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Open Mind por yaonita

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Notas del capitulo:

Hola ^^

Por fin conoceremos un poquito mejor a Zen, aunque aún no tendrá mucho protagonismo ^^

También veremos cómo va el plan de Kiel ¿Obtendrá resultados?

Sin más os dejo con el capítulo que espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

5. Seducción.

(Zen)

Limpie el espejo del lavabo para poder verme, me acababa de dar una ducha y estaba completamente empañado por el vaho. Me miré fijamente analizándome, ojos marrones, piel blanca, cabello castaño y algo lacio, labios finos, en definitiva uno más del montón.

No tenía nada que se pudiera considerar especial o llamativo, si a eso le añadimos mi escasa estatura de metro setenta, difícilmente podía llegar a destacar.

En el Open Mind siempre me había sentido inferior, cosa bastante normal si me comparo con el físico impresionante de Tristán, Alex, Toni y ahora Kiel, a cual más guapo. Yo sin ninguna duda no daba la talla y bajaba el nivel de guapura considerablemente. A pesar de eso, había sabido encontrar mi lugar, y según decían algunos, también resultaba atractivo pero de otra manera, me consideraban lindo.

No obstante, siempre me había preguntado porque estando los anteriormente mencionados, él se había fijado en mí ¿Qué vio en mí que le llamó la atención?

- Estas muy guapo recién duchado – Sorpresivamente me rodeó por la cintura y me susurró esas palabras al oído, provocando de inmediato un sonrojo evidente en mí.

- No seas adulador – Me giré para darle un beso – Por tu culpa no voy a llegar a tiempo a casa de los chicos tal y como habíamos quedado, tendré que ir directamente al conservatorio.

- No es culpa mía que seas tan irresistible – Ronroneó.

- Si no me hubieras pedido que te trajera esos papeles no habría pasado nada – Protesté.

- Los necesitaba – Aseguró, aunque yo sabía que solo había sido un pretexto para que viniera a su casa – Además no protestes, tú lo has disfrutado tanto o más que yo.

- Arrggghh tienes razón – Reconocí – Pero ahora voy a tener que buscar una buena escusa, porque los chicos no van a parar de hacerme preguntas, sobretodo el cotilla de Tristán.

- No tendrías que buscar escusas si hiciéramos público lo nuestro – Proclamó algo molesto – No entiendo porque aún no quieres que se sepa.

- Porque aún es demasiado pronto, ya te dije que no quería decir nada hasta que lo nuestro estuviera completamente asentado – Debatí.

- Pero ya llevamos dos meses viéndonos, creo que ya está bastante claro ¿No? – Alzó una ceja interrogante.

- Ten paciencia ¿Vale? Solo te pido eso – Siempre acabábamos discutiendo por lo mismo y hoy no tenía tiempo para eso.

- No tengo más remedio, te aprovechas porque sabes que estoy loquito por ti – Me besó.

- Anda, deja que acabe de arreglarme o ni tan siquiera llegaré a la exhibición a tiempo, y entonces Tristán me matará y eso recaerá sobre tu conciencia – Me reí.

Y protestando y murmurando sandeces se fue, dejándome tranquilo para que pudiera acabar de arreglarme. Quizás estaba siendo injusto con él, quizás debería gritar a los cuatro vientos que estábamos juntos, pero no me sentía preparado, era un gran paso y después de lo de Cristian iba con pies de plomo en mis relaciones.

Además, aún había muchas barreras que superar para que lo nuestro fuera perfecto, no podía arriesgarme a que algo saliera mal cuando ya todo el mundo lo supiera y que eso lo hiciera más duro aún.

Acabé de arreglarme y salí corriendo antes de que la pasión volviera a jugarnos una mala pasada, tenía que encontrarme con los chicos para ver la exhibición de Tristán y debía soportar una y otra vez las pesquisas de mis amigos sobre ese misterioso chico con el que según ellos, y con razón, me estaba viendo.

(Tristán)

Una noche más en el Open Mind, luces por doquier, cuerpos ardientes y sudorosos, chicos guapos coqueteando, cientos de copas cambiando de manos, música potente y enloquecedora, bailes sensuales y alocados, era mi trabajo y me encantaba.

Este viernes estoy especialmente contento, he ganado la exhibición, he podido compartir la alegría de ganar con mis amigos y ahora estoy feliz en mi trabajo, sin duda tengo que encontrar la forma de acabar esta noche a la altura del resto del día. Hay un par de chicos guapos en la barra que no paran de mirarme, quizás acabé la noche con uno de ellos.

- ¿Ya estas pensando en con quien te vas a acostar? – Me interrumpió con una sonrisa en la cara Kiel que pasaba por detrás de mí rozándome la cintura en el proceso, para coger una botella.

- Veo que me vas conociendo – Le devolví la sonrisa – Le estaba echando el ojo a aquellos dos chicos de allí – Hice señas disimuladamente hacia donde se encontraban los chicos.

- No están mal – Confirmó – Aunque juraría que son pareja, lo vas a tener difícil – Se rió.

- Mejor aún – Aseguré – Así quizás consiga un trío, que mejor forma de acabar la noche.

- ¿Has hecho alguna vez un trío? – Me susurró al oído, todo lo que se puede susurrar con una música estridente, al tiempo que se acercaba por mi espalda y me rodeaba la cintura.

- Obvio – Fanfarroneé – Hay pocas cosas que no haya probado en el sexo – Presumí.

- Menos lobos caperucita – Se puso a reír y siguió con lo suyo. He de reconocer que tenerlo así de cerquita me puso algo nervioso.

La noche siguió, hoy Kiel estaba siendo especialmente cariñoso conmigo y continuamente se paseaba cerca de mí y aprovechaba para tocarme o acariciarme. Estaba realmente guapo, aunque llevaba la misma ropa que todos a él le sentaba especialmente bien, tengo que reconocer que tiene un cuerpo estupendo. Los pantalones, que hoy eran negros, se le pegaban al cuerpo como una segunda piel y su culito respingón quedaba completamente expuesto a los ojos de los pervertidos como yo.

La camiseta, que esta noche era blanca y con el logo en negro, hacía mucho rato que había desaparecido del torso de Kiel, según él porque tenía calor. El motivo no importaba, lo que importaba era que se paseaba constantemente delante de mí sin camiseta y mostrando su bien formado torso, no podía mirar, mejor dicho no debía mirar, Kiel solo era un amigo y así debía de seguir siendo.

Por mucho que reconociera que físicamente me ponía un montón, no podía o no debía verle de una forma diferente a la amistad. Si me acostaba con él, luego seguramente que él querría más por muy creído que suene, y yo tendría que negarme provocando su enfado y con ello la ruptura de la bonita amistad que habíamos creado.

Kiel no se conformaría con ser un “follamigo”, lo conocía bien y sabía que él era de relaciones más estables.

Mejor dejar de pensar en eso, mejor que piense en otras cosas, como por ejemplo como ligarme a ese par que me miran seductoramente desde la otra punta de la barra.

- Kiel cari cámbiame el sitio, necesito acercarme a aquel par – Le pedí guiñándole el ojo.

- ¡Joder Tristán! Es que solo piensas en eso – Exclamó molesto – Haz lo que te dé la gana – Dejó todo lo que tenía en las manos y se fue de la barra completamente enfadado.

Yo no entendía que bicho le había picado, hacía poco rato habíamos hablado de aquél par de chicos al que quería ligarme y no pareció importarle. Me quedé bastante perplejo y no supe si ir tras él e intentar averiguar que le pasaba, o hacer como si nada hubiera pasado, fiel a mi filosofía de vida, de cero problemas y preocupaciones, decidí hacer como si nada hubiera pasado y seguir con mis planes de conquistar a aquel par de guaperas.

(Kiel)

¡Mierda, joder!

Entré en los servicios completamente encolerizado, cerré la puerta de un portazo y me encerré en uno de los cubículos.

¿Qué mierda podía hacer más?

Había estado toda la santa noche coqueteando con Tristán, solo me faltaba servirme en bandeja de plata y decirle “Haz lo que quieras conmigo”, pero nada, él no dejaba de pensar en el par de chicos de la otra punta de la barra, que sí, que eran guapos, pero tampoco nada del otro mundo.

En cambio no parecía tener ni la más mínima emoción cuando me veía sin camiseta, o cuando me acercaba seductoramente, ni siquiera cuando me rozaba con él con disimulo.

Estaba claro que, por desgracia, yo no le atraía lo más mínimo físicamente y poco podía hacer contra eso. Me dejé caer sentado en el suelo, pensando y aguantándome las ganas de llorar ¿Qué más podía hacer?

Si al menos Tristán sintiera una mínima atracción por mí, podría luchar por conseguir luego su corazón, pero si ni tan siquiera se sentía atraído sexualmente por mí poca cosa más podía hacer yo.

Toqué mis ojos al notarlos húmedos, un par de lágrimas se me habían escapado sin poder controlarlas. Me enfurecí, yo no debería llorar por un chico, eso jamás, nadie debía llorar por otra persona.

Si yo no le atraía lo suficiente, debía olvidarme de él y seguir con mi vida, el problema era que, cuanto más tiempo pasaba con él más me enamoraba. Pero tampoco quería perderlo como amigo, era todo un dilema.

Salí del cubículo y me lavé la cara a conciencia, por nada del mundo Tristán debía darse cuenta de que había llorado. Me miré en el espejo para cerciorarme de que no se notaba nada, y cuando estuve seguro de que todo estaba bajo control, salí completamente decidido a hacer como si nada hubiera pasado.

Nada más salir por la puerta volví a chocar con la realidad, Tristán ya estaba coqueteando con aquél par de chicos que tanto le interesaban, seguramente que aquella noche acabaría con uno de ellos, o quizás con los dos, mientras yo me iba solo a mi residencia.

Aunque pensándolo bien… quizás podía impedirlo, que Tristán no se sintiera atraído por mí no quería decir que los demás no me encontraran atractivo. La única forma de evitar que Tristán se fuera con ellos era meterme en medio, hacía tiempo que no tenía una buena follada y aquellos chicos parecían capaces de darme una. Sí, eso haría, intentaría ligarme yo a aquellos chicos, pasar una buena noche, y quizás de paso darle algo de celos a Tristán, aunque esto último lo dudaba.

Completamente decidido me dirigí de nuevo a la barra, el nuevo Kiel, el sexy y seductor Kiel, atacaría con todas sus armas y esa noche no la pasaría completamente solo. Quizás no acompañado del chico que me gustaría que me acompañara, pero compañía es compañía y yo estaba muy necesitado.

(Tristán)

¿Qué demonios estaba pasando?

Minutos antes estaba coqueteando con aquél par de chicos que me gustaban, uno de ellos era presa imposible pues tenía pareja y decía serle completamente fiel, pero al otro lo tenía prácticamente en el bote. Eso claro, hasta que apareció Kiel, completamente dispuesto a quitarme mi presa.

Nunca lo había visto comportarse así, no paraba de coquetear y sonreírle al chico, al tiempo que se paseaba ante ellos sin camiseta. Lo peor de todo no era eso, lo peor de todo era que el chico parecía más interesado en él que en mí.

- ¿Qué demonios estás haciendo rubiales? – Le pregunté algo molesto en un momento que nos cruzamos en la barra.

- No sé a qué te refieres Tristán, solo estoy trabajando – Le quitó importancia.

- Me refiero al hecho de que estés intentando ligar con mi chico – No iba a dejarlo pasar como si nada, él sabía perfectamente que llevaba toda la noche fijándome en ese par, si quería ligar que se buscara a otro.

- Solo me estoy divirtiendo – Se rió – Además ¿Desde cuándo es tú chico? A mí me parece que le gusto yo más.

- Lo tenía en el bote hasta que te metiste por medio – Refunfuñé.

- No protestes tanto que te ves más viejo – Se rió y se despidió con un piquito para seguir atendiendo a los clientes.

No me lo podía creer ¿Desde cuándo Kiel se comportaba así?

No es que me importara mucho que me hubiera quitado a aquél chico, tanto me daba acabar la noche con él que con otro de los cientos de chicos guapos que había en el pub. Lo que me molestaba era que se lo hubiera ligado sabiendo que me interesaba a mí, los amigos no se quitan los ligues entre ellos.

Eso sí, aún no estaba dicha la última palabra, si quería guerra le daría guerra, todavía me quedaban muchas armas con las que luchar, para empezar yo aún no me había quitado la camiseta, ni tampoco habíamos hecho ningún baile sexy sobre la barra. Ahora más que nunca tenía un objetivo, conseguir ligar con ese chico antes que Kiel.

Me acerqué completamente decidido a aquel par de chicos, Kiel estaba hablando con ellos y el chico que estaba disponible no dejaba de babear mirándole con una sonrisa bobalicona, la verdad es que ahora que lo miraba mejor no era tan guapo, tenía cara de empanado, pero ahora no me iba a dejar achantar por Kiel.

- Chicos os estáis divirtiendo sin mí – Me apoyé en la barra para mirarle seductoramente, directo a los ojos poniéndole ojitos.

- Deberías estar en tu lado sirviendo copas – Dijo algo molesto Kiel – Tus queridos clientes se van a enfadar ¿Sabéis que Tristán coquetea con todos sus clientes para conseguir más propinas? – Golpe bajo, eso no me lo esperaba.

- En realidad solo coqueteo con los chicos guapos como vosotros – Les mostré una de mis mejores e inocentes sonrisas – Ufff hace calor, voy a refrescarme – Y de forma sensual me quité la camiseta ante ellos.

- Chicos ¿Podéis venir un momento? – Nos llamó completamente molesto Toni desde el otro lado de la barra.

- Ahora vuelvo guapetón – Me despedí del chico para ir donde estaba Toni arrastrando a Kiel conmigo.

- ¿Se puede saber qué pasa? – Preguntó muy irritado Toni – Zen está sirviendo a los VIPS, y Alex y yo vamos de puto culo aquí en la barra mientras vosotros no hacéis más que tontear con aquél par ¿Os parece bonito?

- No te enfades parasito de Alex, solo nos estamos divirtiendo un poco – Me burlé de él.

- Lo siento Toni, no volverá a pasar – Se disculpo Kiel.

- Tú, zorrita despendolada – Me señaló frunciendo el ceño – Será mejor que te pongas a trabajar si no quieres que te de una patada en ese culo tuyo que tanto adoras.

- Y tú Kiel, no te dejes influenciar por este pervertido con patas – Suavizó el tono molesto para hablar con kiel.

- Yo también te quiero – Le di un piquito y salí corriendo antes de que realmente me diera la patada en mi adorado traserito.

Quizás Toni había tenido razón, nos habíamos centrado tanto en coquetear con aquél par que estábamos descuidando nuestro trabajo. Bien, tendría que seguir conquistando al chico pero a distancia. Y lo mejor era… hacer un baile sexy.

- Chicos, hoy no hemos hecho ningún baile sexy todavía y el publico lo reclama ¿Nos animamos? – Les pregunté a todos pasados unos minutos de la pequeña bronca de Toni.

- Me parece bien – Aceptó Alex que se había mantenido alejado hasta ese momento para no meterse en medio de la discusión entre su novio y yo, siempre hacía lo mismo el muy cobarde.

Todos aceptaron, así que le pedimos al DJ una de nuestras canciones favoritas para bailar, nos subimos a la barra y cuando la música comenzó a sonar nosotros comenzamos a bailar.

Tanto Kiel como yo, nos pusimos juntos lo más cerca posible de aquél par, tenían que tener una buena visión de nuestro baile.

Comencé a moverme de manera sexy, completamente seguro de mí mismo y de mi sensualidad, de vez en cuando le lanzaba miradas seductoras a aquél chico por el cual nos peleábamos, del otro ya me había olvidado pues no estaba disponible.

Cuando me di cuenta de que el chico desviaba la mirada de vez de cuando de mí hacía Kiel, pensé que debía hacer algo para demostrarle que era mucho más interesante enrollarse conmigo que con él.

Me acerqué a Kiel y me arrimé a él por la espalda, para agarrarlo y bailar completamente pegados y de manera muy caliente y sensual, Kiel en lugar de separarse de mí me siguió el juego. Al chico se le caía la baba, ya no sabía cómo aguantar sus impulsos, pero aún tenía la duda de si era por mí o por Kiel, ya que Kiel no se había quedado corto y bailaba de manera completamente provocativa.

Nunca jamás lo había visto bailar de forma tan caliente e insinuante y lo peor de todo es que lo tenía pegadito a mí. Podía notar perfectamente su piel suave, sus músculos en movimiento, podía sentir su olor, sus latidos, me estaba poniendo malo, malísimo. Me olvidé por completo de aquél otro chico y me centré en sentirle a él, su respiración, la sensación de su piel rozando la mía, toda su esencia flotando en el aire. Rodeé con mis brazos su cintura para sentirle más cerca y disfrutar de manera más intima sus movimientos sexys, le besé y lamí el cuello para saborearle ya que era lo único que me faltaba sentir, su sabor.

Cuando el baile acabó repentinamente, me sentí decepcionado, quería disfrutar más de ese bello cuerpo en movimiento. De pronto me di cuenta de que tenía un ligero problemilla entre mis piernas, y completamente sorprendido salté de la barra y salí corriendo para encerrarme en el almacén.

No entendía lo que me había pasado, no tenía que haber reaccionado así al bailar con Kiel, él era mi amigo, nada más. No pude controlar las reacciones de mi cuerpo y me dejé llevar, eso no estaba bien, no debía mezclar el placer con la amistad si no quería perder esta última.

Iba de un lado a otro del almacén completamente desesperado intentando que me bajara el calentón y dándole vueltas a lo que había pasado.

(Kiel)

Me quedé completamente sorprendido cuando Tristán comenzó a bailar de manera sexy conmigo, no es que fuera la primera vez que lo hacíamos, era bastante habitual que bailáramos de manera sexy entre nosotros o los demás chicos, pero hoy lo había sentido diferente.

Y ya cuando noté que me lamía el cuello me quedé perplejo ¿A caso había conseguido lo que tanto deseaba?, ¿Conseguí que al menos se sintiera atraído físicamente por mí?

Lamentablemente no pude descubrirlo pues en cuanto acabó la música Tristán salió disparado sin tan siquiera decir adiós ¿Qué era lo que había pasado?

Miré a Alex y Toni que estaban igual de sorprendidos que yo, ninguno nos explicábamos que le había pasado, porque había reaccionado así.

- ¿Qué bicho le ha picado a Tristán? – Preguntó Zen que llegaba de haber estado sirviendo mesas en la zona VIP – Por cierto menudo número que habéis montado, los clientes estaban alucinando – Comentó.

- Voy a ver qué le pasa – Sin decir nada más fui tras Tristán que se había metido al almacén.

Cuando llegué allí pude ver como Tristán andaba de un lado a otro de la habitación completamente furioso, no entendía que era lo que había pasado, porqué había reaccionado de esa manera. Tristán no había notado mi presencia así que decidí hablar para que fuera consciente de que estaba allí.

- ¿Estás bien? – Fue lo único que logré preguntar. Tristán pareció sobresaltarse al verme allí.

- No, no lo estoy – Me miró con la mirada más fija e intimidante que jamás había visto, esos bonitos ojos azules que tenía por primera vez me parecieron fríos.

- Siento si he hecho algo que te molestara – Era evidente que estaba molesto conmigo. Sin casi darme cuenta, y sin tiempo de reacción, Tristán me arrinconó contra la pared, apresándome en esta con su cuerpo, encerrándome con sus brazos a ambos lados de mi cabeza.

- Tú no has hecho nada malo – Se acercó poco a poco, podía sentir su aliento a escasos centímetros de mi boca. Yo estaba muy nervioso, nunca antes había visto así a Tristán, tan serio y frio.

- Tristán – Susurré – Y no pude decir nada más, él se apoderó de manera salvaje de mi boca, comenzó a besarme con furia, penetró mi boca con su lengua y comenzó a enredarla con la mía de forma agresiva y desesperada. Su cuerpo se rozaba con el mío apasionadamente. Yo le abracé por la cintura, al principio algo sorprendido por ese repentino y algo violento arranqué, luego completamente entregado – Ahhhh… Tris – Se me escapó un pequeño gemido que no pude controlar, él como reacción bajó sus manos y comenzó a acariciar mis caderas acercándose peligrosamente a mi culo.

- Kiel, Kiel… – Susurró cuando separó su boca de la mía para poder respirar. De pronto se separó de mí con la misma violencia con la que me había arrinconado contra la pared y se dio la vuelta para marcharse – Has ganado Kiel, el chico es tuyo – Y se fue dejándome completamente perplejo y sin explicarme que había pasado.


Cuando pude reaccionar, un par de minutos después, y salir tras Tristán, él ya no estaba en el pub, se había ido sin dar explicaciones a nadie. Intenté llamarle por teléfono pero no me contestaba.

Todos nos quedamos preocupados, y todos me preguntaban qué era lo que había pasado. Yo no quise decir nada por dos motivos, uno de los motivos era que Tristán se enfadaría si lo contaba, y el segundo y más importante, ni siquiera yo podía explicarme que era lo que había pasado en ese almacén.

***










Notas finales:

¿Quién será el misterioso chico de Zen?

Y qué decir de las chispas que saltaban entre Tristán y Kiel, madre mía ¿Os esperabais el frenazo de Tristán?

Espero que os haya gustado el capítulo.

Agradecer a Zione, Yuko, Valentina, Orenjiyuu, Ana, Moni, Maraleja, Taiga y Yourfuckingcat por haberme dedicado un ratito de su precioso tiempo, siempre se agradecer saber que hay gente estupenda detrás leyendo tu historia ^^

Un beso

Yaonita


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