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LA CAIDA DEL ANGEL. por DRAGIOLA

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Notas del capitulo:

A veces el dolor del rechazo nos hace hacer cosas de las cuales nos arrepentiremos el resto de nuestras vidas, sobre todo cuando implica a otros en ella.

LA SENTENCIA

 

 

 

 

 

 

 

Cuando su celular sonó y vio de quien se trataba su corazón dio un brinco de felicidad con tal intensidad que creyó por una fracción de segundos que se le saldría por la boca.

 

 

Era el, era…

 

 

-alo-

 

 

-Nowa…-

 

 

-Si soy yo-

 

 

Su voz era tan cálida, tan diferente a la que comúnmente utilizaba para insultarle que cuando le escucho preguntar cómo se encontraba no pudo más de la felicidad soltando un suspiro que estuvo a punto de arruinarlo todo, porque aun cuando deseaba contestarle tuvo que frenarse de golpe lanzando contra la pared el maldito aparato que no le pertenecía y que le recordaba una vez más porque aquel niñato que mantenía encerrado debía pagar por alejar a la única persona que realmente había amado.

 

 

Porque era su culpa todo era su culpa, desde el principio hasta el fin todo era su culpa.

 

 

No podía culparle el haberse fijado en él, como hacerlo si aquel chico tenía un leve parecido con su gran amor, aquel que por su culpa y el de su oni-chan había perdido para siempre.

 

 

De seguro se había valido de su gran parecido para engatusarlo, lo más probable es que hasta le hubiese movido el culo para atraer su atención con esa estúpida sonrisa que desde la primera vez que vio quiso borrar de un golpe. Sonrió, satisfecho al recordar cuando pudo finalmente quitarse las ganas y más aún cuando pudo darle otros golpes extra en el estómago. Debía ir a verlo de seguro estaría muerto de miedo por lo que le había dicho y se lo merecía.

 

 

Se sintió un poco insatisfecho al notar que aún no se orinaba encima tras todo lo que le había dicho que le sucedería, pero aun asi no dejo su plan atrás, le haría vivir un infierno, uno que le perteneció en el pasado y que por un estúpido error de su oni-chan termino por afectar a otro hombre que no tenía nada que ver en su gran ecuación.

 

 

-Falta poco-soltó confiando al chico amordazado-dentro de…-miro su reloj de muñeca como si no fuera la cosa-menos de media hora y el primer cliente llegara, asi que por favor, se un niño bueno y no causes problemas, está bien-

 

 

Y por primera vez desde que lo tenía retenido en ese cuartucho no vio terror en aquellos ojos, sino rabia, odio, determinación, ¿Pero de qué? Y la respuesta vino demasiado rápido en forma de un punta pie en su rodilla que lo hizo trastabillar hacia atrás lanzando un chillido adolorido para luego ser acompañado por otro al sentir la dura cabeza del chico sobre su estómago.

 

 

Apenas había logrado reponerse para tomar el tobillo del chico y hacerlo caer de bruces al suelo en donde este no dejaba de darle sendas patadas una y otra vez dándole de lleno en el mentón en una ocacion que le hizo perder la paciencia y comenzar el también a golpearlo de la misma manera infantil que el otro pero con la gran diferencia de estar libre de ataduras y de una incómoda silla a sus espaldas.

 

 

-¡Hijo de puta! ¡Hijo de puta!-gritaba fuera de sí agarrándolo fuertemente del cuello-¡pensaba ser bueno contigo, pensaba dejarte ir! ¡Pero ahora no te iras de aquí nunca! ¡Me escuchas! ¡Nunca! ¡Te venderé a cuanto zángano encuentre en la calle! ¡Te ofreceré como el puto que eres y no solo para que te tome uno, no, no, te ofreceré como oferta del dia!-rio como desquiciado-¡En un dos por uno como un puto producto de liquidación para que te tomen dos tíos al mismo tiempo! ¡Te han tomado dos al mismo tiempo!-continuo gritándole mientras tiraba su cabellera con fuerza-¡De seguro que sí, porque no eres más que un puto disfrazado de cura!-le soltó con violencia escuchando un sonido hueco retumbar en el suelo para ver como el chico lanzaba un sonido agudo de queja por esto.

 

 

No merecía lastima, no lo merecía, claro que no, su oni-chan tenía razón, nadie merecía misericordia, mucho menos la pareja de un tipo rico como ese tal Usami. Cuanto se arrepentía de haberse opuesto a los planes de su oni-chan al principio, como se arrepentía de haberle intentado de engañar en vano para que no le secuestrara el dia indicado y cuanto lo hacía aún más al haberle dicho que la víctima que había traído consigo no era la errada…

 

 

Una lagrima rodo por su mejilla, otra más se dijo, otra más desde que se había enterado de a quien había afectado un error que le perseguiría hasta el dia de su muerte y que lo había sentenciado a ser odiado por el hombre que amaría sin remedio alguno hasta el final de sus días.

 

 

Salió decidido fuera de su departamento para serenarse cuando se encontró con el sucio Tochi, el gordete asqueroso que en más de una oportunidad desde que había llegado a ese edificio de mala muerte le había lanzado en más de una ocacion un piropo desagradable cargado de lujuria que le revolvía el estómago. Preguntándose si el no sería el castigo perfecto para aquel chiquillo del demonio escarmentaría de una buena vez.

 

 

-¡Hey, Tochi!-

 

 

El hombre que dio la vuelta con una gran sonrisa al ver de quien se trataba no pudo evitar el soltar un hola guapo notando al instante el escalofrió que causaba en el joven frente a él que desde que había perdido al idiota de su oni-chan gracias a la poética justicia no hacía más que hacerle el quite en cuanto lo veía, algo sensato si ya no contaba con el imbécil de su hermanito para protegerlo.

 

 

Se lamio los labios de forma lasciva mirándolo de pies a cabeza sin poder frenar aquellos instintos bajos que ya le hacían despertar algo entre su entre pierna.

 

 

Yunai apenas vio la actitud del sujeto supo entonces  que se arrepentiría de haber pensado en el para llevar a cabo su venganza, sobre todo cuando este se le abalanzo amenazadoramente atrapándolo contra la pared.

 

 

-Y dime pequeño Yunai, ya te decidiste a abrirme ese culo fenomenal, he, es eso-rio por lo bajo lanzándole su asqueroso aliento sobre la cara.

 

 

-No…yo no Sr. Tochi….vera-

 

 

-¿Sr. Tochi?-rio el hombre-¡Me gusta eso! Demuestra que me respetas-dijo intentando de acariciarlo-Y está bien, porque ahora que no tienes a tu oni-chan  necesitas a quien te cuide…verdad-

 

 

-No…no es eso…vera…yo…-tartamudeaba el joven intentando de liberarse de su jaula de brazos-Un amigo…-trago saliva-…el necesita dinero y bueno…-

 

 

-Pensaste en el viejo Tochi-sonrió el hombre mostrando sus dientes sucios.

 

 

El joven solo asintió.

 

 

-Bueno  y ese amiguito tuyo…es bueno siquiera-

 

 

-El…él le gustara mucho…es, es muy lindo-

 

 

-Eso me gusta, me encantan los chicos lindos pero tu deberías saberlo-le rozo la mejilla con un dedo.

 

 

-Pero es mejor, mucho mejor que yo-dijo casi atropellando sus palabras de lo asustado que estaba porque aquel tipo no lo liberara aun-A él, a él le gusta lo sado-

 

 

-¡Estas de broma! ¿¡Hablas en serio!?-Pregunto emocionado el hombre.

 

 

-Sí, sí, le encanta, tanto que me ha hecho atarlo a una silla y me ha pedido que le busque un grupo de tipos para que lo cojan porque a el-

 

 

-¡Espera, espera! A mí no me gusta compartir-dijo molesto el hombre viendo como el chico giraba su cabeza dejando expuesto su cuello-Con otros mi presa, pero si se trata de tomar a dos al mismo tiempo-le susurro-ten por seguro que me doy abasto-volvió a reír.

 

 

-¡No!-casi chillo el joven al notar para donde iban sus manos-Yo no entro en el trato, solo el, él es quien hace este tipo de cosas, es el, no yo, ¡no yo!-

 

 

-Está bien, está bien, no te pongas asi chico a mi jamás me ha gustado tomar nada a la fuerza-dijo dando unos pasos hacia atrás dejándo al otro respirar tranquilo por primera vez desde que lo llamara-¿Cuánto?-

 

 

-¿Qué?-

 

 

El hombre giro sus ojos un poco exasperado.

 

 

-¿Que cuanto pide tu amiguito tarado?-

 

 

 

 

oooooooooooooooooooooooooooooooooooOOOoooooooooooooooooooooooooooooo

 

 

 

 

Debía huir, debía hacerlo pero por más que intentaba de liberarse de aquella maldita silla no lo lograba y tal parecía aquel sujeto luego de su fallido intento de escape se había encargado de atarlo con mayor fuerza a ella al punto de cortarle corriente sanguínea en sus muñecas.

 

 

Cuando escucho que la puerta se volvia a abrir se quedó quieto al instante, por nada del mundo deseaba que aquel tipo lo volviera a atacar. No, debía mantener la calma, engañarlo, hacerle creer que estaba desmayado, quien sabe y se compadecía o al menos se preocupaba por su estado y lo liberaba por un momento dándole una nueva oportunidad para escaparse. Quiso reírse por pensar de ante mano cada paso de un plan que parecía cada vez más a una novela de Usagi que como siempre nunca terminaría de leer por ser del tipo serias frenándose al instante al pensar que si fuera del otro tipo de seguro, aun el ignorándolo se las devoraría apenas la tuviera en sus manos para luego devolverla a su lugar muerto de la vergüenza.

 

 

Usagi, Usagi, solo en él podía pensar en esos momentos y en todo lo que había ocurrido en esos meses desde que se enterara de una verdad que según él no le pertenecía, porque según el solo le haría daño.

 

 

“¿Por qué Usagui, porque?” Se preguntó cansinamente al recordar como este se negaba a hacerle frente cuando las sospechas comenzaron a aflorar en su mente al escuchar una conversación entre él y su editora por  una simple casualidad.

 

 

-¡Tu no lo entenderías, déjalo ya Misaki, déjalo!-le había gritado furioso cuando finalmente no pudo seguir evitándolo.

 

 

-¡No Usagi, quiero saber que pasa y quiero saberlo ahora!-

 

 

-Tengo que irme-

 

 

-¡No!-grito abrazandolo por la espalda-¡No te iras de aquí sin contarme porque diablos te sientes culpable de la muerte del demonio Kamijyou!-

 

 

-Tu no…no deberías llamarlo asi…-reprocho con unas sonrisa lacónica que el chico ni siquiera noto.

 

 

-Usagi, no soy estúpido, por favor, sé que estas sufriendo, lo sé y yo quiero ayudarte-el oji gris se dio la vuelta regalándole una triste sonrisa-Por favor, déjame ayudarte-

 

 

-Misaki-dijo el otro acariciándole el rostro.

 

 

-Por favor, no soy un niño, no me mientas, por favor-

 

 

Si hubiese sabido que ese por favor terminaría arruinando su vida jamás hubiese insistido tanto con Usagi para saber qué demonios le ocultaba hacía meses o años inclusive y por qué él estaba involucrado en aquella trágica historia que terminaría por destrozar la suya.

 

 

 

 

ooooooooooooooooooooooooooooooooOOOoooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

 

 

 

 

 

Al ver al chico sentado en aquella silla no pudo más que volver a lamerse los labios de aquella misma forma que le revolviera el estómago al castaño con anterioridad notando como esta vez este retrocedía unos pasos lejos de él.

 

 

-Está más que delicioso Yunai-profirió el sujeto sobándose las palmas de las manos-Y dime una cosa, aunque claro sé que no es posible por lo que me dijiste pero…-miro al joven al lado de el-¿Sera virgen?-

 

 

Ahora fue el  turno del joven de girar los ojos, pues luego de haberle dicho lo que le había dicho no era muy sensato hacer ese tipo de preguntas.

 

 

-Lo siento pero no, aunque como le dije antes le gustan bastante los juegos rudos-dijo notando como el chico fingía estar dormido cuando notaba claramente sus temblores desde donde estaba-Es más, si le da un par de golpes antes de empezar lo calentara aún más-

 

 

-¿En serio?-dijo con una gran sonrisa el hombre.

 

 

-Asi es-

 

 

-Bueno, bueno-susurro el hombre sacándose la camiseta.

 

 

-Por cierto, a él le gusta gritar como una perra cuando lo hace-

 

 

-Asi-el joven asintió-bueno eso no me importa yo también grito mucho, sabes-

 

 

-Sí pero a él le gusta fingir tambien-

 

 

-Fingir dices-pregunto curioso el hombre ante la sonrisa sádica del joven frente a él.

 

 

-Si-

 

 

-Bueno y  de cómo va eso-

 

 

-Le gusta fingir que está siendo violado-

 

 

-¡¿Qué demonios?!-

 

 

-Eso, hasta da un poco de pelea, como le dije antes-

 

 

-Vaya que cosas-rio el hombre mirando con mayor excitación al chico que ya comenzaba a moverse.

 

 

-Sí, tenga cuidado-

 

 

-Cuidado, de que-

 

 

-Ya se lo dije, se pone exageradamente violento cuando esta cachondo, asi que no se extrañe si hasta lo intenta de golpear-

 

 

-No te preocupes-volvió a reír-A mí también me gusta darla de pasivo pero aún mas de activo-

 

 

Miro por última vez al castaño atado a la silla removiéndose con violencia en ella, sobre todo cuando Tochi le quito la venda de los ojos para robarle un beso sobre la mordaza que llevaba encima prometiéndole cuanto se divertirían. Sintiendo un dejo de culpa en el centro de su pecho que desapareció de un zarpazo al ver aquel par de esmeraldas viéndolo con odio, más que con suplica.

 

 

Cerro la puerta tras de sí escuchando aun la risa del cerdo aquel junto a los chillidos del chico en un vano intento por huir de una sentencia sin retorno.

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuara................................................................

Notas finales:

Como lo prometido es deuda, aqui les va el capi de esta semana.

Como siempre gracias por leer y mucho mas por comentar, nos leemos en la proxima entrega porque ahora si que si, se termina o al menos ya llevo varios capis escritos, asi que una pronta actualizacion es segura.


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