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Open Mind por yaonita

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Notas del capitulo:

Hola ^^

Sé que dije que no podría publicar hasta el miércoles 3 de septiembre, pero he tenido un huequito y dado que ya tenía el capítulo escrito no quería haceros esperar más ^^

Volvemos con nuestros chicos ¿Cómo seguirán Kiel y Tristán?

Y creo que después de este capítulo sabremos algo importante de Tristán, aunque no se sabrá exactamente el qué XD

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

19. Noche de espuma.

(Kiel)

Estaba en mi residencia acabándome de arreglar, estaba muy indeciso y no sabía que ponerme, esta noche teníamos la cena de Fin de Año y tenía que estar muy guapo y elegante. Aún no sabía si Tristán iba a ir o no, había intentado llamarle en un par de ocasiones pero no me cogía el teléfono, Alex me había dicho que no se encontraba muy bien desde el día anterior.

Estaba un poco harto de las repentinas desapariciones de Tristán, de vez en cuando desaparecía por un par de días y no sabía absolutamente nada de él. Cuando le preguntaba que había pasado, la única explicación que me daba era que no se encontraba bien, o que necesitaba estar solo. Si me consideraba su novio ¿Debía estar con él en los momentos malos no?

Nunca llegaría a comprender del todo la forma de pensar de Tristán, me tenía bastante despistado.

Y a pesar de todo, la relación estaba yendo la mar de bien, no me podía quejar. Si bien es cierto que seguíamos con lo de la relación abierta, nada más regresar de las fiestas navideñas en mi casa ambos habíamos estado con otros chicos, lo sentía mucho más unido a mí, y ya no le notaba esa necesidad de irse con otros chicos a cada momento. Poco a poco se estaba acostumbrando a estar solamente conmigo, y eso me gustaba, de hecho me encantaba.

Una vez listo, intenté llamarle de nuevo, pero nada, obtuve el mismo resultado, nadie me cogía la llamada. Salí de la residencia en dirección al pub, esperaba encontrármelo allí y que no hubiera podido coger la llamada por algún motivo.

Cuando entré al pub solo me encontré a Zen y Roberto que parecían dos quinceañeros haciéndose arrumacos, vaya dos tortolitos, se notaba que lo habían hablado y lo habían arreglado.

- Vaya chicos, parece que se respira mucho amor por aquí – Fue mi saludo.

- Kiel gracias por el consejo – Zen vino corriendo hacia mí y me abrazó – Hablé con Roberto y lo hemos arreglado.

- Ya lo veo – Le sonreí devolviéndole el abrazo.

- Kiel, gracias, de verdad muchas gracias – Ahora fue Roberto el que me abrazó.

- No hay de que chicos, si se nota a leguas lo mucho que os queréis – Le quité importancia a mi aportación a la reconciliación – Parece que soy el primero en llegar.

- Lo eres – Aseguró Roberto – Pero no creo que los demás tarden mucho.

- Pensé que Tristán vendría contigo – Comentó Zen.

- No he sabido nada de él en todo el día – Aseguré apenado – Alex me ha dicho que se encontraba mal, pero es que ni siquiera me coge el teléfono.

- No le des importancia – Me animó Roberto – Ya conoces a Tristán, seguro que si se encuentra mal no quiere que lo veas así.

- Ya, pero al menos podía contestar mis llamadas, al fin y al cabo soy su novio – Dije resignado.

- ¡Ya estamos aquí! Llegó la alegría de la fiesta caris – Ese era Tristán entrando por la puerta a lo grande, como a él le gustaba. Vino hacia nosotros y comenzó a saludarnos a todos con un piquito.

- Hola chicos, sentimos el retraso – Se disculpó Toni que venía justo detrás junto con Alex.

- No os preocupéis, tampoco habéis tardado tanto – Le quitó importancia Roberto – La mesa ya está preparada, sentaros y nos ponemos a cenar. Y todos se fueron a sentar a la mesa.

- Tris, espera – Le cogí del brazo y le aparté a un rincón – ¿Se puede saber porque no me coges las llamadas?

- Lo siento nene ¿No te ha dicho Alex que me encontraba mal? – La verdad es que tenía mala cara – No sabía si iba a poder venir y no quería darte el disgusto. Pero al final parece que me encuentro un poco mejor, y aquí estoy – Me sonrió.

- ¿Qué te pasaba? – Bajé el tono de mi enfado, realmente parecía no haber tenido un buen día.

- No te preocupes nene, solo era un poco de dolor de cabeza – Me besó en la cabeza con dulzura – Anda, vamos a la mesa que nos están esperando para comenzar a cenar – Por algún motivo no me lo creía, Tristán no se habría perdido una cena y la fiesta posterior por un simple dolor de cabeza.

Fuimos hacia la mesa donde nos esperaban el resto, la mesa estaba hermosamente decorada y llena de entrantes deliciosos, no tardamos en comenzar a cenar, era una noche para estar entre amigos.

Entre risas, anécdotas de las fiestas pasadas, buena comida y alcohol, pero con moderación pues luego teníamos que trabajar, fuimos pasando la velada, aunque algo andaba preocupándome. De vez en cuando miraba a Tristán, y se notaba que no estaba del todo bien, por mucho que hiciera un esfuerzo por ser el de siempre, yo me daba cuenta de que algo le pasaba.

- Zen, me alegro de que hayas perdonado al viejo, porque si no le quieres tú el pobre se va a quedar solito – Se rió Tristán.

- Te he dicho que no me llames viejo – Refunfuñó Roberto.

- Vahhh – Le quito importancia Tristán – Y dime Zen ¿Qué tuvo que hacer este pendejo para que le perdonaras? – Preguntó señalando a Roberto.

- Solo demostrarme que me amaba – Contestó Zen con una sonrisa, consiguiendo un beso de Roberto a cambio.

- Pero que cursis que sois – Se rió Tristán.

Seguimos con la cena, disfrutando de los manjares que Roberto nos había preparado para la ocasión. Era curioso ver como de diferentes éramos las tres parejas que estábamos sentadas a la mesa, el amor y confianza que mostraban Alex y Toni después de tantos años de relación, el enamoramiento quinceañero de una nueva relación que estaban viviendo Roberto y Zen, y por otro lado Tristán y yo, que a veces incluso parecíamos extraños, y que parecía que solo nos manteníamos unidos por el sexo.

Sabía que Tristán estaba haciendo un esfuerzo, que realmente estaba intentando que lo nuestro funcionara, pero le sentía tan frío y distante en algunas ocasiones, que ni los momentos buenos podían compensar el vacio que sentía.

No sabía prácticamente nada de él, lo único que sabía de su pasado era que no se llevaba bien con sus padres, ni siquiera sabía cómo había conocido a Roberto y qué relación les unía exactamente. Lo peor de todo era que, cuando intentaba conocerle un poco mejor se cerraba en banda o desviaba la conversación hacia alguna frivolidad. Siempre estaba echando balones fuera.

- ¿Te ha gustado la cena? – Estábamos ya en la sobremesa, disfrutando de los postres y esperando a que llegara la hora de las campanadas de Fin de Año.

- Estaba todo muy rico – Sonreí.

- ¿Te pasa algo? Te he notado muy callado – Se puso serio.

- No es nada – Mentí.

- Vamos Kiel, sé que algo te preocupa – Insistió.

- Es solo que no me creo que solo tuvieras dolor de cabeza, y me duele que no confíes en mí – Confesé al fin – Es como si fuéramos dos extraños.

- A, eso… – Pareció pensar como seguir – Tienes razón no fue solo dolor de cabeza, me encontraba mal, estaba bastante mareado así que Alex y Toni me acompañaron al médico, pero no es nada no te preocupes, el médico me ha dicho que me faltaban vitaminas, me ha dado unos comprimidos vitamínicos y listo.

- Y porque no me dijiste nada, podía haberte acompañado yo al médico – Comenté molesto – Soy tu novio deberías contar conmigo para esas cosas.

- Lo siento Kiel no quería preocuparte, además tenía a Alex y Toni más a mano, no quise molestarte – Aseguró.

- Es que les veo a ellos – Señalé a las otras dos parejas que mantenían una conversación que parecía divertida – Y luego nos miro a nosotros, y pienso que no tenemos nada que ver ¿Tú me quieres Tris? – Pregunté al fin.

- Kiel, nosotros tenemos una relación diferente, además llevamos menos tiempo juntos, es normal que se nos vea diferentes, pero creo que estamos bien ¿No? – Evitó responder mi pregunta.

- En relación al sexo sí, estamos bien, pero no hay nada más, no sé prácticamente nada de ti, no te abres a mí emocionalmente y eso me está matando por dentro – Confesé.

- Sabes que estoy haciendo un esfuerzo, incluso he ido a tu casa a pasar las fiestas, no tienes derecho a recriminarme nada – Se enfadó – Cuando comenzamos con esto sabias perfectamente lo que te ofrecía, ahora no puedes pedirme más – Se levantó de la mesa y salió por la puerta, yo fui tras él recibiendo una mirada extrañada por parte del resto.

- No me dejes plantado en medio de una conversación – Grité furioso al salir y encontrármelo en la calle fumándose un porro – ¿Ahora te vas a drogar?

- Es un simple porro, no te hagas el santurrón – Protestó.

- Entiéndeme Tris, yo necesito algo más – Suspiré.

- Pues yo no puedo darte más, tú sabías perfectamente lo que te esperaba conmigo, si necesitabas más haberte quedado con Luis, seguro que ambos seriamos más felices – Atacó.

- No metas a Luis en esto – Recriminé.

- ¿Por qué? – Me miró fijamente – ¿A caso te crees que no sé qué te sigues escribiendo con él?

- Somos amigos – Confesé – Eso no tiene nada de malo. Además Luis no es el problema, el problema es que a veces parece que solo me quieres para el sexo, te lo volveré a peguntar ¿Me quieres? – Esperé su respuesta, una respuesta que no llegó. Tris se había quedado mudo, ni siquiera me miraba – Esta bien, tomaré ese silencio como tu respuesta. Se acabó nuestra relación “abierta”, si es que a eso se le puede llamar relación, ahora puedes tirarte a quien te dé la gana sin remordimientos, aunque creo que eso ya lo hacías – Volví a entrar dejándolo a él solo con su porro.

(Tristán)

Mierda, este día no podía estar yendo peor.

Cuando me desperté, sentí ese dolor, un dolor de sobras conocido. No tenía ni fuerzas para levantarme, y me encontraba fatal. Me levanté como pude, y fui a ducharme para ver si así se me pasaba, pero después de la ducha me sentía igual.

Salí a desayunar, y me encontré a Alex y Toni en la cocina preparando el desayuno. En cuanto me vieron se dieron cuenta de que algo andaba mal.

Yo quería quedarme en casa descansando pero ellos insistieron en llevarme al médico, una revisión, algún que otro consejo ya manido, unas pastillitas y para casa de nuevo. No tenía que haberme molestado en ir, siempre era lo mismo.

Cuando volvimos a casa, me encerré en la habitación e intenté descansar, por nada del mundo me quería perder la cena de esta noche y la posterior fiesta, no quería dejar solo a Kiel.

Llegada la hora me encontraba algo mejor.

- ¿Cómo te encuentras? – Preguntó Alex desde la puerta, la había abierto con cuidado para no despertarme si estaba dormido.

- Algo mejor, aunque estoy muy cansado – Confesé – Pero ahora me cambio y vamos a la cena.

- No es necesario que vengas esta noche si no te sientes bien, los chicos lo entenderán – Se acercó a mí, y sentándose a la cama comenzó a acariciarme la espalda.

- Es una noche importante no quiero perdérmela – Intenté sonreír – Además no puedo fallar a Kiel.

- No te preocupes por Kiel, él sabe que te encuentras mal, lo entenderá – Argumentó – Eso sí, deberías haberle cogido alguna llamada, está preocupado.

- No me veía con fuerzas de hablar con él – Aseguré – Además, tampoco es para tanto, ahora me arregló y salimos.

- Ya, como quieras – Se levantó y volvió a salir sin decir nada más.

A los pocos minutos ya estaba arreglado y completamente listo para lo que restaba de noche. Lo que no esperaba era discutir con Kiel.

¿Es que a caso no entendía mi forma de ser?, ¿No sabía que estaba esforzándome por estar con él?, ¿Aún necesitaba más?

Tiré el porro al suelo completamente molesto, no quería que lo nuestro se acabara, no ahora que las cosas comenzaban a ir mejor. Decidí ir tras él, y pedirle perdón. Increíble, yo, Tristán, yendo detrás de un chico para pedirle perdón, sin duda había cambiado mucho ¿Como Kiel no se daba cuenta?

Al entrar lo busqué con la mirada, me chocaba mucho ver la mesa que había preparado Roberto en medio de la pista, era muy curioso. Los chicos estaban en la barra, charlando con una copa de champagne en la mano esperando a que llegara la hora de las campanadas. Luego habría que recogerlo todo rápido para prepararse para la gran fiesta que tendríamos después en el Open Mind, y que empezaba a la una de la madrugada.

Pude ver a Kiel en un rincón, sentado en el suelo y con la cabeza escondida entre las rodillas, me dolió mucho verlo así. Me acerqué a él lentamente, pensando en cómo empezar con mi disculpa.

- ¿Podemos hablar? – Dije nada más llegar a su lado.

- Vete, no hay nada más que decir Tristán – Ni siquiera levantó la cabeza.

- Sé que soy un chico difícil Kiel pero de verdad que quiero intentarlo – Comencé mi discurso – Pero no es fácil para mí, siempre he sido muy independiente y no me gusta depender de nadie.

- Lo sé Tristán, el problema no es tuyo el problema es mío – Levantó al fin la cabeza – Tú me dejaste las cosas muy claras desde un principio, y pensé que podría sobrellevar lo de la relación abierta, pero no puedo, yo no soy así Tris, yo… necesito sentir que el chico con el que estoy me quiere y me respeta.

- ¿Y a caso yo no te quiero ni te respeto? – Le reté.

- No lo sé, nunca me los has dicho – Me recriminó – Y ese es el problema Tris, no sé qué es lo que realmente sientes por mí, y a veces pienso que estás conmigo solo por el sexo.

- Sabes que no es así, si solo fuera sexo serias uno de mis “Follamigos”, tú eres especial – Me acerqué a él y me arrodillé para estar a su altura – Sé que no suelo decírtelo, porque no estoy acostumbrado Kiel, pero te quiero – Me miró completamente sorprendido.

- ¿De verdad? – No se lo creía.

- Si, de verdad – Aseguré. Aunque era algo que yo mismo acababa de descubrir – Por eso estoy intentando cambiar por ti, pero no me pidas que lo haga de golpe, déjame hacerlo a mi ritmo.

- No sé si voy a poder seguir así Tris, lo paso muy mal cuando te veo con otro chico – Reconoció.

- ¿Y si te prometo que serán contadas las ocasiones en que estemos con otros chicos? – Insistí.

- ¿Algún día tendrás suficiente solo conmigo? – Me miró con suplica.

- No me mires así, haces que me sienta culpable – Me levanté de nuevo apenado.

- Entiéndelo Tris, haces que piense que yo no soy suficiente para ti, y eso no me gusta – Se levantó el también poniéndose a mi altura.

- No es que no tenga suficiente solo contigo, es que no quiero depender de ti, ni que dependas de mí, mierda ya no sé cómo explicarme – Me puse nervioso, siempre había tenido las ideas muy claras pero ahora mis convicciones empezaban a tambalearse por culpa de Kiel.

- Está bien Tris, no te pongas nervioso – Me abrazó intentando tranquilizarme – Me conformo con saber qué me quieres, y que poco a poco cada vez irás siendo más mío, aunque de vez en cuando seas de otro por quince minutos.

- Eres demasiado bueno – Susurré.

- No soy bueno, mi problema es que estoy enamorado de un tonto – Sonrió y luego me besó – Anda, vamos a volver con los chicos, pronto sonaran las campanadas y quiero celebrarlo con ellos.

- Si, vamos – Cogidos de la mano fuimos hacia la barra donde estaban los demás.

- Bienvenidos chicos, tened – Roberto nos dio una copa de champagne a cada uno y una bolsa con cotillón. En la gran pantalla de la pista se podían ver las imágenes del reloj que habitualmente marcaba el fin y el comienzo de un nuevo año, solo faltaba un minuto para que sonaran las doce de la noche.

- Cinco, cuatro – Todos comenzamos a hacer la cuenta atrás junto a los presentadores de turno – Tres, dos, uno ¡Feliz Año Nuevo! – Exclamamos todos a la vez y brindamos con nuestras copas, después de brindar empezamos a tirarnos el confeti y las serpentinas por encima unos a otros y llegado el momento cada uno cogió a su pareja y empezó el nuevo año besando a la persona que más amaba, y deseando que esa persona siguiera a su lado por mucho tiempo. Yo pedí un deseo más, pedí poder celebrar de nuevo, con las mismas personas, el próximo Fin de Año.

- Lástima que tengamos que trabajar porque siempre he soñado con empezar un año nuevo follando – Bromeé con Kiel al romper el beso.

- Pues tendrá que ser otro año campeón – Se rió conmigo.

- Chicos, siento estropear el momento, pero en una hora abrimos y hay que recoger todo esto y tenéis que cambiaros – Actuó de jefe Roberto.

- Aguafiestas – Protesté.

- Vamos chicos, Roberto tiene razón – Apoyó Zen a su novio.

- No defiendas al jefe Zencito, el viejo sabe defenderse solo – Me reí.

Entre risas y diversión, fuimos recogiéndolo todo, teníamos que dejar el pub listo para la gran fiesta. Cuando estuvo todo recogido fuimos a los vestuarios a cambiarnos, teníamos que ponernos el uniforme que esa noche iba a ser muy, pero que muy, sexy.

- ¿Qué ha pasado entre tú y Kiel? – Me preguntó Alex, que se había quedado a solas conmigo en el vestuario.

- Hemos tenido una pequeña discusión, pero ya está todo arreglado – Le informé.

- Yo pensaba que había ido todo genial durante las fiestas en su casa – Comentó con sorpresa.

- Y así era – Confesé – Pero supongo que Kiel no tiene suficiente, no sé si voy a poder darle todo lo que necesita pero lo intentaré.

- No seas tonto y no dejes que se canse – Me aconsejó – Es un chico estupendo Tristán, y está haciendo mucho por ti.

- ¿Te crees que no lo sé? – Le miré molesto – Y por eso me siento fatal, pero no puedo hacer más, yo… no puedo.

- Al menos no le hagas daño – Se fue algo decepcionado. Una vez más, había decepcionado a alguien a quien quería.

Salí tras él ya cambiado, en apenas unos minutos abrirían las puertas del pub. Aunque tenía que trabajar iba a intentar pasármelo en grande, debía compensar a Kiel por lo mal que me había portado con él, así que iba a disfrutar esta noche con él a lo grande.

- Chicos ¿Preparados para la gran fiesta? – Pregunté nada más llegar a la barra donde estaban los chicos.

- Espero que estéis preparados porque menuda cola que hay – Apareció Roberto – Hoy va a haber mucha gente, espero que todo salga bien.

- No te preocupes viejo todo saldrá de maravilla – Le guiñé el ojo.

Las puertas se abrieron y la gente comenzó a entrar de manera continua, era increíble la popularidad que había ganado el Open Mind, me sentía orgulloso porque en parte había colaborado al éxito.

Había tanta gente que apenas podíamos movernos de la barra, me hubiera encantado hacer una visita al almacén con Kiel, pero si lo hubiera hecho Alex, Toni y Zen me habrían matado por dejarlos solos.

Estaba siendo una fiesta monumental, de vez en cuando caía confeti brillante sobre la pista, confeti que se impregnaba en nuestros sudados cuerpos, también había globos plateados por todos lados y luces nuevas y cegadoras. Ya habíamos hecho dos shows la mar de provocativos y los clientes estaban como locos, pero aún faltaba lo mejor.

Roberto cogió un micrófono y anunció lo más espectacular de la noche, la batalla de espuma. Instó a que todos se acercaran a la pista central, así que cogí a Kiel y sin darle opción a negarse, lo arrastre hasta uno de los dos pódiums que habíamos montado en el centro de esta. Alex y Toni fueron al otro pódium y Zen se quedó en la barra.

- ¿Estás listo para pasártelo en grande? – Le sonreí.

La música comenzó a sonar así que no tuvo tiempo de contestarme, comenzamos a bailar de manera sexy y muy provocativa, calentando el ambiente como a mí me gustaba. Pasé uno de mis brazos por su cintura, para sentir mucho mejor los insinuantes movimientos de nuestras caderas. Después comencé a pasar mi lengua por su cuello, con lametones exagerados para el público que no paraba de mirar los pudiera ver a la perfección. Sólo llevábamos unos bóxers muy cortos y muy ajustados, plateados al igual que la decoración de esa noche, así que podía sentir perfectamente su sudada piel contra la mía.

- Vamos a hacer que la gente se corra solo de vernos – Le susurré al oído mordiéndole el lóbulo al acabar – Sígueme el juego nene – Y acto seguido me di la vuelta, dejando así mi espalda contra su pecho, y lo mejor de todo, mi trasero frotando su entrepierna.

- Eres el diablo en persona – Susurró ahora él en mi oído. Pasó sus brazos por mi cintura y comenzó a acariciar mi vientre, subiendo poco a poco sus manos por mi pecho hasta llegar a pellizcar uno de mis pezones. Todo esto al ritmo de la música, una música insinuante y tentadora.

- Tú no te quedas corto… ahhh – Si no hubieran cientos de ojos puestos sobre nosotros, en ese mismo instante le desnudaría y le haría de todo, pero debía controlarme al menos un poco.

- ¿Crees que ya estarán lo suficientemente calientes? – Podía ver sus caras babeantes, sus ojos con destellos de deseo, sus manos controlando la furtiva erección, si, sin duda estaban ya bastante calientes.

- Estan calientes, pero vamos a darles más motivos todavía – Y dicho esto me incliné completamente hacia delante, frotando mi trasero de manera insinuante contra su entrepierna, poniéndome el dedo en la boca simulando inocencia mientras Kiel me sujetaba de las caderas. Me encantaba provocar.

- Bueno, bueno, bueno, parece que esto va a arder – Animó Roberto por el micrófono – Necesitamos enfriar el ambiente ¿Qué os parece si empezamos la batalla de espuma? – Y todo el mundo comenzó a vitorear y pedir que comenzáramos con la espuma.

- Te has pasado Tristán, seguramente más de uno se ha corrido en los pantalones – Se rió Kiel cuando me alcé para ponerme de nuevo a su altura.

- Hoy es una noche especial, hay que provocar a tope – Me reí yo también. La música cambió a una más fuerte y potente, y los cañones de agua que había contratado Roberto para esta noche comenzaron a lanzar espuma por todos lados. Era una locura – Es genial Kiel – Comencé a saltar sobre el pódium al ritmo de la enloquecedora música – Chicos esto es increíble – Les grité a Alex y Toni que estaban al otro lado, también saltando como nosotros. La gente que estaba en la pista se lo estaba pasando en grande, algunos habían comenzado a quitarse las camisetas que estaban empapadas, otros bailaban sin control alguno entre la espuma. Era increíble.

- Tris, en mi vida me lo había pasado tan bien – Se reía Kiel – Es genial – Volví a acogerle entre mis brazos, para sentir su cuerpo pegado al mío mientras seguíamos bailando.

Estuvimos así, disfrutando de la espuma y el agua que de vez en cuando nos echaban con mangueras durante un buen rato, nos lo estábamos pasando en grande. En un momento dado fuimos hacia Alex y Toni para divertirnos con ellos también, no quería que esto acabara.

- Rubiales dame un beso para celebrar el nuevo año – Grité alegremente – Si tu novio lapa no se enfada claro – Me reí.

- Creo que Toni me perdonará por esto – Se acercó a mí riendo y me besó, fue un ligero piquito evidentemente, no era cuestión de provocar al demonio de Toni.

- Yo te perdono, pero también quiero mi beso – Se rió ahora Toni – Ven Kiel vamos a demostrarles lo que es un beso en condiciones – Toni se acerco a Kiel y le dio un morreo en toda regla – ¿Os ha gustado? – Nos miró con una sonrisa picara – La próxima vez que os beséis delante de mí, Kiel y yo haremos algo mucho más intenso – Nos guiñó un ojo con una sonrisa – ¿Verdad Kiel?

- Por mi no hay problema – Se rió Kiel.

- Sois lo peor – Se rió también Alex, aunque luego agarró a Toni entré sus brazos y literalmente lo devoró – Pero recuerda Toni que eres mío – Dijo al romper el beso.

- Y tú mío no lo olvides – Toni pasó sus brazos alrededor del cuello de Alex y lo volvió a besar.

- Kiel, tú puedes besar a Toni cuando quieras, pero la próxima vez invítame a mí también – Me reí yo, recibiendo a cambio un pequeño empujón de Kiel.

- Tonto – Protestó.

Lamentablemente los momentos divertidos tuvieron que acabar pronto, habíamos dejado al pobre Zen solo en la barra así que debíamos volver para ayudarle. Mojados como estábamos volvimos a nuestro trabajo, aunque el resto de la noche fue igual de divertida, esta vez incluyendo en nuestras bromas también a Zen y a Roberto.

Seguía encontrándome mal, pero debía esforzarme porque nadie lo notara, no quería preocupar a nadie innecesariamente, seguramente al día siguiente me encontraría mejor, no debía estropearles la noche por una tontería.

Al menos había arreglado las cosas con Kiel, y habíamos pasado una noche estupenda, ahora debía intentar seguir cambiando poco a poco para, en algún momento, ser merecedor del amor que Kiel sentía por mí.

Pero seguía teniendo miedo, miedo a hacerle sufrir, miedo a no poder cumplir con sus expectativas, miedo a una realidad que no podía evitar.

***
Notas finales:

¿Os ha pasado alguna vez que tenías una idea y al escribir el capítulo este ha ido cambiando involuntariamente hasta convertirse en otra cosa? A mí me paso con este capítulo XD

Tenía pensado algo romántico y empalagoso, pero Kiel y Tristán me provocan dudas y discusiones XD Espero ponerle remedio en el próximo capítulo XD

Agradecer sus reviews a Joakin, Ana, Yuko, Haru, Ushio, Orenjiyuu y SamZel ^^

Voy a seguir con mis vacaciones, nos vemos el próximo miércoles ;)

Un beso

Yaonita


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