Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo ^^

Vuelvo con un nuevo capítulo en el que conoceremos un poco a los amigos de Kiel y a alguien más XD

No voy a entrar mucho en conocer a la familia y amigos de Kiel ya que creo que en este fic, quiero centrarme en los chicos del Open Mind, pero capítulos como este sirven un poco para conocer el pasado de nuestros chicos y como solían vivir antes de encontrarse en el pub ^^

Estoy intentando hacer los capítulos un poquito más largos para compensar que solo publico una vez por semana, espero que se note XD

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

15. El ex.

(Kiel)

Después de varios días en mi casa, por fin iba a poder ver a mis amigos de toda la vida, habíamos estado muy liados con las fiestas y hasta ahora no habíamos podido quedar con ellos. Debo reconocer que estoy bastante nervioso, no sé como reaccionaran mis amigos al conocer a Tristán, aunque se está comportando bastante bien, sé lo explosivo que puede llegar a ser y me da algo de miedo.

Tengo que admitir que Tristán se ha portando muy bien hasta ahora, se está controlando mucho e intenta caerle bien a mí familia, espero que haga lo mismo con mis amigos.

Me estaba arreglando para salir esta noche mientras Tristán se estaba duchando, no tenía muy claro a qué hora habíamos quedado así que decidí ir a la habitación de mi hermana y preguntarle.

- ¡Mierda! – Al salir de la habitación había tropezado con un patinete que estaba tirado en el suelo en frente de la puerta, malditos diablillos, en cuanto los viera iba a matar a mis hermanos casi me descalabro. Son unos granujillas.

Después de recuperarme del susto, seguí caminando hacia la habitación de mis hermanas.

- ¿Chicas a qué hora hemos quedado? – Pregunté nada más entrar a la habitación sin llamar. Claudia e Irene compartían habitación y las dos se estaban cambiando, pues las dos también venían con nosotros.

- ¡Kiel! Nos estamos cambiando, llama antes de entrar – Gritó mi hermana Irene a la cual había pillado en ropa interior.

- Desde cuando tienes vergüenza de mí, si hasta he visto como te cambiaban los pañales – Me reí.

- Pero no es lo mismo – Protestó ahora Claudia que también andaba con poco ropa.

- Anda no seáis malas, que echo mucho de menos nuestras charlas de hermanos – Me acerqué y me acomodé en la cama más cercana, tumbándome a mis anchas.

- Si no te hubieras marchado no las echarías de menos – Me recriminó Irene. A ella no le había gustado nada que me fuera a estudiar fuera, fue muy duro para ella.

- Sabes que si quería estudiar música tenía que irme, al igual que tú te irás cuando llegué tu turno – Hice que recapacitara.

- Si ya lo sé – Aceptó con tristeza – Pero te echamos mucho de menos Kiel – Se acercó a mí y después de darme un abrazó se tumbo a mi lado en la cama.

- Nos falta el hermano mayor que nos proteja de los chicos pesados – Se rió Claudia que siguió a Irene e hizo lo mismo que ella. Ahora estábamos los tres tumbados de cualquier manera en la cama.

- Pero tenéis dos hermanos pequeños que saben dar unas buenas patadas en las espinillas – Me reí – Recordadme que les enseñé como espantar a los moscones.

- Aún son muy chicos – Hizo pucheros Irene.

- Por cierto Kiel ¿Dónde está Tristán? – Preguntó con curiosidad Claudia.

- Se está duchando ¿Porqué lo preguntas? – La miré extrañado.

- Por qué no hay forma de veros por separado, siempre estáis juntos – Se rió – Es muy guapo ¿Es tú novio?

- Eso, eso, cuéntanos – La secundó Irene.

- Bueno en realidad… si y no – No sabía cómo explicárselo – Me gusta, hay algo entre nosotros pero no somos novios oficialmente – “Al menos no unos novios tradicionales” pensé para mí mismo.

- La verdad es que es muy guapo – Sonrió Irene – Y parece un buen chico ¿Porqué no te lanzas? – Si fuera tan fácil…

- Es complicado, él no quiere relaciones estables y yo sí, así que chocamos mucho – Confesé – Es un chico muy independiente, no es fácil echarle el lazo – Me reí.

- Tendrás que luchar por él – Sonrió Irene.

- ¿Y qué tal es en la cama? – Fue directa al grano Claudia.

- No te lo voy a decir – Me reí.

- Venga hermanito, cuéntanoslo – Comenzaron a pedir las dos a la vez poniendo sus voces más tiernas y haciendo pucheritos.

- Menudo par de chantajistas emocionales estáis hechas – Me reí – Pues… es muy bueno, espectacular diría yo – Confesé poniéndome rojo como un tomate – Me hace ver las estrellas.

- ¿Es mejor que Carlos? – Preguntó mi hermana Claudia poniéndose sería de golpe.

- Diferente – Confesé con un toque de melancolía – Pero al menos Tristán no reniega de lo que es, él está la mar de contento de ser gay.

- Estoy feliz de que quieras volver a reiniciar una relación, solo ten cuidado de que no vuelvan a hacerte daño – Me abrazó mi hermana Claudia con cariño, y luego Irene también me abrazó para darme ánimos.

- No os preocupéis, lo de Carlos está más que superado, no sé si con Tristán funcionara pero no dejaré que me afecte tanto, ya he madurado y veo las cosas de otra manera – Aseguré.

- Pero cuando alguien se enamora no puede controlar sus sentimientos Kiel, tampoco te cierres a enamorarte por miedo a que te hagan daño – Me miró sería Claudia.

- No me cierro a enamorarme, de hecho estoy enamorado de Tristán aunque él no lo sepa, lo que quizás es que he aprendido a tomármelo con más calma, con Carlos fui un estúpido – Reconocí.

- No fuiste un estúpido, simplemente te dejaste llevar por el amor que sentías por él – Me animo mi hermana Irene.

- Bueno, será mejor que dejemos de hablar de cosas deprimentes – Me levanté de la cama con una sonrisa – ¿A qué hora hemos quedado?

- A las ocho – Me informó Claudia – Primero cenaremos y luego nos iremos de fiesta.

- Perfecto, voy acabar de arreglarme, y vosotras tendrías que hacer lo mismo o llegaremos tarde – Las regañé en broma.

- Pero si has sido tú el que ha venido a molestar – Y cerré la puerta justo antes de que impactara en mi cara el cojín que me había tirado Claudia.

Me dirigí de nuevo a mi habitación donde me encontré a un Tristán ya vestido, estaba impresionantemente guapo. Llevaba unos pantalones pitillo blancos, una camiseta de cuello ancho que dejaba al aire uno de sus hombros y de un gris oscuro casi negro y unas botas negras, el conjunto le sentaba de maravilla y los colores hacían destacar el moreno de su piel y el azul de sus ojos.

- Estás muy guapo – Me acerqué a él poco a poco y rodeándole con mis brazos por la cintura le besé.

- Quiero marcar territorio ante tus amigos – Me sonrió – Pensé que ya estabas arreglado y habías bajado ya.

- No, he ido a ver a mis hermanas – Le devolví la sonrisa – Pero en cinco minutos estoy listo y bajamos los dos – Acabé de cambiarme, llevaba unos pantalones pitillo color beige y una camiseta de cuello triangular negra que hacía destacar mi pelo rubio.

Cuando ya estábamos los dos arreglados y preparados para salir, bajamos al salón a esperar a mis hermanas. Ellas bajaron a los pocos minutos y nos fuimos hacia donde habíamos quedado con mis amigos, tenía muchas ganas de verles, hacía meses que no les había visto y les echaba de menos.

- ¡Kiel! Qué guapo estas – Fue el recibimiento de Saray, se podría decir que era mi mejor amiga.

- Saray tú sí que estas guapa – La abracé después de que ella se tirara a mis brazos de manera poco elegante.

- Hola Kiel cuanto tiempo – Me abrazó también Adam, amigo mío de toda la vida y ahora novio de Saray. Cuando me dijeron que estaban saliendo me alegré mucho por ellos, aunque físicamente no pegaban para nada. Saray era pequeñita, muy delgada, de pelo rubio casi platino, ojos azules y piel muy blanca, bromeando siempre le decía que parecía extranjera. En cambio Adam era todo lo contrarío, era muy alto y fuerte, más alto que yo incluso, era muy moreno de piel y tenía el pelo negro, sus ojos eran marrones. Eran como la noche y el día y verlos juntos era divertido, muchas veces bromeaba diciéndole a Adam que tuviera cuidado en la cama o la iba a partir por el medio.

Uno a uno fui saludando a todos mis amigos, estaban además de Saray y Adam, Carmen, Juan, Anabel, Yron, Onai y Jonhy. Estaba muy contento de verlos a todos.

- Chicos os presento a Tristán un amigo del conservatorio, Tristán te presento a mis amigos Saray, Adam, Jonhy, Onai, Carmen, Juan, Anabel y Yron – Uno a uno se los fui presentando.

- ¿Es un amigo o un “amigo”? – Preguntó un siempre bromista Yron.

- Amigos con derecho a roce – Contestó Tristán sin inmutarse, yo le lancé una mirada asesina, efectivamente quería marcar territorio.

- Vaya, que calladito te lo tenías – Se rió Saray.

- Bueno, mejor no hablemos de eso, contadme que tal os va a vosotros – Había mantenido el contacto con todos ellos, pero siempre era mejor que me contaran en persona.

Estuvimos un rato hablando en el parque en el que nos habíamos encontrado y luego fuimos camino al restaurante donde íbamos a cenar, todos tenían mucha curiosidad por conocer a Tristán, quizás pensaban que nuestra relación era más seria de lo que realmente era.

- Menudo morenazo te has ligado – Saray aprovechó el camino para agarrarme del brazo y hacer que me retrasara junto a ella, y así poder hablar a solas – Cuando me hablabas de Tristán no pensaba que estuviera tan bueno – Saray era de las pocas personas que sabía lo que realmente sentía por él, a ella se lo había contado todo.

- Es guapo, pero ya sabes el problema que tengo – Comenté – No sé si puedo seguir así mucho tiempo.

- Pero algo habéis avanzado ¿No? – Me sonrió – Además, si ha aceptado venir a tu casa es que algo en serio sí que se toma vuestra relación, sino no habría venido.

- Supongo que tienes razón – Acepté – Aunque no dejo de pensar que en cualquier momento se cansará de esta extraña relación que tenemos, y entonces me dejará y volverá a ser el Tristán de siempre.

- ¿Y cómo llevas lo de la relación abierta? – Preguntó con algo de tristeza.

- No soporto verlo con otros chicos Saray, yo no estoy hecho para eso, pero por él haré el esfuerzo – Confesé – Aunque espero con toda mi alma que algún día cambié y podamos tener una relación monógama, pero sé que eso no será de un día para otro. De momento me conformo con que me respete.

Tuvimos que dejar de hablar porque ya estábamos llegando al restaurante, nos unimos al resto del grupo y entramos todos juntos a sentarnos en la mesa que teníamos reservada.

Fue una cena muy divertida, estuvimos contándonos anécdotas mutuamente, y entre charlas y risas nos fuimos enterando de las novedades de todos, a Tristán no le costó integrarse en el grupo a la primera, y yo pude tranquilizarme ya que todo estaba yendo muy bien.

(Tristán)

Me lo estaba pasando muy bien en la cena con los amigos de Kiel, gracias a ellos pude conocerlo un poco mejor. También me entretuve pensando cual de sus amigos podía ser gay, siempre he pensado que en los grupos de amigos numerosos, hay mínimo dos chicos o chicas gay. Pero una de dos, o mi radar estaba fallando o en este grupo solo había un gay y ese era Kiel. Lástima, había alguno que no estaba nada mal, no me hubiera importado coquetear un poco.

Cuando ya estábamos en el postre comenzaron a discutir sobre donde ir de fiesta, yo me abstuve de comentar nada ya que no conocía la zona, mejor dejárselo a ellos que llevan toda la vida en este pueblo.

Finalmente decidieron ir a la ciudad, que según tenía entendido estaba a unos veinte minutos en coche, la verdad es que me alegré de la decisión ya que en ese pueblo no había mucho que hacer. Según me comentó Kiel, todos los jóvenes del pueblo solían ir a la ciudad a una zona de discotecas que había justo a la entrada, y allí era donde íbamos a ir.

Cogimos tres coches y después de decir quién iba a conducir, y por lo tanto no iba a beber nada en toda la noche, nos montamos a los coches y emprendimos camino. En nuestro coche íbamos Kiel y yo atrás y delante Saray y Adam. Según me comentó Kiel Saray era su mejor amiga y Adam su novio y también un buen amigo suyo. Las hermanas de Kiel iban en otro coche y los demás repartidos, en total íbamos cuatro en cada coche.

- Espero que te lo estés pasando bien Tristán – Comenzó una conversación Saray para romper el silencio que se había instalado en el coche.

- Muy bien – Le sonreí – Me habéis acogido a la perfección, y además acompañado de Kiel es imposible que me lo pase mal – Le pasé un brazo por los hombros a Kiel para acercarlo a mí y darle un beso.

- Me alegro – Sonrió.

- Por nosotros no os cortéis, si queréis aprovechar para meteros mano no hay problema – Se rió Adam – Yo no le meto mano a mi chica porque está conduciendo.

- Tonto – Bromeó su novia.

- ¿Iremos al Young? – Preguntó Kiel, quitándome de encima de él. Parece que no tenía ganas de juegos.

- Seguramente sí, ya sabes lo que les gusta ir allí – Contestó Adam.

- No te importa ¿Verdad? – Le preguntó Saray a Kiel.

- ¿Hay algún problema con ese sitio? – Pregunté con curiosidad, notaba que me estaba perdiendo algo.

- No, no pasa nada, es solo que es probable que nos encontremos a muchos conocidos allí – Comentó Kiel – La mitad del pueblo va a esa discoteca.

- Ya veo que no sois muy originales – Me reí.

- No hay mucho que elegir en este maldito pueblo – Me acompañó en las risas Adam.

A los pocos minutos ya habíamos llegado a las afueras de la ciudad, y tras aparcar un tanto alejados de la discoteca para evitar problemas, nos juntamos con el resto del grupo.

Por algún impulso extraño, cogí de la mano a Kiel, quería que todos supieran que estaba conmigo, nunca había tenido ese interés en marcar territorio con nadie, pero por alguna extraña razón con Kiel lo hacía. Al llegar había mucha cola, sin lugar a dudas era una discoteca que estaba de moda y eso se notaba en el ambiente.

- No me lo puedo creer, hay mínimo media hora de cola – Protestó Onai.

- Que esperabas, siempre hay cola en el Young – Le quitó importancia a sus protestas Claudia.

- Si puedo evitarlo no haremos cola – Pronuncié completamente convencido.

- ¿Qué vas a hacer? – Me preguntó un curioso Kiel mirándome con una ceja alzada.

- Ahora verás – Y tras dedicarle una sonrisa malévola, le solté de la mano y fui hacia la puerta que estaba vigilada por un par de gorilas enormes, diría que de más de dos metros – Hola guapos ¿Acaso regaláis algo ahí dentro para que haya tanta cola? – Comenté con mi voz más sexy e insinuante nada más llegar a su lado.

- Es un local de moda por eso hay cola – Contestó uno de ellos de manera sería, aunque pude notar como el otro me miraba de arriba abajo con mucha curiosidad y un punto de lujuria. Sin duda era mi oportunidad.

- No puede ser un local de moda si no estoy yo dentro – Le guiñé un ojo al que parecía más interesado en mí – Verás cari, yo trabajo en un pub y sé que para que un local siga de moda, tiene que tener gente guapa dentro, mis amigos, que como podrás ver son bastante guapos todos, y yo – Señalé hacia mis amigos – No podemos esperar tanto rato en la cola, así que si nos dejarás pasar entraríamos, pero si no, nos iremos a otro local ¿No creéis que es interesante que un grupo de chicos y chicas guapos y guapas entre? – Me acerqué de forma melosa al chico que había visto interesado en mí.

- Déjalos pasar Goliat – Me miró con una picara mirada el pervertido que no paraba de babear por mí. Yo tuve que aguantarme las ganas de reírme al escuchar el nombre del otro gorila.

- Está bien, dile a tus amigos que vengan y pasad – Aceptó finalmente Goliat, de verdad que le iba como anillo al dedo el nombre.

- Chicos venid, podemos pasar – Llamé a los demás – Y a ti grandullón, espero verte luego dentro – Le guiñé un ojo al tiempo que entrabamos todos al local. No tenía intención de volver a ver a ese mastodonte, no me gustaban los chicos tan altos y fuertes, pero siempre hay que quedar bien y dejar una puerta abierta, nunca sabes cuándo puedes necesitar contactos.

- ¿Cómo has conseguido que nos dejaran pasar? – Preguntó una sorprendida Irene. No solo estaba el hecho de que nos hubiéramos colado sin hacer cola, sino el hecho de que ninguna de las dos hermanas tenían la edad necesaria para entrar, pero con el barullo de colarnos ni se dieron cuenta.

- Tengo mis métodos – Me reí – No se me resiste nada, ni nadie.

- Es un pelota adulador – Se rió Kiel.

- ¡Oye! No soy un pelota, simplemente soy convincente – Protesté.

- Si claro, lo que tú digas – Le quitó importancia.

La discoteca era como muchas otras discotecas, no tenía nada especial salvo que estaba de moda y la gente iba en masa. Era bastante grande, tenía varias barras repartidas por el local y una pista central repleta de gente bailando. Al igual que el Open Mind, también tenía un piso superior en el que había rincones para perderse y sofás para darse arrumacos.

La noche estaba siendo divertida, conseguimos una mesa con sillones para sentarnos, y allí nos atrincheramos, aunque de vez en cuando íbamos a la pista a bailar o a la barra a pedir algo. Yo aproveché que no estaba trabajando, ni tenía que conducir, para pedirme un par de copas de combinados extraños y me lo estaba pasando muy bien con Kiel y sus amigos.

- Es raro estar en una discoteca y no tener que trabajar – Estábamos bailando en la pista, solo estábamos Kiel y yo y se arrimó a mi oído para que le oyera.

- Hay que aprovecharlo – Me reí y me arrimé más a su cuerpo. Me encantaba bailar pegadito a Kiel, tengo que reconocer que bailaba muy bien.

- ¿Te caen bien mis amigos? – Preguntó con curiosidad.

- No están mal, aunque tú deberías preguntarles a ellos si yo les caigo bien – Me reí – Aunque tienen un defecto… ninguno de ellos es gay, no he podido divertirme coqueteando como me hubiera gustado.

- Serás tonto – Me golpeo ligeramente – Seguro que les caes genial – Aseguró – Tengo que admitir que tenía un poco de miedo, pero te estás comportando bastante bien.

- ¿Qué pensabas, que iba a ponerme a ligar con cualquiera delante de ellos? – Le agarré de la cintura para bailar más pegados.

- Pues la verdad, es que sí – Reconoció.

- Me conoces bien – Me reí – Pero si he venido es para estar contigo – Aseguré – Ya tendremos tiempo de juegos cuando volvamos.

- Gracias – Me rodeó con sus brazos por el cuello y me besó – Muchas gracias – Me sonrió al romper el beso.

Estuvimos un rato más bailando, atrayendo miradas y cuchicheos, pero a mí me daba igual, hoy quería estar con él. Algunos de sus amigos se incorporaron a la pista y estuvieron bailando también con nosotros, nos lo estábamos pasando muy bien. Cuando ya estábamos agotados y después de pedir algunas copas en la barra, todo el grupo volvió al sofá que teníamos reservado y del que algunos no se habían movido en toda la noche.

- ¡No me lo puedo creer! – Exclamó en un momento dado Claudia que estaba mirando hacia su derecha.

- ¿Qué pasa? – Preguntó Anabel.

- Mirad quien está allí – Señaló hacia un punto indefinido de la discoteca, todos miramos hacia allí, pero yo solo pude ver a varios chicos y chicas divirtiéndose.

- ¡Mierda! – Exclamó Kiel – No tengo ganas de verlo.

- ¿Qué pasa? – No tenía ni idea de porque todos se habían puesto tan tensos.

- Nada, mi ex que está allí con su actual novia – Se encogió de hombros con indiferencia. Yo seguí mirando para saber quién podía ser su ex, tenía mucha curiosidad, tenía mis sospechas pero no quise preguntar.

- Creo que no nos ha visto, así mejor – Comentó Saray.

- No importa sigamos divirtiéndonos, no me voy a amargar por esto – Aseguró Kiel.

Siguieron las risas y las charlas olvidándose de ese chico, yo me quedé con la duda de porque les había afectado tanto. Yo sabía que Kiel había estado con un chico y que tuvieron una ruptura complicada, pero no sabía nada más ¿Tan mala había sido la ruptura?

Me moría de ganas de preguntarle, pero no quería sacar el tema ya que parecía que le afectaba bastante, así que decidí tragarme la curiosidad y hacer como que nada había pasado. Claro que no esperaba encontrarme con el chico en cuestión cara a cara.

Me había levantado para ir al servicio, Kiel no venía pues estaba en medio de una conversación muy interesante con sus amigos y no quería interrumpirle, cuando salí después de haber hecho lo que necesitaba hacer, me encontré al chico bloqueándome el camino.

- ¿Tú eres el que se está follando a Kiel? – Preguntó directamente, sin desvíos ni medias tintas. Era un chico más o menos de mi altura, con el pelo castaño oscuro y ojos de un color miel muy clarito, la verdad es que no estaba nada mal, tengo que reconocer que tenía un buen cuerpo, yo me lo follaría sin ninguna duda.

- ¿Por qué debería decírtelo? – Pregunté con chulería, tenía que marcar territorio como buen macho que soy.

- Tú respuesta me lo confirma – Sonrió – Soy su ex ¿Sabes que sigue coladito por mí? Si yo le pidiera que volviera conmigo lo haría sin dudarlo y te dejaría plantado.

- Yo suelo ser un creído, pero tú me superas con creces – Me reí en su cara – Pero tú estás feliz con tu novia ¿No? No debo preocuparme de que le pidas volver – Le guiñé el ojo, siguiendo con mi chulería “Para chulo mi pirulo” pensé.

- A lo mejor lo hago solo para joderte – Aseguró – Y luego, después de follármelo un par de veces lo dejo de nuevo y vuelvo con mi chica.

- Inténtalo – Dije con chulería y plena confianza, no me iba a dejar amedrentar por un chulito de pacotilla – Conozco bastante bien a Kiel, y no lo considero tan estúpido como para tropezar con la misma piedra dos veces. Además siento decirte cariño que no estás tan bueno, Kiel no está tan desesperado – Me reí.

- Estuvo conmigo por dos años, eso deja bastante claro que le gusto – Comentó como si fuera lo más obvio.

- Todos tenemos etapas oscuras e incomprensibles en nuestras vidas, un error lo tiene cualquiera – Aseguré al tiempo que le aparté y comencé a andar de nuevo hacia los chicos.

- Ya veremos quién ríe el último – Fueron sus últimas palabras.

Me costaba creer que Kiel hubiera estado saliendo con tal gilipollas, pero viendo que estaba conmigo lo comprendí, y me di cuenta de que al pobre le gustaban los casos perdidos, todos tenemos nuestra pequeña lacra.

Llegué y me senté al lado de Kiel muy pensativo, él debió darse cuenta de que algo me pasaba porque en seguida reaccionó.

- ¿Pasa algo? – Preguntó con preocupación.

- He conocido a tu ex – Confesé sin más.

- ¿Cómo? – Preguntó sorprendido.

- Me ha cortado el paso cuando salía del servicio – Comenté – Menudo gilipollas Kiel – Resoplé – Dice que si te pidiera volver me dejarías de inmediato para volver con él.

- Menudo hipócrita – Dijo molesto.

- Cuéntame la historia – Nos habíamos arrinconado un poquito a un lado del sofá y hablábamos muy cerca para así poder escucharnos, la conversación de los demás quedaba completamente aislada, en ese momento era como si sólo estuviéramos nosotros dos.

- Verás, comencé a salir con él cuando tenía dieciséis años, fue mi primer novio, antes había tonteado con otros chicos pero nada serio – Comenzó a explicarme la historia – Al principio debo reconocer que nos iba muy bien, perdí la virginidad con él – Me sonrió algo sonrojado – Luego, tuvimos algún que otro bache pero lo íbamos superando, parecía que todo iba bien pero…

- No me lo digas, no quería decirle a nadie que eráis pareja ¿No? – Le interrumpí.

- No, no era eso exactamente – Negó – En realidad todo el mundo sabía lo nuestro, pero él un día me dijo que quería romper conmigo y como es lógico le pedí una explicación ¿Y sabes que me dijo?

- ¿Qué? – No podía ver ningún motivo para querer romper con Kiel, a simple vista era cien veces mejor que ese desgraciado.

- Me dijo que se había dado cuenta de que conmigo no podría tener el futuro que quería, una casa, una familia, montones de hijos, ya sabes todo eso – Confesó con algo de tristeza – Y me dejó para comenzar a salir con chicas que le pudieran dar eso que tanto deseaba.

- ¡Menudo imbécil! – Exclamé completamente molesto – Tú le podías dar esas cosas y muchas más.

- Pero supongo que no de la manera que él quería – Aseguró – ¿Sabes lo peor de todo?

- ¿Qué? – Tenía mucha curiosidad.

- Yo lo pasé fatal después de que rompiéramos, me encerré en casa, no paraba de llorar, mis amigos intentaban animarme de cualquier manera pero no había forma, yo estaba completamente enamorado de él – Explicó – Y cuando pasados unos dos meses, por fin me anime a salir con ellos, descubrí que él había comenzado a salir con una chica a la semana de romper. Aunque es muy probable que ya estuvieran saliendo de antes ¿No es gracioso? Yo destrozado por la ruptura y él como si nada, eso demuestra lo mucho que me quería ¿No crees? – Preguntó con sarcasmo – Aún me pregunto cómo pude estar tan ciego.

- A veces el amor nos pone una venda en los ojos – Y lo decía por experiencia – Lo importante es que te libraste de semejante personaje, puedo asegurarte que fue para mejor.

- Gracias – Me sonrió – Así que puedes estar seguro de que, aunque me pidiera que volviéramos completamente desnudo y con un fajo de billetes en la boca, jamás volvería con él – Se rió – Ni loco.

- Me dejas mucho más tranquilo – Me reí yo también – ¿Y la chica con la que está, es la misma por la que te dejó?

- Si – Confesó.

- ¿Y qué te parece si vamos a los servicios y celebramos que te libraste de él? – Alcé una ceja con picardía.

- Me parece una gran idea – Me rodeó el cuello con sus brazos y me besó.

- Vamos – Le cogí de la mano y le guié hacia los servicios pasando, eso sí, lo más cerca posible del desgraciado y su actual novia – Pero antes – Me detuve justo en medio del punto de mira del ex, para que nos pudiera ver perfectamente – Vamos a hacer que se dé cuenta de lo que perdió – Le cogí con las manos por las mejillas y le besé apasionadamente, él recorrió mi cuerpo con sus manos. Estuvimos durante varios minutos besándonos con furia, con nuestras lenguas recorriendo la boca del otro y enredándose entre ellas, con nuestras manos acariciando al otro por todo el cuerpo, con todo nuestro cuerpo vibrando de pasión hasta que nuestros cuerpos ya no podían más y necesitaban explorarse sin barreras. Entonces y solo entonces, rompí el beso y cogiéndole de nuevo de la mano lo llevé a los servicios.

Mientras nos íbamos, miré disimuladamente a su ex, y su expresión de furia contenida casi hace que me ponga a reír a carcajadas, había perdido a un chico estupendo por idiota, mejor que se diera cuenta lo antes posible ¿No?

¿Me pasaría a mí lo mismo?, ¿Le perdería por ser un idiota insensible?

Por primera vez, deseé no perderlo, por primera vez desde hacía mucho tiempo deseé tener a alguien a mi lado por mucho tiempo, y eso, me asustó, pues era completamente imposible.

***
Notas finales:

Poco a poco Tristán se está dando cuenta de lo que siente por Kiel ^^

Eso sí, no va a dejar de ser el mismo XD

Me ha encantado como ha reaccionado al encontrarse con el ex de Kiel ^^ ¿Qué os parecido su conversación?

Espero que os haya gustado ^^

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a Ushio, Yuko, Haru, Ana, Debs, Orenjiyuu y Lhapeluzzitha ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).