6.-EL PEQUEÑO SOBRE PROTECTOR
Ya habían pasado varios días desde la pelea en la cual el consorte real había quedado inconciente y un apenado Heika aun juraba no haber tenido la intención de herir al bello mazoku, pero por mas que lo hiciera y que todos creyeran en su palabra sabiendo el carácter del rubio, un pequeño no cesaba de verle con odio que le demostraba de forma clara al alzar su pequeña espada de madera en son de pelea para evitar que se acercara a su mami por lo cual le era imposible explicarle que lo que había visto solo se trataba de un mal entendido. Por otro lado un demonio de fuego se negaba a dirigirle la palabra y cada vez que llegaba la noche momento en que su esposo esperaba al fin poder aclarar las cosas, tomaba a su pequeño hijo para dormir juntos, lo cual alegraba mucho al pequeño que desde hacia mucho extrañaba aquel acercamiento con su querida madre.
Un moreno veía a sus dos amores dormir placidamente abrazados, su corazón se lleno de regocijo con aquella escena haciéndole darse cuenta de que en gran parte todo lo ocurrido había sido su culpa.
Sintió como rozaban sus cabellos y como unos labios le daban un beso, salto del susto lo cual provoco que su pequeño despertara en el acto.
Al ver al tirano que tenia por padre tocar a su mami no pudo aguantar la rabia e impotencia de no haber estado atento como digno soldado que seria en un futuro, había bajado la guardia, era imperdonable, sin siquiera pensarlo invoco su mayoku y lo lanzo en contra del acosador que quedo impactado al igual que su madre al ver la potencia de su poder.
-¡Alexander!- alcanzo a gritar un rubio al ver la reacción de su pequeño, quien ya se paraba de la cama para atacar nuevamente a un moreno que se levantaba del suelo.
-¡No toques a mi mami!- gritaba molesto el niño alzando la mano que enseguida fue detenida por su progenitor.
-¡Mami, mami ese sujeto se atrevió a molestarte!- decía asustado el pequeño tocando la cara de su amada madre quien no creía como su inocente niño podía mostrar una mirada con tanto odio por alguien.
Vio como abrazaba a su hijo, mientras el se levantaba del suelo, vaya que el pequeño tenia fuerza pero aun así no la suficiente, se notaba que la sangre Bielefieled era fuerte en el, si definitivamente eso y el hecho de haber sido criado por Wolfram lo habían convertido en un niño fuerte, ese simple hecho lo llenaba de alegría y orgullo, sin saber que aquello pronto le traería mas de un problema.
Así pues los días pasaban en total armonía, si se podía llamar así, la tensión se podía notar en el aire, ambos consortes aun no arreglaban su ultima disputa y un pequeño no daba tregua a un heika que en cada intento de posible reconciliación se veía obstruido por este que no dejaba ni a sol, ni sombra a su madre.
Por extraño que pareciese este hecho le causa gracia al moreno, en un principio, hasta que se dio cuenta que de seguir así nunca podría ponerle un dedo encima a su consorte y peor aun, cada vez se sentía mas lejos de su hijo con el cual apenas hace poco había conseguido acercarse, el motivo era obvio, aun le tenia rencor por lo ocurrido con el rubio.
Su corazón se oprimía al ver como su pequeño demostraba tanta rabia en contra del moreno, sabia que este se merecía lo peor, sobre todo por lo que le hizo sufrir pero jamás pensó en incluir en su resentimiento a su hijo. Debía hacer algo y rápido, ¿pero que?
Sabía que su proposición le tomaría por sorpresa, mas al reiterar que ya no sentía el mas mínimo sentimiento por aquel, pero eso ya no importaba, los gritos de emoción por parte de su madre no se hicieron esperar, al igual que su apoyo en su plan. Estaba nervioso, como no estarlo si de ello dependería la felicidad de su hijo.
Continuara..........................