Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola ^^

Voy a intentar compensaros por los últimos capítulos que han sido bastante cortitos, este es muy largo XD

Un capítulo que tiene muchas cosas, una parte pervertida, una romántica y una parte de odio profundo hacia una persona ¬¬ Ya me entenderéis…

Sin más, espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

33. Deseo que lo compartas todo conmigo.

(Roberto)

Estaba en mi despacho, sentado en la mesa de escritorio y centrado en mirar los libros de contabilidad, quería hacer números y ver si podía ayudar en algo a Tristán por poco que fuera. Por desgracia era poco lo que podía ayudarle, tenía mucho dinero invertido en el local, pero podía disponer solo de una parte, aunque por poco que fuera se lo daría a él. Aunque conociendo a Tristán seguro que se negaba, tendría que convencerle para que lo cogiera diciéndole que era un préstamo o algo parecido.

De pronto se abrió la puerta despacio, sacándome de mis pensamientos y mis cálculos mentales, miré hacía ella quedándome completamente sorprendido.

- Roberto Manrique sabía que le encontraría aquí – Alcé una ceja con incredulidad ¿A qué venía ahora esto?

- ¿Me buscaba? – Pregunté con voz amenazante.

- Llevó tiempo buscándole ¿Sabe a que he venido verdad? – Me miró de arriba abajo con chulería y cierto desinterés.

- Normalmente los chicos guapos me buscan para tener un poco de sexo conmigo ¿Es eso lo que quiere usted? – Sonreí con prepotencia – Déjeme decirle que ese traje negro que lleva es muy sexy pero algo intimidante.

- Y dígame ¿Vienen muchos chicos guapos ofreciéndose en bandeja? – Alzó una ceja con molestia.

- Muchos – Aseguré con altanería – Pero debería saber que si eso es lo que quiere, ahora no estoy disponible, supongo que le habrán dicho que tengo pareja ¿No?

- En realidad no era eso lo que quería, venía a cobrar una deuda – Se acercó poco a poco y se inclinó sobre la mesa – ¿Sabe a qué deuda me refiero?

- No sé de qué me está hablando – Giré la cabeza para no mirarle.

- Le debe mucho dinero a mi señor, un local como este no se levanta solo ¿Verdad? – Rodeó la mesa para volver a estar en mi campo de visión – Y mi señor está cansado de esperar, quiere que le devuelva su dinero lo antes posible, me dio permiso para hacer lo que fuera para poder cobrar.

- Pues siento decirle que no tengo nada de dinero, el negocio es una ruina – Aseguré – ¿Cómo piensa usted cobrar? De donde no hay no se puede sacar.

- Sé cómo convencerle para que me pague – Sacó lo que parecía ser una pistola de debajo de la chaqueta y me apuntó directamente a la cabeza – Sabe, es usted tan creído que me han entrado ganas de saber cuál es el motivo por el que tantos chicos guapos vienen pidiéndole sexo… desnúdese – Ordenó sin dejar de apuntarme con el arma.

- No creo que así consiga nada – Comenté al tiempo que me levantaba de la silla para comenzar a desnudarme lentamente – Pero si puedo evitar que me maté lo haré – Desabroché los botones de mi camisa poco a poco y me la quité dejándola caer al suelo.

- Siga con los pantalones y me lo pensaré – Me miraba con atención sin perderse ningún detalle de mis movimientos.

- ¿Así? – Le miré y comencé a desabrochar el cierre de mis pantalones sin quitar mi vista de sus ojos – ¿Le gusta?

- No está mal, pero todo se puede mejorar – Susurró, comenzaba a fallarle la voz.

- ¿Mejor así? – Deslicé mis pantalones por mis piernas y me los quité.

- Quíteselo todo – Ordenó.

- No me dispare por favor – Me quité los bóxers y me quedé completamente desnudo.

- Ahora siéntese – Volvió a ordenar.

- ¿Qué me va a hacer? No quiero morir – Supliqué.

- Voy a probar si vale la pena salvarle la vida – Se acercó poco a poco y se arrodilló a mis pies – Tendré la pistola a mano, si hace algún movimiento raro le mataré – Y tras decir estas palabras cogió mi polla entre sus manos y comenzó a degustarla.

- Ahhhh – No pude evitar gemir – Sabe cómo conseguir que un hombre se rinda a sus pies…. ahhhh – Había comenzado a saborear mi polla que estaba siendo completamente engullida, su lengua aprovechaba para lamer y sus dientes rozaban de vez en cuando para provocarme más placer – Ahhhh.

- Yo siempre consigo lo que quiero – Se detuvo un momento para mirarme con picardía – Cuando acabe con usted me dará el dinero que le debe a mi señor.

- Ya le he dicho que no tengo dinero… ahhh – Intenté ponerme serio, pero era difícil cuando literalmente me estaba comiendo la polla.

- Tendré que utilizar mi arma secreta – Cuando mi polla ya estaba más que preparada se levantó y comenzó a quitarse los pantalones – Cuando acabe con usted hará lo que sea por mí.

- ¿Qué va a hacer? No puedo hacerle esto a mi novio – Poco a poco se fue acercando para subirse a horcajadas sobre mis piernas, sin pantalones ni ropa interior, solo con la camisa blanca y la chaqueta del traje negro.

- Su novio no tiene porque enterarse – Puso sus manos en mi nuca y acercándome a él me besó. Yo no pude evitar llevar mis manos a su trasero y acariciárselo con devoción para luego adentrar un par de dedos e intentar preparar algo la zona, todo lo posible teniendo en cuenta mi excitación – Ahhh… parece que está ansioso.

- Debo admitir que me muero de ganas de conocer su arma secreta – Susurré con la voz tomada por el deseo.

- Ahora la probará – Alzó sus caderas y poco a poco se fue empalando en mi polla – Ahhh… ahhhh.

- Muévase despacio – A penas le había preparado no quería hacerle daño – Ahhhh… si – Le aflojé un poco la corbata ya que parecía molestarle – Si… siga así – ¿Me dará el dinero? Ahhh… – Me estaba volviendo loco, sus caderas subían y bajaban sin darme tregua, y mi polla aprisionada gritaba por explotar en su interior.

- Le daré lo que me pida… ahhhh – No podía parar de jadear sintiendo su cuerpo como se movía sobre el mío, con mis manos intentaba ayudarle en sus movimientos y con mi boca acallaba sus gemidos.

- Mi arma secreta siempre funciona… ahhhh… si... si – Estaba a punto de explotar de placer, no iba a poder aguantar mucho más, me apoderé de su polla con mis manos y comencé a masturbarle para que se corriera conmigo.

- No puedo más… ahhhh – Por fin exploté en su interior, dejando salir todo el placer retenido hasta ese momento. El chico que estaba sobre mis piernas aún no se había corrido y cuando me di cuenta de eso recuperé la respiración lo antes posible y me dispuse a ayudarle a acabar.

- Ahhh… si – La imagen ante mí era la imagen más sexy que un ser humano podía llegar a ver. Su pelo alborotado le caía sobre la cara de forma desordenada, el sudor brillaba en toda su piel, la camisa toda desmadejada y con los botones de arriba desabrochados dejando ver parte de su pecho, la chaqueta del traje aún puesta pero completamente abierta y en la parte de abajo nada… solo su polla y mi mano intentando darle placer, estaba en el cielo – Ahhh… si… Rober… ahhh – Y por fin conseguí que tuviera su orgasmo, mi mano no tardó en llenarse de su liquido y su cuerpo no tardo en dejarse caer sin fuerzas sobre el mío. Le sujeté con fuerza para que no se callera.

- Ha sido increíble – Susurré en su oído – ¿De dónde has sacado el traje?

- Lo vi en casa y pensé que te gustaría – Me sonrió sin apenas fuerzas.

- Siempre me sorprendes pequeño – Le besé con dulzura – ¿Y la pistola? – Alcé una ceja sorprendido.

- Es de juguete – Se rió – Pensé que le daría un toque especial.

- Siempre sabes cómo ponerme cachondo – Comencé a reír. Mi pequeño sabía lo mucho que me gustaban estos juegos y siempre que podía me sorprendía con alguno, solo teníamos que mirarnos para saber qué papel teníamos que interpretar cada vez que nos poníamos a jugar. Había una conexión muy especial entre nosotros y eso me encantaba.

- ¿Interrumpí algo importante? – Preguntó ya recuperado, yo seguía desnudo pero eso no me importaba lo más mínimo – Te veías muy serio cuando entré, estuve a punto de irme pensando que molestaba.

- Tú nunca molestas tonto – Le pellizqué el trasero de manera juguetona – Estaba haciendo números para ver si puedo ayudar aunque sea un poco a Tristán – Me entristecí.

- ¿Y? – Preguntó con curiosidad. Sin duda él estaba igual de preocupado que yo por Tristán.

- Podré ayudarle un poco pero por desgracia no tanto como a mí me gustaría – Confesé.

- No te preocupes Rober, con el calendario seguro que lo conseguimos y puede recibir el tratamiento – Aseguró.

- Eso espero – Resoplé con resignación – Por cierto ¿Cómo lo lleva Toni?

- Hemos estado hablando a bajo de eso, lo tiene casi listo cree que mañana puede tenerlo acabado, está trabajando muy duro para ello tiene unas ojeras increíbles, apenas duerme – Me informó.

- Para que luego diga que no le tiene aprecio a Tristán – Me reí – En el fondo se adoran.

- No pueden negarlo – Me acompañó en las risas – Debería volver al trabajo, que me este follando al jefe no me quita de mis responsabilidades y antes tengo que pasar por el vestuario para cambiarme – Me sacó la lengua.

- Ponte antes los pantalones o te violaran, estás demasiado sexy – Le guiñé un ojo.

- Tú será mejor que te vistas antes de salir de tu despacho o seré yo el que te viole – Bromeó.

- No vas a darme un último beso – Le pedí cuando acabó de limpiarse y vestirse y estaba a punto de salir.

- No sé si debo al fin y al cabo no me has dado el dinero que venía buscando – Se hizo el remolón.

- No te escaparas sin un beso – Le cogí de la corbata y lo atraje hacia mí – Te amo – Dije justo antes de besarle.

- Y yo – Susurró para luego alejarse y salir por la puerta – Nos vemos luego.

- Adiós baby – Bromeé.

Estábamos en un momento dulce de nuestra relación e incluso me estaba replanteando volverle a pedir que se viniera a vivir conmigo. No es que fuera algo primordial, el tenía la llave de mi casa y pasaba casi más tiempo que yo allí, por eso pensaba que era una tontería que siguiera manteniendo su piso, debíamos dar el último paso y formalizar la relación aún más.

Me levanté del sillón y me dispuse a vestirme de nuevo, no sin antes limpiarme un poco. Afortunadamente para estos casos tenía un paquete de pañuelos húmedos en la mesa de escritorio que iban a la perfección, y a los que Zen había recurrido anteriormente.

Pensé que era una tontería seguir dándole vueltas a los números, pondría el dinero que Tristán necesitara después de vender el calendario aunque para ello tuviera que embargar el local.

Una vez que ya estaba perfectamente arreglado, con mi camisa azul y mis pantalones negros ajustados, salí para hacer una ronda por el local. Tenía que controlar que todo fuera perfecto y que no hubiera ningún tipo de problema.

Parecía que todo estaba en orden, era un día tranquilo, entre semana solían ser así, había bastantes chicos pero no como los fines de semana, estaba todo bastante controlado. Fui a la barra para ver si los chicos necesitaban algo, solo estaban Kiel, Toni y Zen que estaba hablando con un cliente al que no podía ver pues lo tenía de espaldas. Supuse que Tristán y Alex estarían sirviendo a los vips o tomándose un ratito libre.

Me acerqué a Kiel que era el que me quedaba más cerca.

- ¿Kiel va todo bien?, ¿Ha habido algún problema? – Pregunté nada más llegar a su lado.

- Todo bien Roberto, está siendo una noche tranquila – Comentó con una sonrisa. No pude evitar mirar hacia Zen, parecía bastante a gusto hablando con aquél chico, lo que no me hubiera molestado de no ser quien era. Ahora desde este ángulo podía ver perfectamente al individuo y la furia comenzó a brotar en mi interior.

- ¿Lleva mucho rato Zen con aquél chico? – Pregunté sin apartar la vista de ellos.

- ¿Estás celoso? – Bromeó – Llevan apenas cinco minutos ¿Es guapo verdad? – Me giré y le miré completamente molestó – ¿He dicho algo que no debía? – Se asustó por mi reacción.

- ¿Dónde está Tristán?, ¿…l le ha visto? – Comencé a preocuparme.

- Lleva un rato en la zona vip, no estaba aquí cuando llegó ese chico – Comentó con algo de duda – Me estas asustando Roberto ¿Quién es ese chico? – Volví a mirarle detenidamente, alto, rubio, buen cuerpo, ropa cara, sonrisa triunfante, desgraciadamente jamás podría olvidar a un chico así y me había tenido que encargar de echarlo del local muchas veces, demasiadas para ser exactos. En momentos como este era cuando me replanteaba tener seguridad en la puerta – ¿Roberto? – Ante mi nula contestación Kiel parecía preocupado.

- Se llama Joel – Le miré y sus ojos se abrieron casi de forma inhumana.

- ¿Joel? – Preguntó con miedo – ¿Ese Joel?

- Ese Joel – Confirmé. No hacía falta más para saber a quién me refería.

- Tenemos que echarle antes de que vuelva Tristán – Rápidamente fue hacia ellos, mierda si montaba un espectáculo empeoraría las cosas.

- ¡Tú, lárgate ahora mismo, aquí no eres bien venido! – Exclamó nada más llegar junto a ellos. Zen le miró sorprendido, Toni que estaba algo más lejos dejó lo que estaba haciendo para acercarse a ver qué pasaba y Joel simplemente levantó una ceja con incredulidad.

- ¿Perdona?, ¿Me estás hablando a mí? No te conozco de nada, no tengo ni idea de quién eres – Comentó con frialdad.

- Sé lo que has venido a buscar y no lo vas a conseguir – Tuve que ponerle una mano en el hombro a Kiel para que se tranquilizará, estaba montando un show y eso llamaría la atención de Tristán estuviera donde estuviera.

- Kiel que pasa, solo estábamos hablando no ha hecho nada malo – Comentó un desconcertado Zen – ¿Qué pasa Rober? – Me miró preocupado.

- Como bien ha dicho Kiel, este individuo no es bien venido en este local – Dije sin apartar la vista de Joel.

- Vaya Roberto, el protector, el salvador que siempre aparece para evitar que me encuentre con él ¿Tanto miedo tienes de que me vea? – Se burló Joel – ¿Te lo estas follando y tienes miedo de que te deje por mí?

- Si crees eso es que no lo conoces lo más mínimo, a él le van los rubios – Me reí y no pude evitar lanzarle una mirada a Kiel.

- Vaya, así que a él es a quien se folla – Miró esta vez a Kiel.

- Me parecía que olía un poco mal por aquí y ahora veo porqué – Apareció Tristán de pronto – Se nos ha colado un cerdo en el Open Mind.

- Vaya Tristán antes no pensabas eso de mí, en realidad no pensabas solo me pedías más y más – Se la devolvió Joel.

- ¿Se puede saber que haces aquí? – Preguntó finalmente Tristán con total seriedad. Yo, aunque me moría de ganas de echar a ese indeseable, quería ver como acababa todo. Los chicos se habían quedado petrificados observando el espectáculo.

- He venido para ver si seguías vivo, ya veo que si, eres duro de pelar – Se rió. Y de nuevo tuve que agarrar a Kiel para que se tranquilizara y tranquilizarme yo mismo pues estuve a punto de saltar y tirarme encima de él a darle de ostias – Además he conocido a tu nuevo chico, rubio como no, parece que te dejé marcado de por vida e intentas substituirme a toda costa.

- ¿Rober quién es? – Zen se había acercado a mí y me había preguntado en susurros. Alex también había aparecido y se había puesto al lado de Toni.

- Es el desgraciado ex de Tristán, el que le dejó tirado – Le informé.

- Desgraciado, y me estaba pareciendo un buen chico – Murmuro un molesto Zen.

- Las apariencias engañan – Aseguré – A Tristán también lo tenía engatusado hasta que se quito la máscara.

- Pues ahora que ya has visto que sigo vivo puedes largarte, no se te ha perdido nada por aquí – Continuó la conversación Tristán sin hacer mucho caso a las provocaciones de Joel.

- Había pensado que tú y yo podíamos hablar – Joel se acercó poco a poco a Tristán y le acarició el brazo – ¿Has olvidado lo que te hacía sentir?

- No, no lo he olvidado – Apartó el brazo molesto – No he olvidado lo desgraciado que me hiciste sentir, lo duro e injusto que fuiste conmigo y lo mal que me lo hiciste pasar. Eso no se olvida créeme – Aseguró – Lo que si he olvidado es cualquier sentimiento que hubiera podido tener por ti, ahora ya no significas nada para mí Joel, a ver si te haces a la idea y me dejas en paz.

- Pensaba que podía intentar hacerte feliz con un par de polvos en lo que te quedará de vida, pero ya veo que no es lo que quieres, mejor me voy – Por fin se dio por enterado.

- Gracias por tu generosidad pero sexo no me falta, tengo novio y él si me hace feliz aun conociendo mi enfermedad, no como tú – Le acuso Tristán – Vete y no vuelvas. Y se fue sin decir nada más ¿Cómo se podía tener tanta geta?, ¿Pensaba que Tristán estaba tan desesperado como para acostarse con él?, ¿Cómo pudo alguna vez Tristán estar enamorado de ese chico?

- ¿Tristán estás bien? – Kiel se acercó corriendo a Tristán para abrazarle.

- Tranquilo nene, estoy bien – Le acarició la espalda para tranquilizarle.

- ¿Ese era tú ex? – Preguntó un sorprendido Alex.

- Si, ese era Joel mi ex, no sé cómo pude estar enamorado de él, es un desgraciado – Reconoció apenado Tristán – Aunque antes no era así.

- Cuándo estamos enamorados, estamos ciegos, no vemos la realidad – Aseguró Kiel, quizás por experiencia propia.

- Yo a ese tío lo tengo visto, no es la primera vez que viene por aquí – Comentó Toni.

- Ha venido otras veces pero siempre lo echamos Roberto o yo – Me guiñó un ojo Tristán.

- Ahora que ya lo conocéis todos ya sabéis lo que tenéis que hacer si lo volvéis a ver por aquí – Les miré a todos y todos asintieron.

- Echarlo a patadas – Aseguró Alex.

- Ahora volved al trabajo, que los clientes llevan rato sin ser atendidos y ya se acabó el espectáculo – Debían olvidarlo todo y seguir trabajando.

Miré a Tristán, iba a ir a hablar con él para ver cómo estaba pero vi que no estaba solo, Kiel estaba con él. Sonreí, ya no estaba solo ya no me necesitaba, ahora yo debía echarme a un lado y dejar que Kiel ocupara mi lugar. Aunque Tristán siempre sería especial para mí, pero ahora primero estaba Kiel, luego ya iría yo a hablar con él.

No podía dejar las cosas como estaban, decidí salir para ver si me encontraba de nuevo con Joel, ese desgraciado no podía irse así como así. Cuando salí por la puerta lo vi a unos cien metros, iba calle abajo seguramente a buscar su coche. Corrí hacia él y antes de que pudiera darse cuenta lo agarré por el hombro para darle la vuelta y pegarle un puñetazo. Fue tal la fuerza del golpe, que acompañada de la sorpresa hizo que Joel callera al suelo.

- ¡Qué mierda! – Intentó levantarse furioso.

- ¡No te levantes desgraciado o te doy una patada! – Le amenacé – Que sea la última vez que te veo por aquí y la última vez que te veo molestando a Tristán, te juro que si vuelvo a saber de ti no me conformaré con un simple puñetazo – Le escupí para darle fuerza a mis palabras – Eres basura.

Y ahora sí, me había quedado tranquilo, normalmente no era una persona violente para ese chico sacaba lo peor de mí. Retrocedí mis pasos sin perder de vista a Joel, al muy estúpido lo mismo le daban ganas de seguir con la pelea, por suerte no fue así y pude entrar al local de nuevo sin más percances.

(Kiel)

Cogí de la mano a Tristán y me lo llevé a un lugar apartado, necesitaba hablar con él después de lo que había pasado.

- ¿Tristán estás bien? – Lo arrinconé contra la pared y le acaricié la mejilla con preocupación.

- Estoy bien Kiel ¿Por qué te preocupas tanto? – Quería parecer tranquilo pero se le notaba que estaba algo alterado.

- No ha sido un encuentro precisamente agradable – Comenté – Sé que necesitas desahogarte y para eso estoy yo, desahógate conmigo Tristán.

- Estoy acostumbrado a los encontronazos con Joel, no voy a dejar que esto me afecte – Murmuró.

- Pero es evidente que te ha afectado – Aseguré besándole para tranquilizarle.

- Es qué… es un desgraciado, me irrita pensar que haya podido estar enamorado de un tipo así – Gritó finalmente molesto – ¿Cómo pude estar tan ciego Kiel? Ese chico no tiene corazón, es cruel y egoísta ¿Por qué no puede dejarme tranquilo de una maldita vez? Fue él quien dijo que no quería volver a verme.

- Quizás se haya dado cuenta del terrible error que cometió al dejar a un chico tan estupendo como tú, y ahora se arrepiente y pretende enmendar su error – Le acaricié la cara con la palma de mi mano – Es doloroso tenerte y luego perderte Tristán, lo sé por experiencia – Finalmente conseguí que se tranquilizará y me mirara con emoción.

- No volverás a perderme Kiel – Puso su mano sobre la mía que estaba en su mejilla – Joel solo es una molestia para mí, te aseguro que ya no siento nada por él, y por su bien espero no volver a verle por aquí o lo mato – Aseguró.

- Tampoco tienes que ser tan drástico – Me reí.

- Ya me conoces rubiales – Se rió conmigo. Cuando paró de reír se puso serio de nuevo y volvió a hablar – Te amo Kiel, perdona que me haya dejado alterar por Joel.

- No importa es normal – Aseguré – Lo importante es que sepas que yo estaré a tú lado cuando algo o alguien consiga alterarte, y si no estoy yo esta Roberto, y si no los chicos, no estás solo Tristán hay mucha gente que te quiere, olvídate de los que te dieron de lado, incluso de tus padres.

- Lo sé y lo haré – Aseguró – Y ahora bésame como tú sabes para que olvide que alguna vez besé a ese desgraciado, no quiero que quede ni rastro de él en mi piel.

- Tus deseos son órdenes – Y le besé, de manera lenta al principio, intensificando poco a poco el beso hasta convertirlo en un beso desesperado, anhelante y posesivo.

Ahora conocía el rostro del chico que había destrozado a Tristán, que le había quitado las ganas de amar y ser amado, que le había humillado hasta tal punto que ni él mismo se creía con derecho a ser feliz. Ahora sabía a quién odiar, y a la vez, a quién agradecerle que le dejará libre para así poder llegar a estar con él.

(Zen)

La noche tras el incidente con el ex de Tristán transcurrió con normalidad.

Cuando estuve hablando con ese chico me pareció un chico simpático a la vez que atractivo, jamás se me pasó por la mente que podía ser ese Joel del que tanto había oído hablar. Aunque resultó ser un desgraciado podía perfectamente comprender que había visto Tristán en él, era un experimentado embaucador.

Ahora por suerte todo había pasado, y esperaba que al condenado no se le ocurriera volver a aparecer de nuevo por el Open Mind, si lo hacía, ahora éramos muchos los que le conocíamos y nos encargaríamos de echarle a patadas.

- Pequeño ya está todo listo, vámonos – Nos habíamos quedado solos Roberto y yo para cerrar el local, los demás hacía poco rato que se habían ido.

- ¿No te dejas nada? – Roberto era muy despistado y más de una vez habíamos tenido que volver a buscar alguna cosa o algún papel que se había olvidado y que necesitaba.

- No – Me sonrió.

Fuimos hacia su coche y nos subimos rápidamente, a aquellas horas de la noche era peligroso andar rondando por la calle. Roberto no vivía lejos pero siempre íbamos en coche por precaución.

- Supongo que vendrás a mi casa ¿No? – Me miró con deseo. Últimamente pasaba más noches en su casa que en la mía, casi ni era necesario que lo preguntara, pero lo hacía por compromiso.

- ¿Tengo alguna alternativa? – Me hice el tonto.

- En realidad si me dijeras que no te secuestraria – Comenzó a reír.

- Entonces no preguntes tonto – Reí yo también.

La verdad era que estaba muy cansado, además del duro trabajo de cada noche habíamos tenido una intensa sesión de sexo, lo único que me apetecía era dormir, pero necesitaba dormir con él. Por raro que pareciera me había acostumbrado tanto a dormir con él que ya no dormía a gusto si no lo tenía a mi lado, si no sentía su intensa presencia en la cama, su calor corporal, su masculino olor y sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Roberto se había vuelto una necesidad en mis noches.

- He estado pensando mucho hoy en una cosa – Comentó Roberto. Estábamos ya en la cama, a punto de ponernos a dormir. Con mi cabeza apoyada sobre el pecho de Roberto podía sentir perfectamente su respiración, la cual notaba algo agitada.

- ¿En qué? – Alcé el rostro para poder mirarle.

- Veras Zen – Comenzó a acariciarme la espalda con suavidad, se le notaba nervioso, inseguro – Últimamente estás pasando mucho tiempo en mi casa y…

- Si quieres que no te agobie tanto lo entiendo – Dije entristecido. Por un momento pensé que quizás le estaba agobiando demasiado, que él necesitaba algo más de espacio.

- No es eso tonto – Sonrió y me besó – Es todo lo contrario.

- ¿A qué te refieres? – Comencé a acariciarle el pecho, me gustaba tanto sentirme protegido entre sus brazos.

- Ya te lo pedí una vez, y sé que me dijiste que era demasiado pronto y que necesitabas tu espacio, pero… ahora creo que nuestra relación ha avanzado mucho y creo que ya es el momento – Estaba dando muchos rodeos, parecía que tenía miedo de decirme algo – Vente a vivir conmigo Zen, deja tu piso y vive conmigo.

- Rober… – Me quedé sorprendido. En realidad era el paso más lógico, pasaba más tiempo en su casa que en mi propio piso, no era más que hacerlo oficial y mudarme, pero no sabía si estaba preparado – No sé si…

- Por favor pequeño, sé que no te sientes preparado, pero tenemos que avanzar juntos, yo te necesito a mi lado en todo momento, creo que no nos va mal, pasamos mucho tiempo juntos, solo es un paso más para formalizar lo nuestro – Era como si me leyera la mente – Tienes la llave de mi casa y la llave de mi corazón, solo falta que tengas tu ropa en mi cajón.

- Tengo miedo de que se pierda el encanto – Murmuré – Ahora te gusto, pero ¿Que pasará cuando me veas todas las mañanas hecho un desastre?, ¿Cuándo tengas que soportar mis días de malhumor?, ¿Cuándo veas mi ropa tirada por todos lados, dejándolo todo desordenado?, ¿Cuándo coja algún resfriado y tenga los ojos rojos y la nariz mocosa?

- ¿No entiendes que estoy deseando que eso pase? – Enfatizó – Ya he sido testigo de tus días de malhumor y puedo soportarlos, te he visto despertar muchas mañanas y sigues pareciéndome hermoso incluso con los pelos revueltos y la cara adormilada, tu desorden le da vida a esta aburrida casa, y si te pones enfermo quiero estar ahí para cuidarte, incluso te dejaré mi camisa para que te limpies los mocos si es necesario. Estoy deseando que compartas todas esas cosas conmigo, que formes parte de mi vida en todos los aspectos – Finalizó.

- ¿Lo dices en serio? – Mis ojos se humedecieron por la emoción.

- Nunca en mi vida había hablado tan en serio – Aseguró – Te amo pequeño y quiero tenerlo todo de ti y que tú lo tengas todo de mí. Quiero compartir mi vida contigo, lo bueno y lo malo.

- Casi parece que me estas pidiendo matrimonio – Comencé a reír y mis lágrimas salieron de improviso.

- Eso será más adelante, ahora solo quiero que vivas conmigo – Me sonrió y con sus dedos limpio mis lágrimas – Que me dices ¿Aceptas?

- Aceptó – Asentí con la cabeza y una sonrisa radiante iluminó mi cara.

- Me haces el hombre más feliz del mundo – Me abrazó con fuerza espachurrándome contra su pecho. En realidad él era quien me hacía la persona más feliz del mundo – Mañana mismo iremos a por tus cosas.

- Te amo Rober – Susurré cuando por fin pude respirar.

- Gracias por darme tu amor pequeño – Me sonrió.

Y a pesar del cansancio, de la hora que era y de que mañana teníamos que trabajar de nuevo, volvimos a hacer el amor. Esta vez de manera tierna y entregada, demostrando todo el amor que sentíamos el uno por el otro, un amor que no era solo físico si no que iba mucho más allá. En Roberto había encontrado a alguien en quien confiar, alguien a quien poder amar sin miedo a salir dañado. Podíamos tener peleas y discusiones, celos o pequeñas rabietas, pero el amor era tan grande que siempre perduraría.

Y yo no pude evitar dar las gracias por haberle conocido, por haberme cruzado en su vida, por haber conseguido enamorarlo. Porque aunque él no lo sepa, y nunca vaya a decírselo, me fije en él en cuanto le conocí e hice todo lo posible porque se fijara en mí. Y creo que lo he conseguido.

***
Notas finales:

¿Qué tal?

¿Os engañé con el adelanto? Creo que no XD Tenemos una parejita pervertida a la que le gustan los jueguecitos XD

Joel un encanto ¿Verdad? (Ironía ¬¬)

Zen y Roberto por fin se van a vivir juntos ^^ Hacen una bonita pareja y ahora ya no hay impedimentos para que formalicen su relación ^^

Parece que Tristán no es tan fuerte como parece ¿No? Por suerte ahí tiene a Kiel y Roberto para ayudarle cuando haga falta ^^

De verdad espero que os haya gustado y haberos recompensado de alguna manera por los últimos capítulos que fueron muy cortitos ^^

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a ImPandahero, Ushio, Orenjiyuu, Musubi, Anon (Ana) XD y lhapeluzzitha ^^

Y también agradecer a Shina que me dejo su comentario en Náufragos, no sé si me leeras or aquí pero por si a caso gracias ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).