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COMO PECAS, PAGAS. por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Pido mis mas sinceras disculpas por haberle cambiado el nombre al personaje, no es LEN es LEAR, lo que debio pasar fue que cuando cambiaba detalles y releia ante de subir el episodio, debi cambiarlo, guauu, si que estoy metida con la historia de Prue, jijiji, a ella sobre todo mi disculpas, ahora si que va a pensar que le copio todo, y eso no es cierto, no, nononnononnonono.

 

 

 

No había quien mostrara felicidad al verles juntos, según ellos todo iba viento en popa, tanto que la ex maou ya preparaba los por menores de una futura boda, siendo regañada constantemente por sus hijos mayores que al igual que ella deseaban que su pequeño hermano fuera por fin feliz, pero que no deseaban forzar las cosas como así lo hacia su madre.

 

Sin lugar a dudas las cosas volvían a la normalidad, su padre volvía a tratarle como a un niño y el calmado le intentaba de explicar que ya no lo era.  Si tenia la solapa mal puesta se la arreglaba sin importarle quien estuviera presente, el acto mas vergonzoso fue cuando estaban tomando el té junto a todos con excepción del general y su consejero.  Sin previo aviso paso una servilleta en su mejilla alegando que estaba sucia, se moría de la vergüenza, siempre era lo mismo, pero jamás pensó que lo haría en frente de extraños.

 

Un grito casi les rompió sus tímpanos, una rubia daba saltitos de felicidad en su puesto preguntando cuando seria, ambos se miraban confusos sin comprender, entonces un castaño le pedía mantenerse al margen, pero no así un moreno que al igual que ella deseaba saberlo.

 

-Cuando formalizaran su situación- dijo sonriente el maou.

 

Lear estaba perplejo, aunque a el le agradaría que se tratase de eso, era conciente que ese acto no se refería al amor que ellos creian. 

 

Wolfram se levanto de golpe, iracundo exclamando mil y un insultos, de cómo podían siquiera pensar en algo tan abominable, siendo de que el lo tuvo en brazos recién nacido.

 

Silencio absoluto, hasta que una rubia volvió al ataque alegando que a ella también, en más de alguna ocasión, había tenido la desdicha de cargar en sus brazos uno que otro bebe que más tarde se convirtiera en su amante. Aquello más que calmar los ánimos solo los había empeorado, tanto así que temieron que el rubio de la rabia sufriera un desmayo a causa de su aun endeble estado de salud.

 

 

Le gustaba ir a darle las buenas noches, a diferencia de su niñez, ahora era él quien iba a su cuarto, pero lamentablemente el no le pedía quedarse hasta quedarse dormido.  Le arropo, mientras su padre refunfuñaba molesto.

 

-No soy un niño, te recuerdo que soy tu padre- decía un tanto molesto el rubio, aunque en el fondo estaba muy contento por que las cosas volvieran a la normalidad con su pequeño.

 

-Lo se padre, jejeje-

 

-De que te ríes- preguntaba curioso el demonio a lo cual el muchacho solo negaba con la cabeza.

 

Le causaba bastante gracia la situación, no podía negarlo, tampoco el hecho que ahora parecía el hermano mayor de su padre.  Siempre supo que era mitad demonio y mitad humano, pero la verdad era otra, así se lo confeso el Heika luego de unos días de su llegada a palacio.  El era mitad demonio, pero a diferencia de lo que muchos creían, su madre tampoco era una mazoku de sangre pura, no, ella había sido adoptada en la niñez por la familia de su padre, quien era mitad mazoku y que había terminado casándose con una humana, por ello, él solo podía considerarse un cuarto mazoku, por ello su longevidad no seria ni la mitad de la de un medio demonio, es mas, lo mas seguro es que fuera igual a la de un humano normal.  Cada vez que pensaba en ello no podía evitar pensar en el futuro, todos jóvenes y él en cambio envejeciendo, lo mas seguro seria que su padre tuviese que volver a brindarle sus cuidados llegada su vejez, todo aquello le hizo pensar, a diferencia de aquellas personas que le rodeaban su vida no era tan larga, debia hacer algo con su vida, entonces recordó lo que mas anhelara cuando niño.

 

 

 

 

 

Un joven padre preparaba todo sobre la yerba, el tan ansiado picnic que le había prometido a su pequeño por fin se realizaba.  El niño corría contento alrededor viendo que mariposa podía atrapar con la red que le diera su padre, sin mucho éxito.

 

-¡Lear a comer!- llamo su padre esperadote sobre una mantita.

 

-¡Si papi!- contesto feliz este.

 

Le agradaba comer las cosas que preparaba su padre, no que fueran muy buenos pero sabia que se tomaba su tiempo y que los hacia con mucho amor, además, siempre traía de sus viajes manjares extraños que le derretían la boca con tan solo mirarlos.

 

-No comas tan rápido o te dolerá la panza- le regañaba el rubio limpiando su ya manchada boca con manjar.

 

-Shi..pague..estaban- decía con la boca llena tomando un sorbo de leche fresca.

 

El rubio quería reclamarle por su pésima educación en la mesa, pero lo dejo pasar, después de todo no estaban en una y hace mucho tiempo no pasaban un tiempo a solas con tanta tranquilidad.

 

-Hijo que te gustaría ser cuando grande- pregunto  el rubio esperando que su niño tragara para contestar.

 

Se quedo pensativo, en realidad no lo había pensado mucho, pero si tenía algo en claro.

 

-Soldado como mi papi- dijo feliz.

 

 

El rubio se quedo en silencio, aunque a el le había agradado escuchar eso, no podía negar que se le hacia un nudo en el pecho, bien sabia los peligros de la profesión y la distancia que tendría con el menor a temprana edad si deseaba concretar sus sueños.

 

-Pero no hay algo mas- pregunto esperanzado.

 

El niño quedo pensativo pero nuevamente dio la misma respuesta.  El rubio suspiro, quizás ese era su destino, el ser soldado lo llevaban en la sangre y nada se podía hacer, pero mientras el pudiera retrasaria aquello a mas no poder.

 

-A siiiiiiiii, también quiero tener una familia bien grande- dijo eufórico dando un salto en su puesto.

 

-Heeee- decía sin comprender el rubio.

 

-Si papi, como la familia de Heminwey-

 

-¿Quién?-

 

-Mi compañero de clases, tiene tres hermanas, dos hermanos, un perro, un gato, cinco vacas, dos terneros……..-

 

No podía creer cuanta energía tenia su niño, ya ni sabia cuantos minutos llevaba enumerando lo que tenia ese tal Hemingway, miro inquisidoramente los dulces que comiera.  ¿Con que diablos los habría preparado Sangría? 

 

 

 

 

 

Fue repentino y aunque alegro profundamente a dos hombres, el resto estaba sorprendido, el joven príncipe se casaría y no precisamente con quien le jurara amor eterno desde que llegara a palacio.

 

 

 

 

Continuara.....................................

Notas finales:

Aaaaaaaaaaaaaaa, si de seguro diran, guauuuuuuu, las cosas se pusieron lentas, tranquilas si, es bueno tener un momento de paz de vez en cuando.

Advertencia, proximo episodio solo para personas con criterio formado, recuerden que depues de una tormenta siempre sale el sol, mas como es asi, tambien recuerden que el tiempo siempre varia y nunca sabemos que nos deparara para mañana.

 

Se agradecen los comentarios y mucho mas que sigan leyendo.


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