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MATRIMONIO FORZADO por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Al ver aquella cabellera rubia meciendose a lo lejos, todos sus temores desaparecieron, estaba vivo y solo eso importaba.

 

CAP.4

JUSTICIA…NO.

VENGANZA…SI.

 

 

No pudieron ocultar su alegría al ver una cabellera rubia asomarse entre la multitud, estaba vivo, podían volver a respirar con tranquilidad, el peso que se alojo en sus pechos el día de aquella boda y que pasado el tiempo se habría incrementado estaba desapareciendo por completo, con el simple hecho de verle montado en aquel corcel.

 

En el bando contrario se encontraban aquellas personas que alguna vez le hicieron creer que eran su familia, junto a ellos el ejercito con el cual juro proteger y servir al que fuera su amado pueblo, mas todo había cambiado, aquellos ya no eran nada suyo y aquella nación, ya no era su tierra.

 

La noticia lo tomo por sorpresa, crédulo quiso creer que se trataba de un error pero al ver su cuerpo ensangrentado, comprendió que ya nada seria lo mismo. Quizás nunca lograse amarlo, mas lo quería, talvez no como todos en su reino pensaban, su amor nunca fue carnal, siempre fue algo mas paternal.  En el veía reflejado la figura paterna tan escasamente recordada de su difunto padre, esa que su tío intento llenar sin éxito, esa que su hermano mayor creía  poseer sin tenerla.

 

Un completo extraño.  Lo que ellos no pudieron, un completo extraño lo consiguió, un bárbaro como le llamaban, una persona magnifica, para él, alguien con quien se podía contar, confiar, alguien que no dudaría en reprochar sus errores y en alentarlo a mejorar sus fallas, sin importar su apariencia, alguien que nunca se cansaba de alabarle y decirle que le hacia sentir orgullo, alguien que le abrazaba con cariño llamándole mocoso, sin tener otras intenciones oscuras en contra suya. 

 

La rabia era inmensa, las lagrimas caen sin control, quería justicia, no, deseaba venganza, la misma que los fieles soldados de su difunto esposo clamaban, mas cuando se entero de quienes fueron los responsables, su mente quedo en blanco.  Todos le observaban esperando su decisión, estaban concientes que tendrían que tragarse las ganas y quizás hacer justicia por sus propias manos, pero para su sorpresa, vieron con asombro como su joven regente se ponía de pie dando la orden de reunir a sus tropas, ya que la declaración de guerra era inminente.

 

 

No daban crédito a lo que estaban presenciando, a la cabeza de aquel ejercito, un azorado rubio alzaba su espada dando la orden de atacar al enemigo, a todo pulmón.  Acaso esa era la venganza del monarca de esas tierras por haber atentado en contra de su vida, cuando pensaron que le había dado muerte a su ex príncipe.  Debían evitar tal enfrentamiento, era claro que aquel sujeto lo había planeado todo, desde negarles comunicación alguna con el joven, como el de obligarlo a enfrentarse a su propia patria. Pero como conseguirían eso, si ni siquiera podían hablarle en  medio del fervor de la batalla.

 

Al cabo de una semana ambos bandos se encontraban en pésimas condiciones, mas uno de ellos seguiría en pie con tal de saciar su sed de sangre, no se darían por vencidos tan fácilmente, no hasta consumar por completo su venganza en contra de quienes perpetraron la muerte de su regente.

 

Luego de un mes, finalmente alzaron la bandera blanca, la tregua parecía inminente.

 

Estaba nervioso, podía notar la molestia por parte de su padrino como por parte del hermano de este, sumado por la preocupación de su consejero, aunque el lugar era neutro, estaban en campo abierto a merced del enemigo y aunque fuera una tregua, no podían olvidar que quienes se reunirían con ellos eran unos bárbaros.

 

Entraron al poco tiempo que ellos, tres hombres daban paso a un rubio de mirada inescrutable, el moreno no se resistió, le sonrío e intento hasta de saludarle, mas un peli gris se lo impidió, ya que según las normas debían guiarse por el protocolo, lo cual él tanto como su padrino hubiesen deseado saltarse en esos momentos pero que bien sabían seria imposible.

 

El consejero real dio un paso al frente anunciando al rey de Shin Makoku, Shibuya Yuri, luego un hombre del bando contrario hizo lo mismo dando el nombre de Gregor Gallekos como soberano de sus tierras.

 

Extrañados los presentes preguntaban por el sujeto en cuestión que para su asombro se encontraba ausente, mas quien fuera su príncipe dio un paso al frente, lo cual les dio a entender que iba en su representación.  Cual fue su sorpresa cuado uno de sus hombres les corrigiera al llamarle por su antiguo nombre.  El ya no era Wolfram Von Bielfieled, ex príncipe de Shin Makoku por parte de su madre, quien fuera conocida como antigua regente de aquel reino demoniaco, eso estaba en el pasado, había quedado en el olvido al asumir la corona de aquel reino, adoptando así no solo sus creencias, costumbres, tierras y gente, si no también como dictaba la tradición, el nombre de su difunto soberano que venia desde el primer regente de su nuevo reino con el fin de jamás olvidar quien fundara esas tierras.

 

No habían excusas que valieran, cometieron un terrible error y ahora deberían pagarlo, la tregua había fallado en su cometido, la paz se veía distante.  El hermano y amigo que conocieran ya no existía, sus ojos solo reflejaban ira y sus acciones sed de venganza contra ellos o quienes se interpusieran en su camino.

 

Venganza era una palabra fuerte que le brindaba fuerzas cada mañana para dirigir a sus hombres, sentía su pecho hervir de ira al verles, mucho mas desde que tuvieran el descaro de insinuar que todo se trato de un triste equivoco. Cínicos, eso eran, ahora que le tenían encima decían preocuparse y temer por su vida, quien creían que era.  El muchacho que seguía sus ordenes obedeciéndoles de mala gana ya no existía, al igual que el nombre que s vio obligado a abandonar cuando tomo posesión de la herencia dejada por su difunto esposo, él era una nueva persona, una sin limites, sin familia, gracias a ellos que se encargaron de arrebatársela.  Ahora estaba solo, con un reino a cuestas que dependía de él para hacer justicia.

 

Aquel día, aunque soleado, era sombrío, estaba claro que aquella batalla daría fin a esa guerra que había durado por tanto tiempo, también lo era para quienes serian los ganadores y perdedores.  Mas un bando en particular deseaba con ansias retroceder el tiempo e impedir aquel fatídico día, en el cual entregaron a quien fuera el amado príncipe de Shin Makoku.

Un ataque se escucho a lo lejos y ambos bandos se fueron a las armas entrando con fervor al campo de batalla……..

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

Notas finales:

Si lo se, quizas fue corto, pero asi estaba, vaya que manuscrito mas corto, pero como dije antes, era un on-shot pero por falta de tiempo lo fui subiendo de a poquito porque el transcribir, revisar y editar, toma su tiempo.

Bueno, muchas gracias para quienes leyeron la historia y desde ya me pongo un chaleco anti balas......¡aaaaaaaaa!, jejeje, no, eso no...o si.


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