Cap.10 CORRIGIENDO LOS ERRORES
Nuevamente se marchaba y ahora no solamente se llevaba su corazón con él, si no que también a su pequeño hijo. Como había sucedido todo aquello, ¿Cómo?
Deseaba olvidar todo lo sucedido, dar vuelta a la hoja pero eso era imposible, hasta su pequeño parecía mas feliz por regresar a Bielefieled, su hogar, le dolía darse cuenta de esto porque aunque el lo negara, siempre deseo que su pequeño amara aquel lugar que alguna vez fuera su hogar. Respiro hondo y antes de subir al carruaje vio por ultima vez el pacto de sangre.
Su carruaje se había perdido de su vista, sin importarle ser descubierto comenzó a llorar como nunca lo hizo antes, le había perdido y ni siquiera su intento por hacer entender a los nobles de que todo se trato de un error pudo ayudarlo, ya que como todos supieran antes de la boda, el no estaba de acuerdo con formalizar aquella unión, su única esperanza era el hecho de que como dijeran antes, Wolfram era su consorte y aquella boda solo era un formalismo.
Un lo siento lo dejo frío y la explicación que vendría después aun mas.
“Heika, la nulidad será concretada tras firmar los documentos pertinentes, usted tanto como su consorte serán libres de rehacer sus vidas, así pues podrán casarse nuevamente y hasta tener hijos. Claro esta que su excelencia Alexander Bielefeled Shibuya será el primero en la línea de sucesión al trono, a no ser que sea desestimado por el gran Shinoun o usted mismo deje la corona. Por ultimo, para todos en este reino como en cualquier otro el único consorte real de Shin Makoku es y será Sir Wolfram Von Bielefeled, sin importar que usted contraiga segundas nupcias”
Lo vería, sin importar con quien estuviera, en cada fiesta, en cada asamblea, ahí estaría por el simple hecho de ser considerado su consorte real, aunque en la practica solo fuera de palabra. Si lo vería, junto a otros, con más hijos, con su hijo mirándolo con repudio por el simple hecho de ser quien lastimo a su madre. Le dolía el pecho ya no podía mas con aquel dolor inexplicable. Firmo los dichosos papeles sabiendo de ante mano que tras esto el se marcharía lejos para no volver a verlo mas que cuando fuese necesario y ahora lo veía marcharse.
“Así que dejaras que se vaya”
Ignóralo se dijo a si mismo.
“Dejaras que el pasado se vuelva a repetir, eso es lo que deseas”
Ignóralo, se decía mientras lagrimas caían sin cesar de sus ojos.
“El solo quería una respuesta”
¿Respuesta?, a que se refería… a si, la ultima pelea que tuvieron, la culpable de que todo hubiese acabado.
*¿Qué soy para ti Yuri?*, esas fueron las palabras que le dijera aquella tarde y que el no había entendido y a lo cual había respondido con un “eres mi consorte y madre de mi hijo esta es mi obligación”, una patada mental hizo que cayera de rodillas, ahora podía comprender mejor la reacción de su demonio.
“Ahora lo entiendes”
-Si-
“Entonces que harás, te quedaras ahí y dejaras que el pasado se repita o te levantaras e iras tras él”
-No- dijo levantándose.
Quien lo viera pensaría que atacaban palacio pero no, en ese momento Shibuya Yuri esta resuelto en hacer solo una cosa y esa era recuperar a como diera lugar a su familia.
Llevaban un buen trecho desde que dejaran palacio cuando su pequeño comenzó a gritar.
-¡Alguien viene mami, mira!-
En seguida saco su cabeza por la ventana de la puertecilla, no distinguía quien era pero si como aquel sujeto levantaba una mano.
-Que atrevimiento- dijo algo molesto metiéndose nuevamente.
-Mami si quieres lo derribo- decía el pequeño empuñando su mano.
-Esta bien Alexander no debe ser mas que un viajero perdido- le dijo al pequeño mientras acariciaba su rostro provocando una gran sonrisa en este que adoraba ese tipo de contactos.
-¡Detengan el carruaje!- se escucho gritar a uno de los hombres que los escoltaban hasta sus tierras.
Apenas sintió que se detenía salio de este furioso a pedir una explicación fue entonces que vio a un moreno agotado bajar de su corcel negro haciéndole una seña a la escolta.
Todos estaban atónitos, no entendían que ocurría, ni porque su monarca estaba ahí, aunque había algunos que tenían una corazonada, habían otros que ya estaban preparados para defender a su excelencia así se tratara de su mismísimo heika.
Apenas y podía respirar, ya antes había hecho una cabalgata de esa magnitud pero nunca a tal velocidad, tanto que temía que le saliera una hernia y que el pobre de Aho se diera de baja por el resto de su vida bobina. Respiro para recuperar la compostura y justo a tiempo porque entonces vio a un rubio molesto bajar del carruaje.
-¿¡Qué quieres enclenque!?-
-¿Enclenque y que paso con Heika?- pregunto curioso el moreno ante la repentina informalidad en su ex pareja.
-¡Y bien, habla ya o deja que sigamos nuestro camino!-
Ese era el momento que tanto temía en el pasado y que ahora estaba dispuesto a concretar sin importar lo que sucediera.
-¡Te amo Wolfram!-
Continuara..........................................