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REPUDIO por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

Me cortaron la luz, tenia cargada la bateria y me dije porque no, revise, edite y es por ello que les subo el capitulo tan pronto, espero que les guste.

Ahora por fin seran reveladas las dudas de algunos y las rabias de otros.

Capitulo VI

CORAZON, REMORDIMIENTOS Y ACEPTACION

 

 

 

 

-¡Yo te salve una vez, yo fui quien te regreso tu corazón, lo recuerdas!-

 

 

Atónito veía como la navaja era retorcida en su tierna carne hiriéndole aun mas.

 

 

-¡Pues ahora exijo que me lo devuelvas!-

 

 

Sentía un horrible ardor en el pecho, como la sangre emanaba de este manchando sus ropas de apoco.

 

 

-¡Después de todo siempre dijiste que era mio no!-

 

 

Sintió sus labios siendo apresados por otros y una mano aferrarse con fuerza en su nuca para impedir su rechazo.

 

 

-¡Pues entonces entrégamelo!-

 

 

 

Podía sentir como la maldita navaja era hundida aun mas rozando su punto vital, haciéndole darse cuenta que su vida había llegado a su fin.

 

 

 

 

Vio como ex salaba su ultimo resquicio de aire, como sus labios se volvían morados, como sus hermosos ojos esmeraldas perdían color volviéndose opacos, mientras su cuerpo perdía firmeza dejándose caer al suelo para darse cuenta al fin del crimen que había cometido dejando salir un grito eufórico y bipolar  que solo obtuvo como consecuencia sus lagrimas solo acalladas por un certero golpe en su nuca.

 

 

 

 

 

Aquello era una locura, una pesadilla, no podía ser otra cosa mas que una mala broma, ellos lo habían planeado, ellos lo habían maquinado, ¿verdad? Porque no podía ser posible que tras su victoria y su magnificencia el terminara de aquella forma, ni mucho menos por mano de aquel joven, no, eso no podía estar ocurriendo, aquello era una horrible, horrible pesadilla y nada mas. 

 

Pudo ver como Gwendall junto con el Gran Sabio corrieron en su ayuda hasta Stoffel soltando una exclamación entre victoriosa y horrorizada a la vez que solo demostraba para quien iba su apoyo, mientras él no podía mover ni un solo musculo por aquello era su culpa, por que su amor por Susana Julia lo había cegado, porque había olvidado que aunque aquel joven tuviera el alma de su amada no eran la misma persona, porque cada uno era independiente del otro y que si su amada amiga jamás hubiese lastimado a otro ser este muchacho no tenia porque ser igual a ella.  Con pesar se dio cuenta que había fallado, les había fallado, no a su mundo, no a Shinou, no a Susana Juliana, ni siquiera a Shin Makoku, ni mucho menos a ese joven que ahora solo producía desprecio en su corazón, le había fallado a su familia, eso era lo que mas le dolía pero peor aun, le había fallado a ese niño que desde que naciera había prometido amar y proteger ante todas las cosas siendo eso mas que suficiente para auto exiliarse del reino.

 

 

 

 

 

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La oscuridad de la celda era su única compañía ya que desde hacia mucho ni siquiera un rayo de luz entraba por esta, apenas en un par de ocasiones había escuchado el murmullo de algunos soldados que ante sus preguntas solo callaban  ignorándole de la forma mas cruel. La humedad le calaba los huesos, ya ni sabia cuantos días estaba en ese lugar y es que desde que despertara con el vivo recuerdo de un ángel cayendo ante su puñal no hizo mas que preguntarse si aquello era cierto, si había alguna posibilidad de que todo no se tratara mas que de una maldita pesadilla sin fin porque esa no podía ser su realidad, porque aquello no podía haber ocurrido, porque ante todo él no era un asesino y porque su corazón muy tardíamente había descubierto que sin ese rubio obstinado, orgullo y hermoso no podía seguir existiendo.

 

 

 

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Apenas despertó se encontró con el rostro preocupado de su madre quien al verle esbozo una sonrisa que mas que parecerlo daba la impresión de ser una mueca amarga que solo vaticinaban el principio de un mar de llanto. Junto a ella se encontraba Gisela quien enseguida comenzó a darle su diagnostico y los cuidados que debería tener desde ese momento por lo precario de su salud  dejando entrar a regañadientes a su hermano quien le relatara los instantes finales del duelo en el cual no solo había salido Victorio, sino también como un digno oponente con el apoyo de todo aquel que supiera de lo ocurrido para  ser el futuro Maou del reino. Los instantes que compartió con su familia fueron mas cortos de lo que el imagino pero que por la insistencia de su medica no les quedo mas remedio que abandonar el cuarto para dejarlo descansar, tiempo de soledad que le sirvió para pensar en su siguiente decisión, una que debía tomar no solo con premura, sino también con sangre fría, después de todo el seria el nuevo Heika y quien se encontraba en sus manos no era mas ni menos que su antecesor.

 

 

 

 

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Cuando la puerta de su celda se abrió de par en par sus ojos rehuyeron la luz como si de veneno se tratara, sus vista de apoco se fueron acostumbrando a ella mientras que con sus miembros agarrotados se levantaba poco a poco para dirigirse a la salida en donde era esperado por dos soldados que lo escoltarían hasta su mas que seguro juicio. Fue llevado entonces a un cuarto que el muy bien conocía porque había sido suyo por mucho tiempo, el gran ventanal dejaba entrar la luz del sol en todo su esplendor dejando ver la silueta de un joven de vestimentas negras que tras dar una orden a su escolta les dejaron a solas.

 

 

-Shibuya-

 

 

Sus gafas reflejaban apenas un par de ojos evidentemente llenos de decepción ante los hechos ocurridos, pudo notar por su expresión que nada bueno saldría de su boca por lo cual se atrevió a enfrentarlo de la única manera que pudo.

 

 

-Lo que hayan decidido me lo tengo merecido-

 

 

El muchacho de iris de ónix subió sus lentes que se resbalaban por el puente de su nariz, mirándolo cada vez con más pesar,  porque si el mismo decía aquello era porque ya había recapacitado de sus actos y estaba sufriendo por ello.

 

 

 

-Solo tengo algo que pedirte antes de que ejecutes mi sentencia, por favor, por nuestra amistad-

 

 

-Pensé que ya no éramos amigos Shibuya-el tono serio de su voz le indico que aquello no seria fácil pero para su sorpresa el joven solo hizo un movimiento de cabeza a la espera de su pregunta.

 

 

-Esta vivo- dijo apenas en un susurro amargo que el otro supo identificar como remordimientos.

 

 

-Si Shibuya, lo esta- pudo ver como sus hombros caían relajados ante tal noticia-Pero no así el niño que esperaba-

 

 

 

Sus ojos se cruzaron cual espadas, la incredulidad del moreno le hizo darse cuenta que no tenia idea de lo que hablaba y peor aun que quizás Gunter se había saltado ciertas materias esenciales de la fisonomía de los demonios por conservar puro a su amado Heika.

 

 

-¿Qué?-

 

 

 

 

 

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Podía ver reflejado el dolor en esos negros ojos que alguna vez adoro, como estos se posaban en cierta parte de su anatomía un tanto incrédulo, notando como deseaba preguntarle por la veracidad de lo que  seguramente le habría contado el Gran Sabio. Le miro con la misma ira que en el campo de batalla, altanero y orgulloso como el mismo era, como siempre debió ser, un orgulloso demonio Masoku. Con una señal indico a su consejero comunicar su sentencia la cual si sorprendió algunos no fue precisamente por lo duro de la sanción, sino por todo lo contrario. El primer dictamen dado por el dios de los demonios se conservaba, el antiguo Heika del reino seria extraditado a su propio mundo sin alternativa de retorno a este bajo ninguna circunstancia. Aquello en vez de molestar al moreno como anteriormente lo había hecho en esta ocasión lo llenaba de paz, cosa que no paso desapercibida por un rubio que lo único que deseaba era verlo sufrir hasta el ultimo instante en que estuviera en su presencia pero tal parecía no todo sucedía como se deseaba.

 

 

 

 

Tras la ceremonia de rigor para el termino de un reinado fue dirigido hasta el Gran Templo de Shinou en donde frente a la gran pileta de sus jardines le aguardaba su destino final. Con esfuerzo llego hasta ella, subiendo a esta con pie de plomo y aunque no lo deseaba miro a su alrededor con la esperanza de al menos ver a un rostro amigo que para esas alturas ya no existía en aquellas personas en algún momento daban sus vidas por la suya. Lo había arruinado, no sabia aun como, ni porque pero en su corazón sabia que el único responsable de ese desastre no era otro mas que…

 

 

-¡Wólfram!-

 

 

El rubio lo miro con desplante tal como se mira a una vil cucaracha a punto de pisar.

 

 

 

-¡Se un buen rey!-

 

 

-¡De eso puede estar seguro Shibuya!-

 

 

 

Tan orgulloso como siempre el rubio no bajo la cabeza ante la advertencia del moreno que le miraba con pena.

 

 

 

-¡Protege al reino y a su gente!  ¡Y por favor!, ¡no te desquites con ellos por lo ocurrió con nosotros!-

 

 

 

Aquello no se lo esperaba pero tal parecía el resto de los presentes no solo apoyaban lo que decía el moreno, sino que rogaban porque una vez que el rubio demonio asumiera el poder definitivamente no eliminara las nuevas leyes dictadas en el gobierno anterior, ni mucho menos creara otras para expulsar a los mestizos como en otros tiempos.

 

 

 

-¡Lo que haga o deje de hacer en mi reinado no es algo que le ataña “Ex Heika de Shin Makoku”!-

 

 

 

Las miradas quedaron sobre él de la misma forma que la de un moreno que antes de poder replicar algo se vio empujado al agua por un soldado  que se vio obligado aquello tras la señal indicada por su futuro gobernante. Si un rubio hubiese permitido tan siquiera que este replicara hubiese escuchado salir de su boca una sincera disculpa y no la sarta de insultos que creía obtener tras aquellas duras palabras.

 

 

 

 

 

 

“Perdóname”

Notas finales:

Bueno espero haberles dado un grato momento de lectura. Por cierto el proximo capitulo es el final del fics, asi que los espero ahi.

Muchas gracias a quienes han leido desde el principio la historia y muchas mas a quienes se han tomado su tiempecito en dejar comentarios, como dicen muchos escritores de esta indola: "Recuerden que sus comentarios son nuestro sueldo", aunque para mi son mas que eso, ya que los considero un aliciente para seguir escribiendo y la falta de ellos son el deseso a una segura depresion, snifffff. 


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