Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LA CAIDA DEL ANGEL. por DRAGIOLA

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Dense con una piedra en el pecho porque esta historia se salvara de la limpiesa que por error termino arrebatandome una carpeta con muchas historias, snif, aun me duele eso. Pero en fin, queridos lectores heme aqui de regreso con la que sera y pongan atencion, el penultimo episodio de esta historia, asi que sin mas preambulos, bon appéttit.

 

 

 

EL ENDEMONIADO  BELLO DURMIENTE

 

 

 

 

 

-¡Usami que haces!-

 

 

-Yo no me voy de aquí sin revisar este chiquero-dijo fríamente el escritor sin mirar a su acompañante que no sabía qué hacer ante un demente con revolver-Asi que, muevete cerdo-ordeno al hombre que aun sostenía en su mano la botella trizada-¡que te muevas o te mato infeliz!-

 

 

-La…la policía…ellos…ellos-tartamudeaba el hombre al verse acorralado por aquel infeliz que creía tener la situación en sus manos.

 

 

-Esto es entre nosotros-

 

 

-¡Usami baja el arma por favor!-

 

 

-No hasta que este se mueva-indico con el arma al tipo para que se hiciera a un lado.

 

 

-Esta…está bien señor, lo hare, mire-decía el viejo dando pasos cortos hacia un lado-mire ya, ya me moví- repitió dándole acceso libre al cuarto-Entre, vamos hágalo y convénzase usted mismo que ese, ese chico no está aquí-

 

 

El escritor asintió con una sonrisa nerviosa olivándose por completo de vigilar sus espaldas para irse de lleno hacia aquella puerta que le develaría si sus sospechas eran o no acertadas cuando un grito le hizo apuntar de nuevo al viejo que esta vez estaba preparado para contra atacar al peli gris que no se esperaba aquello.

 

 

-¡Cuidado Usami!-

 

 

-¡Hijo de puta!-

 

 

-¡Ahora vas a ver maldito imbécil!-grito el viejo para agarrarle la mano con el arma y luchar por ella hasta que al peli gris se le cayó gracias al punzante dolor provocado por las puntas de la botella rota-¡Desgraciado ahora vas a ver quién es Tochi!-gruño el viejo para darle un rodillazo en pleno estomago al escritor que caí de bruces en el suelo-¡Estás muerto!-

 

 

-¡De eso nada!-

 

 

Alguien grito para plantar su puño en la cara del viejo que retumbo contra la pared para dejar caer la botella, dándole el tiempo suficiente al moreno para recoger al escritor y ayudarlo a levantarse.

 

 

-Vámonos Usami-

 

 

-No…cof, cof, ve…-apunto hacia la puerta-ve… ¡ve!-exigió el peli gris a lo que el moreno dejándolo recostado a regañadientes volvió a encaminarse hacia la puerta en donde se encontró con quien menos deseaba.

 

 

-Yunai-

 

 

-Ho…hola amor-

 

 

-¿Nowaki, acaso lo conoces?-pregunto sorprendido el escrito.

 

 

El moreno solo asintió ante la sonrisa cándida del castaño ante él.

 

 

Dios, pensó el peli gris al recordar cómo tras la muerte de su mejor amigo el novio de este se vio sumido en una depresión tan terrible que ni siquiera le intereso saber quién demonio había estado involucrado en el secuestro y muerte de su pareja.  Y como a raíz de ello él tampoco se había atrevido a darle el nombre de esos desgraciados, cuan arrepentido estaba ahora de esa decisión, pues era obvio que los muy bastardos habían regresado a terminar su trabajo atraves del idiota aquel.

 

 

-¿Has venido por mí?-

 

 

-Ni en tus sueños escoria-escupió con odio el moreno con una expresión tan macabra que si al peli gris le quedaba alguna duda de que este pudiera sentir algo por ese individuo, cualquier duda quedaba borrada en ese momento.

 

 

-Ese desgraciado, ¡Ese es uno de los que mato a Hiroki! ¡Es uno de ellos!-grito furioso levantándose con dificultad del suelo el peli gris-¡Maldita sea Kusama, no me digas que te involucraste con el!-

 

 

-Eso a ti no te importa-reclamo el chico-eso es entre nosotros-

 

 

-¡No hay ningún nosotros!-vocifero furioso el moreno haciendolo retroceder despavorido.

 

 

-Por dios Kusama-escupió molesto el escritor-Hiroki debe estarse revolviendo en su tumba-

 

 

-¡Cállate Usami que esto no te incumbe!-

 

 

-¿Que no me incumbe dices?-dijo mirándolo con asco-Tu, el novio de mi amigo, el que decía amarlo, no solo intento meterse con “mi pareja”, sino que además jodio con el puto asesino de este-

 

 

El moreno agacho la cabeza avergonzado porque sabía que el otro tenía razón y además porque sabía que cualquier explicación no solo estaba de mas, sino también porque en ese preciso instante se dio cuenta de una cosa que se negaba a ver y que ocultaba tras los golpes que le daba aquel muchacho, y es que al final él no era muy diferente a Usami Akihito, sino peor, mucho peor.

 

 

Alguna vez lo perdonaría Hiro-san, alguna vez podría borrar la traición que había cometido de su cuerpo y de su alma. Se odiaba por lo que había hecho, por haberse metido con aquel sujeto, más cuando se enteró de la verdad y continuo manteniéndolo a su lado, aun si era para castigarlo

 

-¡Acaso no vas a decir nada!-

 

 

-¡El me ama y no tiene por qué darte explicaciones!-reclamo el chico apostado en la puerta.

 

 

-Acaso eso…Eres una mierda Kusama-

 

 

-Ni tengo porque darte explicaciones Usami-le miro con dificultad a los ojos-Ni amo a este infeliz-miro ahora con repulsión al chico que sentía como su corazón se le hacía añicos por dentro-Y sí, soy una mierda, lo acepto-agrego con un nudo en la garganta-pero creo que no hemos venido a discutir eso sino a buscar algo mucho más importante-

 

 

-Misaki-

 

 

-Exacto, Misaki-

 

 

-¿Misaki?...amor-

 

 

El moreno giro su cabeza para ver a la segunda persona más importante de su vida justo al lado de la persona que más odiaba.

 

 

-¿Qué tienes, que te han hecho, estas bien?-preguntaba el escritor con semblante sombrío al notar sumamente extraño al castaño que a simple vista no tenía buena pinta-Amor todo estará bien, todo estará…-

 

 

-¡Hijos de puta ahora me las pagaran!-grito el viejo Tochi haciéndose del arma que fue disparada apenas la tuvo en sus manos.

 

 

El desgraciado les había disparado dos veces, dos veces que habían logrado esquivar por pura suerte y que no se repetiría una tercera vez, de eso estaban seguros y por ello sabían que debían actuar rápido. Vasto con que se echaran una mirada uno al otro para que se lanzaran contra el hombre sin importar que este les apuntara y disparara por tercera vez.

 

 

-¡Misaki agáchate!-gritaron ambos hombres a la vez sin darse cuenta que el chico no solo ignoraba su orden, sino que además miraba a su alrededor como si estuviera en la nada misma.

 

 

El viejo podía  tener un arma pero ni eso le serviría cuando luchaba contra la determinación de dos hombres que deseaban sobrevivir, pero sobre todas las cosas proteger al ser amado que por nada del mundo permitirían que lastimara un ser tan grotesco como él.

 

 

Usami pudo sentir el quemazón del disparo en el costado de su brazo, lo ignoro por completo para agarrar la mano del viejo que ya era alzada sobre sus cabezas por las gigantescas manos del moreno que luchaba a brazo tendido con ese cerdo que no dejaba de dar lucha, además de insultos.

 

 

-¡Maldito hijo de puta!-vocifero el peli gris dándole un golpe en sus partes nobles provocando que este se doblara-¡Ahí tienes por cabron!-

 

 

-Me las…paga…ran-se quejaba tirado en el suelo el hombre agarrándose la entre pierna adolorido, mientras que por un costado un joven intentaba de salir de su hogar pasando desapercibido.

 

 

-¡Tu ni te atrevas a moverte!-grito lleno de ira el moreno agarrando del brazo al Yunai-¡Ni creas que te marcharas de aquí sin explícame que mierda ha pasado!-le reclamo sacudiéndole con violencia-¡Vamos dímelo, dímelo!-

 

 

El castaño cayó de rodillas agarrándose adolorido la mejilla en donde había recibido el primer golpe de Nowaki recordando entonces las fatales palizas que este le daba sin poder evitar temblar de pavor.

 

 

-Por favor amor…no yo…-

 

 

-Maldito infeliz, primero mi Hiro-san y ahora-

 

 

-Yo no… ¡Auch!... ¡no por favor, no, no me golpees, no!-chillaba el castaño ocultando su cabeza de los posibles golpes que el moreno podría darle en esta de no protegerse, mientras un peli gris les ignoraba olímpicamente dedicándose a atarle las manos del viejo que aún se lamentaba por el golpe recibido anteriormente.

 

 

-¡Usami llama a la policía! Esta vez no te salvas de la cárcel infeliz-arremetió dándole una patada en las piernas al chico que no paraba de gemir lamentosamente.

 

 

El peli gris se levantó de donde estaba para encestarle una patada en el estómago al viejo que no paraba de quejarse en su sitio.  Tomando su teléfono para luego mirar con desprecio al chico también tirado en el suelo y para luego recordar que debía recoger su arma y encontrarse con un panorama que no se había esperado.

 

 

-Su…el…ten…lo-

 

 

Exigía un castaño que les apuntaba con su arma.

 

 

-Suel…ten…lo-

 

 

-¿Misaki, amor que haces?-

 

 

-Suel…tenlo-

 

 

-Misaki, todo estará bien ahora, nos iremos a casa y esta pesadilla quedara en el pasado-apenas dijo el escritor para escuchar un estruendo justo al lado de su pierna.

 

 

-Suéltenlo-apenas se le escuchaba decir por lo garrasposa que debía estar la garganta del chico-Suéltenlo-exigía con mayor ahínco este mirándolos de una forma demasiado extraña.

 

 

-Usami, aléjate de el-le pidió el moreno al notar la mirada sombría y perdida que tenía el chico que antes le recordara tanto a su Hiro-san-Aléjate Usami-

 

 

-¡Pero qué diablos me pides! Misaki, amor ven, no estás bien-estiro su mano hacia este arrepintiéndose al segundo pues un nuevo estruendo se hacía escuchar en aquel departamento.

 

 

-¡Misaki!- grito despavorido el pediatra al ver lo que había hecho el castaño.

 

 

Atónito un escritor poco a poco fue acercando hacia su pecho la misma mano que ofreciera momentos antes a su amado para encontrarse atónito ante un mancha de sangre creciente que se formaba en su camisa.

 

 

-¿Mi…saki?-

 

 

No podía creer lo que acababa de ocurrir, aquel chico inocente que por algún momento le recordara lo que era amar, otra vez, no había solo defendido aquel infeliz de Yunai, sino que además le había disparado a quien le había ido a rescatar de sus garras.

 

 

-¿Misaki que has hecho?-

 

 

-Suel…ten…lo-se le escucho emitir de su garrasposa garganta-Suel…ten…lo…aho…ra-

 

 

El moreno levanto sus manos poco a poco sin fingir su asombro y sin evitar mirar por un segundo con desprecio al otro joven a sus pies que temblaba ante una posible reprimenda de su parte.

 

 

-Bien, hare lo que me pides-respondio dando un paso hacia atrás pero advirtiéndole a Yunai que eso no se quedaría asi en tono bajo-estas muerto-

 

 

Un nuevo disparo se escuchó tocándole esta vez a el recibir el impacto que por suerte solo rozo su oreja.

 

 

-Misaki tranquilo-

 

 

-Aléjate…de…el…-

 

 

-Está bien-levanto sus manos por segunda vez para encaminarse hasta donde se encontraba ahora arrodillado el peli gris con la mirada perdida-Voy donde Usami de acuerdo-

 

 

-Ale…ja…te-repetia como ido el chico sin mirarle a la cara pero aun asi dejando entre ver que esos ojos antes llenos de vida habían perdido la chispa innata que tanto llamaban la atención de quien lo tuviera enfrente.

 

 

¿Qué te han hecho Misaki? Se preguntó el moreno al ver sus movimientos errados, su semblante pálido y su mirada totalmente perdida de la realidad.

 

 

Miro al escritor que se agarraba un extremo del pecho temiendo lo peor.

 

 

-Usami déjame ver tu herida-pidió para encontrarse con unos ojos llenos de incredulidad-No esta tan mal como pensaba-casi le susurra temiendo que cualquier sonido fuerte altere al castaño que aun sostenía el arma-Todo estará bien, te dio en el costado del hombro-dijo agradeciendo que no fuera tan grave como hasta el mismo pensó en un principio y tomando un paño sucio del suelo para ponerlo en el pecho del otro-Aprieta con fuerzas y no lo sueltes, entendido-pidió al peli gris que aún seguía sin emitir palabra alguna-Usami, entendiste-dijo entre dientes para ver reaccionar por fin al otro.

 

 

-El…Misaki…el…-se miró la herida-¿Por qué?-miro al chico apostado en su mismo lugar como un perfecto Zombie-¿Acaso me…odia?-

 

 

Nowaki tomo su rostro con pena dejándolo frente a frente del suyo para negar con su cabeza a ello.

 

 

-Pero el…el me…-

 

 

-Usami…tan solo míralo-dijo algo cansado-Obsérvalo-pidió moviendo su rostro-Ese que está ahí, ese no es nuestro Misaki-

 

 

-¿Qué? Pero que dices, el…el-

 

 

-Usami, eres escritor usa tu puta imaginación y míralo, tan solo míralo-pedía ya perdiendo la poca paciencia que le quedaba ante la ceguera del peli gris.

 

 

-¿Qué?... ¿Qué le han hecho?-soltó agriamente el escritor sintiendo como se recuperaba del impacto anterior como por arte de magia-¿Que le han hecho a mi Misaki?, Nowaki, ¿qué le han hecho?-

 

 

El moreno miro preocupado al castaño que continuaba apostado en su mismo lugar con el arma en sus manos y con la mirada perdida para luego mirar al bastardo de Yunai que no se movía ni un ápice de su lugar, mientras que el viejo se removía un tanto molesto y preocupado por el giro que habían tomado las cosas, observando un tanto aterrado a Misaki que ni siquiera le prestaba atención.

 

 

-No lo sé Usami…pero él no está bien-

 

 

-¿Que debemos hacer?-

 

 

-Pensar Usami, pensar-dijo el moreno intentando de recordar su época de interno y como en más de alguna ocacion tuvo que prestar su ayuda en Emergencias viendo casos similares en personas que entraban en shock tras accidentes o simplemente al encontrarse bajo la influencia de alguna droga.

 

 

-Misaki amor-le llamaba con ternura el escritor-Amor reacciona, soy yo, Usagi, mírame por favor, reacciona-pedía lamentosamente el hombre intentando de ponerse de pie aun si se sentía morir-Mírame, reacciona por favor, soy-

 

 

Se calló en seco al ver como su amado levantaba nuevamente el arma en su contra.

 

 

-Usami agáchate y cállate-ordeno el moreno tomándolo del brazo.

 

 

-Pero-

 

 

-Él no tiene idea de quién eres idiota-lo increpo molesto.

 

 

-No, él sabe quién soy, solo está confundido-

 

 

-Exacto y por eso no te moverás hasta que ideemos algo para quitarle el arma sin que nos mate-recalco la última palabra para que le quedara claro al cabezota ante el que no estaba pensando con claridad.

 

 

-¡Hijos de puta!... Esto es su culpa, mal nacidos-graznaba el viejo-¡dispárales chico, dispárales!-ordenaba carcajeándose al ver como el castaño obedecía sus órdenes-¡Eso es!-lo alentó cuando tuvo en posición el arma-¡Mátalos, mátalos!-

 

 

-¡Misaki no!-grito despavorido al notar como este no solo obedecía al viejo, sino que además apuntaba con el arma listo para dispararles-¡Misaki!-

 

 

La risa del viejo ceso de golpe justo cuando el disparo se hizo presente en el cuarto provocando que de su boca no solo saliera un grito ahogado y lastimero, sino además borbotones de sangre en grandes cantidades.

 

 

-Mal…dito…-

 

 

OOOOOOOOOOOOOOOoooooooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

 

 

Cuanto tiempo llevaban en la misma posición era un misterio para ellos pero aún más el ver en ese estado al castaño e ignorar si  alguna vez volvería a ser el mismo de antes. Si alguna vez pensó en que el perdón podría caber en su retorcido y negro corazón ahora bien sabía que aquello solo era un sueño, porque jamás perdonaría a Yunai por lo que había hecho, jamás, aun después de la muerte.

 

 

-¿Qué hora…será?-pregunto cansado el escritor que aún no paraba de sangrar.

 

 

-Eso no importa, por ahora intenta de descansar Usami-

 

 

-Descansar, ¿Cómo?-dijo mirando de reojo a su amado que aun permanecía como estatua en el mismo lugar.

 

 

-Debes intentar de recostarte otra vez, has perdido mucha sangre y –

 

 

-¿Misaki ha muerto?-

 

 

-No digas eso-

 

 

-Lo ha hecho, igual que Hiroki-

 

 

-¡Como puedes siquiera decir eso!-

 

 

-Porque es la verdad-dijo mirando a su amado-Ese, ese que está ahí, no es…no puede ser…mi…-se recostó contra el pecho del moreno, estaba muy débil para seguir fingiendo valor ante aquel idiota que tanto detestaba en esos momentos como para continuar con aquella charada.

 

 

-Saldremos de esta Usami-le dijo tomando su cabeza-Ya veras, el volverá a hacer el mismo-

 

 

-Pero el…ni siquiera…sabe quién…soy-

 

 

-Está confundido, está en shock pero mejorara ya lo veras y todo volverá a hacer como antes-

 

 

-Como antes-rio bajito el peli gris-Y cómo será ese como antes-

 

 

-…-no podía responder a ello porque hasta para él era un misterio el maldito futuro desde que lo dejara su Hiro-san.

 

 

-Contigo…o…conmigo…dime, como será-le preguntaba cansinamente el escritor que emitió por vez primera un sollozo para reprimirlo lo mejor que pudo-¿Por qué?… ¿porque tenías que?-

 

 

Lo sabía, ahí vendría la recriminación por la pérdida de su amado Misaki, el dolor agudo en el pecho que le haría aullar de sufrimiento al saber que su más preciado tesoro ya no le pertenecía. Su momento de gloria, la culminación a su venganza, la decadencia del enemigo, su caída inminente al agujero en el que el mismo alguna vez cayo irremediablemente al no tener al ser amado consigo, entonces, porque el mismo sentía aquel dolor del pasado uniéndose a ese que debía ser solo del maldito de Usami, ¿Por qué?

 

 

-¿Porque tenías que morir Hiroki?, ¿Por qué?-

 

 

Entonces lo supo, no era más que culpa. Culpa por destruir algo puro, algo vivo, algo que alguna vez el mismo tuvo con el amor de su vida, ese que lo llenaba por completo hasta el punto de hacerle creer que ni el oxígeno era necesario si él estaba a su lado y se sintió un maldito.

 

 

Abrazo a Usami intentando de confortarlo, aunque sabía que eso no de mucho serviría cuando vio algo que  relucía de su bolsillo trasero.

 

 

-Tengo una idea Usami-dijo tomando el teléfono-Prepárate porque no tendremos mucho tiempo-

 

 

-¿Qué debo hacer?-pregunto nuevamente mostrándose valeroso ante aquel que le había arrebatado a su amor.

 

 

ooooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOoooooooooooooooooooo

 

 

El silencio rodeaba su mundo, el silencio lo cubría por completo, el silencio era paz, el silencio lo salvaba hasta de sus propios recuerdos y pensamientos que lo insultaban impunemente. Silencio, silencio, silencio, era lo único que necesitaba para estar en paz, para no recordar, para que no doliera, para no pensar, para no existir.

 

 

Podía escuchar voces lejanas, voces que cuando se alzaban callaban mágicamente con algo que encontrara en el suelo, ¿Qué era? Que importaba mientras los hiciera callar y le permitiera estar en paz, en silencio, en su paraíso personal.

 

 

Silencio, era lo único que necesitaba para no recordar su dramático pasado, su tortuosa vida, sus patéticas relaciones amorosas y su asqueroso presente.

 

 

Pero entonces cuando pensó estar a salvo el silencio que tanto agradeció se volvió en su contra trayéndole consigo los recuerdos tortuosos de su vida en cámara lenta, mediana, rápida, dolorosa, angustiante, sin dejarle cabida a un solo instante de felicidad pura y dejándole solo con sus desgracias de frente.

 

 

Padre, Madre, muertos por su egoísmo, aun si su hermano le decía lo contrario.

 

 

Takahiro, su único hermano, gracias a quien no había terminado en un orfanato y para que, para arruinarle la vida impidiendo que fuera a la universidad, robándole su juventud, impidiéndole que fuera totalmente feliz sin la preocupación de tenerle a él como carga.

 

 

Usagi, quien le amaba con locura, quien le decía que era lo más importante en su vida, quien repentinamente comenzó a odiarlo sin saber el porqué, quien ya no le miraba como antes y que lo trataba como un objeto más que como su pareja. Era su culpa lo sabía, porque el, porque Usagi, era una buena persona, no como el, no como él.

 

 

Sensei Kamijyou, el demonio Kamijyou, el maestro estricto pero sincero, aquel que en más de una ocacion en secreto le dio una oportunidad al no estar a la altura de su materia. Quien creía en él, quien murió por él.

 

 

Nowaki…un ángel….un ángel caído por su culpa, un ser amable, tierno, que estaba solo por su causa, porque el no estuvo en el momento adecuado a la hora adecuada. Cuanto dolía el verlo solo, cuanto dolía el saber que sufría por la ausencia de su amado, cuanto dolía saberse culpable de su dolor.

 

 

Era su culpa, todo era su culpa, toda era su maldita culpa, hasta que el bendito silencio lo traicionara, hasta que su maldito pasado le marcara para nunca ser feliz y que cuando lo creyera le arrebatara esos momento de golpe, porque el, el no merecía ser feliz, el no merecía ser amado. Ese chico, ese que estaba tendido en el suelo, su otro yo, ese que era idéntico a sí mismo, ese, ese que lo culpaba antes, ese, ese era el, lo sabía, lo sabía y por eso le dolía tanto escucharlo, por eso le dolía el saber cuál era su sentencia, porque eso quería decir que ni el mismo se tenía misericordia ante sus pecados cometidos.

 

 

Merecía el ser golpeado, merecía el haber sido utilizado, el haber sido torturado, el haber sido violado y el ser asesinado.

 

 

oooooooooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOoooooooooooooooooooooooooooooo

 

 

-Entendiste lo que haremos-

 

 

-Si-

 

 

-Estas seguro que puedes-

 

 

-Por Misaki estoy seguro de cualquier cosa-dijo el escritor suprimiendo un quejido al hincarse.

 

 

-Bien entonces-

 

 

-¿Qué rayos está haciendo?-escucharon a Yunai decir para quedar aterrados.

 

 

-Misaki ¿qué haces amor?-pregunto el peli gris levantándose lentamente al verlo con la punta del revolver dirigido hacia su propia frente-Suelta esa arma, si, vamos dámela quieres-pedía desesperado el escritor al ver su dedo justo en el gatillo-Misaki-

 

 

-Está loco-profirió el chico aun en el suelo que veía incrédulo la escena, pues quien creía su moreno se arrastraba por el suelo para no ser notado por su víctima-¿Qué haces?-susurro preocupado ante la mirada iracunda de este-Te va a matar-

 

 

-Cierra la boca desgraciado-gruño molesto mientras escuchaba con claridad como Usami insistía en llamar la atención del castaño que poco a poco iba descendiendo la punta del arma hasta su pecho.

 

 

-Pero te matara, acaso no ves como-

 

 

Y eso fue suficiente para que Nowaki perdiera los estribos y se arrastrara hacia el para bofetearlo llamando la atención del bello durmiente armado.

 

 

-¡Ahaaaa, te lo dije!-

 

 

-¡Misaki no, espera!-

 

 

-¡Usami ahora!-ordeno el moreno levantándose de golpe de su sitio para correr hasta donde se encontraba el castaño dejando en el olvido por completo su anterior plan.

 

 

 Usami había intentado de quitarle el arma de las manos al castaño sin conseguirlo al primer intento pues estas se le resbalaron entre las suyas ensangrentadas para luego volver a intentarlo sintiendo como un nuevo disparo salía del arma.

 

 

-¡Usami!-

 

 

-¡Estoy bien, necesito ayuda!-grito desesperado al sentir como las fuerzas de su pequeño y sensible niño eran mayores a las suyas.

 

 

Por fin el moreno estaba a su lado para brindarle las fuerzas que el ya no poseía, justo cuando perdía el equilibrio y se desplomaba irremediablemente desconcentrando por una fracción de segundos vitales al pediatra que apenas alcanzo a agarrar la punta del arma para sentir el quemazón de esta en la palma de su mano.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Continuara...........................................................................

Notas finales:

Espero les haya gustado y que sigan conmigo para el final.

Como siempre, gracias por leer y mucho, pero mucho, pero mucho mas por comentar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).