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Stupid youth. por LynValo

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Notas del capitulo:

Hooola~!
Pos no tengo nada que decir ahora O.o jaja La imagen en mi página (Lyn Valo STONY), ya saben y ya. :) 

https://www.facebook.com/151173265075658/photos/a.151578485035136.1073741828.151173265075658/295354627324187/?type=1&theater

-Hey, Steve. Cariño, ¿estás aquí? – La suave y femenina voz llegó hasta la habitación donde ambos dormían aún. Se escuchaba un poco lejana, cada vez más fuerte, por lo que ambos chicos abrieron con pereza los ojos. – ¿Steve? – Como si a ambos les hubiese llegado un golpe abrieron por completo los párpados, se miraron asustados y dieron un salto en la cama. La madre de Steve había vuelto y ellos con las pijamas mal puestas y durmiendo en la misma cama.

-Ouch! – Se quejó Steve al momento de sentarse abruptamente en la cama. Se mordió los labios para ahogar la queja y poder responder a su madre que gracias al cielo no había entrado a la habitación y al parecer todavía le llamaba desde las escaleras. – Aquí estoy, mamá. Dame un momento. – Le dijo alzando un poco la voz para ser escuchado.

 

El par de chicos se puso de pie para velozmente colocarse la ropa casual y quitarse la pijama mal acomodada. Estaban adoloridos por los sucesos de la noche anterior, y cierta parte delicada de ambos se encontraba con más molestias que el resto del cuerpo, y se manifestaba caminando graciosamente a criterio del otro. Porque aunque Tony ya esté más acostumbrado a la molestia y pueda manejarla, la realidad era que lo que hizo apenas hace unas horas había sido sin mucho cuidado, por lo que el dolor estaba más presente. Y el pobre de Steve por su inexperiencia en ese lado del campo, claro.
Con sus rostros enjuagados, la ropa bien acomodada y poniendo su mejor mueca salieron de la habitación para bajar las escaleras y encarar a la señora Rogers. La encontraron en la cocina vaciando un par de bolsas de super.

 

-Oh, siempre si te quedaste. Qué bueno… Tony, ¿verdad? – Le dijo Sarah en cuanto miró al castaño a un lado de su hijo. Tony le asintió devolviéndole la sonrisa que la mujer le regalaba.

-Y ya me marchó. Gracias por permitir quedarme. – Miró a Steve dándole una extraña mirada cómplice y luego volvió a la señora para agradecerle.

-No hay problema. – Respondió Sarah. – Pero quédate sólo un momento más. Anda, que traje el desayuno para los tres. – Era muy amable la madre de Steve, por lo que Tony no encontró apropiado negarse.

-De acuerdo. – Cedió.

-Sólo iré por un poco de jugo. – Avisó dirigiéndose a prisa hacia la puerta. – Por lo pronto ve dándole de comer a East, cariño. – Le indicó a Steve y salió de la casa.

 

Steve bostezó, aún se sentía con sueño y luego asintió aunque su madre ya no lo haya visto. Posteriormente fue a hacer lo que le había pedido, dejando a Tony ahí. Stark caminó al living mirando curioso la casa, era pequeñita a comparación de la suya, por supuesto. Es más, esa casita cabría en su cochera, seguro. Pero eso no quitaba que era muy bonita, como dicen; hogareña. Todo impecable, las paredes azul cielo, puertas y los marcos de las ventanas de blanco, los muebles con un montón de fotografías de la familia, seguramente. Curioso se acercó a examinar las fotos. Muchas de Steve en diferentes edades, fotografías que toman en los colegios, o con su madre, o con otras personas. Sólo podía pensar que Rogers venía de una de esas familias donde todos son muy unidos y en que de verdad que el rubio era feo cuando más chico. Soltó una risa por pensar de él así al ver las fotografías. Finalmente encontró unas donde Steve era un bebé y estaba siendo cargado por un hombre que probablemente sería su padre por cómo aparecía tomado de la mano de la señora Sarah y por la sonrisa orgullosa con la que miraba al Steve en bebé.

 

-Oh, no mires eso. – Dijo Steve en cuanto notó que Tony miraba todas las fotografías.

-Demasiado tarde. – Se mofó Stark, dejando en su lugar la última fotografía que miró.

-Dios, en todas salgo con cara de imbécil. – Continuó lamentándose.

-Es tu cara de siempre.

-¿Pero no era un bebé adorable? – Preguntó soñador.

-La verdad es que sí. – Lo reconoció. Echó un vistazo más a una de las fotografías donde estaban sus padres y él, Steve. – ¿Es tu padre?

-Sí. – Respondió con una sonrisa, pero con la expresión nostálgica. – Ya murió. – Y no dijo más. Tony tampoco supo que decir. Sólo un lo siento mucho salió de sus labios, sabía que no era fácil hablar de una pérdida así, menos contarlo a cualquiera.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Ahora se encontraban una semana después. Una semana luego de haber comenzado las vacaciones. Una maldita semana en que Loki se había quedado encerrado en esa casa sin saber de Thor, porque el rubio no le había llamado y él prefería ser el que espera, no el que cede. Pero ahora comenzaba a sentir que era demasiado tiempo sin siquiera un mensaje de texto. O quizás era la pura costumbre de haberse visto diario el último año. Aunque ya podía considerar llamarle él si tanto ansiaba saber de Thor.

Tenía el teléfono de casa en la mano, aun considerándolo. Estaba muy aburrido, Laufey de vez en cuando sólo aparecía en la casa y sólo para dormir, y de cualquier forma sabía que no podía pasar tiempo con él. Tony ya le había llamado un par de veces para invitarlo a un par de fiestas, pero se negó sin saber realmente por qué. Suspiró pesadamente y comenzó a marcar el número del móvil de Thor. Hizo a un lado el libro que había estado leyendo mientras esperaba que su novio contestase la llamada. Pero se estaba tardando en atender…

 

-¿Hola? – Y al fin se escuchaba la grave voz de Thor, entre un montón de ruido. Se escuchaba animado y así Loki sonrió, pero apenas estaba por abrir la boca para contestar cuando de fondo escuchó una risa femenina. Sí, había demás ruido de fondo, pero aquella risa se escuchó perfectamente en su bocina, como si estuviese muy cerca de Thor. – Jane, deja de andar haciendo eso. Trato de hablar. ¿Hola? – Ahora Thor acompañaba la risa de Jane. Loki desvaneció la sonrisa para quedar con un gesto serio. Prefirió cortar la llamada, después de todo ese número no lo tenía registrado Thor como de Loki.

 

Existían infinidad de posibilidades inocentes que explicaran aquellas risitas tontas y el que ambos estuviesen juntos. A-hah, las había y Loki lo sabía. Pero independientemente de eso, lo que ahora le hacía exclamar maldiciones y una que otra palabra insultante, es el hecho de saber que Thor estaba con Jane en lugar de con él. Había estado dispuesto a justificar a Thor pensando que quizás no había tenido tiempo por cualquier cosa, pero no justificarlo por el hecho de tener tiempo para ver a Jane Foster en lugar de a él. Iba a continuar soltando insultos como si tuviese a Thor frente a él, pero lo pensó en un segundo. ¿Por qué reaccionaba así? Loki, el chico menos celoso de todo el universo, supuestamente. ¿Para qué armar un berrinche a la Stark o de niñita quinceañera por algo tan insignificante? Así, de golpe se fue toda la rabia (o de eso quiso convencerse, en realidad). Mejor se arreglaba y salía.

 

-----------------

 

-Colgaron. – Comentó Thor mirando por un segundo curioso su móvil.

-¿No supiste quién era? – Le preguntó Jane. Volviendo a tomar asiento frente al rubio en aquella pequeña mesita de cafetería.

-No. Era un número desconocido y ni siquiera hablaron. – Se encogió de hombros y guardó de nuevo el aparato.

-Mmn. Bueno, hay que terminar de almorzar que ya casi tenemos que volver al trabajo. – Le recordó señalando su reloj de muñeca para que viese la hora.

-Si nos dedicamos a eso en lugar de que me estés haciendo cosquillas yo creo que pudimos haber comido con más calma. – Le dijo el rubio, como si estuviese regañándola. Pero luego le dio una sonrisa para que quedase más que claro que bromeaba.

-¡Pero si tú fuiste quién comenzó! – Se defendió Jane. Fingiéndose ofendida para seguirle el juego. – Mira que eres chillón.

-Tengo que darle de nuevo las gracias a tu padre por darme el empleo a pesar de ser un chillón.

-¿Ves la influencia que tengo? Que hasta a los chillones como tú contrata.

-Oh, entonces mil gracias a usted, de nuevo. – Thor hizo una reverencia. Ambos rieron para después continuar con el almuerzo.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

María estaba esperando en su auto estacionado fuera de una pequeñísima cafetería. Faltaban un par de minutos para que el turno de Darcy acabase. Se estaban quedando juntas en el departamento de Hill, ya que no había ningún inconveniente porque ambas estaban “bajo el cuidado” de parientes cercanos. Coincidían en que habían perdido a sus padres a temprana edad. En realidad la madre de María había fallecido el mismo día del parto y su padre nunca fue alguien de fiar, por lo que a unos días de nacida éste desapareció, quedando bajo el cuidado de la familia de su madre. Ellos la criaron, cuidaron y vieron financieramente por ella desde el inicio. Son una familia sin problemas de dinero, por lo que trataban de darle su espacio a María a través del auto y el departamento propio que le otorgaban, con la simple condición de su responsabilidad en los estudios.
La situación de Darcy difería en que su familia era de clase media y su madre era la que había abandonado a su padre y a ella, también cuando apenas era un bebé, por la que no la recuerda y sinceramente no le interesa. Su progenitor fue padre soltero entonces, dándole todo cuanto pudo y aun así manteniendo unos ahorros para cuando la pequeña Darcy fuese a la Universidad. Lamentablemente no logró verla cuando esto sucedió, ya que cuando Darcy iba en secundaria su padre enfermó y por varios meces estuvo grave hasta que falleció. Pasó a quedarse con sus abuelos que siempre le mostraron su cariño como sus demás familiares, así salió adelante junto con el apoyo monetario que le daban junto con los ahorros intactos que pudo juntar su padre. Actualmente sus abuelos estaban en una casa de reposo y aunque sus demás tíos continuaban apoyándola, éstos tenían sus propios hijos y parejas, por lo cual no quería sentirse una molestia al estar con ellos durante el receso escolar. Fue así que María no lo pensó mucho para ofrecerle quedarse junto con ella, para así no sentirse tan abandonadas. Aun así Darcy quería apoyar en algo para no sentirse igual una molestia y consiguió su trabajo de mesera sólo en las mañanas en un pequeño café que era propiedad de la madre de una de sus antiguas amigas de secundaria. No gana mucho, pero podía cooperar en algo.

 

-Hey, chica hermosa. – Exclamaba con una gran sonrisa Darcy al estar asomada a la ventanilla del auto donde ya la esperaba su novia.

-¿Qué tal estuvo la mañana? – Preguntó María al abrirle la puerta para que entrase, sonriéndole de igual forma. Ya estando dentro se dieron un corto beso de saludo.

-Bien. En sábado vienen menos personas en la mañana. – Le contestó mientras se abrochaba el cinturón de seguridad. María estaba por echar a andar el auto cuando su móvil comenzó a llamar, así que lo tomó.

-Espera un momento. – Le dijo cuando ya contestaba. – ¿Hola? … ¿Qué hay, guapo? … Genial, estoy con Darcy…. Humm, no sé. ¿Qué tienes pensado? … aha… sí… Le preguntaré. – Tapó el micrófono del móvil y se giró a Lewis. – Es Loki, pregunta si queremos salir de fiesta.

-¡Dile que sí! – Respondió en seguida Darcy. A su parecer eso ni se pregunta. ¿Quién se niega a la fiesta?

-Dice que sí. – Volvía a hablar al teléfono. – ¿A cuál vamos?... Ok… ok… Ahí nos vemos. Bye. – Y cortó la llamada. – Listo. – Está vez sí condujo con destino al departamento.

-¿Quién más irá?

-No tengo ni idea.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Loki ya estaba esperando en el lugar acordado, recargado fuera de su auto estacionado cruzando la calle del pub al que entraría con sus amigos. Iba perfectamente arreglado como la mayoría de los días. Con su cabello ahora un poco más largo peinado hacia atrás como de costumbre, alzándose algunas puntas rebeldes dándole un buen aspecto; vestido con una camisa gris oscuro, pantalones negros, botas negras con un par de hebillas y una chamarra de cuero del mismo color perfectamente ceñida a su cuerpo.

Miró un auto conocido estacionarse unos metros más allá del suyo donde había lugar disponible y de él bajaron sus dos lindas amigas. Darcy fue quién lo descubrió esperando ahí, así que con un ademán ya le saludaba desde lejos mientras se acercaban. Por supuesto que iban irresistibles como sólo ellas podían serlo. Darcy venía con una blusa color coral de esas intencionalmente holgadas que al colgarse más de un solo lado dejaban al descubierto un hombro y parte del brazo, en conjunto con unos shorts de mezclilla, usando de bajo unas medias negras traslúcidas con diseño, y finalmente con unas botas rojas que lucían rudas pero de maravilla con todo.
Y no menos llamativa venía Hill con un vestidito; en la parte de arriba de color gris claro y sin mangas, ajustado en la cintura y remarcándola con una línea de redondos estoperoles, para seguir a la falda suelta que era de color negro y llegaba a mitad del muslo, completando con unos botines negros de tacón. Ambas con el cabello ondulado suelto y su discreto maquillaje.

 

-¡Qué bellas! – Les halagó Loki cuando las tuvo enfrente, saludándose con un beso en la mejilla.

-Gracias. Tú te ves muuuy bien. – Reconoció Darcy.

-¿Y bien? ¿A quién más esperamos? – Preguntó María.

-Sólo a Tony… Y al parecer ya llegó. – Avisó cuando el nada discreto auto de Anthony se acercaba ya con música estruendosa.

-Ya se venía enfiestando. – Comentó María.

-Hola, babys. – Les saludó animado Tony, con una gran sonrisa en su rostro. El venía con una camisa de manga corta azul rey con lunares pequeños en blanco, pantalones de un rojo oscuro, zapatos casuales del mismo color que la camisa y su cabello algo alborotado. Llamativo como casi siempre. – Hoy en particular se ven muy bien. – También reconoció. – ¿Acaso celebramos algo?

-No, sólo quería que saliéramos a divertirnos. – Le respondió Loki.

-No quiero ser aguafiestas, pero ¿nos dejaran entrar? – Dijo Darcy, mirando hacia el pub que desde la fachada se notaba pretencioso, además había un montón de tipos queriendo entrar.

-¿Bromeas? – Comenzó Tony a decirle con arrogancia. – Claro que nos dejaran pasar y hasta sin pedirnos identificación.

-¿Cómo estás tan seguro? – Cuestionó curiosa María.

-Por favor, sólo mírense. – Continuó explicando presuntuoso. – Además los guardias me notaron desde que llegue. Sólo mirando el auto ya no les importa.

-Es cierto. Vamos. – Les animó Loki.

 

Cruzaron la calle, yendo directamente al acceso donde estaban los guardias decidiendo quién entraba y quién no. Para entrar a esos pretenciosos y puñeteros lugares todos saben que tienes que lucir bien, con tu pinta de junior, si vas solo y tienes eso no hay problema. Pero si no tienes la pose, con compañía femenina puedes entrar, pero de nada sirve si la chica o chicas son feas. Ahora, el par de chicos tienen la pose porque lo son, además llevaban esa compañía femenina que seguro envidiaría cualquiera. Tenían todo, por eso la confianza de ir directo al par de guardias con cara de me estorbas para hacerlos a un lado. ¡Tarán! Ya estaban dentro del pub.
Les consiguieron una mesa para los cuatro, con un sillón de piel color beige como asiento en lugar de incómodas y duras sillas como las de la barra. Pidieron de inmediato una botella de whiskey en lugar de míseros tragos. La música retumbaba por el lugar, las luces laser en diversos colores neón hacían un efecto llamativo cuando chocaban con las mesas plateadas, sobre la pista varias personas bailaban desenfrenadas.

 

-Me gusta éste lugar. – Comentó Darcy mirando alrededor, lo que le dejaba apreciar el ambiente oscuro, levemente iluminado por las lucecitas neón.

-Sí…, no es tan malo. – Le dijo Tony. – El ambiente llega a tornarse salvaje, eso es lo bueno. – Sonrió ladinamente.

-No como otros que son de la misma “categoría” y van puros mojigatos que no quieren dañar su imagen. – Se mofó Loki.

-Claro que aquí también está lleno de riquillos presumidos. Pero serían como las ovejas negras, ya saben. – Explicaba Tony. Con ello María y Darcy ya comprendían a qué se refería. Es decir; si Loki y Stark estaban ahí, los demás eran de su misma “categoría”. – Gente loca y zorra.

-¿A sí? ¿Y nosotros qué somos de esos dos? – Le cuestionó divertida Hill.

-Un poco de ambos. – La que respondió fue Darcy.

-Así es. – Apoyo Tony, sonriendo al chico que ya les llevaba la botella, los vasos y los hielos. – Gracias. – Tomó la charola pasándola a Loki para que éste la apoyara en la mesa, sin dejar de mirar al chico con su sonrisa coqueta. Sacó una tarjeta de crédito de su billetera y se la tendió.

-Sabes qué. – Interrumpió Loki, dirigiéndose al chico. – También traernos unos cocktail. – Y se volvió a girar a sus amigas. – Pidan el que gusten.

 

La pareja de chicas se sonrió antes de dirigirse al chico para pedir los tragos especiales que les apetecían. No habían salido así con ellos, pero ahora que lo hacían y ellos estaban de generosos lo aprovecharían. Loki y Tony también pidieron sus respectivos tragos antes de comenzar con el Whiskey. Cuando el mismo chico volvió ahora con cuatro diferentes copas y de diferentes colores el contenido, fue Loki quién pagó con tarjeta de crédito igual. Dieron el primer sorbo y sonrieron con más ganas. Seguro el precio lo valía.

 

-Esto está riquísimo. – Comentó Darcy.

-Lo sabemos. – Respondió Tony con su encantadora sonrisa.

-Te notas muy animado, Tony. – Señaló María.

-Estoy feliz. – Reconoció el castaño.

-Me alegro ¿Qué te puso así?

-No lo sé, estoy días me he sentido así. – Explicaba relajado. – Además en el camino me topé con unas pastillitas mágicas. – Confesó echándose a reír.

-Ya decía yo… – Se burló Loki.

-No se vayan a molestar. Traigo para ustedes también, claro está.

-Un poco más tarde. – Le dijo María para después llevarse la copa a los labios de nuevo.

-De acuerdo. – Le respondió Tony, también dándole un trago a su copa. – ¿Y tú, Loki? Dime que te traes. Nunca eres el primero en sugerir ir de fiesta. A cómo yo lo veo es porque estás igual de feliz o porque estás molesto. – Le miró acusadoramente.

-Había estado molesto, pero sólo un poco. – Confesó. – Pero después pensé que no tengo porque estar así y es mejor salir a divertirnos como siempre. Eso me puso de buen humor.

-Oh, ¿y por qué estabas molesto? – Indagó Darcy.

-Yo creo que por estar solo en casa, sin entretenimiento. – Se encogió de hombros y dio un trago.

-¿Y Thor? – Preguntó Tony.

-En su casa…, supongo. No me ha hablado.

-Uy, qué mal. Pero no importa, ¿cierto? Hay que relajarnos. – Le dijo sincero Tony.

-Tú lo has dicho. – Loki le sonrió. – ¿Y ustedes…? – Se refirió a las chicas.

-Nos estamos quedando juntas en un departamento que tengo. – Informó María.

-¿En serio? Qué bien. – Les dijo Loki.

-Woo, ¿cuándo nos invitan a quedarnos? – Preguntó juguetón Tony, guiñándoles un ojo.

-Yo pienso que sería mejor si nos invitaran ustedes a sus casas. Son más grandes de seguro. – Dijo Darcy.

-Cuando quieran.

 

En el trascurso en que terminaron los primeros tragos y la primera ronda del whiskey, sólo  permanecieron conversando amenamente. Luego ya se paraban a bailar, a veces con trago en mano, o iban de vuelta a la mesa para darse un respiro. En la música predominaba el house, pasando por el techno hasta llegar al buen psycho, aunque uno que otro remix barato sonaba de pronto, pero ya se estaban enfiestando demasiado como para importarles.

Había coqueteos, Tony desinhibido sin ningún problema y Loki con algo de confusión. El pelinegro se sentía con ganas de jueguitos de coqueteo, pero sabía que estaría mal porque mantenía una relación supuestamente seria. Aunque podría ser un simple respiro… después de todo confiaba en que sus amigos que lo acompañaban esa noche no lo juzgarían ni lo delatarían. Y con la punzadita de celos y desconfianza que se había quedado en su cabeza y pecho tras la llamada hecha por la mañana a Thor y sinceramente por lo que había sentido de su relación amistosa con Jane Foster desde que ésta volvió, se sentía con ganas de desahogarse de esa manera. Sabía desde el principio que si salía y se embriagaba iba a hacer algo muy parecido a -como quién dice- un desliz. Por eso se había dedicado a beber hasta que el estado etílico justificase todas sus acciones. Miraba a Tony cerca de él moverse desenfrenado al ritmo seductoramente demente del Psycho, Darcy y María al lado contrario bailando de la misma forma, la mayoría a su alrededor ya sin inhibiciones. La botella vacía en su correspondiente mesa más otra a la mitad, tres píldoras mágicas menos de las que les había ofrecido Tony… Sí, era para ya justificarse si hacía algo inapropiado. Ese ritmo, ese beat hacía acelerar su corazón, la luz estroboscópica que se dirigía a la pista le ayudaba a dejarse llevar, los tragos y la píldora le daban la energía.

 

-Woooo! ¡Eso es, Loki! ¡Muévete loco, muévete más loco! – Comenzó a gritarle Tony que se encontraba más arriba que él.

 

Continuó haciéndolo, continuó bailando, continuó dejándose llevar. Distinguió una gran sonrisa en el rostro de Anthony, pero esa mueca no era dirigida a él, su amigo ya estaba con otra persona y no alcanzó a ver si era chica o chico, todo por la luz estroboscópica y sus sentidos ya fallando. Unos segundos más y miró otra sonrisa delante suyo, de un chico que no conocía. Bastó un segundo para pensarlo y decidió corresponder la sonrisa y aceptar la muda invitación a acercarse.
De pronto se atravesaban en su campo de visión su par de amigas bailando seductoramente, en momentos el corto vestido de María se alzaba demasiado, provocado por las manos inquietas de Darcy o por el simple movimiento del baile.

Aquel sujeto se acercaba en momentos demasiado a su rostro y él le rehuía sin convencerse aún. Pero no tardó mucho en sorprenderse cuando ya tenía aquellos labios algo fríos sobre los suyos, demandando un beso en seguida. De nuevo: cuestión de un segundo. Correspondió el beso del extraño. Un ritmo acelerado, ansioso. Ya era demasiado, así que separó sus rostros.

 

-Voy por un trago, ¿vienes? – Afortunadamente apareció Tony a su lado, sonriente.

-Vamos. – Le respondió, comenzando a caminar tras el castaño y una chica que lo acompañaba. Pero notó que el tipo con quién él se besó quería apuntarse y seguirle. – No. Ahora vuelvo. – Le detuvo apenas mirándole. Llamó a sus amigas por si querían un trago también y así ellas igual le siguieron.

-Wow. Se está poniendo muy bueno esto. – Reconoció feliz Darcy, pasándole su vaso a Tony para que le sirviese de la segunda botella de Whiskey que ya llevaban.

-Se los dije. – Les recordó Tony. Les sirvió a todos un trago y ocupando una de las copas de los primeros cocktail también le sirvió a su nueva amiga. – Ella es…, ¿Cómo me dijiste que te llamas? – Y no pudieron evitar soltar una risa, era el colmo.

-Me llamo Jennifer. – Respondió sin sentirse ofendida, pues la verdad es que no se habían dicho sus nombres. Era linda, pero las alarmas de todos se activaron advirtiendo bitch a la vista, pero no importaba. Rubia, ojos verdes, bonita nariz, labios delgados; blusa verde, falda blanca, tacones café, así que ¿por qué no? – ¿Ustedes?

-Soy Tony, ella es Dracy, ella María y él Loki. – Les presentó. – Loki, ¿y tu amigo? – Le preguntó malicioso el castaño.

-Agh, olvídalo. No. – Le dijo algo alterado.

-¿Cómo? Pero si no está nada mal… O al menos medio lo vi. – Le apoyó Stark.

-La verdad es que no… no me apeteció. – Informó.

-Sigue buscando. – Dijo Darcy. ¿En serio sus amigos le estaban alentando a ser infiel? De acuerdo, en últimas instancias la decisión final dependía de él.

-¿En serio? – Les preguntó algo escéptico de cualquier forma.

-Bueno… ¿por qué no? – María le dijo desconcertada. – Si no quisieras ni te hubieses acercado así a ese tipo. – Carajo, Hill tenía razón.

-Sabemos que estás molesto con Thor. – Ya le declaró Tony. – Se nota, así que si quieres desahogarte qué importa. – Le dijo de lo más normal, sus amigas le asintieron y hasta la rubia lucía de acuerdo.

-Y si no lo quieres hacer tampoco importa. – Le animó Darcy. Loki suspiró.

-No lo sé. – Les dijo el pelinegro. – No es que lo busque, sólo si se da la situación. – Confesó.

-… Pero no hace mal que te presente a una amiga, ¿verdad? – Sugirió Jennifer.

 

Y otra nueva amiga se les unió, o ellos a ellas, el punto es que se habían reunido con las amigas de Jennifer y sinceramente una llamó la atención de Loki, no del todo, pero linda era. Su nombre era Melody y tenía cara de muñequita; ojos grandes también verdes, labios gruesos, cabello castaño claro, largo y ondulado, piernas largas, estrecha cintura, caderas amplias, lindísima en realidad, reafirmo Loki. Las que estaban bien entre ellas eran María y Darcy, por supuesto, que sin problemas habían ido a socializar un rato para luego volver a bailar. Tony después también se había escabullido a la pista con su acompañante de ahora y Loki todavía tardó un momento en seguirles los pasos.

Hubo más tragos que no recuerdan cómo los pagaron, pláticas sin sentido, risas tontas y una píldora más para cada quién cortesía de Tony. El corazón a galope, los ojos vidriosos, los labios resecándose, un libido creciendo en su interior. Intentó resistirse, no dejarse seducir, pero al diablo. Quería venganza. ¿De qué? De lo que fuese.

Compartieron un beso, luego otro y otro, hasta que Melody fue quién tomó la iniciativa y le condujo a los sanitarios, de los que miró salir a Tony todavía acomodándose la ropa, con Jennifer detrás de él en mismas condiciones. Desgraciado, con razón ya tenía rato que lo había perdido de vista. Stark le sonrió cuando se cruzaron y le dio una palmadita en el hombro. Antes de entrar inhaló profundo, y cuando ya estuvo dentro y la chica cerraba con seguro la puerta exhaló todo el aire. De acuerdo, era hora, y sabía bien que era el momento, sino desde un principio no hubiese llevado condones a esa fiesta.

 

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Sólo esperaban a Loki ahora, sentados en la misma mesa que habían adoptado como suya. Tony bien tendido en el sillón y Hill con Darcy también descansando de tanto baile. Se sonreían como bobos porque había estado todo muy divertido. Stark quería lanzarse a ellas y comérselas a besos porque eran geniales esas chicas, se convencía de ello en cada fiesta. Se proponía que algún día que quisiera una verdadera relación se buscaría a una chica como ellas.
Finalmente miraron a Loki acercarse, un tanto desorientado, les causó algo de gracia. Afortunadamente venía solo.

 

-¿Y si nos vamos? – Fue lo primero que les dijo.

-¿Por qué? ¿Algo salió mal? – Se burló Tony.

-No. Sólo que ya pasó lo que tenía que pasar. Vámonos. – Le respondió algo impaciente.

-¿Tan rápido te vas a arrepentir? – Le cuestionó divertida Darcy.

-Dejemos ese tema, tampoco fue la gran cosa. – Manifestó relajándose un poco. – ¿Qué hora es?

-Las cuatro de la madrugada. – Respondió María. – ¿Pero cómo nos vamos a ir así? Estamos fuera de combate.

-Yo me encargo. – Le dijo Loki sacando su móvil. – Llamaré al chofer para que vengan por nosotros. Pero hay que salir ya de aquí.

-¿Qué? Pero no quiero dejar aquí mi auto. – Se quejó Stark, poniéndose de pie para seguir a los demás que ya iban a la puerta.

-De acuerdo. Sólo espera. – Le calmó el pelinegro. Ya fuera marcó un número y cuando respondieron comenzó a hablar, diciendo dónde estaba y cuántos autos tenían ahí, pidiendo que fuesen personas suficientes para llevarlos.

-¿Puedes disponer así de esas personas? – Preguntó curiosa Dracy cuando el ojiverde cortó la llamada.

-Sí. En el contrato de los choferes queda estipulado que sus servicios pueden ser recurridos a cualquier hora, así que no hay problema. Pero sólo hay dos, así que vendrán otros dos empleados más, a ellos se les paga extra por las molestias que están fuera de sus deberes. – Explicó.

-Oh… los ricos y sus lujos. – Expresó cual niña Darcy.

-Tiene sus ventajas, sí. – Aceptó con una sonrisa ladina.

 

En el tiempo que estuvieron esperando dentro del Mercedes Benz que había llevado Loki, estuvieron tomando unas bebidas energizantes que les compró Tony al escabullirse a una tienda de 24hrs a unos pasos de ahí. No quería que nadie cayera tan pronto. Porque cuando llegaron por ellos fueron llevados a casa de Loki, sus autos fueron guardados en la enorme cochera, los empleados volvieron a sus habitaciones correspondientes y ellos fueron a parar a la amplia habitación de Loki donde colocaron música para seguir bebiendo de una de las botellas que tomaron del mini-bar de la casa.
Las chicas brincaban infantilmente sobre la cama king-size, aún muy animadas mientras comentaban sobre las cosas curiosas que había en la habitación de Loki, tanto los chicos continuaban conversando. Luego unos toquesitos en la puerta los distrajeron, pero eso no hizo que las chicas parasen sus saltos ni que Tony abandonase su trago, fue el pelinegro quien abrió la puerta de su habitación.

 

-¿Qué pasa? – Preguntó Loki a su padre, que ahora estaba frente a él a un paso de la habitación. Stark volteo curioso para saber si habría algún problema por su escándalo. María frenó sus saltos mirándolo de igual modo al verlo; un hombre alto, cabello negro, tez blanca, facciones duras, era imponente. Darcy también lo notó y paró.

-Hola. – Saludó tras el leve vistazo que les dio aquel hombre con cara de pocos amigos. Laufey sólo le asintió levemente con la cabeza para mirar de nuevo a Loki.

-¿Todo bien? – Cuestionó simplemente.

-Sí.

-No quiero problemas. ¿De acuerdo?

-De acuerdo. – Accedió Loki. Con otro sutil asentimiento de cabeza Laufey dio media vuelta y regreso a su habitación dejándolos solos.

-Me agrada tu padre. – Comentó Darcy para volver a saltar como loca. – Creí que nos gritaría que quitásemos la música y nos correría por ser pobres y borrachos. Bueno, al menos yo.

-Está bien mientras no le metamos en problemas. – Aclaró Loki.

-¿Algo que involucre a la policía?

-Sí. O que rompamos alguna de sus cosas, o que interrumpamos en su espacio. Cosas así.

-Oh.

-¿Y ahora qué hacemos? – Preguntó María ante el ambiente relajado pero sin ver a los otros con intenciones de dormir.

-No lo sé. ¿Por qué no nos cuentas qué tal esa chica Mallory, eh Loki? – Intervino Tony con malicia.

-¿Sobre qué? – Se hizo el desentendido el pelinegro. Sin corregir que se equivocaba de nombre, pues sinceramente ya se le había olvidado el nombre y ese se parecía por lo que debía de ser ese.

-Agh, por favor. ¿Al menos lo disfrutaste? – Preguntó con fastidio el castaño.

-¿Qué? Fue un simple polvo. – Respondió.

-Lo sé. – Le dijo Tony de vuelta con una sonrisa divertida. – Fue un rapidín en un baño, no se puede esperar mucho. – Hubo un breve silencio pero de pronto Tony estalló en una carcajada que al parecer había estado evitando.

-¿Qué te pasa, loco? – Le cuestionó Hill.

-Es que… hahahahah, Loki me molestaba con eso que él acaba de hacer. Y me alardeaba que no le haría eso a Thor porque bla-bla-bla. – Les contó todavía sonriendo. – ¿Te acuerdas, Loki?

-Sí, no me lo eches en cara. – Se quejó Loki. – Pero ya pasó.

-¿Pero por qué pasó? – Preguntó de nuevo Hill, interesada, moviendo divertidamente sus cejas.

-Cuéntanos~ Cuéntanos~ Cuéntanos~. – Comenzaron a corear cual niños. Loki se resignó a contarles.

-Ok, ok. – Les calmó. – Pero creo que no es nada importante. No he visto a Thor, no me ha hablado, ni siquiera un texto me ha enviado, me estaba aburriendo por eso. Entonces quise salir, por eso les llamé, pero primero le llamé a él y resultó que estaba con Jane. A ella si la ha estado viendo.

-¿Sólo por eso? – Se sorprendió Darcy. Loki asintió ingenuo.

-No te hagas el tonto, Loki. – Le reprendió muy seguro Tony, con esa sonrisa de malicia. – Admite que desde antes ya le querías hacer una mala pasada a Thor. – Las miradas se volvieron de nuevo a Laufeyson que soltó un bufido quitando su cara de inocentón.

-Agh, ok. – Admitió. – Pero por la misma razón. Se la pasaba con Jane cuando ella iba al colegio, o si no se la pasaba texteando con ella y ahora a ella la busca antes que a mí. Y el problema está en cómo reacciona cuando la ve, cuando sabe de ella y cuando están juntos. Es raro.

-Creo que sí te da motivos para estar celoso. – Aceptó María.

-Para estar molesto. – Corrigió Loki. – ¿Va a quedar entre nosotros lo que pasó entre esa chica y yo hoy?

-Claro, si no es que tú primero vas y te quemas con Thor. – Le dijo Darcy.

-Entonces qué crees. ¿Qué Jane y Thor se taren algo? – Le preguntó Tony.

-Eso no lo sé. Pero me da la impresión de que Thor lo quiere. – Se sinceró Loki.

 

 

 

Notas finales:

¿Loki es un loquillo o un pendejillo? xD
Pues ahí lo tienen, chicas y chicos, no quiero decir mucho porque la cosa con Loki y Thor va a seguir dando vueltas y vueltas…, como toda la historia jaja.

Carajo, siento que le falta mucho por terminar pero ya son un montón de capítulos :/, me da incertidumbre seguirle algunas veces. Es que está super-duper-largo (a mi parecer y costumbre) u__u

Ok, espero les haya gustado. No me odien.., bueno, si quieren sí. Byebye~ *3*

 


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