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Hiyori lloraba desconsoladamente en el hombro de su novio, quien también saco unas cuantas lágrimas. Y no lloraban por el hecho de que en un accidente, hayan roto la última parte del diario, lo hacían porque el pasado de su abuelo había sido tan triste, lleno de mares de lágrimas y dolor puro, ahora entendían porque siempre se rehusaba a hablar de él. Algo tan trágico era difícil de olvidar, y ya que deseaban saber lo que paso después, se decidieron a ir directamente con el anciano, tan solo esperaban poder convencerlo de hablar.
Al llegar a su habitación, notaron que la puerta estaba abierta, así que entraron, pero antes de que pudieran decir algo, el empezó:
-Después de verlo morir, caí inconsciente y al otro día desperté en un hospital-se volteo hacia ellos con su silla de ruedas, mirando divertido la cara de impresión de sus nietos
-Abuelo, ¿Cómo sabias que….
-Siempre fuiste muy curiosa, supe que leerías mi diario cuando te quedaras en mi antigua habitación. También supuse que se rompería la última parte, ya que esas hojas eran muy delicadas
-Ya veo
-Kirishima-sama, ¿Podría contarnos que sucedió después de despertar en el hospital?-pregunto Kaito esperanzado
-Sí. Ahí, me dijeron que mi padre, Shou y Shiro habían muertos quemados en el auto en el que iban, así como también Zen, dijeron que el incendio se extendió mucho. Unos hombres que fueron a ver que sucedía, me salvaron y me llevaron al hospital. Cuando me recupere, herede las empresas y comencé a administrarlas, logre hacerlas crecer hasta que…llegaron a ser lo que son ahora
-¿Cómo conociste a la abuela Sakura? ¿Por qué cambiaste tu apellido?-interrumpió Hiyo
-En el hospital-alzo la vista al techo, y recordó aquel momento que jamás olvidaría-Y lo del apellido…
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX-Joven, recibió una herida profunda en el brazo, por lo que tuvimos que operar. Tendrá que quedarse aquí un tiempo-dijo el doctor, en ese momento, entro una chica de 17 años con cabello castaño y ojos verdes, aparentemente enfermera del lugar-Ah, le presento a Sakura, ella será la encargada de cuidarlo
-Es un placer-dijo Yokozawa tristemente, notando que la chica lo miraba con interés
-El placer es mío-saco su lista y su pluma, preparándose para escribir-Necesito sus datos ¿Edad?
-18 años
-¿Nombre?
-…-como no respondió, paso a la otra pregunta
-¿Familiares?
-Están muertos
-Lo siento
-No importa
-Supongo que no está casado
-Soy viudo-era cierto que era viudo, prácticamente él y Kirishima se casaron en el auto antes de la tragedia, aunque no estuvo un sacerdote, para él fue un matrimonio de verdad
-Hummm ¿Nombre?
-…-
-Necesito su nombre, es importante
-Kirishima-volteo a verla fijamente a los ojos-Kirishima Takafumi
-Lo tengo-dijo sonriendo, en eso entro un hombre alto de cabello café y ojos azules
-Disculpen, ¿Puedo hablar con él? Soy un amigo
-Por supuesto. Vamos Sakura-el doctor y la castaña salieron dejándolos solos
-¿Lo conozco?-pregunto el menor
-Sí. Fui uno de los amigos de Kirishima, supe que murió y….-saco una bella caja, manchada con polvo, pero era hermoso- Vine a darte esto-se la extendió
-¿Qué es?-pregunto desconcertado
-Es un collar de zafiro azul….pertenecía a la madre de Zen. Ella al morir, se lo entrego para que se lo diera a la persona con la que se casara. Tal vez, no te casaste con él, pero….te amaba, y mucho, así que creo que te pertenece. Él hubiera querido que lo tuvieras
-Gracias-comenzó a llorar, y al abrir la caja vio un bellísimo diamante brillar, combinaba perfectamente con sus ojos, lo que resaltaría muy bien cuando lo usara
-Bueno, eso es todo. Cuídate mucho y si alguna vez necesitas de mi ayuda o la de Chiaki, no dudes en pedírnosla-dijo para después salir de ahí-Oh, y…lamento todo esto, yo también lo quería
-Lo se…-susurro dolorosamente, apretando la caja contra su pecho que no dejaba de doler
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-…Sakura y yo comenzamos a conocernos, y los 19 me case con ella. No la amaba, pero era la persona perfecta para formar la familia que deseaba formar con Zen. Lo último que supe de sus amigos, fue que se casaron y se volvieron ricos con los mangas que Chiaki dibujaba. En un viaje al extranjero, murieron juntos en el naufragio del barco en el que iban
-Kirishima-sama….¿Aun lo ama?
-¡KAITO! No seas insensible-lo reprendió Hiyo con el ceño fruncido
-Está bien linda. Si aún lo amo y lo extraño mucho, pero…si pude soportar esos largos años sin él, fue porque conserve la esperanza de volvernos a reunir y que su amor estuviera aun esperándome-rio tristemente-Kaito-kun, ¿Podrías traerme la caja que está encima del buro?-señalo el lugar
-Claro, Kirishi…
-Abuelo, llámame abuelo
-Claro abuelo-embozo una sonrisa, y fue por la caja, para luego entregársela-Aquí tiene
-Gracias hijo-la abrió y relució el mismo collar de Zafiro azul del que había hablado-Mi pequeña Hiyori, esto es para ti. Tómalo
-Pero abuelo….esto es tuyo
-Lo era. A Zen le hubiera encantado que se lo entregara a mis hijos
-Entonces, ¿Por qué no se lo diste a mama?
-Porque de toda mi descendencia….solo TU naciste tan parecida a él. Ahora tómalo, es tuyo hasta que tengas tus propios hijos, y se lo entregues a quien creas que lo merezca-Hiyori cedió ante estas palabras y tomo la caja con el zafiro. Lloro un poco, abrazándose a su novio
-B-Bueno, abuelo…es hora de dormir, que tengas buenas noches-lo beso en la mejilla y salió con su novio de la habitación
El anciano sonrió tristemente, y de sus ojos brotaron nuevas lágrimas de dolor…aun le dolía recordar la muerte del castaño, más cuando….ni siquiera pudo enterrarlo ni tenía alguna foto de él. Tan solo vivía en su alma y en sus memorias. Salió al balcón con la estorbosa silla de ruedas, pero no al de su cuarto…fue al del tercer piso, ahí donde se habían conocido aquella noche de nostalgia. Miro a las estrellas y a la luna, que brillaban tan inmensamente….recordándole la noche en la que le entrego su pureza….cerro los ojos y sonrió…pudo oír sus gemidos, sus jadeos, sus gritos de placer y aun podía sentir sus caricias y sus suaves besos, que recorrían todo su cuerpo. Realmente no se arrepentía de nada, todo lo que había hecho, había valido la pena. Con estos bellos recuerdos, se despidió del mundo, pues ya había llegado su hora, y al fin partiría al cielo.
Murió ahí mismo, sentado en su silla, en el mismo lugar donde conoció el AMOR y bajo el mismo cielo en que entrego su virginidad…con los ojos cerrados y con una bella sonrisa nostálgica, esa era la mejor manera de morir después de tanto dolor.
“Al instante, abrió los ojos de nuevo y con nuevas fuerzas, se levantó de su silla, viendo que estaba en un hermoso lugar, lleno de flores multicolores y un cálido sol que lo iluminaba.
-Takafumi-oyó una dulce voz detrás de él. Lloro y sonrió….por primera vez en mucho tiempo, lo hizo de felicidad, porque ya sabía quién era. Se volteo para verlo, encontrándose con esos bellos ojos color miel que tanta felicidad le daban. El vestía de unos jeans azul marino, unas botas de agujeta, una camisa azul petróleo y un chaquetón de cuadros, color verde.
Ambos caminaron hacia el otro, y conforme se acercaban…la luz del sol envolvía aún más al anciano…poco a poco, su piel rejuvenecía y sus ropas cambiaban, los años parecían retroceder en su apariencia , volviendo a ser joven, aquel joven de 18 años que había sido antes, vistiendo su elegante traje blanco. Y así, corrieron hasta fundirse en un cálido abrazo y un amoroso beso. Alrededor, aparecieron varias luces, las cuales al tomar forma, podían distinguirse a los Takano, tomados de las manos y sonriendo, a los Yukina, abrazándose fuertemente y a Hatori y a Chiaki, que se besaban apasionadamente como si no quisieran separarse ni un centímetro. Y no podía faltar, la hermosa madre de Takafumi, quien estaba tan feliz por su hijo, que no podía contener las lágrimas. Al fin, estarán juntos para amarse por toda la eternidad.
Después de tanto dolor, de tantas desgracias y angustias, finalmente serian felices, después de tanta espera….Kirishima Takafumi había vivido más de lo que hubiera querido, espero por 84 años para estar junto a él, pero bien sabía…que su espera valdría la pena. Todo lo que pasaron juntos giro alrededor de su amor y de sus promesa jamás rotas, un ejemplo de eso es la promesa de “Te amare aun después de la muerte” , vaya que se cumplió, pues su amor rompió aquella poderosa barrera entre la vida y la muerte, manteniéndose tan vivo y fuerte entre los dos.
Ambos se separaron, y con un “TE AMO” de parte de los dos, volvieron a besarse, para nunca jamás volver a separarse.”
“Este no es el fin de su historia, sino el comienzo de ella, porque apenas empezaba su felicidad juntos, y ya nadie los separaría………”