Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL MISTERIO por DRAGIOLA

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Esto no es un epilogo, lo dejo en claro desde ya. Esto es mas bien un...extra, si, un capitulo extra.

 

"El mas grande misterio de nuestra vida, es el que ignoramos sin darnos cuenta"

 

 


Advertencia, el capitulo que leeran a continuacion es una precuela de la historia "El Misterio"

 

 

 

“La ignorancia es dicha, dijo alguien alguna vez, pero lo será realmente”

 

 

 

EXTRA

 

EL MISTERIO OCULTO TRAS EL MISTERIO 

 

 

 

 

 

Debería estar ciego, igual que el cara rajada para no darse cuenta de cómo este le miraba cada tanto, como le devoraba con aquellos ojos color avada y como se lamia imperceptiblemente el labio inferior al verle tomar bocado en el gran comedor.

 

 

Maldito pervertido, pensó Draco, acaso no era suficiente deberle su libertad, el tener que soportar su estandarte de héroe, intentar de ignorar sus continuas insinuaciones para iniciar una pelea que no deseaba perpetuar como antes de la guerra, sino que ahora además debía soportar que el muy desviado lo mirara como un lobo al acecho de una pobre e indefensa ovejita. ¡Pues no!, porque ni el muy desgraciado era un lobo, ni él una inofensiva ovejita, porque si bien el León rugía y todos le seguían, la serpiente podía atacar en el momento menos esperado envenenando su corriente sanguíneo y dándole una de las peores muertes si asi lo deseaba y eso haría el si ese patán volvia a acorralarlo como aquella mañana intentando de unir sus asquerosos labios a los suyos.

 

 

Él no era un desviado, eso era asqueroso, repugnante, lo más bajo y vil en lo que un mago podría caer, incluso enamorarse o casarse con una muggle, mucho peor y Potter lo era, porque según los rumores no solo había cambiado a la despampanante hermana menor de Wesley, que aun siendo una pobretona comadreja traidora a la sangre era una digna representante de la belleza pura de los verdaderos magos sangre pura, sino que la había cambiado por un desgarbado, musculoso y pendenciero mago que le sobre pasaba casi por diez años según los rumores y peor aún, que era el hermano mayor de la bruja que les había robado el aliento a más de alguno durante su estadía en Hogwarts.

 

 

Imbécil, si no fuera porque su padre lo mataría si se llegaba a enterar siquiera que planeaba concertar una cita con la peli roja de la curvas pequeñas y sonrisa despampanante él se echaría de lleno en la conquista de tan exquisito y prohibido manjar, sobre todo si era para refregarle en la cara al gran héroe que le había robado la novia, aun si era solo para pasar el rato y luego burlarse de lo lindo por lo puta que resulto ser la Wesley al igual que otros que habían salido con la chica. Sí, eso sí que hubiera estado de fábula, pero no, ni eso podía hacer gracias a Potter porque el muy maldito lo había arruinado todo saliendo del closet y para colmo provocando con ello que más de algún iluso siguiera sus pasos creyendo que por que el Gran Héroe lo hacía, su condición sería aceptada como algo normal. Provocando con esto no solo dejar en la mira a quienes jamás se sospecharon con esas tendencias, sino además tener que soportar cartitas románticas que a diferencia del pasado no estaban rebosantes de un cálido y dulzón perfume femenino, sino de uno agrio y definitivamente demasiado masculino para su gusto.

 

 

Todo era culpa de Potter y lo pagaría, sobre todo por el segundo intento de besarlo que gracias a Blaise no se perpetro dándole tiempo suficiente para darle en las bolas un buen rodillazo acompañado de un buen par y merecidos insultos.

 

 

Odiaba Hogwarts, odiaba la gente que lo habitaba y sobre todo el hecho de odiar algo que desde muy pequeño se le enseño a añorar y amar incondicionalmente pero que durante la guerra y tras esta solo se había transformado en un gran dolor de cabeza comenzando por los incesantes insultos de sus disque compañeros de clases y aún más cuando San Potter le soltaba insinuaciones de doble sentido que daban para pensar demasiado y que solo le daban con cada dia que pasaba nuevas ideas de como eliminarlo de una forma dolorosa e inimaginable que ni al mismísimo Lord se le hubiese ocurrido en su tiempo y es que estaba harto, harto del acoso de este, harto de Wesley fastidiándolo, harto del cerdo que había reemplazado a Snape sin siquiera llegarle a los talones, harto de la nueva directora que por cada cosa que ocurría en su vendito colegio miraba de inmediato de forma acusadora  a los Stlateryn, pero sobre todo a él por esa maldita marca en su brazo que jamás le dejaría de recordar el maldito error de juventud que alguna vez cometió por amor a su familia. Harto, harto, simplemente harto y sobre todo de como todos hablaban de la vida amorosa de Potter, una vida escabrosa, lujuriosa, asquerosa, sádica e impúdica que según los rumores que iban en aumento eran cada vez más espeluznantes.

 

 

-Escuchaste lo último de Potter-

 

-Ni que lo digas, ¿será cierto?-

 

-Es obvio que si…ya sabes… por su problema-

 

-Pobre, quizás esto no es su culpa y solo es un hechizo-

 

-¿Crees que quien tú sabes lo hizo antes de morirse?-

 

-Posiblemente, después de todo era un mago poderoso y oscuro-

 

-Si…pero aun asi, supiste que se acostó con aquel chico de Ravenclaw-

 

-Guiuuuu, que asco, ¿el panzón?-

 

-No el otro, oye eso no importa, lo que importa es que le está prestando el culo a cuanto mago se le pase por el frente-

 

-Hey, respeto que hablas de quien te salvo el culo en la guerra-

 

-Sí y también de quien nos lo entregaría en bandeja de plata si se lo pedimos- rio el chico sin darse cuenta de que alguien los escuchaba a la vuelta del pasillo.

 

-O de quien te la enterraría sin pedirte permiso- rio el otro ante el estupor de su acompañante.

 

-¡Eso sí que no!...Si quiere un favor yo…podría pero siempre arriba-

 

-¡Charles pero de que hablas!- dijo espantado el otro ante el comentario de su amigo.

 

-No exageres que si estas encima no eres desviado- el otro negó con sus ojos a punto de salir de sus cuencas –es cierto, lo escuche, solo el de abajo lo es-

 

-Eso es mentira idiota, porque si asi lo fuera Potter no sería tan mal visto, además quien te dice que él va abajo- Su amigo le hizo un ademan de mano fingiendo no prestarle atención a su comentario.

 

-Eso no importa con lo desesperado que debe estar en nuestro mundo por un buen revolcón haría lo que le pidiéramos-

 

-Eso es asqueroso- dijo el muchacho poniendo su peor cara al igual que un rubio que aun escuchaba atento en su escondite.

 

-Depende del punto de vista, en el mundo muggle es de lo más normal y-

 

-¡En el mundo muggle Charles, esto es el mundo Mágico!-

 

-No grites que no estoy sordo-

 

-Sabes…creo que me iré a-

 

-Por Merlín, Richard no pongas esa cara, jamás te vería de esa forma-

 

-¿De esa forma?- se le escuchó decir espantado al joven.

 

-Sí, de esa misma- le apunto con un dedo su amigo –Que no soy ningún desviado- aseguro nuevamente el joven.

 

 

El chico exhalo aliviado para reírse a sus anchas mientras el rubio oculto no bajaba para nada la ceja que sin percatarse había alzado dudoso ante lo que escuchaba.

 

 

-Lo que sucede es que escuche hablar al pervertido de Oliver en los camerinos el otro dia y según el….bueno…dice que metérsela a un tipo por el recto es lo más excitante que pueda existir-

 

-No quiero seguir escuchando- apenas se le escucho decir al otro.

 

-No, en serio amigo-

 

-No me llames asi- dijo retrocediendo dos pasos del otro.

 

-¡No pienses mal idiota! Jamás pensaría en ti para eso- menciono despreocupadamente pero sin notar un cambio en su amigo que continuaba viéndolo horrorizado por sus comentarios –Pero se sinceró Richard, nunca te ha dado curiosidad de metérsela a un tipo, de sentir como es, de no tener que preocuparte en venirte dentro, en que si el hechizo de protección servirá o no, si la bruja que te habré las piernas ha tomado o no una poción para evitar embarazarse, de sentirte libre para ser salvaje, de darle duro sin tener que ser cariñoso, ni mucho menos mantener un maldito preámbulo amoroso antes de tener la mínima posibilidad de copular, dímelo, en serio nunca lo has pensado- pregunto emocionado para ver a su amigo respirar hondamente.

 

-Tengo…tengo nauseas- dijo asqueado su amigo por lo que escuchaba hacia minutos sin cesar.

 

-Vete al diablo, lo que es yo- se apuntó asi mismo -Si Potter me lo pide se la entierro-

 

-Cállate por favor-

 

-Y se la entierro bien pero bien firme y dentro-

 

-Esto es asqueroso si tus padres llegaran a-

 

-¡Ni te atrevas a comentar esto o juro por Merlín que te acuso de desviado!-

 

-¿Queeeeeeeeeeee yo?- menciono asombrado el pálido chico abrazando contra su pecho sus libros.

 

-Sí, tú y te aseguro que ante tu palabra y la mía a quien creerán es a mí, después de todo a diferencia tuya yo ya he tenido en mi vida a más de una bruja, mientras tu- le miro de pies a cabeza como si fuera poca cosa.

 

-No le diré a nadie- rezongo molesto el chico para esquivar al otro que intentaba de abrazarlo por los hombros.

 

-Bien, porque no quiero que arruines mi vida por un simple experimento-

 

-En serio vas a hacerlo-

 

 

Y sobre todo odiaba tener que escuchar cada cinco minutos los malditos rumores como los de ese par y sentir lastima por el imbécil de Potter, que al igual que él era desprestigiado por otros por sus malas elecciones….hasta que al muy imbécil lo descubría nuevamente observándole de forma nada inocente y todo atisbó de lastima desaparecía por completo.

 

 

Con cada rumor que se iniciaba en contra de Potter su insana curiosidad crecía dándole razón al chico aquel, al tal Charles por no parar de pensar tantas estupideces cuando estas les rodeaban diariamente sin darles respiro y provocando solo incertidumbre y necesidades que se negaba a efectuar con alguien del mismo sexo. Necesitaba desfogarse y rápido, rápido, pero su mano ya no era de gran ayuda a esas alturas y pensar en Pansy como una salida de escape para un revolcón rápido estaba fuera de discusión, pues ya había decidido que ella solo sería su fiel amiga hacia muchísimo tiempo y nada más. Necesitaba una bruja, necesitaba el calor corporal de una fémina, necesitaba senos, caderas y sobre todo una acogedora vagina a la cual coger con lujuria, sin preocupaciones, sin obligaciones, sin miedos, temores…sin que se preñara con el único fin de enlazarse con el heredero absoluto de una de las familias más ricas del mundo mágico. Rio en silencio ante tal pensamiento recordando que ya ni el dinero resultaba un gran aliciente en esa época para conseguir tal fin cuando las brujas no hacían más que mirarlo como un monstruo por su participación en la guerra pasada y por lo cual su padre ya estaba preocupado en concertarle citas con brujas sangre pura de buena cuna en el extranjero para en un futuro no muy lejano tener la posibilidad de casarse con una de estas.

 

 

-Y qué tal si ese tal Charles tiene razón- pensó en voz alta para darse una bien merecida bofetada por un estúpido pensamiento que le persiguió por horas para descubrirse sin querer persiguiendo a cierto moreno por un pasillo para ser descubierto sin la posibilidad de defenderse como debería.

 

 

¿Cómo había terminado en aquel salón en desuso? Ni el mismo lo sabía, ni mucho menos como había terminado en las garras toscas de Potter para ser llevado hasta el frio y sucio piso pero no sin antes dar pelea hasta perder su varita de sus manos.

 

 

-¡Suéltame imbécil, suéltame!- aullaba furioso mientras en su mente una sola idea pasaba una y otra vez, venganza, muerte, asesinato.

 

 

Y por eso cuando sintió los suaves y húmedos labios del otro sobre los suyos no pudo más que sorprenderse y abrir de par en par sus grises ojos para ver con estupor al infeliz que contrario a él los mantenía cerrados.

 

 

-Te amo- dijo el moreno tomando aire -No sabes cuánto tiempo he esperado para decírtelo- se aproximó a el hasta quedar frente a frente -para darme valor de encontrar el momento adecuado y-

 

-Quítate- ordeno aterrado el rubio -Quítate ahora o sino- intento de aparentar valentía que en ese momento ni por milagro sentía en el mas mínimo rincón de su cuerpo para provocar una gran sonrisa en el moreno que deseo borrar de un puñetazo a falta de su fiel varita -¡No, que haces infeliz que haces!- gritaba despavorido al sentir cierta cosa rozando su muslo y sobre todo al tener tan cerca ya no tan solo el rostro de Potter, sino todo su cuerpo apresándolo, sujetándole las muñecas sobre su cabeza para robarle nuevamente un par de besos que en su mente eran repugnantes pero que para su cuerpo era algo tan normal como besar a una mujer y por lo cual comenzaba a reaccionar sin su consentimiento al recibir atención más allá de sus labios por el muy maldito que no paraba de profesarle unos sentimientos que el repudiaba  desde el fondo de su corazón.

 

 

Recordaba con claridad la tortura que fue sentirlo acariciando su cuerpo, preparando una entrada que hasta ese dia solo había tenido una función certera y con la cual descubrió que había otra parte de su cuerpo creada para sentir un enorme placer que por poco lo hacía perder la cordura entre los brazos de un hombre, ¡un hombre por Merlín bendito! Un hombre que como ninguna mujer lo hizo sentir satisfecho de tal forma que por fin podía dejar de lado los temores de una posible impotencia en el futuro por su tardía reacción ante sus antiguas parejas a la hora de llevarlas a la cama.

 

 

Intentaba de ignorar la respiración del otro, una de sus manos sobre su abdomen, su molesto cabello de púas pinchando su hombro, su piel caliente sobre la suya ya fría, el hecho que había tenido que girarse para no sentir el fuerte dolor en la retaguardia que lo estaba matando y sobre todo el intentar sin éxito de parar sus pensamientos sobre lo que acababa de ocurrir.

 

 

Él no era un desviado. De eso seguro. El no había deseado aquello, eso lo podía dar por firmado. Potter lo había obligado, Potter lo había atosigado, acorralado, besado, manoseado, ultrajado, poseído, tomado, el, el…lo había satisfecho…de una forma que…que jamás siquiera se imaginó y por lo cual en ese momento tenía un fuerte dolor de cabeza porque él no debía pensar en ello, el solo debía pensar en su creciente odio hacia el por lo que le había hecho y no en una segunda vez, no en tener sexo, ni mucho menos con el…nunca más…jamás…no otra vez.

 

 

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que tardíamente se dio cuenta del par de ojos verdes que le miraban con atención y cierto arrepentimiento. Tan  cerca, tanto que por poco le roba un beso hasta que callo en cuenta de quien se trataba.

 

 

¡No es una mujer! ¡No lo es! ¡Es un hombre, un hombre imbécil, un hombre! ¡Y no cualquiera, es Potter, el cara rajada, San Potter, el maldito que te violo! ¡Si, te violo eso hizo y no lo olvides! Se recrimino duramente.

 

 

Le empujo lejos de el con tal repulsión que pudo ver en la expresión de Potter que sus sentimientos le llegaban como una daga directo al corazón y le agrado, porque lo odiaba, lo odiaba como jamás creyó llegar a odiarlo en el pasado y como definitivamente continuaría haciéndolo en el futuro.

 

 

A él no le importaban sus disculpas, no le importaba su arrepentimiento, no le importaba sus malditas lágrimas de cocodrilo, ni mucho menos escucharlo gimotear cuanto lo amaba cuando sentía como su estómago se revolvía al simple contacto de sus manos contra su piel una vez más, haciéndole gritar desmesuradamente lanzándole las peores groserías que se le vinieran a la mente. Porque a el nada de eso le servía, nada, no cuando le dolía horrores el culo, no cuando su espalda le ardía, no cuando su cabeza estaba a punto de partírsele en dos, no cuando sus malditas hormonas le querían traicionar exigiéndole darle una oportunidad a ese bestia que se arrodillaba a implorarle perdón y una oportunidad que jamás le daría, jamás, jamás….

 

 

Pero y si lo hiciera…y si le diera…¡no, no, no! Pero qué demonios estaba pensando, acaso se había vuelto loco, acaso se había olvidado de sus obligaciones, de quien era, él no podía, no, aun si aquel perguetano lo había hecho ver estrellas literalmente al tener sexo con él. Un nuevo golpe le llego de lleno dolorosamente en su cerebro porque él no había tenido sexo, eso no, eso no, el había sido violado, ¡violado! Porque era tan difícil recordárselo, ¿Por qué?, asi, por las deliciosas sensaciones que aun recordaba haber sentido gracias aquel desagradable, monstruoso y asqueroso miembro que no era el suyo y que colgaba en la entre pierna de un arrepentidísimo héroe de pacotilla.

 

 

Debía acabar con todo eso, debía recoger su varita y terminar de una buena vez por todas con todo aquello, dejar de lado la discusión sin fin que tenía en esos momentos con Potter y empezar con las amenazas en su contra hasta que una simple frase lo hizo temblar en su sitio.

 

 

-¿Acaso se te olvida quién soy? ¿Acaso crees que alguien te creerá?-

 

-Maldito pervertido-

 

-No soy un pervertido, por favor, no lo repitas, te amo pero no por ello permitiré que me insultes-decía mas repuesto el moreno, aun con lágrimas en sus mejillas.

 

-Tu…tú me violaste- dijo arrastrando las palabras amargamente.

 

-Yo…yo lo-

 

-Lo sientes- termino por él el rubio sintiendo su pecho arder -¡y de que me sirve eso, de que!-

 

 

Reclamo el rubio viendo como el moreno nuevamente agachaba la cabeza para intentar justificar lo que no podía. Y fue entonces que comprendió algo que hasta ese momento ni siquiera se le paso por la mente y se aterro, se aterro porque si bien era cierto habrían quienes creerían su versión ante su buen nombre y decencia también habrían otros al igual que el idiota del tal Charlie que creerían que había caído ante los encantos de Potter. ¡Por Merlín, el cayendo ante el cara rajada, el! Eso jamás, jamás, no a menos que fuera a la fuerza tal como en esa ocacion, no de otra forma. Pero como le explicaba eso al intransigente Lucius Malfoy, rey de la moralidad y la decencia, ¿Cómo? Como cuando ante él lo único que vería seria no un hijo ultrajado y violado, sino un marica pervertido que de seguro había estado ocultando sus gustos y que a la primera oportunidad que tuvo se abrió de piernas ante esta sin siquiera chistar.

 

 

No, no podía, no podía justificar aquello ante su padre, no podía y Potter de seguro utilizaría aquello en su contra para humillarlo, debía hacer algo, debía hacerlo y rápido, rápido.

 

 

Entro en pánico imaginándose su oscuro futuro gracias a lo que le había hecho Potter, al matrimonio que jamás tendría, a los hijos que jamás le llamarían papa, a su familia perdida y sobre todo a la herencia que por derecho le correspondía arrebatada por sus padres al creerse traicionados por él.

 

 

Agarro la varita aun gritándole al otro que era un desgraciado y que prefería la muerte antes que vivir con aquella desgracia sobre sus hombros, pensando en el hechizo certero a lanzarle a Potter, mientras intentaba de distraerlo con sus ponzoñosas palabras para que bajara la guardia cuando el mejor hechizo de todos se le paso de la mente, uno que no solo arreglaría sus problemas momentáneos, sino que en el futuro podría volver a utilizar si es que en alguna oportunidad se le ocurría caer voluntariamente ante quien le había dado su primer orgasmo en su corta vida. Qué diablos se dijo para sí mismo, el no recordara nada y si sus sentimientos son verdaderos volverá por mí para volver a jugar el juego del gato y el ratón a lo cual el estaría dispuesto a disfrutar sin consecuencia alguna de por medio porque Potter sin memoria no representaría peligro alguno para él, ni para su brillante futuro.

 

 

-¡Obliviate!-

 

 

 

 

 

 

 

El tal Charles estaba completamente loco y su amigo tenía razón, era un pervertido, un maldito y asqueroso pervertido que debería sufrir un escarmiento antes de que fuera demasiado tarde y se uniera al nuevo grupito que estaba formando el cara rajada por esos días, porque si bien la guerra había sido perdida y la superioridad de los sangre pura había sido dejada de lado, eso no quería decir que lo fueran también las buenas costumbres y la decencia de la cual Potter desconocía mucho gracias a la falta de padres que le orientaran en la niñez.

 

 

-¿Draco dónde has estado?-

 

-Por ahí Blaise-

 

-¿Por ahí?- pregunto pícaramente el moreno arreglando su corbata.

 

-Si, por ahí, pensando-

 

-¿Tu?-

 

-Blaise a diferencia tuya yo pienso y mucho- dijo con arrogancia el rubio para ver una mueca divertida mas que enfadada de su contra parte.

 

-Y en que tanto pensabas, eso, si se puede saber claro está-

 

-Sí se puede- dijo cruzando sus brazos sobre su pecho el rubio -Creo que es hora de darle un escarmiento a los pervertidos del colegio-

 

 

El moreno alzo una ceja un tanto preocupado.

 

 

-Creí que ya no te meterías con Potter-

 

-Y no lo hare-

 

-Pero Potter, él es un…bueno ya sabes-

 

-Esa no es mi culpa- dijo alzando ambas cejas blanquecinas.

 

-Mira a mí tampoco me agrada la nueva postura de Potter pero no olvides quien es- dijo el moreno para ver la indiferencia de su amigo -Sobre todo porque el no solo te salvo el pellejo a ti de pudrirte en Azkaban, sino además el de toda tu familia- menciono para ver la clara molestia de su rubio amigo al serle recordado algo que hasta el dia de su muerte le dolería en su orgullo - Vale-

 

 

El rubio no respondio nada sentándose furioso sobre el colchón de su cama del cual se levantó violentamente lanzando un chillido de dolor.

 

-¿Qué te pasa?-

 

-¡Que le hicieron a mi cama!-

 

-Nada-

 

-Blaise no estoy para juegos, acabo de sentir una descarga en mi… estoy cansado y quiero irme a dormir, asique dime que le hicieron- reclamo Draco para ver la cara de asombro de su amigo.

 

-Draco nadie le ha hecho nada a tu cama, al menos que yo este enterado- dijo para ver a su amigo a punto de reclamar – Y dudo mucho que alguien desee meterse contigo, sobre todo cuando este cuarto solo lo ocupamos cuatro personas que para nada somos muy asiduos a las bromas. Además, como es eso que te vas a dormir-

 

-Tengo sueño- rezongo el rubio sentándose nuevamente pero con cuidado sobre su colchón.

 

-Eso quiere decir que no iras a desayunar-

 

-¿Desayunar? No-

 

-Bueno pero no te olvides que a las diez tenemos clases con McGonagall y que a diferencia del pasado ella nos detesta aún más ahora-

 

-Está bien- contesto de mala gana el rubio recostándose cansinamente mientras veía a su amigo salir del cuarto.

 

-Vaya que debes haber tenido una gran velada anoche- lanzo Blaise siendo ignorado olímpicamente por su amigo que ya dormía en brazos de Orfeo sin siquiera imaginarse lo que en realidad le había pasado aquella noche.

 

 

Mientras en un lugar lejano del castillo un moreno lloraba a brazo tendido por la mayor estupidez de su vida, arrepentido de sus actos pero reviviendo una y otra vez aquella grandiosa emoción de haber tenido a su amado rubio entre sus brazos para despedirse de ellos al retirar el recuerdo de aquella noche completa de su mente y resguardándola en un pequeño frasquito que ocultaría por siempre en el fondo de su baúl escolar para ser olvidado en el tiempo….O al menos eso pensó el.

 

 

 

 

 

 

 

Fin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Y ese era el capitulo extra que alguna vez mencione a un par de ustedes que subiria y que por fin he terminado de editar hace poquito para poder subirselos.

Como siempre, gracias por leer y mucho mas por comentar, hasta la proxima, besos y abrazos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).