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Open Mind por yaonita

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo ^^

Hoy no es miércoles, pero como mañana es fin de año y no creo que pueda actualizar, no os quería dejar otra semana sin capítulo ^^ Mil disculpas por no haber actualizado la semana pasada :(

Os traigo un capítulo completamente centrado en Tristán y Kyel ^^ Capítulo que he intentado que sea romántico ya que estos dos ahora mismo están como de luna de miel XD

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

40. Fin de semana para recordar I.

(Kiel)

Despertar abrazado a Tristán era lo mejor que me podía pasar en la vida, y por desgracia en un par de días ya no iba a poder hacerlo.

La noche anterior fue una locura, con el Open Mind solo para nosotros lo celebramos a lo grande. Tristán acabó bastante contentillo y cuando llegamos a mi residencia, nada más cerrar la puerta, comenzamos a desnudarnos el uno al otro dejando prendas de ropa por toda la casa. Cuando llegamos a la cama ya estábamos completamente desnudos.

Decir que hicimos el amor sería poco, juraría que hacía solo un par de horas que habíamos dejado de hacerlo y ya era la hora de comer.

Mirando fijamente a Tristán casi me daba pena despertarle, pero debía hacerlo ya que aún tenía muchas sorpresas preparadas para él, quería que este fin de semana fuera inolvidable. Bien, le dejaría dormir un poquito más y le prepararía algo de desayuno. Le di un ligero beso en la mejilla y me levanté despacio para no despertarle. Fui a la cocina y le prepare un suculento desayuno.

Cuando volví al cuarto con la bandeja de comida ya preparada Tristán aún seguía durmiendo, menudo dormilón. Dejé la bandeja sobre una de las mesitas de noche y me acerqué a Tristán lentamente, quería despertarle con un beso. Primero le acaricié todo el contorno de su cara, luego acaricié sus labios, por último acerqué mis labios a los suyos rozándolos pero sin llegar a besarlos, sintiendo su aliento contra el mío.

- ¿No piensas besarme? – Preguntó Tristán en un susurro haciéndome sobresaltar.

- Tonto, te estabas haciendo el dormido – Protesté intentado separarme de él, y digo intentando porque rápidamente me agarró de la cintura para que no lo hiciera.

- Quería ver que ibas a hacer – Se rió – Y me debes un beso – Se apoderó de mis labios comenzando a besarme con pasión, yo sobre su pecho, sus brazos rodeando mi cintura, mis manos enredándose en su pelo y su nuca – Buenos días nene.

- Buenos días Tris – Conseguí decir cuando salí de mi estado de atontamiento por el beso – Te he preparado el desayuno, aunque con la hora que es casi podría considerarse una comida – Cogí la bandeja de donde la había dejado y la puse sobre la cama.

- Dos días seguidos en que me despiertas trayéndome el desayuno a la cama, vas a hacer que me mal acostumbre – Bromeó.

- La realidad es que tenemos prisa y me dio pena despertarte, así que pensé en hacerte la comida mientras dormías un poquito más y así ganar tiempo – Le comenté.

- ¿Y porque tenemos prisa?, ¿Dónde tenemos que ir si se puede saber? – Me encantaba pillarle desprevenido.

- Pues te dije que tenía varias sorpresas para ti, y aún no han acabado – Sonreí.

- Pero si mi cumpleaños fue ayer, bastante hiciste ya haciendo que fuera el mejor cumpleaños que he tenido en toda mi vida – Me cogió de la mano y me acercó para darme un besito.

- Pero para mí no fue suficiente, voy a hacer que este fin de semana sea inolvidable – Le guiñé un ojo.

- Con lo que hicimos anoche puedo asegurarte que para mí ya es inolvidable – Bromeó.

- Anda, vamos a comer que tenemos planes – Si seguíamos así acabaríamos haciendo el amor otra vez, y yo tenía muchas cosas planeadas que no se podían aplazar.

Después de comer algo nos duchamos y arreglamos, Tristán no paraba de preguntar que a dónde íbamos, así que al final tuve que decírselo. Además debía llevar bañador así que no tenía más remedio que informarle.

- Qué gran idea que has tenido de ir a la playa, hace un día estupendo – Íbamos en el coche ya camino de la playa, habíamos cogido un par de cosas para pasar una tarde estupenda y yo le tenía preparada una cena romántica de la que no le había dicho nada.

- Pensé que te gustaría despedirte de la playa como es debido – Le sonreí – Me hubiera gustado pasar todo el día pero con lo que se alargó la fiesta de anoche cualquiera se levantaba temprano.

- Aunque solo sea una tarde estará bien – Aseguró – De hecho solo poder verte en bañador es suficiente – Se rió.

Fuimos a la misma playa en la que habíamos hecho las fotos, era un playa pequeña y tranquila, perfecta para nuestros planes.

- Anda nene ponme crema – Estábamos ya tumbados sobre la arena, y Tristán me tendía el bote de crema con una mirada picarona.

- Túmbate – Cogí el bote con una sonrisa y me senté a horcajadas sobre su espalda – Aunque no sé para que necesitas crema con lo moreno que eres.

- En realidad no me hace mucha falta pero era la escusa perfecta para tenerte así, sobre mi cuerpo – Bromeó.

- Tonto – Comencé a esparcir la crema por su espalda – Me encanta el color de tú piel – Susurré mientras acariciaba su espalda – Y su tacto también me encanta.

- Por lo moreno que soy muchos se creen que soy extranjero – Aseguró.

- Eres mi chico caribeño – Bromeé al tiempo que le dejaba un besito en la nuca y seguía masajeando la zona. La crema ya estaba más que extendida, pero me encantaba masajear su espalda y sentir sus músculos tensarse al paso de mis manos.

- Tú también deberías ponerte cremita – Dicho esto, y antes de que me diera cuenta ya me había volteado y me encontraba debajo de él – No me gustaría que tu linda y suave piel se quemara.

- Tu turno – Le di el botecito – Pero espero que tus manos se estén quietecitas y no toquen lo que no tienen que tocar – Bromeé.

- Por quien me has tomado – Se rió – Eso lo dejaré para cuando estemos en el agua.

Estuvimos un rato al sol, relajándonos y dándonos mimitos de vez en cuando. Se sentía muy bien estar así con Tristán, lo iba a echar mucho de menos.

Al rato, cuando estábamos a punto de que nos diera una insolación de sol, decidimos meternos un rato al agua. Hacía un día estupendo, y el agua estaba a la temperatura ideal, perfecta para darse un chapuzón.

- Nene ven aquí – Tristán me agarró de la cintura para acercarme a él, estábamos en el agua pero hacíamos pie – ¿Sabes lo guapo que estas mojado y con los rayos de sol dándote de lleno? – Se lanzó a mis labios para devorarlos, a pesar de la sorpresa yo le seguí el beso rodeando su cuello con mis brazos – Eres tan hermoso – Susurró al romper el beso.

- Pues tú no sabes lo hermoso que eres, y como el agua del mar hace que tus ojos se vean todavía más azules – Le acaricié la cara retirando algunas gotas de agua – Siempre me han vuelto loco tus ojos pero hoy parece que brillen más que nunca.

- Y es verdad, brillan más que nunca porque estoy contigo – Me sonrió.

- Ahora mismo te haría el amor aquí mismo – Le haría el amor a cada momento.

- ¿Y qué te lo impide? – Sonrió pícaramente.

- El hecho de que estamos en una playa y que nos puede ver cualquiera – Dije con obviedad. Aunque era una playa tranquila, estábamos en pleno agosto y había bastante gente.

- Desde la playa no pueden ver que pasa debajo del agua, solo verán a un par de chicos besándose y abrazándose – Metió la mano en el agua y pillándome completamente desprevenido me agarró la polla y comenzó a masturbarla.

- Tris… ahhh – Me estaba muriendo de la vergüenza.

- Nene, yo también me muero de ganas de hacer el amor contigo – Se metió debajo del agua y al rato salió con su bañador atado a la muñeca, acto seguido me rodeó con sus piernas por la cintura – ¿Te ves capaz de hacerlo bajo el agua? – Preguntó burlonamente – ¿O es demasiado para ti? – Restregó su trasero contra mi entrepierna la cual se había encargado de librar del bañador que ahora estaba a la altura de mis rodillas. Yo, a duras penas conseguía mantener en equilibrio con Tristán en mis brazos.

- Tris, estás loco – Susurré sobre sus labios para después besarlos con locura – Y puedo asegurarte de que contigo soy capaz de eso y de mucho más – Puse mis manos en su trasero para evitar que se cayera y al mismo tiempo masajeárselo.

Me costaba aguantar el equilibrio, Tristán no pesaba precisamente poco, pero el agua ayudaba a que fuera algo más ligero. El agua nos llegaba prácticamente al cuello lo que evitaba que la gente que estaba en la playa pudiera ver lo que realmente estaba pasando, además era una playa poco profunda y estábamos bastante lejos de la arena.

Pronto comenzamos a devorarnos a besos el uno al otro, dejando pequeñas mordidas de vez en cuando en nuestros labios y enredando nuestras lenguas de forma que parecían una sola. Tris se sujetaba de mi cuello con una de sus manos, con la que me acariciaba la nuca de vez en cuando, con la otra seguía jugando con mi polla, yo disfrutaba de su lindo trasero con la escusa de sujetarlo bien. Pensé que tardaría más, pero no tardé en estar completamente empalmado y deseando un poco de acción. Aprovechándome de la facilidad que daba el agua, comencé a jugar con su agujero y no tardé en adentrar el primer dedo consiguiendo un pequeño respingo de Tris. Era delicioso ver sus reacciones ante mis movimientos. Cuando metí un segundo dedo conseguí un gemido suyo, y con el tercero directamente puso los ojos en blanco.

- Nene… ahhhh… no necesito más… te necesito dentro ya – Ordenó. Y evidentemente yo siempre cumplía sus órdenes.

- Agárrate bien – Dejó mi polla para sujetarse de mi cuello con ambos brazos y yo la guié hasta su entrada haciendo malabares para que no se me callera Tristán en el proceso.

- Ohhh… siiii – Sin prisa pero sin pausa me había adentrado en su interior y ya estaba completamente dentro, quieto esperando a que Tristán se acostumbrara, pero con unas ganas locas de comenzar a moverme – Nene ahora.

- Como quieras… ahhh – Comencé a moverme con la ayuda de Tristán que subía y bajaba por mi cuerpo para que las penetraciones fueran cada vez más profundas, más intensas, más abrasadoras.

Juntos nos movíamos al compás adecuado para que nuestros cuerpos disfrutaran. Tristán se agarraba a mí con fuerza para no caer, y yo le sujetaba con un brazo mientras el otro se dedicaba a masturbarle. Intentábamos movernos con disimulo, tampoco era cuestión de que todo el que estuviera en la playa se diera cuenta de lo que estábamos haciendo. Aunque solo les bastaría con ver mi cara de placer para darse cuenta de todo.

Sentirme en el interior de Tristán era lo mejor que me podía pasar, saber que era todo mío, que solo yo podía hacerle lo que le estaba haciendo me hacía el hombre más feliz del mundo.

- Nene… ahhh… si – Había tocado su punto especial, ese que le hacía poner los ojos en blanco y volverse loco – Si… ahhh… si.

- Tristán… ahhh… no voy a aguantar mucho… ahhh – Todo mi cuerpo estaba temblando de placer, a punto de explotar en su interior y desvanecerse por completo.

- Ahhh… Kiel… te amo – Cómo me gustaba oírle decir esas dos palabras, tiempo atrás nunca pensé que me las diría y ahora, cada vez que lo hacía, todo mi cuerpo se estremecía.

- Tris… ahhh… Tristánnnn – Me corrí, no pude aguantar más, aceleré el ritmo de mi mano para que él me siguiera lo antes posible.

- Kiel… ahhh… siiii – Y lo conseguí, se corrió entre mi mano mezclando su semen con el agua del mar – Kiel… uhmmm – Apoyó su cabeza en mi hombro ronroneando – Me quedaría así toda la vida – Susurró en mi oído para después darme un mordisquito en el lóbulo.

- Y yo jamás saldría de ti, me quedaría pegado a ti hasta la muerte – Le pegué un mordisquito en el hombro, notando el sabor salado de su piel.

- Te imaginas que volvemos a la playa tal y como estamos – Bromeó riéndose.

- Pensarían que están viendo a un par de locos degenerados y llamarían a la policía – Me reí yo también. Tristán con un ligero gesto hizo que saliera de su interior.

- Mejor no tentar a la suerte – Me besó.

Después de remojarnos un poco y lavarnos todo lo que pudimos, y tras ponernos los bañadores en condiciones, decidimos salir de nuevo a la playa. Cuando íbamos hacia nuestras toallas vi como unas cuantas personas nos miraban con una sonrisilla, enrojecí al pensar en que quizás se habían dado cuenta de lo que habíamos estado haciendo.

- Creo que más de una persona se ha dado cuenta de lo que hacíamos – Se rió Tristán leyéndome la mente.

- No te rías – Le di un pequeño empujón en broma – Que vergüenza.

Acabamos de pasar la tarde tranquilamente en la playa, y cuando el sol ya se marchó y comenzó a anochecer lo recogimos todo para ir a cenar. Le tenía otra sorpresa a Tristán, había reservado mesa en un restaurante muy romántico con vistas al mar.

- ¿Dónde vamos a ir a cenar? – Habíamos estado un rato paseando por el paseo marítimo cogidos de la mano, pero ya comenzaba a haber hambre.

- Eso déjamelo a mí – Le sonreí a Tristán como respuesta.

- ¿Me tienes una sorpresa preparada? – Comenzó a bromear.

- Por supuesto – Aseguré con una sonrisa.

Al rato ya habíamos llegado al restaurante en el que había reservado mesa. Era un restaurante pequeño que estaba junto al mar, era muy romántico ya que tenía una terraza en la misma playa donde podías cenar bajo la luz de la luna, con un ambiente cálido con luces tenues y el sonido de las olas de mar. Además, según tenía entendido, de vez en cuando un violinista tocaba alguna pieza para hacer la velada más amena.

- Es precioso, pero dudo que haya mesa – Comentó Tristán con algo de tristeza nada más verlo.

- ¿Por quién me has tomado? – Alcé una ceja bromista – Lo tengo todo planeado.

- No sabía que tenía un chico tan previsor – Se abrazó a mi rodeando mi espalda y caminando detrás de mí, con su pecho pegado a mi espalda – Pensaba que aquí yo era el romántico de la pareja – Susurró a mi oído.

- Tú ¿Romántico? – Bromeé – Deja de soñar.

- Serás malo, yo con toda mi ilusión y tú me desprecias – Siguió la broma.

Dejamos las bromas al entrar al restaurante, nos acercamos al primer camarero que encontramos y le pedí la mesa que tenía reservada. A los cinco minutos ya estábamos sentados en una mesa, con unas vistas preciosas y rodeados de un ambiente cálido y tranquilo
.
- Este restaurante es precioso ¿Cómo lo descubriste? – Tristán miraba con admiración alrededor suyo.

- Quería que fuera algo especial y hablé con Toni, como sabrás Alex y él vienen mucho a la playa y alguna vez han venido a este restaurante – Confesé – Me lo recomendó, y sin duda acertó, es perfecto.

- No paras de sorprenderme Kiel, vas a conseguir que me sienta una damisela con tanta sorpresa romántica – Bromeó con una sonrisa.

- Quería que fuera un fin de semana especial Tris, y aún queda mucho – Le sonreí de vuelta.

Fue una cena estupenda, no sólo el lugar era idílico si no que la comida estaba buenísima. Tristán y yo hablábamos tranquilamente, de muchas cosas pero nada en especial, era increíble como habíamos conseguido tanta intimidad como para poder estar hablando horas y horas de nada en concreto.

El tiempo pasaba volando, y pronto nos tocó pedir los postres. En esas estábamos cuando vi como Tristán levantaba la mano llamando a alguien a mis espaldas, rápidamente me di la vuelta para ver quién era.

- Deme tres rosas de esas tan bonitas – A mis espaldas había un hombre que pasaba por las mesas vendiendo rosas, Tristán le había llamado y pedido tres ante mi absoluta sorpresa – Toma Kiel son para ti.

- ¿Para mí? – Le miré incrédulo.

- ¿A caso no puedo regalarle rosas a mi chico? – Me miró con picardía.

- Pero es tu fin de semana especial no el mío – Protesté.

- Para mí todos los días junto a ti son especiales – Se inclinó sobre la mesa para darme un beso por sorpresa – Déjame que tenga un detalle contigo para agradecerte todo lo que estás haciendo por mí.

- Pues supongo que debo darte las gracias – Me enrojecí al mirar las rosas que me había comprado, eran preciosas, las dejaría secar para guardarlas como recuerdo.

- Esta noche me lo agradeces en la cama – Me guiñó un ojo.

- Tonto – Protesté dándole un golpecito en el hombro.

Después de eso seguimos con la cena, degustando el delicioso postre que ambos habíamos pedido. Alargamos un poco la sobremesa para disfrutar del mar y la música del violín que en ese momento sonaba. Cuando ya vimos que se estaba haciendo tarde, y aún nos quedaba un largo camino de vuelta, decidimos irnos muy a nuestro pesar. Estábamos demasiado a gusto en ese idílico ambiente.

- Esta siendo un día estupendo – Comenté mientras Tristán conducía de vuelta a casa. Había comenzado a llover y a esas horas de la noche apenas había tráfico.

- Cualquier día a tú lado es estupendo – Me sonrojé al escucharle.

- Hace poco tiempo jamás habría pensado que dirías algo así – Confesé avergonzado.

- En aquél entonces era un estúpido que no sabía ver lo que tenía delante – El ambiente dentro del coche era acogedor, la calefacción ayudaba a mitigar el frio que provocaba la lluvia del exterior, la música sonaba a un volumen moderado y mi corazón martilleaba sin cesar – Siempre me he preguntado como conseguí que te enamoraras de mí con lo mal que me porté contigo, un chico como tú se merecía mucho más, y tú podrías tener al chico que quisieras ¿Qué tengo yo para merecerte?

- ¿Necesitas que te lo diga? – Le miré incrédulo – Me gusta que seas payaso de vez en cuando pero que también puedas ser serio, eres un chico divertido con el que es imposible aburrirse. A pesar de que siempre has querido presumir de ser una persona frívola a la que no le importa nadie, siempre has ayudado a aquellos que están a tu alrededor y que te importan de verdad. Dices no tener amigos, y tienes como mínimo a siete personas a tu alrededor que harían lo que fuera por ti. Dices ser egoísta, pero siempre piensas en los demás antes que en ti, por eso evitabas que yo o cualquier otra persona se acercará a ti, para evitarle el sufrimiento que luego le supondría tu perdida. Siempre eres sincero, aunque eso a veces puede hacer daño, pero no deja de ser una virtud. Además nunca te lo he contado, pero siempre había pensado que los ojos azules resultaban fríos, pero los tuyos siempre me parecieron cálidos. Creo que a través de ellos muestras al verdadero Tristán, ese que estaba enterrado entre capas y capas de frivolidad, y que yo siempre supe ver. Tampoco puedo negar que tu físico me vuelve loco, desde la punta del dedo gordo del pie hasta el flequillo, todo, todito de ti me gusta ¿Necesitas más? – Enfaticé – Te amo Tristán – Tristán paró a un lado de la carretera, estábamos en un calle que pasaba al lado de un gran parque y debido a la lluvia no había nadie alrededor. Se giró hacia mí, y poniendo su mano en mi nuca me acercó a él para besarme sin decir palabra alguna. Podría sin lugar a dudas jurar que ese beso estaba siendo el mejor beso que me habían dado en mi vida, el más intenso, el más ardiente, el más apasionado, el que expresaba más amor. Levanté mi mano para acariciar su suave pelo y así hacer todavía más intenso el beso, quería que esa sensación durara para siempre, que esos labios me besaran toda la vida.

- Yo también te amo, nunca lo olvides – Susurró entre mis labios al romper el beso – Te haría el amor ahora mismo si no estuviéramos en medio de la calle – Remarcó – Pero en cuanto lleguemos a casa no te libras – Entonces de pronto comenzó a sonar una canción en la radio, y como siempre Tristán rompió el romántico ambiente que se estaba creando con una de sus locuras – Esta canción me encanta – Subió el volumen de la radio y sin pensárselo dos veces se desabrochó el cinturón y salió del coche.

- ¿Qué haces?, ¡Estás loco, te vas a empapar! – Me desabroché el cinturón de seguridad e intenté detenerle pero me fue imposible.

- ¡Vamos Kiel, disfruta de la vida! – Comenzó a bailar y cantar la canción que en esos momentos estaba sonando – “Take me on a date, I deserve a break and don’t forget the flowers every anniversary” – ¡Vamos Kiel, canta conmigo! – Me animaba.

- Tristán vas a pillar un resfriado, entra al coche – Tristán seguía cantando bajo la lluvia, bailando de forma divertida alrededor del parque, subiéndose a un banco, asomándose por detrás de un árbol, columpiándose de cualquier sitio, estaba completamente loco.

- “Sing along with me, sing sing along with me (hey)” – Seguía cantando animándome a seguirle en su locura – ¡Vamos, Kiel! No seas aburrido, anímate – Y al final lo consiguió.

- Como coja un resfriado me las pagaras – Protesté al tiempo que salía del coche y la lluvia comenzaba a caer sobre mí.

- “After every fight just apologize and maybe then I’ll let you try and rock my body right” – Cantaba con completa alegría – “Dear future husband, Here’s a few things you’ll need to know if you want to be my one and only all my life (Hey, baby) – Se acercó a mí con unas flores que había arrancado del parque, y me las dio con amor – No dejaré que esta noche pases frio, ahora déjate llevar y que la lluvia nos empape por completo.

- “And I’ll be sleeping on the left side of the bed (hey), open doors for me and you may get some… kisses” – Comencé a cantar con él – “Don’t have a dirty mind just be (impressive I said)” – Me arrastró bajo la lluvia por todo el parque, sin soltar mi mano en ningún momento.

- “Buy me a ring, buy buy me a ring babe” – Me guiñó un ojo.

- “So, Dear future husband If you want to get that special loving tell me I’m beautifull each and every night” – Seguimos cantando sin parar de reírnos y hacer el tonto.

- “Future husband… better love me right” – Tristán acabó la canción y me rodeó con sus brazos besándome bajo la lluvia, sin importar que nos estuviéramos calando hasta los huesos. Yo rodeé su cuello con mis brazos y mi cuerpo sintió el suyo, tan cálido, tan acogedor, que parecía mentira que estuviéramos bajo una lluvia torrencial. Nada importaba, ni la lluvia, ni el frio de la noche, ni la radio que seguía sonando sin parar, éramos solos él y yo, sin necesitar nada más.

- ¡Te amo Tris! Y no quiero que te vayas – Susurré al romper el beso. La lluvia sobre mi cara escondía mis lágrimas, en ese preciso momento me había dado cuenta de que en apenas un par de días Tristán se iría de mi lado.

- Yo no quiero irme, pero si quiero poder estar contigo por mucho tiempo más debo hacerlo – Me acarició la cara mientras decía esas palabras – Pero te juró que haré todo lo que pueda por volver lo antes posible a tu lado.

- Yo iré a buscarte Tris – Aseguré – No esperaré a que vuelvas a mí – Sonrió con tristeza ante mis palabras.

- Sé que lo harías – Me cogió de la mano y me llevo de vuelta al coche sin dejarme continuar hablando – Será mejor que nos vayamos, quiero llegar a casa y demostrarte lo mucho que te quiero.

Ese era el Tristán que me gustaba, él que era capaz de pasar de un momento de locura y diversión a un momento íntimo y cargado de emoción, nunca dejaría de sorprenderme. Volvimos al coche empapando los asientos de este, y sin apenas palabras pues no hacían falta, Tristán comenzó a conducir de nuevo camino a nuestro nidito de amor. Todo estaba dicho con palabras, ahora había que demostrárselo con los actos, los roces, los besos, las penetraciones, las embestidas, los pequeños mordiscos, las cosquillas, las sábanas enredándose en nuestros desnudos cuerpos.

Quizás fuera nuestro último fin de semana juntos en mucho tiempo, pero yo lo consideraba uno más de los muchos que tendríamos a lo largo de nuestra vida. Porque estaba convencido de que Tristán sobreviviría, y si no lo hacía iría hasta el mismísimo infierno si hiciera falta para hacerlo volver a mi lado.

***
Notas finales:

Creo que tal y como ha quedado la cosa en el próximo capítulo va a haber mucho lemon XD

Os pongo la canción que el loco de Tristán se pone a bailar bajo la lluvia XD

https://www.youtube.com/watch?v=FNwmefjygYo

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Quería que fuera un capítulo muy romántico, espero haberlo conseguido ^^

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a Taiga, ImPandahero, Ana y Musubi ^^ No sabeis lo importantes que han sido vuestros comentarios para mí, estaba en un pequeño bajonazo y me habéis ayudado mucho ^^

Orenjiyuu espero que te hayas dado cuenta del guiño que he tenido contigo XD

Un beso

Yaonita


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