Recién salía de aquella molesta reunión en la que se re-encontró con su Kohai de la universidad, Kabuto Yakushi, un chico que desde niño fue tomado por prodigio al igual que él. Pero a Kakashi le desagradaba, por el hecho de que su padre, Sakumo, desde el momento que lo conoció lo acogió como si se tratase de un hijo más, y no eran celos simplemente odiaba que lo igualaran con él.
-Me parece que no te alegro mi visita, Senpai-
Kakashi levanto la mirada hacia el recién llegado que ni se molestó en tocar antes de entrar y mantenía una amable pero a la vez sínica sonrisa, respirando profundamente regreso la vista a los documentos que leía sobre su escritorio -Me sorprendió no escucharlo antes de Sakumo…pero bienvenido –
Kabuto se acercó a tomar asiento en una de las sillas frente al escritorio, cruzando la pierna y los brazos sobre su pecho -Escuche que terminaste con Mitarashi- menciono con la mirada fija al Hatake.
-Ya no funcionaba- dijo sin despegar la vista de los documentos.
-Pero aun así me parece raro en ti que duraras tanto y que fuera con una mujer – el mayor solo encogió los hombros ordenando los papeles, se recargo al respaldo de su silla reposando las manos sobre su abdomen -Me gusta cambiar de vez en cuando-
El más joven se levantó de su asiento dirigiéndose al escritorio, se detuvo al quedar de frente al mayor, recargo la cadera a la orilla del escritorio –Eso lo tengo claro desde hace mucho- Kakashi mantenía la mirada sobre la ajena, sabía a lo que quería llegar Kabuto, hacía 4 años el acostarse con él era usual pero después le perdió el gusto cuando supo que era más que el discípulo de Orochimaru.
-Qué bueno que sea así, yo…- le interrumpió el teléfono sonar, estiro la diestra a contestar apretando un botón para el altavoz –¿Si? Shizune-
+Naruto-kun, acaba de llegar dice si puede subir+
+Que suba+ dijo terminando la llamada miro de nuevo al otro, que había permanecido en silencio.
-Bien, parece que estarás ocupado, te dejo- evito mirarlo dándole la espalda, el Hatake se levantó
-Nos estaremos viendo, después de todo ya tienes tu lugar aquí ¿no?- mencionó acompañándolo a la puerta.
- Mejor avísame cuando ya no estés de niñera- al momento de empujar la puerta de la oficina para abrirla el rubio que también había tomado el picaporte había caído hacia atrás, al no esperárselo.
El mayor se acercó para auxiliarlo pero Kabuto le gano al ofrecerle la mano al rubio, y sonriendo amablemente –Mis disculpas, ¿estás bien?-
Naruto quedo un instante quieto y con una expresión de desconcierto, acepto la ayuda del ajeno, sonriendo nerviosamente –Gracias tteba y lo siento – hizo una tenue reverencia, a lo que el albino solo negó con el rostro.
-No hay porque, nos veremos después, adiós Kakashi- se despidió de ambos, el rubio lo siguió con la mirada, sosteniéndose el abdomen con la diestra cerraba el puño apretando su sudadera.
-¿Pasa algo Naruto?- pregunto al verlo distraído y callado, raro en el menor.
-¿Eh? …nada…nada- sonrió para el mayor ampliamente, entrando a la oficina del mayor, en la que ya se daba la libertad de acostarse confiadamente en los sofás.
El albino sonrió siguiendo al chico, no sabía por qué pero desde que vivía con él su estrés y preocupaciones habían disminuido, lo única solución que le veía a eso era que la compañía del menor de los Namikaze era agradable. –Oie chico, te compre algo…has oído hablar antes de ¿la leyenda del Kyubi?-