CAP.14 SANGRE
Apenas y alcanzo a reaccionar, el miedo lo embargo cuando vio como su demonio de fuego se interponía entre él y ese cuchillo, apenas pudo agarrarlo con ambas manos e impedir que el dichoso filo lo apuñalara en el pecho.
Sangre, sangre, sangre, era lo único que veía y en lo único en que pensaba el pequeño al ver como del pecho de su madre salía sangre…al menos eso pensaba en ese momento hasta que sintió un fuerte golpe en el rostro que lo lanzo de la cama en la cual se había trepado magistralmente.
Podía comprender el temor que tuviera Yuri, ya que era el mismo que él sintió al ver que lo atacaban, pero ni aun así, permitiría tal trato en contra de su hijo.
Se soltó de su agarre empujándolo con fuerza, acaso no entendía que el mocoso aquel había intentado matarlo, que si no fuera por él ya estaría muerto, pero no, el no solo lo había alejado de su lado, si no que ahora estaba junto a este abrazándolo y ¿Por qué?
Tras arrojar el cuchillo y golpear a su hijo, Yuri le había abrazado con fuerza, tanto que parecía que no podría librarse de su agarre, o al menos eso pensaba, lastima para el que aun no conociera la voluntad de una madre cuando veía a su hijo sufrir. Se soltó de este con dificultad, cubriéndose con la sabana y yendo hasta donde estaba su niño, sabia que lo que había hecho no estaba bien pero también sabia que su intención no era lastimar a nadie, solo era esa maldita reacción que tenían en la sangre heredada de cierta rubia curvilínea.
Y que si no paraba de llorar, que si temblaba por el temor de casi perder a su madre, aquel golpe era poco para lo que se merecía aquel mocoso que si no supiera del inmenso amor que sentía su rubio por el, juraría que no era suyo.
Shock, ese fue el diagnostico que diera Gisela tras revisar al niño que tras luego de llorar a mares por el acto cometido, se quedara abruptamente en silencio mirando la nada y es que lo sucedido había sido demasiado fuerte para por alguien tan pequeño.
Se podía ver a un rubio al lado de la cama de su hijo rogando porque saliera de ese trance y que volviera a ser el niño alegre y travieso de siempre, muy en el fondo se culpaba por lo ocurrido, sabia que debió abandonar palacio antes que algo horrible ocurriera pero jamás se imagino que una tragedia de tal magnitud afectara a sus dos seres amados, porque de haberlo sabido jamás habría aceptado los sentimientos de su moreno y mucho menos hubiese regresado a su lado.
Podía entender a Wolfram, al principio sintió rabia en contra de aquel mocoso y se molesto al ver como su amado lo consolaba tras el llanto desgarrador que salía del pecho del pequeño, pero él no, aun no olvidaba lo ocurrido y eso no había cambiado con el anuncio de su estado. Pero los días pasaban y con ellas las semanas y el estado del niño aun no mejoraba. Podía ver oculto tras la puerta como su amado rogaba a su hijo que despertara pero nada ocurría, ahora podía entender como se sentían todos al verlo caer desmayado tras convertirse en Maou en sus primeros años de utilizar su mayutsu. Era doloroso, no tanto por el, si no por su rubio que aunque no lo mostrara en público se notaba que lloraba estando a solas.
El dormía sobre el lecho de su pequeño y por primera vez desde que unieran sus cuerpos lograba tocarle, aunque fuera solo su sedoso cabello. Vio a su pequeño pálido y por primera vez sintió un dolor latente en su pecho, se acerco hasta el y de la misma forma en que acaricio a su amado lo hizo con este. Si tan solo despertara le diría tantas cosas, una de ellas seria perdóname, otra volvamos a ser amigos,… te quiero. Imágenes de las primeras semanas a su lado lo embargaban, recordaba como le había enseñado a jugar béisbol, como habían salido a montar, como su pequeño le demostraba su adiestramiento en la espada y cuanta era su felicidad al decirle que siempre deseo conocer a su padre.
Porque las cosas debían ser así, porque justo cuando todo parecía estar bien entre la pareja real y la felicidad parecía inminente entre ellos debía ocurrir algo como esto, era algo que se cuestionaban constantemente los miembros de palacio que sufrían igual que sus reyes por lo ocurrido.
Continuara...................................