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INFRAMUNDO (La Caída del Imperio Dracula) por Mariela

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"Si tan solo tuviera una oportunidad...una sola de salir de este infierno, juro que la tomaría. ¿Por qué tuvimos que reencontrarnos aquí? ¿Por qué en el Inframundo? Hubiera preferido mil veces el mundo humano que este, si tuviera tan solo una oportunidad de vivir en paz y felices, Ritsu, juro que la tomaría"-pensaba Takano, mientras con nostalgia miraba el cuerpo inconsciente de Onodera, quién se encontraba acostado en una cama, con vendajes en todo su cuerpo. Debido a que los demonios no contaban con una bruja de luz que curara sus heridas, muchos de ellos terminaban muertos por sus heridas de gravedad que sufrían en el campo de batalla, y Takano tenía miedo de que eso le pasara a Ritsu. Realmente, estaba muy mal, sus heridas no daban muestra de querer sanar, y no había despertado desde que lo trajeron ahí. No era el único, otros estaban en las mismas o peores condiciones, algunos ya agonizaban, podía olerse el olor a muerte y sangre en ellos. Takano, ya no quería esa vida, donde siempre había muertes, tenía mucho miedo de que este mundo le arrebatara a la persona que más amaba, aunque era inmortal, era bien sabido por todos, que lo que mata a un lycans, es precisamente, la plata y por desgracia, todas las espadas estaban forjadas con ese mismo metal, había peligro por doquier, y sabía, que a este paso, las cosas empeorarían. No quería perder lo único que le daba sentido a su vida, porque sin él, simplemente se dejaría vencer por la oscuridad, él no quería esa triste existencia, ¡Claro que no! Pero su error fue grande. Recuerda, que una vez estuvo vivo, una vez fue humano al igual que Ritsu, que una vez estuvieron juntos, se amaron y fueron tan felices. Se conocieron a los 17 y 15 años, se juntaron y formaron su propio hogar, entonces... ¿Cómo terminaron así? Simple. Un día, Ritsu desapareció, pues fue secuestrado por los lycans y convertido en uno de ellos, para luego ser llevado al Inframundo. Takano perdió la cordura y la razón debido al dolor, cayó en la desesperación y la tristeza, al pensar que el castaño lo había abandonado, llego al punto de cortarse las venas y dejarse morir...pero murió, odiando a Ritsu con toda su alma, lo que hizo que se convirtiera en un demonio y fuera al infierno, del cual fue sacado por La Sombra y llevado al Inframundo. Ahí, al ser nombrado comandante de los licántropos, se reencontró con Ritsu, aunque ninguno se reconoció, pues tal había sido el dolor que sintieron al ver su amor destruido por el mal, que bloquearon sus recuerdos. Iniciaron con una relación bastante mala, pero poco a poco se volvieron a enamorar, hasta que recuperaron sus recuerdos. Lejos de reclamarse entre ellos, simplemente lloraron y se besaron para nunca volver a separarse, sin embargo, el volver a encontrarse y revivir su amor, tuvo sus consecuencias, un precio bastante alto, pues ahora tienen que vivir en este mundo de porquería, donde cada minuto es una lucha por la supervivencia,  y no todos son capaces de ganarla. Acarició la mejilla del menor con sus nudillos, le partía el alma ver así a Ritsu, tantas heridas sin cerrar, esas que pudo haber evitado, si tan solo lo hubiera protegido, lástima que no fuera capaz de eso. Apretó los puños con ira, con sus propias manos, haría que Lucifer pagara por lo que hizo, lo haría sufrir hasta el último segundo, haría que suplicara piedad, una que no iba a darle. Y esos malditos chupasangre, ellos también tenían su parte de culpa, ellos también lo hicieron-"Ese maldito imperio...desde que apareció, lo único que nos ha traído son desgracias. Juró que hare hasta lo imposible por destruirlo, por ver sufrir a los que lo ocupan, en especial a esos malditos concejales vampiros"-en eso, escuchó la puerta abrirse y al voltear a ver de quién se trataba, se encontró con Hiroki y Mino, apretando sus heridas en los brazos, para evitar que saliera más sangre

-¿Cómo esta Ritsu?-pregunto Hiroki acercándose a él

-Mal-contestó Takano en un tono cortante

-Lo lamentamos. Espero que Ricchan se recupere-comentó Mino con su típica sonrisa escalofriante

-Gracias. Ahora, ¡Lárguense!

-Onodera es nuestro amigo, tenemos derecho a estar aquí-replicó el de ojos cafés

-Y yo le diré que vinieron a verlo, pero por ahora quiero estar solo con él, ¡Váyanse!

-Pero...-Hiroki quiso hablar, pero Mino lo detuvo tomándolo del hombro derecho

-Volveremos más tarde, disculpe la interrupción, Takano-san. De todas formas, Haruhiko-dono nos necesita para otro ataque. Adiós

-¿Qué?... ¡Oye! ¡Espera!-se quejó Hiroki, mientras era jalado por Mino fuera de la habitación, dejando solos a los amantes

"Yo te prometo, Ritsu..."-tomó su mano y la beso dulcemente-"...que nadie nos volverá a separar, ni el Inframundo ni los malditos chupasangre, que seguramente, ni saben lo que es el amor"

-¿Hummm?-el menor, comenzó a mover sus manos y a parpadear ligeramente, dándole a entender que se estaba despertando

-¿Ritsu?

-¿Masamune?-pregunto abriendo los ojos para mirarlo

-¡Ritsu!-lo abrazo fuertemente, mientras daba múltiples besos en su cara-Me alegra que estés bien, amor

-Igual yo-respondió correspondiendo al abrazo por un momento había pensado que despertaría, pero que siga aquí, le daba mucha felicidad

EN EL PALACIO...

Isaka caminaba rápidamente por los pasillos, estaba nervioso y miraba a todos lados para asegurarse de que nadie lo estuviera siguiendo. Llegó a la habitación de Kirishima, donde lo vio salir con cierta molestia reflejada en sus ojos. Apenas desapareció en los pasillos, Isaka entró al cuarto sin siquiera tocar la puerta, encontrándose con Yokozawa parado en la ventana con su gato en sus brazos. Este volteó a verlo con el ceño fruncido, borrando su anterior sonrisa de sus labios

-¿Acaso no sabe tocar, Isaka-san?-pregunto fríamente

-Eso haría si tuviera algún aprecio hacia ti, al menos respeto, pero tú y yo sabemos que no es el caso-respondió recargándose en las puertas

-De cualquier manera, sea cual sea el caso, debería tocar. Además, es la habitación de Kirishima o ¿me va a decir que tampoco lo respeta a él?

-Claro que lo respeto, lo respeto mucho, pero cuando esta con una "Criatura" o "cosa" como tú,  le pierdo el respeto

-No me digas. ¿Sabe? Me sorprende  que Asahina-san lo soporte, porque francamente, yó no podría. Imagino que él está mal de la cabeza para amarlo, ¿no lo creé Isaka-san?

-¡No me llames por mi nombre!

-No pienso llamarlo "Drácula" cuando ni siquiera le tengo el respeto debido

-Ahhh-suspiró resignado-Olvídalo. Vine aquí por otra cosa

-¿Qué cosa?-entrecerró los ojos con desconfianza

-Creo que ya conociste al nuevo invitado, ¿no?. El que trato de seducirte

-¿Se refiere a Iokawa-san?

-Así es. Dime, ¿confías en ese demonio?

-¿Por qué me pregunta eso?

-Solo quiero saberlo

-Pues, él salvó a la hija de Zen. Quizá confié en ese hombre, pero no lo suficiente como para dejarlo al cuidado de ella nuevamente

-Que bien. Porque yo tampoco confió en él

-Entonces, ¿Qué razón tuvo para decir que sí, y nombrarlo general?

-Solo lo hice para que no notara mis sospechas, de lo contrario hubiera ocultado muy bien sus verdaderos propósitos

-¿Verdaderos propósitos?

-Sí. Creó que es parte de un plan mayor

-Dijiste eso mismo de mí

-Con la diferencia, de que ahora si tengo razón

-¿Ah sí? ¿Por qué esta tan seguro?

-Porque esta vez, hasta la Piedra de la Muerte, me grita que tenga cuidado con él. Hoy es la luna llena, sabes lo que significa ¿verdad?

-Que la Gigosa Menguante esta sobre nosotros

-Así es. Esta fase lunar durara más que las otras, lo que abrirá paso a la Gigosa Menguante, una fase lunar que solo aparece cada 500 años y dura tan solo 12 horas. Un corto tiempo dentro del cual, nuestra guerra definitiva se llevara a cabo. ¿Sabes por qué?

-Porque los demonios quieren su poder

-Exactamente-sacó la piedra y la observó detenidamente-Esta preciosa joya contiene tanto poder, mi propia alma esta fusionada con ella lo que significan que si muero, ella se ira conmigo al infierno

-No entiendo. ¿Eso que tiene que ver conmigo?-pregunto bajando a su gato quien salió corriendo de ahí

-Yokozawa-se acercó a él, hasta quedar frente a frente, tomó su mano y le puso la piedra en su palma, para luego cerrar su puño y apretarlo-Takafumi

-¿Eh?-esta palabra dejo en completo shock al peli azul, Isaka nunca lo llamaba por su nombre, siempre se refería a él como "Criatura", "Escoria" o por su apellido, pero nunca por su nombre, que ahora lo hiciera le impacto completamente

-Escúchame, tengo entendido que el alma humana de los dragones puede reencarnar, ¿no es cierto? Volver a existir como otra especie o en un nuevo mundo, sin recuerdos de quienes fueron anteriormente, ¿verdad?

-Sí

-¿Existe alguna forma de que conserven sus recuerdos, poderes e incluso sentimientos  una vez que reencarnan?

-Para eso, se tendrían que guardar en algún objeto que soporte la magia y no se rompa, como los diamantes o esmeraldas, ¿por qué?

-Porque quiero que me hagas un favor

-Y después de todo lo que me ha hecho, ¿Cree que lo voy a ayudar?

-Sí. Porque de lo contrario, las consecuencias no solo me afectarían a mí, sino también a tu niña y a Kirishima

Con esto, Yokozawa entendió que era algo sumamente importante, y peligroso, por lo que solo asintió aceptando ayudarlo

-De acuerdo, esto es lo que quiero que hagas...

MIENTRAS TANTO, EN LA RESERVA...

Hatori, no dejaba de dar vueltas de un lado a otro en la habitación que compartía con Chiaki, ubicada en el palacio, como alto general del rey, y como se había criado en el palacio, tenía una habitación ahí. La razón de haber crecido bajo el techo de su majestad, era que sus padres fueron de mucha confianza para el rey, por lo que, cuando ellos murieron protegiendo a  Yokozawa cuando era un bebe, el rey decidió criarlo en su familia, esa era la razón por la que Yokozawa y Hatori eran tan buenos amigos, casi hermanos, de hecho, los que no conocían la historia, creían que lo eran, pero ¿Cómo no pensarlo? Si su relación era extremadamente fraternal y amorosa. El peli café, quería tanto a Yokozawa que se preocupaba por él y buscaba la manera de devolverlo a casa, donde según él, si estaría seguro, aunque ahora las ideas ya se le habían acabado

-Tori, ¡Ya basta! Empiezas a preocuparme, por favor tranquilo-le suplicó Chiaki, quien lo veía dar vueltas y vueltas

-¿Cómo quieres que me tranquilice? Si mi mejor amigo está en peligro todo el tiempo y su inútil esposo no es capaz ni de defenderse a sí mismo-gruño deteniéndose a mirarlo

-Pero Tori, intenta confiar en él, creó que se esfuerza por ser mejor

-Pues yo no lo creó. Tengo que encontrar la manera de traerlo de vuelta, solo así podre protegerlo

-Sé que lo quieres, pero estas exagerando. Él está bien, tampoco es como si no pudiera defenderse

-¡Ese no es el punto!

-¿Y cuál es?

-Que yo soy casi un hermano para él, mi deber es cuidarlo

La cuestión era que durante la infancia, Hatori siempre cuido de Yokozawa como si se tratara de su verdadero hermano, siempre lo protegió a pesar de sus reclamos, y que ahora estuviera lejos, en el peor lugar en el que podría estar, sentía la impotencia de no estar ahí para él

-Tori, entiende que tienes que confiar en él, y respetar su decisión de vivir entre los vampiros, es su vida no la tuya, y no te enojes, pero en ella no entras como su protector, porque ese papel ya lo tiene Kirishima-san

-Aun así, no...-fue interrumpido por el sonido de una piedra gigante estrellándose en el muro

Ambos, salieron corriendo al balcón y vieron a todo  un ejército enemigo, listo para atacar

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Todos los guerreros corrían a ponerse sus armaduras, claro, los que eran de los clanes elementales y fénix, los guerreros dragones corrían a los balcones y se lanzaban desde lo más alto, así antes de caer, se transformaban y volaban a proteger la reserva. Yuu, tomó su espada y salió a toda velocidad rumbo a los muros, pero justo cuando iba a llegar al balcón del que saltaría, alguien le tapó la boca por detrás y lo jaló al corredor que se encontraba en la esquina. Se removió tratando de soltarse, hasta que se detuvo al oír la voz de la persona que lo sostenía

-Tranquilo, Yuu. Soy yo, cálmate

-¿Mino?-pregunto sorprendido, mientras era soltado por el mayor-¿Qué haces aquí?

-Amor, me alegra haberte alcanzado antes de que salieras. Tengo algo importante que decirte

-¿Dé qué se trata?

-El ataque al pueblo y al palacio Drácula fue una distracción-dijo con la misma sonrisa pero en un tono serio

-¿Qué?

-El verdadero blanco es Yokozawa-dono, tienes que salvarlo, si muere...todo el imperio caerá

-¡Eso es imposible! El rey no permitiría que nos hundieran junto al imperio Drácula

-Yuu...

-¡No! Los malditos chupasangre no nos arrastraran con ellos

-Yuu, escúchame, el rey es la clave, tienes que avisarle a Hatori. Haruhiko quiere acabar con él y con el príncipe Takafumi, quiere hundir a esta reserva, si no tienen quien los rija, serán fácil de esclavizar

-¿Qué? ¿Por qué?

-Porque sin ella...el imperio Drácula ya no tendrá de que sostenerse, su fuerza se debilitara. El blanco principal, son los Yokozawa, tienes que salvarlos, él no quiere destruir al pueblo, quiere tenerlo bajo su control

-¿Estás seguro?

-Jamás jugaría con algo así

-Bien, gracias Mino-se soltó del agarre y saltó del balcón, transformándose en un dragón de ojos blancos de color marrón

-Cuídate amor-susurró al aire, para luego salir corriendo de ahí, debía volver con su ejercitó o de lo contrario, metería en problemas y de paso, arrastraría a Yuu

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En las calles del pueblo, la gente corría de un lado a otro, el pánico los estaba consumiendo al igual que el miedo, y ahora, el caos empezaba a desatarse. Los bombardeos a los muros se hicieron más fuertes, la estructura comenzó a agrietarse, y el campo protector, se desvaneció dejando a los muros desprotegidos. El rey, salió a los escalones que se encontraban en la entrada del castillo, se detuvo y entró en shock, junto a sus concejales, los muros comenzaron a caer, se agrietaron totalmente, y al momento en que otra catapulta fue disparada, estos se derrumbaron, la gente entro en completo caos, Hatori, Yuu y Chiaki llegaron con el rey justo cuando los demonios invadieron la reserva

-Majestad, ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué nos atacan?-pregunto Aikawa, sumamente molesta

-¿Dónde carajos están los vampiros?

-¿Qué debemos hacer ahora? ¡Nos destruirán!

-¡NO!-grito mirándolo con furia-No lo vamos a permitir, esos malditos chupasangre nos traicionaron, pero no nos dejaremos vencer. Tomen a su gente y llévenla los bosques, ahí estarán a salvo

-A la orden-dijeron los concejales

-Majestad, será mejor que entre al castillo. Nosotros nos encargaremos-le dijo Hatori

-¡Pero!

-Por favor Señor, todo déjelo en mis manos

-Bien, confió en ti-con esto, entró al resguardo del palacio, sabía que Hatori era el más capacitado para detener el ataque

Así, los concejales intentaron sacar a la gente, pero los demonios habían bloqueado todas las salidas y habían encerrado al reino en una barrera negra tan poderosa que ninguna magia la pudo atravesar. Prácticamente estaban atrapados, ni podían salir ni usar sus poderes para destruir aquella barrera. Hatori se puso delante de todo su ejercitó, apretando su espada con ira. Pronto, los demonios los alcanzaron  y una poderosa batalla se desató, los dragones se encarrerarón y se transformaron, elevándose en los aires, empezaron a escupirles fuego a los guerreros demonios, quienes corrían a cubrirse con algo. Los elementales, hacían que la naturaleza fuera su arma para defenderse; los cielos se retorcían, la tierra se agrietaba y grandes montañas surgían de las grietas y aplastaban al enemigo, los vientos se convertían en ráfagas y tornados, el agua brotaba de la tierra y se convertía en tsunamis que golpeaban sin piedad a los demonios. Y claro, no faltaba el fuego, los fénix, aquellas majestuosas aves envueltas en llamas volaban al cielo, desapareciendo en las nubes, para luego caer como lluvia ardiente sobre los enemigos. Hubo guerreros que prefirieron luchan en su forma humana, utilizando su espadas y cadenas. Todos peleaban con toda sus fuerzas, Hatori medía fuerzas con un demonio, sus espadas unidas temblaban de la fuerza que sus empuñadores ejercían. Hatori se separó de un saltó, y arremetió con un ataque horizontal, pero el demonio dio una pirueta hacía atrás, pero antes de que pudiera levantarse, el peli café atacó con el mismo movimiento, cortando su cabeza y salpicándose de sangre. Otro demonio lo atacó por atrás, pero logro reaccionar a tiempo y se volteó bloqueando su ataque. Sus espadas se unieron por muy poco tiempo, Hatori empujó su espada contra la de su oponente, logrando hacerlo retroceder unos pasos, aprovechó esto y con rapidez le enterró la espada en el abdomen. Se la volvió a saber, y dejó caer el cuerpo, su respiración estaba muy agitada, pronto un grupo de demonios se le abalanzo encima. Yuu y Chiaki peleaban juntos, no era algo que les agradara mucho debido a su fuerte discusión de hace tres meses, pero en este momento no era cuestión de si querían o no, sino que a fuerza tenían que hacerlo. El castaño era levantado del suelo por un demonio que apretaba su cuello y lo asfixiaba rápidamente, mientras él trataba de quitarse la mano de ahí, Chiaki lo vio y extendió su mano hacia los pies del demonio, para luego pronunciar unas palabras inaudibles y causar que la tierra se abriera, y el enemigo fuera lanzado a la oscuridad eterna. La tierra volvió a cerrarse, Yuu se levantó, tomo su espada y bloqueo el ataque de un grupo que se dirigía hacia ellos, para luego arremeter cortando  al demonio y seguir con los demás. El menor, siguió cubriéndolo encapsulando a los guerreros o abriendo la tierra, no podía hacer nada más, aún era aprendiz, esas eran las únicas técnicas que había aprendido, como elementales  de la  tierra. El chispear de las espadas acabo con el silencio de la noche, todo alrededor estaba envuelto en llamas, y en el palacio, en el balcón más alto, Yokozawa-dono veía impotente y con furia, como su reino era masacrado, lo demonios mataban no solo a los guerreros, también a la gente del pueblo que se encontraba encerrada ahí, y sabía quiénes eran los culpables….Los Vampiros

MIENTRAS TANTO…

-Es la última vez que se lo pregunto de buena manera lord Drácula, ¿Qué carajos le hacía a mi esposo?-dijo zarandeándolo violentamente

-Cuantas veces voy a tener que decirte, ¡QUE NO LE HICE NADA!

La cuestión era que Kirishima había regresado a su habitación y se había encontrado con Isaka tan cerca de Yokozawa, por lo que a la única conclusión a la que llego, fue que él había bajado a insultar nuevamente al peli azul, y claro, no lo iba a permitir.

Ahora lo tenía tomado del cuello  de su camisa, mientras lo zarandeaba para que le confesara lo que según él, había hecho y Yokozawa trataba de hacer que lo soltara

-¡NO MIENTA!

-Kirishima, ¡Maldita sea! ¡Ya suéltalo! El no hizo nada

 -Amor, no tienes que defenderlo. Solo dime lo que te dijo y ahora mismo le parto la cara

-¡POR ULTIMA VEZ KIRISHIMA, NO-LE-HICE-NADA!

-¡Cállese! No le creo ni una palabra

-Arrrggg, criatura, dile a tu esposo que soy inocente-exigió mirando al peli azul

-¡¿AQUIEN LLAMA CRIATURA?!-gritaron ambos amantes

En eso, Miyagi entró estrepitosamente a la habitación con una mirada llena de preocupación y nostalgia en sus ojos

-¿Miyagi?-pregunto Kirishima, pero este lo ignoro y siguió viendo al menor

-¿Ocurre algo?-indago este

-Yokozawa…

-¿Qué pasa Miyagi? Me estas asustando, ¿le ocurrió algo a Hiyori?

-No. Veras, como salir a dar las rondar, yo…

-¿Si?

-Yo vi…-respiro profundo, dándose fuerza para seguir, sabía que esto le dolería al menor-…la reserva está siendo atacada y…está perdiendo la batalla

Yokozawa sintió que su corazón se detenía con estas palabras, abrió los  ojos como platos y un profundo miedo se apodero de él, seguido de un fuerte mal presentimiento. Tomo su espada y antes de que pudieran detenerlo, salto por el balcón y se transformó, para luego salir volando rumbo a la reserva, tenía miedo de llegar y que su presentimiento fuera real

EN LA RESERVA….

Las cadenas fueron lanzadas contra los dragones que volaban, encadenando su cuerpo y sus alas, haciéndolos más pesados para mantenerse en el aire, unos terminaron por estrellarse en el suelo, otros fueron jalados de y encerrados en jaulas, y los demás, luchaban por soltarse. La división de licántropos salió de los bosques, y se les lanzo encima a los elementales, a algunos los mataron, a otros los capturaron, capaz de que de esa especie, solo quedaron Chiaki  y Sumi, pero el menor fue llevado a un lugar seguro por Hatori. Poco a poco, el ejército  se reducía, el peli café pelaba en su segunda forma contra los lyncas y demonios, pero sus heridas debilitaban su fuerza hasta que ya no pudo seguir, y se dejó caer al suelo.

Yuu se enfrentaba a un demonio de armadura negra, que tenía un casco con el cual le era imposible ver su rostro. Bloqueo su ataque frontal golpeando su espada con la suya, para luego atacar con su espada en horizontal, pero el demonio dio una pirueta hacia atrás y ataco tan rápidamente, que cuando Yuu se dio cuenta, ya tenía la espada de su oponente, enterrada en su hombro izquierdo. Sin embargo, en este momento, pudo ver un brillo cristalino en sus ojos, o en la abertura del casco, y entonces supo de quien se trataba

-¿Mino?

-Yuu…-dijo quitándose  el casco y desenterrando su espada

-¿Qué haces…

-Shhh. No hay tiempo, el rey….

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“Malditos chupasangre”- pensó, apretando los puños de la ira. Entonces, escucho a alguien que caminaba hacia el por detrás, creyó que se trataba de Hatori pero cuando estuvo más cerca, sintió su esencia diferente, era un demonio, y no cualquiera, era Lucifer. Justo cuando volteo para darle la cara, sintió el filo de su espada en su mentón

-Hola…su majestad

-Lucifer-dijo entre dientes y mirándolo fijamente

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-Él está bien. Está en el palacio

-No Yuu, él está en peligro. ¡Lucifer! Lucifer lo va a matar

-Eso no puede ser-respondió una tercera voz, ambos voltearon a ver de quien se trataba, encontrándose con Hatori-Lucifer no puede entrar al palacio, las barreras no se lo permitirían

-Todas las barreras cayeron, Lucifer esta ahora mismo en el palacio….

-¡Eso no puede ser!

-Si pude, él está en peligro

-No es verdad

-Claro que lo es. En este momento….en este momento….

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Bajo lentamente su espada hasta el abdomen del rey, y le enterró la punta, causándole dolor y gritos desgarradores. La enterró aún más y más, los gritos se oyeron más fuertes, Yokozawa-dono cayó de rodillas con sangre en la boca, lucifer le saco la espada y la preparo en forma horizontal, mientras sonreía malignamente. De pronto, por la mente del rey, se reprodujeron unos muy dolorosos recuerdos-¡Aaahhh!...no puedo….¡Aaahhh!-¡Puje mi señora, puje!¡ Ya viene!-Mi rey, su hijo ha nacido!-Airi, no me…no me dejes mi amor, por favor, no ahora  que al fin tenemos un  hijo-….solo, cuida a nuestro hijo, amalo por los dos y….y no importa cómo, dale un hermano para que lo proteja-¡AIRI!-¡Señora!, señora, señora!-¡La Reina ha muerto!

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-….en este momento, él ya debe estar muerto

-¡Nooo!-grito el peli café, para luego salir corriendo al palacio, con la esperanza de llegar a tiempo

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-Papi, cárgame-Takafumi, pesas mucho jejeje-¡Mi hijo!-Él está bien, mi señor, pero los comandantes murieron protegiéndolo-Tráeme su hijo, le debo a sus padres protegerlo-Él es Hatori Yoshiyuki, será tu nuevo amigo, Takafumi-Jajaja, ¡Atrápame!-¡No corras tan rápido!-¡Yo lo amo padre!, quieras o no, me casare con el!-¡No me iré a ningún lado, me quedare aquí, y si no puedes entenderlo, entonces ¡Vete!. Toda su vida paso frente a sus ojos, mientras el filo de la espada descendía rápidamente a su cuello, miro hacia el cielo y sonrió tristemente, al fin se reuniría con su esposa, con la mujer a la que tanto amaba y ama todavía, con la madre de su maravilloso hijo Takafumi, el regalo que le dejo antes de morir, lagrimas rodaban por sus mejillas, su corazón empezó a dolerle como nunca le había dolido, dejaría a su hijo solo, y sabía que sufriría…¡NO! Él no estaba solo, el….-“Tiene a Hatori”-el dolor le palpitaba en las venas, punzante y desgarrador, rasgo su alma, destrozándola por completo, la muerte había llegado para llevárselo junto a una de las personas que más amaba, pero con el precio de dejar a la otra. La espada paso rápido por su cuello, salpicando sangre, seguido de chorros que empapaban su cuerpo, después de aquel dolor tan agudo, saco de capa una carta sellada con cera y cayó al suelo con el cuello entre cortado, tenía suerte de que al ser dragón, su muerte tardaría haciendo aun peor el sufrimiento. Lucifer, se inclinó y le susurró al oído

-Gracias por engendrar a un ser tan bello y delicioso, no se preocupe, el será mío. Jajajajajajaja-y con esto, desapareció en el aire

Apenas termino de  desaparecer, Hatori y Yuu entraron por la puerta, encontrando al cuerpo de su rey, tirado en el suelo, empapado de sangre y agonizante. Los concejales y todo el pueblo, o al menos lo que quedaba de él, se acercaron a la escena, rodeándolos con nostalgia. Hatori corrió a estrechar a quien vio como un padre toda su vida, lo acomodo en su regazo, y este, con lo último de sus fuerzas, le entrego la carta, para luego sonreírle con amor y entregarse a la muerte. Hatori comenzó a llorar, al igual que todos los presentes, esa noche….perdían a  un gran rey, y su muerte quedaría marcada en la historia. Escucharon a alguien aterrizar, todos voltearon a ver de quien se trataba. Se paralizaron al ver que era la persona menos indicada para ver esa escena.

Yokozawa entro corriendo al palacio, vio a toda la gente reunida alrededor de Hatori, se acercó un poco más, hasta que logro ver a la persona que tenía en su regazo. Se detuvo a la mitad del camino, sintió como si se destrozara en mil pedazos, lagrimas llenas de dolor salían de sus ojos, pues el cuerpo le pertenecía a su padre. Lloro con más fuerza, sintió el dolor explotar en sus venas y la culpa….se sentía culpable, si tan solo hubiera estado aquí, nada de eso habría pasado. Cayó de rodillas al suelo aumentando su llanto. Hatori se acercó a él y lo abrazo con fuerza, él le correspondió, en ese momento, ya era su única familia


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