Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento no haber podido actualizar la semana pasada pero la verdad es que me ha venido muy bien para coger fuerzas para lo que queda ^^

Ahora que Kiel está con Tristán ¿Cómo serán sus días?

Espero que os guste el capítulo ^^

Un beso

Yaonita

53. Días más llevaderos.

(Tristán)

Estábamos en la sala común con todos los chicos y niños de la clínica, Kiel estaba cantando una canción y todo el mundo a su alrededor le escuchaba embobado. Mi chico cantaba muy bien y conseguía llamar la atención de todos.

Desde que Kiel llegó se había hecho una costumbre que viniera a visitarme a la clínica acompañado de su guitarra y cantara un par de canciones para animar a los chicos. Ellos disfrutaban mucho al escucharle cantar y Kiel les animaba cantando algunas canciones divertidas, otras moviditas y alguna que otra más infantil para los más peques, me sentía muy orgulloso de él.

- Tu chico es un sol – Juls a mi lado me sacó de mis pensamientos.

- Lo sé, es especial – Sonreí orgulloso.

- No la cagues amigo, vale millones y se nota a leguas lo enamorado que está de ti – Y tras decir estas palabras siguió escuchando las canciones.

Me quedé mirándole con atención, me alegraba mucho verle tan recuperado, lo había pasado muy mal e incluso habíamos pensado que lo perderíamos un par de veces, pero había conseguido sobrevivir y ahora se estaba recuperando poco a poco pero de forma progresiva. Había recuperado algo de peso, el virus estaba prácticamente destruido, y los médicos creían que con unas pocas sesiones más podrían acabar por completo con el maldito bichito.

Edward resplandecía de felicidad y a Sophie se le notaba que se había quitado un gran peso de encima. Cuando venían a visitar a su hijo muchas veces nos traían comida casera, y para ellos Roberto, Zen, Kiel y yo nos habíamos convertido en parte más de la familia.

Edward bromeaba que en su casa siempre habían sido tres, pero que ahora la familia había aumentado considerablemente. Roberto y Zen ya llevaban un tiempo viviendo en su casa y les habían cogido mucho cariño, a Kiel no tardaron en acogerlo sin problema. De alguna manera el saber que ellos estaban en casa de Edward y Sophie me hacía sentir mucho más tranquilo, sabía que los tratarían bien y que se sentirían muy a gusto.

Cuando Kiel me dijo que se quedaría hasta que me recuperara, hablé con Roberto, le comenté que ahora ya no estaría solo que si quería podían volver a casa él y Zen, mi sorpresa fue enorme, y una vez más Roberto me demostró que no era simplemente un amigo que era como un padre para mí.

Se enfureció ante mis palabras, se sintió ofendido, comenzó a decir que si no le quería a su lado y toda una sarta de tonterías. Yo no pude evitar reír al ver su reacción, le dije que no se hiciera el mártir que ese papel no le quedaba y juntos nos pusimos a reír. Había sido su forma de decirme que aunque Kiel estuviera conmigo él no iba a dejarme solo, que era muy importante para él y me quería. Y una vez más me hizo sentirme orgulloso de la familia que había ido formando a lo largo de estos años.

Porque como siempre decía yo, la familia no son las personas que llevan tu sangre, la familia son las personas que están a tu lado cuando las necesitas y a las que escoges para compartir la vida con ellos.

Si bien Juls había mejorado muchísimo, no podía decir lo mismo en mi caso. Anímicamente estaba mucho mejor, con Kiel a mi lado ya no había motivos para hundirme o venirme a bajo, y si eso pasaba, ahí estaba él para subirme el ánimo. Pero físicamente estaba cada vez peor, estaba debilitado y con las fuerzas mínimas, había mañanas que ni ganas tenía de levantarme.

Y lo peor de todo es que no parecía estar dando resultado el tratamiento, aunque el virus se había debilitado un poco, ahora lo tenía extendido por todo el cuerpo y parecía no seguir debilitándose, pero no me rendiría.

- Bien chicos, vamos a dejarlo por hoy – Oí a Kiel. Y al instante todos los niños se quejaron, le adoraban – Chicos por hoy ha sido suficiente pero os prometo que mañana volveré, ahora tengo que ir con mi chico.

- Ahora los niños van a odiarme – Protesté cuando Kiel se acercó a mí – Pensaran que por mi culpa dejas de cantar para ellos.

- Es imposible que te odien, los niños te adoran – Me dio un piquito.

- Antes puede que sí, pero desde que llegó un rubiales entrometido he pasado a segundo plano – Me reí.

- Tristán tiene razón ¿Quién va a querer a un malhumorado y canalla como él, teniendo a un simpático chico que canta como tú? – Juls que seguía a mi lado aprovechó la ocasión para reírse un poquito de mí.

- Vaya amigos que tengo, llega un chico guapo y rubio y se olvidan de mí – Hice pucheros teatralmente.

- Y como te descuides te lo roban que he visto a más de una y de uno muy interesado en Kiel – Se rió Juls.

- Dime quienes son, si son atractivos lo mismo cambio a mi amargado novio – Siguió con la broma Kiel.

- Y luego dices que me amas – Protesté indignado.

- Te amo y por eso me gusta hacerte rabiar – Se acercó y volvió a besarme – Me gusta ver a mi chico mimado y quisquilloso haciendo pucheros.

- Que malo eres – Me reí.

- Lo aprendí de ti – Me guiñó el ojo.

- Eso también lo aprendiste de mí – Le guiñé el ojo ahora yo.

- Tienes razón – Se rió – Por cierto, vamos a la habitación que tengo una sorpresa para ti.

- Yo me quedaré un rato más por aquí, no quiero veros haciendo manitas me dan ganas de vomitar – Se quejó Juls.

- Ya te gustaría a ti poder hacer manitas conmigo renacuajo – Bromeé.

- No me van los chicos, pero si me fueran no me fijaría en un feúcho como tú – Me devolvió la broma.

- Anda vamos – Kiel se puso tras mi silla y comenzó a empujarme hacia mi habitación interrumpiendo los ataques entre Juls y yo – Nos vemos luego Juls – Nos despedimos de él.

Al llegar a la habitación me quedé mirando a Kiel, con la sonrisita tonta, decidí jugar un poco con él.

- ¿Por qué tenías tantas ganas de traerme a la habitación? – Pregunté insinuantemente – ¿No puedes estar más de cinco minutos conmigo sin querer llevarme al huerto?

- ¿Quién podría resistirse a un chico guapo, que está macizo y se mueve como nadie? – Me siguió el juego – La verdad es que estaba deseando acabar de cantar para traerte a la habitación y comerte entero.

- Si es que… te haces el bueno con los niños pero en realidad solo eres un salido que no puede vivir sin mí y mi sexo – Le guiñé el ojo – Sé que te vuelves loco por mis huesos y que esta silla de ruedas te pone cachondo.

- ¿Cómo lo sabes? – Fingió sorpresa – Justo esta noche he tenido un sueño erótico contigo y tu silla, no querrás saber lo que hacía con la silla.

- ¿Con la silla? – Pregunté – ¿Se puede hacer algo con la silla?

- ¿Quieres que te lo expliqué? – Se acercó a mí y se inclinó apoyando ambas manos en los reposabrazos de la silla y dejando su cara a milímetros de la mía – Puedo ponerlo en práctica – Se mordió el labio provocando que mis ojos se desviaran de inmediato a su boca, tentándome como solo él sabía hacer.

- Eres un maldito provocador – Me reí al fin – Antes no eras así.

- Tuve un gran maestro – Se alejó de mí riendo.

- ¿Qué haces? – Protesté – Vuelve aquí y dame un beso, no me puedes dejar con las ganas – Entre risas Kiel volvió a inclinarse para darme un beso – Ahora si – Sonreí – Dime ¿Cual es la sorpresa que tenías para mí?

- Ahora mismo te lo enseño – Se dirigió hacia una bolsa que había traído consigo y que había dejado en el suelo al llegar – Vi que Edward tenía esto y se lo pedí prestado.

- ¿Vas a raparme el pelo? – Pregunté sorprendido al ver la máquina para cortar el pelo que había sacado de la bolsa.

- Quiero que mi chico este guapo – Sonrió – Y sinceramente Tris, estarás mucho más guapo rapado que con esos cuatro pelos en la cabeza.

- ¡Oye! – Protesté.

- Vamos, sabes que lo hago por ti – Se acercó con la maquinilla entre las manos – Con el pelo rapado, sudaras mucho menos, no tendrás que preocuparte de que se te caiga el pelo y llenes la almohada de pelos y sobretodo te veras mucho más guapo.

- Siempre dijiste que te gustaba mi pelo negro – Me entristecí. Seguramente Kiel me veía tan feo que intentaba mejorar mi aspecto y, sinceramente, eso me hacía sentir mal.

- Y me gusta – Aseguró – Y cuando vuelva a crecerte completamente sano estaré encantado de que te lo dejes crecer de nuevo y pueda enredar mis dedos en el. Pero ahora necesitas sanearlo Tris, y por favor, no pienses que lo hago porque te veo feo o algo así, lo hago para que tú te sientas mejor.

- Está bien adelante – Acepté – Tampoco me queda mucho pelo que rapar.

- Ya verás cómo te sentirás mejor – Comentó con una sonrisa. Sacó un par de cosas más de la bolsa y vino hacia mí – Te voy a poner esta toalla para que no te llenes de pelos. Así, perfecto.

- No sabía que tenías esa vena de peluquero – Bromeé.

- En realidad nunca le he rapado el pelo a nadie así que espero no hacer un destrozo – Se rió.

- Creo que he cambiado de opinión – Protesté – Déjame el pelo tal y como está, así ya me gusta.

- No seas tonto ¿Qué puede pasarte? – Enchufó la maquinilla y se acercó a mí con ella en la mano – Como mucho puedes perder una oreja – Bromeó.

- Creo que me estás dando miedo – Le miré con pánico.

- ¿Confías en mí? – Me miró fijamente.

- Siempre y hasta la muerte – Aseguré.

- Pues déjame hacer que ya verás cómo te gustará – Se puso a mi espalda y comenzó a raparme el pelo. Veía como de vez en cuando caían mechones, entre negros y blancos, al suelo y Kiel no paraba de moverse de un lado a otro – Después voy a tener que barrer el suelo, si las enfermeras ven esto me mataran – Bromeó.

- Si fuera culpa mía seguro que me regañaban, pero tú les caes tan bien que seguro que no te dicen nada – Comenté algo molesto.

- ¿Estás celoso? – Bromeó.

- Como no estarlo si todas te tienen ganas – Protesté – Antes me tiraban a mí los tejos pero como ahora no valgo nada se han olvidado de mí.

- ¿Quién ha dicho que no vales nada? – Inquirió con seguridad – Para mí eres perfecto y creo que lo que les pasa es que contigo ya se han rendido, yo soy sangre fresca – Se rió. Se puso delante de mí y comenzó a raparme la parte delantera. Su entrepierna había quedado a centímetros de mi boca y una risita traviesa se me formó en la cara – ¡Tris! ¿Qué demonios estás haciendo? – Exclamó sorprendido. Con una mano le había agarrado una nalga y con la otra había comenzado a bajarle la cremallera del pantalón.

- Al ponerte así delante de mí, pensé que me lanzabas una indirecta de lo que querías que hiciera – Dije con picardía – ¿A caso no lo quieres? – Me mordí el labio seductoramente.

- ¿Qué me la mames en medio de tu habitación sabiendo que puede entrar cualquiera? – Preguntó – No – Se rió al tiempo que me apartaba de un golpecito – Anda ya estas, has quedado muy guapo – Se alejó de mí quitándome la toalla que me había puesto y espolsándome los pelos que pudieran haberme quedado por el cuerpo – Mira, dejaré que te veas – Fue de nuevo a la bolsa que había traído y saco un pequeño espejo – ¿Qué te parece? – Preguntó poniendo el espejo delante de mí.

- No está nada mal – Comenté mirándome al espejo. La verdad es que no me gustaba verme al espejo, me dolía verme así, pero no quería que Kiel se sintiera mal y me veía algo mejor después del rapado.

- Te dije que te gustaría – Se alejó de nuevo para guardar el espejo en su bolsa.

- Anda ven, que me has dejado con las ganas de mimitos – Puse morritos – Siéntate aquí nene – Palmeé mis rodillas.

- No quiero hacerte daño – Se negó Kiel.

- Estoy débil pero no tanto – Protesté – Por favor, ven aquí nene, vamos – Supliqué con ternura.

- Está bien – Aceptó con resignación – Mira que eres persuasivo – Se sentó a horcajadas sobre mis rodillas y rodeó mi cuello con sus brazos, quedando uno frente al otro. Había bloqueado la silla de ruedas para que no se moviera con el peso de los dos.

- ¿Te he dicho alguna vez lo guapo que eres? – Ronroneé al tiempo que con mis brazos le acariciaba la espalda – Por dentro y por fuera más hermoso que un ángel.

- ¿Te he dicho alguna vez lo zalamero que eres? – Se rió parafraseándome – No hace falta que me adules para conseguir un beso – Y tras decir esto me besó.

Desde que había llegado Kiel, teníamos que conformarnos con besos, pero no me quejaba, me gusta besar a mi chico, tenerle cerca y poder sentir sus labios sobre los míos. Tampoco creía tener fuerzas para mucho más y Kiel lo sabía, por eso nunca intentaba ir más allá, por más que a mí me costara contenerme. Porque puede que este débil pero mis instintos están más vivos que nunca y siempre he sido de mecha fácil, más si tengo a mi chico contoneándose sobre mi entrepierna como en estos momentos lo tenía.

- Cómo me gustaría poder hacerte el amor – Susurré sobre sus labios tras romper el beso.

- Pronto Tris – Susurró también Kiel – Pronto te recuperaras y podremos hacer el amor, como ambos deseamos, estoy seguro.

- Estás más delgado nene – Llevaba tiempo pensando que veía a Kiel algo más delgado, pero ahora que lo tenía sobre mí y lo estaba sobando por todas partes podía asegurarlo.

- Con todo lo que ha pasado he perdido un poco el apetito – Confirmó – Pero estoy bien, no te preocupes.

- Debes comer bien – Le pedí – Con que haya un saco de huesos en la pareja es suficiente – Bromeé.

- Tonto – Protestó entre risas.

- Este estupendo cuerpo necesita estar bien alimentado – Comencé a subirle la camiseta y a dejar pequeños besos por todo su torso. Muy probablemente más tarde necesitaría una ducha fría, pero ahora mismo eso no me importaba.

- Tris… ahhh – Kiel se movía sobre mi cuerpo y yo necesitaba más.

- ¿Tú cuerpo me ha echado de menos? – Pregunté al tiempo que mordisqueaba uno de sus pezones.

- Mucho – Susurró Kiel – Podía notar perfectamente como nuestras pollas estaban comenzando a crecer, sin importar nada, ni el lugar, ni la situación, nada, solo el tenernos el uno al otro.

- Tienes una piel tan suave – Seguí acariciando su piel bajo la camiseta y de vez en cuando mordisqueaba sus pezones – Y unos pezones tan apetitosos.

- Tris… ahhh, me estas matando – Gimió.

- Creo que he venido en mal momento – Kiel se separó de inmediato de mí al escuchar a Juls y por las prisas cayó de culo al suelo.

- Si hubieras venido un poco antes hubiera sido peor – Me reí al recordar que podía habernos pillado en medio de una mamada – ¿Estás bien Kiel? – Intenté aguantar la risa que me daba el verle allí tirado en el suelo con cara de sorpresa.

- Tranquilos, me voy y os dejo solos – Se dio la vuelta para volver a salir por la puerta.

- No Juls – Llamó su atención Kiel al tiempo que se levantaba del suelo – Puedes quedarte, nosotros ya hemos acabado – Kiel me miró mal, posiblemente avergonzado y culpándome por haberle incitado – Tris va a estar un tiempo castigado.

- Pero ¿Por qué? – Protesté lloriqueando teatralmente.

- Por incitarme a hacer manitas en un lugar público – Aseguró Kiel – Te dije que podía entrar cualquiera.

- Dad gracias que no hayan sido las enfermeras – Bromeó Juls.

- Maldito renacuajo – Increpé – Ya podías haber venido en otro momento.

- Está también es mi habitación, si queréis hacer manitas id a otro lugar, o al menos avisadme – Comentó entre risas – Cuando se lo cuente a mi padre se morirá de risa.

- Mira que eres malo renacuajo – Protesté.

- Deja de discutir con Juls – Intervino Kiel – Ahora te toca a ti – Y me alargó la maquinilla que había usado para raparme el pelo.

- ¿Qué? – No entendía muy bien a qué se refería.

- Yo te he rapado el pelo, ahora te toca a ti raparme a mí – Me sonrió.

- Pero Kiel yo… no quiero que te rapes el pelo por mí – Agaché la cabeza apenado – Agradezco tu gesto y sé porque lo haces, pero me gusta demasiado tu pelo rubio y sería incapaz de cortártelo – Le sonreí – Pero, te amo – Sonreí con más fuerza al comprender lo que había intentado Kiel, para que no me sintiera mal o me sintiera feo quería raparse al igual que yo para estar los dos igual.

- ¿Seguro que no quieres aprovechar esta oportunidad y raparme? – Bromeó – Piensa que no se te va a presentar otra oportunidad así en mucho tiempo.

- Si algún día cambio de opinión aprovecharé para raparte mientras duermes – Seguí la broma – Ahora ven y dame un beso.

- Siempre mandando – Se acercó poco a poco y se agachó para besarme.

- Arrgggghhhh pero que empalagosos sois – Nos interrumpió Juls, del cual, por cierto, había olvidad completamente su presencia – Jamás pensé verte así Tristán – Se rió a carcajadas.

- Ya caerás algún día ya – Protesté.

- Eso nunca – Aseguró – Siempre seré una persona libre de ñoñerías.

- ¿Y escribir una carta con corazoncitos y dejársela en la taquilla de la chica que te gusta no es una ñoñería? – Le tome el pelo al recordar cómo me contó que una vez le había escrito una carta a la chica que le gustaba.

- Eso es diferente no… arrggghhh no sé para que te cuento nada – Se enfurruñó.

- Anda Tris deja a Juls tranquilo que parecéis dos niños chicos – Intervino Kiel – Ahora será mejor que descanses un poco, te ayudaré a ponerte en la cama.

Kiel siempre estaba pendiente de mí, algunas noches se quedaba a dormir, no todas porque yo no quería que por mi culpa no descansara bien, y cuando no se quedaba a dormir venía bien temprano por la mañana. Estaba toda la mañana conmigo, acompañándome tuviera sesión o no, y se quedaba hasta después de la comida. Luego, después de la comida, yo descansaba un poco y él aprovechaba para ir a casa de Edward y hacer las cosas que tuviera que hacer para más tarde ir a tocar a la calle para ganar algo de dinero. Por las tardes eran Roberto y Zen quienes me acompañaban un rato hasta que Kiel volvía después de haber estado un rato tocando y cantando en sitios públicos, no le iba nada mal la verdad, con lo que ganaba podía ir manteniéndose.

Para mí, los días en la clínica se habían hecho mucho más llevaderos, no solo tenía a Juls y su familia, si no que ahora tenía a mis amigos conmigo. La verdad es que siempre me había llevado muy bien con todos los niños de la clínica, con mis tonterías intentaba animar a los más pequeños que pobrecitos eran los que peor lo pasaban, y con las enfermeras también me llevaba bien, pero amigos de verdad solo tenía a Juls y Edward a mi lado. Ahora eso había cambiado.

- Cariño debo irme, será mejor que descanses un poco hasta que vengan Roberto y Zen – Ya había pasado la hora de la comida y ahora llegaba el momento de descansar – Nos vemos luego – Me dio un piquito para luego coger sus cosas y despedirse de mí – Te amo Tris.

- Yo también te amo nene – Dije apenado. Siempre me entristecía cuando me despedía de él, no porque pensará que no fuera a volver sino porque tenía miedo de no estar cuando volviera.

- Hasta luego Juls – Se despidió de Juls y se fue.

- Juls, por favor ¿Puedes ayudarme a sentarme en la silla? – Pregunté nada más perder de vista a Kiel.

- Ahora mismo – Se levantó de la cama para ayudarme – ¿No te encuentras bien?

- Necesito ir al baño, estoy algo mareado – Una vez acomodado en la silla gracias a Juls, me dirigí al baño, en cuanto llegué me incliné para echar las tripas. La comida no me había sentado muy bien, pero no quería que Kiel se diera cuenta, él había estado muy contento al ver que me lo comía todo.

- No deberías de ocultarle como te sientes realmente – Me sermoneó Juls a mis espaldas – No puedes decirle que te encuentras estupendamente, cuando no es así.

- No lo entiendes Juls, no puedo hacerlo sufrir más de lo que ya ha sufrido con su madre – Zanjé el tema.

- Pero es tu novio y ha venido para apoyarte – Protestó – No es justo que lo engañes así, cuando se entere de tu estado real se enfadara contigo por habérselo ocultado.

- Tampoco es justo que tenga que pasar esto conmigo – Me enfadé – Ya es suficiente con que esté a mi lado Juls, no quiero que encima lo pasé peor de lo que ya lo está pasando. Yo puedo con esto solo, no hace falta que sufra más gente – Acabé de vaciar el estomago en el wáter con la ayuda de Juls – Siento que tengas que ver esto – Comenté mientras me ayudaba a volver a la habitación.

- No te preocupes, tú has visto cosas peores de mí – Sonrió – Para eso están los compañeros de habitación, para soportar los malos momentos del cabezota de su compañero – Bromeó.

- Siento si te he gritado antes – Le pedí perdón una vez ya tumbado de nuevo en la cama – No me encuentro muy bien y eso me agria el carácter.

- Tranquilo lo entiendo – Comentó entristecido – Te encuentras cada vez peor ¿Verdad?

- A penas tengo fuerzas para levantarme por las mañanas – Confesé – Si no fuera por Kiel y los chicos no me movería de la cama y lo peor de todo es que no sé cuánto tiempo podré seguir así, aunque sea con esfuerzo. Devuelvo todo lo que como y solo ver la comida me da arcadas, pero no quiero que ellos se sientan mal así que cuando me dan de comer hago el esfuerzo. No sé Juls, no sé si podré superarlo aunque puedo asegurarte que lucharé con todas mis fuerzas hasta el final.

- Eso es lo que debes hacer Tristán – Aseguró – Ya me viste a mí en mi peor momento, pensé que no lo superaría pero ahora estoy mucho mejor, nunca debes perder la esperanza.

La presencia de Juls y los chicos me habían animado mucho, desgraciadamente mi cuerpo no se recuperaba y poco podía hacer. Pero si algo tenía claro ahora, era que no me rendiría y que lucharía con todas mis fuerzas.

Días atrás pude hablar con Lucía y me dio mucha fuerza hablar con ella. Ella había luchado y lo había conseguido por dos veces, yo no podía dejarme vencer a la primera de cambio, tenía muchas cosas por las que luchar.

También había hablado con Alex y Toni, cuando vinieron a visitarme no estuve muy animado y ellos se fueron bastante preocupados. Cuando hablé con ellos les pedí perdón por no haberles hecho más caso y les aseguré que ahora estaba con muchas más ganas. Toni incluso aprovechó para lanzarme un par de pullas, que evidentemente fueron devueltas por mí como en los viejos tiempos.

Tenía muchas cosas por las que luchar y lucharía con todas mis fuerzas hasta el final.

***
Notas finales:

Quién imaginaría al principio a un Tristán tan ñoño XD Creo que ahora más que nunca se ha dado cuenta de lo mucho que quiere a Kiel ^^

Lamentablemente hay cosas que no cambian y Tristán no le cuenta a Kiel como se siente realmente ¬¬ Siempre haciéndose el fuerte para no hacerle sufrir :(

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a ImPandahero, Ania, Debs, Cata, Musubi y Ana ^^

Un beso

Yaonita 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).