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Avaricia. por Seiken

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Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen y por lo tanto no gano dinero, solo la satisfacción de recibir sus comentarios, quejas o sugerencias… para quienes no hayan visto el Reboot de Thundercats, ¿Qué esperan? ¡Vayan a verlo que no se arrepentirán!

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Resumen: Esta vez Grune se ha aliado a una fuerza superior y tomara lo que siempre ha querido.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Avisos:

Este fic es Slash, si no te gustan las relaciones homoeróticas no seas grosero, simplemente no lo leas.

Esta historia está basada en los Thundercats que acaban de salir, no tiene muchos spoilers más allá de los que ya deben de saber.

Fic dedicado a Yuriko Hime por soportar mis constantes incoherencias… y quien me ayudo a escribir algunas partes de este capítulo.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Avaricia Capítulo 7

Tenía que hacerlo entrar en razón, Claudius debía comprender que sus sentimientos eran reales, que podría hacer feliz a Tygra con esa unión, el joven tigre necesitaba de alguien fuerte en quien apoyarse, porque no lo aceptaba a él que ya lo amaba.

Lo que le había dicho sobre la juventud del príncipe para Grune no era válido, la diferencia entre edades no era un tabú en su especie y si Claudius se preocupaba de que pudiera dañar a Tygra durante su primera noche juntos, no debía hacerlo, sería tan delicado como cualquiera que poseyera algo tan valioso como al príncipe.

Tal vez el mismo rey olvidaba que su esposa, la madre del mocoso fanático de la tecnología y las fabulas de Jaga era por mucho más joven que Claudius, sí él pudo casarse con ella, tener un hijo de una flor de primavera, porque negarle sin ninguna razón lo que se había ganado con años de arduo trabajo.

No era el príncipe heredero, no esperaban que de la esposa concertada de Tygra naciera el siguiente rey, sí es que no lograba alzarse con la victoria antes y ser él quien tomara el lugar de Claudius en el trono.

Porque negarle entonces la mano de Tygra, simplemente era justo que se lo entregaran, pero en vez de eso Claudius le prohibió visitar a su hijo, coloco a Panthro y al clérigo anciano como chaperones, el mismo rey se interponía entre ellos cada vez que sospechaba que estarían juntos.

Ya no podía verlo, ni hablarle, como si eso fuera inmoral y no discutiría por tener más tiempo con Tygra, su primera petición le costó demasiado, en vez de recompensarlo como lo hubiera hecho un rey justo le dieron su puesto a thunderiano ciego con poca experiencia en el campo de batalla, mientras que a ellos los mandarían a una misión inútil en busca de espejismos.

Pero Grune reconocía la valía de su príncipe y hacia todo lo que estaba en sus manos para poder verle, aun a escondidas, estaba dispuesto a lo que fuera por tenerle.

Sin embargo, no podía seguir así, debía convencer a Claudius de la sinceridad de sus propósitos, de jurarle que si no lo tendría en ese momento, le daría su mano cuando cumpliera la edad que el rey decidiera, para que cuando regresara de su misión pudiera recostarse entre sus brazos.

Grune caminaba con decisión, ignorando los susurros y la sorpresa de los sirvientes que lo veían pasar, que retrocedían temerosos al presentir la ira que se arremolinaba en su corazón, había repasado en su cabeza lo que le diría a Claudius para hacerle cambiar de opinión, estaba seguro que funcionaria.

Deteniéndose justo enfrente de la sala del trono escucho dos voces hablando con tranquilidad, discutían sobre su problema, o eso pensó cuando Jaga pronuncio. — Veo qué cambiaste el tipo de entrenamiento que recibe Tygra, no creo que lo haya tomado con agrado…

Grune se escondió detrás de la puerta que estaba entre abierta, Claudius mantenía las manos detrás de la espalda y caminaba con lentitud de un punto a otro, como si alguna clase de problema estuviera ocupando su mente. — No lo hizo… por que se ha dado cuenta que la espada no será suya y se sintió herido…

Así que Tygra no sería rey, como lo supuso Grune, semejante honor estaba destinado únicamente para el linaje de los leones y su gatito no era uno de ellos, a pesar de haber sido criado por la familia real. — Pero es lo mejor…

Claudius asintió, como rey, tenía que realizar decisiones que no le gustaban, otras que podían lastimar a las personas que amaba, su hijo Tygra estaría dolido algún tiempo pero esperaba que lo perdonara con el tiempo. — Es lo único que puedo hacer…

Su rey deteniéndose junto a la ventana pronuncio con molestia, casi con asco, observando con detenimiento el prado en donde ahora sus hijos entrenaban y podía ver cuándo o en qué momento su general intentaba reunirse con Tygra sin descuidar sus deberes para con su reino. — Grune no ha entendido mi advertencia… sigue intentando encontrar excusas para estar a solas con Tygra, aun después de mi negativa a sus ideas de cortejo.

Jaga simplemente le seguía con la mirada, estaba demasiado tranquilo, sin inmutarse por la molestia del rey Claudius ni compartiendo su molestia ni sus temores. — Cualquiera pensaría que con su insistencia sus sentimientos son reales…

Claudius le respondió casi inmediatamente, girándose para verlo fijamente, recargándose en el marco de la ventana cruzando sus brazos enfrente de su pecho. — Pueden ser reales, pero eso no borra lo equivocado de ellos…

Jaga asintió, provocando que Grune apretara los dientes furioso, comprendiendo que de ninguna forma Claudius le permitiría tener a su príncipe, mucho menos al escucharlo decir con furia contenida. — Tygra era solo un niño hace unos años, es un príncipe, es mi hijo… Grune, él es un buen general, pero no es parte de la nobleza ni es apto para Tygra, sin contar que es un hombre del doble de su edad.

Así que eso era, Claudius a pesar de toda su camaradería seguía viéndolo como un simple aldeano con ínfulas de grandeza, ignorando sus triunfos en el campo de batalla, ni la admiración que su gente sentía por él, ni el amor que su hijo sentía por él. — De todas formas eso no está en discusión, sí permito que eso pase, Lion-O se quedara solo cuando más lo necesita y su don lo hará invaluable en el futuro.

Jaga le pregunto entonces. — ¿Estás seguro que la actitud de Tygra le servirá de algo a Lion-O? El tiende a ignorar su don y últimamente ha esquivado sus lecciones.

Claudius carraspeo un poco para después decirle al clérigo, caminando en su dirección cuatro, tal vez cinco pasos, deteniéndose a la mitad de la sala de su trono rascándose la cabeza. — Tendrá que aprender y su desobediencia es solo una fase, el destino quiso que tuviera un papel en la vida de mi hijo, de lo contrario sus padres no habrían muerto y yo no lo habría adoptado.

Grune se alejo en ese momento, había escuchado suficiente, Claudius no cambiaria de opinión, ni siquiera si se atrevía a implorar su intervención en su favor, no obstante, se preguntaba qué clase de papel quería que su príncipe jugara en la vida de su hermano menor, a quien ya habían designado como rey.

Flash Back.

Aquello lo comprendió tiempo después, durante las muchas horas que paso en vela en una tierra ajena, haciendo guardia para que los peligros de su planeta natal no los atacaran durante las horas de oscuridad.

Tygra pensó que cuando le dijo que le educaron para servir a Lion-O había sido un intento por confundirlo, pero no lo fue, sus palabras eran temores reales, él había escuchado pronunciar esas mismas palabras a su soberano en la sala del trono.

Claudius le había educado para que le sirviera a su hijo, fue adoptado y convertido en príncipe como una mera formalidad para mantenerlo en el palacio, protegido de todos aquellos que pudieran apreciar su belleza.

Desde los tiempos remotos se decía que los leones eran acompañados en su reinado por un tigre, ya fuera un general, un clérigo, una segunda reina, una concubina, una mano derecha, tal vez un hermano adoptivo, por sus tan preciados dones especiales, de los cuales no se estaba permitido hablar.

Esa raza tenía el don de la mente, lo que fuera que eso significaba, puesto que habían tan pocos que eran una de las especies de felinos más difíciles de encontrar y junto a los leones eran unas de las más fuertes, bellas e inteligentes.

Cuando el primer león se reveló a su amo, un tigre se mantuvo fiel, y eso provoco que su especie fuera condenada a ser las sombras de los leones, una sola traición, una sola decisión o esas fueron las palabras que Mum-Ra pronuncio cuando vio a su príncipe.

Parecía que lo habían enfrentado por el libro del augurio y había presenciado su invisibilidad, Mum-Ra le dijo entonces que su don no entrenado le abriría las puertas a su mente, ya que una puerta no solo sirve para salir sino también para entrar.

Grune se meso la barba recordando lo que algunos habían dicho del joven Claudius y su primer General, el padre de Tygra, cuando el tigre dientes de sable era un joven ambicioso dispuesto a escalar rangos como fuera, con la simple idea de poseer el poder que jamás tuvo cuando cachorro escucho muchos rumores inquietantes.

Algunas personas en los oscuros callejones del mercado negro cuando pensaban que no había ningún guardia cerca, ni algún thunderiano ciegamente leal a Claudius y su linaje, susurraban que el rey había tenido una amistad demasiado cercana con el padre de Tygra, a tal grado de pasar todo el tiempo en compañía de su general, ya fuera de día o de noche, y que esta amistad fue lo que le llevo a adoptar a su hijo cuando estos perecieron en uno de los muchos golpes cometidos por los lagartos.

Grune había visto al padre de su príncipe una sola vez a lado de Claudius, cuando el rey aun era joven, y desde lejos pudo apreciar la belleza de sus facciones, la inteligencia reflejada en sus ojos, la madre de Tygra era una beldad, aunque no estaba realmente interesado en el sexo opuesto.

Susurraban cuando apenas estaba en la fuerza del rey como líder de catapulta que los ojos de sus padres eran hechizantes, que podían convencerte de encontrarte en un lugar completamente diferente al que te hallabas en realidad, que implantaban visiones en tu mente.

Siempre pensó que eran falsos esos rumores, pero tal vez eran ciertas aquellas palabras cuchicheadas con miedo y aprensión, en ese caso, Tygra podría haber heredado ese atributo fantástico, haciéndolo aun más exótico.

Claudius debió saberlo también y tomando las precauciones adecuadas no permitió que nadie lo supiera, apartándolo para su hijo cuando este tuviera la edad adecuada para reclamarle.

Mientras tanto le enseñaría a obedecerle sin que se diera cuenta, de que otra forma habría rechazado tan rotundamente la posibilidad de una vida mejor, de los lujos que él estaba disfrutando.

O porque Claudius hubiera sido tan definitivo en su negativa por tenerlo entre sus brazos, por darle su mano, sino era que esperaba que su heredero al trono reclamara a su gatito para él.

Si tan solo pudiera hacérselo ver a Tygra podría convencerle de unirse a ellos como su segundo al mando, pero sería difícil, aun en sus sueños se negaba a él con tanta energía que aun con ayuda del collar le costaba trabajo mantenerlo inconsciente o guiarlo en el sueño, todo por culpa de su amor y su lealtad ciega a Lion-O.

Sus camaleones los estaban siguiendo con maestría, ninguno de los felinos se había dado cuenta de su presencia, estaban demasiado lejos para que el olor los descubriera, su invisibilidad los hacía imposible de detectar sin los aditamentos adecuados, cada día le traían nuevas malas noticias.

Ya comenzaba a hacerse una rutina el que durmieran juntos, casi como si compartieran una cama, Grune se sentía traicionado al saber que las palabras de sus camaleones eran reales, que Tygra estaba cayendo bajo la seducción de Lion-O olvidándose de él.

Hubiera atacado desde el primer día, adelantando sus movimientos y equivocándose como cuando pudo tenerlo en el lago, cometió dos grandes errores que lo llevaron a perderlo ese día,

El primero ocurrió cuando lo dejo inconsciente en esa tienda sin haberlo encadenado a uno de los barrotes de su cama, pensando que no huiría o que cuando regresara a ella aun estaría dormido esperando para ser desflorado, el segundo, mucho peor que el anterior fue abandonarlo en esa tienda solo para jactarse con Panthro de las recompensas que tendría al traicionar a su rey.

Estas equivocaciones solo las podría cometer un principiante bastante torpe, porque ningún soldado que haya sobrevivido en el campo de batalla se jactaría de su victoria antes de que el ultimo de sus enemigos cayera muerto por su espada y al tener un prisionero no lo dejaría vagando sin las respectivas cadenas que detendrían cualquier intento por huir.

Su problema era que estaba tratando ese asunto con una perspectiva equivocada, se comportaba como si estuviera cortejando al joven príncipe y dicho príncipe no estuviera ciego por la educación estricta implantada por Claudius, cuando lo debería tratar como una campaña militar.

Lion-O era su enemigo en el campo de batalla, Tygra era la tierra fértil que deseaba conquistar y declarar como suya.

Cuando quieres recuperar una tierra o conquistarla, tú no vas y golpeas la puerta esperando que se te regrese pacíficamente, lo que haces es esperar el momento oportuno y realizar un golpe definitivo del cual tus enemigos ya no puedan levantarse.

Le habría prometido a Claudius a cambio de su lealtad incondicional, aun su vida, que sería amable con Tygra, que le trataría con tanta ternura como podría y que jamás lo dañaría, que veneraría el suelo que pisara, que cada día de su existencia lo consagraría en hacerlo feliz.

Mirándose en el espejo, imaginándose a Tygra en el reflejo, se prometió lo mismo que le prometería a Claudius, cada día que pasaran juntos intentaría hacerlo cambiar de opinión sobre su amor y su lealtad por Lion-O.

Las pesadillas eran un castigo por su traición, al negarle su amor y entregárselo a su hermano, cuando este no se lo merecía, estaba tan enojado que por un momento lo único que deseaba era hacerle daño, quebrantar las débiles paredes psíquicas que protegían su mente con un golpe mortal, escuchando las palabras de Mum-Ra, que en esta ocasión parecían ser contrarias a su objetivo.

No dudaría usar el collar como último recurso pero antes intentaría que su gatito lo siguiera por su propia voluntad, algo que sabía jamás ocurriría, sin embargo, tenía que arriesgarse a eso, no perdería nada cuando lo tuviera a salvo de su propia necedad encerrado en sus habitaciones, de lo contrario su victoria no sabría igual, conociendo que lo tenía presa de una extraña pieza de tecnología a que si lo poseía porque él así lo decidió.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

El problema de tener un hermano menor era que sabías de alguna manera cuando este quería decirte algo y no se atrevía a pronunciar una sola palabra, ese era el caso de los mellizos, quienes llevaban varias horas observándole fijamente, a tres metros de distancia.

Tygra estaba tratando de reparar el tanque después de recibir algunas indicaciones de Panthro, las cuales no parecían ser muy acertadas, aunque no era como si el supiera exactamente qué estaba haciendo.

En realidad se movía como por instinto, podían llamarlo sexto sentido pero ese don era solo de chicas y el no era una, Lion-O estaría tan celoso cuando supiera que le dejaron arreglar el tanque, por el simple hecho de que Panthro no cabía debajo del volante y a Cheetara no le interesaban esos asuntos, que no podría creerlo.

Sí antes se quejo por que Cheetara pudo conducir el tanque, ya quería ver su rostro cuando le contara lo que estaban tratando de hacer, lo único malo era que por alguna razón la energía del libro había fundido algunas partes de su vehículo ganándose una mirada desaprobatoria que le recordó a la de su padre y un “¿Ya puedo comenzar a apresurarte genio?” pero valdría la pena cuando pudiera enseñarle a Lion-O sus avances.

Los mellizos seguían rondando el tanque entretenidos, hasta el punto que les pregunto con una voz un poco más dura de lo que esperaba. — ¿Qué quieren?

Wilykit fue la primera en hablar, diciéndole demasiado divertida recargándose en su hombro, casi canturreando. — ¿Qué están haciendo?

Tygra al ver que Wilykat se había colocado a su costado le pregunto con el mismo tono de voz, observando fijamente una de las herramientas en sus manos. — Sí, parece divertido.

Tygra suspiro ignorando a los niños, respondiéndoles terminando de apretar uno de los cables que estaba conectado a un tornillo. — Estamos arreglando el tanque.

Panthro desde lo alto les explico con burla. — Por culpa de nuestro genio.

Los mellizos comenzaron a reírse y Tygra le respondió con sarcasmo al mayor concentrándose en la tecnología que se suponía debía reparar con el poco conocimiento que tenía de ella, el cual se limitaba a las ultimas semanas o lo que había visto hacer a Lion-O cuando pensaba que nadie lo veía. — Muchas gracias Panthro.

Los dos niños se miraron momentáneamente para comenzar a reírse, diciéndoles a los dos. — Podemos ayudar.

Tygra suspiro y pasándoles algunas herramientas a Wilykat les dijo guiñándole el ojo a Panthro. — Panthro les dirá que hacer, pero deben tener cuidado y si tienen problemas solo díganme.

Panthro se froto los ojos con hartazgo, sin saber realmente cual de los dos hermanos era el peor, Tygra o Lion-O, para después explicarle a los mellizos con cara de pocos amigos lo que debían hacer esperando que esta vez su “genio” no quemara el tanque al reconectar el libro del augurio.

Tygra estaba a punto de terminar de revisar el último de los cables que se pudieron dañar cuando su hermano llego, Panthro se quejo de su tardanza, él dijo que seguramente se había quedado a disfrutar del aire fresco en lo que ellos trabajaban arduamente.

Como cada vez que él realizaba los entrenamientos y tareas diarias encargadas por su padre cuando Lion-O se escapaba al mercado negro a comprar tecnología, nadie podría culparlo por seguir enojado por eso, bueno, podrían culparlo pero no le importaba realmente lo que dijeran sobre él.

Dentro de poco comenzaron a comer, descansando después de un arduo día de trabajo, poco después Lion-O estaba platicando con Snarf, los mellizos se habían dormido, Kat estaba recargado en uno de sus muslos, Kit usaba a su hermano como si fuera una almohada, Cheetara se había retirado a dormir al igual que Panthro que le miro como recordándole lo que le había dicho sobre su reciente comportamiento.

Lion-O acariciando la cabeza de Snarf le pregunto a Tygra con cierto asomo de incredulidad. — ¿Por qué te dejo reparar el tanque cuando yo llevo pidiéndoselo durante semanas y me dice que no?

Tygra acariciando el cabello de Kit cuando se percato que fruncía el seño, recordando que su padre hacia lo mismo cuando tenía pesadillas, respondió sonriendo, guiñándole el ojo con picardía cuando vio que Lion-O parecía un poco serio, provocando que se sonrojara. — Porque soy muy flexible...

Lion-O no entendió a que se refería al principio, preguntándose como Tygra podía decir algunas veces ciertas cosas sin siquiera avergonzarse, su hermano al ver que tenía el resultado esperado le explico recargándose en el tronco del árbol. — Panthro no cabe debajo del volante, por lo que necesitaba de alguien que pudiera doblarse y tomar posturas ligeramente incomodas, por fortuna mi cuerpo es sumamente flexible gracias al entrenamiento que tuve.

El joven rey no quería imaginarse a su hermano en posturas exóticas, doblado sobre una superficie horizontal, acostado debajo de sus pies, hincado enfrente del asiento, con las piernas en alto, sentía que su rostro comenzaba a sonrojarse nuevamente. — Nuestro padre tenía razón, hubiera sido un desperdicio no trabajar en mi agilidad.

Tygra riéndose por lo bajo le pregunto al ver lo rosado de sus mejillas con una gran sonrisa. — ¿Te sientes bien?

Lion-O tratando de controlar el calor que sentía en sus mejillas le respondió, sorprendido al ver como trataba a los mellizos y permitía que le usaran como si se tratase de alguna clase de almohada. — ¿Y eso?

Tygra vio a los mellizos que dormían plácidamente y le respondió con sorpresa, fingiendo que no comprendía a que se refería con esa pregunta. — Se llaman thunderkittens, estos en especial se llaman Wilykit y Wilykat, pero ya los conoces.

Lion-O le aventó una piedrita diciéndole. — Muy gracioso.

Tygra no pudo esquivar la piedrita que choco en su frente, esta cayó a un lado de Wilykat sin despertarlo, suspiro y le respondió. — Me han hecho preguntarme que habría sido de mi si nuestro padre no me hubiera recogido, pensando que debía poder cuidarme solo y que tendría que aprender tarde o temprano.

Lion-O sintió cierto asomo de culpabilidad recordando que aquellas fueron las palabras que uso cuando Tygra le pidió que los llevaran consigo, que no podían dejarlos solos. — Pero eso no paso, nuestro padre decía que eras un bebe cuando te recogió, así que eso no se habría podido aplicar…

Tygra asintió, sentía compasión por ellos, tal vez porque ambos eran huérfanos, no sabía nada acerca de Cheetara, su pasado era desconocido, no obstante, ella tuvo los cuidados de Jaga por lo que no debía ser tan malo y era un adulto, no era como si pudiera hacer algo al respecto. — Puede ser… ayúdame a llevarlos a la fogata, hace demasiado frio para ellos.

Lion-O le ayudo a llevarlos al calor de la fogata, en donde fueron recibidos por Cheetara, quien les pregunto haciéndole un lugar a los mellizos, tratando de realizar su deber para la realeza lo mejor que podía dada la situación en la que estaban. — ¿Se encuentran bien?

Tygra parecía sorprendido por esa pregunta y asintió mostrando demasiada seguridad, un comportamiento que la mujer clérigo comenzaba a pensar era fingido, Lion-O le observo alejarse con impotencia preguntándole a ella poco después. — ¿Qué puedo hacer?

Cheetara se pregunto que respondería Jaga en una situación como esa y suspirando le respondió, no necesitaba de la sabiduría de su maestro para saber que tenía que hacer el joven rey con su complicado hermano. — Habla con él.

Lion-O alegó encogiéndose de hombros caminando en la dirección en la cual había ido su hermano mayor, esperando encontrarlo. — Eso suena mucho más fácil de lo que será.

Tygra llego a donde estaba el tanque felino, sentándose sobre una de las garras, cubriendo su rostro con ambas manos, se sentía seguro la mayor parte del tiempo, sin embargo, al caer la noche comenzaba a sentirse nervioso.

Le tenía miedo a la oscuridad, a dormir, porque sabía que soñaría con él, llevaba semanas haciéndolo y cada pesadilla era peor que la anterior, pero sabía que tenía que descansar para poder serles útil, su cabeza comenzaba a molestarle como cuando era niño y sobre utilizaba su don.

Tygra intento controlar su respiración, escuchando el tranquilo sonido de las hojas de los arboles moviéndose por el viento, sintiendo la brisa refrescante, escuchando algo moviéndose en la corteza de un árbol.

Abrió los ojos sujetando su pistola, levantándose, apuntando en la dirección que pensó provenía el sonido de algo arrastrándose, repentinamente, una daga se recargo contra su espalda al mismo tiempo que una voz grave le decía. — Grune quiere hablar contigo…

Por un momento pensó que encontraría al general, que estaban rodeados, sin embargo, solo eran dos camaleones, uno de ellos amenazándolo con un arma, el otro verificando que nadie llegara a interrumpirlos. — Maldita bestia…

El camaleón comenzó a reírse y apartando la daga de su espalda le mostro una carta, petrificándose cuando el cañón de la pistola de Tygra se recargo en su frente diciéndole. — ¿Dónde está?

El camaleón que había recibido ya una recompensa le respondió al ver que no habían jalado el gatillo, ofreciéndole una carta con un sello de lacre. — Mu cerca… mucho más de lo que piensas…

El otro reptil dijo desapareciendo con su camuflaje, subiendo a las copas de los arbolas más altos. — Alguien viene.

Tygra recibió la carta con asco, tratando de encontrarle sentido, porque Grune aguardaría lejos y únicamente le mandaría una carta que se suponía debía leer, como si nada hubiera cambiado entre ellos. — ¿Por qué no me matas, gato?

El tigre se pregunto lo mismo, porque no le disparaba ahora que podía, sería fácil, solo un movimiento de su dedo y estaría muerto, aun así no quiso matarlo, apartando el arma, guardándole en su cinto respondió. — Quiero que le digas esto a Grune… “no todo lo que no se puede merecer lo puedes tomar”

El camaleón parecía confundido, esperaba morir bajo las manos de este mismo thunderiano, y ahora lo mandaban a decirle algo que no comprendía a su general, arqueando una ceja pronuncio furioso. — ¡No soy tu mandadero!

Tygra apretando la pistola contra la carne de sangre fría del camaleón pronuncio. — Pero si el de Grune… ahora vete, antes de que cambie de parecer.

El camaleón siseo furioso y desapareció, Tygra vio la carta con aprensión, lo que fuera que Grune quería decirle debía ser importante para ese traidor o no habría hecho algo tan extraño, sentándose en el mismo punto que ocupaba abrió la carta con manos temblorosas, una gota de sudor corría por su frente.

Tygra comenzó a leer la carta que Grune había escrito para él, esperando… en realidad no sabía que esperar del thunderiano que los traiciono y que parecía estar obsesionado de su persona.

“Mi dulce príncipe”

“Tygra, escribo esta carta por una simple razón, esta es que estoy dispuesto a interceder por ustedes, tu y ese león que llamas hermano, no puedo hacer nada por la espada ni hare nada por Panthro ni por esa mujer, si aceptas podre salvar a los mocosos que cuidas con tanto esmero”

“Sí, yo lo sé, parece que nadie más se ha dado cuenta de tu cuidado por mantenerlos seguros, durante días he mandado a mis soldados más leales para que te observen desde lejos, me han dicho tantas cosas”

“Una de ellas es que duermes con Lion-O, no quiero pensar que ustedes sean amantes, porque en ese caso me temo que no lo salvare, pero como sé que él jamás te amara como tú lo haces, puedo estar tranquilo.”

“Verás, tienes dos opciones como yo lo veo, la primera es que vengas a mi por tu propia voluntad, de esa forma salvaras a tu hermano, pero a cambio tu serás mío, tu alma, cuerpo y mente, la segunda que yo te de caza e igual serás mío, no importando cuanto tiempo me tarde o que tenga que encadenarte a mi cama para poder poseerte.”

“Piénsalo mi gatito, si en realidad quieres a tu hermano, vendrás a mí el día que te mostré nuestro lugar secreto, si no lo haces sabré que tengo que arrastrarte para llevarte a mi cama, por que debes estar seguro que no te dejare ir, aunque tenga que bañarme en la sangre de Lion-O para lograrlo”

“Serás siempre mío… Grune”

Tygra mantuvo la carta enfrente de si varios minutos sin poder moverse, la mano que sostenía ese pedazo de papel temblaba incontrolablemente al mismo tiempo que un montón de bilis subía por su garganta, tenía ganas de vomitar y las contuvo al escuchar que llamaban su nombre.

Era Lion-O, era su hermano y debía quemar esa atrocidad antes de que pudiera leerla, estuvo a punto de lograrlo si repentinamente Snarf no hubiera saltado en su dirección, golpeado su mano con sus patas delanteras provocando que la carta cayera el suelo.

La pequeña mascota de su hermano pronuncio un sonido extraño cuando intento recuperar la carta y la tomo entre sus dientes para llevársela a su dueño, Tygra le llamo sorprendido. — Snarf, no… regresa.

La bola de pelos roja apresuro su carrera y se detuvo a los pies de Lion-O, quien parecía demasiado sorprendido por su actitud e inmediatamente al ver el trozo de papel, pensando que tal vez era un dibujo de los mellizos o algo que había escrito Tygra, lo llevo a sus ojos para poder leerlo.

Lion-O comenzó a leer la carta sintiendo como su sangre comenzaba a hervir, la furia comenzaba a apoderarse de su cuerpo y de su mente con cada letra que leía en esa enfermiza carta que de alguna forma había llegado a sus pies.

Tygra se detuvo al ver que su hermano leía la carta, no sabía qué hacer, si arrebatársela de las manos usando su fuerza o permitir que terminara de leerla, lo que termino pasando, ya que no era tan larga, Grune nunca había sido un poeta ni hubiera servido quitársela cuando era claro de quien provenía ese pedazo de papel.

Lion-O sentía el peso del mundo sobre sus hombros, la duda comenzaba a formar remolinos en su pecho, debía saber cómo era posible que esa aberración llegara a las manos de su hermano, como Grune lograba acercarse a él cada vez que se lo proponía. — ¿De dónde salió esto?

Tygra pensó por un momento en mentirle a su hermano, decirle que no le importaba, que tenía suficientes problemas como para meterse en sus asuntos, sin embargo, la mirada en sus ojos azules fue más que suficiente para que le contara como la obtuvo, esperando que aquella respuesta fuera bastante. — Un camaleón me la entrego, dijo que tenía un mensaje de Grune y es eso…

Lion-O no pronuncio ningún sonido, ni se movió, jamás había sentido como en ese momento el peso de la corona sobre sus hombros, se preguntaba si eso sintió su padre cuando ocurrió el golpe que destruyo su civilización, veía con ira e impotencia como Grune seguía firme en su decisión de robarle a su hermano, como a pesar de estar acompañado no estaba seguro, que jamás lo estaría si permitía que se le acercara con tanta facilidad.

Tygra intento recuperar la carta sintiendo un nudo en su garganta, quería borrar esa carta, ignorarla y creerse a salvo cuando no lo estaba. — Dámela…

Lion-O estiro el brazo detrás de su espalda alejándola de su cuerpo, respondiéndole con furia, no dirigida hacia su persona, sino hacia Grune, hacia el mismo por su pésimo papel protegiendo a las personas que amaba. — ¡No! ¿Por qué no me llamaste?

Tygra no podía hacerlo aunque hubiera querido, con una daga en su espalda y otro camaleón vigilando la llegada de cualquier intruso, ni siquiera lo pensó. — ¡No necesito que me cuides, yo soy el mayor, ese es mi trabajo Lion-O… no el tuyo! ¡Yo puedo cuidarme solo!

Tygra había alzado la voz en un intento por verse seguro aunque temblaba como una hoja, sus pupilas estaban alargadas y sus dientes estaban apretados, Lion-O podía ver cuán asustado realmente estaba, como en respuesta a su miedo grito, alzando su voz más que su hermano. — ¡Pero yo soy el rey! ¿Qué no lo entiendes? ¡Es mi deber protegerlos! ¡En especial a ti! ¡Sobre todo a ti!

Lion-O volvió a calmarse, casi como si toda su fuerza se hubiera desvanecido con la misma rapidez con que llego, dejando a un muchacho frágil, asustado, no por él sino por la seguridad de su hermano, la cual no había logrado proteger.

Llevando la mano que tenía la carta cubrió su rostro con ella comprendiendo por vez primera el peso del titulo que llevaba, a sus pies Snarf hacia ruidos extraños, empujándolo con sus patitas, mirándolo de vez en cuando como pidiéndole ayuda.

Tygra respondió al verle tan desolado intentando calmarlo, respirando hondo, colocando una de sus manos sobre su hombro intentando darle ánimos, convencerlo de que todo saldría bien aunque él mismo temía que nada podría mantenerlo alejado de Grune el destructor. — No te preocupes, todo saldrá bien… ya verás que pronto el asunto de Grune quedara atrás como si fuera un mal sueño…

Lion-O en ese momento sujeto la muñeca de Tygra con fuerza, llevando su mano a su mejilla, restregándose contra ella, sus ojos estaban cerrados, cuando los abrió pudo ver que tenían un par de lagrimas en ellos, le había hecho llorar, para ocultarlo mantenía su mirada en el suelo tratando de ser fuerte. — ¿Y si no es así? ¿Si logra llevarte con él y tenerte? ¿Si jamás te vuelvo a ver?

Repentinamente le miro a los ojos, en ellos pudo ver tanto pesar que sintió por un momento que su corazón se rompía con solo verlos. — ¡No lo soportaría!

Aquella era la primera vez que veía esa clase de mirada en los ojos de su hermano. — ¿Lion-O?

Lion-O se acerco un poco más a él y coloco su mano derecha en su mejilla, la izquierda en su cintura para que no se moviera, no sabía que ocurriría en ese momento pero no esperaría más. — Eres mi hermano… solo mío.

Tygra parpadeo ligeramente sonrojado, no era la primera vez que lo decía, pero si era la primera vez que lo hacía con esa posesividad, haciéndolo gemir al sentir que Lion-O continuaba acercándosele, atrapándolo contra uno de los arboles que los rodeaban. — Lion…

Antes de que pudiera terminar de pronunciar su nombre sintió que era silenciado, que la distancia entre ambos súbitamente se hacía nula y que aquello que no lo dejaba pronunciar palabra alguna eran unos labios, Lion-O lo estaba besando.

Thundercats-Thundercats-Thundercats

Oficialmente esta historia se ha vuelto un lion-o/tygra…

Otra pregunta, ¿Quién quiere que Grune obtenga a su dulce príncipe?

Llevo 3 votos por que si y 0 por que no.

Y les pido que vayan y voten en el poll, en mi página de usuario de fanfiction net.

Saludos.

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