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INFRAMUNDO (La Caída del Imperio Dracula) por Mariela

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-¿Z-Zen…?

-¡Takafumi!

Yokozawa abrió los ojos lentamente, su cuerpo le dolía, no podía esperar menos después de lo que había sucedido. Se sentó en la cama con cuidado, su vista era borrosa y la habitación oscura iluminada por solo  unas cuantas antorchas no ayudaban en aclarar su vista. Parpadeo varias veces hasta que pudo ver mejor, volteo a la derecha, encontrándose con un muy preocupado Kirishima, quien sollozaba intensamente

-Kirishima

-¡Takafumi!-se abalanzo a abrazarlo con fuerza, mientras comenzaba a llorar en su hombro-Lo lamento….lo lamento tanto, te suplico que me perdones, fue mi culpa

-Basta Kirishima. Nadie tiene la culpa-dijo dulcemente-Fue un descuido

-¡Un descuido que casi te cuesta la vida! Yukina y Kisa pagaran este error, pero sé que soy yo el culpable, no debí confiarles mi tesoro, al cual abandonaron

-Ellos no me abandonaron, yo les rogué que se fueran y pusieran a Hiyo a salvo, mientras yo los distraía, y tampoco es tu culpa. Un error cualquiera lo comete, ellos solo se confiaron un poco

 

-¿Cómo dices?-pregunto apartándolo-Así que tú se los pediste…no importa, no debieron  dejarte. Está claro que  será la última vez que los pongo a tu cuidado

-No te enojes con ellos, solo hicieron lo que les ordene, además, salvaron a tu hija

-Sí, pero no me a mi segundo tesoro. Amor-lo tomo de los hombros y lo miro fijamente a los ojos-Te expusiste demasiado esta noche, no lo vuelvas a hacer, o te juro que te encierro en nuestra habitación para siempre, ¿entendiste? Tuve mucho miedo de perderte

-Lo sé, pero Hiyo era más importante. Su vida valía más que la mía

-¡Eso no es verdad! Los dos…

-¡Zen!-grito frunciendo el ceño-Ella vale más que yo

Eso era una de las cosas que me mas amaba de Yokozawa, él quería tanto a Hiyori, la amaba como si se tratara de su propia hija, como si llevara su sangre. Al principio, le había sorprendido la rapidez y naturalidad con la que se trataron al conocerse, muy afectuosa, la cual continuo creciendo con el tiempo, llegando a transformarse en amor de madre e hija como lo es ahora. El menor, la quería tanto, que a veces, Kirishima odiaba que    por ese amor hiciera cosas como las de hoy, no estaba diciendo que hubiera sido mejor que su hija se quedara, sino que Yukina y Kisa los salvaran a ambos, sin importar lo que Yokozawa dijera, por algo ellos eran los guerreros en los que más confiaba, además de Shinobu y Miyagi

-De cualquier manera, no lo vuelvas a hacer. Sabes que no soportaría perderte, no podría vivir sin ti

-Y tú sabes que no puedo prometerte que estaremos juntos para siempre, pero su que lo estaremos mientras viva

-¡No digas eso!-grito-¡JAMAS VUELVAS A MENCIONARLO! ¿ENTIENDES?

-Kirishima, ¡Ya basta!-lo empujo molesto-Sé que odias ese tema, pero mi especie no vive para siempre, NADIE vive para siempre, ni siquiera tú, debes entender  que en algún momento me tendré que ir

-¡Eso lo entiendo!-replico llorando aún más-Pero entiende que me duele hablar de eso…no quiero perderte

- Lo sé, y por eso, te prometo que estaré contigo mientras no envejezca

-Gracias-dijo sonriendo y limpiando las lágrimas-Te Amo Takafumi-se acercó a sus labios, provocándole un fuerte sonrojo

-¡A-Aléjate de mí! Y ve a prepararte para la batalla-dijo tratando de apartarlo

-Sí, Si, lo hare. Pero después de unas cuatro o cinco rondas-tomo su mentón-No te preocupes, no serán fuertes, estas débil aun

-¡Quítate idiota! En poco tiempo será la batalla, además estoy can-nnnmm-fue silenciado por un apasionado beso

Kirishima se subió a la cama y lo empujo hasta acostarlo en ella, posicionándose sobre él. Sin romper el beso, lo despojo de la sabana y acaricio la suave piel de su pierna. Luego, dejo sus labios y empezó a dar suaves besos en su cuello, para luego descender lentamente

-¡Espera!...¡Zen, espera!-trataba de empujarlo-¡Idiota, quítate!...¡Nos pueden ver! Y dentro de poco, tienes que…

-Shhhhh, sabes que tú también quieres

-¡No es ver-Ngr!-gimió al sentir un mordisco en uno de sus pezones-B-basta

-Sabes que no parare, amor-dicho esto, comenzó a mordisquear cada parte de su piel, mientras una de sus manos empezó a masajear su miembro

-Ahngh….Aahhh….Ngr

Justo cuando Kirishima iba a lamer la intimidad del menor, la puerta se abrió estrepitosamente, dejando entrar a una niña  hermosa con cabello castaño y ojos miel, quien vestía un lindo vestido purpura con negro. Ante la interrupción, ambos se separaron de un salto, y Yokozawa tomo la sabana para cubrirse de nuevo

-¡Oni-chan! Qué bueno que estas  bien, estaba muy preocupada-dijo entre sollozos y corriendo a abrazarlo

-Tranquila Hiyo, estoy bien-el peli azul la abrazo con fuerza. La subió a la cama y la acomodo en su regazo-Al contrario, me alegra que TÚ estés bien mi niña

-¡Oni-chan!-rompió a llorar-Lo siento

En ese momento, se escuchó la campana de guerra en todo el palacio, esa que tocaban para avisar que los guerreros demonios ya estaban cerca. El castaño, tomo su espada y una antorcha, para luego dirigirse a la puerta, pero antes de salir, se volteo hacia Yokozawa y le dijo:

-Volveré-para luego salir de ahí, dejándolos solos

Esa palabra ya había formado parte de la vida de Yokozawa, cada vez que Kirishima tenía que salir para las batallas, esto era lo último que se decían, lo único que lo tranquilizaba. Esas guerras eran muy salvajes, cada noche morían una gran parte de ambos bandos, sin importar que fueran inmortales, hasta ellos podían desaparecer y últimamente, las peleas se hacían más constantes. Yokozawa  tenía miedo…en cada batalla, sentía el miedo apoderarse de él, temía perder a su esposo en esas confrontaciones, pero bien sabía que nada podía hacer, Kirishima era el tercer concejal de  vampiros, quisiera o no, tenía que estar en cada batalla así le costara la vida. El peli azul, miro a su hija y vio que se había dormido en su regazo, le sonrió y la acomodo en la cama, para luego levantarse y comenzar a vestirse. Se puso unos jeans y camisa negra, unas botas de cuero, su capa que, a diferencia de   los vampiros que era negra, la de él era roja, el color que representaba a los Dragones, luego tomo su espada y la puso al costado de su cintura, camino hacia la ventana y contemplo el cielo completamente cubierto por nubes negras, las cuales relampagueaban y tronaban con fuerza, para luego soltar una tormentosa lluvia.   A pesar, de que no era visible la luna menguante, sentía sus fuerzas muy bajas, la prueba estaba en sus heridas,  aún no habían desaparecido  cuando en otro tiempo, ya estarían borradas como si nunca se hubiera lastimado, sin embargo, los dragones tenía la desgracia de volverse más débiles con la luna menguante. Esto se debía a que, en ese mundo, esa fase lunar representaba el renacimiento y los dragones, como es sabido, son conocidos por su edad, llevando encima milenios de sabiduría lo cuales desaparecían con esta luna, y volvían a recuperarlos, en el transcurso   del tiempo en que volvía a salir. Era así, los dragones en los que se convertían eran espíritus sabios y milenarios, que en vida, residían en el mundo humano (de aquí, que haya leyendas de ellos en nuestros días) pero cuando morían asesinados por caballeros, sus espíritus llegaban al Inframundo   donde le daban sus poderes al clan de Yokozawa. Lo mismo se aplicaba con lo fénix, (de aquí la leyenda del ave que se incendia) pero ellos no se debilitaban en lunas como estas.

Escucho que tocaban la puerta, decidió ignorarlo, quería estar solo por un momento, sin embargo, la puerta se abrió fuertemente y entro un hombre de cabello y ojos negros, vestido de este mismo color, con un gato en sus brazos

-Hey, Yokozawa, me alegra que estés bien  jejeje. Mira a quien me encontré perdido en los pasillos-le extendió el gato

-Miyagi, ¿Acaso no te enseñaron a tocar una puerta? Por poco despiertas a Hiyo-se quejó el peli azul

-¿Eh?-entonces noto la presencia de la niña dormida en la cama-Ah, lo siento, no sabía que estaba aquí, además toque pero no me abriste, así que tú tienes la culpa

-Pues si no te abrí, fue porque no quería verte idiota, ¿Qué haces con Sorata?-le pregunto tomando al gato en sus brazos

-Lo encontré vagando por las habitaciones, así que lo tome y decidí traértelo. Deberías agradecer

-Como sea, ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la guerra?

-Bueno, ya sabes cómo es Drácula, desconfiaba de dejarte solo, así que me ordeno que te vigilara, además de que cuando venía para acá, Kirishima me pidió que te cuidara, así que como vez, tengo dos razones para estar aquí-respondió sentándose en una silla y cruzando las piernas, mientras sonreía infantilmente

-Ya veo, así que Isaka-san desconfía hasta cuando estoy débil ¿eh? No debería sorprenderme. Por cierto, ¿Shinobu bajo a la pelea?

-Si-cambio rápidamente a un tono serio-No me gusta que participe, pero ya sabes cómo es, nada lo convence de lo contrario. Además, aunque no quisiera o no, tendría que bajar, a menos que Drácula ordene lo contrario

-Te entiendo, a mí tampoco me gusta que Kirishima se involucre en eso, pero como concejal es obligatorio que este ahí. Tú tienes suerte de poder librarte de eso para cuidarme

-Aun así, odio que sea Shinobu quien pelee, el apenas es aprendiz, pero por orden de Drácula es obligatorio que este ahí. Ahhhhh- Ya son 500 años de esta guerra, y no parece querer  cesar

-Lo sé, pero a estas alturas es patético creer que se detendrá. La guerra definitiva será muy pronto, sabemos que esto no parara hasta que uno delos gane el poder. Lo que me preocupa…bajo la vista al suelo-lo que me preocupa es esa batalla, la Gigosa menguante está cerca, y tengo un muy mal presentimiento de eso

-¿En serio? Yo también, pero no es como si pudiéramos hacer algo para detenerla. Cada guerrero inmortal y mortal, estará ahí, la confrontación será sangrienta y muy dura, no podemos hacer nada. Morirán, hasta tu especie tendrá que sufrir

-Eso solo por no ser supremos como ustedes los inmortales, solo nos aborrecen por seguir en ciclo de la vida de un humano

-Pero hasta nosotros podemos desaparecer. La única diferencia entre un mortal y un  inmortal es que nosotros no morimos por la vejez ni envejecemos por la edad, pero las armas si nos pueden arrastrar a la muerte. Todo tiene un in, nada es eterno, si no fuera así, La Sombra no nos hubiera dejado a nuestra propia suerte, recuerda que nos aborreció por nuestros defectos. Él quería creaciones perfectas, pero se dio cuenta que no podía existir algo que fuera    perfecto, por eso se encerró

-Tampoco es como si lo necesitáramos, él nos hizo lo que somos

-Entiendo que lo odies, pero el no hizo nada que nuestros ancestros no hayan querido. Ellos querían poder, puede que no hayan obtenido lo que querían exactamente, pero si poder, en eso el no tuvo la culpa

-Supongo que tienes razón

-Lo que debería preocuparnos ahora, es esta época de batallas, las últimas han sido muy salvajes, me preocupa Shinobu

-Y a mí Kirishima

-Pero sabemos que no podemos hacer nada, la muerte nos llega a todos, no tiene remedio…es el fin de todo

-No, la muerte no es el fin…La muerte es solo el comienzo

MIENTRAS TANTO…

En las puertas del palacio, estaban todos los vampiros preparados con sus armas, cada uno formados en filas cuidadosamente ordenadas. Los dos concejales presentes, se formaron delante de las fialas, desenfundaron sus espadas se acomodaban sus armaduras, mientras un caballo corrió entre ellas, llego hasta delante de todo el ejército y fijo su vista en el bosque. Su jinete vestía totalmente de negro, sus ojos eran violetas y su cabello era del mismo color que de su ropa, se trataba de Isaka Ryuuchirou alias “Drácula”. Entre los guerreros se encontraban Takatsuki Shinobu  el halconero, Yukina Kou y Kisa Shouta, los tres eran los más destacados, pero obviamente por diferentes cualidades y  también eran en los que más confiaba Kirishima.

El tiempo transcurrió rápidamente, la guerra está muy retrasada, parecía como si los demonios no se fueran a presentar. En ese momento, el sonido de una catapulta disparada se oyó en todo el campo de batalla, y una roca gigante envuelta en llamas paso volando por encima de ellos, hasta que se estrelló contra el palacio. Con esto, todos voltearon hacia el bosque y vieron a los demonios correr hacia ellos, dirigidos por un hombre de armadura negra que cubría su rostro, ese era Lucifer, quien nunca se había mostrado, jamás nadie sabía cómo era su rostro. Isaka alzo su espada y grito:

-¡SIN MISERICORDIA!

-EEEEEEEEEHHHHHHHHH

Ambos bandos corrieron hacia el otro, y una tormentosa lluvia los azoto, acompañada de relámpagos y truenos. Pronto, el choque de las espadas, los gritos salvajes y las catapultas de piedras inundaron la noche, poco a poco, los guerreros iban cayendo, vampiros o demonios, los grupos se reducían. Kirishima bloqueo el ataque de un demonio, arremetió moviendo su espada de un lado a otro, en forma horizontal, el demonio retrocedió gruñendo con su espada en vertical recibiendo los ataques. Cansado de esto, el castaño se detuvo y antes de que su oponente pudiera contraatacar, lo golpeo con fuerza, lo que lo lanzo lejos de ahí, de inmediato, corrió hacia él y corto su cabeza. Un demonio   ataco por detrás, con su arma corto su espalda, haciendo que Kirishima gritara del dolor y cayera de rodillas al suelo. Su adversario aprovecho esto, preparo su arma y justo cuando iba a acortar su cuello, Yukina corrió hacia él, salto en los aires, tomo su espada de forma semi vertical y cuando el demonio alzo la vista para verlo, este corto su cuello aterrizando en tierra. La sangre lo salpico, manchando su rostro, luego se volvió hacia Kirishima y lo ayudo a levantarse. Kisa y Shinobu acabaron con un grupo que se dirigía hacia ellos, y le entregaron su espada, para luego verse rodeados por los demonios. Los cuatro,  suspiraron y gritaron

-¡SIN MISERICORDIA!-y con esto, se lanzaron contra ellos

CON ISAKA…

Sus espadas chispearon al unirse, midieron fuerzas hasta que volvieron a separarse. Isaka arremetió con un ataque frontal,  pero Lucifer lo bloqueo y libero una nube negra. Retrocedió y miro a todos lados, la nube no le permitía ver a su contrincante, hasta  que el hombre salió de ahí y rasgo su brazo, para luego volver a ocultarse. El peli negro apretó su espada con ira, cerró los ojos y escucho atentamente, pudo oír el viento cambiar de dirección, fuertes pasos resonar en la tierra, y una espada moverse en el aire con rapidez…abrió los ojos de nuevo  y volteo hacia atrás rápidamente, bloqueando el ataque de Lucifer. Sus espadas no se unieron por tanto tiempo, Isaka empujo su arma contra el demonio, para luego golpearlo fuertemente, lo que lo mando a volar lejos de ahí, con rapidez, llego con el antes de que pudiera  levantarse, preparo el arma y corto gran parte de su abdomen, haciendo que gruñera a gritos del dolor. A su alrededor, los vampiros parecían ganar ventaja; Asahina golpeo  con fuerza la tierra, agrietándola gravemente, lo que causo que los demonios extendieran sus alas y llevaran la batalla a los cielos. Los guerreros vampiros peleaban salvajemente, más muertos  caían, y se desintegraban, convirtiéndose en cenizas, la sangre cubría el campo de batalla y las espadas chispeaban e  incluso  se rompían ante la batalla. Shinobu media fuerzas contra un demonio, quien parecía ganarle, este lo empujo con fuerza y lo pateo por el estómago, lanzándolo al suelo.   El menor se levantó con una acrobacia y esquivo otro ataque, para luego arremeter con un ataque frontal, el cual fue detenido por el demonio, quien golpeo fuerte con su espada la de él, e hizo que    se rompiera en el proceso. Shinobu retrocedió al verse desarmado, su contrincante aprovecho para golpearlo  y herir su abdomen, lo que provoco que se doblara del dolor. El demonio aprovecho esto, lo tomo de los cabellos y preparo su espada para cortar  su cuello, sin embargo, fue detenido por unas fuertes cadenas que capturaron su cuello, intento soltarse, pero estas tiraban con fuerza que termino por perder las cabeza. Shinobu cayó al suelo, mientras la sangre lo bañaba lentamente, Kisa corrió hacia el y lo ayudo a levantarse, para luego encaminarse hacia el palacio, estaba claro que no podría continuar con la batalla. Mientras tanto, Kirishima y Yukina peleaban en los aires contra los demonios que volaban, el castaño sentía que las fuerzas lo abandonaban, su herida  lo estaba debilitando, por suerte, Yukina estaba con él y se encargaba de protegerlo, lo que hacía que pudieran matar más demonios.

Mientras tanto, Lucifer, ante la acción de Isaka, envolvió su puño de humo negro  muy espeso, y antes de que el peli negro pudiera enterrarle su espada, causo una gran explosión de humo, todo se volvió oscuro profundamente, los vampiros ya no podían ver nada, ni siquiera a su adversario y cuando el humo se disipo, todos los demonios habían desaparecido

-Grrr-gruño Isaka-Escaparon

EN EL PALACIO…

Ante la repentina huida de los demonios, los vampiros regresaron al palacio. Todos los heridos fueron llevados rápidamente al cuarto de sanación, donde An-chan se encargaba de curarlos. Yukina y Kisa ayudaban a Shinobu a llegar a su habitación, su herida no había sido tan grave pero le dolía de sobre manera, lo cual se debía a su corta edad, apenas tenía 300 años  por eso aguantaba menos. Kirishima, salió del cuarto de sanación y les paso de lado, rebasándolos rápidamente, ni siquiera se detuvo a saludar, simplemente les dirigió una mirada seria  al castaño claro, como diciéndole “Hablamos después”, lo que hizo que los tres se tensaran.

Escucharon pasos apresurados correr hacia ellos, y al voltear, Shinobu se vio apresado en un fuerte abrazo

-¡Shinobu! Shinobu, ¿te encuentras bien?

-Estoy bien Miyagi, no seas exagerado-contesto apartándolo y frunciendo el ceño

-¿Y esa herida?-pregunto señalando su vendaje

-Sanara. A todo esto, ¿en dónde estabas?

-Estaba  con Yokozawa, Kiri…

-¡¿QUE?!-grito furiosos y despidiendo un aura oscura-¿Y QUE CARAJOS HACIAS CON EL? POR SU BIEN, ESPERO QUE NO TE HAYA SEDUCIDO

-¿Qué? ¡Claro que no! Es que…

-Arrrggg. Esta vez no se la paso. ¡KISA! Llévame con ese imbécil

-Pero Shinobu, estas….-intento protestar Kisa

-Hay, ¡Olvídalo! Iré yo mismo-dicho esto se trasformó en un murciélago  y salió volando torpemente hacia la habitación de Yokozawa

-¡Espera! Shinobu-chin, ¡No es lo que crees!-al poco tiempo, Miyagi fue tras el

-Es un terrorista-dijo Yukina, mientras Kisa solo se limitó a asentir

Mientras tanto, Kirishima se encamino hacia la recámara que compartía con su esposo, se había asegurado de curar todas sus heridas  y limpiar su ropa de la sangre, para no preocupar a Yokozawa, era lo último que necesitaba  después de lo que había sucedido. La batalla había sido dura, pero no lo suficiente, tenía un mal presentimiento  sobre la repentina huida de los demonios, ya que en las ultimas batallas habían combatido con todas su fuerzas, sin piedad alguna, sin embargo, en esta ocasión habían escapado ni siquiera trajeron a   su ejército de lycans ni de los esclavos que tenían, se presentaron solo ellos. Sabía que Isaka los llamaría más tarde para discutir ese tema, en especial cuando Lucifer ni siquiera peleo, no  además de enfrentar a Isaka y eso era más que sospechoso.

Llego a su habitación, abrió la puerta y se encontró con Yokozawa sentado en la cama, acariciando  a su gato

-Amor, ¿Qué haces aquí? Deberías estar descansando-dijo acercándose a el

-No pude dormir sabiendo que había una batalla afuera, además del tremendo estruendo que se escuchó en todo el palacio

-Lo lamento, fue una catapulta que dispararon desde lejos, no pudimos detenerla. Pero de cualquier manera, deberías estar dormido, la luna menguante no ha desaparecido-acaricio su mejilla-Aun  estas débil, me preocupa tu bienestar

-Estoy bien, me recupero poco a poco. ¿Y tú como estas?

-Bien, soy un concejal, no necesitas preocuparte tanto por mí

-Claro-alzo una ceja en señal de no creerle-Kirishima, no me gusta que ocultes las cosas

-No te oculto nada-dijo nerviosamente

-También detesto que me mientas-tomo su camisa y la abrió salvajemente, dejando ver su vendaje-¿Qué tan grave es?

-Takafumi, yo…

-¿QUE tan grave es?

-No es profunda, An-chan dijo que sanaría en un par de horas. Por suerte, no  es de muerte. No quería decírtelo porque no quería preocuparte

-De cualquier manera, ¡Debes decírmelo! Soy tu esposo y merezco saber lo que te pasa-replico molesto

-Jum, lo siento. Te prometo que no volverá a suceder-dijo cruzando los dedos por detrás de el-Vamos amor, no quiero que te enojes conmigo

-¿Y cómo no enojarme? Si me ocultas las cosas

-Lo lamento, te lo compensare. ¿Y Hiyo?

-Se durmió en el cuarto de sanación, la cargue y la lleve a su habitación, ¿Por qué?

-Porque así…-lo atrajo por la cintura-Nos quedamos solos y podemos hacer cosas divertidas, como esto…

-¡¿Qué crees que ha-ngh-se interrumpió al sentir la manos del castaño acariciar su entrepierna, lo que le causó un gran sonrojo

-Shhhh, te compensare el haberte ocultado las cosas

-¡Idiota! No es momen-nmm-Kirishima lo callo con un apasionado beso, para luego empujarlo a la cama, posicionándose sobre el

-Tranquilo, te prometo que será despacio, aun estas, débil-dicho esto, comenzó a despojarlo de su ropa

-¡Espera Zen!, yo…Ngh ah

Kirishima le arrebato su camisa junto a sus pantalones y bóxer, dejando al descubierto su miembro. Comenzó a mordisquear su piel, asegurándose de marcar su territorio. Masajeo su miembro, arrancándole gemidos de placer reclamo sus labios y entrelazo sus dedos con el cabello del peli azul. Apretó su intimidad, haciendo que por inercia doblara las piernas intentando cerrarlas, pero el cuerpo del mayor se lo impedía. Kirishima descubrió su propio miembro, para luego masajearlo junto al de Yokozawa

-Ngr…Aaaahhhh…ha,ah,ah….Kiri-Ah

-Cuanto te amo  Yokozawa-dijo con dulzura, mientras capturaba sus labios y se movía en el miembro del menor, simulando embestidas. Luego ensalivo uno de sus dedos, haciendo que diera un salto en la cama, para después retorcerse de placer, sabía muy bien lo que venía….UNA NCOHE DE LUJURIA…

MIENTRAS TANTO….

Isaka entro estrepitosamente a su habitación, seguido de su distinguido amante. Se sentó en la cama, y vio como Asahina sacaba una pequeña botella con una liquido morado de un cajón, se acercó a él, tomo  su brazo herido y lo vertió cuidadosamente

-AH-se quejó del dolor-¡Ten más cuidado!

-Lo siento, pero es lo más cuidadoso que puedo ser

-Arrgg, ¡Entonces hazlo rápido!

-De acurdo-se hizo un silencio penetrante por un tiempo, hasta que volvió a hablar-¿Qué fue lo que paso?

-¿Eh?

-¿Qué paso en su pelea con Lucifer?

-Pues…nada

-No tiene caso que me mienta, díganme ¿Qué fue lo que paso?

-Nada, ya te lo dije

-¿Porque escapo?

-El no dejaría que lo exterminara rápido

-Ni tampoco huiría. Hay algo muy extraño en todo esto, no trajeron a ninguno de sus ejércitos de otras especies, solo de la suya, además Lucifer ni siquiera peleo, no además de conmigo. Igual sucedió con sus demonios, no combatieron  como siempre

-Eso es muy sospechoso-dijo vendando la herida

-Más que eso. Tengo un muy mal presentimiento

-Lo sé. Yo siento lo mismo

-Como sea-se levantó de la cama y se dirigió a la puerta –Convoca a los demás concejales, dentro de poco llegaran los dragones junto a las otras especies y después de atenderlos, trataremos ese tema

-Si, como ordenes-fue hacia él y acaricio su rostro-Por otro lado, me alegra que estés bien, me tenías preocupado

-Vamos, no sé por qué. Soy Drácula, no debes preocuparte por mí

-Aun así, me asuste cuando te vi herido

-¿En serio? Pues te lo compensare-dicho esto, lo empujo a la cama y lo beso salvajemente mientras desabotonaba su camisa-Hazme tuyo antes de que lleguen nuestros aliados

-Sus deseos son órdenes-y volvieron a fundirse en un dulce beso, empezando a deshacerse de la ropa

Isaka  Ryuuchirou o “Drácula” era el más poderoso de los vampiros y el primero en pisar el Inframundo. Todos sus súbditos lo respetaban y lo seguían en todo, en especial cuando acepto la guerra contra los demonios, una decisión que no tomo solo, sus concejales: Kirishima, Miyagi y Asahina, lo apoyaron, aunque el castaño no estuvo tan de acuerdo. La época de batallas empezó hace 500 años, en los primeros combates, Isaka se mantuvo al margen de las peleas, no participaba, dejando que sus concejales  se encargaran de eso. Pero cuando los demonios empezaron a esclavizar a los dragones, elementales, fénix, y se aliaron con los licántropos, empezó a participar en ellas, aunque aumento su fuerza,  las batallas  se hicieron mucho más salvajes y sangrientas. Poco  después, comenzaron a conseguir sus armas en el mundo humano, manejando monedas de plata y oro para comprárselas a los herreros de ese mundo, y el dinero era creado y otorgado por las razas mortales, como impuesto para que los vampiros los protegieran de los demonios, aunque después crearon su propia ciudad en la que vivirían juntas todas las especies, y nombraron a un solo regidor. Cuando los vampiros crearon su imperio, los mortales se quedaron en las bajas, se unieron, construyeron su propia ciudad, la rodaron de muros reforzados por los vampiros, sacaron cada especie a su propio regidor y al más grande, al que nombraron rey de todas ellas, fue a Yokozawa Yamato, el líder de los dragones. Sumi Keichi el líder de los elementales, Shinoda el de los fénix y   Aikawa Eri, la líder del pequeño grupo de brujas negras y blancas, se volvieron miembros de su consejo. Sin embargo, Isaka estaba por encima de todos ellos y del padre de Yokozawa, por lo que tenían que obedecerlo.

EN OTRO LADO….

Un hombre de cabello y ojos negros, estaba parado en la entrada de un castillo con estructura negra, no era tan grande como el de los vampiros, pero tampoco tan pequeño. El hombre vestía unos jeans   negros con camisa y botas del mismo color, su capa era, morada y se ondeaba con el viento, mientras mantenía su vista fija en el cielo.  La lluvia lo empapaba, aunque eso no le parecía importar.

De pronto, con un relámpago, pudo ver al ejército de demonios volando hacia él, aterrizaron golpeando la tierra y “Lucifer” camino hasta estar frente a frente con el hombre, manteniendo su herida presionada  que chorreaba sangre

-Mi Señor….Haruhiko-hizo una reverencia

-No quiero tus reverencias, quiero el informe. ¿Cómo salió todo?

-Mal-dijo seriamente-Tuve que huir, por poco nos matan

-¡¿QUE HICISTE QUE COSA?!

Usami Haruhiko, el rey de los demonios. Su poder sobrepasaba en gran madera a Lucifer y estaba por encima de este, pero no pasaba el de Drácula, lo que lo hacía anhelar el suyo. Él había declarado la guerra   a los vampiros, se había aliado con los lycans,  y vuelto su líder ya que ellos no contaban con uno  propio. Prácticamente, él había desatado las desgracias, y todo cuando se enteró del secreto de Drácula

-Lo lamento Señor, no tuve otra opción

-¡CIERRA LA BOCA IMBECIL!-lo reprendió furioso-POR TU CULPA, AHORA DEBEN SOSPECHAR

-Pero…

-¡PERO NADA! TENDREMOS QUE ADELANTAR LOS PLANES. DILE A TAKANO, A MINO Y A ONODERA  Y HIROKI QUE SE PREPAREN, EL PLAN SERA AHORA

 

-Señor, estoy herido…

-¡ESO NO ME IMPROTA! MIENTRAS VIVAS SEGUIRAS MIS ORDENES ¿ENTENDISTE?-se dio la vuelta y camino dentro del castillo

-O hasta que usted siga con vida-dijo malignamente, mientras era iluminado por un relámpago

“Mi plan funciono. Jajajajaja, vampiros, será mejor que se preparen, la Gigosa menguante  está cerca, y la verdadera batalla….apenas inicia”


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