Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo ^^

Sé que estos capítulos pueden parecer de relleno, pero todos y cada uno son importantes ^^ Demuestran la evolución de los personajes ^^

A continuación un capitulo de los chicos con la familia de Kiel y con sus amigos de toda la vida ^^

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

35. ¿Te avergüenzas de mí Kiel?

(Tristán)

Conduciendo a cien kilómetros por hora, en una carretera tranquila a primera hora de la mañana y casi sin tráfico, la radio puesta con uno de mis grupos favoritos y a mí lado el chico más estupendo del mundo, todo parecía perfecto de no ser porque iba a visitar a mis suegros.

- ¿De verdad que no les has dicho a tus padres que irías conmigo? – Pegunté por tercera o cuarta vez.

- Ya te he dicho que no – Volvió a repetir – He pensado que era mejor decírselo en persona, ellos saben que voy a presentarles a mi novio.

- Sí, pero creen que ese novio tuyo se llama Luis – Aseguré molesto.

- No te preocupes Tristán, ya te dije que les iba a gustar la noticia, ellos te conocen y les caíste muy bien – Me sonrió.

- Claro, porque entonces no sabían que me estaba follando a su hijo – Fruncí el ceño.

- Yo creo que se lo imaginaban – Se rió – De todas maneras no le des más vueltas, pronto llegaremos a casa y sabremos cómo reaccionan.

Así era, íbamos camino al pueblo de Kiel a pasar un par de días con su familia. Habíamos decido ir con mi coche para así no tener que depender de los horarios de los autobuses, y habíamos salido temprano para poder aprovechar todo el lunes.

No era que me importara pasar tiempo con ellos, ya los conocía y me habían parecido una familia estupenda, el problema era que iba a ser presentado como el novio de Kiel, y eso si que me ponía nervioso.

Decidí no darle más vueltas al tema y centrarme en la carretera, conduciendo no podía permitirme el perder la concentración.

- ¿Cuándo vas a ver al doctor Furtell? – Preguntó Kiel rompiendo el silencio.

- Este jueves – Le informé – Estuve hablando por teléfono con él, ya lo tiene casi todo preparado, es posible que la próxima semana ya tenga que irme.

- ¿Tan pronto? – Se apenó – Por un lado me alegro, cuanto antes empieces con el tratamiento mejor, pero por otro… te echaré mucho de menos Tris.

- Y yo a ti – Aseguré – Pero no pensemos en eso ahora, vamos a centrarnos en disfrutar del tiempo que nos queda juntos – Le sonreí.


Y es que por mucho que no quisiera pensar en ello, la realidad era que nos quedaba como mucho una semana para estar juntos antes de que tuviera que partir a EEUU. Una semana que se me iba a hacer muy corta, pero que quería aprovechar al máximo para estar con mi chico y mis amigos. Quería conseguir buenos recuerdos a los que acudir cuando estuviera solo y pasándolo mal por el tratamiento, y con los que esperaba poder sobrellevar todo lo que me venía por delante.

- Ya llegamos – A mi chico se le iluminó la cara al ver a su familia esperándole en la puerta.

- ¿Les avisaste que ya llegábamos? – Me sorprendía verlos a todos esperando.

- Les mandé un mensaje – Me sonrió. Y nada más parar el coche salió rápidamente para abrazar a toda su familia, los peques incluso se le tiraron encima. Tardé un poco en salir ya que quería darles su tiempo – Papa, mama, os dije que vendría con mi novio pero…

- ¿Qué ha pasado con Luis? – Le interrumpió su madre – No es que me moleste que venga Tristán todo lo contrario, pero pensaba que nos presentarías a tu novio.

- Y eso voy a hacer mama, Tristán y yo ahora somos novios – Me cogió de la mano para afianzar sus palabras – Yo estuve saliendo con Luis porque las cosas con Tristán no funcionaban, pero yo realmente amo a Tristán y ahora hemos decidido intentarlo.

- Siento que os enteréis así, le dije a Kiel que debía decíroslo por teléfono antes de venir pero quería decirlo en persona – Me apuré en aclarar ante las caras sorprendidas de sus padres y sus hermanos.

- No te preocupes Tristán, la verdad es que es una sorpresa pero me alegro de que mi hijo este contigo, eres un buen chico – Aseguró Lucia.

- Así que cuando viniste la otra vez ya tenías algo con mi chico ¿No? – Preguntó amenazadoramente Gerardo.

- En realidad…

- Papa eso no importa – Me salvó mi chico – Lo que importa es que ahora sí que somos novios y os lo presento como tal.

- Está bien, pero sabéis que uno de los dos tendrá que dormir en el sofá ¿Verdad? – Se puso serio su padre.

- Papa… – Protesto Kiel – Si lo que quieres es salvar mi inocencia siento decirte que llegas tarde.

- Hijo, eso no me importa pero en mi casa…

- No seas puritano cariño, ni que fueran los único que se quieren en esta casa ¿Tienes miedo a que hagan lo que nosotros solemos hacer? – Intervino una divertida Lucía

- Vale, vale, podéis dormir juntos pero cuidadito con lo que hacéis que las paredes son muy finas – Aceptó al fin Gerardo.

- ¿Tristán será tito Tristán? – Preguntó Ricardito.

- En realidad seré como un hermanito más – Lo cogí para alzarlo y comenzar a hacerle cosquillas.

- Será mejor que entremos a casa – Propuso su madre guiándonos hacia el interior de la casa.

- ¿Así que por fin os decidisteis? – Preguntó su hermana Claudia mientras entrabamos a la casa.

- Pues sí, y ya iba siendo hora ¿Verdad? – Kiel me abrazó y me dio un beso.

- Arrrghhh que cursis que sois – Protestó su hermano pablo.

- Tú cállate renacuajo que ya te llegará el día – Kiel le revolvió el pelo a su hermano pequeño.

Tras las primeras conversaciones, bienvenidas y tonterías varias, Kiel y yo subimos a su habitación para dejar nuestras cosas, esta vez no habría cama supletoria, esta vez todos sabían que éramos novios y podíamos dormir juntos.

- Tus padres se lo han tomado bastante bien – Comenté mientras deshacíamos las maletas.

- ¿Y qué esperabas? Ya te dije que les caías bien, están contentos de que salga contigo – Me sonrió.

- Eso es porque no saben cómo soy realmente, si lo supieran intentarían alejarme de ti lo más posible – Aseguré.

- Escúchame Tris – Se acercó a mí y me cogió por la barbilla para que le mirara – Si supieran como eres realmente, sabrían lo afortunado que es su hijo por estar contigo – Y me besó, para demostrarme una vez más que de verdad me amaba.

- Si sigues diciendo cosas como esa no voy a poder controlarme – De sorpresa lo empujé para que cayera sobre la cama y me puse sobre él.

- ¿Qué haces? – Comenzó a reír – Tris tenemos que bajar.

- No puedes decir cosas tan bonitas y esperar que no reaccione de ninguna manera – Comencé a besarle y mi lengua no tardó en adentrarse en busca de la suya propia – Me gustas tanto – Susurré entre sus labios. Luego puse mi mano en su cintura y comencé a subirle la camiseta por los costados – Me gustaría tanto hacerte el amor ahora y aquí mismo – Volví a besarle con pasión. Nuestras bocas se devoraban la una a la otra, nuestros ojos se cerraban por la fuerza de la pasión pero se abrían de vez en cuando para ver en el otro ese brillo especial. Una de mis manos acariciaba su costado bajo la camiseta, la otra enredaba los dedos entre las hebras de su pelo.

- Tris… a mí también me gustaría, pero no podemos – Murmuró apenado – Nos están esperando abajo para comer, si tardamos mucho alguien subirá a buscarnos y no me gustaría que nos pillaran así – Una de sus manos estaba en mi trasero y la otra acariciando mi nuca – No me tientes por favor, sabes que no podría resistirme – Suplicó.

- Dame al menos un par de minutos para besarte – Con mi mano acariciaba su mejilla – Haré lo que tú quieras.

- Bésame tonto – Y volvimos a besarnos. Sabía que no tenía mucho tiempo y que tendríamos que parar antes de hacer lo que me gustaría hacer, pero me bastaba con estar así con él, besándonos con amor, acariciando nuestro cuerpo con pasión, sintiéndonos el uno al otro, como uno solo.

- Menos mal que he subido yo, si papa os pilla así os mata – Kiel me empujó literalmente fuera de la cama, de hecho caí al suelo por el impulso. Irene, la hermana de Kiel, nos miraba desde la puerta con una sonrisa bobalicona en la cara.

- Nosotros ya bajábamos – Dijo de manera nerviosa Kiel.

- Si claro – Se rió Irene.

- Yo estoy bien, no os preocupéis por mí – Hice que notaran que yo seguía en el suelo.

- Mierda Tristán lo siento – Rápidamente Kiel me ayudó a levantarme – No pude evitarlo, fue un impulso.

- No importa, por suerte no he caído del todo mal – Me sobaba el trasero dolorido.

- Siento haberos interrumpido pero mama ya empezaba a preguntarse porque tardabais tanto, de no haber subido yo habría subido ella – Comentó Irene.

- Nos adecentamos un poco, y ahora bajamos – Aseguró Kiel.

- Está bien, os espero abajo – Y sin decir nada más se fue.

- Hemos tenido suerte de que fuera mi hermana, si llega a ser mi madre o peor mi padre, estamos muertos – Me regañó Kiel.

- No exageres, si son un encanto – Le quité importancia – Además tú tenías tantas ganas como yo.

- Te parecen un encanto porque no les has visto enfadados, si los hubieras visto no pensarías lo mismo – Kiel comenzó a recolocarse la ropa que tenía toda arrugada – Será mejor que bajemos.

- Si será mejor – Me abracé a él por la cintura, chocando mi pecho contra su espalda, y le besé en el cuello – Porque no sé si te he dicho que me eres irresistible.

- ¡Tris para!, ¿Es que no aprendes? – Se apartó de mi enfadado.

- Solo era una broma tonto – Comencé a reír – Vamos anda – Le cogí de la mano para poder bajar juntos al salón.

Tuvimos una comida agradable con su familia y luego salimos para dar una vuelta, Kiel quería comprarle el regalo a su madre y teníamos toda la tarde libre ya que habíamos quedado con sus amigos por la noche, así que fuimos a un centro comercial.

- ¿Crees que esta pulsera le gustara a mi madre? – Me enseñó la pulsera que pensaba comprarle, la verdad es que era muy bonita.

- Es preciosa, pero cualquier cosa que le regalen sus hijos le gustara – Le sonreí.

- Ya, pero quiero regalarle lo mejor, se lo merece – Miró el precio de la pulsera – Uf se va un poco de mi presupuesto, supongo que tendré que buscar otra cosa – La soltó entristecido.

- No seas tonto – Cogí la pulsera con él – Si esta pulsera es lo que quieres regalarle cómprasela, te ayudaré a pagarla.

- Vamos Tris, no es que a ti te sobre precisamente el dinero – Murmuró.

- Pero puedo permitirme un caprichito – Contesté – Además debo agradecerle a Lucia por dejarme quedar en su casa y también tengo que regalarle algo por su cumpleaños así que, hacemos un regalo conjunto Kiel ¿Qué te parece?

- ¿Estás seguro? – Preguntó indeciso – No quiero ocasionarte problemas de dinero.

- Por ayudarte a comprar esta pulsera no vas a ocasionarme problemas económicos – Le sonreí.

Compramos la pulsera y después de encargarnos de que nos la envolvieran de la forma más bonita posible, fuimos a tomar algo en una de las cafeterías del centro comercial.

- Tu madre es muy importante para ti ¿Verdad Kiel? – Sabía que la quería mucho y eso se notaba cuando se hablaban o se miraban.

- Ella lo ha pasado muy mal con su enfermedad – Se entristeció.

- El cáncer ¿No? – Recordé.

- ¿Recuerdas que te comenté que había comenzado tarde el conservatorio por problemas familiares? – Preguntó sin esperar respuesta – Fue por mi madre, unos meses antes de comenzar en el conservatorio se puso enferma y le detectaron un cáncer de mama. Lo pasó muy mal Tris, yo me quedé para ayudar a mi padre con los chicos mientras mi madre estaba con el tratamiento. Por suerte lo superó y ahora está bien, pero siento que debo mimarla por todo lo que pasó – Me sonrió – Siempre he querido mucho a mi madre, ella es especial, cuando le dije que era gay, simplemente comenzó a preguntarme con que chicos había salido o qué tipo de chicos me gustaban, se lo tomó de forma tan natural que consiguió que mis propios miedos desaparecieran. Cuando le conté lo de Carlos me apoyó en todo momento, la verdad es que siempre ha estado ahí, y yo quería estar con ella en los momentos malos, igual que me gustaría estar contigo durante tu tratamiento – Me miró fijamente.

- Pero eso es imposible, estaré a miles de kilómetros – Comenté entristecido.

- Lo he estado pensando Tris, quiero ir contigo a EEUU – Aseguró – No ahora ya que me será imposible, pero en un par de meses podría tener el suficiente dinero ahorrado para ir y quedarme contigo durante lo que dure el tratamientos, no quiero dejarte solo en esos momentos tan difíciles.

- Pero Kiel, no puedes dejarlo todo por mí – Comenté sorprendido – Aquí tienes una vida, un trabajo, el conservatorio, tu familia.

- Sí, pero ahora el que me necesita eres tú y no ellos – Me sonrió – No vas a conseguir que cambie de opinión porque ya lo tengo todo pensado.

- Pero Kiel yo no quiero que lo dejes todo por mí – Le cogí la mano que tenía sobre la mesa – No quiero que estropees tu futuro.

- No lo voy a estropear, solo lo voy a aplazar un año – Me sonrió de nuevo – Eres mi novio y quiero estar contigo, no quiero dejarte solo, sé que no podré estar contigo en la clínica durante el tratamiento, pero al menos estaré cerca para visitarte todos los días y para darte mi apoyo ¿No quieres tenerme cerca?

- Claro que quiero nene, pero… no sé, no me esperaba que hicieras algo así por mí – Me sonrojé aunque parezca extraño.

- Te amo, y haría lo que fuera por ti Tris – Se inclinó sobre la mesa y me besó – Quiero ayudarte todo lo que pueda, buscaré un sitio barato para vivir y algún trabajo que me permita mantenerme el tiempo que estemos allí, si es necesario actuaré en la calle, no me importa Tris solo quiero estar contigo y luchar junto a ti contra ese maldito virus.

- Te amo – Sonreí emocionado – Te amo tanto que no sé cómo pude esconder mis sentimientos tanto tiempo.

- Lo importante es que ahora ya no tienes que esconderme nada – Aseguró.

Mentiría si dijera que no me gustaba la idea de que Kiel viniera conmigo, iba a necesitar mucho apoyo y tenerle allí conmigo me animaría a luchar y seguir adelante. El doctor Furtell me dijo que iba a ser un tratamiento difícil y doloroso y que iba a sufrir mucho, tener a la persona que amo a mi lado, haría que pudiera soportar ese dolor.

Acabamos de pasar la tarde en el centro comercial y luego volvimos a casa de Kiel para arreglarnos para salir por la noche, habíamos quedado para cenar con sus amigos y luego salir por ahí.

Ahora estábamos en una discoteca con sus amigos, la verdad es que estaba siendo una noche muy divertida y yo me lo estaba pasando muy bien. Sus amigos no se habían sorprendido mucho de enterarse que ahora estábamos saliendo, de hecho se alegraron bastante.

- ¿Qué os parece si jugamos al juego de la botella? – Propuso Adam – Yo digo una cosa que no he hecho, los que si lo hayan hecho beben un chupito y los que no, no. Y cada vez le toca a uno decir algo.

- Eso es muy típico Adam – Protestó su novia.

- Pero es divertido – Se rió este.

- A mí me parece bien – Aceptó Yron.

- Pues voy a por unos vasos de chupito y algo de alcohol y ahora mismo vuelvo – Se levantó Adam.

- ¿Tú quieres jugar? – Me preguntó Kiel – Si no quieres nos vamos a bailar.

- No me importa, podemos jugar un poco – Le sonreí. Quería que se lo pasara bien con sus amigos.

Al rato ya estábamos preparados para comenzar con el juego.

- Yo nunca me he acostado con un hombre – Comenzó Adam y evidentemente Kiel, las chicas y yo bebimos.

- Yo nunca me he acostado con una mujer – Siguió ahora su novia Saray. Ahora fueron los chicos los que bebieron y yo también bebí, recibiendo un par de miradas de sorpresa – ¿Pero tú no eres gay?

- Por lo general si – Aseguré – Pero no le hago ascos a una chica guapa, bueno no se los hacía cuando no tenía pareja – Miré a Kiel pidiéndole perdón.

- Está bien, me toca – Se puso a pensar Onai – Yo nunca he tomado drogas más fuertes que un porro – Solo yo bebí, volviendo a recibir miradas de sorpresa. Estoy empezando a pensar que no era buena idea jugar a este juego.

- Yo nunca he hecho un trió – Llegó el turno de Yron. Miré a Kiel de soslayo para ver que hacía, finalmente alzó el vaso y bebió, después lo hice yo – ¿No me lo puedo creer, habéis hecho tríos?

- Hemos bebido ¿No? – Protestó Kiel.

- A ver si ahora también bebéis – Amenazó Jonhy ya que era su turno de juego – Yo nunca he participado en una orgía – Y por alguna extraña razón todos me miraron. Y bebí, me parecía una tontería hacer trampas en un juego así.

- A este ritmo voy a acabar borracho – Me reí.

- Eres mi ídolo – Comentó Jonhy.

- Te toca Carmen – Apuntó Saray.

- A ver, yo nunca he robado – ¿A caso van a por mí? No tuve más remedio que volver a beber.

- ¿En serio? – Preguntó Kiel alzando una ceja.

- Vamos, creo que soy el único sincero ¿Es que acaso nunca habéis robado un paquete de chicles o alguna tontería de esas? – Le quité importancia.

- Mi turno – Ahora le tocaba a Juan – Yo nunca he salido con dos personas a la vez – Todos me miraron.

- ¿Qué entendemos por salir?, ¿Algo serio?, ¿O un simple tonteo? – Pregunté.

- Tontear – Aclaró Juan, y yo bebí.

- Yo nunca me he acostado con nadie por dinero – Dijo Anabel.

- Está bien, creo que Tristán y yo lo dejamos y nos vamos a bailar un poco – Kiel me cogió de la mano y casi me obligó a levantarme del sofá en el que estábamos y seguirle. No entendía muy bien a que había venido ese arranqué, pero me estaba comenzando a molestar.

- ¿Se puede saber qué te pasa? – Pregunté cuando al fin conseguí soltarme.

- ¿Es que a caso querías seguir con ese juego? – Gritó furioso.

- Solo nos estábamos divirtiendo no le veo nada de malo – Me hice el desentendido.

- ¿Es que a caso no te importa que descubran tantas cosas de ti? – Entonces lo comprendí.

- Ya veo – Comenté molesto – A ti lo que te molesta es que tus amigos sepan qué tipo de chico es tu novio ¿No?, es eso ¿Verdad?

- Ellos no tienen porque saber esas cosas – Murmuró apenado.

- ¿Te avergüenzas de mí Kiel? – Pregunté finalmente.

- No me avergüenzo de ti Tristán, pero compréndelo, son mis amigos de toda la vida, me costó horrores decirles que soy gay, y ahora les has soltado así como así que hicimos tríos – Se acercó poco a poco a mí para abrazarme por la cintura.

- A ti no te molesta eso, te molesta que sepan que tu chico se acostó con tíos por dinero – Me separé de él de inmediato – Creo que me voy, necesito estar solo, puedes volver con ellos – Comencé a andar hacia la salida.

- Tris por favor no seas cabezota – Intentó seguirme entre la multitud –Vamos a hablar de esto, no te vayas así.

- Ahora mismo estoy demasiado borracho para hablar sin decir ninguna tontería, prefiero que hablemos cuando ambos estemos más calmados – No me detuve – Nos vemos mañana.

- ¿Pero dónde vas? Tú no tienes las llaves de casa – Gritó – Tris por favor.

- Kiel – me detuve y me giré completamente molesto – Necesito pensar, vuelve con tus amigos, acaba de disfrutar de la noche y mañana hablamos ¿De acuerdo?

- De acuerdo – Agachó la cabeza apenado.

- Adiós Kiel – Me di la vuelta y salí del local.

Quizás había sido demasiado duro con él pero me había sentado muy mal su reacción, pensaba que Kiel me amaba tal y como era y a pesar de mi pasado, pero estaba equivocado. Kiel se avergonzaba de mí, no quería que sus amigos supieran lo que había hecho en el pasado o qué tipo de chico era, quería que la gente viera únicamente al Tristán que llevaba la máscara de chico perfecto. Y yo, desgraciadamente, no era perfecto ni mucho menos.

Kiel solo amaba una parte de mí, el resto la quería obviar y hacer ver como que no existía. Pero yo le amaba a él, su lado bueno y su lado malo.

¿Qué pasaría cuando la rutina y el convivir sacara nuestro lado malo?, ¿Kiel me echaría en cara siempre mi pasado?, ¿Me recordaría una y otra vez todos los errores que cometí?

No podía estar seguro de que Kiel estaría a mi lado pasara lo que pasara. Kiel se había enamorado del chico alegre y despreocupado que fingía ser continuamente, no de mi verdadero yo.

***
Notas finales:

Vaya, no podían durar mucho sin discutir ¿No? ¬¬ XD

Ahora el que ha metido la pata ha sido Kiel, aunque Tristán también reaccionó a la tremenda :( A ver qué pasa ahora ^^

El lado positivo es que Kiel se quiere ir con Tristán a EEUU ¿Lo hará?

Como siempre agradecer sus reviews a Taiga, Ushio, SamZel_Samanta, Musubi y Ana ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).