Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Open Mind por yaonita

[Reviews - 439]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola de nuevo ^^

Seguimos avanzando en la historia, tenía pensado que no fueran más de sesenta capítulos pero tampoco quiero acelerar mucho el final y quiero darles algo de protagonismo a otras parejas así que serán unos cuantos más XD Espero no acabar aburriendo XD

A estas alturas y aparecerá un nuevo personaje, aunque no sé si tendrá más relevancia de la que tiene en este capítulo…

Espero que os guste ^^

Un beso

Yaonita

58. Primeros pasos.

(Tristán)

Llevaba unos tres meses de dura y dolorosa rehabilitación y apenas había mejorado, podía mover algo mis piernas pero era incapaz de sostenerme en pie, y mucho menos, andar.

No podía trabajar y casi no me quedaba nada del dinero que había conseguido antes de irme a EEUU, si pronto no conseguía volver a andar y poder trabajar de nuevo, lo pasaría muy mal.

Tampoco es que fuera una situación muy crítica, Kiel me ayudaba mucho económicamente, siempre que íbamos a algún sitio paga él y Alex desde que era rico se encargaba de pagar el alquiler.

Aún estábamos alucinando con lo que le había pasado, y me sorprendí mucho cuando nos dijo que no iban a mudarse, que aunque fueran ricos no iban a cambiar mucho su vida. Toni y él iban a seguir viviendo con nosotros pero ahora él se encargaba de pagar el alquiler, decía que era una forma de agradecerme por todo lo que hice por él cuando lo necesitaba. Aunque yo pensaba que con su amistad me era suficiente agradecimiento.

Iban a seguir viviendo con nosotros hasta que acabaran los estudios, después aún no tenían claro lo que iban a hacer, posiblemente pasarían tiempo aquí y tiempo en su ciudad natal. Lo que me alegró mucho porque no quería perder el contacto con ellos.

Lo que si había que cambiado era que ambos habían dejado de trabajar en el Open Mind, aunque sí es cierto que muchas noches venían igualmente para hacernos compañía. Pero ahora que no necesitaban el dinero para poder vivir, preferían no tener que trabajar todas las noches y poder centrarse más en los estudios.

Ahora en el Open Mind trabajaban además de Roberto y Zen, Kiel, Santi y Luis. Y Roberto me dijo que en cuanto pudiera andar que podría volver yo también, cosa que me tranquilizaba un poco, aunque nunca lo dudé.

Roberto estaba bastante liado y muy emocionado, Alex le había dicho que quería ayudarle a abrir otro local convirtiéndose en su socio económico, yo estaba convencido de que pronto esos dos tendrían su propia cadena de pubs repartidos por todo el país. Alex aportando el dinero y Roberto aportando su trabajo y experiencia.

A Kiel y a mí nos iba bastante bien viviendo juntos, me apoyaba en absolutamente todo y para mí se había convertido en indispensable. A veces me sentía triste por tener que depender tanto de él, sabía que el pobre acababa muy cansado cuando íbamos a algún sitio y tenía que ir ayudándome a moverme con la silla. Pero él lo hacía con una sonrisa en la cara y hacía que yo no me sintiera mal.

Hacía un par de semanas había hecho las pruebas para volver a entrar al conservatorio y, como mi chico es muy bueno en todo lo que hace, no había tenido problemas para superar las pruebas. Ahora ya estaba yendo de nuevo a clases, yo le echaba mucho de menos cuando no estaba conmigo, pero me alegraba por él.

Yo esperaba poder hacer las pruebas el próximo año, pero para eso quedaba mucho camino por recorrer, ahora ni siquiera era capaz de mantenerme en pie como para ponerme a bailar.

- ¿Cómo está mi chico hoy?, ¿Listo para entrenar? – Por fin llegó Rodrigo, Rody para los amigos. Rody era el fisioterapeuta encargado de ayudarme, podía parecer amable pero era muy malo, un demonio de dos patas que me hacía sufrir como nadie.

- Preferiría estar en casa tranquilo viendo la tele, pero aquí estoy – Comenté con resignación.

- Nunca me he sentido menos querido – Hizo pucheritos teatralmente – Venga que hoy seré blando contigo.

Comenzamos con la tabla de ejercicios, primero empezábamos con los más suaves para luego ir a los más complicados y dolorosos. Rody era experto en hacerme sufrir, pero era consciente de que él intentaba hacer lo mejor para mí, me estaba ayudando a recuperar la fuerza en mis piernas.

Kiel alguna vez me había acompañado a la rehabilitación y el muy traidor se había puesto del lado de Rody, incluso habían intercambiado teléfonos para estar en contacto y que Kiel estuviera informado de mis avances.

Por mucho que me quejara sabía que los ejercicios que Rody me obligaba a hacer eran necesarios para recuperarme, pero a veces acababa tan adolorido y cansado que me daban ganas de tirar la toalla.

- Buen chico, hoy te estás portando – Me animó Rody cuando estábamos a punto de acabar con la sesión – ¿Te animas a probar en las barras?

- No estoy seguro – Las barras eran mi mayor miedo, se trabaja de dos barras a lo largo de un pequeño pasillo en las que tenía que agarrarme y tratar de caminar, hasta ahora lo más que había conseguido era irme de bruces al suelo cuando mis brazos no me aguantaban más.

- Hoy he notado que tus piernas tenían algo más de fuerza, creo que puede ser tu día – Insistió con una sonrisa – No me hagas pensar que eres un cobardica.

- No soy un cobardica pero…

- ¿Te avergüenza que te vean caer? – Me interrumpió.

- Si – Reconocí agachando la cabeza.

- Quien no se levanta jamás se caerá pero tampoco avanzará – Me aconsejó.

- Seguro que es una frase que has utilizado muchas veces – Bromeé.

- Suele funcionar – Se rió – Vamos, sé que tú puedes ¿Te imaginas lo orgulloso que estaría Kiel si supiera que has conseguido andar?

- Ese es un golpe bajo – Protesté.

- Utilizo todas mis armas para convencerte – Se rió.

- Está bien, vamos a probar – Acepté resignado. Me llevó con la silla hasta el comienzo de las barras y me ayudó a levantarme y sujetarme de ellas.

- Vamos Tristán inténtalo – Me soltó y me animó a que caminara.

- No puedo Rody – Me dolían los brazos de sujetarme y mis piernas no me obedecían.

- Libera tu mente no pienses en caminar, simplemente hazlo – Siguió animándome. Pude ver como todo el mundo me miraba, cuando alguien se atrevía con las barras todo el mundo estaba pendiente de si lo conseguía – Ya has dado dos pasos, sigue hasta el final – No me había dado cuenta de que estaba avanzando, hasta ahora no había sido capaz ni de dar un solo paso.

- No me lo puedo creer – Lo estaba haciendo, poco a poco y con mucho esfuerzo estaba recorriendo las barras, Rody me esperaba al otro lado con una sonrisa.

- Sigue así Tristán – Me alentó.

- Lo conseguí – Nada más llegar al otro lado me dejé caer sobre los brazos de Rody completamente agotado.

- Enhorabuena Tristán – Me sonrió al dejarme en la silla de nuevo – Hoy has hecho un gran avance, una vez que tu cuerpo recuerda como andar lo demás es pan comido.

- Espero que tengas razón – Sonreí. Todo el mundo a mi alrededor me felicitó – Me muero de ganas de decírselo a Kiel.

- Sorpréndele esta noche con una cena romántica y un bailecito – Bromeó Rody.

- Bailo con mi chico todas las noches, no me hace falta caminar para eso – Le guiñé un ojo siguiendo con la broma.

- Eres un peligro – Se rió.

Estaba agotado, tenía todo el cuerpo adolorido y unas tremendas ganas de irme a la cama y no levantarme en varios días, pero estaba contento y muy satisfecho con mi trabajo.

Cuando acabe con la rehabilitación, y después de despedirme de Rody hasta el día siguiente, me dirigí a la salida del hospital. Hoy venía Toni a buscarme y vi que ya estaba en la puerta esperándome.

Los chicos no querían que fuera solo por la calle, les daba miedo que me encontrara con problemas de movilidad u obstáculos insalvables y no pudiera llegar bien a casa. Antes siempre me acompañaba Kiel, pero ahora que él iba a conservatorio no siempre podía venir, por eso se turnaban entre los chicos.

Yo sinceramente se lo agradecía porque no me veía del todo capaz de moverme solo por las calles de la ciudad con la silla de ruedas, en sitios cerrados era diferente pero la calle me daba mucho respeto.

- ¿Tú chico te ha dejado venir solo? – Bromeé con Toni nada más llegar a su lado.

- Aunque no lo creas a veces nos separamos – Continuó con mi broma – Te veo más alto ¿Has cambiado de silla de ruedas? – Intentó picarme.

- Ja, ja, ja, que graciosillo – Protesté – ¿Dónde aprendiste a ser gracioso, en la isla desierta con los reptiles?

- A los reptiles nos los comíamos, practique mucho mi gracia natural con Alex – Contestó entre risas.

- Había echado mucho de menos estos piques – Comenté con una sonrisa, viendo como se reía.

- Yo también – Aseguró – Te veo muy contento ¿Tienes buenas noticias?

- He conseguido recorrer toda la barra – Comenté orgulloso.

- ¡¿En serio?! – Se sorprendió – Enhorabuena Tristán, eso es estupendo, pronto podrás volver a andar.

- Aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero es un gran avance – Sonreí.

- Los chicos se van a poner muy contentos cuando se enteren – Íbamos caminando hacia casa, Toni empujaba mi silla mientras hablábamos. El hospital no quedaba lejos de casa así que era mucho más fácil y rápido ir andando que en coche.

- Aún no se lo digas a nadie, quiero sorprender a Kiel esta noche con una cena – Le pedí.

- ¿Quieres que Alex y yo nos vayamos a casa de Roberto y Zen y os dejemos a solas? – Preguntó con picardía, no podía ver su cara pero podía imaginarme su rostro sonriente.

- Sería todo un detalle por vuestra parte – Acepté. Era lunes por lo que Kiel no trabajaba, por desgracia no lo vería hasta la noche pues tenía clases en el conservatorio todo el día, pero por la noche le prepararía una cena sorpresa – Pero dile a tu chico que se estire y te lleve a un buen hotel en lugar de ir a casa de Roberto, mira que es tacaño Alex – Les salía el dinero por las orejas y apenas habían cambiado sus costumbres.

- Y a mí me gusta que sea así – Aseguró – Sabes, antes de que Alex y yo saliéramos odiaba a los ricachones, creía que eran unos engreídos buenos para nada, de hecho odiaba a Alex por eso.

- Y ahora vosotros sois los ricachones – Me reí.

- Por eso me alegro de que el dinero no nos haya cambiado – Sonrió a mis espaldas.

- Sí, pero os podéis dar algún caprichito de vez en cuando, eso no os va a convertir en malas personas – Comenté.

- Soy feliz tal y como estoy ahora, el dinero quizás nos ayude a ir un poco más desahogados, pero si ya soy feliz así ¿Por qué cambiar? – Preguntó – No te estoy diciendo que no vayamos a disfrutar del dinero de vez en cuando, pero tampoco vamos a presumir de él o malgastarlo sin motivo alguno, ya encontraremos la forma de invertir el dinero para algo bueno.

- Eres demasiado idealista – Resoplé.

- Soy una persona sencilla Tristán, me conformo con tener a gente buena a mi alrededor y ser feliz – Aseguró.

- Y Alex ¿Cuándo piensa pedirte matrimonio? – Pregunté de golpe. Siempre pensé que la relación de esos dos era ideal, el único paso que ahora les faltaba por dar era el matrimonio.

- No lo sé, ni me importa – Giré el rostro y vi como se ruborizó ante mi pregunta.

- Es un mal novio – Comenté.

- No lo es – Protestó – Vivimos juntos y estamos prácticamente las veinticuatro horas del día juntos, no me hacen falta papeles para saber que Alex me quiere, si algún día me lo pide no diré que no, pero tampoco me voy a enfadar porque no me lo pida.

- ¿Por qué no se lo pides tú? – Pregunté ahora.

- Ya se lo pedí – Me giré para mirarle completamente sorprendido.

- ¿Y dijo que no? – Pregunté con incredulidad.

- Dijo que no era el momento – Comentó – Yo me lancé sin tener en cuenta la situación o el momento, simplemente se me ocurrió en aquel instante y se lo pedí sin pensar. Aunque en su momento tuve mis dudas y me sentí mal, después comprendí que era una tontería, Alex me demuestra todos los días lo mucho que me ama ¿Qué más da que aún no se sienta preparado para casarse?

- Me extraña mucho que te dijera que no, tenéis una relación estupenda – Comenté pensativo.

- No te creas, también tenemos nuestras peleas – Aseguró – Tenemos caracteres muy diferentes, somos celosos y trabajábamos en un pub gay, si a eso le sumas que somos demasiado jóvenes la relación se convierte en un coctel explosivo – Comenzó a reír.

- Pero nunca os he visto enfadados más de unas horas – Sonreí.

- Porque nos amamos demasiado – Sonrió – Y a pesar de las peleas y discusiones sabemos que somos el uno para el otro – Nunca había hablado tan sinceramente con Toni sobre Alex, y la verdad es que me sorprendió gratamente. Toni era un chico estupendo, estaba locamente enamorado de Alex y sabía que en una relación puede haber baches pero lo importante es saber que hay amor de por medio.

- Pues yo creo que Alex fue un tonto al decirte que no – Zanjé el tema – Más bien creo que le molestó que te le adelantaras y se lo pidieras tú, seguramente su ego masculino salió herido y te lo quiere pedir él de una forma cursi y romántica – Comencé a reír.

- Puede ser – Se rió también – Pero ahora la piedra está en su tejado, yo no voy a volver a pedírselo.

- ¿Tú quieres que te lo pida? – Pregunté con curiosidad.

- Te mentiría si te dijera que no – Reconoció – Pero tampoco es algo que me quite el sueño.

- Seguro que no tardara en pedírtelo, se le cae la baba contigo – Me reí.

- Si lo hace quizás le haga sufrir un poquito – Se rió ahora él.

Seguimos hablando mientras íbamos camino a casa, pero primero hice que me acompañara a comprar algunas cosas antes de llegar ya que quería hacerle una rica cena a Kiel. Una vez con las compras hechas y ya en casa, Toni se marchó ya que había quedado con Alex para comer en la Universidad y yo me quedé solo pensando en que iba a prepararle a Kiel para sorprenderle.

(Kiel)

Después de un día duro y agotador me moría de ganas de llegar a casa. Por suerte hoy no tenía que trabajar, si así fuera no me aguantaría en pie toda la noche.

Había tenido muchas clases en el conservatorio por la mañana, y por la tarde había tenido ensayos muy duros, estaba preparando una actuación junto a un compañero para la exhibición de esa semana y no acababa de salirnos bien.

Tenía ganas de llegar a casa, besar a Tristán y escucharle mientras me contaba lo que le había pasado durante el día, cenar tranquilamente con los chicos, y dormirme abrazado a él, quizás después de hacer el amor.

Esa era mi idea para finalizar el día.

Pero al llegar al piso algo no encajaba. Todo estaba a oscuras y había un caminito de velas encendidas que llevaban hasta la mesa del comedor, rodeándola de forma romántica. La mesa estaba completamente preparada, con un centro de flores y los platos dispuestos para comenzar a comer. Miré a mi alrededor pero no vi a nadie, pensé que quizás Alex y Toni iban a tener una cena romántica y yo no me había enterado.

- No te oí llegar, estaba acabando de preparar la cena – Tristán salió de la cocina con una sonrisa.

- ¿Qué es todo esto? – Pregunté aún sorprendido.

- Lo he preparado para ti, los chicos no van a venir tenemos toda la noche para nosotros solos – Me informó mientras se movía por el salón con total soltura. Era increíble como había comenzado a dominar la silla de ruedas.

- ¿Y que se celebra si se puede saber? – Me había puesto muy contento al darme cuenta de que todo eso lo había preparado Tristán para mí.

- Tengo buenas noticias – Me informó con una sonrisa y un brillo en sus ojos que sin duda significaban algo bueno.

- Ya estás tardando en comunicarme esas buenas noticias – Me reí.

- He podido recorrer las barras Kiel, ya puedo mantenerme en pie y dar algunos pasos yo solo – Dijo con orgullo – Rody dice que es un primer paso, pero que ahora avanzaré mucho más rápido.

- Eso es genial – Me acerqué rápidamente a Tris para agacharme y darle un apasionado beso – Mi chico por fin podrá volver a andar – Susurré sobre sus labios.

- Y podrá cargarte mientras te hace el amor, y podrá empotrarte contra la pared para devorarte, y podrá…

- Vale, vale, ya lo he entendido – Me reí de las bromas de Tristán – Demuéstramelo – Dije con firmeza.

- ¿Qué? – Preguntó sorprendido.

- Quiero ver cómo te pones en pie, solo eso – Le pedí con cariño.

- Está bien, pero si me caigo sujétame – Aceptó.

- Jamás te dejaría caer – Vi como con ayuda de los reposabrazos de la silla Tristán intentaba incorporarse, parecía costarle mucho pero días atrás ni se habría atrevido a intentarlo. Después de un tiempo que se me hizo eterno, al fin estaba completamente de pie, soltó su apoyo y se mantuvo en pie completamente solo – Es increíble Tristán – Dije con orgullo – Lo conseguiste.

- No es un gran logro pero es un avance – Se dejó caer a la silla de nuevo, completamente cansado.

- Vamos a celebrarlo – Solté mis cosas en el sofá y me dispuse a disfrutar de la cena que mi chico me había preparado – Ahora deja que te sirva yo a ti ya has hecho bastante por hoy, siéntate a la mesa y disfruta de mis atenciones – Me reí.

- Como usted diga – Bromeó mientras se dirigía a la mesa para acomodarse con la silla de ruedas – El primer plato está en la encimera, hay vino en la nevera, el segundo está en el horno y el postre y el champagne en la nevera también – Me informó – Sírvame señor camarero.

- Con mucho gusto – Me dispuse a ir a la cocina para llevar la cena a la mesa.

Fue una cena muy romántica, los dos estábamos contentos y a gusto, la conversación era agradable, y entre bromas y risas fue avanzando la noche.

- La cena estaba buenísima, eres un gran cocinero – Ya estábamos con el postre y una copita de champagne para acompañar, todo había estado delicioso.

- Siempre me ha gustado cocinar y más si es para alguien especial – Sonrió.

- ¿Dónde has enviado a los chicos para que no nos molesten esta noche? – Pregunté.

- Hoy fue Toni quien me acompañó a casa después de la recuperación, así que fue al primero que le di la buena noticia – Me informó – Le dije que quería celebrarlo contigo y le pedí que nos dejaran la casa para los dos. El muy tacaño dijo que irían a casa de Roberto, pero yo le dije que aprovechara para pasar una noche loca con su chico en algún hotel romántico que ahora se lo pueden permitir.

- ¿Y han ido a un hotel? – Me reí al imaginar la cara de Toni cuando le dijo eso.

- Creo que sí, que al final se han decidido – Se rió.

- Brindemos – Me puse serio, cogí la copa de champagne y la alcé en dirección a Tristán.

- ¿Por qué quieres brindar? – Me miró con picardía.

- Por ti, por mí y por que pronto puedas volver a bailar – Sonreí – Quiero que el primer baile que hagas ante un montón de gente me lo dediques a mí.

- Brindemos por eso – Chocamos nuestras copa y bebimos de ellas para cerrar nuestro brindis.

Minutos más tarde estábamos ambos en la cama después de haber hecho el amor, tenía mi cabeza sobre su pecho escuchando su tranquila respiración. Me encantaba estar así con Tristán, era como si sintiera que estaba donde tenía que estar y donde quería estar por el resto de mi vida.

- ¿De verdad crees que volveré a bailar? – Me preguntó de pronto, pero sin romper la paz que nos había envuelto. Tristán estaba acariciando mi espalda dibujando círculos en mi piel, y yo casi me había quedado dormido después del agotamiento de unos minutos atrás.

- Estoy seguro de ello – Aseguré con voz adormilada – Sé que lucharas hasta conseguirlo.

- A veces pienso que no lo voy a lograr, que por mucho que quiera mi cuerpo no va a reaccionar, no siempre no basta con querer algo y luchar por ello Kiel –Se le notaba apenado y eso no me gustaba.

- No quiero que te sientas así – Le di un pellizco en su costado provocándole un respingo.

- ¡Auuu! – Se quejó por el pellizco.

- Cada vez que te hundas o te rindas te castigaré – Dije con firmeza – Así que más vale que dejes la negatividad atrás porque puedo ser muy malo.

- Lo sé – Se rió – Y por eso te amo – Alcé mi cuerpo para poder besarle antes de ponernos a dormir.

- Vamos a dormir y no pienses en tonterías, volverás a bailar y yo lo veré con mis propios ojos, y me dedicaras tu primer baile – Me acomodé de nuevo sobre su pecho – Buenas noches Tris, te amo.

Un molesto ruido me despertó. Tristán se removió a mi espalda, nos habíamos movido durante la noche y habíamos acabado haciendo la cucharita con Tristán a mi espalda.

- ¿Qué es ese ruido? – Protestó medio dormido.

- Creo que es tu móvil – Me di la vuelta para quedar cara a cara con Tristán.

- ¿Y quién molesta a estas horas? – Protestó de nuevo.

- No lo sé, pero debe ser urgente cógelo – Yo ya estaba completamente despierto difícilmente podría volver a dormir.

- ¿Sí? – Preguntó con la voz soñolienta una vez descolgó el móvil.

- Que mierdas te pasa Luis ¿No ves que horas son? – ¿Luis?, ¿Por qué llamaría Luis a estas horas?

- ¿Qué le pasa? – Me preocupé. Tristán me hizo una señal para que me callara.

- ¿Por qué demonios iba a saber yo donde esta Santi? – No podía escuchar la conversación pero podía imaginar lo que pasaba – Es tu novio, se supone que vivís juntos, si tú no sabes dónde está ¿Por qué lo voy a saber yo?

- ¿Le ha pasado algo a Santi? – Volví a preguntar.

- Se peleó con Luis y ahora no sabe donde está – Susurró tapando el móvil para que no nos escuchará Luis – ¿Has llamado a Roberto? – Le preguntó algo más calmado – Ya veo, pues a saber dónde está, nosotros no sabemos nada de él.

- Pásamelo – Le quité el móvil de las manos a Tristán y me dispuse a hablar con Luis – ¿Luis soy Kiel, que ha pasado?

- Kiel contigo quería hablar pero no me cogías el teléfono – Comentó nervioso – Soy un estúpido Kiel, ayer discutí con Santi y él se fue de casa, ahora no tengo ni idea de donde está y necesito hablar con él.

- No te preocupes, seguro que estará bien ¿Has intentado llamarle? – Pregunté, aunque era obvio que seguramente que le había llamado.

- No me coge el teléfono – Comentó entristecido.

- Está bien, déjanos que lo intentemos nosotros y te decimos algo, pero no te preocupes, seguro que estará bien – Intenté tranquilizarle.

- Gracias Kiel, si le pasara algo no me lo perdonaría – Se le notaba arrepentido, debía ser una discusión importante, cosa rara ya que Luis era un chico muy tranquilo y pacifico.

- Santi sabe cuidarse, no te preocupes – Seguramente había ido a casa de algún amigo a dormir – Te llamo en cuanto sepa algo.

- Tu novio a lo mejor sabe con quién puede estar – Dijo molesto. Tristán conocía mejor a Santi que yo, Luis tenía razón él seguramente sabía dónde podía estar – Pídele que me ayude por favor.

- Los dos te ayudaremos tenlo por seguro – Dije mirando a un Tristán que no hacía más que protestar.

Cortamos la llamada y miré a Tristán recriminatoriamente.

- Es nuestro amigo y necesita nuestra ayuda – Zanjé.

- Lo sé, pero podría haber llamado más tarde ¿No? – Protestó – Estos niños que no paran de darnos disgustos – Bromeó y yo no pude evitar reírme.

- Estás loco – me acerqué a él y le abracé para luego darle un beso – Anda vamos a levantarnos que hay que buscar a Santi.

Y entre tontas quejas y protestas por parte de Tristán eso hicimos.

***
Notas finales:

Tristán comienza a dar sus primeros pasos ^^ ¿Podrá volver a bailar y dedicarle ese primer baile a su chico?

¿Qué os ha parecido Rody?

¿Y os ha sorprendido saber que Toni le había pedido matrimonio a Alex y este dijo que no? ¿Sería por orgullo como dice Tristán o por otra cosa? XD

Como siempre agradecer sus estupendos reviews a Natsuki4U, Taiga, Ushio, CATA, Ana, Musubi y Ruminau que no sé si lo leerá por aquí pero me dejó un par de mensajitos en Náufragos ^^

Siento deciros que ando muy atrasada con los capítulos, alguno me ha salido muy largo y eso me ha retrasado :( No creo poder actualizar la semana que viene y creedme que eso me duele a estas alturas :(

Un beso

Yaonita

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).