24. Intentando evitarle.
(Kiel)
Abrí los ojos lentamente al oír el despertador del móvil. El cuerpo a mi lado comenzó a removerse y yo miré la hora para comprobar que, efectivamente, ya era la hora de irme.
Me senté en la cama y comencé a estirarme para desperezarme, tenía mucho sueño pero hoy tenía un día muy movidito y debía levantarme temprano, no podía hacerme el remolón.
- ¿Ya es la hora? – Unos fuertes brazos rodearon mi cintura – Quédate un poquito más amorcito.
- No puedo Luis, sabes que debo ir pronto hacia el conservatorio – Hoy tenía una exhibición, había conseguido clasificarme por primera vez en solitario tocando el piano y estaba bastante nervioso.
- ¿Quieres que te acompañe? – Preguntó dándome un dulce beso en el cuello.
- No puedes acompañarme en los ensayos – Sonreí.
- Vaya lata – Protestó – Pero allí estaré sin falta para verte en la actuación, seguro que lo vas a hacer genial, seré tu fan numero uno.
- Gracias – Me giré para darle un beso y me levanté para ir a ducharme.
- ¿Tienes que pasar por tu piso o ya lo trajiste todo? – Pude escuchar que me preguntaba justo antes de meterme en la ducha.
- Traje la mochila con todo preparado, iré directamente al conservatorio – Así era mucho más fácil.
- Entonces me puedo duchar contigo y hacerte perder un poquito de tiempo – Apareció en la puerta del cuarto de baño y comenzó a quitarse los bóxers para meterse conmigo en la ducha.
- Que malo eres – Me reí – Pero que sea rápido, no quiero llegar muy tarde.
(Tristán)
Me miré en el espejo atentamente. Tenía una cara horrible no tenía que haber estado de marcha anoche, eso me iba a pasar factura a lo largo del día.
Me lavé la cara para despertarme del todo, hoy tenía exhibición así que debía estar pronto en el conservatorio. Abrí el armario del lavabo y cogí el bote de las pastillas, saqué las dos que me tenía que tomar cada mañana, y con la práctica que otorgaba la experiencia las lancé al aire para metérmelas en la boca de manera acrobática y me las tragué con la ayuda de un poquito de agua. Luego volví a guardar el bote de pastillas en su sitio y cerré de nuevo el armario.
Sonreí para mis adentros, si tenía los suficientes reflejos como para haber pillado las pastillas en el aire era que tampoco estaba tan mal ¿No?
Rápidamente me duché, me sequé todo el cuerpo con la toalla y luego, tras ponerme los bóxers, salí del cuarto de baño para acabar de arreglarme. Al llegar a mí habitación recordé que no estaba solo.
- Vosotros, despertad, la noche no ha estado mal pero ya es hora que os vayáis guapos – Cogí la ropa que había por el suelo y la lancé sobre la cama, encima de los dos chicos que había en ella y de los cuales ni recordaba su nombre.
- ¿Qué hora es? – Preguntó uno de ellos al tiempo que se desperezaba.
- La hora de irse monada – Seguí recogiendo la ropa que estaba esparcida por el suelo – Venga campeón, a mis compañeros de piso no les hará gracias encontraros aquí – Desperté al otro que seguía profundamente dormido.
Después de deshacerme de mis dos invitados imprevistos salí al salón a desayunar, allí me encontré a Alex y Toni que ya estaban despiertos.
- Parece que tuviste compañía anoche – Comentó algo molesto Toni.
- Siento haberlos traído aquí pero es que no teníamos otro sitio al que ir – Le quité importancia.
- Es tu piso, puedes traer a quien quieras – Intervino Alex – El problema es que no nos dejaste dormir con tanto ruido.
- Claro, olvidaba que como vosotros lleváis tanto tiempo juntos ya no sabéis lo que es el sexo duro – Me reí. Después fui hacia la cocina para prepararme algo de desayuno.
- El problema es que últimamente tienes mucho sexo duro, y nosotros apenas podemos dormir – Refunfuñó Toni.
- Yo no tengo la culpa de tener una vida sexual muy activa – Repliqué desde la cocina – Yo no me quejó cuando os pillo haciéndolo en cualquier rincón, y eso si que es vomitivo os lo aseguro.
- Si vomitivo, ya te gustaría a ti participar – Se rió Alex.
- No te lo voy a negar amorcito, pero como sé que no me dejareis participar, me provocáis arcadas – Me reí de nuevo.
- ¿Estás listo para la exhibición? – Preguntó Toni algo más tranquilo.
- Absolutamente preparado para ganar como siempre – Presumí – Voy a arrasar.
- Está vez competirás con Kiel, no vamos a saber a quién animar – Comentó con burla Toni.
- Si no queréis que os eché del piso me animareis a mí – Bromeé – Kiel ya tendrá a su noviecito Luis para que lo anime.
- ¿Celoso? – Alzó una ceja interrogante Toni, se lo estaba pasando genial burlándose de mí.
- Para nada – Y tras coger algo para comer rápido por el camino, cogí el resto de mis cosas y me dispuse a salir – Me voy chicos, nos vemos luego – Me despedí.
- Adiós rompecorazones – Se rió Alex.
Hacía tres meses que Kiel y yo habíamos roto y las cosas habían cambiado mucho. Kiel al poco tiempo comenzó a salir con Luis, quizás no me amaba tanto como decía si se recuperó tan pronto de nuestra ruptura. Yo me alejé de él completamente, me dolía estar cerca de él y no poder abrazarle o besarle.
¿Sentía celos de su relación con Luis?
Evidentemente sí. Me dolía no poder darle lo que necesitaba, no poder ser yo el que estuviera a su lado, pero al mismo tiempo sabía que era lo mejor para los dos, así que me sentía feliz por él. Miento, quería sentirme feliz por él, pero me moría por dentro cada vez que los veía juntos.
Y desgraciadamente eso pasaba muy a menudo ya que el plasta de Luis no se despegaba de Kiel en ningún momento, que chico más empalagoso, no entendía como Kiel se había podido enamorar de él.
(Kiel)
Faltaba poco para comenzar con la exhibición, a mí me había tocado actuar en tercera posición y estaba de los nervios. Los ensayos habían ido bien así que debía tranquilizarme, pero no podía evitar tener ese pánico escénico que cualquier artista tiene antes de actuar ante un montón de gente.
Había salido a saludar a Luis y los chicos, todos estaban sentados juntos y preparados para ver las actuaciones, Tristán también iba a actuar pero no le había visto en toda la mañana. A veces pensaba que me evitaba, en realidad estaba convencido de que me evitaba.
Tres meses habían pasado de nuestra ruptura, y si bien al principio me resultó duro, con la ayuda de Luis pude olvidarme de Tristán.
Tristán desapareció durante un par de semanas y, tras eso, volvió a reaparecer como si nada hubiera pasado, con una sola excepción, hacía como si yo no existiera.
Apenas me hablaba, solo me dirigía la palabra cuando no había más remedio, cuando yo quedaba con los chicos fuera del trabajo él no venía, y en el conservatorio me evitaba por completo. Eso sí, no se escondía y continuamente lo veía con uno u otro chico dándose el lote por los pasillos.
Cuando empecé a salir con Luis me sentí algo culpable, quizás tenía que haber esperado un poco más para intentar algo con él, pero ante la nula reacción de Tristán a la noticia todo sentimiento de culpa se me fue. Era como si a Tristán le importara más bien poco que yo saliera con Luis, no solo eso, era incluso como si se alegrara ya que eso le daba vía libre para no esconderse y poder enrollarse con cualquier chico delante de mí, y sin remordimiento alguno. Aunque en realidad eso ya lo había hecho siempre, nunca le había importado.
No podría decir lo que ahora mismo siento por Tristán, decepción, tristeza, indiferencia… no… no lo sé exactamente.
Entre estúpidos pensamientos, oigo como me llaman, por fin ha llegado mi turno. Salgo al escenario con total seguridad, aunque sea fingida, y tras saludar como es debido al público y al jurado, me siento ante el piano de forma teatral y me preparo para tocar.
Mis dedos comienzan a moverse, acariciando las teclas del piano con maestría, me dejó llevar por las notas de la sonata K141 de Scarlatti que es la pieza que elegí tocar. Una corriente de energía pasa por todo mi cuerpo, la música se adentra en todo mi ser y me olvido de todo lo que hay a mi alrededor, me dejo llevar y envolver por el sonido de las notas.
Casi sin darme cuenta, ya que estaba completamente absorbido por la música, llega el final de la sonata y una lluvia de aplausos y vítores me despierta del trance en el que me había visto envuelto. Abro los ojos y veo a la gente de pie aplaudiendo, sonrió satisfecho con mi trabajo y me despido con una sonrisa. No puedo estar más agradecido.
Por un momento me había parecido ver a Tristán mirando en un rincón del escenario, pero al salir ya no le veo, puede que hayan sido imaginaciones mías. Estoy muy emocionado, necesito celebrarlo con alguien.
- Chicos, chicos ¿Qué os ha parecido mi actuación? – Aprovecho un descanso entre actuación y actuación para ir corriendo hacia ellos y lanzarme a preguntar.
- Has estado maravilloso cariño – Luis me abraza y me besa.
- No sabía que tocaras tan bien, ha sido espectacular – Me sonríe Toni.
- Magistral, la gente estaba súper atenta escuchando – Comenta Alex.
- Has estado estupendo, seguro que ganas – Asegura Zen y Roberto a su lado asiente con la cabeza.
- No sé, está muy difícil hay mucho talento, pero me conformo con haberlo hecho bien – Sonrió orgulloso.
- Vas a ganar, eres un genio – Luis me abraza por la cintura y me besa en la mejilla – Te hemos reservado un asiento para que veas el resto de actuaciones con nosotros.
- Genial, así podré ver a mis rivales – Estaba a punto de comenzar la próxima actuación, así que nos sentamos para seguir viendo el espectáculo.
Una por una iban pasando todas las actuaciones, por ahora, y según los chicos, la mía era la mejor, todos aseguraban que tenía muchas posibilidades de ganar. Yo no quería hacerme muchas ilusiones, era mi primera actuación en una exhibición, sería demasiado ganar en mi primera actuación.
Además me inquieta la actuación de Tristán, todo el mundo sabe que siempre es uno de los favoritos a ganar, llevaba un tiempo sin presentarse a las preselecciones y nadie había visto su actuación ¿Con qué nos sorprendería?
No sé muy bien porque había dejado de participar en las preselecciones, había rumores que decían que lo pillaron teniendo sexo con uno de los profesores que suele ser jurado, un profesor llamado Jean Poul Piferré, y que como castigo le prohibieron participar por un tiempo. Además al profesor lo expulsaron del jurado, y no lo expulsaron del conservatorio por ser Tristán mayor de edad, pero se llevó una buena reprimenda con multa incluida.
Apenas quedan tres actuaciones para acabar con la exhibición, el próximo en salir es Tristán y todo el mundo se emociona, sin duda tiene muchos fans.
Tarda un rato en levantarse el telón, parece que tiene decorado y lo están montando, la expectación en el auditorio es evidente y va en aumento. Noto como Luis me mira con curiosidad, seguramente se ha dado cuenta de mi propia expectación, siempre me ha gustado ver bailar a Tristán y eso no lo voy a negar ni tampoco va a cambiar.
Los demás chicos me miran sonrientes e igualmente expectantes.
- Hay que ver lo que le gusta a Tristán hacerse el interesante – Resopla Toni provocando las risas de todos.
Por fin, y después de unos cinco minutos, se abre el telón y aparece el decorado. Es como una especie de salón viejo, con un viejo sofá y falsas pareces desgastadas, una triste mesa con dos sillas, un viejo colchón, una moqueta polvorienta y algún que otro cuadro. Tristán está subido al alféizar de lo que parece una ventana, está todo en una media penumbra hasta que comienza a sonar la música y todo se ilumina con una tenue luz. Tristán salta de la ventana y comienza su coreografía.
Sin duda es impresionante, comienza a realizar una serie de movimientos como si fuera un muñeco, con pasos que parecen torpes o improvisados pero que sin duda están más que preparados y estudiados al milímetro. Su vestuario también es sorprendente, solo lleva unos bóxers de color carne nada más, de lejos incluso parece que vaya desnudo. Pero lo que más me sorprende es su pelo, se ha rapado el pelo muy cortito, de su mata de pelo oscuro apenas quedara un escaso centímetro.
Su actitud y expresión escénica es abrumadora, consigue que te identifiques con él y con los sentimientos que intenta transmitir. No puedo apartar la mirada del escenario, lo observo con la boca abierta y los ojos bien abiertos.
Cuando acaba la actuación, el público que estaba igual de absorbido y boquiabierto que yo, se levanta de inmediato de sus sillas y comienza a aplaudir enloquecedoramente. “Mierda, no tengo nada que hacer contra esto” pienso al mismo tiempo que me levanto para aplaudir yo también. Miró a mi lado y descubro a un Luis que aparta la mirada, demasiado tarde, para que no me dé cuenta de que me estaba observando. Miro al resto de los chicos y todos sonríen orgullosos, sin duda Tristán es un genio, y cuando se toma algo en serio demuestra lo que sabe y puede llegar a hacer.
- Lo siento Kiel, pero Tristán te lo ha puesto muy difícil – Roberto me da una palmadita en la espalda para animarme – Pero la cosa esta entre tú y él, eso seguro.
- El cabrón es bueno – Suspiro algo desanimado, no hay manera de que pueda ganarle con una actuación así. Hoy se ha salido.
Al rato aparece Tristán, contento pero serio, seguramente se ha puesto serio al verme a mí junto a Luis.
- Chicos ¿Qué tal habéis visto la actuación? – Pregunta en general, aunque obviamente sin mirarme a mí ni a Luis.
- Enhorabuena Tristán, has estado increíble – Comenta Alex – La cosa esta entre tú y Kiel.
- Ohhh, vaya Kiel siento no haber podido escuchar tu actuación pero estaba preparándome – No sé si creerle, estoy casi seguro de haberlo visto mirándome.
- No importa, lo importante es que el jurado me haya oído y le haya gustado – No voy a caer en su provocación.
- Y lo importante es que a su chico le ha encantado – Luis hace notar su presencia, abrazándome por la cintura y dándome otro beso en la mejilla.
- Mucho me temo que su chico no tiene boto en la decisión final – Una sonrisa torcida aparece en Tristán – Me alegro de que no te hayan afectado los nervios, recuerdo que antes te ponías muy nervioso y tenía que ayudarte para que te calmaras – Me sonrojó al recordar cómo me ayudaba a sobrellevar los nervios, el muy maldito lo ha dicho a posta.
- Ahora mi chico – Acaricio el brazo de Luis – Me ayuda a no ponerme nervioso.
- Me alegro – Sonríe aunque solo con su cara, sus ojos parecen vacios – Yo ya me voy, pronto darán el resultado, tú también deberías irte pronto Kiel, el segundo o el tercer premio serán tuyos – Dice señalándome, y con burla en la mirada para luego darse la vuelta e irse por donde ha venido después de despedirse del resto, que han asistido atónitos a nuestra charla.
- El muy creído parece que tiene claro que va a ganar – Comenta un molesto Luis.
- Tristán es así – Le quito importancia.
Me despido yo también de los chicos y voy camino a la parte de atrás del escenario, allí es donde se reúnen todos los que han participado en la exhibición para esperar los resultados, se respira mucho nerviosismo. Todo el mundo está muy emocionado y nervioso, yo simplemente espero mientras veo al otro lado a Tristán hablando con Santi tan cariñoso como siempre.
No hay sorpresas, Tristán ha ganado y yo tengo que conformarme con el segundo puesto, aunque en realidad es más de lo que me esperaba debo sentirme orgulloso, no me puedo quejar es mi primera actuación y he conseguido un segundo puesto. Aunque muchos dirían que el segundo es el primero de los perdedores.
A la salida me esperan los chicos y puedo ver como Luis viene corriendo hacia mí.
- Cariño no es justo, tú te merecías ganar más que ese creído – Me abraza para animarme.
- No digas eso Luis, Tristán lo hizo muy bien, se ha merecido el premio – Me separo de él no sin antes darnos un beso – A la próxima quizás tenga más suerte.
- Los dos sois estupendos, primero y segundo, nuestros amigos son los mejores – Sonríe Zen.
- A la próxima quizás tú seas el primero y Tristán el segundo – Me anima Alex.
- Cualquiera de los dos podía haber ganado – Comenta Toni.
- Gracias chicos, la verdad es que estoy orgulloso de mi puesto, es mi primera actuación no podía pedir más – Sonrío.
- Aquí llega el rey – Tristán aparece como siempre montando un show, y… acompañado de Santi lo que también es habitual últimamente.
- Tristán no sé como lo haces – Se ríe Alex.
- Es un maldito afortunado – Se ríe también Roberto.
- No es suerte, es talento – Contesta Tristán orgulloso.
- Y ¿Se puede saber que ha pasado con tu pelo renacuajo? – Pregunta un divertido Roberto.
- Que pasa viejo ¿No te gusta? – Levanta una ceja curiosa Tristán – Yo que lo había hecho por ti, para ver si dejabas a Zencito y te enrollabas conmigo – Hace falsos pucheritos.
- Zorrita despendolada, deja a mi chico en paz, es mío – Protesta Zen.
- Jamás dejaría a mi pequeño – Se ríe Roberto.
- Así estas más feo – Bromea Toni.
- Pues si a ti te gusto más con el pelo más largo, me lo dejaré crecer – Le manda un besito al aire.
- Dejemos las bromas ¿Vamos a celebrarlo a algún sitio no? – Propone Roberto.
- Por supuesto – Acepto – ¿Vamos Luis?
- Claro cariño – Me sonríe Luis.
- Yo lo siento chicos pero he quedado con Santi, ya nos veremos a la noche – Evidentemente Tristán me sigue evitando, o quizás es que ha quedado con Santi para follar.
- Ohh, es una pena – Afirma Zen.
- Está bien Tristán, nos vemos luego – Se despide Roberto.
Y así es como nos despedimos, Tristán y Santi por un lado y el resto por otro. Así es desde que Tristán y yo rompimos, él se niega a pasar mucho tiempo conmigo, y para evitarme, evita también a sus amigos. A veces me siento un poco culpable, al fin y al cabo estoy provocando un distanciamiento en un grupo de amigos que estaba formado antes de llegar yo. Pero Toni siempre me anima y me dice que tarde o temprano se le pasara a Tristán, que no me preocupe.
(Tristán)
De momento está siendo un día estupendo, si dejamos a un lado el tener que soportar al empalagoso de Luis. He ganado la exhibición después de varias semanas sin poder participar, menudo castigo de mierda, ya soy mayorcito no pueden castigarme por follar con un tío, por mucho que este sea profesor. Aunque sin duda, acostarme con Jean Poul valió la pena, sabía que tarde o temprano caería en mis redes y ha sido incluso mejor de lo esperado.
Puedo tacharlo de mi lista de “apetecibles” e incluirlo en mi lista de “follamigos”.
Después de la exhibición fui a comer con Santi, últimamente me había unido mucho a él. Me sentía incomodo con Kiel así que pasaba menos tiempo con los chicos y Santi, de alguna manera, se había convertido en alguien que evitaba mi soledad. Me sentía bien con él y me caía bien, así que no me importaba quedar con él para hacer cosas fuera del conservatorio.
Sabía que yo le gustaba a Santi, pero me estaba controlando, me gustaba físicamente pero aún no me había acostado con él, no quería cometer el mismo error por segunda vez, lo quería solo como a un amigo.
Ahora ya estaba en el Open Mind y la noche estaba siendo bastante movidita, siempre me gustaban los sábados, junto con los viernes eran los mejores días de la semana.
- Tristán quería hablar contigo – Toni se me acercó, yo estaba en la barra sirviendo.
- Si buscas a tu noviecito no tengo ni idea de donde esta – Me reí.
- No estoy buscando a Alex, quería hablar contigo – Como me gustaba molestar a Toni.
- Vaya, vaya, ya te estás cansando de tu chico y quieres probar a Tristán el gran dios del sexo – Bromeé.
- Déjate de chorradas – Protestó – Veras Tristán, el martes es el cumpleaños de Alex y habíamos pensado celebrarlo con una cena con todos los chicos y después una de Karaoke, puede ser divertido. Como no tenemos que trabajar podemos alargar la noche – Me sonrió – Te lo digo para que lo apuntes en tu ocupada agenda señor dios del sexo – Se rió.
- ¿Quién va a ir? – Pregunté, aunque ya sabía la respuesta.
- Seremos pocos, los de siempre, Zen, Roberto, Kiel, Luis, Alex y yo, y puede que también vengan Guille y Marc pero no estoy seguro, les queda lejos no sé si van a poder venir, el resto no pueden por los estudios y esas cosas.
- Ya, yo tampoco creo que pueda, para este martes ya tenía planes – Más bien no quería tener que ver a la parejita, con sus mimos y sus cosas empalagosas.
- Tristán por favor – Toni se puso serio – Sabes lo importante que eres para nosotros, y sobre todo para Alex, es su cumpleaños no le puedes fallar de esa manera. Últimamente casi nunca vienes con nosotros, te echamos de menos.
- Pero no tengo culpa de ya tener otros planes – Insistí.
- Vamos, tú y yo sabemos porque no quieres venir – Comentó molesto.
- No es asunto tuyo – Dejé la botella que tenía en la mano de forma brusca – Lo que haga con mi vida es asunto mío.
- Aunque a veces no lo parezca, y no te lo diga muy a menudo, sabes que te quiero Tristán – Ante mi total sorpresa Toni me abrazó por la espalda ya que me había dado la vuelta para no verlo – Nos has ayudado mucho a Alex y a mí, y aunque me encante molestarte, te aprecio como a un hermano. Sé lo duro que te resulta ver a Kiel con Luis, aunque intentes ocultarlo bajo una capa de frialdad e indiferencia, pero por favor, haz un esfuerzo por Alex. Para él es importante que estés el día de su cumpleaños.
- Eres todo un chantajista emocional – Puse mis manos en sus brazos, los cuales estaban alrededor de mi cintura – Iré – Acepté al fin.
- Gracias – Me incitó a darme la vuelta, y tras quedar cara a cara me dio un piquito – Te quiero, pero no se lo digas a Alex – Y tras guiñarme un ojo se fue. No pude evitar sonreír, Toni había conseguido lo que quería menudo tramposo, me gustaba, en el fondo era el que más se parecía a mí, a mi autentico yo, y por eso chocábamos tanto.
Mierda con lo bien que había comenzado el día, ahora debía pensar en cómo iba a actuar en el cumpleaños de Alex.
¿Iba a soportar estar por mucho rato viendo a la estupenda parejita?
¿Cómo reaccionaría cuando los viera besarse?
¿Soportaría ver tanto azúcar en el aire?
Iba a tener que coger fuerzas estos días para soportar algo así, mejor iba buscando al afortunado con el que iba a pasármelo bien esta noche, el martes ya llegaría ahora tenía que disfrutar de lo que quedaba de noche.
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