NOCHE DE HALLOWEN
-Harás algo hoy-
-No lo creo-
-Hoy es Halloween, sabias-
-…ya lo se-dijo cabes bajo apenas en un susurro.
-Temes encontrarte con el-
-No…no es eso-
-Entonces porque no salimos-
Le vio levantarse apenas para dirigirse al lado de la ventana con el semblante tan triste que le recordó de golpe la primera vez que le vio.
-No tengo ganas-
-Vamos, solo por hoy-
-Y tu…no temes encontrarte con el-
Ahora era su turno para agachar la cabeza, mas solo por un segundo, no debía decaer ante el, menos ese dia.
-A decir verdad, me encantaría verlo, aunque fuera de lejos-
-Lo extrañas verdad-
Solo pudo asentir esbozando una escasa sonrisa.
-Lo tuyo fue un accidente verdad-
-Si-respondio evitando recordar el trágico momento que cambiaria radicalmente su vida.
-Lo siento…yo…perdón-dijo apesadumbrado intentando de evitar al hombre sentado a unos pasos de el-Es solo que…-
-No es justo-
-…-afirmo con la cabeza.
-Lo se, la vida nunca lo es-
-Al menos lo tuyo fue por un accidente- apenas susurro abrazándose a si mismo con nerviosismo.
-Pero no por eso lo tuyo fue menos doloroso, o me equivoco-
-Yo…yo…no se porque…no debí…pero…pe…-
Nuevamente estaba llorando, intentando de borrar sus lagrimas a manotazos, respirando agitadamente para terminar con una sonrisa patética en su rostro con el fin de borrar una tristeza que llevaba arraigada en el alma desde antes de llegar a ese lugar.
-Te haría bien dar una vuelta, no tiene que ser toda la noche solo por un par de horas, inclusive media hora, que dices-
-No puedo…que tal…-
-No te lo encontraras-
-Como lo sabes-
-No frecuentaremos sus lugares-
-Eso es lo que haces siempre-
-No he estado mucho tiempo aquí, pero si-
-Creí que tú, bueno, deseabas verlo-
Desear era poco para el sentimiento que albergaba en su pecho desde que por casualidad lo viera desde la misma ventana en la cual estaba el joven, más que podía hacer, lo amaba demasiado como para darle aquel sufrimiento.
-Lo que yo desee no es más importante que su bien estar personal-
-A mi…a mi, me gustaría verlo, sentir su aroma, tocar su rostro, besar sus labios, decirle que lo siento y sobre todo, decirle que no es su culpa-
-Y porque no lo haces-
El joven lo miro entre espantado e indignado sin siquiera disimular su molestia.
-No me mires asi-
-Tú mismo dices que aquello no es bueno, pero sin embargo quieres que yo lo haga-
-No es necesario que tú mismo lo enfrentes-
-Que, tu iras en mi lugar- el hombre negó-eso creí-
-Escríbele una carta, se la dejaremos en su buzón-
-Y que dirá, amor contrario a lo que crees no quise hacer lo que hice-
-Podría ser un comienzo pero no creo que deberías poner nada en ese tipo de contexto-
-Entonces que, asi, espero que seas feliz con el infeliz con el que me pusiste los cuernos-
Respiro hondo, no se esperaba que fuera a explotar esta vez, hace mucho que no lo hacia y aquel dia no era el mejor para ello.
-Creí que deseabas dejarle en claro que no era su culpa y no lo contrario-
-Soy horrible verdad-
-No creo eso, solo estas dolido-
-¿Dolido?, no, no es eso, ni siquiera furioso-podía decir eso una y otra vez, mas la verdad era otra y tanto el como el joven la sabían-Solo desearía que supiera lo que se siente-
-Estoy seguro que lo sabe-
-Seguro que si, sobre todo después de encontrarme ahogado en un charco de sangre y para que, para que luego de un par de días metiera a otro a mi cama-
-Misaki- intento acercársele, mas el chico le esquivo.
-Esa es la verdad, porque de seguro ni siquiera me lloro más que por culpa-
-Él te amaba-
-¡No digas eso!-
-Tranquilo-dijo conciliador.
-¡No! ¡Ya no tengo porque! ¡Él no me amaba, nunca lo hizo, solo fui un capricho o peor que eso, un juguete, un mísero y asqueroso juguete!...-
Le vio apoyarse en la pared para resbalar por esta hasta llegar al suelo para luego tapar su rostro con ambas manos y dar pasó a un nuevo mar de lágrimas. No podía culparlo, estaba despechado, dolido, traicionado y peor que eso, estancado a causa de un error que lo acompañaría por el resto de la eternidad en un lugar totalmente desconocido para el.
La noche aunque era joven aun asi era escasa para todo lo que deseaba hacer, por lo cual se puso en pie para disfrutar del único dia libre que tenia durante el año, cuando sintió como su mano era apresada por otra.
-Puedo…acompañarte…-
Miro al chico con una gran sonrisa tendiéndole su otra mano y ayudándolo a levantarse.
-Por supuesto que si-
-No se…si…pero lo intentare…yo…-
-Esta bien-
-Lo siento…tanto-
-No tienes por qué pedir disculpas, vamos-
En realidad deseaba que el chico por fin aceptara salir de aquella ala pero mas que eso, deseaba que saliera de aquel hospital por lo menos una vez, sabia que seria difícil, tal como lo fue en un principio que aceptara su nueva condición pero sabia que con paciencia poco a poco el muchacho seria capas de lograrlo.
-¿Fue aquí?- pregunto escuetamente dejándolo helado por ignorar que lo supiera.
-Si-
-Debes estar furioso con tu jefe, verdad-
-No fue su culpa-
Sintió los ojos clavados en el con la duda escrita en ellos pero no, no le diría lo contrario porque aquella noche no se trataba de su dolor, su odio, ni de sus frustraciones, aquella noche no seria otra en la cual relataría como había confiado ciegamente en sus superiores, como había entrado a un maldito elevador en mal estado con sus pacientes al igual que en otros días solo para darse cuenta de como este ya no se encontraba en su lugar al abrirse sus puertas y que para cuando el despertó darse cuenta que no solo eso había desaparecido bajo sus pies.
-Que forma más estúpida de morir-
-¿Qué cosa?-
-No, nada, vamos-
-Si-contesto el chico avanzando temeroso cada paso que daba.
-Te gustara Halloween-
-Por cierto, como es que solo en Halloween podemos salir de este hospital-
-A decir verdad no estoy muy seguro pero es algo bueno, aunque solo sea por un dia al año, no lo crees-
-Si, creo que tienes razón-contesto con una sonrisa sincera el chico.
Le alegraba que el chico al fin se atreviera a salir, sobre todo después de tantos tiempo encerrado en aquel lúgubre lugar que poco a poco iba consumiéndolo y apartándolo de la luz.
La puerta se abrió, la luz de la luna era tenue pero aun asi pudo notar algo distinto en el chico. Con algo de temor le vio sujetar la manilla de la puerta, moviéndola muy lentamente. Se sentía orgulloso por el gran paso que estaba dando, esa noche de Halloween sin duda alguna seria memorable y si Misaki pasaba aquella prueba, muy pronto, cuando estuviera listo, le contaría del dia de los muertos, el único dia en el cual ellos podían interactuar físicamente con los vivos.
fin