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NÁUFRAGOS por yaonita

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Notas del capitulo:

En este capítulo dejaremos a nuestros personajes principales un poco de lado y nos centraremos en sus familiares. Veremos como lo están pasando ellos en estos momentos.


Me sentía un poco rara al meterme en la piel de otros personajes, espero haberlo hecho bien.


Sin más, os dejo el próximo capítulo, espero que os guste ^^


Un Beso


Yaonita

8. Desolacin.

(Silvia)

Me encontraba mirando distrada por la venta del coche familiar, a mi lado mi hermano Sergio y delante mi padre como conductor y mi madre como copiloto. Fuera llova insistentemente, el da estaba gris y el trfico daba pena, de hecho nos encontrbamos parados en uno de los tantos atascos que haba en la ciudad debido a la lluvia. En resumen, era un da gris y triste como los ltimos treinta das de m vida, desde que mi hermano desapareci.

Nos dirigamos una vez ms, y esta ya deba ser la sptima o por ah, haca la comisaria de polica desde donde dirigan la investigacin, y las diversas operaciones de rescate que se haban abierto en su momento. Esta vez nos haban llamado ellos mismos lo que era raro, no haba sido uno de los muchos arrebatos de mi madre que no encontr mejor manera de presionar, que presentarse continuamente ante su puerta para que intensificaran la bsqueda. Bsqueda que, por desgracia, hasta el momento no haba dado frutos, y eso unido a la poca confianza que parecan tener los investigadores, poco a poco estaba mermando nuestras esperanzas de encontrar con vida a Toni.

Me cans de mirar a los pocos transentes que, bajo sus paraguas de mltiples colores, se atrevan a desafiar la lluvia, y suspirando gire mi rostro hacia delante.

Me fije en mi madre, bueno en realidad esa mujer que tena delante era una sombra de mi madre no era ella. Desde el momento en que ocurri lo de mi hermano ella cambio completamente, la preocupacin, la culpa, la incertidumbre, la pena y la falta de noticias, haban convertido a una mujer divertida, optimista y segura de s misma en una sombra que deambulaba sin alegra ninguna, sin motivacin, sin ganas. Mire su bonito pelo rubio despeinado y su rostro sin maquillar con negras ojeras que mostraban sus noches de insomnio, ella antes jams se habra permitido salir as a la calle, era demasiado coqueta.

Disgustada, dirig mi mirada haca mi padre Csar. …l siempre haba sido un hombre serio y responsable, pero mi madre le daba esa chispa de vida que lo convertan en un hombre feliz, ahora sus ojos destilaban tristeza. No solo sufra por su hijo desaparecido, sino que adems sufra, y de qu manera, por ver a su amada sumindose en la desesperacin y no poder hacer nada.

Mi padre haba luchado con uas y dientes junto a m madre para que no cesaran las operaciones de recate, incluso haba hablado con la prensa buscando ms respaldo. Pero an as, pareca que casi cinco semanas de bsquedas eran suficientes para darse por rendidos.

Y es que eso mismo era lo que me tema, que seguramente nos dirigamos a la comisaria para ser informados del cese de la investigacin, o eso al menos era lo que le haba parecido a mi padre al hablar por telfono con el comisario que diriga la investigacin. Lo primero que dijo mi padre al colgar el telfono despus de hablar con l fue “Si fuera una buena noticia nos la habra dado por telfono” y tena razn.

Volv a suspirar resignada, y esta vez incline m cabeza haca mi lado izquierdo, dnde se encontraba mi hermano Sergio. Mi hermano pequeo desde el preciso momento en que sucedi todo se encerr malhumorado en su habitacin, no quera hablar con nadie, no quera saber nada y si alguien intentaba hablar con l responda malhumorado. Se haca el duro y el insensible, pero por las noches todo el mundo le oa llorar desconsolado por su hermano mayor. Hermano al que siempre haba admirado e idolatrado, estaba tan orgulloso de l, que incluso se meta en los para que su hermano le defendiera y poder presumir de l con sus amigos.

Todos, sin excepcin, echbamos de menos a Toni, yo tambin. De todos nosotros, quizs Toni fuera el que ms congeniaba con todos, a diferencia de mi hermano pequeo o yo misma. Yo por ejemplo, era ms cercana a mi padre por carcter y forma de ser, en cambio m hermano Sergio siempre haba sido ms cercano a mi madre con su locura innata.

Toni era el hermano del medio y tambin lo era en cuanto a carcter. Poda ser impulsivo y rebelde como m madre, pero tambin haba heredado la parte de responsabilidad y seriedad de m padre. Y adems contaba con una parte sensible que muy pocas personas podan llegar a apreciar.

Cunta falta me haca en estos momentos! Siempre haba sido mi confidente, la persona a la cual se lo poda contar todo, l siempre estaba ah para m al igual que yo estaba para l. A pesar de ser mi hermano, y ser un chico, nos llevbamos de maravilla, incluso le haba hablado de mis novios y de los chicos que me gustaban. Era cmo mi mejor amiga pero en chico. Diantres… cmo me rea siempre que l actuaba como un hermano protector y, segn l, me protega de los chicos que queran hacerme dao.

Quera seguir albergando esperanzas, de verdad que s, no poda simplemente resignarme al hecho de que no lo volvera a ver. Resignarme a pensar que haba desaparecido entre las aguas del ocano y de que jams, volvera a tenerlo tumbado sobre mi cama, preguntndome que tal me haba ido el da o que tal me haba ido con tal o cual chico. No poda ser.

- Ya estamos llegando – Anunci lacnicamente mi padre sacndome de mis divagaciones.

- Aparca lo ms cerca que puedas que llueve mucho – Propuso mi madre – Chicos prepararos para salir y no os dejis nada – Nos pidi, sin una sonrisa sin siquiera mirarnos, de verdad, esa no era mi madre.

Tras aparcar el coche lo ms cerca que pudimos, cosa difcil, nos dirigimos hacia la comisaria a la sala cuyo camino nos conocamos ya de memoria. Al llegar nos encontramos con los padres de Alex, el otro chico que haba desaparecido junto con Toni y el piloto. Los padres de Alex siempre estaban en las reuniones junto con nosotros cuando ramos llamados, el piloto en cambio pareca no tener familiares pues nunca iba nadie en su nombre.

- Chicos! Sentaros ah – Dijo mi madre sealando haca una banca que estaba libre, justo al lado contrario de donde se encontraban los padres de Alex. Sin rechistar nos dirigimos a sentarnos donde nos haba indicado.

Mis padres se dirigieron a la secretaria del comisario para anunciarle nuestra llegada y despus de hecho el trmite, volvieron hacia nosotros.

Mis padres y los padres de Alex intentaban evitarse tras el primer encuentro, encuentro que no haba sido todo lo cordial que debera haber sido. Tuvieron varios encontronazos debidos a diferencias de opinin y segn palabras literales de mi madre “Son tan estirados que parece que lleven un palo metido por el culo”. Yo no haba podido tratar mucho con ellos ya que siempre nos quedbamos esperando fuera, mientras ellos entraban al despacho del comisario para saber cmo iba la investigacin. Pero a simple vista si haba podido observar un ligero aire de superioridad, de mirar por arriba de tu hombro y creerse superiores a los dems por el simple hecho de tener dinero y un nombre de postn.

La seora Miraflores era una mujer de unos cuarenta aos, cabello rubio y liso muy bien peinado con un recogido clsico. Tena una bonita figura y un porte muy elegante que luca, an ms, debido a su altura ya que deba medir 1,80 aproximadamente. Tena unos bonitos ojos azules, aunque a m se me antojaban fros, y siempre que la haba visto lucia trajes de diseadores reconocidos ostentando su acomodada posicin. Segn tena entendido era arquitecta, lo que no me sorprendi ya que su familia era conocida por sus negocios inmobiliarios entre otras cosas.

Por otro lado, el seor Miraflores era un hombre tambin de unos cuarenta aos, unos cinco centmetros ms alto que su mujer. Tena un cuerpo fuerte y varonil pero no en exceso, de hecho se vea bastante estilizado, pelo castao oscuro y ojos azules algo ms clidos que los de su mujer. Era el tpico dandi, siempre con el pelo engominado, perfectamente afeitado, con pose firme y segura y traje de diseador italiano a poder ser.

En conjunto hacan una pareja de lo ms elegante, desde luego no pasaban desapercibidos.

Vindoles a ellos, ahora comprenda perfectamente a mi hermano, porque si as eran los padres, poda imaginarme como seran los hijos. Ahora le entenda perfectamente cuando deca “En el Instituto Miller son todos una pandilla de malcriados, estirados e insoportables” y poda intuir perfectamente porque no se senta integrado entre sus compaeros.

- Seores Miraflores, seores Santos! Pueden pasar al despacho del Comisario Rodrguez que les atender ahora - Anuncio la secretaria con voz autmata.

- Chicos! Qudense aqu hasta que salgamos De acuerdo? – Ambos asentimos de forma muda a las palabras de mi padre.

Haba llegado el momento de esperar sentados, una hora quizs dos, hasta que la reunin acabara y supiramos si haba noticias sobre Toni. Aunque mi madre se empeaba en que estuviramos unidos en todo momento y nos obligaba a acompaarla, cosa que causaba desagrado en Sergio que prefera quedarse encerrado en su habitacin, lo nico que podamos hacer era sentarnos a esperar y desear que esta vez, a pesar de las pocas esperanzas que tenamos, hubiera buenas noticias.

Deba confiar en mi hermano, en segua vivo en algn lugar. No poda creer que hubiera desaparecido tan inesperadamente, dejndonos a toda la familia en un estado de tristeza perpetua No… el no poda ser tan egosta!

Los vi desaparecer tras la puerta y cruce mis dedos.

(Heidi)

Una da ms entramos al despacho del Comisario Rodrguez, los seores Miraflores, Emma y Tomas, se sentaron directamente sin pedir permiso mostrando una vez ms su altivez.

El Comisario Rodrguez nos ofreci asiento a mi marido y a m, y tras vernos sentados l ocupo su lugar tras su mesa, y antes de decir palabra empez a observar sus papeles provocando un estado de ansiedad en m que estaba a punto de llegar a su lmite A caso no se daba cuenta de que mi hijo estaba desaparecido?

- Comisario Rodrguez por favor vaya directo al grano! Para qu nos ha llamado?, Hay novedades? – Cansada de esperar decid intervenir.

- Ufff vaya educacin la de algunas! – Murmuro la seora Miraflores para hacerme enojar.

- Siento no ser una madre fra y calculadora como algunas! Yo sufro por mi hijo y no puedo evitarlo A caso le parece mal? – Por su expresin creo que la deje planchada, punto para m.

- Seoras por favor clmense! – Por fin hablo el Comisario, ya era hora – Les contar para que les he llamado.

- Dese prisa Comisario – Interrumpi el seor Miraflores siempre tan desagradable.

Desde que les conoc no poda soportarlos, siempre mirando con esa superioridad y tratando a los dems como si fueran basura, por eso para m me era imposible tratarlos con respeto. Pero por desgracia estbamos unidos por una tragedia y deba soportarnos.

- Por favor Comisario dganos Hay alguna novedad? – Pregunt mi marido ya desesperado.

- Pues como iba diciendo, les llam para informarles que por desgracia no hay ninguna novedad, llevamos un mes buscando en kilmetros a la redonda de la ruta que se supone que tenan que haber seguido, pero ni rastro. No hay rastro del avin, ni siquiera de sus restos. Hemos preguntado a pescadores que suelen navegar por la zona pero nadie ha visto nada, y ya no sabemos que ms hacer – Suspir cansado – Se ha decidido cerrar la investigacin lo siento – Coment apenado.

- Pero no pueden hacer eso! Mi hijo an anda por ah fuera no pueden abandonarlo – Estaba completamente devastada y las lagrimas ya salan sin freno.

- Tranquila cario! – Me abrazo mi marido consolndome, pero yo saba que l estaba sufriendo igual o incluso ms que yo.

- Lo siento seora, s que es duro para usted pero debe entender, y lamento decrselo as, que hay un noventa y nueve coma nueve por ciento de posibilidades de que su hijo haya fallecido – Demasiado directo para m.

- No! – Me abrac con fuerza a mi marido – …l sigue vivo, lo s.

- Seora! – Se dirigi hacia m con resignacin – Hace treinta das que desaparecieron sin dejar rastro, lo nico que sabemos es que llegaron a despegar, hubo una gran tormenta y ese avin nunca llego a aterrizar, creo que est bastante claro lo que paso. Lo siento, pero la nica posibilidad que tenamos era encontrarlos los primeros das en el mar o en alguna isla de los alrededores, ahora despus de tanto tiempo siento decirles que ya no hay esperanzas. Y siento ser tan duro pero nosotros les damos por muertos, aunque legalmente ser hasta los tres meses de su desaparicin que se les declare fallecidos – Yo segua llorando desconsolada.

- Y ustedes!, No piensan decir nada? – Los seores Miraflores no haban abierto la boca en todo el rato, eso me desesperaba an ms A caso no queran a su hijo?

- A m no me importa lo que diga el seor Comisario, mi familia no va a dejar de buscar a m hijo – Informo sorpresivamente el seor Miraflores – Estamos en ello, ya llevamos das investigando por nuestra cuenta.

- Queeeee!, Y no pensaban decirnos nada?, Mi hijo tambin est desaparecido! – Estaba furiosa.

- Me importa muy poco lo que le pueda pasar a su hijo – espet la seora Miraflores – Yo solo quiero encontrar al mo y no nos rendiremos hasta conseguirlo.


Y tras decir esto ambos se levantaron tan tranquilos y dispuestos a marcharse, yo no poda permitir que la cosa quedara as.

- Por favor Emma! – La agarr del brazo impidiendo que siguiera dirigindose hacia la puerta, todo mi cuerpo temblaba y mantena la cabeza gacha ocultando mis lagrimas – No importa lo mal que nos llevemos pero por favor, te ruego me mantengas informada – La mir con mis ojos llorosos – Te lo suplico – No me gustaba tener que humillarme de esa manera, pero por mi hijo hara cualquier cosa.

- Est bien Heidi, te informar no te preocupes – Y por primera vez pude ver en ella algo de humanidad, de la que en muchas ocasiones pareca carecer.

- Toma! – Saque una tarjeta de mi bolso y se la extend – Ah est mi direccin y telfono.

- De acuerdo – Tomo la tarjeta de mis manos con desgana y contino su camino.

- Seores Santos de verdad que lo siento pero no podemos hacer nada ms – Nos dijo el comisario Rodrguez apenado y acompandonos a la puerta.

- No se preocupe sabemos que no es culpa suya, aunque debera tener ms tacto a la hora de decir las cosas – Le reprendi mi marido, al tiempo que me abrazaba por la cintura para caminar hacia la salida.


Al salir fuera de la oficina, lo primero que vi fueron las expresiones de mis hijos, Silvia y Sergio. Sergio alzo su vista hacia nosotros y al vernos se dio cuenta de lo que pasaba, frunci el cejo enfadado y sin decir palabra sali corriendo.

- Sergio dnde vas?, Espera! – Trat de ir tras l pero mi marido me detuvo por el brazo.

- Djalo! …l necesita estar un rato a solas para afrontar la situacin – Mi marido tena razn. Mi hijo pequeo se haca el duro pero era uno de los que ms estaba sufriendo, l adoraba a Toni.

- Mama!, Qu ha pasado? – Mi hija Silvia estaba confusa, necesitaba saber que estaba pasando, me miraba con curiosidad y decepcin al mismo tiempo, sabiendo o intuyendo cual iba a ser mi respuesta.

- Van a dejar de buscar – La inform apenada – La polica le da por muerto y dicen que al pasar tres meses se le declarara legalmente fallecido – Mi cuerpo enter se estremeci y a mi hija empezaron a saltrsele las lgrimas.

- No puede ser! – Exclamo entre sollozos – Toni sigue vivo estoy segura!

- Tranquilas, seguro que Silvia tiene razn y Toni sigue vivo, el es un chico fuerte no se rendir fcilmente – Mi marido trataba de animarnos a la vez que nos abrazaba a ambas a la vez.


Era un abrazo colectivo de esos que tanto me gustaban, pero al que le faltaban dos de las personas ms importantes de mi vida, mi hijo Sergio que seguramente estaba llorando de rabia en algn rincn escondido y mi hijo Toni que estaba perdido en algn lugar del ocano.

Por ms que dijera la polica yo no poda creer que estuviera muerto, Toni tena que estar a salvo en algn lugar, si no estaba con nosotros era porque an no haba encontrado la forma de regresar.

Juntos fuimos a buscar a Sergio, lo encontramos encerrado en el aseo llorando. Tras que mi marido hablar con l un buen rato y conseguir que se calmara y saliera, volvimos de nuevo hacia el coche.

Una vez estuvimos todos metido en el coche tuve la necesidad de decirles algo, as que me dispuse a ello, me gire haca el lado para ver a mi marido y mis hijos a la vez y hable.

- Chicos! s que esto est siendo muy difcil, yo soy la primera que no es la misma desde que todo paso, pero debemos intentar ser fuertes. No podemos hundirnos, debemos ser fuertes por Toni Vale? – Les mire uno a uno a los ojos, ellos bajaban sus miradas entristecidas – A Toni no le gustara vernos as.

- Mama tiene razn chicos! Tenemos que ser fuertes por Toni – Me secund mi marido y yo le mire con amor, dndole las gracias por apoyarme.


Mis dos hijos asintieron no muy convencidos, y yo me senta culpable por haber dejado que mis hijos sufrieran por mi culpa.

Para m haba sido muy difcil afrontar la situacin, an recuerdo como paso todo, como nuestras vidas cambiaron de un momento a otro.

Estbamos mi marido y yo esperando en un pequeo aeropuerto privado a que llegar Toni, los seores Miraflores tambin estaban all fue entonces cuando los conocimos. Los dos estbamos muy enfadados y decepcionados con l al saber que nuestro hijo, haba sido expulsado por pelearse con un compaero. Yo estaba convencida de que haba sido una rabieta de mi hijo, de esas que de vez en cuando le daban, y que lo haba hecho a propsito para que le expulsaran. Mi hijo poda ser muy listo, un superdotado lo consideraban algunos, pero a veces haca tonteras como esa, no dejaba de ser un crio.

El tiempo pasaba y la avioneta no llegaba, recuerdo como empezamos a preocuparnos al ver mucho movimiento a nuestro alrededor. Gente iba y vena, se dirigan a los seores Miraflores, les decan algo y se iban corriendo. Mi marido y yo no sabamos que estaba pasando y nos dirigimos a hablar con ellos.

- Disculpen Paso algo?, Porqu no llega la avioneta? – Les pregunto mi marido.

Y ah fue cuando empez todo, nos dijeron que haban perdido el contacto con el piloto, que no saban nada de la avioneta, que lo ltimo que saban era que se haban topado con una gran tormenta, que estaban intentando averiguar si la avioneta haba podido aterrizar en algn otro aeropuerto… en definitiva mi hijo estaba desaparecido y nadie saba nada.

A raz de ese momento, mi alma se hizo pedazos, haba perdido un trocito de mi corazn y una parte importante de mi vida. Llegu a sentirme culpable por obligar a mi hijo a hacer ese viaje, un viaje que l no quera hacer.

Comprend que mi vida ya no volvera a ser la misma hasta que mi hijo apareciera sano y salvo, y eso era lo nico que esperaba. Esperaba que mi hijo no se hubiera rendido y que siguiera vivo en algn lugar, esperaba que algn da volviera a nuestro lado, completara de nuevo mi corazn y reavivara de nuevo mi alma.

Dentro del coche familiar y de regreso a casa me hice una promesa, me promet a mi misma no rendirme. Nunca dar por fallecido a mi hijo y esperar con ansias su regreso. Porque estaba convencida de que algn da regresara a nuestro lado, con una sonrisa de las suyas de esas que me gustan tanto y que tanto esconde, y entonces… volveramos a darnos un abrazo colectivo, esta vez completo con las cuatro personas ms importantes de mi vida, mi marido y mis tres hijos.

***
Notas finales:

¿Qué os pareció el capitulo?

Estuve buscando información, y según Wikipedia a los 3 meses se le declara muerta a una persona desaparecida debido a un naufragio, por eso lo puse en el capitulo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_fallecimiento#Plazos

Una vez más agradecer a Chissclap, Hasly y Jenny por sus comentarios.

Un beso

Yaonita


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