66. Familia II
Cuando perdí completamente de vista a Tristán, salí de la parte trasera del escenario donde se preparaban los bailarines y volví a mi sitio, donde todos me miraron con curiosidad al verme llegar. Mi madre tenía una sonrisa tonta en su rostro y no pude más que darle un beso antes de sentarme.
- Hijo ¿Estuviste con Tristán? – Me preguntó una vez sentado.
- Si, estuve con él un rato – Asentí.
- Y ¿Cómo está? – Preguntó ahora mi hermana Claudia, aunque todos estaban pendientes de mis palabras – Debe estar súper nervioso.
- Parece tranquilo pero lleva los nervios por dentro, este año hay bastante nivel – Les informé.
- Ha habido actuaciones muy buenas, algunas espectaculares – Comentó Roberto que estaba sentado detrás junto a Zen y alguno de los chicos.
- Y el chico que actúa justo delante de él dicen que es muy bueno, eso lo pone aún más nervioso – Resoplé – Ven Ricardito siéntate conmigo – Mi hermano pequeño estaba comenzando a impacientarse, llevábamos varias horas viendo las pruebas.
- Tristán cuando baila se olvida de todo, estoy seguro de que se le pasan los nervios en cuanto salga al escenario – Intentó animarnos Santi.
- Ahora solo podemos esperar, no queda mucho para que salga Tristán, cuando salga tenemos que animarle con todas nuestras fuerzas – Sonreí imaginando el momento, seguramente que ningún otro candidato había llevado a tanta gente, íbamos a montar un buen espectáculo cuando saliera Tristán.
Seguimos esperando el momento de ver a Tristán, pero de momento le tocaba el turno al chico prodigio que actuaba justo delante de él. El auditorio se llenó de personas, se notaba la expectación que despertaba el chico en cuestión. La actuación fue seguida con curiosidad y cuando acabó, todo el mundo se levantó a aplaudir con ganas. Miré a Santi, pidiendo su opinión profesional y no hicieron falta palabras para que él supiera lo que necesitaba saber.
- No es tan bueno como el primero de los chicos prodigio que bailó, pero tiene un nivel altísimo – Fueron sus palabras. Y yo no pude más que agachar la cabeza apenado, sabiendo que una gran actuación en este momento podía opacar la posterior, que por desgracia era la de Tristán.
- Chicos, todo el mundo atento que va a salir Tristán – Fueron las palabras de Roberto, que parecía un padre emocionado esperando la actuación de final de curso de su hijo. Este pensamiento me hizo reír por un momento, pero rápidamente me puse nervioso esperando la actuación de Tristán.
- Todo va a ir bien hijo – Mi madre, que en estos momentos estaba a mi lado junto a los pequeños, me cogió de la mano para darme su apoyo y yo se lo agradecí con una sonrisa.
Comenzaron a presentar a Tristán, todos estábamos sentados en nuestros asientos y atentos al momento en que saliera. Algunos ya habíamos visto bailar a Tristán antes y queríamos ver si había recuperado su técnica, otros no lo habían visto bailar nunca y esta sería la primera vez. Todos y cada uno de nosotros cruzábamos los dedos para que todo le saliera bien.
Tristán salió tras la presentación y los chicos se levantaron y comenzaron a aplaudir y a silbar para animarle, todo el mundo a nuestro alrededor nos miraron con sorpresa. Tristán, después de mirarnos y sonreírnos por nuestros ánimos, se coloco en el centro del escenario, las luces se apagaron y nos sentamos para poder disfrutar de la actuación.
Al ser unas pruebas de acceso, no había tanto decorado como en una exhibición, así que los chicos y chicas tenían que jugar con las luces y los focos.
Me sorprendió la sencillez del vestuario de Tristán, simplemente llevaba una camiseta blanca que le quedaba enorme, e imaginé que debajo de ella llevaría esos pantaloncitos cortos, y en este caso blancos, con los que solía bailar y que tanto me gustaban.
Miré a mi alrededor, la gente que había aparecido para ver la actuación del chico anterior se mantenía atenta, y pude ver por uno de los costados del escenario que muchos de los candidatos también miraban. Sonreí orgulloso al darme cuenta de que Tristán también era un chico prodigio y también levantaba admiración.
Al mismo tiempo que la música comenzó a sonar, un enorme foco se centró en un Tristán tumbado en el suelo, inmóvil y completamente concentrado en su actuación.
En los primeros acordes supe que canción era, Tristán se mantuvo quieto al principio, cuando las notas cambiaron y se volvieron algo más intensas comenzó a simular una fuerte respiración y cuando la voz de la cantante sonó como un susurró el comenzó a moverse.
Sus movimientos eran hipnóticos para mí, no podía quitarle la vista de encima. Puede que yo no fuera un entendido, ni siquiera podía decir exactamente los pasos que estaba haciendo Tristán, pero su cuerpo se movía como si nada hubiera cambiado.
Si realmente su cuerpo se había agarrotado, no lo parecía. Sus movimientos eran suaves, enérgicos cuando la música lo requería, se le veía tan seguro en el escenario que cualquiera diría que minutos antes había estado nervioso.
Mi corazón palpitó al recordar que ese baile, esa canción, me la dedicaba a mí.
A pesar de su altura, la cual muchos verían como un obstáculo para un bailarín, su cuerpo se movía sin dificultad alguna, a veces incluso parecía que flotaba. Se movía por el escenario con absoluta soltura, hacía piruetees y saltos que no sabría denominar tan altos que impresionaba. Se movía por todo el escenario acompañado por el foco que seguía sus movimientos, ese foco era el único punto de luz ya que el resto del escenario se mantenía a oscuras, eso provocaba que te centraras única y exclusivamente en los movimientos del bailarín, en este caso Tristán, esto me pareció todo un acierto por su parte. Pero a mí lo que siempre me impresionaba era el sentimiento que le ponía al baile, podía notar, incluso a metros de distancia, la intensidad y sensibilidad con la que actuaba, lograba llevarme a un estado tal que podía sentir perfectamente lo que él estaba sintiendo, lo que intentaba transmitir.
Y hoy, más que nunca, sus sentimientos estaban a flor de piel. Incluso pude ver alguna que otra lágrima mientras bailaba.
Cuando Tristán bailaba se sentía libre, libre para expresar todo lo que sentía, para mostrar cómo era realmente. Por eso amaba tanto bailar, porque era una forma de mostrar a todo el mundo al verdadero Tristán aunque nadie más se diera cuenta. Y por eso yo me sentía tan afortunado, porque sabía que a mí me mostraba siempre al verdadero Tristán ¿Quizás porque me amaba tanto como al baile?
Tristán me amaba, y no me importaban sus bromas, sus coqueteos con otras personas o sus insinuaciones, me amaba y eso era suficiente para saber que no me traicionaría nunca, como tampoco nunca dejaría de bailar.
Cuando acabó la actuación yo estaba ensimismado en mis pensamientos, pero la gente levantándose a mi alrededor para aplaudir me hizo volver de mi estado de ensoñación, levantarme como si tuviera un resorte y aplaudir como un loco.
Todo el mundo aplaudía emocionado, y no solo nuestros familiares o amigos, todo el auditorio estaba en pie. No quería pecar de optimista, pero había sido la ovación más fuerte de lo que llevábamos de audición.
Mire a Santi buscando su opinión experta, estaba levantado y aplaudiendo como todos emocionado, me miró y sonrió.
- Ha estado soberbio, el mejor hasta ahora – Y sus palabras me hicieron aplaudir todavía más fuerte.
Mi chico lo había conseguido, confiaba en la opinión de Santi y si él decía que lo había hecho bien eso significaba que lo seleccionarían.
(Tristán)
Kiel había estado conmigo un rato, intentando tranquilizarle con su presencia, y realmente lo había conseguido por un tiempo, pero ahora a pocos minutos de comenzar mi actuación, los nervios volvieron a mí.
Enterarme de sopetón de que justamente este año, tres bailarines prodigio se iban a presentar a las pruebas de selección fue un machazo, no se puede tener peor suerte. Se notaba en el ambiente la expectación, y estos chicos tenían asegurado un puesto, con lo cual las quince plazas normalmente abiertas, se reducían a doce.
Uno de ellos ya había actuado, y debía reconocer que era realmente bueno, el otro actuaba justo antes que yo, otra muestra de mi mala suerte.
Pero yo debía centrarme solamente en lo mío, daba igual lo bien que lo hicieran ellos, lo importante era que yo lo hiciera lo mejor posible para tener una oportunidad.
Esperaba mi turno viendo la actuación de uno de los prodigios, técnica impecable, cuerpo fibroso, movimientos perfectos, pero poco corazón. Uno más de esos bailarines fabricados para ser perfectos pero sin sentimientos, lejos de lo que a mí me gustaba ser.
Llegó mi turno e hice un profundo suspiro para relajarme, la actuación se la iba a dedicar a Kiel, debía hacerla perfecta para él y eso era lo único que importaba. Vestía una simple camiseta blanca y muy ancha, que me caía del hombro derecho, debajo llevaba mis pantaloncitos cortos y blancos con los que sabía que Kiel no podía evitar mirarme el culo, y nada más, solo yo y mi cuerpo.
Salí pensativo, completamente concentrado y dispuesto a hacer un buen trabajo. Pero toda mi concentración se fue al traste tras escuchar los efusivos ánimos de todos mis amigos, era gente a la que consideraba parte de mi familia.
Les miré y sonreí para agradecerles su apoyo, después me coloqué en el centro del escenario para prepararme, las luces se apagaron y mi cuerpo vibró ante esa sensación que siempre se apoderaba de mí en el momento de actuar ante público. No sabría decir si eran nervios, emoción o simplemente ganas, pero siempre esa sensación conseguía meterme en la actuación de manera brutal.
Lo di todo en el escenario, si no me escogían al menos que no fuera por falta de esfuerzo. Todas las emociones vividas en los últimos meses se acumularon y salieron al exterior en forma de sentimientos, de movimientos que expresaban todo lo que sentía, todo lo que amaba, todo lo que era importante en mi vida.
Al principio no tenía nada, había nacido con fecha de caducidad y con unos padres con miedo a amarme para luego perderme. Me habían abandonado como a un despojo, la persona que se suponía que me amaba había huido de mí y de mis problemas, incluso yo mismo me había dado por vencido.
Pero hizo falta que llegara Roberto a mi vida y después el resto de los chicos, para que me diera cuenta de que merecía la pena vivir aunque fueran unos años. E hizo falta que llegará Kiel a mi vida para que deseara vivir y alargar mi vida todo lo posible.
Ahora mismo me sentía orgulloso y feliz de las personas a las que tenía a mi alrededor, quizás no fueran las más ricas, sin contar a Alex claro, ni las más guapas, aunque guapos eran todos un rato, pero eran mi familia. Gente a la que les importaba yo y mi vida, gente que estaban conmigo sin intereses escondidos ni falsas pretensiones, gente por la que no dudaría en dar mi propia vida si hiciera falta.
Todos ellos habían aportado algo a mi vida, y todos ellos era importantes para mí.
Casi sin darme cuenta acabé la actuación entre lágrimas de felicidad, no era muy consciente de cómo lo había hecho, me había metido tanto en mis sentimientos y emociones que no sabía si había controlado la técnica lo suficiente. Pero la avalancha de aplausos y vítores me dejaron más tranquilo, si al público le había gustado eso era lo importante para mí, la parte técnica se la dejaba a los profesionales y al jurado que tenía que valorarme.
Me mantuve firme hasta salir del escenario, recibí miradas y felicitaciones de algunos de los otros candidatos, y en cuanto me vi fuera de las miradas indiscretas, me dejé caer al suelo completamente agarrotado por los nervios que había pasado. Todo mi cuerpo había estado en pura tensión y ahora mis músculos agarrotados me hacían parecer una roca, no podía ni moverme. Eché unas últimas lágrimas de liberación, ahora solo me quedaba esperar por una decisión que marcaría mi futuro.
Si era un no, no estaba seguro de ser capaz de volver a intentarlo, seguramente me rendiría con el baile y buscaría otras salidas. Si era un sí, iba a darlo todo por triunfar en algo que me hacía feliz y me emocionaba por partes iguales.
Cuando estuve un poco más calmado me dirigí a mi trocito de vestuario, donde tenía todas mis cosas, fui hasta las duchas habilitadas y después de una rápida ducha me cambié y salí un rato para buscar a los chicos. Habíamos quedado en encontrarnos fuera una vez acabada la actuación.
Nada más salir comencé a buscarlos con la mirada y no tardé en ubicarlos y dirigirme hasta ellos.
- ¡Tris, has estado increíble amor! – Kiel comenzó a correr hacia mí y se me tiró, literalmente, encima, un poco más y nos caemos los dos al suelo – Has estado perfecto, seguro que te cogen – Dijo después de dejarme completamente sin habla, y casi sin respiración, con un beso ansioso y posesivo.
- Todavía no podemos lanzar las campanas al vuelo nene, hay que esperar la decisión del jurado – Intenté tranquilizarle, no quería que se creara falsas esperanzas para luego desilusionarse.
- Has estado perfecto Tristán, tanto emocional como técnicamente – Comentó Santi mientras se acercaba a nosotros – No entiendo como tenías tantas dudas, si has estado incluso mejor que nunca.
- La verdad es que estas últimas semanas me sentía algo mejor, sabía que había mejorado, pero no estaba seguro hasta que punto – Sonreí algo avergonzado, cosa que no acostumbraba a ocurrirme.
- Yo no entiendo de baile, pero a mí me ha encantado – Dijo Roberto.
- No ha estado mal – Comentó Toni. Y que Toni dijera que no había estado mal, en lugar de aprovechar para reírse de mí era toda una señal.
- ¿Dónde están los demás? – No estaban todos allí y tenía ganas de agradecerles a todos por su apoyo.
- Se quedaron dentro para no dejar el auditorio vacío – Comentó entre risas Alex – Creo que eres con diferencia quién más gente ha traído a las pruebas.
- A eso iba, quería agradeceros a todos vuestro apoyo, me ha ayudado mucho – Dije emocionado – No me esperaba que viniera tanta gente, y menos Edward y su familia.
- Sabía que te iba a gustar la sorpresa – Sonrió Kiel – Aunque ahora me arrepiento de haberles dicho que vinieran – Sus palabras, algo molestas, me sorprendieron, no entendía por qué razón ahora le molestaban cuando siempre se había llevado bien con ellos.
- Juls se ha pasado todo el día coqueteando con Irene la hermana de Kiel, dice que se ha enamorado perdidamente – Me informó entre risas Alex.
- Y claro, eso al súper hermano mayor no le ha hecho nada de gracia – Apuntilló Toni, y todos comenzaron a reír.
- Ya vale – Protestó Kiel – Mi hermana aún es demasiado pequeña para comenzar a tontear con chicos.
- Kiel nene, para un chico joven como Juls, tu hermana es un bomboncito, acéptalo – Le quité la venda de los ojos entre risas. Su hermana, como toda la familia, era muy guapa, iba a tener que acostumbrarse a que los chicos la rondaran.
Estuvimos un rato más hablando, a todos les había gustado mi actuación y eso a mí me dejaba mucho más tranquilo. Al poco tuvimos que despedirnos de nuevo, debía entrar otra vez ya que en cuanto acabaran las actuaciones anunciarían el veredicto. Y para ese momento debía estar en el escenario.
Ahora solo faltaba esperar la decisión.
(Kiel)
Estábamos esperando la decisión del jurado, las actuaciones habían acabado hacía unos treinta minutos y estaban deliberando. La cosa se estaba alargando bastante, y cada minuto que pasaba era un minuto más de tensión.
Todos me tranquilizaban, me decían que Tristán había estado soberbio y que era imposible que no le seleccionaran, pero hasta estar completamente seguro de ello yo no podía estar tranquilo.
Y lo que más me molestaba era no poder estar con él, cogerle de la mano para apoyarle mientras llegaba la decisión, estar a su lado por si, dios no lo quiera, el resultado era el peor de los posibles. Yo tenía que estar con él y no fuera sin poder hacer nada.
Cuando ya estaba comenzando a desesperarme y estaba a punto de ir a bastidores pasando por encima de quien fuera necesario, al fin parecía que había movimiento en el escenario. El profesor que había estrado ejerciendo las presentaciones de las actuaciones, salió al escenario para anunciar la decisión del jurado.
Yo me tensé al momento y mi madre que estaba a uno de mis lados y Roberto que estaba al otro, ambos, me cogieron de la mano para tranquilizarme y evitar que acabara arrancándome los pelos de los nervios.
Hicieron subir a todos los bailarines al escenario, dirían los nombres de los seleccionados y el bailarín en cuestión daría un paso al frente al ser nombrado. Pude ver a Tristán, que a lo lejos parecía tranquilo y completamente seguro de sus posibilidades, pero yo que lo conocía bien sabía lo nervioso que realmente estaba.
Se había cambiado y ya llevaba ropa de calle, como siempre estaba guapísimo y los ojos se me iban hacia él sin poder evitarlo. Me miró y me guiñó un ojo al tiempo que me dedicaba una sonrisa picara, de esas que me deshacían por completo. Me gustaba tanto esa chulería que tenía, claro está siempre y cuando no se pasara.
Uno a uno fueron diciendo los nombres de los seleccionados, y con cada nombre escuchado diferente de Tristán menos posibilidades había y más estrujado tenía el corazón. Justo cuando solo le quedaba un nombre por decir al presentador, se le ocurrió comenzar a hablar más de la cuenta, y yo apretaba las manos de mi madre y Roberto cada vez más fuerte por culpa de los nervios, pero ellos no se quejaban.
Con miedo e incertidumbre escuché sus palabras, y por un momento pensé que todo era un sueño.
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