-¿Puedo tomar su orden?- René miró a esa persona sin creer lo que sus ojos veían, mi corazón se aceleró en automático al escuchar esas palabras, esa voz, con lentitud giré mi silla y vi lo que tantas veces deseé nunca volver a ver…
-Gr… Gra… Graco…- sentí que el aire me faltaba al pronunciar el nombre de esa bestia.
Me quedé unos segundos estático, al ver su cara vinieron a mi mente todos esos instantes tan dolorosos que por su culpa viví, lo odiaba tanto. Mi pecho comenzó a subir y bajar intensamente, la respiración me faltaba, para colmo de males el estúpido ese me miró con una sonrisa ladeada, René se incorporó rápidamente posicionándose detrás de mi…
-No te le acerques- le dijo con voz de mando, yo me levanté, con mi brazo izquierdo detuve a René, le impedí que siguiera avanzando, tomé el control de la situación, miré a ese sujeto con toda la rabia que tenia dentro, él continuaba viéndome con esos ojos cargados de lujuria con los cuales siempre me miraba.
Sin resistir más, violentamente de un manotazo le tiré la libreta donde anotaba las órdenes. Ahora se miraba confundido, aproveché ese momento y con la mano derecha de propiné una fuerte bofetada, a penas levantaba la cara cuando repetí la acción pero ahora con la izquierda, han sido los golpes más fuertes que he dado en mi vida…
-¡No te vuelvas a acercar a mí desgraciado!- le grité sin importar que hubiera más clientes- Te juro que si lo vuelves a hacer no tendré compasión de ti y te aniquilaré como la rata que eres- musité realmente molesto, su sola presencia me ponía así.
-¿Qué te pasa?- Graco me preguntó iba agarrarme del brazo, pero apenas y sentí su roce fue suficiente para volverle a dar un golpe en la cara…
-¡No me toques!- rápidamente René me apartó, él conocía la historia, sabía el por qué del odio tan profundo que le tenía a ese tipo.
-Cálmate, todo va a estar bien, será mejor que nos vayamos- me tomó del brazo y me sacó, se detuvo un momento y me dijo- Ya vuelvo- yo estaba a fuera del establecimiento, desde la puerta de cristal pude ver que mi amigo le partió la cara de tres puñetazos, limpiándose las manos salió- Ahora sí, ya nos podemos ir- justo al abordar el vehículo en el cual llegamos un ensangrentado Graco nos dio alcance…
-Se van a arrepentir, sobre todo tú nena, vas a estar en mis brazos y serás mío… ¡solo mío!- le rogué a René que acelerara y dejando una nube de polvo nos marchamos.
Creí ya haberlo superado, pero no fue así, ese miserable marcó mi vida para siempre, si bien pude estar con un hombre, no podía borrar ese amargo recuerdo de mi mente, me dolía demasiado recordar su cara, sus manos, su mirada tan sucia, me amenazó, tuve miedo… ¡tuve miedo!... traté de mostrarme ecuánime, pero sí logro asustarme, en estos instantes creo que mi madre tenía razón y debí denunciarlo a las autoridades.
-¿Estás bien?- me preguntó mi amigo mientras conducía
-Sí, por favor no quiera hablar, quiero que me lleves a casa-
-Descuida, así lo haré- durante el resto del camino hubo silencio sepulcral, René antes de ese terrible reencuentro me quería decir algo, pero por ahora no me encontraba bien como para escucharlo. Rato después ya me hallaba en la puerta de mi hogar…-Gracias René y perdón por haberte echado la tarde a perder-
-No, claro que no, tu no tuviste ninguna culpa, ese miserable se apareció cuando no debía… ¿en verdad te encuentras bien?
-Sí- moví la cabeza afirmativamente- Ve a descansar y luego hablamos… de nuevo gracias por todo amigo- nos dimos un abrazo, sentí su apoyo en ese simple gesto.
-Tranquilo y luego hablamos… ya no te preocupes… nos vemos luego…- se despidió.
El resto del día preferí pensar y analizarme, ya no quería ser el Ken que salió derrotado de su patria, ahora era fuerte, más fuerte que nunca y ese imbécil no iba a atormentarme más, ni una vez más permitiría ser amedrentado por algo o alguien, ¡basta de ser tan débil! Me dije, es momento de tomar las riendas de mi vida y seguir adelante, tengo suficientes motivos para ser feliz, de mi buró saqué una pequeña caja color rojo, su contenido me daba una esperanza…
-Voy a ser feliz, por ti seré feliz…- con ambas manos apreté esa cajita. Ya lo tenía decidido: volvería a la escuela mañana.
Tomando una postura de “divo” como varias veces Lucía (mi amiga española) me dijo, llegué a la facultad, erguido, caminado lentamente entré por aquellos añorados pasillos, mis clases se supone iniciarían en unos minutos más, ya estaba preparado para volver a la rutina, regresar a la parte que dejé congelada durante un año. Mi salón, según mi horario el número 20, estaba cerrado, giré el picaporte pero no abrió, pronto se acercó una chica riendo tímidamente y me explicó que el catedrático no daría la clase, agradecí y me fui, creo que le gusté, pero lamentablemente no íbamos por la misma dirección, empiezo a creer que mi estilo le gusta a chicos y chicas por igual.
Tomé asiento en una de las mesas de la explanada, saqué el ordenador para revisar la red social y averiguar si mis queridos españoles me dejaron algo, repentinamente un joven, bastante guapo a decir verdad, se sentó a mi lado…
-Hola- me dijo
-Hola- dejé de mirar la pantalla
-Me llamo Elisandro, pero puedes llamarme Eli- bastante lanzado el hombre…
-Mucho gusto Eli, soy Ken… ¿eres nuevo verdad?-
-Sí, entré el semestre pasado, lo mismo iba a preguntarte… ¿Ken verdad?-
-Sí-
-Digo que lo mismo iba a preguntarte porque no te había visto por aquí, llevo ya seis meses y nuca te miré-
-Es que estuve de intercambio en…- no pude terminar la frase porque el chico rockero del otro día también tomó asiento a mi lado.
-Vaya, pero si no pierdes el tiempo Eli, solo te advierto que no te dejaré el camino libre…- mi sorpresa fue mucha al oír al chico rapado, pese a su facha ese muchacho es guapo y bastante varonil.
-Vete al infierno, mejor lárgate a comprar una chaqueta de cuero y déjanos en paz-
-Ni loco…- dejó de mirar a Eli y me vio- Mucho gusto, soy Ricky-
-Un placer soy Ken- no sabía si quedarme o salir corriendo, creo que estaba frente a dos gallos que deseaban a la misma gallina, y mucho me temo que la gallina soy yo.
-Hasta educadito eres, tú, se me hace que tú vas a ser el dueño de mis quincenas- ok, oficialmente ese par me estaba cortejando.
-¿Yo? Bueno, yo tengo que…- nuevamente me interrumpieron, ahora se trataba de alguien que conocía…
-¿Pueden dejar de acosarlo? El que sean maricas no significa que deban molestar a los demás chicos- Tucker los regañaba, los nervios crecieron porque ahora tenía a tres machos a mi alrededor.
-¿Qué? ¿Vienes como competencia o qué?- Eli se levantó y lo encaró, acto seguido Ricky hizo lo mismo…
-Sí, ¿qué pretendes fósil?- “fósil” es un insulto común entre los universitarios para referirse a los de grados más avanzados.
-¿Qué me dijiste marica rockero fracasado?- ambos se miraban con desprecio
-Lo que escuchaste…- respondió el ofendido
-Hey, no se olviden que yo estoy aquí- habló Eli.
-¡Ya chicos! Por favor no empiecen a pelear- hablé intentado calmar los ánimos, ¿pero qué diablos le sucedía a Tucker? Porqué iba a pelear con ese par si nada malo me hacían, definitivamente mi amigo al igual que otros hombres es demasiado raro.
-¡Ándale!- oí una expresión… René- nunca creí que en medio de este mar de testosteronas estuvieras Ken- reí nerviosamente porque los otros tres miraron a mi amigo con ganas de asesinarlo
-¿Y ahora quién eres tú?- Ricky y Eli preguntaron al mismo tiempo
-¿Quién yo?- dijo René, el par asintió…-Ah, yo soy el mejor amigo de Ken-
-¿Estás idiota? El mejor amigo de Ken soy yo- respondió molesto y posesivo Tucker
-Ok, entonces soy el segundo mejor amigo de Ken- me tomó de la muñeca y sacándome de ese embrollo les dijo a los otros- y nos tenemos que ir, los veo luego- el trío no supo como René me sacó así de fácil.
-¿A dónde me llevas?- pregunté
-Quiero hablar contigo, quise esperar pero no pude más, acompáñame-
-Bien, vamos- subimos al coche de su padre y dejamos la escuela, me daba igual mis primeras dos clases, es decir mis primeras cuatro horas eran con el mismo maestro, entonces no había problema. Llegamos a un lugar que yo conocía de sobra, en un año no había pisado ese lugar: El parque donde conocí a Ralph -¿Por qué me traes aquí?- cuestioné
-Tengo algo que decirte…-
-Escucho…- respondí
-Durante este año que te he conocido, desde que me permitiste contactarte a la distancia, todas las cosas que me platicaste me sirvieron para apreciar la persona que eres. Nunca había conocido a alguien como tú o eso creía…-
-A já- asentí para que prosiguiera
-Yo… te tengo mucha confianza, sé que puedo decirte algo y que no me golpearás o al menos eso quiero pensar-
-Esto me está ocasionando mucha ansiedad René-
-Yo te quiero mucho Ken… y tengo que decirte que estoy…- no presté atención a sus últimas palabras porque miré como lentamente se acercaba Ralph, (ese chico que tango me gustaba, otra cosa que creí haber superado) caminando a lado de una mujer que yo conocía… su novia, la linda chica de aquel partido lo acompañaba mientras plácidamente conversaban, nuevamente esa sensación extraña en mí apareció, creo que mi corazón resentía algo….