Open Mind por yaonita

31. Sesión en el estudio.

(Alex)

Estaba en la cama, completamente desnudo, sentado y apoyado en el cabecero, deseando que mi chico dejara de hablar por teléfono para que volviera a estar entre mis brazos.

Toni estaba muy nervioso, hoy íbamos a hacer las fotos para el calendario y quería que saliera todo a la perfección, así que nada más despertarnos ya había cogido el teléfono para comenzar a hacer llamadas.

Habíamos tenido el piso para nosotros solos ya que Tristán se había ido con Kiel a su residencia, y nosotros habíamos estado aprovechando la noche al máximo. No es que normalmente nos importara mucho hacer el amor con Tristán en el piso, pero sin él nos sentíamos mucho más libres para hacer lo que quisiéramos, incluso hacerlo en la cocina.

Sin duda había sido una noche maravillosa, iba a hablar con Tristán para que se fuera más a menudo con Kiel, aunque tal y como iban las cosas entre esos dos no me extrañaría que pronto se viniera a vivir Kiel con nosotros.

- Todo arreglado, tenemos el estudio para nosotros a las once – Toni colgó el teléfono y se dirigió hacia mí – Ya le he enviado un mensaje a los chicos – Se subió a la cama y caminando a gatas sobre ella se acercó a mí, poniéndose entre mis piernas con su espalda apoyada en mi pecho.

- Tenemos tiempo, podemos holgazanear un poquito más – Con mis brazos rodeé su cintura y Toni apoyó su cabeza en mi hombro.

- No te voy a decir que no – Me sonrió – Lo tenemos todo preparado, no tenemos nada que hacer hasta la hora de ir al estudio – Habíamos preparado unas maletas con la ropa, o más bien poca ropa, que íbamos a llevar en la sesión, primero serian unas fotos de estudio para luego, por la tarde/noche, hacer unas fotos en la playa.

- Al final ¿Quiénes participaran? – Aún no sabía exactamente quienes se harían las fotos para salir en el calendario.

- Pues seremos además de tú y yo, Tristán y Kiel, Zen y Roberto, y al parecer también estarán Luis y Santi – Comentó.

- ¿Enserio? – Me sorprendía que ambos estuvieran, aún más Luis con lo que había pasado con Kiel.

- Parece ser que él y Kiel han quedado como amigos – Me informó.

- Ya ¿Pero qué piensa de eso Tristán? – Mi amigo no es que fuera conocido precisamente por ser poco celoso.

- He hablado con Kiel de eso ¿Y sabes que me ha dicho? – Negué con la cabeza – Que si Tristán quiere estar con él, van a tener que cambiar muchas cosas, y va a tener que aceptar que este con sus amigos, entre ellos Luis.

- Maldito Kiel, tiene bien pillado por las pelotas a Tristán – Me reí.

- Ni que lo digas – Se rió Toni – Me lo voy a pasar muy bien tomándole el pelo a Tristán con todo este tema.

- No seas malo amor – Me reí yo también y le di un mordisquito en el cuello – Tristán no es el único aquí que esta pillado hasta las trancas.

- Ahhh ¿No? – Ronroneó al tiempo que acariciaba mis brazos.

- No, y lo sabes perfectamente – Subí mis manos por su pecho para acariciarle y pellizcarle los pezones – ¿Crees que tenemos tiempo de una última ronda?

- Para eso siempre hay tiempo cariño – Se volteó y comenzó a besarme.

Disfrutar de sus labios, de sus caricias, de su cuerpo rozándose con el mío, de sus gemidos, de sus jadeos, de sus orgasmos, de sus estocadas, de sus embestidas, de su caliente interior. De sus ardientes miradas, de sus traviesas sonrisas, de sus pequeños momentos de mal humor, de sus pequeñas rabietas, de sus momentos de ternura, de sus momentos de tristeza, de sus momentos de alegría, de todo él. Era lo que le daba sentido a mi vida.

(Tristán)

El sonido de la guitarra me despertó. Miré a mí alrededor y entonces me di cuenta de donde estaba, estaba en la habitación de Kiel, pero él no estaba conmigo, enredado entre mis brazos como debería estar.

Kiel vivía en una residencia de estudiantes, a penas disponía de un pequeño salón y una habitación, pero era suficiente para él, y ahora también para mí.

Me desperecé, estirando todos mis músculos, y bostezando con la boca abierta de par en par, me hubiera gustado despertar con mi chico a mi lado, pero al oír la guitarra supuse que Kiel había tenido un momento de inspiración y se había levantado para componer.

Busqué con la mirada mis bóxers y no los encontré por ninguna parte, intenté hacer memoria para recordar donde los había tirado, y me sonrojé, aunque parezca mentira, recordando que los había tirado por la ventana.

Todo pasó anoche, tenía a Kiel bajo las sabanas, jugueteando con su lengua en mi piel, podía sentir la humedad de su lengua por todo mi cuerpo, yo lo único que hacía era disfrutar del momento.

- Kiel hoy estas muy juguetón, me haces cosquillas – Sentía sus besos en mi ombligo y sus dedos en mi cintura jugueteando con el elástico de mis bóxers, pero no podía verlo.

- ¡No me lo puedo creer! – Exclamó sorprendido, y yo no entendía que había pasado.

- ¿Qué pasa?, ¿Aún te sorprendes al ver el tamaño de mi polla? – Bromeé. Kiel comenzó a reptar por mi cuerpo, hasta asomar la cabeza.

- ¿De verdad llevas unos bóxers con angelitos? – Comenzó a reír al tiempo que se sentaba sobre mi cintura, con mis bóxers en sus manos.

- No te rías, dámelos – Intenté quitarle mis bóxers sin éxito.

- Tristán enserio ¿Angelitos? – Levantó ambas cejas estupefacto.

- Eran los únicos que tenía limpios – Me justifiqué.

- Esto tienen que verlo los chicos – De pronto se levantó de mi cuerpo y fue en busca de su teléfono.

- ¡Pero qué haces! – Exclamé sorprendido, alzándome yo también sobre la cama.

- Hacerles una foto, sino no me creerán los chicos cuando se lo cuente – Se rió.

- ¡Estás loco! Dámelos Kiel – Me levanté de la cama completamente desnudo e intenté quitárselos – Dámelos y no hagas tonterías – Kiel no me dejaba cogerlos, los escondía en su espalda y los quitaba de mi alcance.

- No, no, no Tris, no voy a dejar que me los quites antes de hacerles una foto – Bromeó.

- Vamos nene – Ambos nos habíamos levantado, fui acercándome a él poco a poco y de forma sexy – Olvídate de mis calzoncillos y volvamos a la cama.

- No antes de que les haga una foto – Se alejó de mí justo antes de que consiguiera quitárselos – De verdad Tristán, que jamás te imagine con unos bóxers con angelitos – Siguió riéndose.

- Nene – Le sorprendí con mi rapidez justo antes de que consiguiera hacerles la foto con el móvil – No voy a dejar que les hagas una foto – Se los paseé por delante de la cara y luego los alejé para que no pudiera cogerlos.

- Vamos Tris – Ahora fue él, el que se acercó poco a poco abrazándose a mi cintura, yo los tenía en alto para que no alcanzara a cogerlos – Sabes perfectamente que en cuanto comience a jugar con esto – Llevó su mano a mi polla provocándome un ligero respingo – Te olvidaras de los bóxers y de todo, y yo aprovecharé el momento para hacerles una foto – Me sonrió maquiavélicamente.

- No si me deshago de ellos antes – Me dirigí hacia la ventana, la abrí y tiré los bóxers por ella sin pensármelo dos veces.

- ¡Pero qué haces! – Kiel corrió hacia la ventana – Ahí abajó hay una guardería.

- ¿Qué? – Me asomé por la ventana y ahí estaban mis bóxers, colgando de un columpio.

- Vaya sorpresa se llevaran mañana los niños, te van a denunciar por acosador – Comenzó a reírse Kiel.

- Cállate, tú tienes la culpa – Me sonroje avergonzado.

- Eres tan mono cuando te sonrojas – Me abrazó Kiel.

Y ahí me olvide de los bóxers y de todo lo demás para concentrarme única y exclusivamente en disfrutar de mi chico.

“¿Cómo había podido ser tan estúpido?” Me recriminé a mí mismo, al recordar lo sucedido la noche anterior.

Me levanté a desgana y rebusqué entre los cajones de Kiel, no le importaría si le cogía unos bóxers prestados ¿No?

Una vez vestido con los bóxers salí de la habitación, y en el pequeño salón me encontré a Kiel canturreando y muy pensativo.

- ¿No se quejan los vecinos de que les despiertes en plena mañana con tu música? – Pregunté con una sonrisa por la visión que tenía ante mí.

- ¿Lo dices porque te he despertado a ti verdad? – Se rió.

- Despertarme escuchando tu música no podría ser más bonito, pero dudo que los vecinos piensen lo mismo – Me reí ahora yo.

- Tonto – Protestó con una sonrisa – ¿No piensas darme los buenos días como es debido?

- Buenos días nene – Me acerqué a él y le planté un beso en los labios.

- Buenos días Tris, siento haberte despertado – Me sonrió.

- No importa – Mejor despertarme así que con el ruido del despertador – ¿Estas componiendo?

- Sí, me desperté temprano y me entraron ganas de componer – Me sonrió – De hecho es una canción que estoy componiendo pensando en ti.

- ¿De verdad? – Pregunté sorprendido – Pues déjame escucharla.

- Aún no está acabada, y no es mucho de mi estilo, pero me apetecía componer algo así – Argumentó.

- Vamos, déjame escuchar aunque sea una parte – Insistí cariñosamente.

- Está bien, pero no te rías – Cogió su guitarra y comenzó a tocar.

Siempre me sorprendía al ver como dominaba Kiel cualquier instrumento, era bueno con el piano, con la guitarra, con el violín y muchos otros ¿A caso no se le resistía ninguno?

Comenzaron los primeros acordes y de inmediato me quedé hipnotizado escuchándole, esa canción la había compuesto pensando en mí y me la estaba dedicando a mí, no podía sentirme más orgullo.

No tardó en comenzar a cantar las primeras letras.

“Un día de estos, tendré que abrazarte más fuerte, no vaya a ser que te me vueles, igual que la pena en un bar.

Un día de estos, tendremos que vernos a oscuras, la piel no conoce otra forma, para ir resolviendo las dudas”

Tenía muchísimo talento y yo estaba ensimismado, con el corazón dando bandazos en mi pecho.

“Yo sé que solo es miedo, fantasmas de la infancia, tú intentas arrojar el corazón por la ventana. Luchar contra el deseo, en plena madrugada, es como intentar que Dios conteste una llamada.

Tu piel me la regalas, el alma continua anestesiada. Si quieres yo te cuento las cosas que te pasan, cuando abres al amor con la cadena echada. Comprobaras que todas las cosas que no hacemos, después son esas mismas cosas que echaras de menos.”

Me sonrió con picardía antes de comenzar con la siguiente estrofa, intensificando su voz.

“Quiero follarte lento, mirándote a la cara, leer tu cuerpo en braille con las luces apagadas. Quiero que entiendas esto, si ya no entiendes nada, “amor” es la palabra que resuelve en crucigrama.”

Volvió a suavizar su voz, mirándome con ternura, yo tenía que controlarme para no quitarle la guitarra de los brazos y que mi cuerpo ocupara su lugar.

“Un día de estos, tendrás que ir bajando la guardia. Las cosas que otros te hicieron, son cosas que ya no te pasan.”

Y poco a poco, fue cerrando la canción. Yo me quedé mudo, sin saber que decir.

- Solo tengo esta parte, sé que es poca cosa pero…

- ¿De verdad la escribiste pensando en mí? – Conseguí preguntar al fin.

- Claro ¿En quién si no? – Me sonrió. Me acerqué hacia él y con mis manos aparté la guitarra para poder besarle.

- Te juro que si no tuviéramos que ir a hacer las fotos, te follaría aquí mismo – Susurré rozando sus labios.

- ¿Te gustó? – Me miró con ojos brillosos.

- Mucho – Y volví a besarle.

Habíamos quedado con los chicos y no podíamos faltar, sobre todo porque era algo muy importante y que hacían por mí. Así que muy a mi pesar me separé de Kiel y me dispuse a ducharme y arreglarme.

Teníamos que pasar por mi piso para recoger mis cosas antes de ir al estudio fotográfico y habíamos quedado allí a las once, estaba bastante nervioso, pero sobre todo agradecido con los chicos por todo lo que estaban haciendo por mí. Nunca se lo agradecería lo suficiente.

(Luis)

Por mi estúpido sentido de la puntualidad y mis nervios, había llegado el primero al estudio fotográfico, habíamos quedado a las once en la puerta de entrada y aún faltaban veinte minutos para la hora. Aún no sabía exactamente que hacía aquí.

Acababa de romper con Kiel porque este amaba a Tristán, y yo, como un tonto, estaba dispuesto a participar en un calendario para ayudar a este sin saber muy bien a qué. Encima de cornudo, apaleado.

Pero le había dado muchas vueltas al asunto, y si quería seguir siento amigo de Kiel, no podía distanciarme de él, y él me lo había pedido así que no podía negarme.

Si dijera que no me había afectado en absoluto la ruptura, mentiría. Claro que me afectó, en el fondo seguía teniendo la esperanza de conseguir que Kiel se olvidara de Tristán y se enamorara de mí. Y… seguía sintiendo algo por Kiel, eso no podía negarlo. Pero si algo había aprendido en todo este tiempo, era que no tenía ninguna oportunidad con él, Kiel nunca dejaría de amar a Tristán, debía olvidarme de él y seguir adelante.

Entonces sin darme cuenta una imagen se instaló en mi mente, más en concreto unos hermosos ojos azules ¿Podría Santi ayudarme a olvidar a Kiel?

No, mierda, no podía utilizar de esa forma a Santi, debía esperar a estar preparado para intentar algo con él, no quería estropearlo.

- Vaya, no esperaba verte aquí – Precisamente la persona que estaba en mis pensamientos fue la primera en llegar después de mí.

- Hola Santi, pues ya ves debo ser masoquista porque aquí estoy – Bromeé aunque no me hiciera ninguna gracia.

- Me enteré de lo que pasó ¿Cómo te encuentras? – Preguntó con verdadera preocupación.

- Bueno, tarde o temprano tenía que pasar, es difícil que una relación funcioné cuando uno de los dos está enamorado de otro chico – Comenté resignado – Pero Kiel y yo hemos quedado como amigos, no le guardo ningún rencor.

- Espero que lo que pasó entre nosotros no haya tenido nada que ver en la ruptura – Murmuró apenado.

- No, tranquilo no tuvo nada que ver – No quería que se preocupara por una tontería – Aunque deberías saber que se lo conté a Kiel.

- Me va a matar – Se dio un golpecito en la frente.

- Kiel no es tan malo – Me reí – Aunque puede que te mande alguna pullita.

- Intentaré ser fuerte – Me sonrió.

- Hola chicos – Llegaron Zen y Roberto para interrumpir nuestra conversación.

- Hola Zen, Roberto – Los saludamos.

- Luis me alegro de verte aquí – Me sonrió Roberto – Quiero que sepas que haya pasado lo que haya pasado entre vosotros, tú ya eres uno de nuestros amigos, siempre serás bienvenido.

- Gracias Roberto, aunque eso deberás recordárselo a Tristán, no creo que le haga mucha gracia verme aquí – Me reí.

- Al cabezota ese déjamelo a mí – Se rió también Roberto.

- Por allí viene el resto – Anunció Zen. Miré hacia donde señalaba y efectivamente ahí venían Alex, Toni, Kiel y Tristán. El corazón me dio un vuelco al ver a estos últimos cogidos de la mano.

- Chicos sentimos el retraso, pero ahora que estamos todos ya podemos entrar – Fueron las primeras palabras de Toni.

- Tú sabes donde es el estudio, te seguimos – Comentó Roberto.

- Luis – Tristán me cogió por el brazo, y ante la mirada de advertencia de Kiel, hizo que nos retrasáramos para poder hablar con algo de intimidad – Quería darte las gracias por habérselo puesto fácil a Kiel, él estaba muy preocupado, no quería hacerte daño porque te aprecia mucho y no quería hacerte sufrir – Me quedé helado, ahora mismo me pinchaban con una aguja y no me salía sangre ¿Tristán dándome las gracias?, ¿En qué mundo paralelo estábamos?

- ¿No te importa que sigamos siendo amigos? – Pregunté cuando conseguí reponerme de la sorpresa.

- Para serte sincero, me siento un poco incomodo – Reconoció – Pero quiero confiar en mi chico y sé que me ama, como también sé que a ti te quiere mucho, así que no tengo más remedio que soportarte – Sonrió.

- Supongo que con eso me conformo – Le devolví la sonrisa.

- También quiero pedirte perdón por todo – Ahora sí que no me lo podía creer ¿Tristán pidiéndome perdón? – Sé lo importante que era para ti Kiel y el daño que te puede haber causado todo esto. Aunque también debo reconocer que no lo lamento, yo amo a Kiel y no podía dejarle escapar tan fácilmente.

- Kiel nunca fue mío, su corazón siempre te perteneció a ti – Le sonreí – Así que no me siento como si me lo hubieras robado porque nunca me perteneció. Una cosa si te advierto, si veo que él no es feliz contigo, o veo que lo haces sufrir o le haces daño de cualquier manera, tendrás que vértelas conmigo, y lucharé con todas mis fuerzas por conseguir que vuelva conmigo y se olvide de ti.

- Puedo asegurarte que no volveré a hacerle daño – Aseguró convencido – Al menos no de forma consciente.

- Espero que no olvides tus palabras, Kiel merece ser feliz es un chico estupendo – Sonreí con algo de tristeza por no haber conseguido enamorar a ese estupendo chico.

- Te prometo que no las olvidaré – Y tras guiñarme un ojo se adelantó para volver junto a su chico.

Jamás hubiera pensando tener una conversación así con Tristán. Es más lo que esperaba de él era alguna amenaza, o alguna pullita para que no me acercará a Kiel ¿Sería verdad que había cambiado?

Por el bien de Kiel esperaba que sí. Kiel no soportaría de nuevo una relación tan intoxicada como la que tenían antes, él necesitaba mucho más.

Poco a poco se iba cerrando una etapa de mi vida que me trajo unos meses estupendos con Kiel y nuevos amigos, ahora estaba llegando el momento de iniciar una nueva etapa que esperaba que tuviera un mejor final.

(Kiel)

Llevábamos ya un par de horas en el estudio fotográfico, y después de los primeros nervios y las vergüenzas iniciales ya parecíamos unos modelos profesionales.

Toni era todo un profesional, y con sus palabras conseguía que nos sintiéramos cómodos ante la cámara a pesar de la poca ropa que llevábamos. Todos nos habíamos hecho ya alguna que otra fotografía, y entre el turno de uno y el turno de otro nos íbamos cambiando de ropa. Unas fotos eran solo con un ajustado pantalón, otras con unos bóxers ceñidísimos, otras con algo de attrezzo, hacíamos fotos de todo tipo para luego decidir las mejores.

Tristán era el que más a gusto se sentía, estaba en su salsa, como le gustaba lucirse al condenado, claro que tenía percha más que suficiente para presumir.

Me había sorprendido muchísimo lo bien que parecía llevar la presencia de Luis. En un principio tenía algo de miedo, e incluso llegué a arrepentirme por forzar tanto las cosas, pero ahora me sentía aliviado y, para que negarlo, orgulloso de mí chico.

Debo confesar que me moría de curiosidad por saber de que habían hablado esos dos cuando se quedaron a solas, cuando se lo pregunté a Tristán simplemente me contestó con una de esas sonrisas suyas que solo presagiaban algo retorcido, así que tenía que hablar con Luis.

- Luis ¿De qué habéis hablado tú y Tristán? – Me había acercado a él, y aprovechando que ahora era Tristán el que se estaba haciendo las fotos, le pregunté.

- ¿No te lo ha dicho? – Preguntó con curiosidad.

- No, y no quiere decírmelo, solo me sonríe cuando se lo pregunto – Dejé escapar un chasquido de resignación.

- Pues si él no quiere decírtelo, no sé si yo debería contarte una conversación privada – Lo que me faltaba por oír ¿Ahora los dos se iban a poner de acuerdo para confabular contra mí?

- ¿Enserio te vas a poner de su lado? – Protesté.

- Kiel – Me miró intensamente – ¿No crees que si pides que él confíe en ti, tú deberías confiar en él?

- Ya, pero… no es cuestión de confianza, es simplemente que me gustaría saber de que habéis hablado, nada más – Aseguré apenado.

- ¿Y nunca has oído la frase “La curiosidad mató al gato”? – Se rió – Olvídalo Kiel, tienes a un chico estupendo a tu lado, que ha cambiado por ti, ahora no lo estropees tú – Me guiñó un ojo. Dios ¿Es que ahora también se le habían pegado los tics de Tristán?


Decidí olvidarme del tema, si Luis no le deba importancia yo tampoco debería dársela ¿No?

- ¿Cuándo comenzamos a quitarnos la ropa? – Resoplé y me di una palmadita en la frente resignado, Tristán nunca cambiaría, le encantaba llamar la atención. Todos rieron ante su pregunta.

- No voy a obligar a nadie, pero si alguien quiere y se atreve a hacerse una fotito desnudo, evidentemente tapando las zonas más intimas, no hay ningún problema – Comentó Toni aún riéndose.

- Me da un poco de vergüenza, pero si hay que hacerlo para que el calendario se venda mejor lo hago – Comentó un tímido Zen.

- Zencito ese lindo culito tienes que enseñarlo – Se rió Tristán.

- Ni loco le dejo enseñar el culito – Protestó un molesto Roberto.

- No seas gruñón viejo, si por mucho que lo enseñe solo tú podrás disfrutarlo ¿Verdad Zencito? – Bromeó Tristán, y Zen ya no sabía dónde meterse de la vergüenza.

- He dicho que no – Zanjó Roberto.

- Viejo cascarrabias – Le recriminó Tristán.

- Una de los dos juntitos, tú tapándole protectoramente para que no se le vea nada y enseñando tu fuerte espalda sería una foto estupenda – Comentó Toni como buen profesional.

- ¡Sí! – Exclamó un emocionado Tristán – Podríamos hacer las fotos por parejas, cada uno con la suya, Zen con Roberto, mi amorcito con su novio lapa, el rubiales y yo, y bueno aunque no son pareja Luis y Santi no quedarían mal juntos – Propuso.

- A mí, mientras no se le vea el culito a mi pequeño me da igual – Comentó como si nada Roberto.

- Roberto cariño te estás pasando – Le advirtió un molesto Zen.

Y así fue, para que hubiera más intimidad y menos vergüenza, cuando le tocaba a una pareja solo se quedaban en el estudio esa pareja y Toni, el resto salíamos fuera. Cuando llego el turno de Alex y Toni, fue Tristán el que tenía más experiencia en el mundillo de la fotografía el que entró para hacerles las fotos, ya que Toni no podía hacérselas el mismo.

Al rato, la sesión en el estudio había acabado, ahora íbamos todos a comer para por la tarde ir a la playa a hacer unas cuantas fotos más con el atardecer y con el anochecer de fondo, seguro que saldrían preciosas.

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