Regrese a casa y toque el timbre, nadie abrió, toque nuevamente el timbre y nadie abrió…
-Kalil- esa voz…me gire y me encontré con Logan,
-¿Qué pasa?-di un paso para atrás, ahí estaba, ese tipo extraño, mire sus pies y no traía zapatos, deje mi vista en el suelo
-nuestros padres salieron, están en una junta que durara el resto de la tarde y parte de la noche… me dejaron un mensaje para ti- se me acerco, tenía sus manos en los bolsillos del pantalón de mezclilla del que colgaba una cadena, y traía una camiseta verde, otra vez a la vista ese cuerpo…
-y ¿cuál es el mensaje?- me aleje un poco mas
-*llegaremos tarde, espera en casa de Logan*- parece que era mi madre quien me lo decía- así que vamos, si te pasa algo, será mi culpa- se acerco a mí, y me tomo de la muñeca, me empezó a jalar hacia su casa, cruzamos la calle y la reja, ahora podía ver mejor todo el jardín principal, pero aún no les encontraba forma a los arbustos que había de adorno, pasamos la fuente y ahora pude ver que tenían palmeras, era muy elegante el jardín, y el pasto estaba bien podado, vi a Logan quien caminaba frente a mí, tenía una espalda ancha y su cabello era ligeramente más corto de atrás, seguía agarrado a mi muñeca, llegamos a la puerta principal, saco un llavero de su bolso y abrió la puerta, cuando entramos, me soltó de la muñeca y se giró a mi
-supongo que no has comido- se acercó a mi rostro, baje la vista nuevamente, negué con la cabeza- bien, comeremos juntos- volvió a tomarme de la muñeca y siguió caminando pasamos de largo la sala y el comedor y me llevo a la puerta que estaba a la izquierda, era de madera, la abrió y entramos a su cocina, era espectacular, la zona de almacenamiento estaba pegada a la pared a una considerable altura, las puertitas eran de madera, había una estufa eléctrica, horno, microondas, ventilación y la barra estaba en medio de la cocina, la parte de abajo era de madera y la encimera era de cerámica, igual que el piso que eran de color gris, el lavamanos era de acero inoxidable, en el techo había pequeñas lámparas circulares que daban un toque elegante y acogedor, era maravillosa esa cocina, la de mis padres era más… normal
-siéntate aquí – me guio hasta una de las sillas que estaban frente a la barra, me senté y Logan saco varias cosas del refrigerador que era enorme, y por lo poco que vi estaba llenísimo de comida, ¿eran la familia gigante? o ¿qué?, Logan se acercó a la barra y puso un envase de mantequilla de maní y pan
-¿sabes cocinar?- puse mis codos sobre la encimera, y lo mire fijo, veré si se pone nervioso
-no- dejo de untar mantequilla de maní al pan y me miro, nuestro ojos se encontraron-¿tu sabes?- me gano, baje la mirada
-no…tampoco se- me hundí en la silla -¿y las sirvientas?
-no están- siguió untando mantequilla de maní en los panes
-¿Dónde están?- mire como les ponía mantequilla de maní a otros panes, ya llevaba 3 hechos
-no tienen rastreador como para que sepa en donde andan- ¿sonó sarcástico?-¿o tu sabes en dónde están?- me apunto con el cuchillo que aún tenía una cantidad de maní
-no…no sé- creo que era mejor irme a casa, y treparme por algún árbol para llegar a la ventana de mi cuarto que dejé abierta, baje primero un pie de la silla
-si te mueves, te amarro a la silla- ¿Qué dijo?... ¿cómo se dio cuenta que había bajado solo un pie?, subí el pie nuevamente
-¿Por qué siempre andas descalzo?- sí que quería saberlo, eso no era normal cruce mis brazos en la barra y me recargue en ellos
-es como si yo te preguntara ¿Por qué siempre utilizas sudaderas?, ¿Qué me respondes?-volvió al refrigerador y saco mayonesa, jitomates, lechuga, jamón y quesillo, lo puso todo sobre la barra
-porque me gustan- levante los hombros y veía como untaba ahora mayonesa en 4 panes
-es la misma respuesta a tu pregunta, y es porque me gusta andar descalzo- también levanto un poco sus hombros-además de que tanto como tu gusto y el mío nos hace sentir cómodos
-pero son gustos diferentes- lo mire
-todos somos diferentes- levanto su vista topándose con la mía, volví a desviarla
-¿Por qué nunca ves a alguien a la cara más de 5 segundos?- porque soy un tímido, miedoso y cohibido, por eso
-no lo sé –
-sí lo sabes, estas mintiendo, pero de todas formas, yo te lo digo- dejo a un lado el cuchillo y los panes, dio la vuelta a la barra y se puso a mi lado, giro la silla en donde estaba y el quedo entre mis piernas, estábamos demasiado cerca diría yo, baje la mirada y me topé con su cadera muy cerca de mi entrepierna, sus muslos impedían que cerrara mis piernas, me levanto la barbilla con 3 dedos, como esa vez que me dio las verduras, nos vimos a los ojos un momento, pero rápidamente pose mi vista hacia la comida que hace poco estaba preparando
-retiro lo dicho, son 4 segundos los que soportas- lo mire de nuevo y tenía una pequeña sonrisa, me miraba divertido- sabes, hace mucho que no sonrío- se veía triste, ¿hace mucho?
-¿Cuánto tiempo?- me miro confundido con la pregunta- ¿Cuánto tiempo llevabas que no sonreías?- se puso un poco serio, ahora el desvió la mirada y entrecerró un poco los ojos, como recordando, se giró y volvió al otro lado de la barra y siguió untando mayonesa a los panes, luego les coloco el queso amarillo a cada pan luego una rebanada de jamón después una de lechuga, arriba rebanadas de jitomate, otra rebanada de lechuga, el quesillo y otra de jamón, un sándwich imperial, no respondió a mi pregunta, tal vez metí las narices en terreno prohibido y ahora estaba enfadado
-lo siento- no me miro y regreso al refrigerador, saco un bote con jugo de uva, y de la alacena saco 2 vasos y sirvió el jugo, siguió sin decir nada mas
-¿quieres saber?- puso el sándwich frente a mi igual que el vaso con el jugo y dos rebanadas de pan con mantequilla de maní, su comida la puso a mi lado, dio la vuelta a la barra y se sentó a mi lado
-no debo…pero si quiero saber- le dio una mordida a su sándwich, yo lo imite y espere
-¿Qué tanto lo quieres saber?- se giró un poco hacia mí, y me observo,
-… ¿mucho?…- dije
-si tanto quieres saber, aremos un trueque, yo te digo lo que quieras y tú me das lo que quiero- ¿estaba poniendo condiciones?, ¿Qué querría de mí, que no tenga él?- ¿trato hecho?- extendió su mano hacia mi
-trato… hecho- la tome y cerramos el trato, su mano era grande, un poco más grande que la mía, cuando la quise retirar, la tomo con más fuerza, se bajó de la silla y me llevo con él, ahora no me agarraba de la muñeca, ahora era de mi mano, y al poco tiempo entrelazo sus dedos con los míos, el apretaba las manos más que yo, caminamos más de prisa y pasamos nuevamente por el comedor, cuando llegamos a la sala, me sentó en el sofá, y fue a cerrar todas las cortinas de los grandes ventanales, estábamos un poco a oscuras, se fue acercando a mí, sin dejar de verme, puso su dedo índice en mi pecho
-a ti- no aparto la vista de mí, yo solo veía su dedo sobre mi pecho, que solo era cubierto por la playera de Minecraft y la sudadera, ¿a mí?, ¿Cómo estaba eso?
-¿yo?-moví un poco de lado la cabeza
-sí, tu- me fue empujando poco a poco, hasta acostarme en el sofá, me quito los tenis, subió mis piernas al sofá y se sentó sobre mí, justo sobre mi cadera, nuevamente nuestras entrepiernas estaban cerca, pero ahora mucho más que en la cocina, se fue acostando poco a poco, acortando nuestras distancias, todo esto era nuevo para mí, ¿Qué debo hacer ahora?, pero extrañamente…no me daba miedo, pero sí bastante pena
-abrázame- tomo mi barbilla con sus dedos, acariciándola con su pulgar, podía ver sus ojos, seguían teniendo millones de cristales en ellos, ya no tenía tantas ojeras, y por fin, percibí su aroma, vainilla, no era picoso el olor, era agradable
-yo…- ¿Cómo debo hacer eso?, ¿con que fuerza?, ¿Cómo si abrazara a mi madre?, o ¿Cómo?, acorto aún más la distancia, soltó mi barbilla y ahora su mano la paso por atrás de mi cabeza, como si fuera una almohada para mí, y la otra mano la paso por mi cintura, rozando nuestras entrepiernas… ya no había distancia entre nuestros cuerpos, sentía su respiración en mi oreja, y su cachete rozando ligeramente el mío, no dejaba caer su peso completamente a mí, ya que se sostenía con el pie que estaba en el piso aun, sentía su pecho subir y bajar calmadamente, entonces, ¿así quería que lo abrazara?, lo hice lentamente, puse un brazo sobre su espalda ya que no alcanzaba su cintura, y mi otra mano sobre su cabeza, y acaricie un poco sus cabellos, eran bastantes suaves, tembló un poco mi mano, trague saliva, era la primera vez que hacia eso, no era como en los mangas yaoi que leía, esto se sentía especial…
-10 años- dijo contra mi oído, me dio un poco de cosquillas, una cosquillas que se sentían bastante bien, espera… 10 años
-tenias 9 cuando algo paso… ¿verdad?- gire un poco mi cabeza hacia el
-si…cuando tenía esa edad… mi… verdadera madre falleció- ¿Qué?, ¿la verdadera?, ¿Y Lorena?, ¿no era ella su verdadera madre?, creo que el lee las mentes porque me contesto inmediatamente varias de mis dudas
-Lorena es mi madrastra… me cae bien…pero no es lo mismo- me apretó un poco más, pero seguía siendo delicado, estaba diciendo algo difícil, ya pasaron varios años pero… es imposible olvidar algo así, no supe que más decir, no era bueno en las palabras de aliento, o consolar a la gente, pero el solo quería que lo abrazara supongo que así se siente mejor para poder contarme eso, pasamos varios minutos así
-¿te gustan los dulces?- ¿Qué pregunta era esa?, se reincorporó un poco, sin dejar de abrazarme, me miró fijamente, nuestras caras estaban un poco cerca
-si…- ¿a quién no le podían llegar a gustar?, digo, todos por lo menos una vez en la vida hemos comido uno o varios, saco su mano que sostenía mi cabeza, la llevo al bolsillo de su pantalón
-siéntate- ahora saco la mano que sostenía mi cintura, y yo igual lo solté, me senté, ¿Por qué lo obedecía tan bien?, saco 3 dulces de su bolsillo
-elige uno- puso los tres delante de mí, había uno con envoltura amarilla, otro verde, y el otro roja, tome el de la envoltura amarilla- comételo, pero lentamente- lo desenvolví y me lo metí a la boca, era con sabor a vainilla, el me miraba atento - ¿Qué tal esta?, ¿esta rico?- sabia bastante bien, lo pase por toda mi boca
-sí, esta rico- bastante bueno diría yo, era intenso el sabor a vainilla
-¿puedo probarlo?- deje de mover el caramelo en mi boca, ¿Qué me pidió? ya tenía mi saliva…
-si…- lo iba a sacar de mi boca, pero detuvo mi mano
-yo lo saco- ¿Qué, que?, se acercó a mí, lentamente, tomo mis dos manos y las puso a cada lado del sofá, y sobre las mías estaban las de él, estaban “tibias”, cuando estaba ya rosando mi nariz con la suya, me preguntó
-¿has besado Kalil?- baje la vista a su boca, tenía una ligera sonrisa
-no…nunca- me separe un poco, y lo mire, el amplio la sonrisa un poco, pero aun sin mostrar los dientes
-entonces… relájate… y entreabre un poco tu boca, deja que mi lengua te guie- ¿dijo lengua?, ¿Qué pensaba hacer?, me trate de alejar un poco más, pero apretó el agarre de sus manos contra las mías- no escapes Kalil- acorto la distancia, cerré los ojos, sentí primero un beso en la mejilla, apenas un roce, luego en mi frente, después mi nariz y solo rozando fue bajando hasta mi boca, hasta que estaban juntos, se separó un poco, yo seguía sin abrir los ojos- ahora has lo que te dije al principio- asentí un poco, entreabrí mi boca un poco, y sentí inmediatamente su boca, sus dos labios apresaban primero mi labio superior, después el inferior, yo fui entendiendo y cerré un poco la boca, aprese uno de sus labios, luego sentí que introducía su lengua, la mía seguía sin moverse, hasta que toco el caramelo que tenía, el empezó a recorrer todo el interior de mi boca, explorándola, temblé un poco más, se sentía fantástica esa sensación, comencé a mover mi lengua, y choco contra la de él, entonces sentí que soltaba mis manos – abrázame Kalil- dijo entre el ligero beso, puse mis manos temblorosas, solo un poco alrededor de su cintura, apenas cerrando el abrazo, él se acercó más a mí, paso una de sus manos en mi nuca, y con ese movimiento, acerco más nuestros rostros y por ello más profundidad en el beso, que aún seguía lento, hasta que sentí que me quitaba el caramelo, y con el caramelo jalo un poco mi lengua, ahora era mi turno de explorar su boca, seguimos un buen ritmo, no me había dado cuenta que con la mano libre que el tenia me empezaba a bajar el cierre de la sudadera, hasta que la abrió por completo, poso su mano en mi pecho y comenzó a acariciarme todo, desde mis hombros, hasta mi cintura, eran lindas caricias, que, aunque tuviera mi playera se sentían bastante bien, fue acostándome lentamente, pero seguíamos con ese lento beso, no tenía la necesidad de aire, ya que como era lento, podía respirar a escasos momentos, ahora yo le logre quitar el caramelo, y él fue a buscarlo, ya estábamos completamente acostados, hasta que sentí que ya no había caramelo, se había terminado, pero él no se detuvo, mordió ligeramente mis labios… sonó el timbre.