EN ALGUNA PARTE… TU ESPERAS POR MI
Su vista se nublo empañando el dulce rostro sombrío del chico frente a él, que aun sumido en su dolor no podía dejar de mirarlo con vacío en sus ojos.
Se aferró de su palera con todas sus fuerzas, resbalándose de ella irremediablemente sin saber cómo diablos de un momento a otro ya no tenía esos hermosas jades ante él, sino un techo mugroso.
El aire era denso, demasiado y el dolor quemante que en algún momento sintió en su pecho desaparecía junto con el escaso oxigeno que llegaba a sus pulmones.
-Hi…ro…san….-
¿Desde cuando estaba tan oscuro?, ¿desde cuando la luz lo había abandonado?, ¿desde cuando no sentía ni su propia alma?, la respuesta era simple, desde que su amado Hiro-san lo había abandonado o mejor dicho, se lo habían arrebatado.
“Amor…amor…me escuchas….No…wa…ki”
“No puede ser…Hiro-san”
“¿Qué no puede ser Baka?”
“Nada amor, nada, solo que…he tenido el sueño más extraño”
“Y que sueño ha sido ese Nowaki”
“He soñado que…que…Estaba perdido en la oscuridad, esperando una señal.
Sin embargo…todo estaba en silencio”
“Eso debio asustarte”
“No sabes cuánto, porque por más que gritaba, tu, tu no podías escuchar mis gritos”
“Amor, ya estoy aquí, asi que, no tienes nada de qué preocuparte”
“Lo extraño era, era que me dejaba consumir por un odio tan grande”
“¿Tu, odiando?”
“Habías desaparecido, te había perdido y alguien debía ser el responsable de ello”
“No quiero ni imaginar quien eran esos infelices” responde con una sonrisa en el rostro que hasta ese momento añoro con todo su corazón volver a ver un moreno que intentaba de acercársele en vano.
“Abandone la esperanza, al no tenerte a mi lado ya nada importaba, comencé a ahogarme en mi propia infelicidad…pero una cosa siempre era constante y es que…tu siempre estabas en mi corazón”
“Y por eso me encontraste amor, aun si ya no estaba a tu lado, aun si mi corazón ya no palpita, aun si mi cuerpo ya no existe”
“No digas eso Hiro-san”
“Pero es la verdad amor…porque aunque nos duela…yo… ya no estoy a tu lado”
Deseaba abrazarlo, tenerlo entre sus brazos una vez más, besarlo y transmitirle sus palabras con sentimiento atraves de su cuerpo pero no podía, por más que lo deseara, no podía moverse de su lugar.
“No me dejes amor, no de nuevo”
“No quiero pero”
“Te encontraré donde quiera que vayas, seguiré estando a tu lado hasta el dia de mi muerte”
“No seas melodramático baka, yo quiero que tú seas feliz”
“Mi felicidad está a tu lado y por eso te buscare hasta después de mi muerte”
“Y entonces, estaré esperando por ti amor pero ahora, ahora deseo que seas feliz”
Agacho la cabeza apesadumbrado para luego levantarla esperanzado al comprender algo que apenas se le había pasado por la mente.
“Me quedare contigo, aquí, para siempre”
“No”
“Te amo y me quedare contigo”
“No”
“¿¡Porque no, acaso ya no me amas!?”
“Por qué te amo no aceptare que termines aquí antes de tiempo”
“Cuando te fuiste, no pensaba más que estar a tu lado, aun si con eso condenara mi alma”
“¡Baka!”
“Fue tal mi agonía que, que ni siquiera me importo saber lo que sucedió contigo”
“Era mejor asi”
“¡No, no lo era! ¡No cuando habías…!”
“Dilo amor, dilo, es la verdad”
“¡No, no puedo!”
“Debes liberarte amor, es la única forma de que sigas adelante, hazlo”
“¡No, no puedo, no puedo!”
“¡Debes hacerlo!, es la única forma que liberes tu alma de esta condena que se ha transformado tu vida”
“¿Condena? Por recordarte, por amarte, por querer que paguen por lo que te hicieron”
“No necesito que me vengues amor, la vida se encargara de ello”
“Mientras ellos son felices, mientras ellos respiran, mientras ellos siguen con sus vidas como si nada hubiera sucedido”
“¿Acaso no lo ves?” su voz era ahogada y triste “Con esto estas pudriendo tu alma”
“¡Pues no me importa!”
“¡Pero a mí sí!, ¡porque tú eras mi ángel!, ¡mi salvador en mis momentos de oscuridad!, ¡mi único ancla seguro en los momentos críticos de vida!, ¡mi esperanza!, ¡mi luz y ahora! ¡Ahora mírate!” lo increpo molesto igual que en los viejos tiempos “Ahora no eres nada de eso…a no ser…un ángel caído”
Agacho la cabeza avergonzado, era un desgraciado lo sabía, pensando solo en su sufrimiento, solo en su dolor, solo en su odio, sin imaginarse siquiera que del otro lado su amado Hiro-san sufría por los actos viles y despreciables que realizaba.
“Perdóname”
“No es a mí a quien debes pedir perdón”
“Hiro-san”
“Sé qué harás sentirme orgulloso… otra vez”
“Hiro-san, no me dejes, quédate conmigo” pidió desesperado al notar como su amado comenzaba a desvanecerse ante sus ojos.
“No puedo amor…no puedo”
“Entonces déjame irme contigo”
“No puedes…amor...no…puedes”
“Por…favor…no…no me…dejes…otra…vez”
“No…lo…hare…siempre….es…tare….a tu….lado…”
“Prométemelo”
“Hasta…el…fin…de los…tiempos…siempre a tu…lado…estaré…esperando por ti”
“Te…amo…Hiro…san”
“Y…yo…a ti…mi…ángel…”
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-¡Lo estamos perdiendo!-
-¡No, no en mi turno!-
-Dr. Tsumori, usted no debería estar aquí-
-¡Es mi amigo el que se debate entre la vida y la muerte!-
-¡Por eso mismo Tsumori!-
-¡Doctores!-les llamo la enfermera en medio de su discusión para que vieran la pantalla a su izquierda.
-¡Bien hecho Nowaki!-le felicitaba su Sempai al ver como sus signos vitales habían regresado.
-No-dijo otro médico poniendo una mano sobre su hombro-buen trabajo a usted Dr. Tsumori-
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Han pasado ya varios años desde los acontecimientos que por poco terminan con mi vida y mi alma. Aún recuerdo su dulce rostro ante mi pidiéndome que siguiera adelante y aunque muchas veces me arrepentí de seguir su consejo, ahora sé que es lo correcto.
No desperté, sino luego de tres semanas desde que estuviéramos en el departamento del infame de Yunai. Con una sola cosa en mente, exigir saber que había ocurrido con Usami pero sobre todo con Misaki.
La policía había ido a tomar mi testimonio de los hechos ocurridos ese dia en varias oportunidades, pero siempre me negaba a dárselos fingiendo sentirme mal o simplemente diciendo que no recordaba lo ocurrido, porque si de algo estaba claro es que antes de hablar con ellos, lo haría con Usami, quien días después vi por primera vez desde ese fatídico dia.
-Misaki está internado, el aun, aun no reacciona-decía acongojado el orgulloso escritor.
-¿Que dijeron los médicos Usami?-
Pude notar en su expresión que algo grave había ocurrido, arrepintiéndome de inmediato de haber preguntado nuevamente.
-Usami-
-Ellos… ¡dios!-dijo tapando su rostro con la palma de su mano-Esos bastardos…-
-Usami, ¿qué le hicieron a Misaki?-
-Los médicos, ellos dicen que…tuvieron que hacerle múltiples pruebas de sangre…por lo que le hicieron-
Me negaba siquiera a imaginar el horrible destino que esos condenados le habrían hecho vivir a ese dulce joven que logro robar mi corazón, más cuando de cierta forma yo podía ser responsable indirecto de ello.
-Dentro de una semana estarán listos- me miro angustiado -No sabes el caos que fue eso luego que te desplomaste y la sangre comenzó a salir a raudales de tu pecho, mierda, pensé que te morías. Y para colmo ese niñato gritando como si él hubiese recibido el disparo, llorando desesperado. ¡Mierda Nowaki en verdad tuviste algo con el!- pregunto indignado.
Agache la cabeza avergonzado.
-Eso ya no tiene importancia-
-No lo sabias, verdad, dime que no lo sabias-
-Al principio no…no me mires asi por favor, que no sabes cuánto me arrepiento-
-Solo quiero saber porque-
-No lo sé, venganza tal vez, pero si de algo te sirve, mientras estuvo a mi lado hice de su vida un infierno-
-No lo dudo, igual a como ellos hicieron la vida de Misaki mientras lo tuvieron en sus garras-
-No hay comparación-
-Debo irme, no deseo que Misaki siga solo, sobre todo cuando Takahiro aún no llega del extranjero-
-Su hermano aún no está aquí-
-No, justo unos días antes él se fue con su familia de viaje y no quise molestarlo, sobre todo cuando creí que Misaki regresaría en si-
-Él es su familia, no tenías ningún derecho a ocultárselo-le dije molesto.
-¡Ya lo sé!-
-Usami, que es lo que le dijiste a la policía-
El dio unos cuantos pasos alrededor de mi cuarto nervioso, evitando mirarme, evitando decirme la maldita verdad.
-Ellos, ellos llegaron justo cuando Misaki apuntaba a mi cabeza-tartamudeo secamente.
-¡Esta herido!, ¡lo hirieron!, ¡maldita sea contéstame!-
-Por poco- respiro hondo -tuve que suplicarles que no lo lastimaran, aun si él estaba a punto de darme otro tiro, aun con los malditos gritos de ese tal Yunai que les decía que había matado a su vecino y a su novio- me miro duramente -Todo sucedió tan rápido, igual a esos malditos minutos en los cuales te disparo. Pero finalmente ellos, ellos lo desarmaron-
-Gracias al cielo-
-Gracias al cielo dices, gracias al cielo- me reprendía con amargura en su voz -Tuve que llamar a mi abogado para que no solo lo sacara de prisión, sino para que además lo llevaran al hospital a constatar lesiones luego de convencerlos de que él no era más que una víctima-
-Al menos Yunai está en prisión- dije para notar una mirada que no deseaba.
-El desgraciado huyo-
-¡Imposible, el no pudo, la policía debio tomarlo detenido!-
-Y lo hubieran hecho si no fuera por el caos y porque yo perdí la conciencia por escasos minutos que permitieron que ese infeliz se saliera con la suya. Por dios, hasta lo trataron como una víctima, lo puedes creer-
-Esa alimaña-dije hirviendo de rabia.
-Cuando recupere la conciencia estaba en una ambulancia y por más que preguntaba por Misaki nadie me daba respuesta. Para colmo por mi pérdida de sangre ellos me pusieron algo para el dolor volviendo a caerme dormido-
-¿Cuánto tiempo Misaki estuvo en prisión?-
-Un dia. Como te dije tuve que moverme rápido apenas abrí los ojos y fue entonces cuando la policía se enteró de la verdad-
-¡Entonces porque no lo detuvieron, como es posible que aun este libre!-
-Porque ellos aun con mi declaración no tenían pruebas de que él hubiera secuestrado a Misaki, sobre todo cuando el infeliz les conto una historia en donde lo dejo tan mal parado que luego de haberlo visto con esa arma solo quienes lo conocemos no dudaríamos de él-
Sentí mi sangre hervir en esos momento, quise levantarme de esa maldita cama que aún me retenía, aun si tenía todos esos armatostes en mi cuerpo pero no lo hice, debía serenarme, de nada me serviría ir tras aquel desgraciado a punto de desfallecer, ya habría tiempo para eso.
-¿Qué dijo?-
-Que Misaki había ido a drogarse, que cuando no encontró lo que buscaba se había puesto violento y que él lo dejo quedarse por ello en su hogar. Que Misaki al no encontrar dinero para las drogas…el…-volvia a tapar sus ojos y pude notar como una lagrima resbalaba por su mejilla para ser borrada con rabia-¡Lo violaron Kusama, que quede claro, lo violaron!-dijo para sentirme morir-¡Él no se vendió como ese infeliz les hizo creer, el jamás haría algo como eso!-
-Las pruebas médicas, constataron lesiones-
-Lo hicieron pero aun asi los infelices alegan que aún les falta conocer tu versión de los hechos y sobre todo la de el-
-Apenas pueda levantarme obligare a esa rata de Yunai a decir la verdad-
-¡Crees que no pensé en ello! Esa maldita rata, ese bastardo, ya no estaba cuando fui ahí con mis investigadores, el muy desgraciado huyo y hasta ahora no hemos podido dar con su paradero-
Conocer la verdad implicaba el saber en qué término convirtiéndose mi venganza, en sus resultados, remordiéndome la conciencia hasta los días de hoy. Saber que por mi causa Misaki por poco no solo termina en prisión, sino que además por poco pierde la cordura teniendo que estar internado al quedar en estado de shock por el trauma de las vejaciones vividas a manos del desgraciado aquel, escuchándole decir que estaba bien pero ver sus ojos sin brillo recordándome que ahí ya no había nada. Pero sobre sobre todo el saber que había arruinado la relación de dos personas que se amaban.
Usami movió sus influencias para conseguir que Misaki no pasara ni un solo dia en prisión, mas no asi en un hospital psiquiátrico en el cual tuvo que permanecer tres años de su vida de los cuales solo uno pasó completamente desapercibido para él.
Ver su sufrimiento, su agonía, me hizo darme cuenta que ese miserable realmente amaba a ese chico por lo cual aun no comprendo porque lo dejo justo después de que saliera del hospital, aun si usara como escusa el repentino odio del hermano de este cuando se enteró de la que según él era una sórdida relación en la cual el único que pago las consecuencias fue Misaki.
Usami, quien siempre se mostraba frio y orgulloso, fue perdiendo las fuerzas poco a poco sin que yo me diera cuenta, sin que ni el mismo Misaki lo hiciera, aunque no podía culparlo, pues el gran parte del tiempo se perdía mirando a través de una ventana o simplemente sumergiéndose en un programa cualquiera de televisión.
-El ya no me ama- soltó un buen dia -Quizás el estaría mejor con alguien más- me miro con una media sonrisa negando -Takahiro tiene razón, el merece algo mejor, una vida mejor, una familia-
Y ese dia en que me dijo aquello, fue el último en que fue a ver a Misaki.
-¿Aun lo extrañas?-
-Es increíble que tú me lo preguntes-
-¿Por qué, acaso no somos amigos?-
-Si…pero yo…- dijo acariciándome el brazo -podríamos…dejar de ser amigos y…- retire su mano delicadamente -¿Nowaki?-
-No hemos salido para esto Misaki- dije notando el rubor en sus mejillas -Yo no soy para ti, tu mereces algo mejor- el negó con la cabeza.
-No me hagas reír-
-Hey, ya hemos hablado de eso, tú no tienes la culpa de nada-
-Sí, claro-
Me respondia con la cabeza gacha temiéndome que por mi negativa volviera a caer en depresión como paso luego de su salida del hospital.
-Sigues viendo a tu psiquiatra-
-Por supuesto, sino no podría vivir solo, recuerda que mi hermano legalmente es responsable de mi por dos años más- menciono avergonzado, seguramente al recordar las duras palabras que su hermano le dijera al descubrir lo suyo con Usami, arrepintiéndose luego al descubrir que por su causa su pequeño hermano había intentado quitarse la vida.
-Misaki, quiero que seas feliz-
-Lo soy-
Le sonrió, aun si no me ve, pues mi deseo pronto se hará realidad.
-Te tengo una sorpresa-
-Para mí, ¿qué cosa?- pregunta sonriente para alivianar mi carga.
-Espérame en esa cúpula por favor y ya verás-
-¿Pero?-
-Vamos anda, si no se arruinara tu sorpresa-
-Hai- asintió encaminándose a la copula en medio de la plaza que tantos recuerdos me traía.
Me oculte lo mejor que pude observando como Misaki esperaba por su sorpresa, mientras por otro lado un hombre vestido de traje se aproximaba hasta esta sin siquiera prestarle atención posiblemente por estar sumergido en el celular que llevaba en las manos.
-No lo arruines Usami, no esta vez, por favor-
No podía escucharlos pero solo por sus expresiones supe que ellos estaban hechos el uno para el otro, sobre todo cuando aquel brillo perdido en esas cándidas orbes color jade volvieron a radiar como antes.
-Al fin eres feliz-
-Si, por fin lo es y por fin vuelves a hacer un ángel-
-Sempai- critico a mi amigo que me ha dado alcance después de hablar con él por teléfono.
-Aunque déjame decirte que extrañare un poco tu pose de ángel caído- me sonríe ladinamente –No puedo negar que siempre me han gustado los chico malos-
Me rio ante sus ocurrencias, sobre todo cuando he dejado atrás aquella actitud sombría que por tanto tiempo rigió mi vida.
-¿Creo que ya es hora de irnos?- digo al ver como esos dos se abrazan con emoción.
-Te invito un café por tu buena acción del dia-
-¿Por qué no?- digo alejándome de aquella dulce escena para terminar sin querer en cierta parte de ese parque que no visitaba hace años -Sempai, podrías adelantarte-
-¿Por qué?-
-Por favor, yo ya te alcanzo-
-Está bien, pero cuidadito con que te vuelvan a salirte un par de cuernos sobre esa aureola-
Rio ante su comentario, cosa que extraña en mí, más al sentirme liviano por este simple acto.
Me siento sobre aquella banca en la cual te conocí por vez primera, un poco cohibido al pensar en cómo serían nuestras vidas si tú aun estuvieras a mi lado y siento la angustia volver a mi pecho, hasta que una suave brisa acaricia mi rostro y recuerdo tus palabras.
“Hasta el fin de los tiempos, siempre a tu lado estaré, esperando por ti”
Y eso es suficiente para saber que todo estará bien, porque se, que en alguna parte, tu esperas por mí.
Fin