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LOS PROMETIDOS REALES por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Muchas noches, meses de casados y nada, ahora una amenaza se hara presente y un rubio perdera la poca paciencia que le queda.

 

6.- AMENASAS, INFILIDADES Y UNA PELEA

 

 

Otra noche y sabia bien que nada de lo que dijera provocaría un acercamiento, no podía creer que estando casado tuviera que estar en abstinencia, en todos esos años luego de su ruptura, solo dos de sus prometidas le permitieron pasar tan lejos como lo hiciera el primero, pero apenas les escuchaba hablar de boda él con pena fingida les recordaba que no había sido su primer hombre y que eso era un gran impedimento para concretar este hecho.  Sentirse vil era poco para lo que se merecía pero que podía hacer, realmente no las amaba tanto como para tomar ese paso tan importante en su vida, entonces llego Lissette, ella era la cuarta, la segunda que se negaba a pasar a mas allá de un beso pero a diferencia de la anterior, un deseo inexplicable le embargaba cada vez que le veía.  Deseaba poseerla con todas sus fuerzas, solo por ello acepto realizar aquella fallida fiesta de compromiso, que cada vez que recordaba, daba gracias a Shinoun por no haberse escapado a su mundo como había pensado un día antes, por ello lo había vuelto a ver nuevamente, mas bello que nunca, entonces se dio cuenta, Lissette solo seria un reemplazo, porque si bien era cierto era hermosa y tenia gran similitud con él, no le llegaba ni a los talones.  Otra cosa que daba gracias era el haber descubierto a su hijo, chiquillo travieso pensaba cuando recordaba aquella noche, sin sus travesuras quizás nunca se hubiese fijado en él. 

 

“Una familia, eso somos”, le decía a diario al pequeño que para su alegría lo aceptaba sin mayor problema, no así su consorte.

 

Sus piernas nuevamente se rozaron por casualidad como tantas otras noches, el rubio se alejo lo mas pronto posible fingiendo estar dormido, mientras un moreno se le acercaba sigilosamente pasando su mano con cuidado por sus cabellos, podía sentir como su aroma entraba por su nariz y penetraba su alma, lo deseaba tanto, pero bien sabia que no podía exigirle nada,… ¿o si? 

 

Claro que se peleaban a diario las primeras semanas y sobre todo en las noches, es que por nada en el mundo permitiría que le volviese a tocar, para que, par que luego del sexo le mirara con asco, para sentir su mirada de horror al verle despertar, para sentir su desprecio por varios días hasta que se hubiese olvidado de lo que hicieron, ¡pues no, gracias!, el no volvería a caer en ese juego, ya no era el mismo idiota enamorado de hace años atrás y bien  claro se lo había dejado al moreno tras varios puñetazos cerca de su área sensible como simple advertencia que terminaron resultando bastante bien.

 

 

Dormía placidamente cuando unas cosquillas en su cuello comenzaron a molestarlo, intento ignorarlas pero luego una sensación olvidada, justo en su entre pierna lo obligaba a despertar de golpe.

 

Le miraba asustado, no le gustaba eso, pero como bien sabía eso seria cosa de segundos, su demonio tal como lo previo ya se ponía furioso intentando de golpearlo, pero a diferencia de antes, ahora estaba preparado.

 

Quiso darle un puñetazo en el rostro, ya que sus piernas estaban imposibilitadas para darle un rodillazo, el muy baka lo tenia aprisionado entre las suyas y para colmo la posición de su cuerpo le complicaba hacerle algún daño posible.  Le hervía la sangre, el muy desgraciado no solo se reía si no que continuaba besando su cuello y atrapando su cuerpo por la espalda imposibilitándole moverse.

 

-¡Desgraciado suéltame o ya veras!-

 

-Veré que- decía entre beso y beso mientras el rubio forcejeaba furioso-Eres mi consorte, ya es hora que cumplas como tal-

 

-¡Tú lo has dicho!, ¡soy tu consorte no tú maldita puta!-

 

-¡Wolfram por favor ya han pasado meses desde nuestra boda!-

 

-¡Acaso crees que me importa, ve y soluciónalo tú mismo!-

 

-¡Bien!- grito molesto soltando al instante al rubio-¡Si eso quieres así lo haré, pero luego no te quejes de que te soy infiel!- grito con rabia levantándose de la cama y marchándose del cuarto.

 

No podía creerlo, además de enclenque, idiota, ahora además era cínico,  intento de refrenar su ira pero sin éxito, al igual que su consorte se levanto de la cama pensó en destrozar todo a su alrededor pero en eso decidió desquitarse con el verdadero responsable de aquel sentimiento.

 

Risas y un majestad lo acercaron a cierto pasillo de palacio, tal como le dijera el descarado de su consorte, le estaba siendo infiel a vista  y paciencia de quien pasara por ahí.

 

Estaba de lo mas bien conversando con aquella invitada que por casualidad se encontró en el pasillo, al parecer ella tampoco lograba conciliar el sueño, claro esta que por motivos diferentes, cuando de repente vio como aquella dama se ponía mas pálida que el papel, quiso tomarla en brazos ya que pensó que se desmayaría pero entonces ella lo alejo presurosa indicándole con los ojos que mirara tras de si.  

 

-Wolfram-

 

Fue lo único que dijo antes de ver como el rubio formaba una bola de fuego en la palma de su mano.

 

El muy desgraciado alejo a su amante interponiéndose para evitar que la dañara con su ataque, si antes le odiaba, ahora el rubio lo despreciaba, nuevamente se había burlado de él, quizás desde cuando la tendría, mientras se reían a sus espaldas.

 

Como pudo protegió a la joven, era claro que su amenaza estaba haciendo efecto pero jamás pensó en ser descubierto a solo minutos y para colmo siendo completamente inocente.  Las palabras estaban demás porque cada vez que habría la boca Wolfram le atacaba con mayor fuerza, ya que al parecer había olvidado por completo a la mujer oculta en una esquina.

 

Lo iba a despedazar, lo haría papilla, eso haría, por todos los años de compromiso, por todo ese tiempo en el cual se desvivía por hacerlo feliz sin que el siquiera le diera las gracias, por cada rechazo, por cada humillación tanto en privado como en publico, por cada vez que menosprecio y pisoteo su tan herido orgullo, a él, a un Bilefieled, pues bien, ahora sabría de que estaban hechos los de su casa.

 

Todo ocurría demasiado aprisa, intentaba de esquivar ya sin mayor éxito sus ataques, se dio cuenta que ya no era una simple rabieta cuando una bola de fuego paso rozando su cara, era hora de defenderse, era cuestión de vida o muerte.

 

-¡Mamiiiiiiiiiiiiiii!-

 

Escucharon a lo lejos una voz infantil gritar angustiado, justo en medio de la batalla y cuando el mayoku de uno de ellos estaba en su auge.

 

El niño no paraba de llorar, corrió hasta su mami que se encontraba inconciente y apenas vio acercarse a su reciente descubierto padre se le hecho encima a golpes increpandolo con acusaciones que le rompían el corazón a este, no fue si no hasta que llego Cecile que pudo atender al demonio de fuego y llevárselo hasta la enfermería, ya que de ser por su pequeño hijo, jamás lo volvería a tocar.

 

 

 

 

 

Continuara....................................

Notas finales:

Ahi les va otro capi, espero que les guste, gracias por los comentarios.


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