21 NO ME IMPORTA QUE SEAS UN HOMBRE
Estar rojo era poco, de haber otro nombre mas fuerte para ese color, ese hubiese sido el que tendría Wolfram en ese momento, apenas podía pronunciar palabra alguna, apenas un leve tartamudeo salía de su boca sin entender lo que sucedía.
-No me importa que no seas mujer, me gusta que seas hombre, te amo por ser tu, te amo por completo, sin ti me muero, lo se ahora, yo…yo…perdóname Wolfram-
-Enclenque-
-Te amo-
Sus bellos ojos verdes se anegaron en lagrimas y pensó que había dicho algo inapropiado pero antes de abrir la boca para decir alguna sandez de costumbre el le tomo el rostro y le dio un calido beso dándole de respuesta que el también lo amaba.
Esa noche fue la primera en la cual sabían exactamente que no usarían aquella cama para dormir, esa noche, seria su primera vez.
Los nervios los tenían al borde de un colapso, sabia bien que tomar aquel ángel no solo significaría formalizar aun mas ese amor latente que sentía por él, no si fuera tan fácil, se hubiese lanzado sobre el apenas entraron al cuarto, pero siempre en su mente pasaban dos imágenes, dos hombres, uno mas terrorífico que el otro, mientras el rubio temía que su reciente enamorado prometido se arrepintiera apenas lo viera desnudo. Ambos se miraron y notaron que deseaban decir algo, pero se callaron para verse fijamente, verde contra azabache, sus miradas magnéticas les fueron atrayendo poco a poco, sin darse cuenta unos tímidos besos comenzaron a nacer y sin siquiera percatarse, ambos desnudaron al otro con suma lentitud. En la cama el moreno quiso disfrutar al máximo aquel cuerpo que hace un tiempo atrás tiritaba al tenerlo sobre él, mas en esta oportunidad no era por sentirse como un monstruo como le hubiese dicho en aquel entonces, no esos eran simples nervios, lo supo entonces y lo sabia ahora, amaba a su rubio, sin importar si aquel cuerpo privilegiado estuviera o no intacto. Por su parte un enamorado príncipe le acariciaba sus cabellos profundizando sus besos, no podía dar crédito a lo que pasaba, todo sucedió tan de repente, su primer beso de verdad, su declaración y ahora eso, no podía mas en su felicidad, tanto así, que rogaba desde el fondo de su corazón al mismo Shinoun, que sus hermanos no aparecieran advertidos por su sobre demoniaco radar a terminar con su felicidad.
Sus pieles se rozaban con suavidad, el acariciaba con premura sus rosas botones, jamás pensó en sentir tales sensaciones, menos que algún día su ser amado fuera quien se lo provocara, luego que le recalcara en mas de una ocasión que nunca haría tal cosa con un hombre, mucho menos con él, se río al recordarlo, el también lo hizo, pero no por él mismo motivo.
Se sintió raro al notar como acariciaba su miembro, mas al sentir aquello, sus gemidos eran un descubrimiento extraño para ambos, pero eran tan excitantes que los encendían aun más.
El ya sabia en teoría lo que se debía hacer, mas le extraño en sobre manera que aquel individuo lo supiera también, siendo que siempre se mostró renuente con respecto al tema. En medio de ese extraño dolor e incomodidad se sintió feliz, eso solo podía significar una cosa, eso quería decir que Yuri había estado investigando y si lo había hecho fue porque desde antes sentía algo por él.
-Enclenque-
Dijo sin pensar a lo que el moreno sonrío, dándole enseguida un beso.
Estar en esa posición definitivamente era vergonzoso, pero se aguanto las ganas de gritarle pervertido al ver su rostro igual de ruborizado que el suyo.
Estaba dentro de el, lo podía sentir, el dolor, aun con la preparación previa era grande, su respiración era agitada, no podía creer que aquello era lo que tanto anhelaba hacer con el moreno hacia tanto tiempo, ¿en que estaba pensando?
Le beso tiernamente en varias partes del rostro, luego comenzó a penetrarle lentamente, para cuando le sintió mas relajado empezó a empalarlo con mayor fuerza.
Sus respiraciones eran inconstantes, sus gemidos iban en aumento, sus cuerpos sudorosos se resbalaban entre si, estaban en el cielo.
Podía sentir una de sus manos sosteniendo una de sus nalgas, mientras otra le agarraba con fuerza de la cintura, escuchaba en su oído un par de palabras tiernas y como le mordía juguetonamente la oreja, mientras el no cesaba de jadear. Se lamia los labios, apenas abría los ojos, estaba en éxtasis, le abrazo del cuello con premura lamiendo su cuello, diciéndole también palabras amorosas, deseando que sus cuerpos jamás se separan.
Era suyo, solo suyo, su ángel estaba de vuelta, lo amaba, no había duda de ello, por fin después de tanto tiempo le pertenecía, lo marcaría por completo con su aroma, con sus dientes, con su sudor, con su semen, hasta con su vida si era necesario, jamás lo dejaría solo otra vez, jamás negaría de aquello tan grande que sentía por él, jamás lo perdería, jamás, jamás, jamás, el grito que mando fue solo unos segundos antes de que lo hiciera su amor, quedo sobre el por un buen par de segundo. Se hubiese quedado ahí por horas si no hubiese escuchado la respiración entre cortada de su amor. Escucho un tenue quejido al salir de él, lo amaba tanto, tomo las sabanas revueltas para taparse, lo acercó hacia el dándose un gran beso para luego quedarse dormidos.
Continuara............................