Cap.8
ULTIMATUM
De la noche a la mañana un levantamiento surgía a su alrededor, no entendía lo que ocurría, solo sabia que necesitaba asesoramiento y rápido. Sus nuevos asesores le pedían irse a las armas, pero como hacerlo si eran civiles, debía pedir consejo a alguien mas, entonces recordó aquellos dos hermanos que siempre estuvieran a su lado desde el principio. Les mando a llamar pero jamás aparecieron ante él, ¿Qué ocurría?, ¿Por qué pasaba aquello?
-¿Por qué, no es obvio?, es ese Bielfield- dijo molesta la morena, mientras el negaba con la cabeza.
-Heika, creo que su majestad esta en lo cierto, pero mas no en lo ultimo- dijo uno de sus nuevos consejeros ante la mirada expectante de sus regentes.
-Esto debe ser obra del señor de la casa Bielfield, debe estar furioso por lo que ocurrió con su sobrino-
-Es cierto Heika, además, no debemos olvidar a los otros diez nobles- dijo otro.
-¡Por supuesto, son ellos quienes han provocado a la chusma, Yuri debes hacer algo!- le reclamaba su esposa.
El moreno se levanto furioso golpeando ambos puños en el escritorio, esto había llegado demasiado lejos, ahora comprendía porque ellos no habían aparecido, fue traicionado, como no se lo imagino antes, pero como hacerlo si suponía que ellos eran sus amigos.
-Pero que esperabas Shibuya, después de todo Sir Bielfield es su hermanito y tú no te has portado muy bien con él, como que digamos- le decía Murata en privado al pedirle consejo.
-Todo lo que hice fue por el bien de mi hijo- decía compungido el monarca ante la mirada reprobatoria del moreno de gafas.
-No utilices a un inocente para justificar tus acciones, no es correcto-
-¡No lo hago, es la verdad!- se defendía el moreno.
-Como tú digas Shibuya-
-Murata es la verdad, lo único que deseo es que el crezca feliz-
El joven conocido como el Gran Sabio le miro compasivo pero a la vez un tanto molesto.
-Crees que será feliz lejos de uno de sus padres-
-Él esta con sus padres-
-Sabes a lo que me refiero-
-El tiene un padre y una madre, una familia que más podría desear-
-Como piensas que reaccione al descubrir que lo alejaste de su verdadera madre-
-¡El jamás lo sabrá!-
-Shibuya, esto es de conocimiento público, aunque promulgues una ley se sabrá tarde o temprano-
El moreno se quedo pensativo por unos momentos.
-Me lo agradecerá, Akane es una excelente madre, mejor que…-
-Sir Bielfield es su madre y no creo que se quede tranquilo hasta tener devuelta a su hijo-
-¡Pues que lo intente para que vea de que soy capaz!- grito furioso el moreno.
-El tiene derecho-
-¡Ninguno!, ¡es anormal que un hombre hubiese podido…!-
-¿Anormal?, acaso fue anormal cuando tomaste a …-
Sintió su espalda golpearse contra la pared, siempre supo que aquel día llegaría, pero jamás pensó que su primera pelea con su amigo fuera por algo así.
-Murata, te aconsejo no provocar a tu rey-
Realmente estaba molesto, lo podía ver en sus facciones, ¿Qué te ha pasado Shibuya?, pensaba al no reconocer a su amigo, siempre supo que era testarudo en su forma de pensar pero algo muy distinto era negar lo que había hecho. Si antes estaba en desacuerdo con Shinoun por aprobar la petición de los diez nobles, ahora sabia que no quedaba otra alternativa. Lamentablemente su amigo había sido influenciado por la peor enemiga del poder, el amor.
Increíble, después de todo lo que había hecho por ese reino, por esas personas, ahora le daban un ultimátum.
-Shibuya Yuri, Heika, 27º Maou de Shin Makoku, se le solicita ante la presente carta que se exima de su mandato, dejando así el poder, se le pide deje este reino y regrese al suyo en paz, como siempre a sido su proclama desde que llego. De no hacerlo nos veremos obligados a utilizar la fuerza, sin más se despiden ante usted, las diez casas nobles de Shin Makoku-
Terminaba de leer uno de sus asesores, que apenas pudo tomar aire volvió a pronunciarse.
-Eso no es todo mi señor-
-¡Hay mas!- dijo algo molesto el moreno ante un súbdito tembloroso.
-Si…hump…bueno-
-¡Vas a hablar o que!-
-Si Heika, los diez nobles firman la carta pero ellos cuentan con el apoyo de la gran mayoría de los otros…nobles- termino por decir este.
Furioso era poco a como se veía el moreno, su esposa le miraba desde su asiento con claros signos de esperar una respuesta de este.
-¿Qué Haras?- se atrevió a preguntar la mujer ante su mirada fría.
Pensó en todo lo hecho en esos años en aquellas tierras, en todas sus aventuras, en sus amigos, ja, amigos pensó.
-Si quieren guerra, pues guerra le daremos-
Sus consejeros sonrieron al escuchar esto, su estadía en el poder aun estaba asegurada mientras su regente estuviera en ella, dieron gracias por tener a su reina junto a este, ya que gracias a ella, el había madurado para bien.
Continuara................................