3.- TE AMO
Te amo…te amo…te amo, decía beso tras beso que daba por esa larga espina dorsal perteneciente a su amado, su piel ya no tan suave como lo fuera alguna vez era una delicia para el sobre todo al llegar hasta sus redondeados glúteos esos que en cierta parte ocultaba cierto orificio que se abría solo para el desde hacia ya años. Lo sintió quejarse y moverse un poco, esto hizo que se detuviera por unos segundos para continuar respirando hondo toda ese bello cuerpo. Con delicadeza pasaba las manos desde su estomago hasta su pecho. Le olio con fanatismo para luego darle un delicado beso en la nuca y proferirle una vez mas cuanto lo amaba. Cerro los ojos con la intención de hacerle creer que aun dormía, podía sentir como se removía entre sus brazos, faltaba poco para que diera un grito que bien sabia el seria de pura vergüenza por encontrarse en esa pose pero que creyéndolo dormido solo se quedaría quieto, rojo como tomate hasta que el decidiera dejar de fingir estar dormido.
Nowoki…No…wo…ki….mi amor… le escuchaba decir cada vez mas bajo y para su sorpresa también cada vez sentir su cuerpo mas frío.
El silencio se instalo y quiso abrir sus ojos pero por mas que lo intento no pudo, entonces un escalofrío le calo hondo por todo el cuerpo, un dolor punzante en el pecho lo obligaba a despertar y darse cuenta que estaba solo en esa gran cama que antes pareciera tan pequeña para ellos dos. Sus brazos estaban vacíos, la cama estaba fría y el estaba una noche mas solo, igual que hacia varios años desde que él ya no estaba a su lado.
Hiro-san, Hiro-san, te amo tanto…mi amor, porque, porque, decía tomando su rostro con ambas manos sin poder dejar de sentirse desdichado tal como cada mañana de su patética vida.
Donde estas, porque me dejaste, acaso no ves que sin ti no soy nada. Desearía llorar pero las lagrimas hacia tiempo se habían secado, su alma estaba fría, su cuerpo era un hogar desabitado en el cual la esperanza solo volvía al recordarlo pero ni eso lo salvaba, estaba muerto por dentro, aun mas que su propio amado.
Ya era hora de levantarse y al igual que cada día lo hacia por inercia, todo le daba igual, su cambio de actitud era claro mas para algunos que para otros, su Sempai era quien mas lo notaba y quien mas intentaba de sacarlo de su agónica tristeza pero como podía el olvidar a quien le habia dado tanta felicidad, como podía vivir después de haber perdido a su motor su única razón de existir, ya nada era lo mismo sin el.
-Y si el te hubiese dejado-
Le dijo un día su superior como queriendo así aminorar su dolor pero sin lograrlo, ya que si fuera así por lo menos le hubiese quedado la tranquilidad de poder encontrárselo aunque fuera por casualidad en la calle, aun si era feliz con otro, aun si eso le doliera, al menos sabría que estaba vivo, que respiraba y quien sabe, la esperanza de algún día volver a tenerlo con él. No su Sempai no sabia lo que el sentía, ni lo podría llegar a imaginar siquiera, ya que a diferencia suya, el si habia amado y era algo tan grande que llenaba por completo su pecho, no todo su ser, no sabia que una vez que le arrancaban aquello que tanto añoro desde su niñez y que por fin consiguió por asares del destino siendo un adulto dolía mas que el no haberlo tenido como en una ocasión le aconsejo hacer.
-Piensa que nunca lo conseguiste, hazte la idea que el nunca te amo-
Pero como hacer eso si sabia bien que aun con aquel carácter tan especial de su castaño no habia un ápice de su ser que no lo amase pruebas tenia muchas pero no las iba a enumerar a quien se lo preguntara, esos eran sus recuerdos, sus secretos, sus amados momentos con aquel que ya no estaba y con quien soñaba desesperadamente estar nuevamente a su lado.
Continuara...............................................................................