivamente algo le pasaba, le dolía y mucho, como pudo se safo de su padre yéndose con disimulo al baño, lo que vio ahí lo espanto, sin saber como intento de calmar su caliente miembro, descubriendo una sensación nunca antes probada en su corta vida, ¿Qué había provocado esto?, no lo sabia, pero unos años mas tarde lo descubriría con horror.

 

Era su culpa, lo que sentía por él, solo fue su culpa, lo amaba pero no como un hijo a su padre, si no como uno de esos príncipes de fabulas contados en su niñez y tal como ellos no le dejaría ir con tanta facilidad, mucho menos ahora que la culpa, junto con los remordimientos por creerse un depravado, habían desaparecido la noche anterior.

 

 

 

Tras aquella discusión el ambiente era demasiado tenso, no quería marcharse pero tal vez un tiempo alejado les haría bien, al menos eso fue lo que pensó.

 

Le exigía ir con él, pero como siempre se negaba dando excusa tras excusa, pero a diferencia de antes, su hijo no daba su brazo a torcer, el le acompañaría con o sin su consentimiento.

 

 

-Tienes miedo- decía el joven parado en el marco de la puerta del cuarto.

 

-¿Porque habría de tenerlo?- respondió el rubio desde su cama.

 

-Bueno, cuando sepan quien fue el secuestrador del hijo del Heika…-

 

 

Wolfram bajo el libro que sostenía pero sin despegar su vista de este, ahora lo comprendía todo, un nudo se formo en su garganta.

 

-No se…que escuchaste, pero…yo soy…-

 

-Mi padre, si, ya me se esa historia- dijo con la voz firme para marcharse a su habitación, el viaje seria largo y deseaba dormir algo, o al menos intentarlo.

 

 

 

Unas cuantas lágrimas cayeron en el libro, quedando así marcado por siempre el momento en que perdiera el amor de su hijo.

 

 

 

 

Si creía que dejándolo atrás resolvería todo, estaba muy equivocado, era claro que con ello quería evitar que fuera a Shin Makoku y conociera a su verdadera familia o peor, no volver a verle nunca mas, pero había algo con lo cual no contaba, el ya sabia como llegar y no necesitaba de nadie para guiarle. 

 

Te sentirías tan orgulloso de mi padre, dijo sin pensarlo para luego regañarse mentalmente, el no era su padre, nunca lo fue, solo por ello ese amor que sentía por tanto tiempo no seria mal visto, por eso el ya no desearía la muerte, no, el le había engañado vilmente, pero que ni se creyera que le permitiría abandonarle, eso jamás, seria suyo y de nadie mas, pobre de quien se atreviera alejarlo de su lado, porque no sabría cuando vería la luz por ultima vez.

 

 

 

 

Estaba parado ahí, como si nada, sin expresión alguna, fingiendo no conocerlo, era claro que su amenaza no le importaba.

 

Lo alcanzo por fin a un día de bajar del barco, al parecer el viaje en este lo había dejado postrado en una cama por un día entero, eso fue de gran ayuda para encontrarlo.  Le pidió que regresara, que nada tenia que hacer ahí, mas se negó, al igual que a teñirse el cabello, no tenia porque hacerlo, era tan obvio que llamaría la atención, cuantos soukokus habrían en ese país, no lo sabia, lo único cierto era que no muchos.

 

Intento nuevamente perderlo, pero ahí estaba, lo alcanzo de nuevo, sus amenazas de exponerlo no dieron el efecto deseado, ya no había vuelta atrás, sin proponérselo llamo la atención de la gente que vivía en la capital del país de los demonios, enseguida unos soldados le pidieron seguirles para luego llevarlo con un hombre de cabello castaño, su superior dijeron.  Este le miro con asombro, demasiado cerca para su gusto.  Unas horas mas tarde estaba enfrente de un hombre de no más de veinticinco años, con cabello y ojos iguales a los suyos, se quedo mudo. 

 

El abrazo lo asfixiaba pero no podía rechazarlo, en cierta forma lo entendía.

 

-¡Volviste, volviste, tu madre tenia razón, mi hijo a regresado al hogar!- gritaba eufórico un Heika que hasta ese minuto todos veían sombrío.

 

 

Quería conocerla, escucho nombrarla, pero hasta ese momento no se había presentado, ¿Dónde estaba?, el maou pudo leer sus pensamientos y con pena le informo que luego de muchos años su madre había vuelto a quedar en cinta pero que en el parto, debido a complicaciones, murió junto al hijo que esperaba.

 

Tristeza, algo, no, realmente no podía decir eso, jamás la conoció, como sentir algo por quien nunca vio en su vida, entonces entraron aquel salón, en donde todos esperaban de pie alrededor de la mesa, todos sonreían, a excepción de él, estaba serio, según quienes le rodeaban esa era su forma de ser, pero el sabia que esa no era la razón.

 

 

Tienes miedo, verdad, piensas que te delatare en frente de todos ellos, no es así.  Me pregunto que pasara si les digo, te encerraran de por vida, eso no, el fue claro cuando negué tener contacto alguno con quienes me criaran. 

 

-Estuve viviendo con varias familias, desde hace poco comencé a recorrer el mundo-

 

-Esos cobardes de seguro te abandonaron al ver que lo pagarían caro- dijo con mirada seria el Heika.

 

-La gente con la que viví era muy buena conmigo, ellos no tienen la culpa de nada, e vivido en varios lugares- mintió el joven, pisando con cuidado el terreno en el que estaba.

 

-Te creo hijo, me gustaría tanto retribuirles-

 

-No es necesario, la mayoría esta muerta, a otros simplemente los deje cuando note que solo les causaba problemas-

 

Un peli plateado a punto  de las lágrimas se contenía con dificultad, no deseaba interrumpir la feliz reunión familiar de su querido Heika con su desaparecido hijo.

 

-Nunca perdonare a quienes te alejaron de mi, por ellos pasaste tantas necesidades-

 

-Pero ahora estoy aquí- dijo conciliadoramente el joven.

 

-Si, eso es cierto, pero si algún día los encuentro-

 

-¿Qué pasaría si eso pasa?- pregunto curioso el joven pensando en su próximo paso para vengarse de quien creyera su padre por tantos años.

 

 

-Los mataría sin clemencia- dijo en un tono de voz que helo la sangre del muchacho, haciéndole olvidar cualquier castigo para su amado rubio.

 

 

 

 

 

Continuara................................

Notas finales:

Espero que les haya gustado, gracias por los comentarios, sobre todo porque sigan leyendo la historia.

Snif, me hace tan feliz, snif.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).