3 ES MI HIJO
Por mas que le suplicaban y le insistían, el rubio no se movía de palacio, aun teniendo que encontrarse con aquella despreciable mujer que cada vez que podía le atacaba verbalmente y para colmo el Heika, aun les esquivaba con el tema principal de toda aquella disputa, su hijo.
-¡Hijo!, acaso a alguien le consta que sea de mi esposo-
Exclamo en plena cena la morena ante las miradas disgustadas de los presentes.
-Papi Wolf, acaso mi hermanito no es hijo de papi Yuri-
Pregunto inocentemente una pequeña que había arribado recientemente a palacio.
Ya había tenido suficiente hasta ese momento, lo soporto todo como digno mazoku, pero sus fuerzas ya no dieron mas y ante el asombro de Yuri, vio como su adorado rubio rompía en llanto negando lo dicho por su esposa. Este se levanto automáticamente de su silla y por primera vez desde su llegada se acerco a su ex prometido, le tomo las manos y al igual que el rompió a llorar pidiéndole perdón, asegurando a todos los presentes de que aquel niño si era su hijo.
Los gritos se podían escuchar por todo el castillo, la disque esposa de su monarca estaba hecha un demonio, sin agraviar a los que vivieran en dichas tierras, desde que el moreno aceptara su paternidad para con el hijo de aquel fenómeno, ella lo único que hacia era exigirle que lo echara de palacio, mas este se negaba alegando que esa no era su casa, entonces ella lo increpaba gritándole si acaso no era el rey.
Para asombro del rubio el moreno le mando a llamar con un guardia, tal como este le dijera se dirigió hasta el fondo del jardín de palacio, estaba emocionado, desde el día en que le refregara en la cara su paternidad aquella mujer, no le había dirigido palabra alguna, ahora tenia esperanzas de que el moreno hubiese tomado una decisión definitiva con respecto a ellos para así poder poner fin a su dolor.
Le espero por largo rato pero al no llegar decidió retirarse, pero se detuvo al escuchar su nombre, ese definitivamente no era Yuri, esa mujer estaba en su lugar con una gran sonrisa, pensaba increparla pero decidió que no perdería el tiempo con ella, pensaba retirarse cuando fue interceptado por un par de soldados, instintivamente intento de tomar su espada para recordar que ya no la cargaba. Los hombres le pedían que por favor les siguiera sin resistirse, que pensara en su hijo, por primera ves sintió miedo.
-¡Traidores, aquí guardias venid contra los traidores!-
Apenas grito esto pudo sentir como un dolor punzante le atravesaba la espalda para luego escuchar una voz femenina ordenar que se lo llevaran, mientras el perdía el conocimiento.
Para cuando comenzó a despertar pudo escuchar a dos hombres discutir, todo se movía, debían llevarlo en un carruaje.
-Señor debemos llevarlo de vuelta a palacio, aun no es tarde-
-¡Estas loco, nadie creerá que fue cosa suya!-
-Piénselo, esta perdiendo sangre-
-Una vez que sea coronada ella aceptara cualquier petición que yo le haga, ese fue el trato-
-¡Sir Spielberg es su sobrino!-
-Estará bien, es un maldito Von Bielfield, no te preocupes-
-Cuando esto se sepa que cree que harán-
-¿Saberse?- decía notoriamente preocupado el hombre, ante el interrogatorio del peli negro.
-¿Acaso no piensa entregarle el niño al Heika en cuanto nazca?-
-Ella no me dijo nada de eso- contesto dudoso el rubio mayor.
-Señor, que piensa hacer, cual fue el trato que hizo con esa extranjera- pregunto asustado su hombre de confianza, mientras este miraba por la ventana.
-¡Señor es el hijo de su hermana, acaso lo piensa asesinar!-
-¡No!, debo esperar a que….-
-¡A que!- exigía saber el hombre que sostenía la cabeza del rubio que cada vez perdía mas sangre.
-Yo…..-
-¡Ahaaaaaaaaa!- grito el rubio tomándose el vientre, su rostro compungido delataba un terrible dolor y Spielberg por primera vez desde que hiciera contacto con la esposa de su Heika, tomaba peso de sus acciones. Ahí, retorciéndose de dolor estaba la viva imagen de su amada hermana menor, el arrepentimiento llego tarde, mas que podía hacer, debía conseguir ayuda y rápido.
Continuara...........................