LA VERDAD
Pansy había tenido razón, apenas les vio debio haberles negado la entrada a su hogar pero como hacerlo cuando la castaña aun sin tener porque se había comportado bien con él y su hija. Y aunque no le gustara admitirlo hasta el idiota de Wesley, aunque más bien dicho su madre. Solo por eso les permitió la entrada a su hogar junto con un sonriente Potter que muy cínicamente le pregunto cómo estaba, como si el no recordara lo que le hizo, para colmo para después preguntarle en un tono de voz que no le agrado para nada porque se había marchado del país sin decirle nada, como si tuviera que hacerlo. Idiota. Y como si eso no fuera poco él y los idiotas de sus amigos habían asustado a su pequeña al punto de hacerla llorar.
-Tranquila mi pequeñita, tranquila, el tío Ron ya se calmó-
-Pero si no fue mi culpa, es la tuya- alego el peli rojo.
-Dámela Potter- exigió el rubio con los brazos extendidos.
-Tranquilo Draco que ya casi- decía mientras acunaba a la pequeña en sus brazos intentando de calmarla.
-Soy Malfoy para ti y quiero que me entregues a mi hija, ahora- dijo con firmeza el rubio para recibir al instante a su pequeña.
-Lo sentimos Malfoy- se disculpó la castaña.
-Es lo mínimo- dijo entre dientes el rubio -Y otra cosa, Wesley no es tío de mi hija, al menos que yo sepa- agrega furioso para marcharse con su pequeña en brazos ignorando por completo como un peli rojo era hechizado rápidamente por sus amigos para impedir que le dijeran una verdad para la cual aún no estaba preparado.
La fiesta de su pequeña finalmente había terminado bien, no gracias a los idiotas que según Pansy jamás debio invitar, aun si él le insistía que solo uno de ellos había sido invitado pero bueno, para ser la primera fiesta de cumpleaños de su hija las cosas no pudieron salir mejor, sobre todo porque a diferencia de Londres Mágico en Francia los hijos de magos y brujas de mismo sexo no eran discriminados como allá hasta el punto de fastidiarlos hasta el mismo dia de su cumpleaños solo para dejarles en claro tanto a ellos como a sus padres que jamás serian bienvenidos en el mundo mágico. Y era ese específicamente uno de los principales motivos por el cual había tomado la decisión de mudarse tan radicalmente a tan solo dos meses de haberlo hecho de casa de Potter, porque él sabía que las cosas no serían fáciles después de tener a su hija y no contar por primera vez en su vida con el dinero de su familia, pero jamás pensó que lo serian tanto, sobre todo cuando había dejado más de dos buenas suelas de zapatos en la calle en busca de un empleo que nadie le daba porque simplemente bastaba que lo vieran entrar para que le cerraran la puerta en la cara, inclusive Pansy había quedado asombrada cuando sus conocidos, gente a la cual ella suponía no les importaría su situación le negaron una simple entrevista de trabajo con tal de congraciarse con ella y para que hablar de un trabajo.
-No hay porque deprimirse Mon amour- le había dicho su amiga provocando todo lo contrario al ver como ella volvia a costear los gastos tanto suyos como el de su hija -Es hora- le dijo levantándose de golpe de su sillón para hincarse ante él mientras le tomaba las ambas manos entre las suyas -No tenemos por qué rogar querido, si ellos no nos quieren, nosotros tampoco tenemos porque-
-¿A que te refieres?-
-Nos marchamos a Francia- dijo mostrándole dos tickete de trasladadores en sus manos.
Y eso fue lo único que basto para que el aceptara, sin siquiera chistar, sin poner su orgullo de por medio, ni mucho menos quejarse de que ella no lo consultar con el primero, nada, porque sabía perfectamente que quedándose ahí, jamás saldría adelante y quien más sufriría con ello sería su pequeña.
Le había explicado todo eso a Potter cuando le había increpado su desaparición de Inglaterra mágica, sin entender por ser un maldito héroe de guerra por qué él era un caso diferente al suyo y sobre todo por qué tanto el cómo su hija jamás serian tratados dignamente.
-No tenías por qué darle explicaciones- le regaño su amiga apenas todos se marcharon.
-No lo hice Pansy-
-Qué raro porque eso fue lo que me pareció-
-Nos pusimos a conversar y el tema de porque me fui de Inglaterra salió a flote y ya-
-Claro y tu como eres tan conversador-
-Solo salió Pansy, no es que le estuviera dando explicaciones ni nada-
-Está bien, por lo menos ya se marchó- dijo la chica para notar como su amigo se mordía el labio inferior -Hay algo que quieras decirme Draco-
El rubio negó con la cabeza mientras que con un movimiento de varita ordenaba el desastre de la sala.
-Draco…tú me ocultas algo, ¿verdad?-
-Yo no lo invite- soltó de la nada haciendo que su amiga abriera demasiado sus ojos -No me refiero a hoy, sino a mañana, él se auto invito para mañana-
-¡Pero como se atreve y tu porque no te negaste!-
-¿Acaso crees que no lo intente?- respondio escuchando el taconeo de su amiga en espera de una mejor respuesta- Apenas me lo dijo se desapareció Pansy-
-Él no tiene ningún derecho-
-Lo sé, el idiota solo está preocupado por nosotros, ya sabes cómo es-
-Lo se cariño- respondio arrugando la nariz la morena -Y es por eso que no me gusta-
-Vamos Pansy, es San Potter-
-Pues no era tan Santo cuando llegaste hecho una furia a mi casa-
-Olvidemos eso-
-Que conveniente Draco querido o es que acaso tu-
-¡Ni lo digas Pansy!- reclamo tapándose teatralmente las orejas con ambas manos.
-¿Pero porque te molestas?- dijo con una media sonrisa pícara calcada en el rostro.
-Porque nada de lo que te imaginas es cierto, por eso-
-Bueno, quizás, pero debiste verlo ayer con mi ahijadita- continuo la bruja para sentir en su nuca un fuerte dolor provocado posiblemente por las malas vibras que le enviaba su amigo.
-Debo recordarte que él también es padrino de Adhara-
-Él no es su padrino, mí ahijada solo me tiene a mí-
-Oh, por Merlín, no otra vez-
-Sí, si otra vez, el ni siquiera estuvo cuando la bautizamos, asi que técnica y legalmente para todos los aspectos yo soy la única madrina de tu hija- alego con autosuficiencia la morena en una discusión que nuevamente el rubio prefirió pasar por alto, sobre todo cuando su amiga se había olvidado del verdadero motivo de esta.
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Había practicado frente al espejo e inclusive frente a Hermione como se disculparía en primer lugar con Draco para luego contarle su versión de la historia de cómo fue que terminaron haciendo una linda bebita, si, en su mente todo era perfecto, inclusive la reacción del rubio pero una cosa era ensayar e inclusive soñar y una muy distinta era llevar a practica su fabuloso discurso cuando ese mago se paraba enfrente suyo en aquella pose altanera que tanto le revolucionaba las hormonas como si aún fuera un maldito adolecente.
-Bien Potter, tú dirás-
-¿Y mi… ahijada?-
-Es hora de su siesta Potter, aunque no lo creas los bebes a diferencia tuya duermen en las tardes-
-Asi, claro- contesto rascándose nerviosamente la cabeza.
-Si solo has venido a ver a Adhara podrías regresar dentro de dos horas que es cuando regularmente despierta-
-¡No! yo, veras, quisiera, quisiera hablar contigo de-
-¿De que Potter?, porque si es sobre el asunto de regresar a Inglaterra desde ya te informo que pierdes tu tiempo-
-¿Pero porque no?-
-Porque aquí a diferencia de allá tengo un empleo estable, con un buen sueldo por cierto-
-Vaya, asi que tu apellido te ha ayudado después de todo-
-¡Mi nombre no tiene nada que ver en esto!-
-Vamos Malfoy, no tienes por qué tomarlo tan mal a menos que-
-Retírate Potter- ordeno el rubio de muy mala gana.
-¿Qué?…vamos Draco no es para tanto-
-Lárgate Potter- exigió el rubio indicándole la salida con un dedo.
-¿O si no que?- dijo divertido el moreno para sentir de un momento a otro un extraño cosquilleo en el estómago para luego verse caer frente a la casa del rubio sin la más mínima oportunidad de acercarse a esta a menos de cinco metros -Bien hecho Harry, bien hecho- se auto regaño al ver lo que había conseguido con su gran bocota.
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-¿Y cómo salió todo?- fue lo primero que escucho al cruzar la puerta del cuarto de hotel en donde se estaban hospedando él y sus amigos -Harry, ¿cómo te fue?-
-Metí la pata Hermione- contesto cansinamente tirándose en la cama boca abajo.
-¿Cómo que metiste la pata? Harry, hablaste o no con Malfoy, lo hiciste-
-Nooooooooooooooooooo-
-¿Pero porque no?-
-Por que finalmente no soy más que un cobarde, por eso- contesto dándose la vuelta.
-Pero Harry si no se lo dices como esperas arreglar algo-
-No lo sé Hermione, no lo sé, de lo único que estoy seguro es que…-
-Hola hermano y, se lo dijiste al Huron, que cara puso- pregunto su amigo que acababa de llegar al cuarto.
-No se lo dijo- respondio la castaña por el otro.
-¿Por qué no?-
Harry solo atino a tomar una cabecera y ponérsela encima de su cara.
-Dile tú- apenas se le escucho decir ahogadamente bajo esta.
-No se atrevió-
-¿¡Que!? ¡Vamos hermano si es tan solo Malfoy!-
-¡Pues si es tan simple porque no se lo dices tú!- le increpo molesto el moreno quitándose la cabecera solo por un instante para volver a ocultarse bajo ella.
-Ya, tranquilo Harry, tranquilo- decía Mione mientras le acariciaba el brazo -todo estará bien, y bueno, si hoy no pudiste decirle nada, aun tienes mañana, pasado y bueno…-
-Solo nos quedamos una semana- dejo en claro el peli rojo todavía molesto por la actitud de su amigo.
-Ya lo sé Ron- apenas se le escucho decir en un alarido al moreno bajo la cabecera.
-¡Ron quieres irte a otro lado!- le reprendió molesta su novia al ver que no era de mucha ayuda a no ser para deprimir aún más a Harry.
-¿Pero a dónde?-
-¡Pues no se!-
-Estamos en Francia Ron, usa tu imaginación- refunfuño Harry ya de mala gana no solo con él, sino consigo mismo también, porque su amigo tenía razón en estar molesto, por un demonio él se patearía si pudiera hacerlo.
-¿Y que con que estemos en Francia?- ironizo el peli rojo entre divertido y molesto.
-¡Que te vayas a comer Ron, ve a comer!- le grito molesta la castaña a lo cual ni siquiera respondio por lo furioso que salió del cuarto azotando la puerta tras de sí.
-¿No crees que fuiste un poco cruel?-
-A veces me desespera-
-Pero-
-No te preocupes Harry, ahora lo importante es abordar como por fin se lo dirás a Malfoy-
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A comer, ve a comer Ron, claro que se iba a comer pero en el camino iría derechito a hablar con cierto rubio oxigenado que ya bastante mal le había hecho a su familia como para seguir soportando que lastimara a su mejor amigo, a su hermano del alma. Ya era hora que le pusieran los puntos en las i, porque a el nadie lo convencía que ese idiota no se hubiera borrado la memoria a si mismo al darse cuenta de la idiotez que había cometido, aun mas si su papito como buen Mortifago que era escudriñaba en su mente para saber cómo se comportaba su hijo que de seguro ya tenía cola que pisar y por lo cual temía ser descubierto. Pobre de Harry que le creía todo a ese imbécil, pero bueno, era obvio el porqué, el muy desgraciado no solo había conseguido quedar embarazado, cosa con la cual nunca conto pero con la cual definitivamente había cumplido el mayor anhelo de su amigo, tener una familia que por sus gustos tan peculiares definitivamente jamás se harían realidad, hasta que el hurón apareció con su barriga.
-No tienes nada de qué preocuparte hermano- le dijo a lo lejos a su mejor amigo mientras tocaba a la puerta de cierto rubio.
-¿Wesley, que quieres?-
-Necesito hablar con Malfoy-
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Eso no podía ser cierto, estaban locos. Eso simplemente… era imposible porque el,… el jamás…Y Pansy no hacía más que gritarle a la comadreja que se marchara y que eso debía habérselo dicho Potter, pero claro, Potter de valiente no tenía más que el emblema de su ridícula casa.
Puto Griffindor.
-¡Entendiste Malfoy! ¡Tú fuiste quien sedujo a Harry! ¡No el a ti, porque aun siendo como es, tu le das asco!-
-¡Dije que te largaras Wesley!-
-¡Tú no te metas Parkinson por que de seguro tú le tapabas las espaldas con tal de que su papito no lo desheredara!-
-Sabes que Wesley, no me importa lo que creas solo quiero que te vayas de mi casa ¡ahora!-
-¡No!, ¡porque esa niña a la cual le impedio tener el nombre de su abuela, es hija de Harry, mi amigo!-
-Eso está por verse- dijo molesta la morena intentando de echarlo a empujones cosa complicada por el tamaño que poseía el peli rojo.
-¡Sabes que es lo más gracioso!- grito hacia Malfoy sin que este le prestara mucha atención pues se encontraba ensimismado intentando de ordenar los recuerdos que ya no poseía en su mente.
-¡Cállate Wesley!-
-Que tu hija es nieta de una hija de muggles al igual que Hermione- rio de buena gana el colorín para luego sentir como era empujado fuera de la casa por un simple movimiento de varita.
Ya estaba, Malfoy sabia la verdad y Harry por fin podría pedir la custodia de su hija sin tener de por medio la escabrosa y amarga tarea de explicarle a ese desgraciado lo que había pasado entre ellos maquillando la historia para que no se sintiera como la basura que era.
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