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ENAMORADO DE UN HETEROSEXUAL... OTRA VEZ por Charly D

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Notas del capitulo:

POR FAVOR... LEE ESTO ANTES DE INICIAR EL CAPÍTULO...

Hola a tod@s...

 

Hoy es el día que se escribe el punto final de esta historia. Gracias a ustedes por apoyar a un loco soñador como yo en esta experiencia, será extraño ya no continuar escribiendo acerca de las aventuras de Ken, sus ilusiones, tristezas, alegrías… en fin… de él. Me siento feliz, triste, pero sobre todo satisfecho por haberlos llevado conmigo a un mundo alternativo, donde por unos minutos nos olvidamos de la cruenta realidad. Si bien es cierto que traté de hacer de este fic algo cercano a lo real, también busqué la forma de que soñaran como yo con una pareja ideal (Ken-Ralph). Desde su concepción esta par iba a terminar junto, no podía contárselos para no arruinar el mecanismo sorpresa, más de una vez los tuve al borde del “suicidio”, lo siento.

Gracias a todos los que con su atención y disposición lograron hacer de esta historia un éxito. Hasta el momento de subir este capítulo cierro con 280 Reviews, algo ¡sorprendente! No cualquiera logra esa cantidad de comentarios y esta historia los tuvo gracias a ustedes, no nombro a todos porque no quisiera dejar a ninguno fuera, agradezco que capítulo tras capítulo dejaran sus opiniones, unas halagadoras, otras muy honestas dejando claro algo que no les gustó. A punto de soltarme a lágrima tendida solo puedo darles las GRACIAS. En un futuro no muy lejano volverán a ver en la sección de originales algún fic nuevo de mi autoría, epsero seguir contando con su preferencia…

 

KEN, RALPH, RENÉ, TUCKER, ALICE, EMILIA, CASSANDRA, ROMÁN, RICKY, ELI, ADRIÁN, JAKUB, EL MISMISIMO GRACO Y CHARLY D LES DAMOS LAS GRACIAS…. HASTA LA PROXIMA!!

Han pasado seis meses desde que ocurrió aquello en el aeropuerto, Ralph y yo comenzamos a ser novios desde ese día, me pregunté ¿Por qué Jakub no se sorprendió con la llegada de mi ahora pareja?, mi duda se la externé a él y me respondió que ambos platicaron largo y tendido, el chico francés le dio la oportunidad de que me detuviera, no le dijo la hora de mi vuelo ni a dónde íbamos, sólo le dijo que si quería me alcanzara. Desde ese día siento que mi vida ha comenzado una nueva etapa, tuve que regresar como perrito regañado a la facultad para decir: siempre no me voy, y pedir la cancelación de mi baja temporal, obviamente la secretaria me regañó por ser tan inestable, todo marcha sobre ruedas.

Mi madre desde hacía dos días se marchó con Román fuera de la ciudad, entonces yo era libre para andar con Ralph por donde quisiera a la hora que me diera la gana.

 

-Oye Ken… en unos días vamos a jugar con el equipo el último encuentro como estudiantes de esta carrera, me preguntaba si querías acompañarme…- caminábamos por nuestro parque tomados de la mano, más de una persona nos miró con gesto de desapruebo, pero me vale, ya suficiente sufrí como para prestarle atención a gente cerrada de mente.

-Sabes lo que opino del futbol ¿cierto?- respondí sin mirarlo, noté que su carita, (por cierto sus bellos bucles ya habían crecido) cambió a semblante decepcionado- ¡Ver jugadores en shorts me encanta! Sus piernas torneadas, cabellos sueltos… ¡Claro que te acompaño!- bromee, desde luego a él no le hacía mucha gracia, si empecé a conocer algo de Ralph es que conmigo es extremadamente celoso, pobre de aquel que se atreva a mirarme siquiera porque se le arma una bronca tremenda con mi príncipe de cuento.

-Qué gracioso Ken- respondió sarcásticamente

-Ay ya, no seas tan enojón- le pellizqué una de sus mejillas y lo besé en los labios efímeramente…

-¿Qué? ¿Sólo eso? Discúlpame pero un beso se da así…- me tomó por la cintura, acercó su boca lentamente a la mía y me besó apresuradamente, no perdía el ritmo ni el toque, me fue doblando hacia atrás, cuidando claro de que no me cayera, tenía los ojos cerrados pero escuché una voz, era de una mujer mayor…

-¡Pero qué horror! Ya no hay decencia- abrí un ojo y descubrí que se trataba de una de esas típicas mujeres beatas que el tema de la homosexualidad es algo malo, aparté mis labios de Ralph y le hablé…

-¿Ya oíste? eres un indecente… suéltame- bromeé de nueva cuenta y él sonrió, esta si le hizo gracia.

-Hay Ken, nos espera mucho de esto…- me abrazó como un gesto de su protección- pero yo voy a estar a tu lado…-

-Si mi amor, nos espera un largo camino- me hundí en su pecho, ciertamente superamos hasta ahora las barreras que impedían pudiéramos estar juntos, pero la de los tabúes, específicamente la de la homosexualidad iba ser constante en nuestra vida, yo estaba seguro de una cosa,  la homofobia no existe, solo la gente idiota. Sin prestar atención a los demás continuamos caminando.

 

Le día del encuentro llegó, el lugar iba a ser el mismo que la última vez que yo estuve en un partido de futbol, un año y medio había transcurrido desde entonces. Diversas aventuras, desdichas, pero aprendizaje también. Al arribar una persona  me saludó muy cordialmente…

-¡Mascota!- el entrenador aún me recordaba- qué gusto verte-

-Lo mismo digo, aunque hace tiempo que nadie me llama mascota- ambos reímos

-¿Y ya estás listo para volver?- me preguntó

-No, yo creo que no, el futbol no es lo mío, por lo mismo prefiero verlo de vez en cuando-

-Pues tú te lo pierdes, mira que Ralph lo disfruta, y déjame decirte que tu futuro esposo es de lo mejor en este deporte- esa parte de “futuro esposo” me sonrojó, a diferencia de otros, el entrenador es de las personas que aceptan a los demás tal cual, discapacitados, medio tontos o gays.

-Ya lo creo, por eso estoy aquí, por él-

-Ni hablar, te extrañaré mascota, eres un buen chico, me he enterado de todo lo que te ha sucedido y ello no hace más que dejarme claro que eres un tipo fuerte, más que cualquiera de estos animales… ¡A calentar inútiles!- les gritó a los jugadores.

-Gracias por sus palabras y sobre todo su comprensión- no evité el impulso de abrazarlo, al menos en el mundo a parte de nuestras familias tenía a alguien más como aliado. Nos separamos y él fue con los chicos, yo giré con la intención de irme a sentar a las gradas cuando descubrí la presencia de unos jóvenes conocidos con uniforme futbolero…-Ellos creo que estudian en mi escuela…- al ver a Tukcer tomado de la mano con Emilia lo supe-¡Tucker!- me vio y ambos saludaron

-¿Qué hay Ken?-

-U… uste…- aclaré la garganta- ¿Ustedes son el equipo rival?-

-Claro, que tu novio el imbécil no te lo dijo-

-No- respondí secamente, lo busqué con la mirada y cuando lo hallé él me vio con mi amigo y al saber que descubrí su omisión corrió lo más lejos de mi para evitar que lo regañara en público.

-Vaya, no es tan estúpido como creí-

-¿Por qué lo dices?-

-Porque huyó de ti- enmarqué los ojos, empezaba a creer que los demás pensaban que lo maltrataba, y bueno que lo regañara o amenazara por no comprarme una caja de chocolates el día de nuestro “mes-versario” no significaba que lo masacrara… ¿ si?

 

Mi amigo fue con el resto de su equipo y su novia se quedó conmigo en las gradas…

-Si no lo conociera pensaría que aún lo odia- ella dijo

-¿Cómo?-  no comprendí el comentario

-Sí, que Tuck ya no odia a Ralph, pero debe mantenerse en esa postura para no perder su orgullo de macho-

-Ah si… ¿y por qué lo dices?-

-Por lo que veo y por lo que mi suegra me cuenta, ¿sabes cómo llegó Ralph al aeropuerto a tiempo?- negué con la cabeza, era cierto, nunca me platicó la forma en la cual llegó- pues Tucker lo llevó, según mi suegra, él estaba acostado en el sofá de la sala viendo el televisor, escuchó golpes en la puerta de tu casa y salió, supo que te había ido a buscar, y notó su desesperación, fingió que iba a salir y lo llevó hasta ti- si antes quería a mi amigo del alma… ahora lo quería mucho más, sonreí como tonto al oír dicho relato…

-Ese es Tucker- esbocé en tono bajo

-Aunque claro- Emilia iba a decir algo cuando en la cancha se formó un tumulto y a lo lejos vimos que unos jugadores separaban a Tucker y Ralph puesto que se estaban agarrando a golpes, ella suspiró y remató su idea- aunque claro nunca se llevarán bien- ambos nos reímos de ese par de tontos.

 

Continuábamos esperando al momento en que René llegó acompañada por Cassandra…

-Luego los saludo, el entrenador me asesinará por llegar tan tarde- corrió hasta su puesto, efectivamente, el entrenador lo reprendió frente a todos y los demás se burlaron de él…

-¿Aquí es dónde esperamos a los deportistas, sudorosos y algo torpes de nuestros novios?- dijo Cassandra intentando ser aceptada…

-Claro, aunque te faltó decir que también son unos encantos cuando quieren, pero no hay que declarárselos porque se la van a  creer- dije y nos reímos, esos tres podían ser algo brutos, pero en cuanto se trataba de mimarnos y querernos no había mejores novios.

 

El encuentro iniciaría, los capitanes: Ralph y Tucker, se posicionaron al centro, el árbitro lanzó una moneda al aire para decidir quién sacaba primero, los de mi facultad lo harían. El silbatazo se escuchó y el balón comenzó a rodar. Unos protegían la portería, otros en medio campo aguardaban el pase para derrotar a los rivales.

Desde las gradas, los gritos, ánimos y groserías no se hicieron esperar, en cierto momento un jugador le llegó con los tachones por delante a Tucker, Emilia enfureció…

-¡Eso fue falta!- gritó desde su lugar, el del silbato no lo consideró como tal y reanudó el juego, pudimos ver que el novio de Emilia se incorporó visiblemente molesto, ella igual de frustrada le dijo con enojo- ¡Arbitro vendido! Mi abuela con cataratas ve mejor que tú- Cassandra y yo la miramos estupefactos, antes de ese episodio la veía como la niña tímida, reservada, una dama por completo, pero ahora sacaba su lado enérgico e iracundo… ¡Pobre de Tucker!

Yo con las manos sudorosas recordaba el porqué no me gustaba el futbol, es un deporte muy rudo, ahora fue el turno de mi Ralph, uno de mis compañeros de facultad le rebotó el balón en la espalda durante un saque, si bien es una jugada permitida a mi no me pareció…

-¡A ver ven y pégame a mí! Bola de mastodontes, ¡son unos  cochinos!- guardé silencio ahora que yo era al que veían mal. Por fin el medio tiempo llegó, había un breve descanso y ambos equipos continuaban 0-0. Ralph, Tucker y René fueron en busca de sus amores. En mi caso se me acercaba con la intención de darme un abrazo y un beso…

-¡No, no, no, no! estás sudado, iugh- al unísono se escucharon las voces de Cassandra y Emilia, los queríamos, pero no así de asquerosos, se tuvieron que conformar con la botella de agua que les dimos.

-Anda, ya casi empieza en segundo tiempo… dame un besito Ken-

-Después de que te des una ducha tal vez… ahora… fuera… vamos…- lo corrí, se quedó con las ganas pero no me tocaría así de sucio, mis nuevas amigas creo que tomaron mi ejemplo porque despacharon a sus novios de la misma forma, al verlos que se iban sin lo que desearon nos reímos de su desgracia.

 

Con el sonido el silbado, se anunciaba el segundo tiempo, ahora sí unos de los dos debía ganar. Mientras Ralph corría buscando anotar en la portería enemiga me ensimismaba viéndolo, todo un líder como capitán, daba instrucciones, apoyaba a sus compañeros, me enorgullecía que fuera el hombre fuerte del equipo. Pateó el balón en cuanto se vio con la oportunidad de tiro a gol, el portero lo evito, el sonido de decepción se escuchó, perdíamos una gran oportunidad. El portero sacó y el balón llegó a media cancha, ahora Tucker buscaba obtener la posibilidad de anotar el que sería el tiro de victoria, continuaron con la batalla, me estrujaba cada vez que alguno de mis compañeros se acercaba a la portería del equipo de mi novio, probablemente para más de uno sería un traidor pero ni modo.

Mirábamos como el tiempo transcurría, el balón ya lo tenía Ralph, dio un pase que resultó equivocado, pues llegó a los pies de Tucker y este sin pérdida de tiempo lo pateó… nuestras caras eran de tensión cuando lo hizo, uno, dos, tres segundos duró la ansiedad….

 

-¡Goooooooooool!-  gritaron los de mi facultad, Tucker anotó… Emilia estaba que no cabía de la felicidad, yo me decepcioné, el árbitro oficializó la anotación. Los del equipo anotador celebraban, los otros cabizbajos regresaban a sus posiciones, tres minutos después terminó el encuentro…

 

-¡Ganamos!- Emilia dio un grito y bajó corriendo donde su amado, ya no le importó que estuviera más sudado que antes, lo llenó de besos por ser el héroe del equipo. Mi facultad celebraba su victoria, luego de tantos esfuerzos Tucker se coronaba frente a Ralph, fui dónde él, curiosamente no lo noté triste, se encontraba tranquilo…

-¿Todo bien?- le pregunté…

-Sí, estoy cansado y tengo hambre- mi mejor amigo llegó donde nosotros y no dudó en burlarse…

-¿Quién es el mejor Murdoch? ¿Qué se siente ser el perdedor?- reía por su victoria

-Disfrútalo imbécil, total, como el último partido tenías que ser feliz si ganabas- algo de extraño aprecié en esas palabras. Me tomó de las manos y nos fuimos.

 

Lo acompañé a su casa, se dio una ducha y me invitó a salir…

-¿Y bien a dónde vamos?-

-Ralph, ¿por qué lo hiciste?- me vio confuso

-¿Qué hice?-

-¿Por qué le diste el pase a Tucker?-

-¿Yo? Para nada, mis torpes piernas no me funcionaron, en fin lo que ese idiota quería era ganar, por mi estupidez lo logró…- intentó restarle importancia a lo que decía, yo me acerqué a él y lo besé amorosamente…-Woow… ¿y este beso?-

-Es por ser el chico más bueno de este planeta- no lo aceptó abiertamente y nunca lo haría, pero él dejó ganar a Tucker, de haber quedado empatados se hubieran ido a penales, y en ese aspecto sin duda la facultad de Ralph ganaría, pero quiso ser bueno con su peor enemigo, tenía razón Emilia, no se odiaban tanto como antes pero ello no significaba que fueran amigos.

 

Me llevó a un restaurante de comida vegetariana, desde tiempo atrás quería ir a ese lugar, degusté muy contento, me sentía dichoso de tener a un hombre en toda la extensión de la palabra a mi lado. Me mimaba, me quería, soportaba mis histerias y regaños, ¿qué más podría pedir?

Me llevó a casa, mamá y Román se marcharon al departamento en el que yo viví un tiempo antes de irme a España. Obviamente imaginaba a qué, teniendo a su criatura en casa no harían travesuras.

 

 

-Pues bien, te dejo Ken… buenas noches…- estábamos en el portón de mi hogar

-¿No quieres pasar?-

-Sí- estaba muy sonrojado, me daba vergüenza que entrara sin que hubiera alguien en casa. Lo tomé de mano acompañándolo. Llegamos a la sala y lo invité a tomar asiento…

-¿Quieres tomar algo?-

-No, así estoy bien- nos miramos unos segundos algo tensos, yo tenía ganas de estar con mi novio, pero no sabía cómo hacerlo, cómo decirle que me gustaría pasar la noche a su lado…-Bonita casa- mencionó

-Sí, mi mamá la decoró, tiene buen gusto la mujer- otra vez nos quedamos en silencio.

-Ken yo-

-Ralph yo- ambos hablamos al mismo tiempo, reímos por sonar tan tontos

-Habla tú mi amor- dijo él

-Ralph… yo… yo… quiero…- me vio con un gesto de inseguridad- yo quiero…- como si me adivinara el pensamiento se me acercó, me tomó las mejillas y depositó un beso en mi frente…

-Yo también, pero no quería que te ofendieras si te lo pedía- sonrió, esa sonrisa que tanto me gustaba la dibujó para mí.

-Ven…- entrelazamos nuestros dedos y lo invité a subir. Unos segundos después abría la puerta de mi alcoba.

-¿Estás seguro Ken?-

-Sí, hoy quiero festejar contigo, que festejemos tu triunfo en el futbol, el triunfo de que seamos novios… el que nos queramos…- soné cursi, pero la inspiración me indicó que lo fuera. Camine hasta mi ventana, Tucker estaba en su cuarto, podía verlo, abrazaba a Emilia, creo que esos iban a hacer algo como yo… lo miré, nos sonreímos, levanté mi pulgar en señal de que le deseaba suerte y acto seguido  ambos cerramos nuestras cortinas.- Ralph, hay algo que debo decirte- tragué duro- yo ya no soy…-

-Shhh…- con sus labios cerró mi boca- lo único que me importa  es que eres sólo para mí, lo pasado… pasado y no me interesa- cerré los ojos y me acerqué a su pecho.

-Quiero hacerte feliz-

-Ya lo soy, si te tengo a mi lado lo soy por completo-

 

No dije algo más, lo besé, primero cerré sus ojos con mis labios, poco a poco cambié la dirección y ahora iba directo a su oreja derecha, la mordí levemente, él sonrió por las cosquillas, luego bajé a su barbilla, bien formada pude atraparla con mi boca, se sentía un poco áspera, me picaba pero me gustaba. Nuestras respiraciones se coordinaron, ambos estábamos nerviosos, le desabotoné la camisa azul que llevaba puesta, vi su pecho desnudo, me agradaba sentir su piel al tacto sin algo que se interpusiera. Su respiración se entrecortó, le terminé de quitar la prenda y ahora él continuó, me besó en los labios, supo meter su lengua en mi boca, rítmicamente se movían, la pasión y el amor se fusionaron en ese instante, tragué saliva nerviosamente, él sin perder más tiempo me cargó y llevó a la cama, nos miramos unos segundos fijamente, me volvió a besar, seguía haciéndolo mientras mis ojos se cristalizaban, estaba feliz, mi sueño se convertía poco a poco en una realidad. Me quitó la camiseta que llevaba puesta, nuestras pieles se erizaron al contacto, era la primera vez que estábamos así.

-Te amo- me susurró al oído mientras bajaba a mi vientre, ligeras cosquillas se formaron al sentir su respiración en ese sitio, quitó mi cinto y emprendió la tarea de quitarme los pantalones, antes de que prosiguiera quise ser yo el primero en despojarlo de sus ropas, cambié los papeles y así lo hice, lo besé en la frente, luego en los párpados, nariz, boca, barbilla, en el cuello me detuve un poco, quería sentir su fragancia masculina, me encantaba que oliera así, besé su pecho, mordí sus tetillas duras por la excitación del momento y proseguí llegando al vientre, juguetee un poco con los vellos que ahí tenía, le abrí el cinturón y quité el botón que mantenía los pantalones cerrados, con delicadeza los bajé, quité sus zapatos y luego calcetines, en mi cama se encontraba Ralph solo en ropa interior.

-Te amo Ralph- fui directo a su hombría y cuidadosamente deslicé la última prenda, tomé esa parte ya endurecida y admirándola un instante decidí adentrarla en mi cavidad bucal, unos gemidos extraordinarios emanaron de mi novio, le fascinaba que hiciera tal acción, con la lengua recorría desde la punta hasta la base con demasiado vello, la piel que lo cubría la comencé a subir y bajar con la mano, después volvía a mi boca y así continuamos hasta que él no pudo más y sin resistirlo eyaculó. Su líquido cayó en mi cara, lo miré con agrado, él parecía algo avergonzado, pero con un beso le di a entender que no se sintiera mal.

Me puse de pie, le me despojó de todo lo que lavaba puesto, él lo hizo más apasionado pero cuidadoso. Me veía completamente desnudo, era agradable a su vista el tenerme así, sin dudarlo él repitió mi acción, tomó mi miembro en sus manos y lo frotó, luego lo metió a su boca, era una sensación placentera, llena de emociones y pasión, me agradaba estar así con él. Yo aguanté menos, le avisé y soltó mi masculinidad para que el líquido no quedara en su boca. Él seguía sentado…

-Ahora Ken, quiero hacerte el amor…- sonó muy tierno y amoroso

-Hazlo…- tomó el líquido que tenía aun en la punta de su miembro y dos dedos los lubricó, dentro uno en mi cavidad trasera, gemí, era un tanto doloroso pero satisfactorio, lo movió y llegó el segundo, lo hacía bien, mantuvo ambos dedos dentro, hasta que la necesidad lo obligó a insertar su hombría, con su posición, sentado, cuidadosamente me sentó sobre él, puse mis rodillas sobre la cama, él busco que la punta llegara hasta mi entrada, palpó hasta conseguirlo, cuando lo logró empujó, sentí como si fuera la primera vez, el mismo dolor, la misma ansiedad pero el mismo placer…

-Ahhhh- mi respiración se dificultó…

-Tranquilo- me besó, yo estaba frente a él, quería verlo mientras me penetraba. Así las embestidas iniciaron, lentamente, al principio, luego la velocidad aumentó, cada mete-sale era magnifico, derramé un par de lagrimas por el dolor, si bien me trataba bruscamente, dentro de esa brusquedad existía el cuidado de no lastimarme mucho. Con los brazos lo empujé hacia atrás, quedando él acostado, por el movimiento el miembro salió de su lugar, pero con rapidez lo acomodé, ya él acostado y yo encima la acción prosiguió, mis manos se posicionaron en sus hombros, me encantaba ver su cara mientras me hacía el amor, sus cabellos pegados a sus sienes debido al sudor resultaba una imagen maravillosa.

-Ken… ya… ya….- gemía y se le dificultaba respirar- Ya no pue…- eyaculó dentro de mí, sentí el chorro correr en mis entrañas, un líquido caliente me recorría, yo me masturbaba mientras me penetraba, al cabo de unos segundos después yo también me corrí, cansado me recosté a su lado y él de inmediato me abrazó, en él encontraba ese sentido de protección que tanto me gustaba.-Mi ken… te amo… eres mi todo, pero cuidado, creo ser un tipo muy fértil y pude dejarte “embarazado”- lo golpee levemente y reímos por lo absurdo de su comentario. Debido al trabajo y esfuerzo el cayó dormido antes que yo. No pude conciliar el suelo por contemplarlo, se veía tan tranquilo mientras dormía, no resistí las ganas y lo besé en los labios con la precaución de no despertarlo.

 

 

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Les platico mi historia porque sentí la necesidad de hacerlo, yo Ken Bareck de Murdoch soy muy feliz desde entonces, llevamos más de 10 años juntos, nos peleamos, nos arreglamos, hacemos el amor, soy dichoso por tener a un hombre como Ralph. Tal vez no sea la mejor pareja del mundo, pero cada día trato de serlo, él sin duda alguna cumple con todas mis condiciones, me pregunto muchas veces qué hice para merecerlo. Cada vez que me ve triste llega con un detalle, ya sea una tarjeta, una flor, un chocolate, tengo un perrito chihuahua debido a una decepción en el trabajo, es increíble que me haya enamorado de un heterosexual que resultó no serlo del todo. Amo a Ralph, amo aquel balón con el cual me golpeó, al que por cierto lo tenemos en una vitrina, suena algo raro, pero gracias a ese instrumento hoy estamos juntos… ¿se imaginan si esa mañana él no me hubiera golpeado?

Tucker iba enserio con Emilia, tan enserio que se casaron hace 7 años, tienen un hijo que se llama Dalton, es un niño precioso, juega mucho con mi perrito, somos sus tíos, Ralph y Tucker se siguen cayendo mal, pero se toleran.

René  y Cassandra no duraron más de dos años, hoy día ella vive en Escocia con un hombre bastante guapo, ojalá no se entere Ralph que dije esto porque se enoja.  René al término de su carrera se fue a otro estado, cada año al parecer cambia de novia, no sé que lo ocurre, en fin, nos llama periódicamente, estamos en contacto permanente, es uno de mis mejores amigos y lo queremos mucho.

Mamá por fin se caso, Román y ella adoptaron a una niña a la que llamaron  Bonnie, es mi hermanita, tiene 8 años y al igual que Dalton es mi adoración, yo no tengo la dicha de ser padre pero desahogo todos mis sentimiento en ellos dos.

 

Mis acosadores, Eli y Ricky me enteré ¡que ya están juntos! Esos dos se veían muy sospechosos, se quieren. Luego de que Eli casi se mata en un accidente de automóvil, Ricky entendió lo importante que era para él y le pidió una oportunidad… ese par vive en la costa, pusieron un bar y les va bastante bien, de vez en cuando me llaman para platicarme sobre su vida, son muy divertidos.

 

Conocí hace un par de años a un sujeto llamado Adrián, y fue  porque asistí a su boda nada más ni nada menos que con Jakub. Ralph me contó que se trataba del chico con el cual más de uno me dijo que tenía parecido. En verdad que sí, solo que él es un poco más explosivo, no, mejor dicho es… ¡muchísimo más explosivo! dice lo que piensa y no aguanta que nadie le diga qué hacer. Noté su temperamento porque durante la celebración uno de los primos de Jakub le dijo “españolito sin gracia” y él se le arrojó encima como un changuito furioso. Lo importante del caso es que Jakub lo ama, Adrián lo ama, y son muy felices, me mandaron una  serie de fotografías donde nos muestran su casa en Madrid, ya no viven en Valladolid, es preciosa, nos invitaron a Ralph y a mí una temporada, aún lo pensamos. Pese a no ser un sujeto desagradable, hay algo en Adrián que no me termina de gustar, siento que él y mi Ralph algo me esconden, algo que no me quieren contar, a veces creo que pasó algo cuando se conocieron, es bastante extraño, pero ya se lo preguntaré cuando regrese del trabajo.

 

Todos ellos fueron, son y serán parte de nuestra vida, puede que no la haya tenido fácil, y aún hay personas que me dicen degenerado, pero la verdad soy más que una preferencia, soy un ser humano con ganas de amar y ser amado, por lo mismo no me importa… ¿Qué le dio sentido a nuestro amor? La fuerza y las ganas de ser felices, luchando por estar juntos…

Me enamoré de un heterosexual… y él se enamoró de mi… ¡Ralph te amo!...

 

 

 

FIN

Notas finales:

GRACIAS A TODOS, NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA  :'(

 

P.D.--> CLAUDIO LA CANCIÓN SE LLAMA "EL AVIÓN DE LAS 3" DEL GRUPO (BANDA) AK7


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