Las puertas se abrieron, dejando entrar a todos los carruajes que salían del bosque. Del primero, bajo un hombre alto de cabello gris con ojos negros, vestido con un traje del mismo color de su pelo, del otro bajo un hombre con gabardina azul oscuro que cubría su rostro, y del siguiente, bajo un hombre mayor de cabello canoso, ojos azules y piel blanca, vestido de negro con una capa roja. Les dirigió una rápida mirada a sus tres concejales, para luego dirigirse al salón donde se encontrarían con Drácula, seguidos por varios de sus hombres que cargaban cofres de plata con monedas de oro. Caminaron rápidamente por los largos y penumbrosos pasillos, en el transcurso se encontraron con muchos vampiros con heridas graves, algunos con vendajes en todo su cuerpo, llevándolos a la conclusión de que la batalla había sido, de verdad, muy dura, aunque no les sorprendía. En los últimos días, las confrontaciones se habían vuelto muy constantes, sabían que eso no los afectaba directamente a ellos, pero de alguna manera, estaban en peligro, las cacerías ya eran a todas horas, y cada vez era peor.
Llegaron a unas grandes puertas de madera, entraron estrepitosamente y caminaron hasta estar frente a unos escalones de piedra, los cuales llegaban a un trono muy bien labrado con huesos, donde se encontraba Isaka, a su derecha estaba Asahina y a su izquierda, Kirishima y Miyagi
-¿Acaso no saben tocar?-pregunto Isaka seriamente
-Disculpe mi tan abrupta irrupción, mi lord Drácula-dijo el hombre mayor con el ceño fruncido y con cierto sarcasmo-Pero dadas las circunstancias, no podía perder tiempo tocando la puerta
-Bien, pero primero, exijo mi paga por la valiosa ayuda que le brindo a usted y a pueblo. Aikawa, Keichi, Shinoda, ¿trajeron el dinero?
-¿Cree que estaríamos aquí sin esto?-contesto Sumi seriamente, mientras sus hombres le entregaban uno de los cofres a Yukina
-Así es, Drácula-hablo Shinoda, haciendo lo mismo que el peli gris- Es ofensivo que nos crea capaces de incumplir nuestro acuerdo
-Supongo que así son los hombres-suspiro la peli roja, quien solo chasqueo los dedos y el cofre apareció en las manos de Kisa
-Simplemente asegura su dinero-dijo Hatori junto a Yuu, entrando con la ofrenda de los dragones, la cual le entregaron a un guerrero
-Así es-concordó el hombre mayor-Ahora que tiene el oro, mi lord tendrá que escucharme
-¿Y qué es eso tan importante que tiene que tratar conmigo? Yamato-sama, oh espero, ¿Acaso tiene algo que ver con lo que sucedió con su hijo Takafumi? Adelanto que no fue mi culpa, él es muy capaz de defenderse solo
-Tsk-gruño furioso y mirando rápidamente a Kirishima, para luego volver a posar sus fulminantes ojos en Isaka-Ese es un asunto que no voy a discutir con usted, lo que quiero tratar, es sobre la guerra. ¡¿Cuándo carajos van a parar con esto?!
-¡Eso es algo que no les concierne!-replico Miyagi frunciendo el ceño
-¡Claro que sí!-grito Sumi-Esta maldita guerra se está saliendo de control
-¡A ustedes no les afecta en nada! No son sus guerreros los que pelean
-¡CLARO QUE NOS AFECTA!-grito Aikawa-LAS CACEIRAS ESTAN POR LOS CIELOS YA NI SE PUEDE SALIR DE LA RESERVA Y SI LAS COSAS SIGUEN ASI, PRONTO YA NO SERA SEGURO SALIR DE NUESTRAS CASAS
-PEOR AUN-se metió Shinoda-NUESTRA COMIDA SE ACABA, SINO PODEMOS SALIR A CAZAR MORIREMOS DE HAMBRE
-¡ESE NO ES NUESTRA PROBLEMA!-replicaron Isaka, Asahina y Miyagi, mientras Kirishima se mantenía al margen de todo, ya de por si tenía problemas con los dragones, no quería meterse en mas
-¡CLARO QUE LOS ES!-grito el padre de Yokozawa-NOSOTROS LES PAGAMOS PARA NUESTRA PROTECCION Y NO PUEDEN NI PROTEGERSE A SI MISMOS. CADA DIA PIERDO MAS HOMBRES SI NO PUEDEN CUMPLIR SU PARTE, NOSOTROS TAMPOCO CUMPLIREMOS LA NUESTRA
-GRRR-rugió Isaka –NOSOTROS CUMPLIMOS PROTEGIENDO SUS MUROS, NO PUEDEN ESPERAR QUE LOS MANTENGAMOS. LA COMIDA ES PROBLEMAS SUYO Y YO DECIDO CUANDO SE TERMINA LA GUERRA
-Sí, claro, asumiendo que salgan vivos de todo esto-respondió el de cabello canoso
-¡SUFICIENTE! Declaro ese tema cerrado. Y si ya no tienen nada más que decir, ¡VAYANSE!-ordeno Isaka, levantándose y dirigiéndose a la salida del salón, seguido de los concejales
-¡ESTE IMPERIO MALDITO CAERA Y USTEDES CON EL!-grito el mayor-SI NO LE PONEN FIN A LA GUERRA, ELLA LES PONDRA FIN A USTEDES
-Y NO OLVIDEN QUE SON CRIATURAS INFERIORES QUE ESTAN VIVOS GRACIAS A MI. Y SI QUIEREN SEGUIR VIVOS, ENTONCES CALLENSE Y LARGUENSE DE AQUÍ-grito furioso, saliendo del salón
-Arrrggg-gruño Sumi-Estos malditos…
-Tranquilo Sumi, no es como si fuera algo nuevo, para ellos no somos más que simples basuras, indignos de su presencia y nada cambiara eso
-Aikawa tiene razón-aseguro Shinoda- No importa lo que hagamos, no importa nuestro acuerdo, nada cambiara. Somos simples escorias para ellos. Vámonos de aquí, este lugar me repugna-dijo caminando a la salida
-Estoy de acuerdo-respondieron la peli roja y Sumi, yendo detrás de él-¿Majestad?
-Adelántense, yo iré a hablar con alguien-aviso el de cabello canoso, empezando a caminar hacia donde Isaka se había ido junto a los concejales seguido de Hatori y Yuu
MIENTRAS TANDO…
Kirishima caminaba rápidamente, tenía mucha prisa por regresar a su cuarto, con su adorado esposo, al cual había dejado durmiendo plácidamente en la gran cama completamente desnudo, después de una adorable ronda amorosa. Si hubiera sido por su parte, se hubiera quedado con el hasta que despertara, pero por obligación debía estar presente en el pago de impuestos, no tenía otra opción. Se mantuvo completamente al margen y ajeno a todo lo que discutían los mortales con Drácula, todo para evitar meterse en más problemas con los dragones, en especial con el padre de Yokozawa, y con Hatori, quienes solo bastaba con una mirada para saber que lo odiaban y tampoco se dirigían mucho la palabra, ya que de alguna manera, todo terminaba no solo en discusiones, también a los golpes. Aun recordaba la última vez que se peleó con Hatori, empezaron a discutir y terminaron atacándose hasta con armas, lo peor fue que el padre de Yokozawa se metió a la confrontación, y por accidente, Kirishima lo golpeo, pero en eso, su esposo lo vio, le reclamo y al final, le puso la ley del hielo durante meses, lo peor fue que no lo dejo tocarlo en ningún momento. Era razonable, entendía perfectamente su actitud, porque ¿Cómo se sentiría alguien al ver a su esposo iniciar una pelea con su padre? Obviamente cualquiera actuaria así, por eso ahora, prefería evitar por completo a esa familia.
Caminaba frente a la habitación de su hija, cuando sintió que alguien lo jalaba bruscamente hacia atrás por el hombro, y lo obligo a voltear encontrándose con Hatori, quien lo veía con el ceño fruncido. A su lado, aparecieron Yuu y el padre del peli azul
-Kirishima-san, ¿Acaso estaba escapando de mí?-pregunto con una mirada terriblemente furiosa, el padre de Yokozawa-¿Mi hijo está en su habitación?
-No estaba escapando-respondió seriamente-Solo tenía prisa por volver con Takafumi y si, él está en la habitación. ¿Por qué?
-Porque quiero hablar con el-se acercó a la puerta y tomo la perilla-Tal vez ahora lo convenza de volver con su familia, y deje de una vez por todas, este palacio de porquería. De paso, a usted y a esa niña malcriada
-¡OIGA! NO LE PERMITO…-se detuvo al sentir una espada en su cuello, volteo y confirmo que se trataba de Hatori
-¡Usted no es nadie para prohibirme nada! Soy el padre de Takafumi, y por mi cuenta corre que deje de una vez por todas, este maldito lugar. Ahora si me disculpa, tengo que ver a mi hijo-y con esto, se encerró en la habitación
-¿Ya bajas tu espada?-pregunto Kirishima al peli café
-Tampoco planeaba desperdiciarla en alguien que no vale la pena-contesto guardando de nuevo su arma
-Kirishima-san, ¿se acuerda de mí?
-Claro que me acuerdo de ti, Yuu. ¿Cómo olvidarte? Si fuiste el que casi me mata en la boda
-Vaya, que rencoroso, pero…seria pasable si fuera un buen esposo, lamentablemente no aspira ni a eso
-¡¿QUE DIJISTE IDIOTA?!-grito con ira
-Nada que no fuera cierto-respondió Hatori en su lugar-Si no puedes ni cuidarte tú mismo, no puedo esperar que cuides bien de Takafumi. Ya sabía que no lo merecías, pero no que no fueras un debilucho para protegerlo
-¡CIERRA LA BOCA Y NO TE METAS EN MIS ASUNTOS!
-¡NO PUEDO QUEDARME CALLADO SABIENDO QUE MI MEJOR AMIGO ESTA EN UN REINO DONDE NADIE LO QUIERE Y LO RECHAZA , Y QUE PARA COLMO, SU ESPOSO SEA UN INUTIL
-ESE ES MI PROBLEMA, YA TE DIJE QUE LO PROTEGERE A TODA COSTA, Y NO NECESITO QUE UN IDIOTA VENGA A ENSEÑARME COMO SER UN BUEN ESPOSO
-ES OBVIO QUE SI. HOY CASI MUERE HAYA FUERA, ¿DONDE CARAJOS ESTABAS QUE LO NO ESTABAS CUIDANDO?
-ESO FUE CULPA DE LOS MALDITOS A LOS QUE DEJE SU CUIDADO, PERO YA LOS HARE PAGAR, NO NECESITO QUE LO RESTRIEGUES EN LA CARA, YO LO AMO Y NO SOPORTARIA PERDERLO
-SIN EMBARGO, NO HACES NADA PARA EVITARLO. ERES UN MALDITO IMBECIL. ME LLEVARE A TAKAFUMI DE VUELTA A LA RESERVA, TE GUSTE O NO
-¡NO VUELVAS A MENCIONAR ESO! EL SE QUEDA CONMIGO
-¿PARA QUE? ¿PARA QUE TU PROPIA ESPECIE TERMINE POR MATARLO? ¡NI MUERTO! ASI SEA A LA FUERZA, HARE QUE REGRESE
-¡DESGRACIADO!-tomo a Hatori por el cuello de su camisa
-¡SUELTAME IMBECIL!-dicho esto, lo empujo lejos de él, saco su espada e intento atacarlo, pero Yuu se le puso enfrente y lo tomo fuerte del dorso para retenerlo
-¡Ya es suficiente Hatori! No vinimos a pelear…por favor, cálmate -decía el castaño, mientras Kirishima lo veía con una ira que lo amenazaba con cegar, ya había llevado su mano a su espada, dispuesto a una batalla feroz contra el peli café
ADENTRO…
Al entrar a la habitación, lo primero que vio fue a su hijo durmiendo desnudo en la gran cama con sabanas de seda, lo que hacía muy evidente su reciente actividad sexual. Lentamente, se acercó a la cama, se sentó al borde de esta y miro con nostalgia a su hijo. Sus heridas apenas como sanaban, estaba seguro que si no fuera por Hatori, Yokozawa habría muerto afuera, asesinado por esas despreciables bestias…tembló ligeramente al pensar en eso, no quería que su tesoro sufriera, él era todo lo que tenía, su madre había muerto en el parto, debido a una complicación. Esa vez, sintió el dolor bombearle en las venas, Yokozawa era lo único que le dejo, si lo perdía a el…perdia su vida. Sabía que el peli azul no estaba a salvo en el palacio de Drácula, aquí nadie lo quería y su inútil esposo no era capaz ni de salvarse a sí mismo-“¿Por qué te tuviste que enamorar de él, Takafumi?”-se preguntaba, es que de verdad, no lograba entenderlo, habiendo tantos y tantas, ¿Por qué diablos tenía que ser precisamente de un vampiro? Y peor aún, del tercer concejal-“Vaya que a veces uno no entiende a los hijos…o al amor”-en eso, noto que el menor comenzaba a removerse en las sabanas.
Yokozawa, apretó los ojos para luego abrirlos lentamente con la vista algo borrosa, pero pronto se aclaró, encontrándose con su padre sentado a su lado
-Ah! O-Otousan…-se sobresaltó. Con rapidez, se cubrió totalmente el cuerpo y se sentó en la cama, mirándolo con un ligero sonrojo- ¿Qué haces aquí?
-Vine a verte-respondió acercándose a abrazarla-Estaba muy preocupado por ti, me asusté mucho cuando Hatori me aviso de lo que había pasado, ¿estás bien?
-S-Si
-Takafumi-se separó mirándolo fijamente-Quiero que tomes todas tus cosas, nos vamos de vuelta a la reserva
-¡¿Qué?!-grito frunciendo el ceño-¡No me iré padre!
-No te estoy preguntando se quieres o no quieres, ¡Te vas conmigo ahora! No dejare que te quedes ni un minuto más aquí, hoy casi mueres por culpa de ese idiota, me asegurare de que no vuelva a pasar. Anda Hatori y Yanase nos están esperando afuera
-¡Eso fue un accidente! El no tuvo la culpa de nada. Padre, ya hemos discutido esto varias veces, y de nuevo te recalco que no me iré a ningún lado, me quedare aquí y si no puedes entenderlo, entonces vete-dijo con firmeza
-Takafumi…-lo vio frunciendo más el ceño, lo que le demostraba tanta decisión, sabía que no lo convencería de nada, así que se resignó y soltó un suspiro-Mi niño, saliste igual a tu madre jejejej. De acuerdo, le daré otra oportunidad, pero a la otra, así tenga que ser a la fuerza, te llevare conmigo. ¿Está claro?
-Como el agu8a-confirmo el pali azul, relajando el ceño
-Mi niño-acaricio su mejilla con una mirada suplicante y nostálgica-¿Por qué tenía que ser precisamente de el? Sabes que está metido en un reino de porquería, ¿verdad?
-Lo se padre, pero…aun así, lo amo. No existe un porque, simplemente se dio
-No me gusta que estés aquí tu solo, ellos no te quieren, ¿Qué pasa si un día deciden atacarte? Debes entender que no soportaría perderte….como perdí a tu madre
-Estoy consciente de eso, pero papa, el también perdió a su esposa en el parto, también es padre, el hace hasta lo imposible por mantenerme a salvo, así como a su hija. Lo de hoy, fue mi culpa, yo quise salvarla a ella y las cosas se salieron de control. Kirishima no tuvo la culpa de nada. Él sabe lo que es que tu hijo sea lo único que te quede, no me dejara morir cuando sabes que no será el único que perderá algo o a alguien
-Ahhh-suspiro-Si tu confías tanto en él, intentare hacerlo, pero no te prometo nada
-Eso es suficiente
-Bien, entonces nos vemos hijo, tengo que volver a la reserva-dijo caminando a la puerta-Sigue durmiendo, aun no te recuperas del todo
-Lo hare padre, saluda a todos de parte mía
-Claro-sonrió- cuídate mi niño
-Igual tu-con esto último, el mayor salió de ahí dejando a Yokozawa solo
EN LOS PASILLOS….
-¡ERES UN MALDITO! TE DESCUARTIZARE-grito el pali café, tratando de soltarse del agarre
-¿AH SI? ENTONCES VEN, MALDITO IDIOTA
-GRRRR
-GRRR
-Cálmense, por favor. No vinimos a pelear-decía Yuu
-¡Hatori! ¡Yanase!-ante la voz de su rey, ambos castaños se detuvieron-¿Qué creen que hacen? ¡Vámonos! Tenemos cosas más importantes que tratar-dijo pasándoles de lado, sin siquiera mirar a Kirishima
-Si mi Señor-contestaron, para luego ir detrás de el
-Ahhhh-suspiro el castaño
Guardo su espada, y entro a su habitación. Vio a Yokozawa acostado, dándole la espalda. Camino hacia él, se acostó a su lado y lo abrazo con fuerza, mientras besaba su cuello y le susurraba al oído
-¿Qué te dijo?
-Nada nuevo-contesto sin voltear a verlo-Lo de siempre, quería que volviera a la reserva
-¿Y qué le dijiste?
-Que no me iría
-¿Discutieron?
-No, pero creo que estuvo cerca
-Lamento que por mi culpa tengas estos problemas, te prometo que me volveré mejor esposo
-Ya eres el mejor-se volvió hacia el-Te dije que no fue tu culpa, que no te afecte lo que mi padre y Hatori digan, para mi eres perfecto
-¿De verdad?
-Claro
-Jum, te amo tanto-dicho esto, reclamo sus labios, saboreando su dulce sabor, aquel que tanto te gustaba
Lo pego más a su cuerpo, profundizando el beso, no quería que se separaran ni un centímetro. Acaricio su cintura y su bellísima piel, hasta que la campana interna comenzó a sonar, llamándolo a la asamblea que Isaka había convocado. Se separó de Yokozawa y gruño con ira creciente
-¡Maldición! Ese imbécil me las pagara
-Cállate, debes cumplir obligaciones. Ahora ve, o me culparan por retenerte-le ordeno empujándolo fuera de la cama
-Están bien, está bien. Solo porque TÚ me lo pides-se dirigió a la puerta y tomo la perilla-Volveré pronto mi amor, por el momento, descansa ya falta poco para que acabe la luna menguante
-Sí, sí. Ya vete
-Te amo-dicho esto, salió de ahí y se encamino al salón de Drácula, donde ya estaban al borde de los golpes
EN EL BOSQUE…
-Arrrggg, estoy tan molesta. Ese hombre es realmente despreciable, lo odio. Te juro que me dan ganas de convertirlo en sapo-gruñía cierta peli roja
-Mi Señora, cálmese por favor, recuerde que se trata de Drácula-le decía una de sus damas. Era una chica de cabello negro con ojos fríos, que no combinaban nada con su personalidad tan dulce, típica de las brujas blancas
-¡¿Qué me calme?!-grito furiosa-¡ESE TIPO NOS TRATO PEOR QUE BASURAS! ESTA MAS QUE CLARO QUE NO LE IMPORTA LO QUE NOS PASE, SOLO LE IMPORTA EL DINERO, LO DIO KURUMI
-Sí, pero Señora, el…
-¡EL NO ES NADIE! SOLO ESPERA A QUE LE PONGA LAS MANOS ENCIMA, ENTONCES SABRA QUIEN ES AIKAWA ERI
-No creo que….¡Ah!-en eso, el carruaje se atranco en una grietas, y al tirar por poco se voltea
-Hay, ¡Idiota!-le grito Aikawa a la chica que llevaba el carruaje
-Señora, solo fue un accidente
-Discúlpame, ¡No estoy del mejor humor para soportar la incompetencia de la gente! Además…
-GRRRRRR-fue interrumpida por un fuerte rugido que se escuchó en todo el bosque seguido de muchos más
El carruaje se quedó en silencio, invadido solo por los rugidos feroces. La peli azul que llevaba el carruaje, lo detuvo a la mitad del camino, tomo la lámpara que tenía al lado y trato de ver en la oscuridad. Temblaba del miedo, los rugidos se acercaban cada vez más, hasta que se convirtieron en aullidos desgarradores, acompañados de pisadas fuertes. La chica, acerco más la lámpara al bosque, forzó su vista lo más que pudo, hasta que logro ver grandes colmillos, para luego distinguir un licans acechando y a punto de atacar, soltó la lámpara, tomo las cuerdas y tiro fuerte de los caballos, los cuales empezaron a correr a toda velocidad.
Al ver partir el carruaje, dos hombres salieron del bosque, vestidos totalmente de negro con capaz moradas. Miraron en dirección a donde el carruaje había huido, detrás de ellos salieron varios licántropos, algunos ya en su forma animal y otros aun conservaban su forma humana
-Takano-volteo a verlo-Tal y como lo planeamos-el peli negro asintió y vio cómo su superior desaparecía envuelto en humo negro. Volteo hacia los licans y dijo
-Ataquen
-GRRRRR…ARRRGGG-con esto, todos salieron corriendo hacia la carroza, excepto Ritsu, Hiroki y Mino, quienes se acercaron a Takano
-¿Crees que esto funcionara?-pregunto Hiroki
-No lo sé-respondió- pero tenemos órdenes que obedecer. Lucifer sabe lo que hace
-¿De verdad?-dudo el de la sonrisa escalofriante
-Escuchen, si falla nos matara, así que debemos hacer hasta lo imposible por lograr que el plan tenga éxito. Alcancen el carruaje, no dejen que llegue a la reserva
--De acuerdo-así, tanto Hiroki como Mino, saltaron como lobos y una luz amarilla los envolvió, transformándolos en lycans. Antes de que Ritsu hiciera lo mismo, la voz de su amante lo detuvo
-Ritsu
-¿Si?
-Cuídate
-Claro. No moriré hoy-se convirtió y salió junto los otros dos castaños, tras la carroza
Takano, extendió sus alas y levanto vuelo por encima del bosque, tenía que supervisar la primera fase del plan, pero también tenía que cuidar de su amante, a pesar de que era inmortal, su instinto le indicaba que lo protegiera, ya que en el Inframundo, ni el más poderoso se escapaba de la muerte. Ellos se habían conocido, gracias a que Takano lo habían nombrado el encargado de la división de licántropos, aunque al principio se llevaban bastante mal, después se fueron enamorando, a pesar de que Lucifer no le agradaban esas relaciones, ante sus ojos, solo los demonios eran la única raza superior
CON KIRISHIMA….
Entro estrepitosamente a un gran salón iluminado no solo por antorchas, también por la luz de la luna, donde Isaka, Miyagi y Asahina ya discutían desde hace un buen rato
-Lord Drácula, ¡HAGA ALGO! Los demonios nos están destruyendo-grito Miyagi
-Eso es lo de menos-se metió Kirishima- Yokozawa-dono nos exige más protección, ¿de dónde la vamos a sacar? Nuestros guerreros están muy mal, nuestras armas se han acabado, la Gigosa Menguante está cerca, ¡No podemos seguir así!
-Kirishima tiene razón-concordó Miyagi-Los demonios nos destruirán, ellos traman algo y en estas condiciones, no podemos hacerles frente
-MIENTRAS LA PIEDRA DE LA MUERTE ESTE DE NUESTRO LADO, NO TENEMOS NADA QUE TEMER-grito Isaka
La Piedra de la Muerte era una hermosa esmeralda roja brillante, Isaka la había creado en el infierno humano, usando todo su poder y su alma, fusionándola con ella. Esta piedra le brindo poderes ilimitados, con ella podía curar toda herida, pero dolía peor de lo que se imaginaban, también podía controlar una parte de los poderes de la Sombra, lo que lo había ayudado a construir su reino
-Sí, pero la piedra no peleara la batalla-replico Asahina
-Traeremos humanos, y compraremos más armas
-Sí, claro, como si los humanos sirvieran de algo. Son frágiles como el cristal-dijo Miyagi
-PUES, SI TIENES OTRA SOLUCION, TE ESCUCHO
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Los caballos corrían a toda velocidad, la chica que los azotaba para aumentar la velocidad, estaba más que asustada, al igual que las que iban adentro, quienes se abrazaban con fuerza y la dama de compañía de Aikawa, lloraba desconsoladamente estrechando a su señora. Los lycans salían por todos lados, saltaban encima del carruaje y rasgaban con fuerza, la madera para abrirla, pero solían caerse cuando la chica daba vuelta. Hubo unos que intentaron atraparla, pero les disparaban esferas de luz, las cuales los desintegraban. Ritsu, Hiroki y Mino idearon un plan para detenerla, ya estaban a la mitad del camino a la reserva, por lo que sin dudarlo, lo pusieron en marcha. Ritsu se impulsó con un árbol y ataco los caballos, logrando que se detuvieran de golpe. Todos sus compañeros se reunieron, para luego atacar la carroza, fue tanta la fuerza que lograron tumbarla. La chica se golpeó con las piedras al caer y quedo inconsciente, para luego ser arrastrada a lo profundo del bosque, mientras sus compañeros hacían lo mismo. Aikawa y Kurumi pusieron un hechizo por dentro para protegerlas, pero los lycans eran muy fuertes sabían que no duraría mucho
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-SOLO DIGO QUE DEBEMOS BUSCAR MEJORES ALIADOS, LOS HUMANOS NO NOS SIRVEN PARA NADA-grito Miyagi
-Además, Yokozawa-dono se rehúsa a seguir pagando impuestos si no le cumplimos, ya no tenemos hombres para protegerlos a ellos, muy apenas podemos con nosotros mismos y sin su dinero, no tenemos armas-complemento Asahina
-¡Kirishima!-se volteo hacia el-Encárgate de eso, por algo es tu suegro ¿no? Tenemos que buscar más hombres, si no les parece mi sugerencia díganme ustedes, ¿a quién contratamos?
-En el mundo humano, hay seres llamados “zombis” podemos traerlos y usarlos para pelear-respondió Miyagi
-Debes estar bromeando-dijo Kirishima-Los humanos son frágiles estando vivos y como zombis son aun peor
-¿Y qué propones tú?-pregunto Asahina
-Que pidamos ayuda a los Dragones
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-GRRRRRRRRRRRRRRRRRRR-rugía Hiroki, rompiendo la puerta y el hechizo
-¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!-gritaron Aikawa y Kurumi con terror puro
Ritsu y Mino sacaron violentamente tanto a la pelirroja como a Kurumi del carruaje para luego arrojarlas contra un árbol. Los demás las rodearon, asechándolas y rugiendo, listos para atacar. Las chicas solo se arrastraban, llorando del miedo, se sentían al filo de la muerte. Aikawa vio a un lycans correr hacia ella, para luego saltarle encima
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!
-ARRRGGGG….GRAG-justo cuando la iba a morder, un hombre apareció de la nada, corriendo hacia él, salto en los aires y desenfundando su espada, cortó el cuello del lobo
Al aterrizar, toda la manada se le fue encima. Aikawa y Kurumi corrieron a esconderse y vieron como aquel desconocido peleaba contra las bestias. Decapito a muchos e hirió a Hiroki, para luego ser derrumbado por Mino y otros lycans, quienes mordieron sus brazos y rasgaron su pecho, de esta forma, todos los demás atacaron, cubriéndose con sangre en todo su cuerpo. Hasta que, misteriosamente pararon y salieron corriendo de ahí, dejando al hombre casi al borde de la muerte
Aikawa y Kurumi se acercaron a él, viendo todo su cuerpo chorreando sangre
-Mi señora, ¿Qué hacemos?
-Este hombre nos salvó, llevémoslo con los vampiros, ahí lo podrán atender
-Pero señora, ¿Qué tal si es un enemigo?
-No lo creo, su esencia no es la de un demonio, es muy diferente. Hay que salvarlo. Además, recuerda que si no fuera por él, habríamos muerto
-De acuerdo
La peli roja tomo la mano del hombre y con un movimiento de la otra mano Aikawa los transporto al palacio
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-¡¿Te has vuelto loco Kirishima?!-pregunto Isaka-Esas criaturas inferiores no son más que basura, primero muerto antes que pedirles ayuda a ellos
-¿Entonces antepondrá su orgullo antes que nosotros? Que poco líder es
-¡Cierra la boca! Además, ¿crees que ellos nos ayudaran aun si se lo pedimos? ¡No! Tú mismo los oíste, están en contra de esta guerra, no aceptaran pelear. Y no sé tú, pero yo no me mezclo con escorias, si a ti te gusta revolcarte con ellas, es tu problema. A mí me daría asco
-¡DESGRACIADO!-furioso, Kirishima desenfundo su espada y trato de atacarlo, pero fue detenido por Miyagi y Asahina-NO LE PERMITO QUE HABLE ASI DE MI ESPOSO, LORD DRACULA
-Oh, ¿y si lo hago que pasa? Vamos, tú sabes que es verdad, esa…”cosa” no es más que una basura repugnante. No entiendo cómo puedes acostarte con él, sino aspira ni a ser hombre
-GRRRR-peleo con más fuerza
-Ryuuchirou-sama, ¡Ya basta!
-De tan solo imaginármelo, me dan ganas de vomitar. Y para colmo, lo dejas convivir con tu hija, que asco, el la va a ensuciar
-Lord Drácula, ¡deténgase!-dijo Miyagi
-¿Sabes? No me sorprendería que en una de esas, te enfermes por acostarte con es “cosa”
-¡MALDITO DESGRACIADO! TE VOY A MATAR, IMBECIL-peleo con más fuerza y justo, cuando iba a soltarse del agarre, las puertas se abrieron estrepitosamente, dejando entrar a Yukina, quien respiraba dificultosamente signo de que había estado corriendo
-Mi señor
-¿Qué ocurre Yukina?
-Tenemos un problema…