PARTE III
CUANDO EL PASADO SE REPITE
No se explicaban como había logrado esquivar a las sacerdotisas sin que estas se dieran cuentan, si bien no hubo violencia en su escape si una gran incógnita y desasosiego por considerar que entre ellas existía una traidora hacia su dios Shinou, tanto fue así que hasta la misma Gran sacerdotisa Ulrike estuvo a punto de auto exiliarse por lo que consideraba su culpa pero que Shinou no permitió en su gran magnanimidad inquiriendo en que para culpables tendrían toda una vida para descubrirle pero que en esos momentos el tiempo apremiaba y debían encontrar al Repudiado antes que se hiciera de aliados que impidieran que las sagradas leyes se llevaran a cabo.
Un día de búsqueda, dos, tres sin ningún resultado estaban poniendo más que preocupado al dios de los Demonios aunque este se negara a aceptarlo. De la desaparición solo estaban enterados los habitantes del Templo al igual que el General de Gwendal Von Voltaire que ya estaba al tanto de todos los por menores que causaron el destierro inmediato del ex Heika del reino.
Todo indicaba que había sido tragado por la tierra pero como bien sabia el hijo mayor de la ex Maou eso jamás era sucedía, al menos no en tiempos de paz y como siempre tarde o temprano los enemigos reaparecerían con sus aliados para cobrar venganza, tuvieran o no razón en esta. Le hervía la sangre al solo recordar el porque del Repudio de su hermanito hacia el hombre que amo desde el momento en que conoció, el preludio de un fracaso ya vaticinado no solo por él pero que por la ceguera de la maldita corte, al igual que el de su familia tuvo que ver como Wolfram era sacrificado tal cual animal al matadero con el único fin de unificar al reino, para de una buena vez permitirle aquel extranjero arraigar raíces en ese mundo que aun no lograba sentir suyo y por lo cual insistía en regresar al propio dejando con desasosiego e incertidumbre a todo un pueblo. Muchos pensaron que con la unión del menor de los hijos de la reina no solo se aseguraba un futuro prospero tanto para el como para su descendencia y sobre todo para su reino, sino que además conseguiría al fin lo que con tanto anhelo deseo desde que el moreno llegara a su mundo, su amor, pero cuan equivocados estaban todos si pensaban que con el simple hecho de unirse en matrimonio aquello ocurriría, el mas que nadie lo sabia al haber sido testigo del ultimo matrimonio de su madre de ver como el difunto padre de su hermanito luchaba incansablemente por un poco de atención de la mujer que amaba para solo recibir silencio y desprecio, como cuando se entero que seria padre la felicidad lo embargo de tal forma que olvido todo desaire hecho por su esposa y se aboco a mirar hacia el futuro por el bien común de su familia hasta el punto de permitirle la entrada en su hogar a quien abandonara a la Heika de los demonios sin razón alguna, pero que había conseguido con eso, nada, o quizás si. Porque cuando un buen día decidió darle una sorpresa a su amada y llevarle flores a la casa de campo que tenia en la pradera mas alta del reino destinada solo para las tertulias de las nobles damas se encontró con que no había en ella delicadas tazas de porcelana con sus aromáticos sabores inundando el aire, ni galletas preparadas por las sirvientas de palacio, ni mucho menos libros, tejidos o una mesita con un par de sillas bien dispuestas para discutir los por menores del día, no, lo que se encontró fue a su esposa, esa que se le entrega a regañadientes cuando ya no tenia escusa alguna para negarse, aquella que tras enterarse de su estado llorara desesperada a causa de una supuesta emoción que ahora caí en cuenta jamás existió, esa misma que le negaba un te amo porque decía que era una cursilería, gritando como una golfa y no como la dama que era, en brazos de un hombre que el bien reconocía como su segundo esposo.
Si bien lo ocurrido mas tarde fueron meros chismes de pueblo la vedad era mas cruel de lo que el mismo Wolfram podría haberse imaginado, porque ante aquel espectáculo su padre no levanto la espada en contra del amante de su madre, tampoco intento asesinar en un momento de ira a aquel hombre, sino que le dio el peor castigo que podría recibir cualquiera que atentara contra la dignidad de una familia. Si, Cecile Von Spitzberg había sido repudiada por su esposo y ante las leyes de Shin Makoku y hacia la frenta más que evidente de la Heika en las manos de este estaba el destino de su esposa.
Como una desgracia ya presagiada o por asares del destino el presencio la penosa acusación ante la Sacerdotisa Ulrike quien al cabo de una hora llego con la respuesta dada por el Gran Shinou. Cualquier castigo en esos momentos dado a su madre seria poco para su falta pero aquello no dejaba de ser extraño. Con dolor vio como tanto el como sus hermanos se vieron obligados a ver una justa entre dos hombres que se batían en duelo a muerte, como su madre moría de nervios cada vez que a quien amaba perdía ventaja y como un gran alivio se hacia presente en su rostro cuando el otro yacía moribundo tras la estocada final de su contrincante. Con pesar tomo en brazos a su hermanito que solo preguntaba porque su papi no se levantaba del suelo y que siendo tan pequeño aun no entendía lo que ocurría le oculto la verdad lo mejor que pudo, cosa que lamentablemente no pudo hacer con su otro hermano que evidentemente se encontraba en un claro estado de shock pues su padre le había dado muerte al de su amado hermano menor.
Era claro lo que se imagino su madre tras el duelo, pero su amado jamás regresaría a sus brazos pues ese fue el castigo otorgado por su entonces difunto esposo si es que moría, so pena de muerte para él y exilio para ella. Y no conformándose con eso dejo la custodia total de su primogénito en manos de su hermano quien tenia la obligación de educarlo y guiarlo bajo las mas estrictas tradiciones ancestrales de los nobles demonios, dejándole en claro también a su aun reina que le estaba prohibido cualquier tipo de acercamiento con el menor. Si bien su madre no demostraba un mayor apego con el menor de sus hijos aquello no dejo de ser un duro golpe para la mujer que no solo era criticada por quienes la rodeaban en la corte y que dudaban si debiera ostentar aun el cargo de Maou, sino que también por el de sus hijos que aunque no la culparan directamente de no poder ver crecer al menor de sus hermanos, si lo hacían con su fría actitud hacia ella.
Pero a diferencia de esa ocasión no era su madre quien sufría los invistes de un repudio, mas si otro Maou, uno que a diferencia suya tenia no solo el apoyo, sino el amor del pueblo de su parte por lo cual temía la reacción de este al conocer la sentencia dada y sobre todo la credibilidad de su hermano ante este por lo cual solo esperaba encontrar al maldito mocoso antes que se hiciera del apoyo de algún noble corrupto. Y como si viera por primera vez la luz un nombre se le vino a la mente.
-No, por Shinou que esto no sea cierto- se decía atónito el joven de gafas que presenciaba como desde el horizonte adyacente al reino un gran ejercito se aproximaba con estandartes tanto conocidos como desconocidos, dejando en claro a que noble pertenecía, además de otro que no contaba con el. –Sir Bielefeld- debía ponerlo al tanto, protegerlo, resguardar su seguridad sobre todas las cosas, ese había sido el dictamen personal que le diera Shinou tras el encierro de Shibuya y que corroboro al enterarse de su desaparición. Aquello no se veía para nada bien, el temor de la gente era latente sobre todo cuando el ejercito se aposto en la entrada del reino siéndole negada pasar hasta el castillo por suerte para él, el General Von Voltaire estaba bien curtido en ese tipo de nada agradables eventos por lo cual supo que hacer desde el principio.
Era inevitable que al menos un pequeño grupo bien resguardado de quienes se postraban en la entrada de palacio se le permitiera el paso y aunque aquello no era de su total agrado se veían obligados a vivirlo si deseaban pasar de eso con la mayor premura posible.
Tal como se lo temieron el noble ahora mano derecha del ex Maou era quien hacia muchos años fuera de la anterior Maou, principal responsable de uno de los episodios más negros del reino y enemigo numero uno de los hijos de esta.
La sala de reuniones estaba en total silencio, el lugar que antes ocupara un moreno que ahora ocupaba otro lugar estaba vacío por petición del Gran Sabio, la tensión era visible, sobre todo en el rostro descompuesto del Von Spielberg al escuchar aquello y ante una notoria oposición a eso el antiguo Maou le pidió dejar todo como estaba. Si hubo un momento mas tenso que ese fue cuando ingreso un rubio de ojos esmeralda con semblante frío al cuarto tomando posición del puesto que otro se negara a reclamar al serle negado y ver la cara de ira de este mal retenida que claramente para el era una ofensa a su persona. Aunque se intento llevar aquella discusión de una forma civilizada era obvio que no lo obtendrían teniendo de por medio al hermano de la ex Maou, mucho menos cuando había instruido a la perfección a su nuevo protegido que no paraba de apoyar cada alegato que este daba a su favor, mientras el Consorte real les observaba por encima del hombro como meras pelusas a ser eliminadas de sus ropas, lo que provoco aun mas la molestia de un moreno que deseaba saltar toda burocracia y partirle la cara a golpes. Y cuando menos se lo esperaron de sus ropas saco un servicio lanzándoselo al rubio que veía casi complacido su atrevimiento, mientras que sus acompañantes se horrorizaban por lo que eso significaba.
-Que sucede, acaso el gran Wolfram Von Bielefeld le teme a un enclenque- La clara afrenta no se dejo esperar por el rubio que solo se detuvo ante el reclamo de su hermano mayor pero que de todas formas termino por no hacer caso tomando con fuerzas aquel tenedor y alzándolo al aire imponente.
-Escoge armas Shibuya, porque para mañana uno de los dos ya no estorbara al otro-
-Te puedo asegurar que ese no seré yo exactamente-
Debía hablar con Shinou, aquello no podía pasar mas allá de una amenaza, no solo el futuro del reino pendía de un hilo con el resultado que tuviera el enfrentamiento a darse dentro de un día, sino también el de una familia completa y sobre todo el de un ser inocente que nada tenia que ver en todo aquello, no podía creer la estupidez cometida por el demonio de fuego, si del moreno pero no de el que era responsable de una vida que crecía en su interior, entonces solo una solución se veía como clara respuesta a todos los problemas pero antes debía pedir su permiso para actuar.