EL NO ES HIRO-SAN
No era la primera vez que no contestaba su teléfono y no seria la ultima, aquel numero en especial le resultaba bastante incomodo en esos momentos, no porque sintiera algo por su dueño, sino todo lo contrario, el sabor amargo que se instalo en su boca desde el dia en que estuvo a punto de romper uno de los lugares sagrados que aun perduraban con fuerza en sus recuerdos hasta el punto de en mas de una ocacion sentir el aroma indudable de quien amo, había estado a punto de ser profanado y para que, para terminar follando con un mocoso que no tenia idea de lo que significaba el amor y mucho menos la fidelidad , porque si de algo estaba seguro es que aquel joven tenia un novio y ese novio era el mismo sujeto que pensaba destruir tarde o temprano.
Sin darse cuenta le había contado lo sucedido a su ex Sempai, ¿Por qué?, ni el mismo lo sabia, quizás el tenia razón y necesitaba un hombro amigo de vez en cuando, claro que nisiquiera se imaginaba lo que planeaba, ni mucho menos como es que termino conociendo a quien el sospechaba que su corazón le pertenecía ahora.
-¿Quizás ya no son novios?- le había dicho para animarlo pero el sabia que aquello no era cierto, lo supo cuando una tarde cualquiera el peli gris contesto una llamada y sus ojos brillaron cambiando por completo sus expresiones faciales de una forma que jamás creyó posible, si, Usami Akihito no quería aquel joven, lo amaba y lo amaba tanto que estaba dispuesto a dar todo por el, sacrificar lo que fuera por el, hasta permitir que su mejor amigo muriera por el. Entonces algo cambio en su interior, estaba confundido, mas de lo que imagino alguna vez, quizás, solo quizás todo lo que llevaba maquinando no valía la pena, quizás su Hiro-san no le alegraría ver lo que hacia, quizás aquel escritor merecía otra oportunidad, su perdón…su perdón… Pero entonces como si de una advertencia se tratara la realidad lo abofeteaba con fuerzas mostrándole un cuadro que lo hizo sentir herido a tal punto que su estomago se revolvió sintiendo como la ira retomando el control de su cuerpo, siendo sostenido a duras penas por su conciencia. Y es que a solo pasos de él estaban ellos, ellos hablando confianzudamente, ellos sonriendo, el riendo, el tocándole el rosto con tal soltura, con tal desfachatez que sintió la inquiriosa necesidad de ir y golpearlo sin control alguno por su osadía pero entonces una fuera sobre humana comenzó a gritarle fuerte y claro algo que el hasta ese momento había ignorado por completo.
¡EL NO ES HIRO-SAN, NO LO ES!
Y el dolor comenzó hacer presa su precario corazón nuevamente porque otra vez había traicionado a su amado, otra vez aquel joven se había apoderado de algo que era solo de su castaño, otra vez sus ojos no podían quitarse de su rostro y sintió las lagrimas correr, correr y correr junto a un par de piernas que le gritaban al igual que esa voz interna que se alejara lo mas rápido posible de aquellos monstruos que estaban destruyendo todo recuerdo posible hacia su amado Hiro-san.
Rompió todo a su paso, floreros, platos, cuadros, todo pasaba por el huracán Nowaki, todo debía sufrir las inclemencias de su herido corazón tal y como el mismo lo estaba haciendo en esos momentos hasta que las fuerzas le abandonaran. Sus piernas se doblaron produciendo que cayera de bruces sobre el suelo, intento respirar hondo mas no pudo, el maldito nudo en su garganta se lo impedía, el dolor de cabeza retorno a su sien indicándole que el pasado regresaba y la vieja usanza regresaría hacerle presa de aquella depresión que creyó olvidada para darle paso a un único fin, la venganza.
Su cuerpo entonces comenzó a convulsionar, las lagrimas cayeron sin permiso de sus ojos y el llanto en forma de un agonizante sonido emitido por su garganta fue la única respuesta a una ayuda que el jamás pidió, ni mucho menos espero.
Unas manos cálidas tocaron con tal cuidado sus hombros que daba la impresión que temía romper aquel gigante de hierro, ahora convertido de cristal. La respiración extraña de alguien choco con su rostro y un húmedo beso fue depositado en su frente para luego sentir como era abrazado por completo por dos brazos extraños que ahora recibía con cansancio.
-Porque, porque-
-Shhhhh- intentaban de tranquilizarlo.
-Porque….porque mi Hiro-san…porque-
-Todo estará bien amor, todo estará bien-decía el sujeto mientras acariciaba su nuca.
-Solo necesito saber por qué-
-Todo estará bien…a…amor-
El moreno levanto de apoco la cabeza enfrentando a quien lo consolaba con la mirada.
-Dime porque-
El muchacho se quedo en silencio derramando un par de lagrimas, la mirada dulce que alguna vez conociera, esa necesitada de una caricia que recién había visto reflejada en un hombre roto por sus emociones había desaparecido para darle nuevamente paso a la del monstruo que solo veía justicia en el placer de torturarlo continuamente desde que descubriera quien era en realidad y como por su culpa su futuro completo había sido cambiado.
-¡Dime porque!-grito furioso el moreno agarrando de los brazos al muchacho que lanzo un grito desesperado de terror al percatarse que ocurriría a continuación-¡porque, maldita sea, porque!-
Y los golpes comenzaron a llegar como siempre a cualquier parte de su cuerpo, y como siempre el los recibió estoicamente hecho un ovillo en el piso, llorando, aguantando y al final suplicando por piedad pero no por el maltrato recibido, no, eso lo tenia bien merecido, lo sabia, sino piedad para aquel joven a quien le había robado lo mas importante, algo que hasta él había añorado en algún momento de su vida pero que ahora sabia jamás le seria otorgado por su crimen.
Felicidad.