Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Killer Men (Hombres Asesinos) por Charly D

[Reviews - 23]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Capítulo By Andy OFarril

"¿Quién dijo que un hombre atractivo y con clase no puede ser un estafador y poseer bajos instintos?"

 

Esperamos que disfruten este episodio...

CAPÍTULO 3


 


-No creo que haya sido tan grave, siento que es resarcir un poco lo mucho que me costó llegar hasta aquí- el elegante y apuesto hombre sonreía seductoramente al inspector que tenía enfrente.


-No sé qué estés tratando pero no te va a funcionar, soy el encargado de este caso y sobre todo soy heterosexual, así que te digo que te evites las molestias, soy inmune a los hombres- el representante de la justicia puso en claro las cosas.


-Vaya, eres rudo… pero así me gustan… machos- sonrió nuevamente


-Lo hiciste con toda la intención de quedarte con su dinero ¿verdad?- cuestionó el oficial haciendo caso omiso al coqueteo del detenido.


-Si, pero fue un error- respondió seriamente


-¿Un error?- preguntó el otro


-Sí, debí hacerlo con más precaución, no debí temer tanto, de haberme calmado no estaría aquí detenido, simplemente lo hubiera aniquilado sin dejar huellas- contestó fríamente


-Vaya, lo dices sin ninguna pena-


-Pues fue una mala decisión, un mal negocio por decirlo de alguna forma, y acostumbro a no preocuparme tanto por un negocio fallido, finalmente es fallido y nada puedo hacer para solucionarlo-


-¿Lo aceptas entonces? ¿Aceptas tu crimen?-


-Sí, acepto mi mal negocio… un muy mal negocio…-


 


 


RICKY´S BUSINESS


 


 


Desde pequeño, al llevar los zapatos rotos era la burla de todos en el colegio, la miseria, pobreza, carencias era lo único que Ricardo Noriega conocía. Si deseaba algún juguete de nada servía pedirlo, sabía de sobra que no lo tendría. Comer era un lujo que no todos los días se podía dar, y cuando lo hacía era lo más barato que había en el mercado. Así fue su más temprana juventud, hundida en la más ruin y repulsiva pobreza.


 


Poco a poco, siendo el amante de cuanto hombre degenerado y doble cara, logró escalar, hacer una carrera, salir de su más terrible pesadilla: la miseria. El tigre de los negocios, el mejor de todos los ejecutivos de INMEX INC. El temible Ricardo Noriega, sus cuentas bancarias eran infladas, nada le faltaba, si deseaba un caprichito, el caprichito lo tenía, si deseaba a tal o cual sujeto en su cama, esa misma noche lo tenía, la fortuna le sonreía, su habilidad para manejar el verbo y el dinero lo llevaron a donde estaba.


Todos los días llegaba a la empresa financiera en la cual trabajaba a bordo de su lujoso auto negro, impecable y brillante. Al entrar el glamour se hacía presente, sus lustrados zapatos resonaban con cada paso que daba en el fino piso de aquel lugar. Su elegancia y galanura lo hacían el máximo sueño de muchas mujeres y muchos hombres.


 


-Llegas a tiempo como siempre Ricky- el diminutivo que aquel hombre le había puesto


-Ya sabes, me gusta vigilarlo todo temprano para aumentar las ganancias y quedarme en paz por las noches- sonrió como todo un casanova


-Pareciera que tienes un pacto con el demonio, cada día luces más atractivo-


-Es un halago que tú me lo digas… mi alma- el hombre con el que hablaba era Fernando de Suverville, el dueño de la empresa financiera más poderosa del país: INMEX INC.


-Me gusta hacer sentir bello a mi cachorrito… ven… siéntate aquí…- el acaudalado hombre de unos 60 años se encontraba sentado en su lujosa silla, desde la que presidía todo lo que acontecía en su empresa. El más joven caminó lentamente y se sentó en las piernas del mayor- Me gusta como hueles, esa loción francesa te quedó excelente, hace tu piel más exquisita-


-Lo sé, por eso la utilizo, a parte me sirve como recordatorio de nuestro viaje a la ciudad luz- se miraron por unos segundos para luego besarse. Así es, Ricardo era el amante de aquel hombre viejo con esposa e hijos.


 


En su especiosa oficina Ricardo usaba enjuague bucal, odiaba estar con ese sujeto, odia ser tocado por el viejo, odiaba tener que acceder a él, pero las cuentas bancarias requerían de un sacrificio, un muy asqueroso sacrificio. Era por ese motivo que para quitarse el mal sabor de boca recurría a sus “amiguitos” nocturnos, aquellos que le hacían sentir que la juventud, la pasión y el ardor seguían en su cuerpo, aquellas sensaciones que el viejo millonario no despertaba.


-Me das asco Fernando de Suverville, maldito viejo asqueroso, ojalá te murieras- profería frente al espejo del baño de su oficina.- Te voy a desplumar, y todo esto habrá valido la pena, no descansaré hasta hartarme de poder, de dinero… nunca más sabré qué es ser pobre, nunca más me faltará nada, juré que nunca más pasaría hambre… nunca- miraba con infinito odio, el odio que sentía por su pasado y por los sacrificios de su presente.


 


Tocaron a la puerta, recuperando la compostura se acomodó el costoso traje que llevaba puesto y abrió…


-Te has tardado mucho en abrir Ricky- un jovenzuelo de veintitantos años le hablaba


-No me llames así Alejandro, sabes que lo detesto-


-Ya sé, así te llama tu viejito adorado- se burló ocasionado que Ricardo lo mirara amenazante- Ya, ya… lo siento, no fue mi intención-


-Deja de decir idioteces, no estoy de humor, tuve que soportar al asqueroso viejo, yo sí estoy trabajando a nuestro plan, espero que tu estés haciendo lo mismo-


-Sí, descuida mi amor, ya tengo las claves necesarias, solo debemos hacer los movimientos de las cuentas y ¡bingo! Seremos millonarios-


-Me alegra, una buena noticia frente a tantas sensaciones desagradables- Noriega tomó al otro por la cadera y juntaron sus cuerpos- Me gusta que seas eficiente y fiel, en los negocios siempre debe existir la lealtad, y más para quien te hizo-


-No lo tienes que repetir mi amor. Todo lo hago por ti… solo por ti- se besaron, eran los amantes que dejarían en ceros las arcas de INMEX, el negocio más jugoso que Ricardo tendría en la vida.


-Hoy quiero hacer la transacción por tres millones de dólares, la cuenta debe ser a nombre de una de las empresas que acordamos, cualquiera de ellas nos va a servir. Luego transfiere un millón a la cuenta que tienes en Islas Caimán, el clásico lugar favorito de los estafadores- le decía a Alejandro mientras miraba por el enorme ventanal la vista perfecta de gran parte de la ciudad.


-¿Me vas a dar un millón?- el joven preguntaba sorprendido


-Así es amor, te lo mereces, tú me diste esas claves, ahora es turno de tu pago, los otros dos millones se quedarán en la empresa fantasma para que sirvan como un “ahorro”- Noriega sonrió al contar su plan, nada podía fallar según él.


-¿Y qué vamos a hacer después? INMEX tiene más que tres millones-


-Mi niño, de eso nos encargaremos luego, los millones restantes los debemos transferir una vez que tengamos al viejo por el cuello, no antes porque todo se podría mal lograr-


-Eres un genio, un maravilloso genio Ricky- le dijo el más joven con mucho entusiasmo


-¡Qué no me llames así!- ofuscado le dio una bofetada- Te he dicho que no me digas de esa forma- el agredido lo miró sorprendido, no esperaba esa reacción


-No tienes por qué golpearme, no es para tanto- Ricardo temiendo que se molestara y echara todo a perder se disculpó…


-Lo siento, tienes razón, ando un poco irritable, el viejo me pone así, mira, ¿te parece si hoy por la noche lo compensamos?-


-De acuerdo…- dijo el otro un poco sentido


-Ya, no te enojes y haz lo que te acabo de decir, esta noche cenaremos por cortesía de INMEX- sonriendo triunfalmente, se acercó y tomó la barbilla de su cómplice, luego de eso se besaron para sellar el pacto.


 


 


Eran las cinco de la tarde, el encargo estaba hecho, Alejandro había cumplido fielmente las instrucciones de Ricardo, al saberlo el segundo se llenó de alegría, era momento del segundo paso…


-Si vas a caminar por terrenos lodosos, busca a alguien que te cargue para que él sea quien se ensucie los zapatos- se dijo mirando su reflejo en el ventanal, tomó el teléfono y habló- Quiero decirte algo importante mi alma… Sí, es urgente ¿puedo ir a tu oficina ahora?... Voy para allá- Sonrió, iba a dar el segundo paso.


 


 


-¡Eso no es posible! Ese imbécil me acaba de robar, ¡Me está robando!- Fernando miraba los documentos que dejaban al descubierto los movimientos bancarios de Alejandro, los cuales Noriega le había dado…


-No te exaltes, esto lo debemos manejar con mucha cautela-


-¿Cómo quieres que lo haga? Pese a todos los blindajes ese maldito me acaba de robar tres millones de dólares- el viejo estaba exaltado


-Debemos mantener la calma, si no caminamos precautoriamente ese ladronzuelo se nos escapará, y debemos hacer que pague por su culpa-


-Quiero que se pudra en la cárcel, que no vea la luz del sol nunca más…-


-Cítalo, llámalo hoy, dile que venga en la noche, que no haya nadie más que la policía esperando tu llamada para que lo capturen-


-No, mejor haré algo más efectivo…- abrió el cajón de su fino escritorio y la mostró- esta hermosura me ayudará- un revolver era lo que sacó, el arma la tenía bajo llave en ese lugar, y la poseía desde hacía años solo por si la dudas.


-Tranquilo, guarda la calma- Ricardo ignoraba la presencia de ese artefacto y su uso podía cambiar todo el plan- No la uses, solo dejala en su sitio y si fuera extremadamente necesario la sacarás…- luego de unos minutos de convencimiento el viejo la guardó en su sitio- Dame la llave…-


-No, esa siempre está conmigo-


-Te digo que me la des, no cometas locuras… dámela- extendió la mano, el poderoso Fernando de Suverville no pudo más que ceder, ese hombre era su locura… su perdición.


-Quiero a esa rata hoy por la noche, llámalo tú, no deseo encararlo hasta la hora marcada-


-Así lo haré, lo voy a llamar y lo encerraremos por esto que te hizo mi alma- se acercó y lo besó en sus marchitos labios- Tu déjalo todo en mis manos, yo lo solucionaré-  salió de la presidencia y tomó su celular…- Alejandro, soy yo mi amor, ven por mí a INMEX y de aquí nos vamos… De acuerdo, a las diez en punto, tengo mucho trabajo pendiente, no seas impuntual, sabes que lo odio, te espero… Yo también, bye.-


El mejor negocio de su vida estaba a punto de cerrarse, sonrió cínica y triunfadoramente, como siempre…


 


 


Las diez de la noche marcaba el reloj de la oficina de Fernando…


-¿Le dijiste que a las diez verdad?- el viejo se hallaba impaciente


-Si mi alma, esa rata no tardará en llegar ¿La policía hará algún operativo?- dijo Ricardo


-Sí, solo a mi llamada ellos llegarán-


-Bien, todo está listo, ese cretino se irá a prisión hoy- ese era el plan, los elementos llegarían solo cuando Fernando llamara, y entre él y el viejo se encargarían de hacer caer toda la culpa en Alejandro, si algo se complicaba escaparía, tendría tiempo suficiente para hacerlo.


 


 


 


-Ricardo…- el incauto había llegado- Ricardo…-


-¡Hey! Aquí estoy- el mentado apareció- ven, necesito unos documentos que están en la oficina de Fernando- lo hizo acompañarlo al lugar de la emboscada. Caminaron y entraron. Alejandro pasó primero…


-¿Qué estás buscando?- el traicionado preguntó, terminaba su pregunta cuando escuchó que el seguro de la puerta era puesto- ¿Qué haces?-


-Cerrándote la escapatoria mocoso ladrón-  fue el dueño de INMEX quien respondió


-Don Fernando…- asustado el chico dijo.


-¿Con que un millón de dólares para ti verdad mocoso?- el viejo preguntó, Alejandro no pudo más que voltear a ver a Ricardo, quien lo miraba desaprobatoriamente


-¿Qué significa esto Ricardo?-


-A mí no me preguntes nada, esto lo explica todo- extendió el documento con la cantidad el chico había transferido a su cuenta


-No seas un desgraciado, tú…-


-¡Cállate imbécil!- Fernando lo golpeó con el puño cerrado- Ningún estúpido ha podido robarme y no serás tu el primero en hacerlo-


-Esto no es así, todo fue un plan de él, ¡de tu amante!- Alejandro señaló al autor intelectual


-Tenía razón, este cretino te culparía- el viejo le dijo a Ricardo, segundos después volvió su vista al acusador- no vas a enlodar a mi mejor negociante, ¡te irás a prisión solo!-


-Es increíble- Alejandro comenzó a reír


-¿Qué te parece gracioso criminal?- Ricardo cuestionó


-Es gracioso el ver que no me equivoqué- siguió riendo


-No te equivocaste ¿en qué?- Noriega volvió a preguntar


-No le sigas el juego, ese mocoso quiere envolvernos, llamaré a la policía- sugirió Fernando a punto de perder los estribos.


- Lo sabía, algo en mi decía que no podía confiar en ti Ricky- el aludido tuvo que morderse la lengua para no reclamar- ¡Ah! Lo siento, odias que te llame como te dice el viejo asqueroso ¿no?-


-¿Qué dices idiota?- en la mente su plan era perfecto, pero Ricardo no contempló que ciertos detalles podrían salirse de control


-Lo que escuchó, para Ricky usted es un viejo asqueroso con el cual se acuesta solo para tener dinero-


-¡Eso es mentira! ¡Eres un mentiroso! ¡Fernando llama a la policía ya!- gritó Noriega


-No, no miento- Alejandro tomó su celular del bolsillo superior de su saco y luego de presionar unas teclas una grabación comenzó a escucharse…  


 


“-Te has tardado mucho en abrir Ricky-


-No me llames así Alejandro, sabes que lo detesto-


-Ya sé, así te llama tu viejito adorado… Ya, ya… lo siento, no fue mi intención-


-Deja de decir idioteces, no estoy de humor, tuve que soportar al asqueroso viejo, yo sí estoy trabajando a nuestro plan, espero que tu estés haciendo lo mismo-


-Sí, descuida mi amor, ya tengo las claves necesarias, solo debemos hacer los movimientos de las cuentas y ¡bingo! Seremos millonarios-


-Me alegra, una buena noticia frente a tantas sensaciones desagradables, me gusta que seas eficiente y fiel, en los negocios siempre debe existir la lealtad, y más para quien te hizo-


-No lo tienes que repetir mi amor. Todo lo hago por ti… solo por ti-“


 


Fernando escuchaba atónito, lo que decía Alejandro era cierto, Ricardo miraba con los ojos muy abiertos, nunca contempló que su amante lo iba a traicionar igual que él.


-¡Tú! Mi cachorrito… mi vida… en quien yo confiaba… ¡Tú maldito traidor!- el viejo millonario lo miraba con ojos desorbitados por la rabia


-Fernando no…- Ricardo intentaba excusarse


-Anda, estamos descubiertos mi amor, ambos caímos, no tengas miedo- de inmediato Fernando miró a Alejandro con rabia. Sintiéndose acorralado y perdido, Ricardo tomó la llave que había guardado y  sacó el arma


-Mira lo que tu cachorrito tiene viejito- el amante de Ricardo volteo y lo miró con el revolver apuntándole...


 


-No me vas a quitar lo que me corresponde por soportarte, no iré a prisión ni mucho menos volveré a la maldita pobreza… ¡Nunca!- gritó desesperado y jaló el gatillo. Miró como el viejo caía, el tiro fue exacto, la frente de Suverville tenía el hueco que la bala dejó. Cuando caía los recuerdos de su pasado, el hambre, la miseria y las veces que tuvo sexo con el viejo se acumularon, miraba con rencor su obra, haría todo lo posible por evitar caer en la cárcel… luego de ver el cuerpo inerte del millonario puso su atención en Alejandro…


-He mentido, engañado, embaucado y…-hizo una pausa breve a para tragar saliva y prosiguió- Y hasta asesinado para cumplir mis objetivos y no serás tú quien me los impida… Te veo en el infierno mi amor- sarcásticamente le dijo, el otro pretendía escapar, abrió la puerta pero el disparo fue más rápido y le dio en la espalda, Alejandro con un poco de fuerzas dio unos pasos hacia afuera pero Ricardo lo alcanzó- Muérete…- dio un disparo más y el cuerpo del joven cayó. No, no volvería a su miseria, se lo juró y lo cumpliría. Levantó la vista y los guardias de seguridad de INMEX se encontraban frente a él. Ricardo tenía la pistola en la mano y a su lado un hombre muerto, detrás el otro cadáver, sonrió triunfalmente al ser descubierto, su negocio se mal logró, pero al menos se desquitó.


 


||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||


 


-Nunca hubiera pasado a más si el cretino de Alejandro no me hubiera traicionado- dijo Ricardo al inspector


-Un mal negocio que empeoró por el uso de un arma- le respondió


-Lo sé, la emoción me ganó, pero no iba a permitir que la pobreza regresara a mí- sonrió cínicamente


-Lo curioso del caso es que ahora serás más pobre que siempre, pues ni de libertad podrás gozar, eso sí es ser pobre realmente- la sonrisa de Ricardo se borró y supo que era verdad…


 


 


Ricardo Noriega fue capturado por la policía gracias al equipo de seguridad de INMEX INC. Encontrado culpable por los delitos de estafa, lavado de dinero y doble homicidio culposo fue condenado a una pena de 135 años de prisión, de los cuales es obligado a cumplir 75, el máximo que puede ejecutar la ley.

Notas finales:

¡Gracias!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).