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Open Mind por yaonita

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Notas del capitulo:

Hola ^^

En este capítulo veremos cómo le va a Tristán con la familia de Kiel, creo que nos sorprenderá ^^

A partir de ahora veremos un cambio notable en Tristán, será interesante ^^

Sin más, os dejo con el capítulo que espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

14. Navidades.

(Kiel)

Estaba muy nervioso y de aquí para allá haciendo las maletas. En un par de horas nos iríamos a pasar las fiestas a mi casa, estaba ansioso, no solo por ver a mi familia y amigos de toda la vida, si no por el hecho de ir con Tristán.

Era un paso muy importante, aunque no se lo presentara como mi novio ellos algo intuirían, y lo más importante Tristán conocería a mi familia, aún no podía creerme que hubiera aceptado venir conmigo.

El piso era un caos, ropa por aquí, ropa por allí, carreras por todos lados, nervios, estrés, era un completo desastre. Alex y Toni también se iban y estaban igual de ansiosos que nosotros, lo que no ayudaba mucho.

Esta mañana habíamos tenido las últimas clases y el pub estaba cerrado por una semana, así que no queríamos perder el tiempo y esta misma tarde íbamos a marchar, debíamos ir a la estación de autobuses y coger el nuestro que salía en un par de horas. Mi pueblo no estaba muy lejos, pero eran unas tres horas en autobús. Llegaríamos a la hora de la cena, pero no quise esperar al día siguiente, tenía demasiadas ganas de estar con mi familia.

Cuando llamé a casa para comentar que no iría solo, hablé con mi madre, ella se sorprendió bastante, y su tono de burla hizo que me diera cuenta de que no se había creído lo de que solo era un amigo que iba a pasar las fiestas solo. Y tal y como imaginé, no hubo problema alguno en que viniera Tristán, de hecho estaba encantada con la idea.

Después de despedirnos en la estación de Alex y Toni, cogimos nuestro autobús y ya estábamos de camino, me moría de ganas por llegar, los echaba mucho de menos a todos.

- ¿Estás nervioso? – Me preguntó Tristán que iba sentado a mi lado, bastante callado hasta ese momento.

- Más que nervioso estoy ansioso, tengo muchas ganas de ver a mi familia – Le sonreí.

- ¿De verdad que no les va a importar que venga yo también? – Me había hecho la misma pregunta mínimo unas cien veces.

- Que no pesado, ellos están encantados de que venga un amigo mío – Le cogí la mano para tranquilizarlo.

- Intentaré portarme bien y que no crean que soy un depravado, no quiero que tengan una mala impresión de mí – Dijo con total seriedad.

- Solo espero que te mantengas alejado de mis hermanos – Me reí.

- ¿Están buenos? – Alzó una ceja con picardía.

- Ni se te ocurra – Le pellizqué en la pierna – Además son unos niños.

- ¡Ayyy! Que bestia eres, me has hecho daño – Protestó muy teatralmente.

- Pues si te metes con mis hermanos te haré muchísimo más daño ¿Entendiste? – Dije amenazadoramente.

- Vale, vale, me conformaré con tus amigos – Se rió, y yo lo di por imposible.

Tres horas después de interminable carretera, ya estábamos en mi pueblo. Era un pueblo lo suficientemente grande como para tener todos los servicios necesarios, pero lo suficientemente pequeño para que todos nos conociéramos.

Cuando salí del armario todo el mundo hablaba del tema, y si bien mi familia lo aceptó sin ningún problema, mucha gente del pueblo me dio la espalda, cosa que no me importó mucho la verdad sea dicha. Mis amigos y mi familia lo aceptaron y eso era lo único que me importaba.

En el pueblo en sí había poco que hacer por la noche, solo tenía un pequeño centro comercial con sus respectivas salas de cine y poca cosa más, pero teníamos la suerte de estar solo a veinte minutos de una gran ciudad, así que si queríamos divertirnos íbamos allí, los afortunados que tenían coche con su coche y los menos afortunados en tren.

Bajamos del autobús en silencio, estábamos bastante cansados del viaje, vi a mi padre a lo lejos, nos estaba esperando para llevarnos a casa, sonreí con alegría.

- Papa – Fui corriendo a abrazarle – Te he echado mucho de menos.

- Yo también hijo, te ves estupendo – Susurró sin soltar el abrazo.

- Gracias papa – Le sonreí y rompí el abrazo – Te presento a mi amigo Tristán, Tristán te presento a mi padre Gerardo – Los presenté formalmente.

- Encantado de conocerle señor Santillana – Saludó Tristán educadamente, le miré algo extrañado ya que no parecía ni él de lo formal que estaba.

- El placer es mío muchacho – Mi padre le apretó la mano que Tristán le había alargado como saludo – ¿Así que estudias con mi chico?

- Estudiamos en el mismo conservatorio aunque yo estudio danza – Sonrió – Además, trabajamos juntos.

- Tú fuiste quien le ayudó a conseguir el trabajo ¿Verdad? – A mis padres les había contado mucho de Tristán, evidentemente todo menos que me acostaba con él, eso aún no podía decírselo.

- Yo mismo – Sonrió de nuevo Tristán, verlo tan amable y educado me chocaba muchísimo.

- Pues debo darte las gracias por haber ayudado a mi hijo – Mi padre abrazó a Tristán, pude ver como él se tensaba, seguramente no estaba acostumbrado a esas muestras de cariño.

- No hay de que, ha resultado ser un buen trabajador – Le quitó importancia.

- Está bien chicos, vamos para casa que todo el mundo nos espera – Mi padre nos acompañó hasta el coche.

En el coche Tristán estaba bastante cohibido, y mi padre no paraba de peguntarme como me iba en el conservatorio y en el trabajo, hablaba con ellos prácticamente a diario pero aún así me seguía preguntando. A los pocos minutos ya estábamos en la puerta de mi casa, y toda mi familia salió corriendo a recibirme.

- Kiel mi niño, como te he echado de menos – Mi madre se abrazó a mí muy emocionada. Nunca antes habíamos estado tanto tiempo sin vernos, seguro que fue difícil para ella.

- Mama, te quiero – La abracé aun con más fuerza – Estas estupenda – Me alegraba muchísimo de verla tan bien, estaba muy guapa, sonriente y sana después de haber superado el maldito cáncer.

- Hermanito, bienvenido – Ahora fue mi hermana la que me abrazó, y al mismo tiempo todos y cada uno de mis hermanos fueron abrazándome, y los peques se tiraron a mí para que los cogiera en brazos. Los había echado tanto de menos.

- Familia tengo que presentaros a mi amigo Tristán – Señalé hacia Tristán – Tristán te presento a mi madre Lucia, y mis cuatro hermanos por orden de edad Claudia, Irene, Pablo y Ricardito.

- No soy Ricardito, soy Ricardo – Hizo pucheritos mi hermano pequeñín.

- Un placer conoceros a todos – Tristán comenzó a repartir besos a toda mi familia – Kiel, no me dijiste que tú eras el feo de la familia – Se rió Tristán, por primera vez en mucho rato veía al autentico Tristán.

- Capullo – Protesté.

Después de repartir besos y abrazos en la entrada de la casa, mi padre nos hizo pasar a dentro.

- Tristán lo siento pero tendrás que compartir habitación con Kiel ¿No te importa verdad? – Propuso mi madre – Es que no vamos sobrados de sitio y no quiero que nadie duerma en el sofá.

- No te preocupes Lucia no importa – Me miró con un poco de burla – De hecho tengo que darte las gracias por haberme invitado a pasar las fiestas con vosotros – Íbamos subiendo por las escaleras hacia mi habitación para dejar las maletas, mi padre y mis hermanos se habían quedado en el salón.

- No hay de que, no podía permitir que un amigo de Kiel pasara solo las fiestas – Le sonrió – Aquí es, hemos puesto una cama supletoria para que estés a gusto – Mi madre nos hizo pasar a mi habitación, todo estaba como lo había dejado excepto por la segunda cama que había para Tristán.

- No tenias que molestarte – Me miro con picardía y yo tuve que controlarme para no darle un codazo en las costillas – Podía haber dormido en el suelo – Lo arregló.

- De eso nada, eres un invitado y debes estar cómodo – Volvió a sonreír. Increíble, Tristán se había ganado a mi madre con sus sonrisas bobaliconas y sus dulces palabras – Poneros cómodos, cuando estéis listos os esperamos a bajo para cenar.

- No tardaremos mucho mama – Me despedí de ella con un beso, y nos quedamos solos Tristán y yo.

- Tienes una familia estupenda – Me dijo Tristán nada más quedarnos solos.

- Sí que lo es – Sonreí con orgullo.

- ¿No le has dicho a tu madre que tú y yo dormimos en la misma cama? – Casi me atraganto con mi propia saliva.

- No, no se lo he dicho ni se lo voy a decir – Dije molesto.

- Que poco considerado eres rubiales, debería sentirme ofendido – Dijo con falsa molestia.

- Si le dijera que tú y yo estamos juntos, no podrías andar coqueteando con cualquier chico guapo que veas ¿Es eso lo que quieres? – Alcé una ceja interrogante.

- Tienes razón, mejor dejarlo así – Se rió. Estábamos deshaciendo las maletas para que no se arrugara la ropa.

- Puedes dejar tu ropa aquí – Le hice un pequeño hueco en mi armario.

- Gracias nene – No pude evitar sonrojarme, me gustaba que me llamara nene.

A los pocos minutos ya estaba todo más o menos colocado y decidimos bajar para cenar, tengo que admitir que estaba un poco asustado, Tristán tiene una personalidad muy fuerte y no sabía si iba a congeniar con mi familia. Pero de momento no podía quejarme, todo iba sobre ruedas.

(Tristán)

Estábamos bajando para cenar, y yo me sentía intranquilo, no estaba para nada cómodo rodeado de tanta felicidad y amor fraternal. No estaba acostumbrado.

Cuando llegamos a casa de Kiel y conocí a su familia lo primero que pensé fue en lo mucho que se parecían todos, con el pelo de diferentes tonalidades de rubio y los ojos oscuros, excepto la madre Lucia que los tenía de un bonito azul. No había duda de que eran familia. También me sorprendió ver la diferencia de edades entre los hermanos, los más pequeños tendrían entre cinco y seis años, y de las hermanas la mayor tendría unos diecisiete y la otra unos quince.

Lo segundo en lo que pensé fue en la envidia que estaba sintiendo, yo jamás había tenido una relación así con mi familia, ni tan siquiera antes de que supieran que era gay. Siempre me habían tratado de manera fría e indiferente para evitar encariñarse demasiado de mí.

También me dio un poco de miedo enredarme con una familia así, no había sido buena idea aceptar venir a casa de Kiel a pasar las navidades, si no quería involucrarme demasiado con él ¿Qué hacía yo en su casa por navidad?

Había cometido tantos errores últimamente, había roto tantas reglas de las que me había impuesto yo mismo con Kiel, no entendía muy bien que era lo que estaba haciendo y sabía que todo acabaría mal, muy mal.

Yo no estaba destinado a enamorarme, no había nacido para formar una familia o para encarrilar mi vida junto a otra persona, todo esto era un error, un grave error. Pero por mucho que supiera que era un error, por mucho que mi subconsciente me dijera a gritos que debía frenar todo esto, no podía hacerlo, Kiel era especial y eso me daba mucho miedo.

Pensé en lo mucho que sufriría cuando lo nuestro terminara, cuando fuera imposible que él y yo siguiéramos juntos, cuando por mucho que ambos lo deseáramos no habría forma alguna de estar juntos, y me sentí culpable, muy culpable. Al menos tendría a una gran familia apoyándole y ayudándole a superarlo.

- Oh chicos, llegáis justo a tiempo, acabamos de preparar la mesa para cenar – Fue el recibimiento de la madre de Kiel cuando llegamos a la parte baja de la casa.

- Lucia no tenías que molestarte, me hubiera gustado poder ayudarte a preparar la mesa – Comenté con una sonrisa.

- De eso nada Tristán, eres un invitado en esta casa no te vamos a hacer trabajar – Comentó su padre al tiempo que colocaba los últimos platos sobre la mesa.

- Todos a la mesa, ya está todo listo – Cuando Claudia anunció que la mesa estaba preparada, todos se sentaron en su correspondiente sitio, todos tenían su sitio asignado y a mí me hicieron un huevo entre Kiel y su hermana Claudia.

- Todo tiene una pinta deliciosa Lucia ¿Lo has cocinado tú? – En el centro de la mesa había una gran bandeja de carne asada, y de primer plato nos habían servido una deliciosa ensalada, muy completa, todo olía muy bien.

- Yo con la ayuda de mis hijas – Aseguró una orgullosa Lucia.

- Pues si esta tan rico como huele, tiene que estar delicioso – Le sonreí.

- No seas zalamero – Me dio un pequeño codazo Kiel – Ya te has ganado a mi madre, no hace falta que sigas – Se rió.

- Déjalo Kiel, está bien que alguien de vez en cuando nos haga ver lo afortunados que somos de tener a una gran cocinera en casa – Comentó el padre de Kiel, que acarició con mucho cariño la mano de Lucia. Era increíble que después de tantos años ellos se miraran de esa manera, con tanto amor.

- Vamos a comer que al final se enfriará la cena – Atajó la conversación Lucia.

Fue una cena muy tranquila y agradable, la familia de Kiel no paraba de preguntarme cosas sobre mí y sobre Kiel, querían saber cómo le iba a Kiel en la ciudad, y como estaba llevando los estudios en el conservatorio. A todos les sorprendió que yo fuera bailarín, supongo que no tengo una imagen muy acorde con los típicos bailarines de ballet o contemporáneo, les comenté que tenía algún que otro video en Youtube y que podían verme bailar allí y todos se alegraron y prometieron ver los videos.

Noté como la madre de Kiel y sus hermanas mayores me miraban muy intensamente, analizándome de arriba abajo sin disimulo y sin pasar por alto ningún detalle. Las mujeres suelen ser más intuitivas que los hombres, seguramente ya sospechaban que, entre Kiel y yo, había algo más que una simple amistad. Me pregunté si Kiel ya habría llevado a algún otro novio a su casa, probablemente sí.

Al día siguiente era Noche Buena y comenzaron a hablar de los planes que tenían para la cena, me entraron sudores fríos cuando comentaron que vendría todavía más familia a cenar.
Claudia, le comentó a Kiel que todos sus amigos se morían de ganas por verle y que tenían que encontrar un momento para verse, Kiel comentó que hablaría con ellos para quedar después de navidad, durante las fiestas sería imposible y hoy estábamos muy cansados como para salir.

En momentos me sentía un poco fuera de lugar, aunque hicieron un gran esfuerzo por integrarme de vez en cuando en las conversaciones, pero era evidente que había muchos temas de los que yo no podía participar.

Esa noche dormimos como niños, juntos en la misma cama pero sin hacer nada, me costó horrores controlarme para no meterle mano, apenas nos besamos un par de veces y ya, a Kiel le daba palo que nos escuchara su familia.

Noche Buena y Navidad pasaron casi sin darme cuenta, entre el jaleo de gente en la casa y toda la faena que conlleva prepararlo todo, no me di ni cuenta y solo me dejé llevar por la corriente. Intenté ayudar en todo lo posible, y sobretodo intenté controlar mi carácter impulsivo y liberal para no dejar mal a Kiel, o para que no me echaran a patadas que también era una posibilidad.

Me pregunté qué pensaría su familia si supiera qué tipo de relación tenemos, y que pensaría su familia si conocieran al verdadero Tristán ¿O en realidad el verdadero Tristán era el que estaba ahora aquí, en casa de Kiel? Ni yo mismo lo sabía a ciencia cierta. Me había metido tanto en mi papel, en mi forma de ser impuesta por el destino y en mi forma de vivir la vida sin remordimientos, que posiblemente ya no quedaba nada del antiguo Tristán, aquél que desterré hace más de tres años.

Ya en la noche de Navidad, Kiel y yo estábamos cansados y empachados de tanta comida, dulces y bebida, me salía la comida por las orejas.

- He hablado con mis amigos, hemos quedado para mañana por la tarde/noche ¿Qué te parece? – Me preguntó nada más llegar a la habitación para ponernos a dormir.

- Por mí ningún problema, así conozco a tus amigos – Le sonreí – Y dime rubiales ¿Hay algún ex entre tus amigos?

- Con los que he quedado no, pero el pueblo es pequeño es posible que nos encontremos con alguno ¿Celoso? – Se acercó a mí para abrazarme por la espalda y besarme en el cuello.

- Celos no, curiosidad – Dije sin más. Se separó de mí algo molesto.

- Voy a darme una ducha – Cogió un par de cosas y se fue a duchar.

¿Por qué me costaba tanto reconocer que me ponía celoso?

¿Por qué no reconocía lo mucho que me gustaba Kiel?

Kiel me gustaba mucho, eso era evidente, pero tenía un motivo de fuerza mayor para no querer que él se colgara demasiado de mí, no podía hacerle eso porque si pasaba tarde o temprano sufriría.

Oí el agua de la ducha correr y no pude evitar la tentación. Con paso lento pero seguro, y quitándome la ropa por el camino, fui hacia el cuarto de baño. Pude ver a Kiel a través de la mampara, él todavía no me había visto ni oído, abrí la mampara y me metí dentro con un Kiel más que sorprendido.

- ¿Qué haces Tristán? Me estoy duchando – Seguía un poco molesto.

- ¿No puedo hacerle compañía a mi chico? – Ronroneé acercándome a él y cogiéndolo de la cintura.

- Sabes que no podemos hacer nada, mi familia nos puede oír – Protestó.

- Con el ruido de la ducha no se oye nada, además tus hermanos hace rato que están durmiendo y tus padres tienen su habitación bastante alejada, nadie se va a enterar – Me contoneé rozando mi cuerpo ahora húmedo con el suyo en igual de condiciones – Te necesito nene – Suspiré.

- Eres un liante, siempre sabes cómo conseguir las cosas – Se rió, pero luego pasó sus brazos por mi cuello y comenzó a corresponderme, fue entonces que le besé.

- Pero si tú también lo estas deseando – Susurré al romper el beso. Comenzamos nuevamente una larga batalla de besos, nuestras lenguas iban de una boca a otra continuamente, sus brazos rodeando mi cuello, mis manos acariciando su cintura y por momentos explorando su apetitoso trasero, me encantaba su traserito firme y bien formado, tal y como a mí me gustaban. El agua caliente seguía cayendo pero nuestros cuerpos deprendían aún más calor.

- Tris… ahhh – Gimió Kiel entre besos.

- Nene me tienes ardiendo… ahhh – Fue mi respuesta.

- ¿Y qué vas a hacer para ponerle remedio? –Preguntó con total picardía.

- Nene, no me provoques – Sonreí con burla y después de dejarle un último y húmedo beso, comencé a bajar por su cuerpo saboreando con mi lengua todo su desnudo torso hasta llegar a mi objetivo. Cogí su pene entre mis manos y tras darle un par de tímidas e inocentes catadas con mi lengua, me lo metí de lleno en mi boca, saboreándolo y sintiéndolo por completo.

- Ahhh… Tris vas a volverme loco – Kiel puso su mano sobre mi cabeza y enredo sus dedos por mi corto y mojado pelo.

- Eso es lo que quiero nene – Le miré con total excitación y deseo y continué saboreando mi deliciosa presa. Me encantaba escuchar sus gemidos y sentir su cuerpo estremecerse ante mi contacto, me gustaba saber que le gustaba lo que le hacía.

- Tris… ahhhh… si – Seguía gimiendo y yo pasé a la segunda parte. Poco a poco fui llevando mis manos hacía su trasero, y aprovechando la humedad que caía sobre su cuerpo comencé a adentrar uno de mis dedos, todo esto sin dejar de darle placer con mi boca – Ahhh… si.

- ¿Te gusta? – Pregunté con mi voz más provocativa.

- Me encanta… ahhh – Había metido un segundo dedo – Si… Tris.

- Nene no aguanto más – Sin apenas tocarme yo mismo, podía sentir mi polla completamente erecta y demandante, necesita, exigía, sentirse en el interior de ese delicioso cuerpo.

- Yo tampoco – Movió un poco su cuerpo para incrementar el contacto de mi boca contra su polla. Metí el tercer y último dedo, y cuando note que ya estaba del todo preparado, sin esperar a que se corriera en mi boca. Me levanté, volviendo a pasar mi lengua por su húmeda piel.

- Date la vuelta – Le susurré al llegar a su oído. Luego le di un suave beso y él me dio un suave mordisquito antes de darse la vuelta y dejar su trasero contra mi polla.

- Soy todo tuyo – Movió su cuerpo rozando su culo con mi polla – Adelante – Y no me lo pensé más, le agarré por la cintura con mis manos y poco a poco fui adentrándome en él sintiendo sus gemidos – Ahhh… Tris… ahhh – Al poco ya estaba completamente en su interior, pero me quedé quieto dejando que se acostumbrara a sentirme dentro.

- Se esta tan a gustito aquí dentro… ummm – Dejé salir mi aliento sobre su cuello, a duras penas podía controlarme.

- Muévete – Me ordenó y yo quise hacerme el duro.

- ¿Por qué? – Sonreí en su cuello – ¿Por qué quieres que me mueva?

- Tris… no me hagas rogar – Subió su brazo hacia atrás y con su mano en mi nuca me atrajo hacia él para besarme – Hazlo – Susurró. Y ya no pude seguir haciéndome el duro, comencé a moverme en su interior, primero de forma lenta y profunda y luego cada vez con más ritmo.

- Nene… ahhh – Las estocadas eran cada vez más intensas y desesperadas, nuestros cuerpos se retorcían de placer, Kiel se sujetaba como podía de la pared de azulejos y yo estaba anclado a su cintura. Solté una de mis manos de su cintura para atender a su polla, la cual seguía dura y reclamando su explosiva liberación.

- Tris… si… ahhh – Había encontrado su punto, su cuerpo rebosaba de placer y el mío gozaba de esa exquisita sensación – Ahhh… si.

- Kiel… ahhhh – Me corrí en su interior y sentí su semen entre mis manos. Nuestras respiraciones seguían aceleradas, erráticas, descontroladas, mis fuerzas escaseaban y podía notar pequeños temblores en Kiel después del orgasmo. Salí con cuidado de su interior y mi semen comenzó a correr por sus piernas siendo lavado por el agua que aún caía, entonces me di cuenta, no habíamos usado condón – Lo siento.

- ¿El qué? – Se dio la vuelta para mirarme cara a cara.

- Me olvidé de ponerme el condón – Su cara cambió a una de preocupación.

- ¿Tengo que preocuparme? – Preguntó casi sin voz.

- No, nunca lo he hecho sin protección – Noté un alivio en su rostro – De todas maneras, no estaría mal que tú y yo nos hiciéramos las pruebas por si esto vuelve a pasar.

- Si – Aceptó – La verdad es que hoy te sentía diferente, yo tampoco lo había hecho nunca sin condón – Sonrió besándome en los labios dulcemente.

- Es una sensación mucho más intensa ¿Verdad? – Sonreí.

- Si – Asintió con un dulce ronroneo.

Acabamos de ducharnos y luego fuimos directos a la cama para dormir, estábamos agotados. Debía admitir que estaban siendo unos días muy especiales, y poco a poco, iba dejándome llevar, quizás no estaba tan mal tener novio.

Me estaba ablandando, lo notaba, pero no me importaba me sentía a gusto con él.

***
Notas finales:

Tristán siendo educado XD Quien lo iba a decir XD

Creo que se ha notado bastante el cambio de Tristán, lo que no sabemos es si durará mucho XD

Y sexo en la ducha XD No podía faltar XD

Un día más agradecer sus reviews a Ushi, Haru, Debs, Zione, Yuko,Taiga, Ana, Andre-Chan, Maraleja y Keii-Chan ^^ Estoy muy contenta por todos vuestros reviews ^^

Un beso

Yaonita


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