PENURIAS DE UN ESTUDIANTE DE PEDIATRIA
Te amo-
No yo te amo-
No yo te amo más-
Que cosas dices, yo te amo tanto pero tanto que duele-
Pero que cosas dices amor-
Amor, me parece tan…-
Tan que, increíble-
Si-
Baka-
Respiro hondo el aroma de su amado, era increíble, realmente increíble que el y ese ángel estuvieran en aquella cama, abrazados, juntos, besándose, tocándose, mirándose con deseo y lo mas importante escuchando por fin aquellas palabras que un tiempo atrás avergonzaran tanto a su amado provocando que tan solo en un par de ocasiones se atreviera a confesarle. Simplemente se sentía rebosar de alegría, tenia al amor de su vida a su lado, era tan afortunado, tanto que todas las tristezas de su pasado quedaban completamente en el olvido y todo gracias a una sola palabra dicha por esa linda boquita color cereza.
Te amo-le dio un beso corto y dijo otra vez-te amo y no lo olvides Baka-
No lo haré Hiro-san, nunca lo haré-
Comenzó a besar su cuello con premura, llegando a una oreja solitaria que no dejo mas de un segundo descuidada y que mordisqueo juguetonamente, acaricio su mejilla con la punta de su nariz sintiendo la respiración agitada de su amante, aprovecho su abierta boca para robarle uno y mil besos ardientes que no le eran negados para nada, subió su camiseta hasta los hombros, acaricio aquellos botones mágicos que hacían gemir sin control a su querido, rozo su abdomen con la palma de su mano hasta llegar a cierta parte de su anatomía que le hizo dar un brinco. Grande, hinchado, precioso, suyo, solo suyo y de nadie mas. Abandona su boca y mientras baja por su cuerpo besa, chupa y da pequeños mordiscos que lo marcan como propio hasta llegar a donde con anterioridad se encontraba su mano para ser reemplazada por su boca. Absorbe el gran falo de su amado chupándolo con desesperación y dejándolo solo cuando siente el tan preciado néctar de este en su garganta. Abre con premura las piernas de su castaño dejando expuesto aquel exquisito botón que desde hace años era de su exclusividad. Lo lame, lo incita, le acaricia y viendo que ya esta extendido le penetra urgido, casi con demencia, cada vez le cuesta mas controlarse llegando a esta parte pero solo por el gran amor que le profesa a ese hermoso ángel se controla, solo por el y nada mas que por él. Pronto se siente en llamas, su cuerpo arde, sus gemidos roncos se unen al compás con las sacudidas de su amante, escucha con deleite como sus testículos golpean ese precioso trasero del cual se apoderan sus dos grandes manos provocando así una mejor y mas profunda penetración que hace dar grititos en su pareja que claman por el.
No…wa…ki…No…wa…ki….-
Si amor….si…ya…ya….-
Nowa…ki…¡haaaaaa!-
Si…si…ya…ya…casi…-
No…Nowa…ki-
Ca…si…amor….juntos….juntos-
Nowaki-
Un grito escandaloso resuena en la habitación con tal ímpetu que temen que los vecinos les reclamen en el momento por tal osadía y descaro de su parte, ríen, se besan. Esta rendido pero feliz, una vez mas se ha venido dentro de su amado y sabe que aunque este lo niegue le encanta ser marcado por su esencia, ya desea salir de él para ver sus fluidos descendiendo por esas bellas piernas pero la calidez de aquella apretada entrada le hace reconsiderarlo por mucho tiempo hasta que un golpe en el hombro le indica que ya es hora de retirarse, aun sin desearlo.
Nowaki-
mmmm-
Nowaki-
mmmm-
¡Nowaki!-
Hiro-san, amor que sucede-
¿Qué sucede?, ¿Qué sucede?, ¡acaso no has visto la hora que es baka!-
El moreno se sienta de golpe en la cama y se percata que su querido ángel esta a los pies de esta y completamente… ¿vestido?
Que pasa baka, acaso se te olvido que hoy entrabas temprano-
Y antes de que pudiera decir una sola palabra el castaño le arrebato las calidas sabanas que cubrían por completo su cuerpo, dejando expuesto un pequeño problema que mas que apenarle a él ruborizo por completo a quien se las había quitado sin dar crédito a lo que veía.
Hiro-san…yo…yo…-
No puedo creerlo-
Trágame tierra, trágame, trágame, trágame era lo único que cruzaba por la mente del pediatra cuando aquellos ojos miraban detenidamente aquella parte de su anatomía.
Te…te…te…¡te orinaste!-
-¡Que!, no, no es eso yo, yo-
-No me interesa, limpia ese desastre y ven a desayunar-
Pe…pero…Hiro-san…no es eso-
Una puerta era azotada mientras el se quedaba con la palabra en la boca sin siquiera poder replicar sobre la naturaleza de aquella mancha, el castaño la había visto y por su expresión había quedado bastante choqueado por lo que vio. Suspiro desganado, no sabia como volvería ver a su amado, extraño en seguida al lindo y sensible chico de sus sueños, si, sueños, sueños tan lindos que lo hacían olvidarse a veces de la realidad y que venían repitiéndose por muchos días en donde cada vez se tornaban mas calientes sobre todo cuando sentía la piel de su amante cerca suyo, mas cuando una gran cama le gritaba que a su lado no había nadie, entonces añoraba desesperadamente no tan solo un cuerpo sino a la persona en si que lo hacia estremecer hasta la locura, mas que podía hacer si sus horarios no concordaban con los de el.
Ahí esta tu desayuno, debo irme a trabajar- dijo cortante un castaño que se notaba de lo mas nervioso.
Hiro-san, yo…con respecto a lo que viste, ejem, bueno…-
¡No tiene importancia, a cualquiera le puede pasar!-
Pero Hiro-san, yo no quiero que pienses que…-
Jajajaja, Nowaki los accidentes pasan no hagas gran cosa por ello de acuerdo-
A…a…bueno-
Su imaginación no le engañaba, su pareja estaba realmente nervioso, demasiado mas que otras veces, tanto que había dejado caer su portafolios dos veces en medio de maldiciones y risas nerviosas que no pararon hasta que se dirigió rígidamente hasta donde se encontraba él, agachándose y dándole un toponcito en los labios que mas que dejarlo anonadado lo dejo encantado.
Toma- dijo el castaño yéndose presuroso hasta la salida de su hogar dispuesto a marcharse a su trabajo, mientras un moreno apenas se percataba del pedasó de papel que le habían dado.
A las 19am. Si no puedes avísame y nos veremos mas tarde-
¿Que cosa?-
Definitivamente no entendía nada y cuando estaba a punto de preguntar su querido Hiro-san este ya se había marchado. Observo entonces el papelito en su mano, su cerebro decía imposible, mientras su corazón estaba a punto de explotar de felicidad por lo que ahí leía.
“Hotel Sakura”
¡Hotel Sakura!-
La silla salio volando, su cerebro le grito baka, su corazón le grito imbécil y como no hacerlo si aquel hotel quedaba a solo 20 minutos de su hospital, jamás se le había ocurrido aquella solución tan practica para darle fin a esas necesidades inherentes del cuerpo y sobre todo del alma que le hacían añorar tanto a su amado.
Hotel Sakura- dijo con voz soñadora el moreno con una ilusión que le daban la despedida definitiva a esos sueños húmedos que no hacían mas que amargarle la existencia.
¡Si!, Estaré ahí Hiro-san, así tenga que escaparme de mis rondas ahí estaré amor mío-
Horas mas tarde a un moreno pediatra le preguntaban porque tenia una mirada tan triste si hacia tan solo un par de horas sonreía como un verdadero demente y ante la mirada infantil que lo observaba no pudo mas que suprimir sus ganas de llorar, una vez mas no pudo ir al encuentro de su amor, teniendo que aceptar la cruda realidad de que al cerrar sus ojos volvería a tenerlo aquellos sueños que aunque lo encendían, también lo frustraban. La vida podía ser cruel, sobre todo con un humilde estudiante de medicina que solo anhelaba el calor del ser amado.
Fin