En definitiva pedir ayuda a un feo y amargado no fue tan bueno. Es increíble cómo fue capaz de traicionarme y decir que no era un conejo. Me siento devastado, casi… casi veía a mi Demmi y ahora por su cochina culpa no podré. Ni ganas tengo de ir al colegio, pero si no voy no podré idear mi próximo plan para ver al amor de mi vida. Me pongo el uniforme y me peinaré para verme muy guapo, aunque no tenga por qué esforzarme tanto, soy guapo.
-Sí, definitivamente soy bien guapo- me miro en el espejo y admiro mi belleza
-Sí, definitivamente eres un tarado- Brandon está detrás de mí.
-¿Quieres dejar de molestar a un hombre que apenas está recuperando la alegría de vivir?-
-¿No me digas que sigues con esa estupidez de Demmi?- me dice
-No es una estupidez hermano taradúpido, voy a volver con mi Demmi y seremos la pareja más feliz del mundo mundial-
-No sé la razón por la cual te has aferrado a esa idea, pero debes aceptar de una buena vez que Demmi no…- iba a decir algo más pero mamá apareció
-Brandon… si quieres llegar a saber qué es la alegría de llevar a una mujer al altar no dirás una sola palabra más… porque de hacerlo Barbarita solo te recordará por fotos…- mi pielecita de enchina, mamá parece estar enojada
-Mamá, yo solo quiero que…-
-Deja que tu hermano termine de ponerse bello- lo jala del brazo- Tu termina mi amor, este zoquete ya no te molestará- me sonríe
-Gracias mami, y dile que me deje en paz el resto del día-
-No te preocupes, de Brandon yo me encargo- voltea y le da una nalgada- andando bravucón, deja que los guapos se admiren-
-Por esas cosas Riky se cree guapo-
-No me creo… soy guapo…- tonto Brandon, estoy seguro que mamá le hará pagar sus groserías. ¿Qué tiene en mi contra? Yo que solo soy una víctima del desamor y las traiciones de la vida… no cabe duda, yo nací solo para sufrir, pero lo que me alegra es que Demmi y yo volveremos a estar juntos pronto… muy pronto.
Ya en el colegio, puedo respirar tranquilo, estúpido hermano mayor, como mamá lo regañó no quiso venir a dejarme, suerte que Teo pasó por mí y pude venirme con él. Aunque no quería que se enterara de mi plan de reconquista, se lo dije, hablé con él de lo que ocurrió en la central de autobuses.
-¡¿En verdad te vestiste de conejo rosa?!- pregunta mi amigo
-Sí, y todo hubiera funcionado si al menos Michel Robles no me hubiera traicionado, ya casi me iba con las mascotas, pero no, ese traicionero tuvo que decir que yo era humano.-
-Pobre de él, ya me imagino su vergüenza-
-¿Cuál vergüenza? Yo era un conejito bonito, mi mamá me sacó fotos por lo bonito que me veía- suspiré cabizbajo y continué hablando- pero ahora una tristeza me invade más que el dolor de encontrar a un autor que tarda siglos en actualizar sus novelas, Demmi… mi Demmi, no nos pudimos ver porque el destino confabula en contra de nuestro gran amor- sigo y abro los brazos en señal de lo grande que es nuestro amor.
-Ay no exageres, solo duraron cuatro me meses y se vieron tres…-
-Cinco Teo, cinco, y con esas pude saber que estábamos destinados-
-Riky, espero que la tontería no sea contagiosa, me asusta pensar que eso se pueda pegar-
-¿Por qué? ¿Te juntas con algún tonto?- le pregunto y solo me palmea la espalda.
-Que si no, me junto con uno que a veces dudo que sea un ser humano, es tan idiota que no se da cuenta que se la pasan diciéndoselo-
-Entonces sí que es tonto…-
-No, no es tonto, es ¡tontísimo! ¿verdad Ricky?- me pregunta Teo
-Sí, debe ser muy tonto- sonrío, que chico tan tonto, no se entera que le dicen que es un tontísimo, pobrecito de él.
Miro a alguien que me debe compensar el fiasco del plan anterior: Michel Robles.
-Aguarda, iré a ver a Michel… debo armar mi siguiente plan para ver a Demmi-
-Oye Ricky, ¿no crees que ya has hecho mucho? Digo, yo creo que esto de Demmi llegó a un punto en el que…-
-No, no descansaré hasta volver a ver al amor de mi vida- por eso no le quería contar, está igual que mi hermano, me chocan por interponerse entre el amor verdadero que sienten dos amantes, mensos, nunca sabrán lo que es amar, bobos.
-¡Michel!- le grito pero no voltea-¡Michel Robles!- le vuelvo a gritar pero no me hace caso, piensa Ricky, cómo puedes llar su atención, porque por su nombre no entiende… ¡Lo tengo!- ¡Amargadoooooooooooooo!- se detiene de pronto y empieza a temblar, creo que estoy en problemas…
-¡¿Cómo demonios me llamaste?!- me grita
-Ah… no lo puedo creer… después de arrebatarme la oportunidad de ir a ver al amor de mi vida, de desperdiciar un excelente disfraz y de hacerme el hombre más infeliz de la tierra, tan infeliz como fanático esperando durante meses noticias de su novela preferida, me gritas… ay… nadie me entiende… nadie me escucha… nadie me respeta…- me siento y pongo mis manos en la cara…
-Ya… Ey Ricky… lo siento, ya no llores…-
-No, siempre me gritas y no me entiendes, nunca quieres ayudarme… debería morirme y dejar solo los huesitos de lo que alguna vez fue el chico más guapo de este mundo-
-Ya… lo siento… te ayudaré pero ya no llores…-
-¡Excelente!- me levanto como resorte- Mira he ideado un plan que estoy seguro que no fallará…- le explico y lo miro, tiene de cara de enojado y sus manos aprietan el tirante de su mochila…
-¿Acaso me estabas engañando?- dice con mucho odio
-Eh… ¿Quién? ¿Yo?- me señalo
-Noooo, el gato…- me contesta
-Ay que bueno, yo creí que me decías a mí-
-¡Por supuesto que te decía a ti idiota! Me estabas chantajeando ¿verdad?
-No… bueno… pues… si me dices qué es chantajear te diré si sí o si no-
-Definitivamente la vida te castigó con ese diminuto cerebro que no sirve más que para pensar en cosas tontas-
-Oye… mi cerebro no idea cosas tontas… bueno, que haya intentado volar como en Dragon Ball… que haya querido revivir a mi perrito con las esferas del dragon que hice en mi clase de artes no quiere decir que solo piense en cosas tontas… significa que tengo fe en la tele que es muy distinto.- pos este, jum.
-Ay ya, olvídalo, cierto chico tonto jamás se dará por enterado de lo idiota que es…- me dice con cara de chocado
-¿Tu también lo conoces?- le pregunto
-¿A quién?-
-Al chico tonto al que todos le dicen tonto, Teo lo conoce y dice que es tan tonto que ni cuenta se da- le comento en voz bajita
-Vaya, creo que es tan tonto que de nada sirve decírselo en la cara, sigue siendo tonto-
-Sí, debe ser bien menso- sonrío y entonces Michel pone su mano en mi hombro.
-Sí, es bien menso.- pobrecito de ese chico, no quisiera estar en sus zapatos.
-Pero en fin, tengo un nuevo plan para juntar dinero y poder ir a Cardenal para ver a Demmi- le digo y noto que Michel pone cara de serio
-¿Qué se te ocurrió? Dilo rápido porque debo ir a mi clase- me dice con voz de enojado, este niño aparte de feo es malo.
-Bueno, vi en la tele que la gente está gorda, y está gorda porque come mucho, y lo que le gusta comer es pan, entonces pensé: Ricky, ahí está, si la gente come pan, debes darle pan, y… ¡Tarán!- saco un recetario que mi mamá tenía guardado- Haré pan y venderemos pan para juntar dinero… ¡¿Verdad que es una gran idea?!- me mira con cara de sorpresa
-¿Ese es tu plan?-
-Sí, yo cocinaré el pan y tú lo venderás… bueno yo te ayudaré y les diré a todos que aparte de guapo soy un gran horneadonero-
-¿Hornea qué?
-Horneadonero, Ricky, el horneadonero-
-No sé por qué presiento que esto no será muy diferente a lo del conejo-
-Tú no te preocupes, deja todo en mis manos-
-Eso es lo que me preocupa…- dice
-¡Oye! Acuérdate que todo esto lo hacemos en nombre del amor- lo abrazo
-Sí… en nombre del amor…- dice en voz bajita.
Eran las ocho de la noche y yo estaba encerrado en la cocina de mi casa, me puse un mandil con un honguito dibujado en el frente y mi gorrito de chef… me lo hice de papel porque no supe dónde comprar uno. Yo creí que era fácil hacer panecito, pero cuando vi las recetas no entendí muchas cosas… por ejemplo ¿qué es 1tza de agua? O ¿Qué es sopera? ¿Tendrá que ver con los que cantan?
-¿Ahora qué se supone que haces Rickpopótamo?-
-Oye, no me digas así, yo no estoy gordo-
-Pues con todo esto imagino que haces algo de comer, y si te tragas todo lo que veo te pondrás bien gordo, como una ballena-
-Deja de molestar, estoy ocupado… shuuu… vete…-
-No, quiero ver la tontería que estas a punto de hacer…- sonreía, no me dejaba en paz por las buenas, era momento de usar la artillería pesada…
-¡Mamá! Brandon dice que haré una porquería como las que tú haces de comer en navidad-
-¡Brandon hijo de la rechiflada! – como un fantasma apareció en la cocina y jaló a mi hermano mayor de la oreja- Que intente hacer pierna adobada y me salga amarga, cruda y sin sal no significa que sea una porquería… te voy a enseñar lo que es una porquería…-
-Pero yo no dije…-
-Y mami, dice que ojalá se te machuque un dedo este año para no intentes hacer nada de comer en esa fecha.- el me obligó
-Hijo de la que te apareció ven acá… ahora tendrás que ayudarme a elegir una falda, espero que estés preparado por observar la gordura de tu madre…-
-No madre… ¡Nooooooooooooooooooooo!-
Por fin, solo… no sé qué es tza, pero le echaré toda la bolsa de harina al tazón…. Azúcar, sal… ¿qué es royal? Ay, qué complicado… le pondré todo… no creo que sepa feo… soy un gran horneadonero…
Ya en la escuela le enseño a Michel Robles la foto de cómo quedaría el pan y como quedó el mío…
-¿En verdad esta cosa hecha bola, quemada y con una consistencia dudosa es un pan de naranja?
-No le digas así, hasta los panes tienen sentimientos-
-Aaaah…- me mira a mí y a mi pan, creo que le gustó
-Mira, la rebanada la daremos en cincuenta…-
-¡Estás loco! En las panaderías las dan en diez-
-Lo que pasa es que este pan lo hizo el chico más guapo del mundo-
-No… aaah, olvídalo-
Pusimos nuestro puestecito en el descanso de las escaleras de los salones de primero. Yo estaba muy feliz, pero nadie se acercaba, solo nos miraban pero nadie nos compraba…
Media hora, una hora… yo iba a clases, me escapaba y nadie compraba. Miche fue a clases regresaba y nadie me compraba pan…
-Esto no funciona… creo que no sirvo ni para horneadonero- comenzaba a deprimirme
-No, este… supongo que no tardan en venir-
-No, nadie comprará, tienes razón nadie creería que esta cosa fea es pan de naranja- lo iba a tirar a la basura cuando él me detuvo…
-Espera… yo… yo…- sacó su billetera y me dio un billete de cincuenta- yo quiero una rebanada-
-¿En serio?- le pregunté emocionado
-Sí… dámela ya…- noté que sus cachetes estaban rojos
-Sí… mira….- corté una rebanada, la puse en un plato y se la entregué- aquí tienes, ¡Gracias por tu compra!- se la entregué y la miró durante unos segundos, la olía y la volvía a ver…
-Se ve que está rico- me dijo
-Sí… cómelo y dime qué tan rico está- lo miraba atentamente, él sonrió y pasó saliva… ¿por qué será que no come?
-Este… sí…- dio una mordida
-¿Está rico?-
-Si…- respiraba con dificultad… creo que le encantó. Lo abracé como agradecimiento
-Gracias Michel Robles, yo sabía que estaba rico-
-Si…- me abrazó también, nos miramos unos segundos a los ojos… tiene pestañas largas… y muy bonitas…