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Pasos en falso por wiccangel

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Notas del capitulo: bueno, aqui culmina el lemon, ojala les guste.

Capitulo 5 ¿Donde estas? 

*flash back* 

Solo el timbre y el sonido de las puertas deslizables los hizo separase con mucha dificultad, afortunadamente el piso estaba desierto, por lo que sin perder tiempo se dirigieron al departamento del moreno, a cada paso uno detenía al otro arrinconándolo contra la pared, tocándose lascivamente. 

Por fin llegaron a la puerta indicada y apenas entraron la puerta se cerro fuertemente, se abrazaron con furia, Leo se enganchó al cuerpo del mayor con brazos y piernas, mientras este lo cargaba y se guiaba hasta el lugar mas cercano, que en ese momento fue la hermosa sala que decoraba el lugar.

Se dejo caer en el mullido sofá, quedando sobre el menor, si perder tiempo levanto la camisa de este y logro quitársela, al tiempo que el moreno abría con fuerza la de el, logrando hacer volar los botones y por un momento observo la delicia frente a el, sonrió, el castaño lo volvía loco, le encantaba verlo así, con la piel perlada por el sudor, con una mirada de lujuria en su rostro, pero sobre todo, le encantaba verlo sobre el.  

El castaño sabia perfectamente lo que pensaba, ya muchas veces se lo había dicho, la mayoría de estas en medio del éxtasis al que lo llevaba cada vez que estaban juntos.

Se deshizo rápidamente y con agilidad de ambos pantalones, dejándose en bóxers los cuales no durarían mucho en su lugar pues sus entrepiernas estaban completamente despiertas, bajo su cadera para rozarse con el chico, gimiendo al unísono

 –Maldito- susurro el moreno mordiéndose el labio inferior, lo detestaba que le hiciera pasar tantos celos y sin embargo cada vez lo deseaba más.  

-¿quieres que me detenga?- pregunto maldito el mayor que ahora estaba jugando en el abdomen de Leo y dando pequeñas lamidas a su miembro rígido  aun bajo la tela  

–veras que después de esto…- continuo diciendo mientras lanzaba una mirada lasciva hacia el rostro de este, el cual mantenía los ojos cerrados y suspiraba a cada movimiento  

–…me perdonaras…lo que sea que haya hecho- termino de decir, al tiempo que  desnudaba completamente a su amante, viéndolo con deleite, completamente sumiso, bueno, no tanto, sintió como lo atraía con fuerza del cuello a su erección, sonrió y se relamió los labios, sin dudar lamio con lujuria toda su extensión, introduciéndola en su boca, jugando, saboreando, mientras su otra mano, acariciaba con maestría los testículos.

 Los suspiros del moreno se hacían cada vez más fuertes y seguidos, por lo que el castaño se detuvo, obteniendo un quejido de decepción  

–no, todavía no- le dijo, se levanto y quitándose su  propio interior, se sentó en el sillón de una plaza mientras veía divertido como el moreno lo seguía interrogante con la mirada.  

Sonrió maliciosamente y con un gesto le indico lo que seguía, Leo sonrio también y se acerco con movimientos felinos colocándose a horcajadas sobre el rozando sus nalgas contra su enhiesto miembro, ronroneando como gatito, sintiendo la humedad de su pareja, el cual se había prendado del pecho de este, lamiendo cada centímetro de piel cada vez con mas ansias.  

-ya no aguanto- le susurro al oído el menor sintiendo ya dolorosa su erección

–Compénsame- le dijo mas como una orden al tiempo que le lamia los labios, el castaño sonrió, tomo su propia erección y la dirigió a la entrada de su amante, de un solo movimiento lo hizo sentir toda su extensión, este solo atino a gemir por el dolor producido  

– ¡Cabrón!- alcanzo a decir entre dientes antes de empezar a cabalgar sobre su pareja mientras el otro sonría cínicamente sosteniéndolo por la cadera.

Entre suspiros y comiéndose mutuamente las embestidas se hicieron rápidas, desesperadas, el moreno sintió una descarga eléctrica que se concentro en su entre pierna, gimiendo con fuerza y enterrando sus uñas en la espalda del mayor se corrió abundantemente sin siquiera tocarse sobre el pecho de este.

 Julián al sentir el orgasmo de su amante y la deliciosa sensación que le producía sobre su miembro lo hizo bajar, embistiendo una ultima vez para penetrarlo enteramente, dejando el cálido interior cubierto por su propia simiente.  

 Suspirando, se quedaron sin moverse, solo se escuchaban las agitadas respiraciones  que poco a poco volvía a tranquilizarse, el moreno yacía desmadejado sobre el cuerpo de su pareja, beso levemente el hombro en el cual descansaba en ese momento, levanto un poco el rostro y beso con un poco de ternura los labios del castaño

–estamos a mano- le susurro con una sonrisa, antes de acomodarse en el hueco del cuello de este y caer dormido poco a poco.  

Julián sonrió, solo un poco, se levanto cargando con cuidado al moreno, lo deposito en su cama arropándolo, se dirigió a la sala para recoger sus pertenencias y darse una ducha rápida, se vistió y salio tratando de no hacer ruido.

 Ese chico era divertido pero hasta cierto punto, ya le había comenzado a fastidiar el tener que preocuparse por los incansables celos además de cierto sentimiento que le estaba empezando a alarmar cada vez que estaban juntos y eso, eso era suficiente; ya era hora de terminar con todo y buscar al nuevo prospecto.

 *fin flash back*

El sonido de alguien tocando la puerta de su consultorio lo saco de sus pensamientos, se froto los ojos un momento, mejor así, estaba empezando a sentir un cosquilleo bajo la cintura con solo recordar.

 –Adelante- dijo y unos momentos después apareció una menuda mujer ya entrada en años con una cálida sonrisa  

–doctor, ya que no vendrá mañana, puedo tomarme el día- pregunto la experimentada secretaria –mis hijos organizaron un día de campo con todas las familias completas- Julián  solo atino a asentir después de todo Marika con los años de servicio y su edad se avisar solamente pues ya se retiraba en un año.

  -esta bien Marika, salúdeme a sus hijos- contesto amable, además era muy eficiente y tenia todo al día, la mujer agradeció y salió no sin antes prometer que traería un delicioso postre de los que tanto se jactaba preparaba una de sus hijas.  

Ya estando solo, resoplo, su mente comenzó a divagar nuevamente y retomo la idea de contestar cierto llamado pendiente, se rasco la nuca y rescato el celular de entre unos alborotados papeles, donde había ido a parar, bueno, pensó para si, un día mas no hace la diferencia, mientras marcaba un numero ya familiar, luego vería como terminar este asunto.

 ****  

El frio comenzaba a calar nuevamente, se sentó en el suelo de piedra abrazándose las rodillas para evitar un poco la brisa,  ya casi se acostumbraba pero nunca era suficiente, había pasado una semana escondido, esperando, tendría que regresar tarde o temprano, ¿pero como hacerlo?  

Si volvía su tío lo molería a palos como cada vez que lo veía, aunque algunas veces lograba escaparse, ahora estaba solo y no podía defenderse, suspiro y vio la caja de madera que tenida a su lado, los alimentos que tenían guardados no durarían para siempre y había comenzado a tener fiebre los últimos dos días, pues las corrientes que entraban a la gruta era por demás frías gracias a la cascada que estaba al final de esta.  

Nunca habían tenido que usar ese lugar por más de dos días desde que lo descubrieron, pero ahora tenia ya siete días escondido, sin saber a donde mas ir, en el pueblo alguien lo reconocería y lo regresarían a casa de la anciana Gabriela, además su hermana le había dicho que la esperara ahí para poder irse por fin y alejarse de ese horrible hombre con el cual desgraciadamente compartían lazos sanguíneos. 

Bajo la cabeza un momento y suspiro pesadamente, se llevo la mano al pecho y sintió bajo la camisa una pequeña bolsa que contenía uno de sus mas grandes tesoros, comenzó a recordar el día que encontraron la cueva escondida gracias a la suerte de su dorado amuleto y la grandiosa idea de su hermana para usarla como refugio, así podrían esconderse cuando su “adorado” tío se pasara de copas, como hacia todos los días y pretendiera regresar a su casa, como hacia de vez en cuando que recordaba como llegar.    

Se tallo bruscamente los ojos por el escozor de las lágrimas que amenazaban con salir en abundancia, se golpeo la rodilla con fuerza por un momento, reprochándose el porque no le había dado su amuleto a ella y entonces le vino a la mente lo que sucedió antes de separarse.  

*flash back* 

Llegaron casi al oscurecer, se habían retrasado pues una de sus clientas les encargo un pedido de vegetales hasta su domicilio y no pudieron negarse, era un pedido semanal y la clienta no pudo ir esta vez, además manejaba un comedor por lo que siempre pedía en abundancia.

 Ambos estaban agotados, solo querían llegar a dormir, pero justo antes de cruzar el puentecito hacia su casa escucharon risas y varias voces, haciendo que se detuvieran en seco.

 El pequeño apretó la mano de su hermana, nunca se escuchaba gente en ese lugar pues estaban en un lugar donde era la única casa y el pueblo estaba a casi treinta minutos de ahí.

La chica miro a su hermanito y sintió como se aceleraba su corazón y las manos comenzaban a sudarle.

 Ya una vez había sucedido eso, pero aquella vez ella estaba sola y aun vivían sus papas, los cuales había salido junto con el bebe al pueblo para ver a un medico, pues el pequeño parecía no mejorar de una bronquitis.  

Se había quedado al cuidado del hermano de su padre, pero este llego con varios acompañantes, los cuales comenzaron a comportarse muy extraño al verla completamente sola en esos momentos, queriendo abrazarla y acariciarle las piernas cada vez que podían.

 Afortunadamente su tío aun un poco sobrio, la saco a empujones de la casa pues interrumpía y distraía a sus invitados pues al parecer querían terminar un juego de cartas que tenían pendiente.

En ese entonces solo tenia 10 años por lo que no supo que había pasado, pero tiempo después entendió la peligrosa situación en la que estuvo. 

Esta vez no seria tan fácil, su cuerpo ya tenia formas adolescentes muy femeninas para ocultarlas y ya había notado las desagradables miradas que su tío le lanzaba. No podían llegar y con una mirada se lo hizo saber al pequeño.  

Se arrodillo para estar a su altura mientras tragaba saliva –Diego- le llamo para que la mirara a la cara pues el niño parecía un poco perdido todavía

 –¿recuerdas nuestro escondite?- pregunto tratando de aparentar tranquilidad, al tiempo que su hermano asentía  – bien, escucha, hoy es el día- hablo claramente mirándolo a los ojos pues esperaba que le entendiera todo –ve para allá, espérame ahí, yo llegare después- inspiro y continuo –yo iré por el dinero que tenemos guardado y por nuestra caja- callo un momento para verlo asentir nuevamente –si no llego en dos días, ve con la señora Gabriela y cuéntale todo, ¿entendido?- termino remarcando la ultima pregunta

 -si, con la señora Gabriela- respondió Diego con la mirada cristalina, la abrazo fuertemente, se separo un momento y se saco la pequeña bolsa que colgaba del cuello, entregándosela –toma, te dará suerte- dijo con seguridad.  

La chica sonrió tratando de aguantar las lagrimas –no puedo- le dijo con tono un poco triste viendo la cara de decepción es su hermanito –tu la necesitas, guárdala y así estaré segura que estas bien- lo abrazo de nuevo fuertemente, no sabia lo que pasaría pero ella también confiaba en la suerte de ese amuleto.

 -¡vete!- le dijo al oído- te quiero- se separaron y lo vio correr entre los arboles.

Diego corrió unos metros, se detuvo y se giro para ver a su hermana otra vez, ahí estaba al pie del puente aun en cuclillas y con una mano en el pecho, sabia que estaba rezando. Se dio la media vuelta siguió corriendo hasta su gruta escondida.  Esa fue la última vez que la vio.

 *fin del flash back*

 Ya hacia una semana de todo eso y cumpliendo los dos días que le diera de plazo, Diego fue con la señora Gabriela la única persona que había visto por ellos, como había prometido lo haría, le conto todo lo sucedido a lo cual la mujer mayor denuncio a la policía todo pero su hermana no apareció en ningún lugar.  

La anciana le había dicho que tendrían que ser pacientes pero una platica que escucho cuando la mujer estaba al teléfono le hizo saber que tal vez la chica estaba muerta y que a el le deparaba un lugar llamado orfanato, no entendía lo que era pero sabia que si no estaba su hermana, el no estaría ahí.  

Se escapo de la casa de la señora y regreso a su escondite, nadie sabia donde estaría y el mismo comenzaría a buscar a su hermana por que estaba seguro de que no estaba muerta. 

Ya hacían dos semanas de la separación, pero no desistiría, tenia que encontrarla, el supo cuando su padre murió sin haberlo visto y supo cuando su madre falto también pero justo ahora lo que sentía en su pecho no era lo mismo, así que ella debía estar viva, perdida en algún lado.  

De nuevo el escozor le hizo frotarse los ojos.

Solo tenia 7 años pero era hombre y los hombres no lloran como se lo había dicho muchas veces su padre antes de morir, aunque su madre solía dejarlo cuando el primero no se encontraba, cerro lo ojos y le pareció escuchar la suave voz de su madre de nuevo “no importa que llores, lo importante es que seas valiente y aun llorando puedes ser valiente”   

Esta vez las rebeldes lágrimas se negaron a contenerse y el pequeño comenzó a sollozar fuertemente, con el rostro escondido en sus rodillas; su llanto resonaba en la angosta galería siendo acompañado por el murmullo de la cascada, mientras entre lágrimas llamaba a quien esperaba ansiosamente 

–Mica, Mica, ¿donde estas? - al poco callo dormido por el cansancio.

Notas finales:

Por cierto, puede que me tarde un poco mas para actualizar pues mi trabajo esta cada vez mas pesado, pero no se preocupen, les prometo actualizar lo mas pronto posible.

¿que tal el lemon? es la primera vez que escribo lemon, asi que necesito sugerencias y opiniones, vale?


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