Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo ^^

En este capítulo comenzamos a ver las sorpresas que Kiel le tiene preparadas a Tristán XD

Ahora sí, vamos a centrarnos en la parejita ^^

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

39. Fiesta sorpresa.

(Tristán)

Esta noche en mi cena de cumpleaños me iba a despedir de los chicos. Aún no se lo había dicho a nadie pero me iría ese mismo domingo y el sábado quería aprovecharlo para estar con Kiel. A Roberto ya le había dicho que esta noche sería la última noche que trabajaría en el Open Mind y le había pedido que dejara librar a Kiel el fin de semana, por suerte y como buen amigo que es, aceptó mi petición, así que tendría a Kiel disponible para mí todo el sábado.

Aún con eso, estaba un poco enfadado con él, le había pedido que cerrara esta noche el Open Mind para poder celebrarlo todos juntos, pero se había negado en rotundo. Me dijo que con la cena y unas copitas al cerrar tenía más que suficiente, enfurruñado acepté porque no tenía más remedio.

En este momento, y en mi coche, íbamos hacía el restaurante donde íbamos a cenar, Alex y Toni iban atrás y a mi lado como copiloto iba Kiel que de vez en cuando me miraba y me sonreía.

- A la próxima gira a la derecha – Me dijo con una sonrisa en la cara.

- Pero por ahí no se va – Comenté extrañado. Habíamos ido muchas veces a ese restaurante y sabía perfectamente el camino.

- Hazme caso – Me sonrió de nuevo – No vamos al restaurante de siempre, esa es mi primera sorpresa.

- ¿Qué? – Pregunté extrañado y mirando a los chicos por el retrovisor. Ambos me sonreían igual que Kiel.

- Esta noche te he preparado alguna que otra sorpresa y las vas a descubrir poco a poco – No podía creérmelo, y cuando tuve que pararme en un semáforo en rojo le miré sorprendido de nuevo – ¡Feliz cumpleaños cariño! – Se inclinó sobre mí para darme un beso.

- ¿Vosotros sabíais esto? – Me giré y vi como los chicos intentaban aguantar la risa – Que callado lo teníais cabrones.

- Todo ha sido cosa de Kiel, nosotros solo le hemos ayudado un poco – Aseguró entre risas Alex.

- Está bien, pues guíame – Ahora no tenía ni idea de dónde íbamos y era yo el que conducía.

Seguimos el viaje pero esta vez guiado por Kiel, no tenía ni idea de a donde me llevaban. A los pocos minutos llegamos a la zona centro de la ciudad, donde se encontraban los mejores restaurantes.

- Busca aparcamiento por aquí mismo – Me informó Kiel, y eso hice. Estaba bastante emocionado.

Una vez perfectamente aparcado el coche, los cuatro nos dispusimos a ir al restaurante elegido para la cena de mi cumpleaños y del cual no tenía ni idea, así que me dejaba llevar. Pronto pude ver a donde me llevaban.

- ¿En serio? – Pregunté con sorpresa.

- Pensamos que te gustaría – Me sonrió Toni. Era un restaurante en el que hacían cenas de terror, los camareros iban disfrazados y toda la decoración estaba pensada para dar miedo. Hacía un tiempo había leído sobre él y les había comentado a los chicos que me gustaría ir, pero no pensaba que me hubieran tomado en serio.

- Alex y Toni estuvieron investigando por internet para ver donde estaba, ellos se encargaron de reservar y todo – Me informó Kiel – Los del restaurante se han portado muy bien, van a hacer algo especial para ti cumpleañero.

- Miedo me dais y nunca mejor dicho – Me reí.

Al llegar a la puerta ya estaban allí Santi y Luis esperando, los veía muy juntitos y mi instinto, sexto sentido o radar gay como queráis llamarlo, me decía que algo había pasado entre ellos dos, no me lo podían esconder.

Después de las felicitaciones de rigor, me los quedé mirando fijamente, ambos me miraban con nerviosismo y no puede evitar estallar en carcajadas.

- ¿Desde cuándo? – Pregunté entre risas.

- ¿De qué hablas? – Se hizo el tonto Santi.

- Vamos Santi no me engañáis, vosotros dos os habéis acostado – Los señalé a ambos respectivamente – ¿Qué tal es Luis en la cama?

- ¿Eso es verdad? – Preguntó Kiel sorprendido al igual que los demás.

- Bueno yo, nosotros… hemos decidido salir juntos – Confesó un nervioso Santi.

- Somos novios – Sonrió con orgullo Luis.

- Me alegro por vosotros – Kiel fue el primero en abrazarles, después yo y finalmente Alex y Toni. Todos nos alegrábamos por ellos.

- Gracias – Se sonrojó Santi – ¿No pensáis que es demasiado pronto? – Preguntó con inseguridad.

- Yo creo que habéis tardado demasiado, se notaba que entre vosotros saltaban chispas – Comencé a reírme.

- Cariño deja ya de reírte de ellos que estas incomodando a Santi – Me recriminó Kiel al tiempo que me abrazaba.

- Vale supongo que tienes razón – Acepté con resignación – Si se acuestan es cosa de ellos, aunque viendo el chupetón que lleva Santi en el cuello creo que Luis es bastante ardiente – Y todos comenzamos a reír de nuevo.

- Ya vale – Protestó un resignado Santi – Yo no te pregunto qué tal es Kiel en la cama.

- Es apasionado, tierno cuando debe serlo, intenso cuando la situación lo requiere y lo mejor de todo… sabe como volverme loco – Confesé como si nada.

- Y muy duro cuando dices estupideces – Me dio una colleja Kiel consiguiendo que todos volvieran a reírse.

- Veo que la fiesta ha empezado sin nosotros – Los dos que faltaban aparecieron sonrientes, Roberto no tardo en abrazarme – Ya te felicité por teléfono pero tengo que hacerlo en persona – ¡Felicidades amigo!

- Gracias viejo – Le abracé con fuerza.

- Ahora que estamos todos será mejor que entremos, nos están esperando y es mejor no hacer enfadar a los monstruos y fantasmas – Bromeó Alex.

- Tú primero – Toni abrió la puerta y me dio paso. Nada más entrar un montón de arañas de plástico y bichos raros me cayeron encima junto con alguna que otra cosa que mejor no saber que era.

- No vais a conseguir que grite como una colegiala – Bromeé quitándome todo lo que me había caído encima.

- ¿En qué puedo ayudarles? – Pegué un salto en el sitio y grité de la sorpresa. Un hombre disfrazado de camarero zombi había aparecido por una trampilla del suelo que no había visto y casi me da un infarto. Todo el restaurante por dentro estaba decorado como si fuera un castillo del terror, todo muy realista y lúgubre.

- Pues ese grito se ha parecido bastante al de una colegiala – Comenzó a reírse Toni.

Después del susto que me llevé con el camarero zombi, este nos acompañó a la mesa que teníamos reservada. Al llegar a ella vimos como estaba ataviada con todo tipo de utensilios antiguos que la hacían parecer vieja y destartalada, con candelabros llenos de telarañas que esperaba que fueran falsas, alguna que otra araña repartida por la mesa, un mantel negro, unas sillas antiguas y unas copas de lo que parecía cobre o algo parecido.

- Este sitio es increíble – Se pronunció Zen cuando ya estábamos sentados y mirando la carta, cuyos platos tenían nombres como “Zombi relleno de carne”, “Vampiro a la brasa”, “Sopa de ojos con culebras” y el que más me llamó la atención y decidí que tenía que probar si o si “Puré de cerebro de mosquito”.

- No sé si pedirme “Asado de serpiente con bichos varios” o “Fantasma rebozado de sangre y vísceras” – Comentó un divertido Alex.

- Yo pediré “Hombre lobo devorado por vampiro” – Afirmó Toni. La verdad es que leer la carta estaba resultando bastante divertido, aunque al lado de cada plato ponía lo que realmente era y eso le quitaba un poco la gracia.

- Yo pediré “Cabeza degollada al horno” y “Cucarachas fritas” – Dijo Zen.

Y así, uno por uno, fuimos pidiendo nuestros extraños platos entre risas y alguna que otra broma al respecto. Todo estaba muy bien ambientado, incluso con una música lúgubre digna de cualquier película de terror de fondo, telarañas por todos lados y camareros disfrazados de zombis. Sin duda alguna, era una forma original de celebrar mi cumpleaños número veintiuno.

Durante la cena hubo varias actuaciones de terror por parte del restaurante, no te podías despistar porque en cualquier momento te pegaban un susto. Cuando salieron camareros disfrazados de debajo de la mesa hasta yo me asuste, y los gritos de Zen y Santi, muy poco masculinos todo sea dicho, se escucharon hasta en la calle. Nos lo estábamos pasando muy bien.

Pronto llegamos a los postres, todos también con nombres de terror, y tras los postres los regalos. Mis amigos me conocían perfectamente y acertaron con los regalos, muchos me regalaron cosas para el viaje y algún que otro juguetito sexual también hubo, Kiel se ponía rojo cada vez que decía que los probaría con él tarde o temprano.

Y entonces ocurrió, las risas y bromas dejaron lugar a las emociones, el ambiente cambio y todo el mundo se puso serio, cosa que resultaba bastante rara rodeados de monstruos de mentira, telarañas en las paredes y candelabros antiguos.

- Chicos silencio, voy a decir unas palabras – Ese era Roberto que se había puesto de pie pidiendo silencio para hablar, cuando consiguió la atención de todos comenzó su discurso – Hoy es el primer cumpleaños de Tristán que podemos celebrar todos juntos, el muy cabrito nunca quiso celebrarlos porque no le gusta cumplir años – Todos se rieron – Y también es quizás la última cena que compartamos en mucho tiempo – Se entristeció – Pero no la última, porque estoy convencido de que con lo cabezota que es Tristán no tardará en volver con nosotros. Muchos pensaron y aseguraron que no llegaría a cumplir los veintiuno, es más muchos no le daban más de veinte años de vida, pero Tristán ha demostrado que con fuerza de voluntad y ganas de vivir todo se puede conseguir. Aún queda mucho camino por delante para conseguir superar el bache que arrastra desde que nació, pero estoy seguro de que lo conseguirá y nosotros estaremos ahí para ayudarle siempre que necesite ayuda – Ahora se dirigió solo a mí – Espero que no lo olvides Tristán, todos estamos aquí para lo que necesites porque todos te queremos. Eres parte de mí familia y lo sabes, te quiero mucho granuja – Roberto se emocionó y dejó escapar alguna que otra lagrimilla.

- Yo también te quiero Roberto – Me levanté y fui hacia él para abrazarle.

- Ahora me toca a mí – Alex se levantó de la mesa reclamando su momento – Cuando nos conocimos yo estaba desesperado, hundido y completamente perdido. Acababa de huir de mi casa y lo peor de todo, acababa de dejar atrás al amor de mi vida sin saber si volvería a verle – Le echó una mirada rápida a Toni – No sabía cómo seguir adelante con mi vida, y apareciste tú. En un principio quisiste ligar conmigo – Sonrió – Pero pronto te diste cuenta de que lo nuestro iba más allá de un simple ligoteo, que podíamos llegar a ser buenos amigos. Me tendiste una mano y me ayudaste a salir adelante en una ciudad nueva, siempre me diste tu amor a pesar de que querías aparentar ser una persona sin sentimientos. Te debo mucho amigo y solo espero que pronto volvamos a compartir muchos momentos buenos. Te quiero amigo.

- Mi turno – Ahora se levantó Toni. Estaba muy sensible si seguían así iban a conseguir que llorara –No te conocí en la mejor situación, pensé que eras el nuevo novio de Alex y llegué a odiarte – Se rió – Luego, cuando todo se aclaró, dejé de odiarte y comencé a darte las gracias por todo lo que habías hecho por Alex y luego por mí, nos abriste las puertas de tu piso y nos dejaste vivir allí. Solo tengo cosas que agradecerte, pero para mí lo más importante, lo que más deseo agradecerte de todo corazón, es que nos hayas permitido ser tus amigos y nos hayas dado tu amistad. Sé lo difícil que te resulta confiar en las personas, y el hecho de que hayas confiado en nosotros y nos hayas dejado formar parte de tu vida significa mucho para nosotros. Aunque a veces no lo parezca, yo también te quiero mucho amigo – Me acerqué a ellos y los abracé a los dos a la vez.

Zen, Santi y Luis también tuvieron palabras bonitas para mí, no podía creerme todo lo que estaba oyendo, descubrir que había tanta gente buena que me quería y me echaría de menos me estaba emocionando mucho. Mi grupo de amigos de confianza se había incrementado en los últimos años casi sin darme cuenta. De tener un único amigo de confianza que era Roberto, pasé a tener muchos más, ahora Alex, Toni, Zen, Santi y Luis también podían considerarse buenos amigos. Todos y cada uno de ellos llegaron a mi vida de una manera u otra, unos después de un desengaño amoroso, otros llegaron buscando al amor de su vida y se quedaron, otros en el trabajo, otros en el conservatorio, y el último el que me hizo abrir los ojos y saber que estaba dejando escapar al amor de mi vida.

Luego estaba Kiel, al que encontré literalmente en la calle y que en un principio no se me hubiera pasado por la cabeza que acabaría significando lo que ahora significaba para mí. Qué curioso el destino.

- Creo que yo también debería decir algunas palabras – Kiel, sentado a mi lado, se levantó para hablar y yo le miré expectante, entre emocionado y curioso – Cuando te acercaste a mí para echarme unas monedas, algo en mi interior me dijo que no te dejara marchar, sé que pensaste que era un acosador o algo parecido, pero no pude evitar seguirte. Quería, no mejor dicho, necesitaba conocerte, como ya sabes yo ya me había fijado en ti en el conservatorio, pero pensé que esa era mi oportunidad de acercarme a ti. Me pareciste un engreído y por eso te dije que no quería ligar contigo, pero te mentí, en realidad si era eso lo que quería – Sonrió un poco – Luego, poco a poco, fui conociendo tu verdadera forma de ser y no sé cómo pasó, pero llegó un momento en que ya estaba tan enganchado a ti que no había forma de quitarte de mis pensamientos, de arrancarte de mi corazón por mucho que quisiera. Me lo hiciste pasar mal debo reconocerlo, pero ahora todo eso no importa, todo valió la pena por estar ahora así contigo ¡Te amo Tris! – Había comenzado a dejar escapar sus lágrimas y yo no pude evitar acercarme a él y abrazarle después de darle un buen beso, yo también lo amaba.

- Sois unos cabrones, os habéis propuesto hacerme llorar – Protesté cuando me separé de Kiel – Supongo que ahora me toca a mí hablar – Me puse serio pues lo que tenía que decir era serio – Comenzaré por Santi y Luis. Chicos sois los últimos que habéis entrado en mi vida pero creo que ya nunca vais a salir de ella, en ti Santi he descubierto a un chico estupendo, un apoyo en algunos momentos y alguien en quien confiar. Tú sabes perfectamente que si no estuviera perdidamente enamorado de Kiel lo hubiera intentado contigo – Santi me sonrió pero la mueca de Luis casi me hizo reír – Pero no te preocupes Luis, ahora creo que yo no tendría ninguna posibilidad – Bromeé.

- Espero que ni lo intentes – Se hizo el duro Luis.

- No seas duro que estoy diciendo cosas bonitas – Me reí – Luis, te conocí quizás en la peor de las circunstancias ya que me quitaste al amor de mi vida – Luis iba a protestar pero le detuve siguiendo con mi discurso – Si, ya sé que yo fui el único culpable no hace falta que me lo digas. Pero debo reconocer que eres un buen chico, y de saber que yo no podría estar con Kiel, pensaba que tú eras el más indicado. Ahora me alegro de que estés con Santi porque él se merece lo mejor y espero que tú le cuides mucho. Sé que podemos llegar a ser buenos amigos, y espero que así sea.

- Yo también lo espero – Me sonrió Luis.

- Bien, ahora voy a por los inseparables – Miré a Alex y Toni que estaban al otro lado de la mesa – Amorcito cuando te vi en aquella mesa, solo y triste, no tardé en darme cuenta de que estabas sufriendo por amor, y reconozco que intenté ligar contigo pero como no hacerlo con lo bueno que estas – Me reí – Pero en cuanto me puse a hablar contigo supe que no eras simplemente una cara bonita, supe que podíamos llegar a ser buenos amigos. Es curioso, porque yo siempre he evitado hacer amigos pero contigo no sé porque quería que eso cambiara. Sé que crees que yo te ayudé mucho, pero en realidad tú también me ayudaste a mí, me ayudaste a darme cuenta de que el amor es algo bonito y me ayudaste a darme cuenta de que tener amigos era posible. Sabes lo mucho que te quiero y espero que nuestra amistad nunca termine – Alex se acercó a mí para abrazarme emocionado y yo lo estreché fuertemente contra mis brazos.

- ¡Te quiero Tris! – Susurró en mi oído.

- Ahora debo hablar del novio lapa – Bromeé cuando deshicimos el abrazo – Toni, jamás podré olvidar tu cara cuando nos conocimos y pensaste que era el nuevo amante de Alex, fue tal tu expresión de angustia, tristeza y decepción que en ese momento me di cuenta de lo mucho que le amabas. Yo antes de conocerte te odiaba por el daño que le habías hecho a Alex, incluso le insistía a él para que se olvidará de ti y saliera a divertirse. Pero cuando dos personas se aman ni el mismísimo diablo puede interponerse entre ellas, y eso me lo demostrasteis vosotros dos. Sé que me he reído mucho de vuestra relación, pero en realidad lo que me pasaba era que tenía celos de lo que vosotros dos tenias y yo pensaba que jamás podría tener. Pero aunque tenía celos estaba dispuesto a defender vuestra relación ante cualquiera, porque os quiero a los dos y no permitiría que nadie os hiciera daño. Sé que me meto mucho contigo, que tú y yo siempre estamos lanzándonos pullas, pero también sé que tú sabes que eso es porque te quiero. Los dos sois muy importantes para mí y espero que sigáis por mucho tiempo en mi vida – Ahora fue Toni quien me abrazó.

- ¡Te quiero loco despendolado! – Sonrió.

- Zen – Me estaba costando mucho mostrar de esta manera mis sentimientos, pero para mí era como una despedida, quería que todos supieran lo mucho que les quería y lo mucho que les echaría de menos – Nuestra relación de amistad fue creciendo poco a poco, en un principio solo éramos compañeros de trabajo, recuerdo que cuando te conocí me pareciste un chico muy mono pero muy callado, que equivocado estaba – Me reí – No tardaste mucho en demostrar tu carácter, y desde luego que debes de ser un chico muy fuerte para poder soportar al viejo – Bromeé – Ahora formas parte de mi familia al igual que todos, te quiero mucho pequeño y espero que el viejo te trate bien, si no lo hace me avisas – Le guiñé un ojo divertido y Zen vino a abrazarme también.

- Te dejo que me llames viejo porque es tu día, pero otro día me la pagas – Bromeó Roberto cuando me separé de su chico.

- No protestes viejo que ahora te toca a ti – Sonreí mirándole ahora a él – Apareciste en mi vida justo después de uno de los momentos más duros por los que había pasado nunca. Estaba destrozado, completamente roto, no quería vivir y me dejé llevar por mi autodestrucción hasta tal punto en que era un muerto viviente. Tú, de forma completamente desinteresada, me ayudaste sin pedir nada a cambio. Muchos creen que nos acostamos pero no fue así, tú nunca quisiste aprovecharte de mí, porque si por mí hubiera sido habríamos follado como conejos – Me reí – Pero tú comprendiste que lo que necesitaba no era el polvo de una noche, lo que necesitaba era tener a alguien a mi lado, alguien que me ayudara a controlar mi autodestrucción, alguien que me apoyara en momentos difíciles, necesitaba un padre – Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos – Y eso has sido para mí en muchos momentos. Ahora sé que hay muchas cosas por las que puedo dar gracias a la vida, y el que tú aparecieras en ella fue la primera cosa buena que me pasó. Te quiero con locura Roberto, y sé que si no fuera por ti yo no estaría aquí, hace mucho tiempo que habría muerto, tú me has dado esa energía que necesitaba para seguir luchando por mi vida – Casi no podía hablar por las lágrimas que estas saliendo de mis ojos, Roberto se levantó y me abrazó como él sabe, de forma protectora, haciendo que me sintiera protegido por él.

- ¡Te quiero pequeño! Y sabes que siempre estaré ahí, me siento muy orgulloso de tener un hijo como tú y creo que tu verdadero padre es un estúpido porque no sabe lo que se pierde – Me consoló.

- Se supone que los cumpleaños deben ser divertidos y no hago más que llorar – Me separé de él limpiándome las lágrimas – Y ahora me queda lo más difícil – Miré hacia Kiel – ¿Pensabas que te ibas a librar? – Bromeé – Decir que te amo seria poco, ahora mismo eres la persona más importante en mi vida. Cuando nos conocimos yo no creía en el amor, pensaba que no existía el amor para mí. Cuando noté que te estabas acercando demasiado a mí, intenté mantenerte alejado con escusas tontas y tontas reglas. Pero cuando hay amor de verdad, nada sirve, tarde o temprano acabas rindiéndote ante él. Ahora mismo no me arrepiento para nada de haber caído enamorado como un tonto por ti – Sonreí – Vienen días difíciles, tengo miedo debo reconocerlo, pero lucharé con todas mis fuerzas para poder vivir el resto de mi vida junto a ti ¡Te amo rubiales! – Las lágrimas volvieron a hacer acto de presencia y solo su abrazo consiguió calmarlas.

- Yo también te amo, y también eres la persona más importante para mí – Desgraciadamente sabía que eso no era del todo cierto, sabía que su familia también ere importante para él.

- Yo – Me separé lentamente de Kiel y me dirigí de nuevo a todos – El viernes hablé con el doctor Furtell, al final tengo que irme este mismo lunes por la tarde – Confesé con una mentirijilla. Todos se mostraron sorprendidos.

- ¿Tan pronto? – Preguntó un entristecido Roberto.

- Si, el doctor Furtell creé que en cuanto antes comience el tratamiento mejor – Les informé – Es por eso que para mí esta cena y esta noche será una especie de despedida, ya que pienso pasar el resto del fin de semana con mi chico – Cogí a Kiel de la mano – Quiero que todos sepáis lo importantes que sois para mí, y lo mucho que os voy a echar de menos.

Recibí un abrazo colectivo de todos los chicos, de verdad que los echaría mucho de menos durante el tiempo que durara el tratamiento, se habían convertido en una parte muy importante de mi vida.

Después de los momentos emotivos en medio del restaurante, de verdad que debíamos ser una escena muy curiosa todos emocionados en medio de telarañas y gritos de susto de otros clientes, nos dispusimos a salir. Ya íbamos tarde para abrir el Open Mind pero a Roberto no parecía importarle, cosa rara.

Antes de salir del todo, y mientras alguno de los chicos iba al servicio, cogí del brazo a Roberto y le aparté a un lado para hablar con él a solas, había algo que quería decirle en privado.

- Roberto quería hablar contigo – Le dije una vez que estábamos algo apartados.

- Dime Tristán – Puso toda su atención en mí.

- Verás quería pedirte un favor – Estaba nervioso, no sabía cómo decírselo – Cuando me vaya no podré estar al lado de Kiel, y sé que va a necesitar mucha ayuda y mucho apoyo, no me preguntes como lo sé – Le interrumpí cuando vi que iba a preguntar – El tema es que quiero que estés a su lado por mí, que cuides de él en mí lugar, y que si por desgracia no puedo volver le ayudes a superar mi perdida.

- No digas eso Tristán ¿Por qué no ibas a volver? – Se crispó Roberto.

- Es una posibilidad como cualquier otra Roberto, y hay que tenerla en cuenta – Repliqué – Aunque el tratamiento ha dado buenos resultados no es fiable al cien por cien y lo sabes, por muchas ilusiones que quiera hacerme no es del todo seguro que el tratamiento funcione – Me entristecí – Es por eso que quiero pedirte que estés junto a Kiel en todo momento, cuando yo no pueda estar junto a él. Por favor ¿Dime que lo harás?

- Lo haré Tris, Kiel también es amigo mío no tenías que pedírmelo – Aseguró.

- Lo sé – Le sonreí – Pero eres la persona en la que más confío y quiero asegurarme, porque sé que si tú proteges y ayudas a Kiel él estará bien.

- No me gusta como hablas Tris, hablas como si nunca fueras a volver – Se entristeció.

- Simplemente me pongo en el peor de los casos, hay que ser precavido – Le sonreí con tristeza.

- Dejemos de hablar de cosas tristes y vamos a seguir celebrando tu cumple – Me animó.

- Si, vaya forma de celebrarlo, trabajando en el Open Mind – Protesté.

Volvimos a juntarnos con los chicos, y una vez todos juntos de nuevo salimos del restaurante para ir hacia el Open Mind.

- ¡Mierda no encuentro la cartera! Creo que me la he dejado antes – Exclamó Kiel justo antes de subir al coche – Entro un momento a buscarla.

- Kiel ya llegamos tarde, nosotros vamos tirando ya vendréis después – Comentó Roberto haciendo que Alex y Toni que se iban a venir con nosotros se fueran con ellos.

- De acuerdo id tirando, yo espero a Kiel – Les comenté al tiempo que veía como Kiel entraba de nuevo al restaurante para buscar su cartera.

Kiel no tardó mucho en salir de nuevo, pero cuando lo hizo los demás ya se habían ido.

- ¿Has encontrado la cartera? – Le pregunté cuando llegó a mi lado.

- Soy un tonto, me la dejé en la barra a la hora de pagar – Me dio un beso – Vamos que ya llegamos tarde – No recordaba haber visto que Kiel sacara la cartera para pagar, es más, juraría que la cena la había pagado Roberto.

- ¿No tenemos tiempo de parar en algún sitio para darnos un poco de cariño? – Bromeé cuando ya estábamos en el coche camino del Open Mind.

- No es que no me apetezca – Me miró con una sonrisa picara – Pero los chicos nos están esperando y no podemos tardar tanto.

- Argggg, que rollo que tenga que trabajar el día de mi cumpleaños – Protesté.

- Luego tendremos el resto de la noche para nosotros solos – Me guiñó un ojo – Además, aún tengo muchas más sorpresas para darte.

- Me muero de ganas de saber que sorpresas me tienes preparadas – Y era verdad, no sabía que me tenía preparado Kiel pero esperaba que alguna de esas sorpresas tuviera que ver con una noche loca de sexo.

No tardamos mucho en llegar al Open Mind, aparcamos el coche y nos dirigimos a la puerta de entrada. Me sorprendió ver que no había nadie en la puerta cuando normalmente a esa hora había muchos grupos que se encontraban en la calle esperando para entrar, me extrañó pero no le di mucha importancia, pensé que sería una noche tranquila.

- ¡SORPRESA! – Me quedé petrificado en la puerta al ver a todos mis amigos, y muchos conocidos, felicitándome a gritos al entrar. Miré a mi alrededor, todo el Open Mind estaba decorado con carteles de feliz cumpleaños, guirnaldas varias, alguna que otra foto mía divertida. Estaba sorprendidísimo, no me lo podía creer.

- Ha sido idea tuya – Miré a Kiel aún sorprendido. Comencé a recibir felicitaciones de algunos amigos y conocidos que estaban allí.

- Sí, pero lo he hecho con ayuda de todos – Aseguró con una sonrisa.

- Os voy a matar chicos, me teníais completamente engañado – Seguía sorprendido – Y tú Roberto eres el peor – Le señalé.

- ¿De verdad pensabas que no iba a cerrar el open Mind para celebrar tu cumpleaños? – Bromeó Roberto.

- Esta es otra de mis sorpresas – Kiel me había abrazado por la espalda, pasando sus brazos por mi cuello y susurrando en mi oído.

- Gracias Kiel, te amo – Giré el rostro para besarle.

- Basta de cursilerías, ahora a pasárselo bien – Anunció Roberto a los cuatro vientos.

Y eso tenía pensado hacer. Era mi cumpleaños, estaba rodeado de amigos, teníamos todo el local para nosotros solos, mucho alcohol y un chico guapo a mi lado ¿Qué más podía pedir?

Como pocas veces en toda mi vida, me sentía un chico afortunado.

***
Notas finales:

Capítulo largo, espero que me recompenséis con muchos comentarios XD

Fuera de bromas, me emocioné mucho escribiendo el capítulo, espero haber conseguido que también os emocionarais un poquito ^^ Me sigue encantando la relación que tienen Roberto y Tristán ^^

La cena de terror se me ocurrió pensando en algo que podía ser típico de Tristán, para Tristán una simple y aburrida cena hubiera sido demasiado aburrida XD Debo decir que yo sufrí en mis carnes una cena de este tipo y me encantó XD

Como siempre agradecer sus reviews a Keii-chan, Ana y Musubi ^^ Estoy un poco tristona, echo de menos a muchas personitas, espero que sea por falta de tiempo y no porque se estén aburriendo con la historia :(

La semana que viene con las fiestas navideñas no sé si podré actualizar el miércoles, pero lo haré lo antes posible ^^

En el próximo capítulo más emociones ^^

Un beso

Yaonita


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).