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Restaurant : Angeles Culinarios

Notas del capitulo:  

      Hoola.

 

El octavo capi.!! [achu] aay estoy enfermita, me siento mal, pero no tanto como para no poder actualizar, creo que esta vez no me demoré tanto. Ojala les guste

viaje inesperado

 

¿Que hacer cuando tienes que dar explicaciones a alguien al cual te es imposible mentir? ¿Rogar por un milagro? ¿Esperar que alguien interceda por ti? Preguntas para analizarlas antes de tomar una decisión, pero para eso se necesitaba tiempo y era eso lo que no poseía. Subió hasta el último piso del edificio por medio del ascensor con la típica música de fondo apaciguante como base para sus pensamientos, miraba periódicamente la pantalla electrónica que indicaba el piso por el que cruzaba, sólo faltaban 5 números antes de llegar. Nunca pensó en encontrarse en una encrucijada de tamaña magnitud, pero bueno, ¿qué se le podía hacer?

 

-por favor que todo salga bien- balbuceaba parcamente entre todo su nerviosismo. Luego de unos segundos la campanilla aguda sonó, informando la llegada a destino.

 

Salió del reducido espacio para dirigirse a la amplia puerta que pertenecía a la oficina del dueño de todo ese imperio, su padre. Saludo a la secretaria, que tenía su ovalado puesto en las cercanías de las amplias puertas, la joven le hizo una seña para que pasara sin tapujo, por lo visto lo estaban esperando. Tomó unos de los pomos para girarlo y abrir reticentemente el pedazo tallado de madera hasta que la abertura fuera propicia para pasar. Al ingresar observó a su padre mirando ensimismado unos papeles amarillentos, parecían antiguos, seguro un contrato olvidado con el que se había topado entre una de las tantas cajas con hojas de la bodega.

 

-permiso... buenos días- dijo Naruto enfrente del escritorio, propiedad de su padre. El nombrado al escuchar la voz de su hijo levanto la vista dirigiéndola a este, lo miró de pies a cabeza observando cada detalle del aspecto de su hijo, nada parecía estar fuera de lugar, hasta el momento en que se percató de una "mancha" morada, ubicada en donde empezaba el cuello, podía ser interpretada de varias formas, tal ves un chupón, un golpe, un rastro de alguna clase de ingrediente debido a su trabajo, después de todo anteriormente estaba trabajando. Suspiro hondamente, debía resignarse, su hijo ya estaba creciendo, ya no se podía meterse en su vida privada como antes cuando era un simple chiquillo inocente, de eso casi nada había cambiado, mas no podía evitar sentir ese apego por su cachorro, su cría... su hijo. Aunque de apoco aceptaba esta situación, las dudas lo carcomía... al menos quería saber su paradero.

 

-¿Dónde exactamente dormiste?- cuestionó al menor, ofreciéndole asiento para que explicara con tranquilidad.

 

-en un departamento que esta a unas 2 cuadras lejos de aquí- contestó de inmediato. El mayor no pensó que sacarle información fuera tan fácil, sonrió internamente, el joven enfrente de él seguía siendo el niño que había criado. 

 

-aa... ya veo-volvió a sus papeles desgastados.- y... estabas con alguien... agradable- preguntó distraídamente mientras cambiaba de página y subrayaba unas frases y dígitos en dichos documentos.

 

-emm... bueno si- respondió algo confundido ¿Dónde estaba su reprimenda y el interrogatorio? Mejor no pensar cosas negativas y agradecer la oportunidad de seguir viviendo.

 

-bien... por ti, tengo trabajo acumulado y estaré ocupado hasta bastante entrada la noche... nos vemos en unas horas- dijo al sentir como su celular empezaba a vibrar en el bolsillo de su pantalón y contestó. Naruto seguía sin comprender nada, sin embargo estaba contento por haber salido bien de ese complejo problema. Se dirigía de regreso a la amplia puerta de la dependencia, pero antes de tomar la perilla, escucho las palabras de su padre.

 

- me alegra que hallas llegado con bien, y espero que cuando llegues a tener a alguien especial a tu lado, me lo presentes- finalizo con una sonrisa, Lugo quito la mano que cubría la parte inferior de su móvil antes de volver a emprender su conversación, la cual parecía muy importante. El kitsune mostró una sonrisa de completa felicidad, no sabía el porque su padre hacía mención a eso, o motivo por el cual instintivamente había sonreído, pero la sensación era agradable en su pecho.

 

Al salir se recargó en la oscura puerta y sonrió con nostalgia al pensar que su preocupación se debía a que no conocía del todo a su padre, ya que si fuera así se hubiera ahorrado muchos problemas, en ese instante se comprometió con una promesa, cuando conociera a la persona con la que compartiera el sentimiento de dar el todo por el otro, se lo presentaría a su progenitor sin falta y sin importar de quien se tratase. Completamente relajado descendió por el ascensor disfrutando, esta vez, la armoniosa música de fondo, cuando se abrió la puerta se encontró con nada más y nada menos que su tío Iruka.

 

-naru, hola ¿como estas?- preguntaba con la misma amabilidad de siempre, al parecer no se había dado por enterado de su noche, no avisada, fuera del hogar. No se complicaría la vida, era mejor así.

 

-hola tío Iruka, si estoy bien, vengo saliendo de la oficina de mi papá, ¿y usted?- dijo con su ya recuperado buen humor y sus incansables joviales sonrisas.

 

-bueno tu padre me encargó un gran favor, pero lamentablemente no podré cumplirlo, ya que debo salir de la ciudad por unos días... con Kakashi- explicando la última parte con un tono más que diferente, revolvió la intranquila cabeza del chef antes de ingresar al elevador.

 

- bueno debo hablar con tu padre, nos vemos- se despidió antes de que las puertas metálicas se cerraran lentamente hasta separarlos totalmente y que la nueva cuenta ascendente se mostrara en el panel de dígitos electrónicos ubicados en la parte superior de estos dos pedazos de frío hierro.

 

Ya todo estaba solucionado, se sentía bien. Se dirigió a recepción para salir tranquilo por la puerta principal, con rumbo a su trabajo.

 

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En la oficina general de la compañía NAUZ, el padre de Naruto se encontraba muy atareado con los nuevos papeles que había encontrado su secretaria de finanzas en la bodega del edificio. Los documentos contenían información sobre una transacción al extranjero, específicamente a París, lo que tornaba raro el asunto era que el destinatario era un tipo que había quebrado hace ya varios años por lo que no podía costearse tamaña embarcación de repuestos automotrices de marcas caras, pero esto no era todo, las fechas no concordaban y el monto total por los servicio era inferior al que se debía, no habían facturas de aduanas, ni nada parecido que verificara la salida del país de esa mercancía, alguien había modificado todos los datos, debía solucionar el problema con la mayor prontitud posible, por eso debía viajar hasta Francia para ver de que se trata todo el enredo. Por consiguiente, en la mañana encargó a su secretaria el marcar a Iruka para que en su ausencia le hiciera compañía a su hijo, ya que tenía claro que no le agradaba quedarse solo en la gran mansión. El intercomunicador digital que lo mantenía en contacto con su secretaria se activó, por lo que apretó la tecla para aceptar el mensaje. Iruka ya se encontraba afuera. Lo hizo pasar, unos instantes después vio entrar por la puerta a su cuñado.

 

-buenos días, Yodaime-saludó cordialmente el recién llegado.

 

-buenos días Iruka-san, ¿sucede algo?- preguntó siguiendo con su labor, apretaba los botoncitos de la calculadora con insistencia y los anotaba en un cuadernillo para después pasárselo a su secretaria y que los traspasara a la computadora.

 

- recibí tu recado, pero me temo que no estaré en la ciudad, viajaré al sur con Kakashi, lo tenía planeado con anterioridad, pero si no te importa con gusto llevo a Naruto conmigo- finalizó con el amable ofrecimiento.

 

- no, está bien, no te compliques si ya lo tenías planeado no soy quien para que cambies tus planes, seguro se irá a quedar en el departamento de uno de sus amigos- "espero que alguno que yo conozca, por si las dudas" pensó como último entre sus pensamientos-además dudo mucho que él quisiera dejar en receso su trabajo por unos días- analizó.

 

-bueno cualquier cosa, cambio de planes o lo que sea me avisas por el celular, por cierto tu vuelo sale mañana en la noche ¿cierto?- indagó el delfín [siempre he tenido esta duda, ¿Por qué también se le nombra a Iruka delfín? Es tierno, igual me gusta usar ese termino].

 

-sí, así es y ¿el tuyo?-

 

-mañana al medio día... bueno eso era, me tengo que ir, ojala se resuelva tu problema en la compañía, adios-y por la puerta se perdió la figura del Umino.

 

-si, gracias- dijo antes de volver a retomar su laboriosa misión.

 

Luego de unas horas se tomo un pequeño descanso. Las articulaciones de los dedos le molestaban y el cuello entumido no ayudaba en nada, se paró de la ya no tan cómoda silla profesional, pidió un café y algo para picar en el ínter tanto. Pensó a quien podría pedirle que se quedara con su hijo, o a quien proponerle para que invite a quedarse en casa, no podía ser cualquiera. Era verdad que estaba en campaña para dejar volar a su avecilla del nido, pero prefería retrasar lo más que pudiese ese momento, entonces se le ocurrió la brillante idea de que se quedara con alguno de los chicos Uchihas, no eran malos prospectos y estaban congeniando de maravilla por lo que le había contado el menor Uzumaki, cualquiera de los dos estaría bien para él. Tomó su celular y marco el registro guardado como: Fugaku Uchiha. En instantes la comunicación estaba siendo establecida. No pasaron ni tres graves pitidos cuando la llamada fue aceptada por el otro empresario.

 

-... si, yondaime ¿qué pasa?- se escuchaba la voz grave e imponente del interlocutor.

 

- buenas, te llamaba para pedirte un enorme favor, bueno más bien una especie de permiso- dijo el rubio mayor.

 

-¿una especie de permiso?- cuestiono serio y extrañado Fugaku ante la peculiar petición.

 

- lo que sucede es que tendré que viajar por unos días a Francia, tomaré el vuelo de mañana a las 9:00 p.m. y no quería que Naruto se quedara sin compañía por estos días en los cuales no estaré, por ende te solicitaba como favor que si le puedes pedir a uno de tus hijos que se venga a quedar con él por unos cuantos días, cualquiera que tu escojas por mi está bien, ambos me parecen buenos chicos con Naruto. ¿Y que dices?

 

-...no te preocupes, se puede quedar en mi mansión los días que tu no te encuentres- dijo más serio de lo normal el empresario.

 

-¿estás seguro? porque no es necesario, que envíes a uno, o si ambos se ofrecen a ir la mansión, es más que suficiente.

 

- si, mañana en la mañana enviaré al chofer para que vaya por sus cosas- dijo en tono algo demandante, pero Minato no lo percibió, ya que por tanto número que no cuadraba el dolor de cabeza se hizo inminente. Con el celular en mano Yodaime se sentó nuevamente en la acomodada silla para buscar entre sus cajones una aspirina.

 

- bueno si para ti no es problema, te lo agradezco mucho, bueno nos vemos- presionó la pequeña tecla para desconectar llamada y dejo el celular en el escritorio antes de dirigirse al baño para tomarse la aspirina que había encontrado.

 

En el otro lado de la línea Fugaku se encontraba en una reunión con la junta administrativa de la compañía, debatiendo el recorte de personal que se pretendía hacer, los finiquitos y el monto que se les asignaría por los servicios prestados durante el tiempo que emplearon en la empresa, eso si es que se aceptaba el recorte.

 

- jefe ¿qué cree que es lo más conveniente?- preguntó uno de los que componían la junta.

 

Con la peor cara de frialdad e indiferencia que pudo tener contestó-despedirlos, no son lo suficientemente aptos para tomar un puesto en esta organización y el que me discuta también se irá a la calle- dirigió una mirada escasa de sentimientos a cada uno de los involucrados y se retiro, dando por terminada la reunión.

 

Ya en la tranquilidad de su amplia oficina, a paso firme se sentó en la silla de cuero negrusco que estaba detrás de su tallado escritorio, puso los codos en este y a modo analítico junto ambas manos sobre unos papeles que estaban posados en el mueble. Con la mirada entrecerrada y un tanto molesto se puso a pensar "lo que me pasa por ese chiquillo, acabo de tomar una decisión que cuesta millones de yenes por ¿celos?  Increíble ¿y de mis propios hijos? Que estupideces pienso, de todos modos no hubiera dejado que alguno de ellos se quedara a solas con él,  quién sabe que cosas se les ocurriría hacer. JÁ y a demás Minato ofreció la opción de que AMBOS se quedaran por no se cuantas noches a su lado y sin supervisión. Prefiero tenerlo en la casa, donde Sasuke e Itachi saben las reglas claramente, en ese espacio se les haría imposible sobrepasarse. Tendré que informarle al chofer de Mikoto sobre su nueva obligación para mañana...a, e informar de la visita que tendremos a ella, no se opondrá, ya que al parecer le agradó. Lo difícil será convencer a Naruto que valla a la mansión, seguro no se sentirá cómodo estando con mi esposa, mmm... supongo que tendré que negar lo que le dije e inventarme una excusa para mis actos, que molestia, pero si así logro mantenerlo a salvo de esos dos, por mi está bien, de todos modos si me hubiera negado habría dejado a elección del rubio donde quedarse y como no conozco a ninguno de sus amigos, para mi... ninguno es de confianza"

                

Luego de esta pequeña charla interna sacó su celular del primer cajón ubicado a su derecha y llamó a su esposa.

 

- buenas tardes, mansión Uchiha, ¿qué se le ofrece?- contestó una de las sirvientas desde el teléfono del salón principal.

 

-Sayuri, habla Fugaku, pásame con mi señora- ordeno demandante, sin miramientos de buenos modales para con la empleada.

 

-como usted ordene señor- dejó el auricular en la mesilla que sostenía a todo el aparato y fue al jardín presurosamente para informar con mayor rapidez a su patrona sobre la llamada que hacía el jefe del hogar.

 

- señora, el patrón la está llamando por el teléfono- informó la joven.

 

- gracias Sayuri, iré a contestar- se encaminó a la sala y cogió el aparato.

            

-buenas tardes mi amor, ¿me requerías?- hablo calmadamente a su esposo.

 

- si, mañana se hospedará temporalmente el hijo de mi socio, Naruto, quería que le arreglaras una pieza...mejor si está cerca de la nuestra- dijo con su siempre tono imparcial.

 

- ¿en serio? El jovencito rubio simpático, con gusto le arreglo una pieza, pero no crees que se sentiría más cómodo con chicos de su misma edad como Sasuke e Itachi, sería mejor dejarlo en las piezas adjuntas a la de los niños, para su mayor confianza- propuso amigable su mujer.

 

"¿Y mi confianza?...  Aunque tiene razón" -bueno, mejor déjalo en el medio de ambas habitaciones para que tenga privacidad- sentenció- para eso te llamaba, nos vemos en la noche- dio por terminada la conversación y cerro su celular de doble tapa.

 

- nos vemos amor- y también terminó colgando el teléfono.

 

Mientras tanto Fugaku, en su oficina, llamaba a su secretaria Tenten para encomendarle la misión de ubicar el número del móvil del pequeño chef. Luego de quince minutos la joven llegó  a la oficina con la información sacada de la guía Telefónica 

 

-aquí está lo que me pidió, con su permiso- hizo una pequeña reverencia antes de retirarse. En tanto el empresario tomó el pequeño papel con una serie de dígitos. Nuevamente apretó los diminutos botones de su aparato portátil, hasta terminar de marcar los números señalados.

 

- hi, hello, Naruto al habla ¿quién es?- contestó alegremente el revoltoso kitsune, a esa hora se encontraba en la cocina del restauran adornando los platillos.

 

-Naruto, es Fugaku Uchiha- respondió grave la otra voz- te llamo para decirte que con lo de ésta mañana, tú tenías razón, yo no tengo porque proponerte esa clase de relación y si te insulte lo...siento...mejor si lo olvidas- concluyó escondiendo perfectamente su tono de voz un tanto agraviado por ofrecer lo último. Ya había completado su plan, ahora no había excusa que hiciera a Naruto desechar la estadía en su casa.   

 

-a...em que bueno que optó por luchar para que su matrimonio se mejore, ttebayo- su carita estaba un poco triste, pero no debería estarlo, es más debería estar completamente aliviado de que el empresario ya no le volvería a tocar con otras intenciones o plantearle cosas que le llegaran a incomodar.

 

- y... ¿tu padre te aviso sobre su viaje?- indagó él, para saber si estaba al tanto de los planes que tenía para él su padre.

 

-si hace poco me comentó de su viaje y en donde me voy a hospedar... gracias Fugaku-sama- dijo ya recuperado y usando su tomo jovial de siempre.

 

-  si, mañana el chofer irá a buscarte, así que ten listas tus cosas- dijo relajado y recostándose placenteramente en su silla de cuero, se distrajo un poco probando la tinta de una de sus plumas.

                        

-jeje, sí, en cuanto llegue a mi casa hago la maleta ttebayo- tomó la crema chantilly y la vertió en uno de los postres de frutos rojos encima de la mesa plateada, para después deslizarlo a su compañero y que lo entregara en la mesa que lo solicitó.

 

-acuérdate de llevar todo lo necesario- la puerta de su despacho sonó, seguramente se trataba de la ayudante para traerle los nuevos currículos para los puestos libres-tengo trabajo que hacer, adiós Naruto- se despidió del Uzumaki.

 

-si yo igual, mañana nos vemos- posterior a eso ambos colgaron, ambos con un pichintun más de ganas para realizar sus obligaciones.

 

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A la mañana siguiente en la mansión Uzumaki, un hermoso porche se estacionaba en la entrada del lugar, a sus afueras dos rubios se despedían con un abrazo y una maleta roja al lado de ellos. La despedida de ambos no podía ser después, ya que ahora el ojiazul mayor le competía buscar toda información sobre esa rara transacción y hasta terminarlo el reloj ya marcaría su hora de partida.

 

- naru, que estés bien, a penas termine todo este embrollo tomaré el primer avión de vuelta a casa, cuídate, no hagas estupideces en la casa Uchiha, si algo pasa llámame, trabaja como siempre demostrando tu excelencia como chef y  envíame un mail todos los días- terminó con un abrazo cariñoso y reconfortante después de su sobre protector monólogo.

        

- jeje, pero si sólo te vas unos días, nada fuera de lo normal, a demás relájate que se cuidarme solo- su intento de convencer con el fin que el padre aflojara su aprehensión por él, no daba mucho resultado. La maleta ya estaba en el portaequipaje del vehículo. Supuestamente iría a la mansión contraria para ordenar su ropa y de mases antes de la noche, ya que no quería llegar cansado y darse cuenta que todavía le quedaban cosas por hacer, prontamente se dirigiría al restauran y si tenía tiempo visitaría a Gaara.      

   

-creo que es verdad, bueno de todos modos cuídate- fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta del auto que daba con la persona de su niño.

 

 

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Ya enfrente de la hermosa vivienda y con maleta en mano ingreso saludando a los empleados que se le cruzaban, su cordial forma de darse a conocer era correspondido por el personal, en un principio esto los dejó extrañados, sin embargo se dieron cuenta que era con la mejor de las intenciones.

 

La casa se dividía en tres plantas, todas muy bien decoradas con un estilo elegante y clásico, la escalera  hecha de madera de un tono muerto, casi negro, el piso que se asimilaba al mármol y las paredes de un tono piel pálido con ciertas degradaciones en algunos sectores, contrastaban estupendamente con los grandes cuadros colgados de artistas destacados. Los sillones eran de un café un poco similar al de las escaleras y los jarrones hechos a mano, revelaban que el arreglo de esta casa no tenía nada de barato.

 

- wuo es muy bonita esta casa ttebayo, seguro la señora Uchiha se esmeró mucho por la apariencia de su casa ttebayo- repentinamente sintió como unos brazos lo rodeaban, para seguramente darle una grata bienvenida.

 

- ¡¡¡ANGELITO!!! Que gusto tenerte en esta humilde casa- decía abruptamente el ocupante que lo había sorprendido. Por su parte el menor ya sabía a la perfección de quien se trataba- viviremos tan bien acá juntos... quien sabe y te queda gustando dormir en la misma casa que yo- insinuación que fue tomada con el mejor de los sentidos, el otro ni siquiera  notó que era en doble sentido.

 

- Itachi, ¿como estas? Que alegría verte- recibió gustoso la cálida muestra de afecto, dándose vuelta para responder. 

 

- si, lo mismo digo, bueno chiquitín te enseñaré tu cuarto, sígueme- dijo dándose la vuelta y ayudándolo con su maleta rojiza. Subieron hasta el segundo piso por las escaleras de madera y llegaron a una puerta amplia pero individual, esta se hundía en la pared, en frente se presentaba un ventanal separado en 4 partes, a los lados de esto dos bonitos jarrones con impresiones que sobresalían de ellos daban un toque de delicadeza al pasillo. Estaban a punto de entrar cuando una voz llamó su atención.

 

- que considerado de tu parte enseñarle tu cuarto niisan- se mofaba Sasuke, el menor de los Uchihas, por el estúpido intento de llevar al chef engañado a su cuarto, eso obviamente no lo permitiría bajo ninguna circunstancia.

 

- ¿que?- preguntaba confundido el allegado. Pensaba que esa sería su habitación el tiempo que estuviera en esa casa.

 

-dobe, el muy brillante de mi hermano confundió la ubicación de las piezas, yo te mostrare la que te corresponde, toma tu maleta- realizando un ademán de que lo siquiera. El chef siguió al Uchiha arrastrando la maleta por las rueditas.

 

 - naru-chan yo lo único que pretendía hacer era mostrarte una mejor opción de habitación para que te quedaras, eso no tiene nadita de malo- se excusaba siguiendo a Naruto.

 

- Itachi no es necesario, en el lugar donde me dejen por mi está bien- agradeció con una tierna sonrisa, cosa que adoró el mayor.

 

-¡¡¡KYYAAA!!! Cualquier cosa que necesites sólo dímelo, incluso si necesitas compañía yo encantad... ¡¡ITAE!! Hermanito ¿qué hice esta vez?- a regañadines preguntó el por qué del golpe en su cabellera grisácea. Después de esto Sasuke tomo a naru por su mano y lo alejo del pervertido de su niisan.

 

Estos serían largos días. 

 

     

                                                                                                 End chapter eight

Notas finales:  

Uuu ahora la cosa estará más complicada.

 

Bueno cualquier sugerencia, opinión, lo que sea me lo dejan en un review, que, como ustedes saben, encantada lo leo.

 

Por cierto muchas gracias por sus review, no saben lo feliz que me ponen jeje

  

Ya pues Chaus, que estén bien, besos

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